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    "El Marxismo no es un hongo (fuentes teóricas del marxismo)" - texto del cubano Pablo Guadarrama González - Interesante para la formación

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    pedrocasca
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    Mensaje por pedrocasca Miér Oct 10, 2012 7:06 pm

    El Marxismo no es un hongo (fuentes teóricas del marxismo)

    escrito por Pablo Guadarrama González, de la Academia de Ciencias de Cuba, Doctor en Ciencias (Cuba) y Doctor en Filosofía (Leipzig)

    en dos mensajes en el Foro

    ---mensaje nº 1---

    El planteamiento tradicional del análisis de las fuentes teóricas del marxismo ha conducido al equívoco de que se trata de un problema muy sencillo, si se parte de una interpretación simplificada del trabajo de Lenin "Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo" donde este afirma que "El marxismo es el sucesor natural de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés".(1)

    Primeramente esta interpretación no toma en consideración que cada una de estas indiscutibles fuentes tuvieron a su vez las respectivas, pues como se conoce desde la antigüedad "ningunas cosa nace de la nada"(2).

    Qué hubiera sido de Kant, Fichte y Hegel, de no haberse nutrido de la filosofía inglesa y francesa de la ilustración? Y en especial ?qué hubiera sido de Hegel de no haber hecho esa reconstrucción a su manera de la historia universal de la filosofía en la que los griegos y en particular Heráclito ocupa un lugar tan destacado?

    Pero lo mismo podría asegurarse en relación con los economistas ingleses 1ue tuvieron que acudir hasta Aristóteles y Tomás de Aquino para encontrar reflexiones tempranas sobre la teoría del valor; y a los socialistas del XIX que recurrieron también a Moro, Campanella, Bacon o Rousseau para buscar propuestas anteriores de perfeccionamiento social.

    Además esa versión manualesca de las fuentes pasaba por alto que Lenin en el propio artículo, plantea que " el genio de Marx estriba, precisamente, en haber dado solución a los problemas planteados antes por el pensamiento avanzado de la humanidad" (3), que indiscutiblemente jamás podrá ser reducido a la producción intelectual del siglo XIX, independientemente de que sea sustentable o no tal aseveración de que Marx haya podido realmente haber solucionado todos los problemas planteados con anterioridad por tantos hombres de talento en la historia del género humano.

    Tal vez una interpretación forzada de esa frase aislada de un artículo como éste de Lenin, elaborado para una revista de divulgación y por tanto escrito con un lenguaje sencillo y didáctico, haya podido inducir la visión omnicomprensiva del marxismo como aspirina filosófica apropiada para cualquier tipo de dolencia o problema , que posteriormente el manualismo soviético se encargó de propagar.

    El hecho de que Marx y Engels hayan producido una indiscutible revolución filosófica, como en otras épocas Sócrates o Platón , Bruno o Galileo , Descartes o Bacon también pudieron provocar, no les otorga el privilegio exclusivo como a ninguno de los anteriores, o posteriores de poner punto final a las grandes inquietudes filosóficas.

    Marx y Engels propugnaron un severo golpe al pensamiento especulativo del filosofar tradicional sublimado en la " filosofía de la historia" y la "filosofía de la naturaleza" y restaron base de sustentación a innumerables sistemas filosóficos .Aun hoy en día estos no han dejado de proliferar y parece que tampoco lo harán nunca, cual si fuera designio inexorable del filosofar la reproducción de sistemas.

    Sería injusto atribuir, a quien accedió con desagrado a ofrecer su nombre para designar la concepción dialéctico materialista y por tanto revolucionaria del mundo- que constituye la esencia de lo que denominamos marxismo y que no debe ser identificada con lo que peyorativamente se conoce como "dia-mat"(abreviatura en ruso de Materialismo dialéctico)- , el criterio de que se acaba la filosofía sencillamente porque ya no hay ningún problema que resolver, pues todos se considerarían ya solucionados si se aceptara al pie de la letra la frase de Lenin.

    Esto significaría ver en Marx una especie de Hegel, quien partiendo del criterio de que "toda verdadera filosofía en un idealismo"(4),sí llegó a imaginarque su sistema era el non plus ultra de todo idealismo y por tanto de toda filosofía. Sin embargo, la evolución intelectual de Marx, marcada por su espíritu crítico y autosuperador permanente y por su identificación con el viejo enunciado socrático de la docta ignorantia, que lo inducía a dudar de todo, estaba muy lejos de cualquier forma de conformismo epistemológico.

    Realmente Lenin destacó los tres movimientos intelectuales que tuvieron de forma inmediata mayor implicación en el plano teórico, metodológico, cosmovisivo, científico e ideológico en el pensamiento de Marx y Engels.

    Si se está de acuerdo con que la concepción dialéctico materialista del mundo tiene sus raíces y primeras manifestaciones en el pensamiento antiguo y tiene significativos momentos de desarrollo en distintas etapas de la historia del pensamiento de toda la humanidad entonces habrá que buscar dichas fuentes primigenias no en lo inmediato, sino en toda la historia anterior, pero también en los contemporáneos de Marx y Engels y de sus sucesores. Pues no se trata de concebir que el marxismo (y continuaremos utilizando esta denominación para referirnos a esta nueva etapa del desarrollo de la filosofía que sirve de sostén a la concepción dialéctico materialista) surge de una vez y por todas.

    El marxismo como síntesis teórica de una época y como salto cualitativo superador del pensamiento filosofico anterior de la humanidad es algo que continuó desarrollándose por discípulos y seguidores de aquellos.

    Es imposible analizar la historia de esta concepción ignorando a intelectuales y a dirigentes revolucionarios como Dietzgen, Lafargue, Plejanov, Lenin, Rosa luxemburgo,Trotsky, Luckacs, Gramsci, etc. Del mismo modo que fuera del contexto europeo a Mao, Ho Chi Minh, Cabral, Mariátegui, Che, Fidel, Arismendy, etc. Pero tambien sería poco honesto pensar que todos desarrollaron de manera similar la teoría marxista o que esta no tuvo tropiezos , obstáculos que salvar, momentos de retrasos, de dogmatismos , de anquilosamiento.

    Uno de los objetivos del análisis que iniciamos es demostrar que el devenir del marxismo no ha discurrido por una amplia avenida, sino que su recoorido ha tenido y tiene aún altibajos, zigzagueos, lagunas.

    No atenta de ningún modo contra el reconocimiento de su significación, admitir que existen determinados elementos críticos en el despliegue de la teoría misma y no solamente en la práctica de la construcción del socialismo en algunos países y momentos.

    No se trata solamente de disloques en los sistemas políticos o de reflujos del movimiento revolucionario y comunista en particular. Hay que reconocer que han habido etapas de estancamiento de la teoría misma como en la época stalinista, la brezschneviana o la maoista. Sin que esto signifique pensar que todo lo que dijo Stalin o Mao es falso. Por que sería tan dogmático como lo que se crítica. Es lo mismo que sostener que todo lo que produjo el pensamiento soviético en el terreno de la teoría marxista-leninista es erróneo. La postmodernidad está preñada de neodogmatismos.

    Tal enfoque implicaría, por ejemplo, no utilizar para este análisis la obra de Teodor Oizerman "La formación de la filosofía marxista" que constituye un valiosímo instrumento de comprensión de dicho proceso independientemente de que se pueda estar o no de acuerdo no con cada una de sus conclusiones. Este autor sostiene acertadamente que: "A veces puede surgir la impresión de que unas u otras ideas que ocupan un lugar destacado en el sistema de concepciones de Marx y Engels, surgieron espontáneamente ,es decir, no fueron preparadas por el desarrollo precedente."(5) Precisamente destacar algunas de esas preparacione santeriores es lo que se pretende.

    Otra de las nuevas formas de oportunismo intelectual se aprecia en algunos actuales renegados del mal llamado "marxismo soviético" que hoy en el mejor de los casos, sólo se atienen a las ideas de los representantes del también mal llamado "marxismo occidental"(6) - y decimos así porque toda teoría con carácter genuinamente filosófico o científico rehúsa por naturaleza propia, dada su universalidad, al arbitrio de las fronteras geográficas o culturales regionalizadas-, cuando no renuncian en bloque a todo lo que huela a marxismo.

    Es realmente expresión no de docta ignorantia sino de ignorancia ramplona desconocer el valor de las ideas múltiples filósofos que florecieron, y no como hongos aislados, en la época del poder soviético entre ellos Kedrov, Kopnin, Ilienko, Mamardaschvili,etc. quienes fueron intelectuales con cabeza propia y no loros parlantes o reproductores de un pensamiento oficialmente aceptado.

    Galvano della Volpe sostenía con razón que "el socialismo científico no es un hongo"(7) De lo cual podemos inferir que no surgío como un producto putrefacto de la excreción pensamiento humano, como algunos de los eufóricos ideólogos del neoliberalismo en la actualidad parecen sugerir al considerar que el socialismo se opone al sentido común, el cual entienden como la defensa de la propiedad privada.Conciben el marxismo como contrario a la "naturaleza" humana que, a juicio de ellos, es egoísta, individualista, y con vocación espontánea hacia la libre empresa.

    Sin embargo, cuando se urga en la historia de las ideas socialistas se aprecia que estas han partido de una concpeción muy distinta de la esencia humana y a diferencia de los hongos, sí han florecido y han tenido múltiples manifestaciones cargadas de valores éticos y de la belleza, también, ?por qué no?, que proporcionan flores y frutos del humanismo de todos los tiempos.

    Desde la antiguedad más remota en la mitología de muchos pueblos,- entre ellos los precolombinos de "nuestra América"- se añoraba poéticamente una especie "edad de oro" de los pueblos. De seguro no le denominarían así si se tiene en cuenta las masacres y genocidios producidos a causa del codiciado material. Esa época era concebida de felicidad, justicia y armonía social donde todos los hombres eran tratados fraternalmente.

    Tanto en la cultura china,india como la grecoromana hay innumerables testimonios de ideas comunitarias y utopistas, que después proliferaron también durante la Edad Media con su necesaria tonalidad religiosa e irrumpieron con mayor fuerza a partir del Renacimiento y se acrecentaron en la misma medida en que el capitalismo evidenciaba su inhumana naturaleza.

    El ideal socialista no fue el producto de una cabeza febril y enajenada sino la resultante permanente de la lucha del hombre por recuperar su verdadera esencia humana,tarea esta en la que la obra de Marx constituye un peldaño decisivo e insustituible hacia tal recuperación.

    En la época contemporánea donde se pone en juego la validación de la existencia o no de una lógica de la historia, la vida individual de ningún hombre en particular alcanzará jamás para constatar, la posibilidad del triunfo definitivo del imperio de la lógica del capital o del de la desalienación que propugna el marxismo. Habrá entonces que aceptar, al menos hipotéticamente, la existencia de una multirracionalidad de la historia a partir del estudio de la marcha real de los procesos sociopolíticos hasta el presente , antes de desbocarse hacia los senderos pantanosos del escepticismo y el nihilismo como aconsejan algunas modalidades del pensamiento postmodernista.

    En esa desventajosa lucha entre los resultados y utopías abstractas ,que presenta el añejo, pero refortalecido, capitalismo, y las insuficiencias y utopías concretas, diría Bloch, que ha mostrado el infante socialismo, ninguno tiene hasta el momento la última palabra. Y cada cual mientras tanto esperará que la historia lo absuelva, aunque por supuesto no con los brazos cruzados.

    Equívocas han sido siempre las posiciones que reducen el marxismo a un ideario sociopolítico y económico ,como injustamente hasta por sus propios propugnadores en ocasiones se ha asumido. Si se coincide en que esta es la denominación adecuada para designar a toda una filosofía, a toda una concepción general del mundo cuyos componentes nucleicos se apoyan en la visión dialéctica y materialista del mundo, entonces tampoco puede ser considerado el marxismo en su totalidad como un hongo.

    La filosofía de Marx y Engels no se alimentó de materia en descomposición. Ni Hegel era un "perro muerto" como lo evidencia su vitalidad latente en sus seguidores actuales.Ni lo era Epicuro, Kant, Fichte ,Feuerbach, Spinoza o Rousseau, de quienes evidentemente se nutrieron, como lo demuestran múltiples investigaciones realizadas al efecto por marxistas y marxólogos.

    Reconocer este hecho implica acceder a que no fue exclusivamente en los representantes del materialismo filosófico, como en el caso del materialismo francés,(Cool donde fueron apuntalando sus futuras atalayas, sino en múltiples figuras del "idealismo inteligente", con lo cual no se le otorga total veracidad a la anterior formulación hegeliana, pero se revela su núcleo racional.

    El marxismo es no sólo heredero virtuoso de esa permanente lucha entre racionalistas e irracionalistas, materialistas e idealistas, fideístas y ateos, dialécticos y reduccionistas metafísicos,etc. sino también momento de viraje decisivo de tales combates e instrumento imposible de abandonar en las nuevas contiendas filosóficas contemporáneas.

    Jamás podrá escribirse la historia política o la historia de la cultura de este final del segundo milenio de la llamada "era cristiana" ignorando la significación teórica y práctica del marxismo, tanto para Occidente como para Oriente. Del mismo modo que es imposible analizar la marcha de la cultura occidental en estos dos mil años desconociendo la incidencia positiva o negativa que ha tenido en distintos momentos el cristianismo.

    Tareas similares a las de hoy tendrán los analistas de finales del tercer milenio que ya se anuncia preñado de emancipaciones pospuestas en las que el marxismo tampoco será un "perro muerto".

    No será labor estéril entonces establecer comparaciones que hoy solamente se podrían adelantar especulativamente entre la historia del cristianismo y la del marxismo. Alejado de toda sospecha de reducir el primero a la condición de mera doctrina sociopolítica, ignorando su naturaleza religiosa y cosmovisiva, o el segundo a la condición de nueva modalidad de religión como se ha pretendido. Solamente buscando su nexo esencial entre ambos en cuanto a su propuesta humanista y las formas concretas en que han pretendido ser llevadas a cabo por sus pretendidos epígonos.

    Una investigación de tal índole debe conducir a la conclusión de que el cristianismo tampoco fue un hongo.Este se nutrió también de muchos valores humanistas del pensamiento religioso y filosófico de la antiguedad, especialmente del Medio Oriente y sobre todo del judaísmo, de la filosofía griega y romana de su tiempo, en particular del platonismo, el estoicismo y posteriormente del aristotelismo.

    El cristianismo no puede ser reducido a la obra exclusiva de Cristo, del mismo modo que el marxismo no puede circunscribirse a Marx.?Qué hubiera sido del cristianismo sin San Juan,los padres de la Iglesia , Orígenes,San Agustín, Santo Tomás,etc. ?. Y Cristo - independientemente de que se admita su existencia o no como persona históricamente existente- no tuvo la posibilidad de que le preguntaran algunos años después de ser divulgadas y tergiversadas muchas de sus ideas,de si él mismo era cristiano, como la tuvo Marx, cuando le preguntaron si era marxista.

    Quien sabe cual habría podido ser su respuesta de aquél. Del mismo modo que si se las pudieramos repetir a ambos después de haber t"anscurridos tantos años en los que se han invocando sus respectivos nombres para justificar incluso prácticas inhumanas, como por ejemplo, contra los aborígenes de estas tierras en un caso,o con el pueblo de Kampuchea en otro.Si Madame Rolland ,contrarrevolucionaria guillotinada durante la Revolución Francesa , exclamó:¡ Oh, Revolución , cuantos crímenes se han cometido en tu nombre ¡ También se podría decir:¡Oh, cristianismo, Oh, Marxismo ,cuantos crímenes se han cometido en tus nombres¡.

    La historia ha sido algo cruel con Cristo y con Marx. Algo muy distinto a lo que aspiraba Cristo fue lo que hicieron posteriormente algunos que invocaban el cristianismo. Tal es el caso de aquellos que lo pusieron al servicio del Imperio Romano para justificar la explotación a que fueron sometidos aquellos esclavos y hombres humildes de donde al parecer había emergido con natural apoyo , originalmente, las ideas cristianas.

    Las diferentes interpretaciones que se fueron ofreciendo de las ideas cristianas acorde con intereses de diversa índole ,entre los cuales los de carácter económico no ocupaban un segundo plano, provocaron los diferentes cismas que dieron lugar a las divisiones y e, nacimiento de varias corrientes dentro del cristianismo que todavía en la actualidad se multiplican. De manera similar el marxismo se ha visto esgrimido por ortodoxos, heterodoxos, "verdaderos", etc. que en todo caso se autoconsideran genuinos intérpretes de las enseñanza del creador de la doctrina.

    No es de dudar que el tercer milenio requerirá un mayor ecumenismo de los marxistas y una más efectiva praxis de los cristianos para alcanzar el "humanismo real" que dignifique al hombre terrenaly propicie así un mejor acceso al "reino de los cielos".

    Numerosos estudios históricos, filosóficos y filológicos se han dedicado a determinar cuáles fueron las fuentes reales de donde tomaron muchas ideas que posteriormente aparecieron en los documentos cristianos. Estéril sería tal dedicación si su objetivo exclusivo fuese presentar la posible falta de originalidad del cristianismo, en lugar de proponerse una reconstrucción axiológica a fin de demostrar su significación en la trayectoria del humanismo desde la antiguedad hasta nuestros días.

    Algo similar podría ocurrir con el estudio prejuiciado de la obra de Marx y Engels orientado a mostrar la ausencia de ideas propias. Así podría señalarse que el término "socialismo científico" fue elaborado por Proudhon; que la idea de que el ser determina la conciencia es de Feuerbach;la concepción de la religión como opio fue sugerida por Fourier y Bauer: el criterio de la necesidad de una dictadura del proletariado por Blanqui, etc.

    Un enfoque con efecto similar aunque motivado por objetivos diferentes, se apreciaba en algunos manuales para la enseñanza del marxismo en los cuales se simplificaba todo a la influencia de Hegel, cuya al parecer sencilla "inversión" de la dialéctica confesada por Marx y su "combinación" con el materialismo feuerbaquiano daba la fórmula exclusiva y sin contratiempos para arribar al materialismo dialéctico.

    Siguiendo estos enfoques simplificadores puede llegarse a la conclusión cuestionadora del carácter verdadero de la revolución filosófica que se plantea ha efectuado el marxismo.

    Una postura diametralmente opuesta, pero paradójicamente con efectos similares, de acuerdo con la máxima que los extremos se tocan, ha consistido en atribuir a los fundadores de esta teoría muchas más ideas y descubrimientos de los que realmente lograron, motivado por el hecho de desconocer otras fuentes también importantes de su pensamiento.

    Por mucho tiempo no resultó extraño que cada tesis doctoral, monografía, etc. sobre los más diversos problemas de las ciencias naturales, sociales, del arte, el derecho, el deporte , o cualquier otra cosa. se iniciase con referencias forzadas a "ideas de los clásicos" sobre el tema en cuestión.

    En verdad el efecto era contraproducente, pues aunque tanto Marx como Engels hicieron descubrimientos trascendentales en el conocimiento humano, - y no es menos cierto queda aun mucho por descubrir en sus obras parcialmente inéditas, - atenta contra la propia esencia del marxismo, el cual fue concebido por ellos mismos como una guía para la acción y un método riguroso, pretender encontrar respuesta a infinitud de interrogantes que se plantea el hombre contemporáneo como los desafíos en todos los órdenes de la revolución científico-técnica actual, cuando se tiene en cuenta, como señala Darcy Ribeiro , que "Marx nunca vio un motor de explosión"(9).

    Para un detenido análisis de las múltiples fuentes teóricas del pensamiento de Marx resulta recomendable dedicar especial atención a su tesis doctoral, que es una obra muy embrionaria pero sugerente. Haberle dedicado atención a la filosofía de Demócrito y Epicuro no fue algo azaroso.

    Esta elección tiene sus condicionantes históricas.En aquella época era común entre los jóvenes hegelianos establecer una comparación entre la Alemania de entonces y la Grecia del período helenístico por la coincidencia aparente de haber dejado atrás grandes sistemas filosóficos y entrar en un período de crisis de muchos valores, de anquilosamiento político, escepticismo, etc.

    A su vez, el tema de la religión cobró dimensiones extraordinarias en los años treinta y cuarenta, por sus significaciones en todas las esferas de la vida alemana especialmente la política.

    Marx, como lo prueban sus apuntes de estudio, en ese período se ocupó de la historia de la filosofía antigua y moderna ,deteniéndose en los pensadores que a su juicio resultaban principales (10). Sin embargo, prefirió detenerse sobre todo en Epicuro tan estigmatizado por el cristianismo por sus ideas respecto a los dioses.

    En esa época Marx estaba profundamente influenciado por el idealismo hegeliano y por tanto, su análisis estaba permeado por esa filosofía. Marx no nació siendo marxista. Marx fue un hombre como cualquier otro que se educa en determinado medio, en su caso en una familia judía y por tanto recibió una fuerte influencia religiosa, al igual que la tuvo Engels con el pietismo.

    Marx analiza el atomismo de estos dos grandes representantes del materialismo y de la dialéctica de la antigÜedad. Y presta mayor atención a Epicuro, quien puede ser considerado por su cuadrifármaco uno de los primeros pensadores que se enfrenta a las fundamentales formas de enajenación humana ,después de la económica. Sus sugerencias dirigidas a liberar al hombre del temor a la muerte, a los dioses, a las enfermedades y su estimulación para que el hombre encuentre su libertad en el autocontrol de los placeres, cuyo exceso es causa del dolor humano parece que motivaron al joven Marx.

    En Epicuro, Marx encontró una de las primeras fuentes para estudiar los fermentos desalienadores que seran preocupación básica en sus trabajos tempranos como los "Manuscritos económicos y filosóficos de 1844". Encuentra en él gérmenes para combatir todo aquello que pueda constituir elemento de falsedad o engaño y mistificación del hombre. Según afirma en dicho trabajo "Puesto que todos los filósofos antiguos partieron de la conciencia, como de presupuesto - sin exceptuar a los escépticos- siempre les hizo falta un punto seguro de apoyo; tal función la cumplen las representaciones, tal como se hallan en el saber general. Epicuro en cuanto filósofo de la representación es ,en este punto el más riguroso, y define, por eso ,mejor tales condiciones de fundamento."(11)

    Para Marx, Epicuro en cierta medida constituye una de las modalidades de perfección de la filosofía griega, especialmente también por ser un filosófo que se opone al determinismo ciego y teleológico de Demócrito y con su original planteamiento de la desviación espontánea de los átomos dejaba sentadas las bases para una mejor comprensión de la libertad en el plano social y no exclusivamente en el plano ontológico, en el mundo de l! naturaleza, donde consideraba que los átomos dado su diferente peso rompían la trayectoria lineal de traslación y describían curvas específicas.

    Marx vio en la atomística epicúrea un pilar para la emancipación espiritual humana por eso allí también sostiene : "En Epicuro la atomística se desarrolla y llega a su perfección, aun con todas sus contradiciones, como la ciencia natural de la autoconciencia"(12). Esto significa que aprecia en dicha atomística u. instrumento para explicar no sólo el mundo físico de la naturaleza, sino el mundo social del hombre.En ella encuentra los ingredientes básicos para la comprensión de la liberación humana, la desalienación y la ruptura con todo el pensamiento anterior.

    En dicha tesis hay varias evidencias de su alto aprecio por cualquier elemento emancipatorio del hombre que pueda ofrecer la filosofía, incluso extraído simbólicamente de la mitología griega a través de Prometeo, que Marx encuentra inicialmente en Epicuro y que su temprano juicio de esa época culminaba en Hegel. Por eso sostiene :"Pero a la manera como Prometeo, robado el fuego del cielo, se dio a levantar casas y a hacer de la tierra su residencia, parecidamente la filosofía, ampliada hasta hacerse mundo, vuelvese contra el mundo aparencial. Así ahora la filosofía hegeliana"(13)

    Esta es una de las primeras manifestaciones de una de las preocupaciones fundamentales de Marx durante toda su vida posterior: encontrar el vínculo de la filosofía con la realidad, con el mundo, con la práctica histórico-social a la cual le había inducido Hegel (14). Ahí están los gérmenes de la futura revolución filósofica que éste operará y de su ruptura radical con el filosofar anterior, que se caracterizaba por ser especulativo y trascendentalista en tanto no aspiraba a volcarse sobre y a transformar el mundo terrenal.

    Por supuesto que en esa búsqueda de la acción y de la práctica tampoco es sostenible la absoluta primogenitura de Marx. Fueron imprescindibles los pasos previos que dieron Kant y Fichte , así como hombres de menor talla intelectual, pero que tuvieron gran repercusión directa en su formación como August Cieszkowski y Moises Hess (15). Tanto Feuerbach con sus criterios sobre la práctica ,como Hegel sobre la significación del trabajo, fueron pasos decisivos en ese proceso de priorización de la práctica.

    Hegel a través de sus Lecciones de Historia de la filosofía contribuyó notablemente a que el joven Marx encontrará en el pensamiento de la antigÜedad uno de los peldaños principales no tanto del devenir del espíritu absoluto, como sostenía el gran idealista alemán, sino las armas teóricas que le servirían posteriormente para apuntalar el aterrizaje que Marx le exigiría a la filosofía para que se hiciera mundo, aun a expensas de su autodestrucción en el sentido tradicional, pero sin atentar contra su naturaleza última que consiste en ser comprensión teórica del mundo.

    En su tesis doctoral Marx sostenía ..."la práxis de la filosofía , es ella misma, teórica; es la crítica la que mide la existencia singular con la esencia; la realidad especial con la idea" y más adelante sostiene "el hacerse filosófico el mundo es , en uno, hacerse mundanal la filosofía; que su realización resulta, a la vez, su perdición"(16). Ese fue uno de los grandes retos de la filosofía marxista desde que comienza a cristalizar con personalidad propia, esto es, cómo volcarse sobre el mundo partiendo de él y sin necesidad de atentar contra la supervivencia misma de la reflexión filosófica para todos los tiempos, evitando el suicidio de la filosofía que comenzaban a preconizar ya por entonces los positivistas.

    Ese tratamiento histórico-filosófico de los problemas se muestra en múltiples apuntes de estudio no escritos para la publicidad, sobre todo aquellos que efectuó mientras preparaba su tesis doctoral(17), así como en algunas obras cruciales como La sagrada Familia donde las valoraciones sobre varios pensadores modernos son dignas de consideración.

    Ya desde la tesis doctoral se aprecia que Marx concibe la filosofía, al igual que la ciencia como algo en proceso, jamás terminado definitivamente y por tanto sometido a permanente crítica. Algo que había caracterizado al movimiento de la juventud (egeliana fue su criticismo estéril, que no daba soluciones viables para la conversión del mundo alemán, por tal motivo Marx y Engels denominaron también a La sagrada familia, "Crítica de la crítica crítica" ,por la hiperbolización de la crítica que se daba en dichos epígonos a la izquierda de Hegel.

    En su tesis Marx se introdujo en un problema que después seguiría llamando su atención el de la crítica a la religión. En esa labor Marx se va emancipando paulatinamente de su anterior conciencia religiosa. Prepara el terreno a todo tipo de crítica a la religión y no sólo del crístianismo. En dicha tarea la influencia de Feuerbach con su libro La esencia del cristianismo resultó decisiva para la orientación de su pensamiento hacia el materialismo

    Marx sostiene, en su tesis que las llamadas pruebas de la existencia de Dios no confirman , sino que por el contrario desconfirman dicha existencia." Lo que son para un país determinados dioses extranjeros, lo es el país de la razón para dios en general: es una región en que cesa su existencia".(18) En este sentido la influencia de las ideas de Epicuro al respecto es muy significativa y subestimada en su aproximación posterior a Feuerbach en esta cuestión.

    Ya desde ese trabajo temprano bajo la impronta de Epicuro, Marx reconoce que entre la religión y la razón hay un abismo. Y que las llamadas pruebas de la existencia de Dios no son otra cosa que pruebas de la autoconciencia humana o explicaciones lógicas de la misma. Asi inició sus primeros pasos hacia la concepción de que la conciencia religiosa es una forma de autoenajenación de la esencia humana. El hombre pone en ios cualidades que son eminentemente humanas como la bondad, la humildad, la caridad, etc. valores todos que son inherentes a la condición humana.

    De lo anterior no se desprende que el tema de la lucha contra la religión sea el tema central de dicho trabajo. Simplemente deja planteado un problema que sería objeto de sus análisis posteriores y que se convertiría en el hilo conductor de su procupación humanista: la superación de la enajenación y el logro de la emancipación del hombre (19), en la que la filosofía clásica alemana jugó un papel sustancial, pero de ninguna manera exclusivo.

    Para comprender la evolución del pensamiento de Marx hay que detenerse en pensadores tan significativos como Rousseau. No se trata simplemente de referencias aisladas a uno u otro filósofo, sino de la huella que van dejando cada uno de los filósofos que Marx estudió con detenimiento en sus años juveniles.

    En su artículo "Sobre la cuestión judia", que también es un trabajo temprano y muy significativo en la evolución intelectual de Marx es apreciable dicha influencia. En él Marx se dedica a estudiar profundamante el problema de la esencia humana y el de la libertad ,que era preocupación central de los jóvenes hegelianos, a fin d demosgtrar que este no podía resolverse exclusivamente con el logro de la libertad política sino por la liberación social.En este aspecto Marx va más allá de los jóvenes hegelianos porque parte directamente de Rousseau y de su concepción de la igualdad.

    El logro de la emancipación social más allá de la liberación política ha sido aspiración de todo revolucionario. Martí le confió al marxista Carlos Baliño que la revolución no era la que harían en la manigua sino después en la república.Su objetivo principal era vindicar al hombre dignificándolo y no simplemente cambiar un gobierno por otro.

    A eso aspiraba Marx cuando asimilaba críticamente las ideas roussonianas referidas a la igualdad del hombre y al percatarse de sus limitaciones dado su carácter abstracto, típico del humanismo ilustrado.

    En dicho trabajo Marx no abandona la problemática religiosa, más bien es a través de ella que aborda la cuestión de la libertad humana. Y resulta interesante observar una idea que al parecer no fue muy tomada en consideración por muchos de los partidos y gobiernos del llamado socialismo real, entre los que en este aspecto no escapa la experiencia cubana-, tal vez por considerarse que había sido expresada en un momento en que Marx aún no era "marxista". Marx plantea que : "El hombre se libera en medio del Estado políticamente, de una barrera elevándose sobre ella en una forma parcial, abstracta y limitada. Por tanto también cuando el hombre se libera políticamente lo hace dando un rodeo, en un medio, aunque en un medio necesario. Y por último incluso cuando el hombre se proclama ateo por mediación del Estado- es decir, cuando proclama el ateísmo de Estado-, sigue sujeto a la religión precisamente por reocnocerse a sí mismo sólo dando un rodeo a través de un mediador" (20). Este fue el germen de su idea desarrollada un año despúes cuando afirma que : "La religión es solamente el sol ilusorio que gira al rededor del hombre mienytras este no gira en derredor de sí mismo " (21).

    En definitiva ,la preocupación principal de Marx era la liberación humana y para ello habría de apoyarse en Epicuro, Spinoza, Rousseau y en otros tantos pensadores, que contribuyeron en diverso grado al proceso de desalienación del hombre.

    La crítica de Marx a la religión no estaba dirigida en especial a una de sus formas en favor de otra, sino de toda religión en tanto eran fuente de enajenación en distinto modo. Sus críticas al judaísmo en dicho trabajo por su culto al dinero y al interés egoísta estaban dirigidas en última instancia contra la deificación del dinero en la enajenante sociedad burguesa.

    Cuando Marx simpatiza con Rousseau no lo hace por identificarse con su propuesta de retorno del hombre a su estado natural, sino que aprecia en él la búsqueda de un hombre que no se encuentre dominado por fuerzas alienadoras. Buscaba en aquel un hombre que no hubiese dado el paso decisivo hacia la alienación que impuso la aparición de la propiedad privada y el origen de la desigualdad entre los hombres.

    Marx se detuvo en la concepción rousseauniana de la igualdad y la libertad del hombre por naturaleza. Esta tesis estaba vinculada a la formulada anteriormente por Locke referida a que el hombre al nacer era una tabula rasa u hoja en limpio, lo cual supone también que todos los hombres dependen necesariamente de su respectivo entorno social para su desarrollo.

    Por esa vía, que partía de Locke y pasaba por una de las líneas del materialismo francés y Rousseau, Marx infirió el vínculo de esta idea con las posteriores de corte socialista, pues estaba dirigida contra la aristocrática concepción del linaje natural de algunos hombres. El análisis crítico de esta tesis que Marx despliega posteriormente le llevaría a la conclusión de que si bien era cierto que el hombre es un producto de sus circunstancias, estas son humanamente modificables por la acción práctica.

    La concepción rousseauniana de la igualdad de los hombres influyó notablemente en Marx sin que implicara en ningún modo hacer concesiones al igualitarismo que preconizaban en su época algunos representantes del socialismo utópico. Por el contrario Rousseau otorgaba especial atención a la correlación entre el mérito por el trabajo y la gratificación social, idea esta muy apreciada por Marx.

    Marx aspiraba a una plena igualdad social de individualidades libres con sus necesarias diferencias donde estas pudieran desplegar todas sus potencialidades. Considera que en el socialismo cada hombre debía ser remunerado en correspondencia con el trabajo que aportara, como habían sugerido otros socialistas. Y en su crítica Stirner se detiene en el necesario rescate de la individualidad que debe efectuar el comunismo tal y como el lo concibe , y no el cuartelario que él mismo criticaría. Para Marx el comunismo significaria la plena conquista de la esencia humana menguada por las sociedades anteriores. Toda la obra de Marx desde su inicio hasta su cumbre en El Capital estuvo dirigida en última instancia a desalienar al hombre.

    ---fin del mensaje nº 1---


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    "El Marxismo no es un hongo (fuentes teóricas del marxismo)" - texto del cubano Pablo Guadarrama González - Interesante para la formación Empty Re: "El Marxismo no es un hongo (fuentes teóricas del marxismo)" - texto del cubano Pablo Guadarrama González - Interesante para la formación

    Mensaje por pedrocasca Miér Oct 10, 2012 7:09 pm

    El Marxismo no es un hongo (fuentes teóricas del marxismo)

    escrito por Pablo Guadarrama González, de la Academia de Ciencias de Cuba, Doctor en Ciencias (Cuba) y Doctor en Filosofía (Leipzig)

    en dos mensajes en el Foro

    ---mensaje nº 2 y último---

    El pensamiento de Kant dejó una significativa huella en el pensamiento del joven Marx. Tal vez algo más de lo que usualmente se ha reconocido. Althusser sostenía que "el joven Marx nunca ha sido hegeliano, sino kantiano- fichteano primero, feuerbaquiano después." (22) Según este criterio Marx antes de llegar a su "humanismo real", que es como inicialmente llama a su concepción pasó por una etapa donde la huella de Kant y Fichte es predominante.

    Aun cuando resulta exagerada tal aseveración no es menos cierto que la concepción kantiana que sintetiza el humanismo ilustrado al concebir al hombre siempre como fin y nunca como medio inspiró profundamente a Marx durante toda su vida y no sólo en su juventud. De igual modo la inquietud epistemológica kantiana dirigida a conocer las posibilidades y límites del conocimiento humano estuvo muy presente en toda su obra a pesar de no haber desarrollado con exquisitez una epistemología. Pero ante todo la exhortación del pensador de KÖnisberg a trasladar a la esfera de la razón práctica los problemas que la razón pura, dado su carácter antinómico, jamás podría resolver inspiraron la filosofía de la acción de Fichte y la filosofía de la práctica de Marx.

    Sin embargo, entrar en el litigio de encontrar etapas y subetapas en que Marx se deje arrastrar por uno u otro pensador puede conducir a un callejón sin salida. Y esto es válido también en relación con las figuras de Hegel y Feuerbach, quienes indiscutiblemente tuvieron una influencia aún mayor . Pero resultaría unilateral fijar parámetros estrechos para considerar el predominio exclusivo de uno u otro pensador ignorando el proceso de fermentación permanente que se dio en el crisol de un intelecto como el de Marx que desde su juventud impresionó incluso a sus compañeros de mayor edad y conocimiento por su originalidad, genialidad y superioridad en relación con sus antecesores.(23)

    Marx no dejó de replantearse en todo momento las clásicas preguntas kantianas :"?qué puedo saber?, ?qué debo hacer ?,?qué puedo esperar?"(24) y contribuyendo significativamente al conocimiento de las leyes generales de la historia, prestó atención esmerada a la actitud que se derivaba de las respuestas a las dos últimas interrogantes. Al punto que el sentido fundamental de su revolución filosófica se alcanza , en última instancia, por intentar realizar la filosofía, que era hacerla mundo, aun al precio de poner en peligro su ancestral prestigio académico.

    Si tomamos en consideración el criterio de Martina Thom, destacada investigadora de la obra de Kant,y quien también se ha detenido en el estudio del pensamiento de Marx, este último "se enlazó en el desarrollo de su teoría a los ideales del humanismo tradicional, sin embargo el humanismo de la teoría de Marx no resultó simplemente del devenir histórico de esa herencia de ideas" (25).

    En realidad Marx bebió de muchas fuentes teóricas pero sus originales ideas fueron engendradas ante todo por el creciente vínculo orgánico con la realidad social de su tiempo que aspiraba a perfeccionar humanizándola con la acción práctico revolucionaria y no con lamentos filantrópicos. Marx abandonó paulatinamente al hombre abstracto enarbolado por el humanismo anterior y empezó a gestar su "humanismo real" en el humanismo concreto que comenzó a descubrir corporizado en el hombre de carne y hueso, cuya expresión más acabada encontró en el proletariado.

    Es en la clase obrera donde Marx vería reflejada plenamente la esencia humana concebida como el conjunto de las relaciones sociales, porque dicha esencia se revela a través del trabajo.Y esto se lo ayudó a apreciar Hegel. Es en la producción de bienes donde el hombre demuestra sus infinitas potencialidades eminentemente humanas.

    No solamente Kant y Hegel, quienes descuellan más por su repercusión universal, sino filósofos menores como Fichte con su instigación a la acción y otros más insignificantes como Hess y Cieszkowsky le servirían a Marx y a Engels para preparar el terreno hacia una filosofía de la praxis.

    Otro de los pensadores que dejó honda huella en el pensamiento de Marx fue Spinoza y esto se aprecia desde los apuntes tempranos que hizo de la obra Tratado teológico político, hasta varios de sus trabajos propios.

    Plejanov fue uno de los primeros que apreció el vínculo entre Spinoza y Marx, llegando a considerar la obra de aquel una especie de antesala de la del segundo. La tesis spinoziana de que el hombre es una sustancia extensa y a la vez pensante fue compartida por Engels, según confesó al propio Plejanov en 1889.

    El joven Marx encontró algunos elementos en Spinoza dirigidos a la metafísica imperante por entonces, pero sobre todo a las concepciones unilaterales del conocimiento que en aquella época llegaron a una de sus polarizaciones máximas con el racionalismo y el sensualismo.

    Estas consideraciones, entre otras, hicieron plantear a Althusser que el marxismo es una especie de spinozismo desarrollado y que ..."no sólo el Marx de la Introducción de 1857, que de hecho combatía a Hegel mediante Spinoza, sino también el Marx de El Capital y también Lenin- se colocan en posiciones que no dejan de estar profundamente vinculadas con las posiciones de Spinoza"(26), especialmente porque aunque hablan del conocimiento se oponen a la idea de una teoría del mismo.

    Tales tipos de hiperbolización no eran del todo novedosos pues ya en los años veinte en la otrora Unión Soviética los encargados de elaborar la manualística del materialismo dialéctico como Deborín y otros, exageraron aquella formulación inicial de Plejanov y se llegó a decir que Spinoza era una especie de Marx sin barbas.

    En una interesante tesis doctoral sobre el vínculo entre Marx y Spinoza en cuanto a los problemas del método y el conocimiento, el colombiano Freddy Salazar sugiere que uno de los momentos de aproximación epistemológica entre ambos "se encuentra fundamentalmente, en la coincidencia de los aspectos constitutivos de las categorías económicas de Marx, con los aspectos constitutivos de las nociones comunes de Spinoza"(27). Aunque también reconoce que dicho nexo se expresa por las respectivas visiones dialécticas del mundo.

    Entre otros estudios recientes de esta problemática en los que se insiste en la significativa influencia del pensador holandés se encuentra el libro de Pierre Macherey Spinoza o Hegel publicado en 1981. Año en que la Universidad de Leipzig efectuó una conferencia científica sobre marxismo y spinozismo, en la cual su principal inspirador Helmut Seidel insistió en la crítica de la religión como el principal punto de partida de la confluencia de Marx con Spinoza (28). Todo lo que indica que la recepción de Spinoza en Marx no ha sido desatendida, aunque sí insuficientemente divulgada dada la proliferación del criterio de que el marxismo sólo tuvo tres fuentes teóricas.

    Los profundos elementos de la visión dialéctica del mundo que hay en Spinoza y en particular su concepción entre la necesidad y la libertad fueron, en definitiva, los que mayor acogida pudieron tener en Marx. En la historia del pensamiento dialéctico desde la antigÜedad -tarea esta de reconstrucción que fue efectuada con esmero por un colectivo de autores del Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de la ex URSS- se insiste también con razón en el destacado lugar de Spinoza y en sus repercusiones en otros pensadores que incidieron en el desarrollo de la dialéctica como Schelling y Hegel (29).

    Estos pensadores, indiscutiblemente constituyeron la antesala de la dialéctica materialista de Marx y Engels, sin embargo aun cuando este último asistió a las conferencias de la última etapa de Schelling se piensa comúnmente que su reacción ante ella fue de total rechazo ante su misticismo e irracionalismo dominante en ese período. Por tanto, se descarta todo tipo de posible influencia en su pensamiento.

    Tal juicio desconoce ante todo que en su etapa de florecimiento, el pensamiento de Schelling estuvo orgánicamente vinculado con el de Hegel, por lo que resulta difícil presuponer que hubiese podido borrar en su etapa senil todo vestigio de brillantez y racionalidad dialéctica. De no ser así no se comprendería el por qué de sus conferencias atiborradas de público y el culto que se le rindió después de la desaparición de Hegel.

    El obligado cuestionamiento de la consideración de Schelling o Fichte, incluso del propio Kant, dentro de las concebidas fuentes filosóficas del marxismo plantea un problema de mayor envergadura: ¿qué es lo que debe ser considerado fuente teórica de un pensamiento filosófico?, ¿sólo aquellas ideas que son asimiladas y aceptadas por sus seguidores de manera tal que su enjuiciamiento crítico no rebase ciertos límites y en definita prevalezca la coincidencia sobre la disidencia? Si se parte de tal criterio, por supuesto que las fuentes que nutren básicamente a un pensador se reducen en gran medida.

    Pero la riqueza de la realidad siempre supera con creces cualquier conceptualización posible. La historia universal de la filosofía demuestra que muchos logros del pensamiento humano no han sido alcanzados mediante la simple añadidura o completamiento de tesis preliminarmente formuladas, sino que más bien es a partir de la polémica y los juicios críticos, que se ha dado el genuino enriquecimiento del saber filosófico y científico.

    Muchas veces una pregunta bien formulada resulta más fructífera e induce racionalmente a la búsqueda de la verdad, a pesar de la posible respuesta equivocada que se le haya dado a la misma interrogante por el que se la plantea.

    ¿Qué teoría científica o filosófica ha podido desarrollarse hasta el presente renunciando de antemano a toda concepción que no se considere suficientemente argumentada o probada? Si ese hubiera sido el camino del pensamiento humano, no hubiera dado los trascendentales pasos que ha logrado.

    a Si Marx y Engels no hubieran valorado críticamente, es decir dialécticamente, los momentos más valiosos del pensamiento anterior y coetáneo que pudieran servirle a sus objetivos desalienadores y emancipatorios no hubieran podido contribuir como lo hicieron al viraje revolucionario en la historia del pensamiento dialéctico y del materialismo filosófico. Y hoy no constituirían ese peldaño imprescindible en el cual hay que necesariamente apoyarse si se pretende la elevación a las escarpadas cumbres de la ciencia del hombre.

    No es posible imaginarse la formación y el desarrollo del pensamiento de Marx y Engels sin el diálogo polémico de Strauss, Bauer, Ruge, Weitling, Proudhon, Bakunin, Duhring,etc. en los que no descartarían la existencia de granos racionales, de proyecciones humanistas, de intentos desalienadores y liberadores del hombre, por abstractos y utópicos que fuesen. Ese sería un proceso permanente durante sus respectivas vidas.

    Otro hubiese sido el rumbo de Marx de no haber partido de aquella juventud hegeliana que, a pesar de su fuerte carga idealista, puso todo su empeño en desentrañar algunos de los mecanismos y raíces de la enajenación religiosa como vías para que el hombre se liberase. La influencia de Bruno Bauer en ese sentido sobre Marx fue marcada. Sin embargo, Marx se percató de que el punto de partida de Bauer para dicha crítica era endeble, pues se disolvía en la autoconciencia.

    La influencia de Hegel seguía latiendo fuertemente en ellos y la misma se plasma en la idea de que el espíritu se enajena en el mundo y discurre como un demiurgo en la realidad. Fue en ese estudio crítico de la juventud hegeliana que Marx pudo ir rompiendo con su concepción religiosa y a la vez percatarse de que la religión no sólo tiene raíces epistemológicas, sino sociales e históricas muy terrenales. Pero algo más, en los jóvenes hegelianos aparecen los elementos para concebir la filosofía como una permanente crítica de todo lo existente y de la filosofía tradicional, lo que implica cierta tendencia autodestructiva de la filosofía en tanto esta exige que se torne más mundana. Aunque esta idea no fue desarrollada, sí aparece esbozada en algunos de sus representantes, como Hess, quien llega a decir que la filosofía alemana cuando se haga práctica dejará de ser filosofía. Marx siguiendo esta idea se percataría de que la filosofía alemana por el camino que llevaba hasta entonces, jamás contribuiría a la emancipación de los alemanes que, a su juicio, hasta el momento sólo se habían dedicado a pensar lo que otros pueblos habían hecho.

    Uno de los factores que más incidió en la revolución filosófica operada por el marxismo consistió en enfrentarse al teoricismo especulativo de la filosofía anterior, por lo que Engels llegó a decir:"Ya no se trata de sacar de las cabezas las concatenaciones, sino descubrirlas en los hechos mismos"(30) Ya esa idea se encontraba en ciernes en los jóvenes hegelianos.

    Del mismo modo el criterio de que la revolución social sería un producto de la creciente polarización de la riqueza fue formulado también por Hess e influyó notablemente sobre Marx. Sin embargo, ninguno de los jóvenes hegelianos fue un revolucionario ni un socialista o comunista, como lo fueron posteriormente Marx y Engels, por eso muchas de sus valiosas ideas no llegaron a germinar ni a fructificar en movimientos sociales como lo haría el marxismo.

    Es imposible concebir el enriquecimiento posterior del marxismo por Plejanov, Lenin, Gramsci, etc. hasta nuestros días si no fuera por la constante interlocución con el pensamiento más avanzado de sus respectivas épocas históricas, independientemente de simpatías o desacuerdos. Este criterio implica de algún modo ampliar el contenido del concepto fuente teórica y obliga a diferenciarlo del de herencia filosófica.

    El concepto de herencia filosófica está orgánicamente vinculado al de herencia cultural, el cual implica a nuestro juicio que no todo lo producido en una época determinada debe ser considerado parte de la misma, sino sólo aquello que constituye efectivamente un valor, y por tanto posee una carga positiva aceptada por consenso. Es decir, no constituye un antivalor. Sólo lo que contribuye a que el hombre domine sus condiciones de existencia en mayor medida y por tanto sea cada vez un ser con mayor libertad, debe ser considerado un bien cultural (31). La tarea más difícil de los investigadores radica en determinar los parámetros específicos para efectuar la valoración de cada producción material o espiritual. Pero el bosque no debe ocultar los árboles y mucho menos los agentes que pueden a la larga contribuir a su extinción.

    El marxismo se fue nutriendo de todas aquellas fuentes de la historia del pensamiento dialéctico, que pueden ser identificadas con la historia universal de la filosofía (32), -aun cuando no todas sean reconocidas de igual forma, porque en verdad no tenían igual valor-, pero a la vez fue produciendo una ruptura dialéctica con todas ellas que le permitió desplegar una personalidad propia, aunque no definitiva. Pues la concepción dialéctico-materialista del mundo se resiste a que un pensador, por muy genial que sea, ponga punto final a sus perennes inquietudes y replanteos.

    Un análisis similar podría realizarse con los representantes menos conocidos del pensamiento socialista, comunista, anarquista, o con otros economistas, naturalistas, historiadores, etc. y de seguro los resultados serían impresionantes. Más allá de la evidente huella de Sismondi, Stuart Mill, Saint Simon y Fourier, puede decantarse la de Proudhon, Weitling, etc.

    Este último tuvo el extraordinario mérito histórico de haber sido pionero en la vinculación de las ideas comunistas con el movimiento obrero alemán; apreció en la clase obrera potencialidades revolucionarias y no simplemente la condición de un sector social sufrido. Estas ideas impresionaron profundamente a Marx y Engels y los indujeron a entrar en comunicación con Weitling.

    En tanto la obra de Proudhon ¿Qué es la propiedad? publicada en 1841, fue muy bien valorada por Marx, especialmente por su tesis de que la propiedad es un robo. A pesar de que Marx criticaba en Proudhon su ignorancia de la dialéctica, en particular la hegeliana,- que no obstante las explicaciones de la misma que el propio Marx le proporcionó, siempre simplificó y tergiversó-, apreció en él valiosas observaciones, que le permitieron a Marx superar el carácter abstracto de las categorías económicas que aquel le profirió.

    Si Marx y Engels no hubieran tenido estos interlocutores activos, con muchos de los cuales tuvieron contacto personal, en debate permanente para el diálogo crítico superador, de seguro no hubieran podido desarrollar con la riqueza que le es característica su teoría socioeconómica y filosófica. Y tal véz hoy no contaríamos con numerosas reflexiones e ideas que fueron inducidas por la batalla crítica.

    El papel de las fuentes teóricas del marxismo, como de cualquier corriente filosófica que ha trascendido, se torna irrelevante si este no va acompañado de la prospección reflexiva sobre la circunstancialidad histórica en que los pensadores se desenvuelven. Si Marx y Engels no hubiesen orientado su búsqueda teórica a partir del análisis de los problemas sociales, económicos, políticos, etc. del mundo que les tocó vivir difícilmente hubieran podido ofertar a la herencia filosófica de la humanidad un pensamiento de tanta talla y mucho menos, hubieran intentado tantas generaciones de revolucionarios que se inspiraron en sus ideas ponerlas en práctica desde el siglo pasado.

    Recurriendo al tradicional sentido común: ¿Es imaginable suponer que todos los pueblos que emprendieron tarea de semejante magnitud: iniciar la construcción de una sociedad más justa; dirigidos por partidos, sindicatos, "soviets", organizaciones e instituciones culturales, etc., al frente de los cuales siempre hubo hombres de talento y de humanas aspiraciones, fuesen unos aberrados mentales y no tuviesen razones suficientes justificadas para darse a esa tarea?

    Por supuesto, que siguiendo la lógica del discurso podríamos hacernos las mismas preguntas en relación con los que han puesto en práctica regímenes racistas y fascistas en esta misma época. A lo que se podría argÜir que los hechos no justifican los derechos. La historia de la humanidad parece estar condenada a sufrir permanentemente los desastres de proyectos y experimentos sociales basados en doctrinas, que siempre se las ingeniarán para asirse de los más sofisticados fundamentos.

    Por el hecho de que Marx y Engels fueron ante todo hombres que pensaron en su época y para ello se ubicaron a partir de la realidad de aquellos países que mayor desarrollo habían alcanzado en el capitalismo, por esa misma razón han trascendido a su época. Del mismo modo que en Platón y Aristóteles tenemos las mejores fuentes para la comprensión no sólo de la estructura sociopolítica de las polis griegas, sino del pensamiento sociopolítico de la antiguedad que hoy sigue alimentando al contemporáneo.De ahí que esperemos que los mejores análisis para la comprensión de las causas del deterioro y derrumbe del socialismo real deberán provenir de los filósofos, politólogos, sociólogos, historiadores e investigadores sociales en general de la extinta Unión Soviética y de los países de Europa Oriental. Ellos mejor que nadie deberán conocer la calidad de los materiales y los métodos constructivos que a la larga causaron el desplome.

    Del mismo modo que los investigadores de los países donde se mantiene este empeño, como Cuba, tienen ante sí la tarea de urgar en la especificidad de cada proceso particular y tras delimitar los errores también cometidos, fundamentar el por qué estos no han podido dar al traste con un proyecto de tal envergadura en circunstancias tan adversas.

    El análisis anterior, que evidentemente resulta muy incompleto por cuanto no aborda todas y cada una de las "fuentes menores" del marxismo, debe conducir a la conclusión de que los clásicos de esta teoría jamás pudieron desplegar todas las potencialidades de sus respectivos intelectos de no haberse nutrido de los innumerables ingredientes y pilares mayores y menores de ese fértil suelo que era la cultura filosófica y humanista que les antecedió y les siguió alimentando durante sus respectivas vidas.

    Aun cuando resulta un hecho evidente la necesidad de profundizar en otras fuentes teóricas de las cuales se nutrieron Marx y Engels, estériles resultarán siempre los intentos en aras de justipreciar la influencia de Spinoza, de Kant o de cualquier otro pensador menos reconocido en este plano filosófico, la influencia de Hegel y Feuerbach en el surgimiento del marxismo.

    Si bien es cierto que Kant trató de encontrar las claves de la soberanía humana y trataba de emancipar al hombre de la naturaleza, aspiraba a la realización de la libertad humana y sí buscaba el camino permanente del hombre en su peregrinaje a hacia sí mismo; Marx también supo nutrirse de todo el pensamiento más elaborado con anterioridad y ponerlo a tono con la revolución filosófica que emprendió. No para acabar con las revoluciones filosóficas de una vez y por todas, sino para dejar entrever y promover la posibilidad infinita de otras, no menos novedosas y necesarias, futuras revoluciones filosóficas.

    El futuro de la filosofía no podrá depender jamás del "cavernícola" cultivo de hongos.

    Referencias bibliográficas:

    1. Lenin,V.I. Obras escogidas. Ediciones Lenguas extranjeras.Moscú. 1960. p.64-65.

    2. Lucrecio Caro,T. De la naturalezaEditorial Ciencia nueva. Madrid.l968.p. 45.

    3. Lenin,V-I- Ob. cit. p.64.

    4. Hegel, G.F. Enciclopedia de las ciencias filosóficas".Editorial Estudios. La Habana 1968. p. 121.

    5. Oizerman, T.La formación de la filosofía marxista" Editorial Ciencias Sociales. La Habana.l 980.p.26.

    6. Con la desaparición del campo socialista esta clasificación se pone en aprietos porque se verá obligada a expandir los límites geográficos del "marxismo occidental" hacia el Oriente hasta topar con las fronteras de China, Korea y Viet Nam.

    7. Volpe della, Galvano.Rosseau y Marx". Editora Política. La Habana.l 965.p.92.

    8. Existen múltiples evidencias de la alta estimación que tuvieron Marx y Engels por los materialistas franceses del siglo XVIII. En su obra común "La sagrada Familia" reconocen que : "Helvecio concibe inmediantamente el materialismo con referencia a la vida social". Marx C. y Engels, F. " La Sagrada Familia. Editora política. La Habana.l 965. p 211. Y Engels consideró a Diderot un maestro de la dialéctica por su obra El sobrino de Rameau.

    9. Ribeiro, Darcy. "Sin miedo de pensar en Cuba" en Interrogantes de la modernidad. Ediciones Tempo. La Habana.l 992.p.174.

    10. "Sus notas de lectura de 1839 a 1841 muestran que estas versaban principalmente en torno a La filosofía de la naturaleza de Hegel , el Tratado del alma de Aristóteles, las Cartas de Spinoza, la filosofía de Leibniz, la de Huma y la escuela kantiana" Cornú, A.Carlos Marx. Federico Engels. Editorial estudios.la Habana.l967. p.133.

    11. Marx,C y Engels,F. Categorías fundamentalesI 1836-1844 Selección, introducción y notas de J.R. Nuñez Tenorio. Universidad Central de Venezuela.1991.p.121.

    12. Hemos preferido traducir la expresión "Selbsbewusstseins" como "autoconciencia" en lugar de seipsiconciencia, como aparece en la traducción de este texto bilingue. Idem.p.140.

    13. Idem p.,l29. Aqui también hemos preferido traducir la expresión "So jetzt die Hegelsche" como "Así ahora la filosofía hegeliana".

    14. "Con Hegel el quehacer filosófico dirige su atención especial hacia los problemas históricos y sociales" Rodríguez, Zayra. Prólogo a hegel. J.G.F. Fenomenología del espíritu. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. p.VI.

    15. "La principal contribución de Cieszkowski a la evolución del hegelianismo consistió en la idea de identificar a la filosofía con la acción... En la medida en que la identificación de la filosofía con la acción apareció posteriormente en la obra de Hess y se convirtió, a través de él en una piedra angular del marxismo..." Kolakowski, Lezek. Las principales corrientes del marxismo. Los fundadores.Alianza Editorial. Madrid. p.93.

    16. Idem,p.143 .

    17. "Leyó las obras de Aristóteles, de Sexto Empírico, de Diógenes Laercio, de Eusebio, de Clemente de Alejandría y utilizó los comentarios de Simpolicius, de J. Stobaios, de J. Philoponos, así como los estudios críticos contemporáneos sobre Epícuro y al mismo tiempo estudió las doctrinas de Gassendi, de Spinoza, Bayle,Leibniz, Holbach,y Schelling". Cornú. A. Edic. Cit. p 144.

    18.Marx, C. Y Engels. Categorías fundamentales edic. cit.p.145.

    19. Véase: Campos Rodrígo, Aníbal. Hegel, Feuerbach y Marx. Amaru Editores. Lima. l988.

    20. Marx,C. Y Engels, F. Categorías fundamentales. edic. cit. p.303-305.

    21. Marx,K Crítica del derecho político hegeliano." Editorial Ciencias Sociales. La Habana.l 976.p.14.

    22. Althusser,L Por Marx Editora Revolucionaria. La Habana.1966 .p.24.

    23. En una carta de Moses Hess al escritor B. Auerbach en 1841 , cuando Marx era un desconocido y ni siquiera había publicado, escribió:"...conocerás al más grande, mejor dicho, al único y verdadero filósofo actualmente vivo, y que muy pronto cuando se haga conocer públicamente con sus obras y sus cursos atraerá sobre sí las miradas de toda Alemania. Tanto por su tendencia como por sus conocimientos filosóficos supera no sólo a Strauss, sino también a Feuerbach, lo cual es mucho que decir. Si pudiera estar en Bonn cuando comience a dar sus conferencias de lógica me convertiría en su alumno más asiduo. Quisiera tener siempre a un hombre así como profesor de filosofía... El doctor Marx - este es el nombre de mi ídolo- es un hombre muy joven (a lo sumo tendrá unos veinticuatro años) que asestara el golpe de gracia a la religión y a la política medievales. En el se combinan el espíritu filosófico más profundo y más serio con la ironía más mordaz. Imagínate a Rousseau, Voltaire, Holbach, Lessing, Heine y Hegel , no diré congregados, sino fundidos en una sola persona, y te harás una idea del doctor Marx" Citado en Oizerman, T.La formación de la filosofía marxista Editora Ciencias Sociales. La Habana.1980 .p.112.

    24. Kant, E. Crítica de la razón pura.Crítica de la razón práctica. Editorial Ciencias sociales. La Habana. 1973.p.425.

    25. Thom,M. "Karl Marx und der reale Humanismus" en Deutsche Zeitschrift fur Philosophie. Berlin. l984.n.3. p.195.

    26. Althusser, Louis. Posiciones Editorial Anagrama. Barcelona. 1977.p. 152.

    27. Salazar, Freddy. Marx y Spinoza.Problema del método y el conocimiento. Universidad de Antioquia.. Medellín 1986..p.21.

    28. Seidel .H. " Uber das verhaltnisdes Marxismus zur Philosphie Spinozas" en Marxismus und Spinozismus Wissenschaftliche Beitrage. Karl Marx Universitat .Leipzig. l981.p.6.

    29. Colectivo de autores. "Geschichte der Dialéktik 14. bis 18 Jahrhundert Dietz Verlag. Berlin . 1979.p.167.

    30. Marx y Engels,F. Obras escogidas Ediciones de Lenguas extranjeras. Moscú l955.p.424.

    31. Véase Guadarrama, P. y Pereliguin, N. Lo universal y lo específico en la cultura Universidad INCCA de Colombia. Bogotá, 1988. Editorial Ciencias Sociales. La Habana.l 989.

    32. "El proceso de desarrollo del pensamiento dialéctico constituyó para Marx y Engels la línea conducente fundamental de toda la historia de la filosofía". Irrlitz, G. y Lubke, D. Introducción a Marx, K. y Engels,F. Uber Geschichte der Philosophie Reclam. Leipzig. l983.p.24

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