Sobre arte y literatura (Mao Tse Tung, 1942).
Pueblo Aragonés os proponemos un pequeño resumen de las “Intervenciones en el foro de Yenán sobre Arte y Literatura” del revolucionario Mao Tse-tung.
La obra empieza con una introducción, que dice así:
“Camaradas: Se les ha invitado hoy a este foro para intercambiar ideas y estudiar la relación entre el trabajo artístico y literario y el trabajo revolucionario en general; el propósito es asegurar que el arte y la literatura revolucionarios se desarrollen correctamente y contribuyan con mayor eficacia a la realización de los otros trabajos revolucionarios, coadyuvando así a la derrota del enemigo de nuestra nación y al cumplimiento de la tarea de la liberación nacional.”
Mao ve cinco problemas principales que impiden el desarrollo revolucionario del arte y de la cultura: la posición de clase, la actitud, el público, el trabajo y el estudio de los artistas y escritores.
La posición de clase. La postura del Partido es la postura del proletariado y de las masas trabajadoras. Por tanto, la única posición justa es la que se adecue a la posición del Partido, a la posición de clase trabajadora.
La actitud. Debemos distinguir tres tipos clases de personas: nuestros enemigos, nuestros aliados en el Frente Único y nuestra propia gente: las masas populares. Con cada uno debemos adoptar una actitud diferente:
Con los enemigos “la tarea de los artistas y escritores revolucionarios consiste en revelar su crueldad y sus tretas y señalar la inevitabilidad de su derrota, a fin de estimular al ejército y pueblo antijaponeses a combatir resueltamente y con una sola voluntad hasta vencerlos.”
Con los aliados en el Frente Único “nuestra actitud debe ser de alianza y crítica, y debe haber diferentes tipos tanto de alianza como de crítica. Aprobamos su resistencia al Japón y elogiamos sus éxitos en caso de que los tengan. Pero si no se muestran activos en la Guerra de Resistencia, debemos criticarlos. Tenemos que combatir firmemente a quienquiera que se oponga al Partido Comunista y al pueblo y se aventure cada día más por el camino de la reacción.”
Respecto al Pueblo, “su trabajo y su lucha, el ejército y el partido del pueblo, desde luego, debemos elogiarlos. El pueblo también tiene defectos. En las filas del proletariado, aún hay muchos que conservan ideas pequeñoburguesas, y tanto los campesinos como la pequeña burguesía urbana tienen ideas atrasadas; esto constituye un lastre en su lucha. Debemos educarles y ayudarles, pacientemente y por un largo período, para que se desprendan de ese lastre y luchen contra sus propios defectos y errores, de suerte que puedan avanzar a grandes pasos. En el curso de la lucha, se han reeducado o lo están haciendo; nuestro arte y nuestra literatura deben describir este proceso. Con relación a aquellos que no persistan en sus errores, no debemos, viendo sólo su lado negativo, cometer la equivocación de ridiculizarlos, o peor aún, de asumir una actitud hostil hacia ellos. Nuestras obras deben ayudarles a unirse, a progresar y a llevar adelante su lucha con una sola voluntad, a desechar lo atrasado y desarrollar lo revolucionario, y en ningún caso lo contrario.”
El público. Para extender la cultura entre el Pueblo hay que conocerlo profundamente. Existen cuadros con un alto nivel cultural preparados para leer libros de todo tipo, mientras que también hay gentes analfabetas que “desean ver teatro, contemplar pinturas, cantar canciones y escuchar música.”
Y añade: “Si uno desea que las masas lo comprendan, si desea fundirse con ellas, tiene que decidirse a sufrir un largo, e incluso penoso, proceso de temple.” Como ejemplo de ésto añade su experiencia: “Yo pasé por la escuela y en ella adquirí las costumbres estudiantiles; entonces consideraba indigno realizar hasta el más insignificante trabajo físico, tal como cargar con mi propio equipaje en presencia de mis compañeros de estudio, quienes eran incapaces de llevar nada al hombro ni en las manos. En aquel tiempo me parecía que en el mundo sólo los intelectuales eran personas limpias, mientras que, comparados con ellos, los obreros y los campesinos siempre estaban sucios. Podía ponerme la ropa de otro intelectual, creyéndola limpia, pero no me hubiera puesto la de un obrero o un campesino, pues la consideraba sucia. Después de incorporarme a la revolución y de vivir con los obreros, campesinos y soldados del ejército revolucionario, poco a poco me fui familiarizando con ellos, y ellos conmigo. Fue entonces, y sólo entonces, cuando cambié radicalmente los sentimientos burgueses y pequeñoburgueses que las escuelas burguesas me habían inculcado. Fue entonces cuando, al comparar con los obreros y los campesinos a los intelectuales que no se habían reeducado, encontré que éstos no eran limpios y que, después de todo, los más limpios eran los obreros y campesinos, quienes, aun con sus manos negras y sus pies sucios de boñiga, eran más limpios que los intelectuales burgueses y pequeñoburgueses. Esto es lo que quiere decir un cambio de sentimientos, un cambio de una clase a otra. Si nuestros artistas y escritores provenientes de la intelectualidad desean que sus obras sean bien acogidas por las masas, tienen que cambiar y transformar sus ideas y sentimientos. Sin este cambio, sin esta transformación, nada bueno podrán hacer y serán unos inadaptados.”
El estudio. Todo aquel que quiera ser escritor revolucionario, debe conocer ampliamente el marxismo-leninismo. “Por ejemplo, un concepto marxista fundamental es que el ser determina la conciencia, que la realidad objetiva de la lucha de clases y de la lucha nacional determina nuestras ideas y sentimientos. Algunos de nuestros camaradas, sin embargo, invierten el debido orden de este problema y sostienen que todo debe partir del "amor". Y bien, si de amor se habla, en una sociedad de clases no puede haber más que amor de clase; pero esos camaradas andan buscando un amor por encima de las clases, amor en abstracto, así como libertad en abstracto, verdad en abstracto, naturaleza humana en abstracto, etc. Esto demuestra que tales camaradas han sido profundamente influidos por la burguesía (...) Los artistas y escritores deben estudiar los problemas de la creación artística y literaria. Esto es justo. Pero el marxismo-leninismo es una ciencia que deben estudiar todos los revolucionarios, y los artistas y escritores no constituyen una excepción. Estos deben estudiar la sociedad, es decir, estudiar las distintas clases de la sociedad, sus relaciones mutuas y sus condiciones respectivas, su fisonomía y su sicología. Sólo cuando todo esto haya sido comprendido con claridad, nuestro arte y nuestra literatura tendrán un contenido rico y una orientación justa.”
Tras ésto, el camarada Mao traza una serie de conclusiones que he procurado resumir a continuación.
1- En la sociedad de clases existen tantos tipos de arte como clases sociales: existe un arte burgués y otro popular. Nuestro arte, el arte revolucionario, debe servir al proletariado, a las masas populares. ¿Y quiénes son para Mao las masas populares? “Los más amplios sectores del pueblo, que constituyen más del 90 por ciento de la población de nuestro país, son los obreros, los campesinos, los soldados y la pequeña burguesía urbana. Por lo tanto, nuestro arte y nuestra literatura son, primero, para los obreros, la clase dirigente de la revolución. En segundo lugar, para los campesinos, nuestros aliados más numerosos y resueltos en la revolución. En tercer lugar, para los obreros y campesinos armados, o sea, el VIII Ejército, el Nuevo Cuerpo de Ejército y las demás unidades armadas del pueblo, que constituyen las fuerzas principales de la guerra revolucionaria. En cuarto lugar, para las masas trabajadoras de la pequeña burguesía urbana y los intelectuales pequeñoburgueses, que también son aliados nuestros en la revolución y pueden cooperar con nosotros durante largo tiempo. Estos cuatro tipos de gente constituyen la mayoría aplastante de la nación china, las más amplias masas populares.“
La razón por la cual algunos camaradas no son capaces de resolver el problema del arte y la literatura es porque se centran en los elementos pequeñoburgueses y se olvidan completamente del Pueblo. A estos camaradas hay que ayudarlos a cambiar.
“Estimulamos a los artistas y escritores revolucionarios a que entren en intimidad de manera activa con los obreros, los campesinos y los soldados, les damos completa libertad de ir a las masas y crear un arte y una literatura verdaderamente revolucionarios. Por eso, entre nosotros, este problema se encuentra cerca de su solución. Pero estar cerca de la solución no es lo mismo que llegar a una solución cabal y completa. Precisamente para llegar a una solución así, es necesario, como lo venimos sosteniendo, estudiar el marxismo y la sociedad. Al decir marxismo nos referimos a un marxismo vivo, que juegue un papel efectivo en la vida y la lucha de las masas, y no un marxismo de palabra. Cuando el marxismo de palabra se transforme en marxismo aplicado a la vida real, ya no habrá más sectarismo. Y no sólo quedará resuelto el problema del sectarismo, sino también muchos otros.”
2- En esta segunda conclusión, Mao habla sobre la elevación y la popularización del arte. Entiende que ciertos camaradas se centraron en la elevación del arte y la literatura y perdieron la máxima de “servir al Pueblo”.
Debemos entender “elevación” como la ascensión cultural del arte y la literatura. Dicho de otra manera: el enriquecimiento de las obras artísticas para mejorarlas en calidad. La “popularización” es la extensión del arte y la literatura entre las masas populares. Es la difusión de la cultura entre el Pueblo.
Para Mao, el objetivo principal es la popularización del arte y de la literatura, aunque también es importante la elevación. Una necesita de la otra. Cuando la popularización se haga realidad, las masas necesitarán (pedirán ellas mismas) la elevación. Pero también hemos de tener en cuenta a los cuadros, a éstos también hay que complacerlos con un arte de carácter más elevado.
Por lo tanto, la postura de Mao respecto a este tema es utilitarista respecto al proletariado.
Caben destacar los dos siguientes párrafos de este capítulo:
“Las obras artísticas y literarias, como formas ideológicas, son producto del reflejo en el cerebro del hombre de una existencia social determinada.
(…)
En realidad, las obras artísticas y literarias del pasado no son una fuente, sino una corriente; fueron creadas por los antiguos y los extranjeros con la materia prima artística y literaria que encontraron en la vida del pueblo de sus tiempos y de sus países. Debemos tomar posesión de todas las cosas buenas de la herencia artística y literaria, asimilar críticamente lo útil y usarlo corno ejemplo cuando creemos obras con la materia prima artística y literaria hallada en la vida del pueblo de nuestro tiempo y de nuestro país. Existe una diferencia entre tener y no tener tales ejemplos, diferencia que hace que las obras sean pulidas o toscas, refinadas o bastas, de alto o bajo nivel, ejecutadas con rapidez o lentamente. Por eso no debemos de ninguna manera rechazar la herencia de los antiguos y de los extranjeros, ni negarnos a tornarla como punto de referencia, así sean estas obras de la clase feudal o la burguesía.”
3- Esta tercera conclusión la resume muy bien Mao en el siguiente párrafo:
“El arte y la literatura están subordinados a la política, pero, a su vez, ejercen una gran influencia sobre ésta. El arte y la literatura revolucionarios forman parte de la causa revolucionaria en su conjunto, son ruedecilla y tornillo de ella, y en comparación con otras partes más importantes, son, naturalmente, secundarios, menos significativos y menos urgentes, a pesar de lo cual son ruedecilla y tornillo indispensables del mecanismo general, parte indispensable de la causa de la revolución en su totalidad. Si no hubiera arte y literatura ni siquiera en su sentido más amplio y elemental, el movimiento revolucionario no podría avanzar ni triunfar. Es incorrecto no comprender esto.”
4- Esta cuarta conclusión Mao la centra en la crítica. Según Mao, hay dos criterios principales que determinan la crítica: el criterio política y el criterio artístico.
No es correcta la posición que desvincula un criterio de otro. Debemos distinguir entre el móvil (el deseo subjetivo) y el efecto (la práctica social). “Los idealistas dan valor al móvil y desconocen el efecto, mientras los materialistas mecanicistas dan valor al efecto y desconocen el móvil; en oposición a ambos, nosotros, materialistas dialécticos, sostenemos la unidad del móvil y el efecto. El móvil de servir a las masas es inseparable del efecto de ganarse su aprobación, y los dos deben estar unidos.”
El criterio artístico sirve de potenciador del efecto político del arte. Hay que dotar de fuerza artística al arte proletario, de por sí politizado.
Respecto a la naturaleza humana, en una sociedad de clases hay dos naturalezas: la del Pueblo y la de la burguesía. La clase que ostenta del poder (la burguesía) defiende su naturaleza como la única existente.
Respecto a la sátira, puede confundir a las masas. Es positiva, pero cabe analizar sobre quién se cierne. Debemos descartar su abuso.
Respecto a la crítica y a la autocrítica, “quién está animado por una intención realmente buena tiene que tomar en consideración el efecto, resumir sus experiencias y estudiar los métodos o, como se dice en el trabajo de creación, la técnica de expresión. Quien tiene una intención realmente buena debe criticar con toda sinceridad las deficiencias y errores de su propio trabajo, y estar resuelto a corregirlos. Es así como los comunistas aplican el método de la autocrítica. Esta es la única posición acertada”.
Respecto a las otras posturas artísticas, “Las fórmulas dogmáticas, vacías y secas, destruyen el impulso creador; pero no sólo eso, sino que también, y en primer término, destruyen el marxismo.”
Y el marxismo también destruye las posturas artísticas contrarias a éste: “Sí, ciertamente [el marxismo] destruirá los impulsos creadores feudales, burgueses, pequeñoburgueses, liberales, individualistas, nihilistas, del arte por el arte, aristocráticos, decadentes, pesimistas, así como todo otro impulso creador ajeno a las masas populares y al proletariado.”
Y Mao añade su posición: “Yo creo que sí; tienen que ser destruidos totalmente, y a medida que sean destruidos, podrá edificarse lo nuevo.”
5- Mao señala la principal conclusión de su praxis revolucionaria:
Hay que integrarse en las inquietudes y vida de las masas, crear a su semajanza. Sólo así seremos la vanguardia.