El Marxismo no es un hongo (fuentes teóricas del marxismo)
escrito por Pablo Guadarrama González, de la Academia de Ciencias de Cuba, Doctor en Ciencias (Cuba) y Doctor en Filosofía (Leipzig)
en dos mensajes en el Foro
---mensaje nº 1---
El planteamiento tradicional del análisis de las fuentes teóricas del marxismo ha conducido al equívoco de que se trata de un problema muy sencillo, si se parte de una interpretación simplificada del trabajo de Lenin "Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo" donde este afirma que "El marxismo es el sucesor natural de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés".(1)
Primeramente esta interpretación no toma en consideración que cada una de estas indiscutibles fuentes tuvieron a su vez las respectivas, pues como se conoce desde la antigüedad "ningunas cosa nace de la nada"(2).
Qué hubiera sido de Kant, Fichte y Hegel, de no haberse nutrido de la filosofía inglesa y francesa de la ilustración? Y en especial ?qué hubiera sido de Hegel de no haber hecho esa reconstrucción a su manera de la historia universal de la filosofía en la que los griegos y en particular Heráclito ocupa un lugar tan destacado?
Pero lo mismo podría asegurarse en relación con los economistas ingleses 1ue tuvieron que acudir hasta Aristóteles y Tomás de Aquino para encontrar reflexiones tempranas sobre la teoría del valor; y a los socialistas del XIX que recurrieron también a Moro, Campanella, Bacon o Rousseau para buscar propuestas anteriores de perfeccionamiento social.
Además esa versión manualesca de las fuentes pasaba por alto que Lenin en el propio artículo, plantea que " el genio de Marx estriba, precisamente, en haber dado solución a los problemas planteados antes por el pensamiento avanzado de la humanidad" (3), que indiscutiblemente jamás podrá ser reducido a la producción intelectual del siglo XIX, independientemente de que sea sustentable o no tal aseveración de que Marx haya podido realmente haber solucionado todos los problemas planteados con anterioridad por tantos hombres de talento en la historia del género humano.
Tal vez una interpretación forzada de esa frase aislada de un artículo como éste de Lenin, elaborado para una revista de divulgación y por tanto escrito con un lenguaje sencillo y didáctico, haya podido inducir la visión omnicomprensiva del marxismo como aspirina filosófica apropiada para cualquier tipo de dolencia o problema , que posteriormente el manualismo soviético se encargó de propagar.
El hecho de que Marx y Engels hayan producido una indiscutible revolución filosófica, como en otras épocas Sócrates o Platón , Bruno o Galileo , Descartes o Bacon también pudieron provocar, no les otorga el privilegio exclusivo como a ninguno de los anteriores, o posteriores de poner punto final a las grandes inquietudes filosóficas.
Marx y Engels propugnaron un severo golpe al pensamiento especulativo del filosofar tradicional sublimado en la " filosofía de la historia" y la "filosofía de la naturaleza" y restaron base de sustentación a innumerables sistemas filosóficos .Aun hoy en día estos no han dejado de proliferar y parece que tampoco lo harán nunca, cual si fuera designio inexorable del filosofar la reproducción de sistemas.
Sería injusto atribuir, a quien accedió con desagrado a ofrecer su nombre para designar la concepción dialéctico materialista y por tanto revolucionaria del mundo- que constituye la esencia de lo que denominamos marxismo y que no debe ser identificada con lo que peyorativamente se conoce como "dia-mat"(abreviatura en ruso de Materialismo dialéctico)- , el criterio de que se acaba la filosofía sencillamente porque ya no hay ningún problema que resolver, pues todos se considerarían ya solucionados si se aceptara al pie de la letra la frase de Lenin.
Esto significaría ver en Marx una especie de Hegel, quien partiendo del criterio de que "toda verdadera filosofía en un idealismo"(4),sí llegó a imaginarque su sistema era el non plus ultra de todo idealismo y por tanto de toda filosofía. Sin embargo, la evolución intelectual de Marx, marcada por su espíritu crítico y autosuperador permanente y por su identificación con el viejo enunciado socrático de la docta ignorantia, que lo inducía a dudar de todo, estaba muy lejos de cualquier forma de conformismo epistemológico.
Realmente Lenin destacó los tres movimientos intelectuales que tuvieron de forma inmediata mayor implicación en el plano teórico, metodológico, cosmovisivo, científico e ideológico en el pensamiento de Marx y Engels.
Si se está de acuerdo con que la concepción dialéctico materialista del mundo tiene sus raíces y primeras manifestaciones en el pensamiento antiguo y tiene significativos momentos de desarrollo en distintas etapas de la historia del pensamiento de toda la humanidad entonces habrá que buscar dichas fuentes primigenias no en lo inmediato, sino en toda la historia anterior, pero también en los contemporáneos de Marx y Engels y de sus sucesores. Pues no se trata de concebir que el marxismo (y continuaremos utilizando esta denominación para referirnos a esta nueva etapa del desarrollo de la filosofía que sirve de sostén a la concepción dialéctico materialista) surge de una vez y por todas.
El marxismo como síntesis teórica de una época y como salto cualitativo superador del pensamiento filosofico anterior de la humanidad es algo que continuó desarrollándose por discípulos y seguidores de aquellos.
Es imposible analizar la historia de esta concepción ignorando a intelectuales y a dirigentes revolucionarios como Dietzgen, Lafargue, Plejanov, Lenin, Rosa luxemburgo,Trotsky, Luckacs, Gramsci, etc. Del mismo modo que fuera del contexto europeo a Mao, Ho Chi Minh, Cabral, Mariátegui, Che, Fidel, Arismendy, etc. Pero tambien sería poco honesto pensar que todos desarrollaron de manera similar la teoría marxista o que esta no tuvo tropiezos , obstáculos que salvar, momentos de retrasos, de dogmatismos , de anquilosamiento.
Uno de los objetivos del análisis que iniciamos es demostrar que el devenir del marxismo no ha discurrido por una amplia avenida, sino que su recoorido ha tenido y tiene aún altibajos, zigzagueos, lagunas.
No atenta de ningún modo contra el reconocimiento de su significación, admitir que existen determinados elementos críticos en el despliegue de la teoría misma y no solamente en la práctica de la construcción del socialismo en algunos países y momentos.
No se trata solamente de disloques en los sistemas políticos o de reflujos del movimiento revolucionario y comunista en particular. Hay que reconocer que han habido etapas de estancamiento de la teoría misma como en la época stalinista, la brezschneviana o la maoista. Sin que esto signifique pensar que todo lo que dijo Stalin o Mao es falso. Por que sería tan dogmático como lo que se crítica. Es lo mismo que sostener que todo lo que produjo el pensamiento soviético en el terreno de la teoría marxista-leninista es erróneo. La postmodernidad está preñada de neodogmatismos.
Tal enfoque implicaría, por ejemplo, no utilizar para este análisis la obra de Teodor Oizerman "La formación de la filosofía marxista" que constituye un valiosímo instrumento de comprensión de dicho proceso independientemente de que se pueda estar o no de acuerdo no con cada una de sus conclusiones. Este autor sostiene acertadamente que: "A veces puede surgir la impresión de que unas u otras ideas que ocupan un lugar destacado en el sistema de concepciones de Marx y Engels, surgieron espontáneamente ,es decir, no fueron preparadas por el desarrollo precedente."(5) Precisamente destacar algunas de esas preparacione santeriores es lo que se pretende.
Otra de las nuevas formas de oportunismo intelectual se aprecia en algunos actuales renegados del mal llamado "marxismo soviético" que hoy en el mejor de los casos, sólo se atienen a las ideas de los representantes del también mal llamado "marxismo occidental"(6) - y decimos así porque toda teoría con carácter genuinamente filosófico o científico rehúsa por naturaleza propia, dada su universalidad, al arbitrio de las fronteras geográficas o culturales regionalizadas-, cuando no renuncian en bloque a todo lo que huela a marxismo.
Es realmente expresión no de docta ignorantia sino de ignorancia ramplona desconocer el valor de las ideas múltiples filósofos que florecieron, y no como hongos aislados, en la época del poder soviético entre ellos Kedrov, Kopnin, Ilienko, Mamardaschvili,etc. quienes fueron intelectuales con cabeza propia y no loros parlantes o reproductores de un pensamiento oficialmente aceptado.
Galvano della Volpe sostenía con razón que "el socialismo científico no es un hongo"(7) De lo cual podemos inferir que no surgío como un producto putrefacto de la excreción pensamiento humano, como algunos de los eufóricos ideólogos del neoliberalismo en la actualidad parecen sugerir al considerar que el socialismo se opone al sentido común, el cual entienden como la defensa de la propiedad privada.Conciben el marxismo como contrario a la "naturaleza" humana que, a juicio de ellos, es egoísta, individualista, y con vocación espontánea hacia la libre empresa.
Sin embargo, cuando se urga en la historia de las ideas socialistas se aprecia que estas han partido de una concpeción muy distinta de la esencia humana y a diferencia de los hongos, sí han florecido y han tenido múltiples manifestaciones cargadas de valores éticos y de la belleza, también, ?por qué no?, que proporcionan flores y frutos del humanismo de todos los tiempos.
Desde la antiguedad más remota en la mitología de muchos pueblos,- entre ellos los precolombinos de "nuestra América"- se añoraba poéticamente una especie "edad de oro" de los pueblos. De seguro no le denominarían así si se tiene en cuenta las masacres y genocidios producidos a causa del codiciado material. Esa época era concebida de felicidad, justicia y armonía social donde todos los hombres eran tratados fraternalmente.
Tanto en la cultura china,india como la grecoromana hay innumerables testimonios de ideas comunitarias y utopistas, que después proliferaron también durante la Edad Media con su necesaria tonalidad religiosa e irrumpieron con mayor fuerza a partir del Renacimiento y se acrecentaron en la misma medida en que el capitalismo evidenciaba su inhumana naturaleza.
El ideal socialista no fue el producto de una cabeza febril y enajenada sino la resultante permanente de la lucha del hombre por recuperar su verdadera esencia humana,tarea esta en la que la obra de Marx constituye un peldaño decisivo e insustituible hacia tal recuperación.
En la época contemporánea donde se pone en juego la validación de la existencia o no de una lógica de la historia, la vida individual de ningún hombre en particular alcanzará jamás para constatar, la posibilidad del triunfo definitivo del imperio de la lógica del capital o del de la desalienación que propugna el marxismo. Habrá entonces que aceptar, al menos hipotéticamente, la existencia de una multirracionalidad de la historia a partir del estudio de la marcha real de los procesos sociopolíticos hasta el presente , antes de desbocarse hacia los senderos pantanosos del escepticismo y el nihilismo como aconsejan algunas modalidades del pensamiento postmodernista.
En esa desventajosa lucha entre los resultados y utopías abstractas ,que presenta el añejo, pero refortalecido, capitalismo, y las insuficiencias y utopías concretas, diría Bloch, que ha mostrado el infante socialismo, ninguno tiene hasta el momento la última palabra. Y cada cual mientras tanto esperará que la historia lo absuelva, aunque por supuesto no con los brazos cruzados.
Equívocas han sido siempre las posiciones que reducen el marxismo a un ideario sociopolítico y económico ,como injustamente hasta por sus propios propugnadores en ocasiones se ha asumido. Si se coincide en que esta es la denominación adecuada para designar a toda una filosofía, a toda una concepción general del mundo cuyos componentes nucleicos se apoyan en la visión dialéctica y materialista del mundo, entonces tampoco puede ser considerado el marxismo en su totalidad como un hongo.
La filosofía de Marx y Engels no se alimentó de materia en descomposición. Ni Hegel era un "perro muerto" como lo evidencia su vitalidad latente en sus seguidores actuales.Ni lo era Epicuro, Kant, Fichte ,Feuerbach, Spinoza o Rousseau, de quienes evidentemente se nutrieron, como lo demuestran múltiples investigaciones realizadas al efecto por marxistas y marxólogos.
Reconocer este hecho implica acceder a que no fue exclusivamente en los representantes del materialismo filosófico, como en el caso del materialismo francés,( donde fueron apuntalando sus futuras atalayas, sino en múltiples figuras del "idealismo inteligente", con lo cual no se le otorga total veracidad a la anterior formulación hegeliana, pero se revela su núcleo racional.
El marxismo es no sólo heredero virtuoso de esa permanente lucha entre racionalistas e irracionalistas, materialistas e idealistas, fideístas y ateos, dialécticos y reduccionistas metafísicos,etc. sino también momento de viraje decisivo de tales combates e instrumento imposible de abandonar en las nuevas contiendas filosóficas contemporáneas.
Jamás podrá escribirse la historia política o la historia de la cultura de este final del segundo milenio de la llamada "era cristiana" ignorando la significación teórica y práctica del marxismo, tanto para Occidente como para Oriente. Del mismo modo que es imposible analizar la marcha de la cultura occidental en estos dos mil años desconociendo la incidencia positiva o negativa que ha tenido en distintos momentos el cristianismo.
Tareas similares a las de hoy tendrán los analistas de finales del tercer milenio que ya se anuncia preñado de emancipaciones pospuestas en las que el marxismo tampoco será un "perro muerto".
No será labor estéril entonces establecer comparaciones que hoy solamente se podrían adelantar especulativamente entre la historia del cristianismo y la del marxismo. Alejado de toda sospecha de reducir el primero a la condición de mera doctrina sociopolítica, ignorando su naturaleza religiosa y cosmovisiva, o el segundo a la condición de nueva modalidad de religión como se ha pretendido. Solamente buscando su nexo esencial entre ambos en cuanto a su propuesta humanista y las formas concretas en que han pretendido ser llevadas a cabo por sus pretendidos epígonos.
Una investigación de tal índole debe conducir a la conclusión de que el cristianismo tampoco fue un hongo.Este se nutrió también de muchos valores humanistas del pensamiento religioso y filosófico de la antiguedad, especialmente del Medio Oriente y sobre todo del judaísmo, de la filosofía griega y romana de su tiempo, en particular del platonismo, el estoicismo y posteriormente del aristotelismo.
El cristianismo no puede ser reducido a la obra exclusiva de Cristo, del mismo modo que el marxismo no puede circunscribirse a Marx.?Qué hubiera sido del cristianismo sin San Juan,los padres de la Iglesia , Orígenes,San Agustín, Santo Tomás,etc. ?. Y Cristo - independientemente de que se admita su existencia o no como persona históricamente existente- no tuvo la posibilidad de que le preguntaran algunos años después de ser divulgadas y tergiversadas muchas de sus ideas,de si él mismo era cristiano, como la tuvo Marx, cuando le preguntaron si era marxista.
Quien sabe cual habría podido ser su respuesta de aquél. Del mismo modo que si se las pudieramos repetir a ambos después de haber t"anscurridos tantos años en los que se han invocando sus respectivos nombres para justificar incluso prácticas inhumanas, como por ejemplo, contra los aborígenes de estas tierras en un caso,o con el pueblo de Kampuchea en otro.Si Madame Rolland ,contrarrevolucionaria guillotinada durante la Revolución Francesa , exclamó:¡ Oh, Revolución , cuantos crímenes se han cometido en tu nombre ¡ También se podría decir:¡Oh, cristianismo, Oh, Marxismo ,cuantos crímenes se han cometido en tus nombres¡.
La historia ha sido algo cruel con Cristo y con Marx. Algo muy distinto a lo que aspiraba Cristo fue lo que hicieron posteriormente algunos que invocaban el cristianismo. Tal es el caso de aquellos que lo pusieron al servicio del Imperio Romano para justificar la explotación a que fueron sometidos aquellos esclavos y hombres humildes de donde al parecer había emergido con natural apoyo , originalmente, las ideas cristianas.
Las diferentes interpretaciones que se fueron ofreciendo de las ideas cristianas acorde con intereses de diversa índole ,entre los cuales los de carácter económico no ocupaban un segundo plano, provocaron los diferentes cismas que dieron lugar a las divisiones y e, nacimiento de varias corrientes dentro del cristianismo que todavía en la actualidad se multiplican. De manera similar el marxismo se ha visto esgrimido por ortodoxos, heterodoxos, "verdaderos", etc. que en todo caso se autoconsideran genuinos intérpretes de las enseñanza del creador de la doctrina.
No es de dudar que el tercer milenio requerirá un mayor ecumenismo de los marxistas y una más efectiva praxis de los cristianos para alcanzar el "humanismo real" que dignifique al hombre terrenaly propicie así un mejor acceso al "reino de los cielos".
Numerosos estudios históricos, filosóficos y filológicos se han dedicado a determinar cuáles fueron las fuentes reales de donde tomaron muchas ideas que posteriormente aparecieron en los documentos cristianos. Estéril sería tal dedicación si su objetivo exclusivo fuese presentar la posible falta de originalidad del cristianismo, en lugar de proponerse una reconstrucción axiológica a fin de demostrar su significación en la trayectoria del humanismo desde la antiguedad hasta nuestros días.
Algo similar podría ocurrir con el estudio prejuiciado de la obra de Marx y Engels orientado a mostrar la ausencia de ideas propias. Así podría señalarse que el término "socialismo científico" fue elaborado por Proudhon; que la idea de que el ser determina la conciencia es de Feuerbach;la concepción de la religión como opio fue sugerida por Fourier y Bauer: el criterio de la necesidad de una dictadura del proletariado por Blanqui, etc.
Un enfoque con efecto similar aunque motivado por objetivos diferentes, se apreciaba en algunos manuales para la enseñanza del marxismo en los cuales se simplificaba todo a la influencia de Hegel, cuya al parecer sencilla "inversión" de la dialéctica confesada por Marx y su "combinación" con el materialismo feuerbaquiano daba la fórmula exclusiva y sin contratiempos para arribar al materialismo dialéctico.
Siguiendo estos enfoques simplificadores puede llegarse a la conclusión cuestionadora del carácter verdadero de la revolución filosófica que se plantea ha efectuado el marxismo.
Una postura diametralmente opuesta, pero paradójicamente con efectos similares, de acuerdo con la máxima que los extremos se tocan, ha consistido en atribuir a los fundadores de esta teoría muchas más ideas y descubrimientos de los que realmente lograron, motivado por el hecho de desconocer otras fuentes también importantes de su pensamiento.
Por mucho tiempo no resultó extraño que cada tesis doctoral, monografía, etc. sobre los más diversos problemas de las ciencias naturales, sociales, del arte, el derecho, el deporte , o cualquier otra cosa. se iniciase con referencias forzadas a "ideas de los clásicos" sobre el tema en cuestión.
En verdad el efecto era contraproducente, pues aunque tanto Marx como Engels hicieron descubrimientos trascendentales en el conocimiento humano, - y no es menos cierto queda aun mucho por descubrir en sus obras parcialmente inéditas, - atenta contra la propia esencia del marxismo, el cual fue concebido por ellos mismos como una guía para la acción y un método riguroso, pretender encontrar respuesta a infinitud de interrogantes que se plantea el hombre contemporáneo como los desafíos en todos los órdenes de la revolución científico-técnica actual, cuando se tiene en cuenta, como señala Darcy Ribeiro , que "Marx nunca vio un motor de explosión"(9).
Para un detenido análisis de las múltiples fuentes teóricas del pensamiento de Marx resulta recomendable dedicar especial atención a su tesis doctoral, que es una obra muy embrionaria pero sugerente. Haberle dedicado atención a la filosofía de Demócrito y Epicuro no fue algo azaroso.
Esta elección tiene sus condicionantes históricas.En aquella época era común entre los jóvenes hegelianos establecer una comparación entre la Alemania de entonces y la Grecia del período helenístico por la coincidencia aparente de haber dejado atrás grandes sistemas filosóficos y entrar en un período de crisis de muchos valores, de anquilosamiento político, escepticismo, etc.
A su vez, el tema de la religión cobró dimensiones extraordinarias en los años treinta y cuarenta, por sus significaciones en todas las esferas de la vida alemana especialmente la política.
Marx, como lo prueban sus apuntes de estudio, en ese período se ocupó de la historia de la filosofía antigua y moderna ,deteniéndose en los pensadores que a su juicio resultaban principales (10). Sin embargo, prefirió detenerse sobre todo en Epicuro tan estigmatizado por el cristianismo por sus ideas respecto a los dioses.
En esa época Marx estaba profundamente influenciado por el idealismo hegeliano y por tanto, su análisis estaba permeado por esa filosofía. Marx no nació siendo marxista. Marx fue un hombre como cualquier otro que se educa en determinado medio, en su caso en una familia judía y por tanto recibió una fuerte influencia religiosa, al igual que la tuvo Engels con el pietismo.
Marx analiza el atomismo de estos dos grandes representantes del materialismo y de la dialéctica de la antigÜedad. Y presta mayor atención a Epicuro, quien puede ser considerado por su cuadrifármaco uno de los primeros pensadores que se enfrenta a las fundamentales formas de enajenación humana ,después de la económica. Sus sugerencias dirigidas a liberar al hombre del temor a la muerte, a los dioses, a las enfermedades y su estimulación para que el hombre encuentre su libertad en el autocontrol de los placeres, cuyo exceso es causa del dolor humano parece que motivaron al joven Marx.
En Epicuro, Marx encontró una de las primeras fuentes para estudiar los fermentos desalienadores que seran preocupación básica en sus trabajos tempranos como los "Manuscritos económicos y filosóficos de 1844". Encuentra en él gérmenes para combatir todo aquello que pueda constituir elemento de falsedad o engaño y mistificación del hombre. Según afirma en dicho trabajo "Puesto que todos los filósofos antiguos partieron de la conciencia, como de presupuesto - sin exceptuar a los escépticos- siempre les hizo falta un punto seguro de apoyo; tal función la cumplen las representaciones, tal como se hallan en el saber general. Epicuro en cuanto filósofo de la representación es ,en este punto el más riguroso, y define, por eso ,mejor tales condiciones de fundamento."(11)
Para Marx, Epicuro en cierta medida constituye una de las modalidades de perfección de la filosofía griega, especialmente también por ser un filosófo que se opone al determinismo ciego y teleológico de Demócrito y con su original planteamiento de la desviación espontánea de los átomos dejaba sentadas las bases para una mejor comprensión de la libertad en el plano social y no exclusivamente en el plano ontológico, en el mundo de l! naturaleza, donde consideraba que los átomos dado su diferente peso rompían la trayectoria lineal de traslación y describían curvas específicas.
Marx vio en la atomística epicúrea un pilar para la emancipación espiritual humana por eso allí también sostiene : "En Epicuro la atomística se desarrolla y llega a su perfección, aun con todas sus contradiciones, como la ciencia natural de la autoconciencia"(12). Esto significa que aprecia en dicha atomística u. instrumento para explicar no sólo el mundo físico de la naturaleza, sino el mundo social del hombre.En ella encuentra los ingredientes básicos para la comprensión de la liberación humana, la desalienación y la ruptura con todo el pensamiento anterior.
En dicha tesis hay varias evidencias de su alto aprecio por cualquier elemento emancipatorio del hombre que pueda ofrecer la filosofía, incluso extraído simbólicamente de la mitología griega a través de Prometeo, que Marx encuentra inicialmente en Epicuro y que su temprano juicio de esa época culminaba en Hegel. Por eso sostiene :"Pero a la manera como Prometeo, robado el fuego del cielo, se dio a levantar casas y a hacer de la tierra su residencia, parecidamente la filosofía, ampliada hasta hacerse mundo, vuelvese contra el mundo aparencial. Así ahora la filosofía hegeliana"(13)
Esta es una de las primeras manifestaciones de una de las preocupaciones fundamentales de Marx durante toda su vida posterior: encontrar el vínculo de la filosofía con la realidad, con el mundo, con la práctica histórico-social a la cual le había inducido Hegel (14). Ahí están los gérmenes de la futura revolución filósofica que éste operará y de su ruptura radical con el filosofar anterior, que se caracterizaba por ser especulativo y trascendentalista en tanto no aspiraba a volcarse sobre y a transformar el mundo terrenal.
Por supuesto que en esa búsqueda de la acción y de la práctica tampoco es sostenible la absoluta primogenitura de Marx. Fueron imprescindibles los pasos previos que dieron Kant y Fichte , así como hombres de menor talla intelectual, pero que tuvieron gran repercusión directa en su formación como August Cieszkowski y Moises Hess (15). Tanto Feuerbach con sus criterios sobre la práctica ,como Hegel sobre la significación del trabajo, fueron pasos decisivos en ese proceso de priorización de la práctica.
Hegel a través de sus Lecciones de Historia de la filosofía contribuyó notablemente a que el joven Marx encontrará en el pensamiento de la antigÜedad uno de los peldaños principales no tanto del devenir del espíritu absoluto, como sostenía el gran idealista alemán, sino las armas teóricas que le servirían posteriormente para apuntalar el aterrizaje que Marx le exigiría a la filosofía para que se hiciera mundo, aun a expensas de su autodestrucción en el sentido tradicional, pero sin atentar contra su naturaleza última que consiste en ser comprensión teórica del mundo.
En su tesis doctoral Marx sostenía ..."la práxis de la filosofía , es ella misma, teórica; es la crítica la que mide la existencia singular con la esencia; la realidad especial con la idea" y más adelante sostiene "el hacerse filosófico el mundo es , en uno, hacerse mundanal la filosofía; que su realización resulta, a la vez, su perdición"(16). Ese fue uno de los grandes retos de la filosofía marxista desde que comienza a cristalizar con personalidad propia, esto es, cómo volcarse sobre el mundo partiendo de él y sin necesidad de atentar contra la supervivencia misma de la reflexión filosófica para todos los tiempos, evitando el suicidio de la filosofía que comenzaban a preconizar ya por entonces los positivistas.
Ese tratamiento histórico-filosófico de los problemas se muestra en múltiples apuntes de estudio no escritos para la publicidad, sobre todo aquellos que efectuó mientras preparaba su tesis doctoral(17), así como en algunas obras cruciales como La sagrada Familia donde las valoraciones sobre varios pensadores modernos son dignas de consideración.
Ya desde la tesis doctoral se aprecia que Marx concibe la filosofía, al igual que la ciencia como algo en proceso, jamás terminado definitivamente y por tanto sometido a permanente crítica. Algo que había caracterizado al movimiento de la juventud (egeliana fue su criticismo estéril, que no daba soluciones viables para la conversión del mundo alemán, por tal motivo Marx y Engels denominaron también a La sagrada familia, "Crítica de la crítica crítica" ,por la hiperbolización de la crítica que se daba en dichos epígonos a la izquierda de Hegel.
En su tesis Marx se introdujo en un problema que después seguiría llamando su atención el de la crítica a la religión. En esa labor Marx se va emancipando paulatinamente de su anterior conciencia religiosa. Prepara el terreno a todo tipo de crítica a la religión y no sólo del crístianismo. En dicha tarea la influencia de Feuerbach con su libro La esencia del cristianismo resultó decisiva para la orientación de su pensamiento hacia el materialismo
Marx sostiene, en su tesis que las llamadas pruebas de la existencia de Dios no confirman , sino que por el contrario desconfirman dicha existencia." Lo que son para un país determinados dioses extranjeros, lo es el país de la razón para dios en general: es una región en que cesa su existencia".(18) En este sentido la influencia de las ideas de Epicuro al respecto es muy significativa y subestimada en su aproximación posterior a Feuerbach en esta cuestión.
Ya desde ese trabajo temprano bajo la impronta de Epicuro, Marx reconoce que entre la religión y la razón hay un abismo. Y que las llamadas pruebas de la existencia de Dios no son otra cosa que pruebas de la autoconciencia humana o explicaciones lógicas de la misma. Asi inició sus primeros pasos hacia la concepción de que la conciencia religiosa es una forma de autoenajenación de la esencia humana. El hombre pone en ios cualidades que son eminentemente humanas como la bondad, la humildad, la caridad, etc. valores todos que son inherentes a la condición humana.
De lo anterior no se desprende que el tema de la lucha contra la religión sea el tema central de dicho trabajo. Simplemente deja planteado un problema que sería objeto de sus análisis posteriores y que se convertiría en el hilo conductor de su procupación humanista: la superación de la enajenación y el logro de la emancipación del hombre (19), en la que la filosofía clásica alemana jugó un papel sustancial, pero de ninguna manera exclusivo.
Para comprender la evolución del pensamiento de Marx hay que detenerse en pensadores tan significativos como Rousseau. No se trata simplemente de referencias aisladas a uno u otro filósofo, sino de la huella que van dejando cada uno de los filósofos que Marx estudió con detenimiento en sus años juveniles.
En su artículo "Sobre la cuestión judia", que también es un trabajo temprano y muy significativo en la evolución intelectual de Marx es apreciable dicha influencia. En él Marx se dedica a estudiar profundamante el problema de la esencia humana y el de la libertad ,que era preocupación central de los jóvenes hegelianos, a fin d demosgtrar que este no podía resolverse exclusivamente con el logro de la libertad política sino por la liberación social.En este aspecto Marx va más allá de los jóvenes hegelianos porque parte directamente de Rousseau y de su concepción de la igualdad.
El logro de la emancipación social más allá de la liberación política ha sido aspiración de todo revolucionario. Martí le confió al marxista Carlos Baliño que la revolución no era la que harían en la manigua sino después en la república.Su objetivo principal era vindicar al hombre dignificándolo y no simplemente cambiar un gobierno por otro.
A eso aspiraba Marx cuando asimilaba críticamente las ideas roussonianas referidas a la igualdad del hombre y al percatarse de sus limitaciones dado su carácter abstracto, típico del humanismo ilustrado.
En dicho trabajo Marx no abandona la problemática religiosa, más bien es a través de ella que aborda la cuestión de la libertad humana. Y resulta interesante observar una idea que al parecer no fue muy tomada en consideración por muchos de los partidos y gobiernos del llamado socialismo real, entre los que en este aspecto no escapa la experiencia cubana-, tal vez por considerarse que había sido expresada en un momento en que Marx aún no era "marxista". Marx plantea que : "El hombre se libera en medio del Estado políticamente, de una barrera elevándose sobre ella en una forma parcial, abstracta y limitada. Por tanto también cuando el hombre se libera políticamente lo hace dando un rodeo, en un medio, aunque en un medio necesario. Y por último incluso cuando el hombre se proclama ateo por mediación del Estado- es decir, cuando proclama el ateísmo de Estado-, sigue sujeto a la religión precisamente por reocnocerse a sí mismo sólo dando un rodeo a través de un mediador" (20). Este fue el germen de su idea desarrollada un año despúes cuando afirma que : "La religión es solamente el sol ilusorio que gira al rededor del hombre mienytras este no gira en derredor de sí mismo " (21).
En definitiva ,la preocupación principal de Marx era la liberación humana y para ello habría de apoyarse en Epicuro, Spinoza, Rousseau y en otros tantos pensadores, que contribuyeron en diverso grado al proceso de desalienación del hombre.
La crítica de Marx a la religión no estaba dirigida en especial a una de sus formas en favor de otra, sino de toda religión en tanto eran fuente de enajenación en distinto modo. Sus críticas al judaísmo en dicho trabajo por su culto al dinero y al interés egoísta estaban dirigidas en última instancia contra la deificación del dinero en la enajenante sociedad burguesa.
Cuando Marx simpatiza con Rousseau no lo hace por identificarse con su propuesta de retorno del hombre a su estado natural, sino que aprecia en él la búsqueda de un hombre que no se encuentre dominado por fuerzas alienadoras. Buscaba en aquel un hombre que no hubiese dado el paso decisivo hacia la alienación que impuso la aparición de la propiedad privada y el origen de la desigualdad entre los hombres.
Marx se detuvo en la concepción rousseauniana de la igualdad y la libertad del hombre por naturaleza. Esta tesis estaba vinculada a la formulada anteriormente por Locke referida a que el hombre al nacer era una tabula rasa u hoja en limpio, lo cual supone también que todos los hombres dependen necesariamente de su respectivo entorno social para su desarrollo.
Por esa vía, que partía de Locke y pasaba por una de las líneas del materialismo francés y Rousseau, Marx infirió el vínculo de esta idea con las posteriores de corte socialista, pues estaba dirigida contra la aristocrática concepción del linaje natural de algunos hombres. El análisis crítico de esta tesis que Marx despliega posteriormente le llevaría a la conclusión de que si bien era cierto que el hombre es un producto de sus circunstancias, estas son humanamente modificables por la acción práctica.
La concepción rousseauniana de la igualdad de los hombres influyó notablemente en Marx sin que implicara en ningún modo hacer concesiones al igualitarismo que preconizaban en su época algunos representantes del socialismo utópico. Por el contrario Rousseau otorgaba especial atención a la correlación entre el mérito por el trabajo y la gratificación social, idea esta muy apreciada por Marx.
Marx aspiraba a una plena igualdad social de individualidades libres con sus necesarias diferencias donde estas pudieran desplegar todas sus potencialidades. Considera que en el socialismo cada hombre debía ser remunerado en correspondencia con el trabajo que aportara, como habían sugerido otros socialistas. Y en su crítica Stirner se detiene en el necesario rescate de la individualidad que debe efectuar el comunismo tal y como el lo concibe , y no el cuartelario que él mismo criticaría. Para Marx el comunismo significaria la plena conquista de la esencia humana menguada por las sociedades anteriores. Toda la obra de Marx desde su inicio hasta su cumbre en El Capital estuvo dirigida en última instancia a desalienar al hombre.
escrito por Pablo Guadarrama González, de la Academia de Ciencias de Cuba, Doctor en Ciencias (Cuba) y Doctor en Filosofía (Leipzig)
en dos mensajes en el Foro
---mensaje nº 1---
El planteamiento tradicional del análisis de las fuentes teóricas del marxismo ha conducido al equívoco de que se trata de un problema muy sencillo, si se parte de una interpretación simplificada del trabajo de Lenin "Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo" donde este afirma que "El marxismo es el sucesor natural de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés".(1)
Primeramente esta interpretación no toma en consideración que cada una de estas indiscutibles fuentes tuvieron a su vez las respectivas, pues como se conoce desde la antigüedad "ningunas cosa nace de la nada"(2).
Qué hubiera sido de Kant, Fichte y Hegel, de no haberse nutrido de la filosofía inglesa y francesa de la ilustración? Y en especial ?qué hubiera sido de Hegel de no haber hecho esa reconstrucción a su manera de la historia universal de la filosofía en la que los griegos y en particular Heráclito ocupa un lugar tan destacado?
Pero lo mismo podría asegurarse en relación con los economistas ingleses 1ue tuvieron que acudir hasta Aristóteles y Tomás de Aquino para encontrar reflexiones tempranas sobre la teoría del valor; y a los socialistas del XIX que recurrieron también a Moro, Campanella, Bacon o Rousseau para buscar propuestas anteriores de perfeccionamiento social.
Además esa versión manualesca de las fuentes pasaba por alto que Lenin en el propio artículo, plantea que " el genio de Marx estriba, precisamente, en haber dado solución a los problemas planteados antes por el pensamiento avanzado de la humanidad" (3), que indiscutiblemente jamás podrá ser reducido a la producción intelectual del siglo XIX, independientemente de que sea sustentable o no tal aseveración de que Marx haya podido realmente haber solucionado todos los problemas planteados con anterioridad por tantos hombres de talento en la historia del género humano.
Tal vez una interpretación forzada de esa frase aislada de un artículo como éste de Lenin, elaborado para una revista de divulgación y por tanto escrito con un lenguaje sencillo y didáctico, haya podido inducir la visión omnicomprensiva del marxismo como aspirina filosófica apropiada para cualquier tipo de dolencia o problema , que posteriormente el manualismo soviético se encargó de propagar.
El hecho de que Marx y Engels hayan producido una indiscutible revolución filosófica, como en otras épocas Sócrates o Platón , Bruno o Galileo , Descartes o Bacon también pudieron provocar, no les otorga el privilegio exclusivo como a ninguno de los anteriores, o posteriores de poner punto final a las grandes inquietudes filosóficas.
Marx y Engels propugnaron un severo golpe al pensamiento especulativo del filosofar tradicional sublimado en la " filosofía de la historia" y la "filosofía de la naturaleza" y restaron base de sustentación a innumerables sistemas filosóficos .Aun hoy en día estos no han dejado de proliferar y parece que tampoco lo harán nunca, cual si fuera designio inexorable del filosofar la reproducción de sistemas.
Sería injusto atribuir, a quien accedió con desagrado a ofrecer su nombre para designar la concepción dialéctico materialista y por tanto revolucionaria del mundo- que constituye la esencia de lo que denominamos marxismo y que no debe ser identificada con lo que peyorativamente se conoce como "dia-mat"(abreviatura en ruso de Materialismo dialéctico)- , el criterio de que se acaba la filosofía sencillamente porque ya no hay ningún problema que resolver, pues todos se considerarían ya solucionados si se aceptara al pie de la letra la frase de Lenin.
Esto significaría ver en Marx una especie de Hegel, quien partiendo del criterio de que "toda verdadera filosofía en un idealismo"(4),sí llegó a imaginarque su sistema era el non plus ultra de todo idealismo y por tanto de toda filosofía. Sin embargo, la evolución intelectual de Marx, marcada por su espíritu crítico y autosuperador permanente y por su identificación con el viejo enunciado socrático de la docta ignorantia, que lo inducía a dudar de todo, estaba muy lejos de cualquier forma de conformismo epistemológico.
Realmente Lenin destacó los tres movimientos intelectuales que tuvieron de forma inmediata mayor implicación en el plano teórico, metodológico, cosmovisivo, científico e ideológico en el pensamiento de Marx y Engels.
Si se está de acuerdo con que la concepción dialéctico materialista del mundo tiene sus raíces y primeras manifestaciones en el pensamiento antiguo y tiene significativos momentos de desarrollo en distintas etapas de la historia del pensamiento de toda la humanidad entonces habrá que buscar dichas fuentes primigenias no en lo inmediato, sino en toda la historia anterior, pero también en los contemporáneos de Marx y Engels y de sus sucesores. Pues no se trata de concebir que el marxismo (y continuaremos utilizando esta denominación para referirnos a esta nueva etapa del desarrollo de la filosofía que sirve de sostén a la concepción dialéctico materialista) surge de una vez y por todas.
El marxismo como síntesis teórica de una época y como salto cualitativo superador del pensamiento filosofico anterior de la humanidad es algo que continuó desarrollándose por discípulos y seguidores de aquellos.
Es imposible analizar la historia de esta concepción ignorando a intelectuales y a dirigentes revolucionarios como Dietzgen, Lafargue, Plejanov, Lenin, Rosa luxemburgo,Trotsky, Luckacs, Gramsci, etc. Del mismo modo que fuera del contexto europeo a Mao, Ho Chi Minh, Cabral, Mariátegui, Che, Fidel, Arismendy, etc. Pero tambien sería poco honesto pensar que todos desarrollaron de manera similar la teoría marxista o que esta no tuvo tropiezos , obstáculos que salvar, momentos de retrasos, de dogmatismos , de anquilosamiento.
Uno de los objetivos del análisis que iniciamos es demostrar que el devenir del marxismo no ha discurrido por una amplia avenida, sino que su recoorido ha tenido y tiene aún altibajos, zigzagueos, lagunas.
No atenta de ningún modo contra el reconocimiento de su significación, admitir que existen determinados elementos críticos en el despliegue de la teoría misma y no solamente en la práctica de la construcción del socialismo en algunos países y momentos.
No se trata solamente de disloques en los sistemas políticos o de reflujos del movimiento revolucionario y comunista en particular. Hay que reconocer que han habido etapas de estancamiento de la teoría misma como en la época stalinista, la brezschneviana o la maoista. Sin que esto signifique pensar que todo lo que dijo Stalin o Mao es falso. Por que sería tan dogmático como lo que se crítica. Es lo mismo que sostener que todo lo que produjo el pensamiento soviético en el terreno de la teoría marxista-leninista es erróneo. La postmodernidad está preñada de neodogmatismos.
Tal enfoque implicaría, por ejemplo, no utilizar para este análisis la obra de Teodor Oizerman "La formación de la filosofía marxista" que constituye un valiosímo instrumento de comprensión de dicho proceso independientemente de que se pueda estar o no de acuerdo no con cada una de sus conclusiones. Este autor sostiene acertadamente que: "A veces puede surgir la impresión de que unas u otras ideas que ocupan un lugar destacado en el sistema de concepciones de Marx y Engels, surgieron espontáneamente ,es decir, no fueron preparadas por el desarrollo precedente."(5) Precisamente destacar algunas de esas preparacione santeriores es lo que se pretende.
Otra de las nuevas formas de oportunismo intelectual se aprecia en algunos actuales renegados del mal llamado "marxismo soviético" que hoy en el mejor de los casos, sólo se atienen a las ideas de los representantes del también mal llamado "marxismo occidental"(6) - y decimos así porque toda teoría con carácter genuinamente filosófico o científico rehúsa por naturaleza propia, dada su universalidad, al arbitrio de las fronteras geográficas o culturales regionalizadas-, cuando no renuncian en bloque a todo lo que huela a marxismo.
Es realmente expresión no de docta ignorantia sino de ignorancia ramplona desconocer el valor de las ideas múltiples filósofos que florecieron, y no como hongos aislados, en la época del poder soviético entre ellos Kedrov, Kopnin, Ilienko, Mamardaschvili,etc. quienes fueron intelectuales con cabeza propia y no loros parlantes o reproductores de un pensamiento oficialmente aceptado.
Galvano della Volpe sostenía con razón que "el socialismo científico no es un hongo"(7) De lo cual podemos inferir que no surgío como un producto putrefacto de la excreción pensamiento humano, como algunos de los eufóricos ideólogos del neoliberalismo en la actualidad parecen sugerir al considerar que el socialismo se opone al sentido común, el cual entienden como la defensa de la propiedad privada.Conciben el marxismo como contrario a la "naturaleza" humana que, a juicio de ellos, es egoísta, individualista, y con vocación espontánea hacia la libre empresa.
Sin embargo, cuando se urga en la historia de las ideas socialistas se aprecia que estas han partido de una concpeción muy distinta de la esencia humana y a diferencia de los hongos, sí han florecido y han tenido múltiples manifestaciones cargadas de valores éticos y de la belleza, también, ?por qué no?, que proporcionan flores y frutos del humanismo de todos los tiempos.
Desde la antiguedad más remota en la mitología de muchos pueblos,- entre ellos los precolombinos de "nuestra América"- se añoraba poéticamente una especie "edad de oro" de los pueblos. De seguro no le denominarían así si se tiene en cuenta las masacres y genocidios producidos a causa del codiciado material. Esa época era concebida de felicidad, justicia y armonía social donde todos los hombres eran tratados fraternalmente.
Tanto en la cultura china,india como la grecoromana hay innumerables testimonios de ideas comunitarias y utopistas, que después proliferaron también durante la Edad Media con su necesaria tonalidad religiosa e irrumpieron con mayor fuerza a partir del Renacimiento y se acrecentaron en la misma medida en que el capitalismo evidenciaba su inhumana naturaleza.
El ideal socialista no fue el producto de una cabeza febril y enajenada sino la resultante permanente de la lucha del hombre por recuperar su verdadera esencia humana,tarea esta en la que la obra de Marx constituye un peldaño decisivo e insustituible hacia tal recuperación.
En la época contemporánea donde se pone en juego la validación de la existencia o no de una lógica de la historia, la vida individual de ningún hombre en particular alcanzará jamás para constatar, la posibilidad del triunfo definitivo del imperio de la lógica del capital o del de la desalienación que propugna el marxismo. Habrá entonces que aceptar, al menos hipotéticamente, la existencia de una multirracionalidad de la historia a partir del estudio de la marcha real de los procesos sociopolíticos hasta el presente , antes de desbocarse hacia los senderos pantanosos del escepticismo y el nihilismo como aconsejan algunas modalidades del pensamiento postmodernista.
En esa desventajosa lucha entre los resultados y utopías abstractas ,que presenta el añejo, pero refortalecido, capitalismo, y las insuficiencias y utopías concretas, diría Bloch, que ha mostrado el infante socialismo, ninguno tiene hasta el momento la última palabra. Y cada cual mientras tanto esperará que la historia lo absuelva, aunque por supuesto no con los brazos cruzados.
Equívocas han sido siempre las posiciones que reducen el marxismo a un ideario sociopolítico y económico ,como injustamente hasta por sus propios propugnadores en ocasiones se ha asumido. Si se coincide en que esta es la denominación adecuada para designar a toda una filosofía, a toda una concepción general del mundo cuyos componentes nucleicos se apoyan en la visión dialéctica y materialista del mundo, entonces tampoco puede ser considerado el marxismo en su totalidad como un hongo.
La filosofía de Marx y Engels no se alimentó de materia en descomposición. Ni Hegel era un "perro muerto" como lo evidencia su vitalidad latente en sus seguidores actuales.Ni lo era Epicuro, Kant, Fichte ,Feuerbach, Spinoza o Rousseau, de quienes evidentemente se nutrieron, como lo demuestran múltiples investigaciones realizadas al efecto por marxistas y marxólogos.
Reconocer este hecho implica acceder a que no fue exclusivamente en los representantes del materialismo filosófico, como en el caso del materialismo francés,( donde fueron apuntalando sus futuras atalayas, sino en múltiples figuras del "idealismo inteligente", con lo cual no se le otorga total veracidad a la anterior formulación hegeliana, pero se revela su núcleo racional.
El marxismo es no sólo heredero virtuoso de esa permanente lucha entre racionalistas e irracionalistas, materialistas e idealistas, fideístas y ateos, dialécticos y reduccionistas metafísicos,etc. sino también momento de viraje decisivo de tales combates e instrumento imposible de abandonar en las nuevas contiendas filosóficas contemporáneas.
Jamás podrá escribirse la historia política o la historia de la cultura de este final del segundo milenio de la llamada "era cristiana" ignorando la significación teórica y práctica del marxismo, tanto para Occidente como para Oriente. Del mismo modo que es imposible analizar la marcha de la cultura occidental en estos dos mil años desconociendo la incidencia positiva o negativa que ha tenido en distintos momentos el cristianismo.
Tareas similares a las de hoy tendrán los analistas de finales del tercer milenio que ya se anuncia preñado de emancipaciones pospuestas en las que el marxismo tampoco será un "perro muerto".
No será labor estéril entonces establecer comparaciones que hoy solamente se podrían adelantar especulativamente entre la historia del cristianismo y la del marxismo. Alejado de toda sospecha de reducir el primero a la condición de mera doctrina sociopolítica, ignorando su naturaleza religiosa y cosmovisiva, o el segundo a la condición de nueva modalidad de religión como se ha pretendido. Solamente buscando su nexo esencial entre ambos en cuanto a su propuesta humanista y las formas concretas en que han pretendido ser llevadas a cabo por sus pretendidos epígonos.
Una investigación de tal índole debe conducir a la conclusión de que el cristianismo tampoco fue un hongo.Este se nutrió también de muchos valores humanistas del pensamiento religioso y filosófico de la antiguedad, especialmente del Medio Oriente y sobre todo del judaísmo, de la filosofía griega y romana de su tiempo, en particular del platonismo, el estoicismo y posteriormente del aristotelismo.
El cristianismo no puede ser reducido a la obra exclusiva de Cristo, del mismo modo que el marxismo no puede circunscribirse a Marx.?Qué hubiera sido del cristianismo sin San Juan,los padres de la Iglesia , Orígenes,San Agustín, Santo Tomás,etc. ?. Y Cristo - independientemente de que se admita su existencia o no como persona históricamente existente- no tuvo la posibilidad de que le preguntaran algunos años después de ser divulgadas y tergiversadas muchas de sus ideas,de si él mismo era cristiano, como la tuvo Marx, cuando le preguntaron si era marxista.
Quien sabe cual habría podido ser su respuesta de aquél. Del mismo modo que si se las pudieramos repetir a ambos después de haber t"anscurridos tantos años en los que se han invocando sus respectivos nombres para justificar incluso prácticas inhumanas, como por ejemplo, contra los aborígenes de estas tierras en un caso,o con el pueblo de Kampuchea en otro.Si Madame Rolland ,contrarrevolucionaria guillotinada durante la Revolución Francesa , exclamó:¡ Oh, Revolución , cuantos crímenes se han cometido en tu nombre ¡ También se podría decir:¡Oh, cristianismo, Oh, Marxismo ,cuantos crímenes se han cometido en tus nombres¡.
La historia ha sido algo cruel con Cristo y con Marx. Algo muy distinto a lo que aspiraba Cristo fue lo que hicieron posteriormente algunos que invocaban el cristianismo. Tal es el caso de aquellos que lo pusieron al servicio del Imperio Romano para justificar la explotación a que fueron sometidos aquellos esclavos y hombres humildes de donde al parecer había emergido con natural apoyo , originalmente, las ideas cristianas.
Las diferentes interpretaciones que se fueron ofreciendo de las ideas cristianas acorde con intereses de diversa índole ,entre los cuales los de carácter económico no ocupaban un segundo plano, provocaron los diferentes cismas que dieron lugar a las divisiones y e, nacimiento de varias corrientes dentro del cristianismo que todavía en la actualidad se multiplican. De manera similar el marxismo se ha visto esgrimido por ortodoxos, heterodoxos, "verdaderos", etc. que en todo caso se autoconsideran genuinos intérpretes de las enseñanza del creador de la doctrina.
No es de dudar que el tercer milenio requerirá un mayor ecumenismo de los marxistas y una más efectiva praxis de los cristianos para alcanzar el "humanismo real" que dignifique al hombre terrenaly propicie así un mejor acceso al "reino de los cielos".
Numerosos estudios históricos, filosóficos y filológicos se han dedicado a determinar cuáles fueron las fuentes reales de donde tomaron muchas ideas que posteriormente aparecieron en los documentos cristianos. Estéril sería tal dedicación si su objetivo exclusivo fuese presentar la posible falta de originalidad del cristianismo, en lugar de proponerse una reconstrucción axiológica a fin de demostrar su significación en la trayectoria del humanismo desde la antiguedad hasta nuestros días.
Algo similar podría ocurrir con el estudio prejuiciado de la obra de Marx y Engels orientado a mostrar la ausencia de ideas propias. Así podría señalarse que el término "socialismo científico" fue elaborado por Proudhon; que la idea de que el ser determina la conciencia es de Feuerbach;la concepción de la religión como opio fue sugerida por Fourier y Bauer: el criterio de la necesidad de una dictadura del proletariado por Blanqui, etc.
Un enfoque con efecto similar aunque motivado por objetivos diferentes, se apreciaba en algunos manuales para la enseñanza del marxismo en los cuales se simplificaba todo a la influencia de Hegel, cuya al parecer sencilla "inversión" de la dialéctica confesada por Marx y su "combinación" con el materialismo feuerbaquiano daba la fórmula exclusiva y sin contratiempos para arribar al materialismo dialéctico.
Siguiendo estos enfoques simplificadores puede llegarse a la conclusión cuestionadora del carácter verdadero de la revolución filosófica que se plantea ha efectuado el marxismo.
Una postura diametralmente opuesta, pero paradójicamente con efectos similares, de acuerdo con la máxima que los extremos se tocan, ha consistido en atribuir a los fundadores de esta teoría muchas más ideas y descubrimientos de los que realmente lograron, motivado por el hecho de desconocer otras fuentes también importantes de su pensamiento.
Por mucho tiempo no resultó extraño que cada tesis doctoral, monografía, etc. sobre los más diversos problemas de las ciencias naturales, sociales, del arte, el derecho, el deporte , o cualquier otra cosa. se iniciase con referencias forzadas a "ideas de los clásicos" sobre el tema en cuestión.
En verdad el efecto era contraproducente, pues aunque tanto Marx como Engels hicieron descubrimientos trascendentales en el conocimiento humano, - y no es menos cierto queda aun mucho por descubrir en sus obras parcialmente inéditas, - atenta contra la propia esencia del marxismo, el cual fue concebido por ellos mismos como una guía para la acción y un método riguroso, pretender encontrar respuesta a infinitud de interrogantes que se plantea el hombre contemporáneo como los desafíos en todos los órdenes de la revolución científico-técnica actual, cuando se tiene en cuenta, como señala Darcy Ribeiro , que "Marx nunca vio un motor de explosión"(9).
Para un detenido análisis de las múltiples fuentes teóricas del pensamiento de Marx resulta recomendable dedicar especial atención a su tesis doctoral, que es una obra muy embrionaria pero sugerente. Haberle dedicado atención a la filosofía de Demócrito y Epicuro no fue algo azaroso.
Esta elección tiene sus condicionantes históricas.En aquella época era común entre los jóvenes hegelianos establecer una comparación entre la Alemania de entonces y la Grecia del período helenístico por la coincidencia aparente de haber dejado atrás grandes sistemas filosóficos y entrar en un período de crisis de muchos valores, de anquilosamiento político, escepticismo, etc.
A su vez, el tema de la religión cobró dimensiones extraordinarias en los años treinta y cuarenta, por sus significaciones en todas las esferas de la vida alemana especialmente la política.
Marx, como lo prueban sus apuntes de estudio, en ese período se ocupó de la historia de la filosofía antigua y moderna ,deteniéndose en los pensadores que a su juicio resultaban principales (10). Sin embargo, prefirió detenerse sobre todo en Epicuro tan estigmatizado por el cristianismo por sus ideas respecto a los dioses.
En esa época Marx estaba profundamente influenciado por el idealismo hegeliano y por tanto, su análisis estaba permeado por esa filosofía. Marx no nació siendo marxista. Marx fue un hombre como cualquier otro que se educa en determinado medio, en su caso en una familia judía y por tanto recibió una fuerte influencia religiosa, al igual que la tuvo Engels con el pietismo.
Marx analiza el atomismo de estos dos grandes representantes del materialismo y de la dialéctica de la antigÜedad. Y presta mayor atención a Epicuro, quien puede ser considerado por su cuadrifármaco uno de los primeros pensadores que se enfrenta a las fundamentales formas de enajenación humana ,después de la económica. Sus sugerencias dirigidas a liberar al hombre del temor a la muerte, a los dioses, a las enfermedades y su estimulación para que el hombre encuentre su libertad en el autocontrol de los placeres, cuyo exceso es causa del dolor humano parece que motivaron al joven Marx.
En Epicuro, Marx encontró una de las primeras fuentes para estudiar los fermentos desalienadores que seran preocupación básica en sus trabajos tempranos como los "Manuscritos económicos y filosóficos de 1844". Encuentra en él gérmenes para combatir todo aquello que pueda constituir elemento de falsedad o engaño y mistificación del hombre. Según afirma en dicho trabajo "Puesto que todos los filósofos antiguos partieron de la conciencia, como de presupuesto - sin exceptuar a los escépticos- siempre les hizo falta un punto seguro de apoyo; tal función la cumplen las representaciones, tal como se hallan en el saber general. Epicuro en cuanto filósofo de la representación es ,en este punto el más riguroso, y define, por eso ,mejor tales condiciones de fundamento."(11)
Para Marx, Epicuro en cierta medida constituye una de las modalidades de perfección de la filosofía griega, especialmente también por ser un filosófo que se opone al determinismo ciego y teleológico de Demócrito y con su original planteamiento de la desviación espontánea de los átomos dejaba sentadas las bases para una mejor comprensión de la libertad en el plano social y no exclusivamente en el plano ontológico, en el mundo de l! naturaleza, donde consideraba que los átomos dado su diferente peso rompían la trayectoria lineal de traslación y describían curvas específicas.
Marx vio en la atomística epicúrea un pilar para la emancipación espiritual humana por eso allí también sostiene : "En Epicuro la atomística se desarrolla y llega a su perfección, aun con todas sus contradiciones, como la ciencia natural de la autoconciencia"(12). Esto significa que aprecia en dicha atomística u. instrumento para explicar no sólo el mundo físico de la naturaleza, sino el mundo social del hombre.En ella encuentra los ingredientes básicos para la comprensión de la liberación humana, la desalienación y la ruptura con todo el pensamiento anterior.
En dicha tesis hay varias evidencias de su alto aprecio por cualquier elemento emancipatorio del hombre que pueda ofrecer la filosofía, incluso extraído simbólicamente de la mitología griega a través de Prometeo, que Marx encuentra inicialmente en Epicuro y que su temprano juicio de esa época culminaba en Hegel. Por eso sostiene :"Pero a la manera como Prometeo, robado el fuego del cielo, se dio a levantar casas y a hacer de la tierra su residencia, parecidamente la filosofía, ampliada hasta hacerse mundo, vuelvese contra el mundo aparencial. Así ahora la filosofía hegeliana"(13)
Esta es una de las primeras manifestaciones de una de las preocupaciones fundamentales de Marx durante toda su vida posterior: encontrar el vínculo de la filosofía con la realidad, con el mundo, con la práctica histórico-social a la cual le había inducido Hegel (14). Ahí están los gérmenes de la futura revolución filósofica que éste operará y de su ruptura radical con el filosofar anterior, que se caracterizaba por ser especulativo y trascendentalista en tanto no aspiraba a volcarse sobre y a transformar el mundo terrenal.
Por supuesto que en esa búsqueda de la acción y de la práctica tampoco es sostenible la absoluta primogenitura de Marx. Fueron imprescindibles los pasos previos que dieron Kant y Fichte , así como hombres de menor talla intelectual, pero que tuvieron gran repercusión directa en su formación como August Cieszkowski y Moises Hess (15). Tanto Feuerbach con sus criterios sobre la práctica ,como Hegel sobre la significación del trabajo, fueron pasos decisivos en ese proceso de priorización de la práctica.
Hegel a través de sus Lecciones de Historia de la filosofía contribuyó notablemente a que el joven Marx encontrará en el pensamiento de la antigÜedad uno de los peldaños principales no tanto del devenir del espíritu absoluto, como sostenía el gran idealista alemán, sino las armas teóricas que le servirían posteriormente para apuntalar el aterrizaje que Marx le exigiría a la filosofía para que se hiciera mundo, aun a expensas de su autodestrucción en el sentido tradicional, pero sin atentar contra su naturaleza última que consiste en ser comprensión teórica del mundo.
En su tesis doctoral Marx sostenía ..."la práxis de la filosofía , es ella misma, teórica; es la crítica la que mide la existencia singular con la esencia; la realidad especial con la idea" y más adelante sostiene "el hacerse filosófico el mundo es , en uno, hacerse mundanal la filosofía; que su realización resulta, a la vez, su perdición"(16). Ese fue uno de los grandes retos de la filosofía marxista desde que comienza a cristalizar con personalidad propia, esto es, cómo volcarse sobre el mundo partiendo de él y sin necesidad de atentar contra la supervivencia misma de la reflexión filosófica para todos los tiempos, evitando el suicidio de la filosofía que comenzaban a preconizar ya por entonces los positivistas.
Ese tratamiento histórico-filosófico de los problemas se muestra en múltiples apuntes de estudio no escritos para la publicidad, sobre todo aquellos que efectuó mientras preparaba su tesis doctoral(17), así como en algunas obras cruciales como La sagrada Familia donde las valoraciones sobre varios pensadores modernos son dignas de consideración.
Ya desde la tesis doctoral se aprecia que Marx concibe la filosofía, al igual que la ciencia como algo en proceso, jamás terminado definitivamente y por tanto sometido a permanente crítica. Algo que había caracterizado al movimiento de la juventud (egeliana fue su criticismo estéril, que no daba soluciones viables para la conversión del mundo alemán, por tal motivo Marx y Engels denominaron también a La sagrada familia, "Crítica de la crítica crítica" ,por la hiperbolización de la crítica que se daba en dichos epígonos a la izquierda de Hegel.
En su tesis Marx se introdujo en un problema que después seguiría llamando su atención el de la crítica a la religión. En esa labor Marx se va emancipando paulatinamente de su anterior conciencia religiosa. Prepara el terreno a todo tipo de crítica a la religión y no sólo del crístianismo. En dicha tarea la influencia de Feuerbach con su libro La esencia del cristianismo resultó decisiva para la orientación de su pensamiento hacia el materialismo
Marx sostiene, en su tesis que las llamadas pruebas de la existencia de Dios no confirman , sino que por el contrario desconfirman dicha existencia." Lo que son para un país determinados dioses extranjeros, lo es el país de la razón para dios en general: es una región en que cesa su existencia".(18) En este sentido la influencia de las ideas de Epicuro al respecto es muy significativa y subestimada en su aproximación posterior a Feuerbach en esta cuestión.
Ya desde ese trabajo temprano bajo la impronta de Epicuro, Marx reconoce que entre la religión y la razón hay un abismo. Y que las llamadas pruebas de la existencia de Dios no son otra cosa que pruebas de la autoconciencia humana o explicaciones lógicas de la misma. Asi inició sus primeros pasos hacia la concepción de que la conciencia religiosa es una forma de autoenajenación de la esencia humana. El hombre pone en ios cualidades que son eminentemente humanas como la bondad, la humildad, la caridad, etc. valores todos que son inherentes a la condición humana.
De lo anterior no se desprende que el tema de la lucha contra la religión sea el tema central de dicho trabajo. Simplemente deja planteado un problema que sería objeto de sus análisis posteriores y que se convertiría en el hilo conductor de su procupación humanista: la superación de la enajenación y el logro de la emancipación del hombre (19), en la que la filosofía clásica alemana jugó un papel sustancial, pero de ninguna manera exclusivo.
Para comprender la evolución del pensamiento de Marx hay que detenerse en pensadores tan significativos como Rousseau. No se trata simplemente de referencias aisladas a uno u otro filósofo, sino de la huella que van dejando cada uno de los filósofos que Marx estudió con detenimiento en sus años juveniles.
En su artículo "Sobre la cuestión judia", que también es un trabajo temprano y muy significativo en la evolución intelectual de Marx es apreciable dicha influencia. En él Marx se dedica a estudiar profundamante el problema de la esencia humana y el de la libertad ,que era preocupación central de los jóvenes hegelianos, a fin d demosgtrar que este no podía resolverse exclusivamente con el logro de la libertad política sino por la liberación social.En este aspecto Marx va más allá de los jóvenes hegelianos porque parte directamente de Rousseau y de su concepción de la igualdad.
El logro de la emancipación social más allá de la liberación política ha sido aspiración de todo revolucionario. Martí le confió al marxista Carlos Baliño que la revolución no era la que harían en la manigua sino después en la república.Su objetivo principal era vindicar al hombre dignificándolo y no simplemente cambiar un gobierno por otro.
A eso aspiraba Marx cuando asimilaba críticamente las ideas roussonianas referidas a la igualdad del hombre y al percatarse de sus limitaciones dado su carácter abstracto, típico del humanismo ilustrado.
En dicho trabajo Marx no abandona la problemática religiosa, más bien es a través de ella que aborda la cuestión de la libertad humana. Y resulta interesante observar una idea que al parecer no fue muy tomada en consideración por muchos de los partidos y gobiernos del llamado socialismo real, entre los que en este aspecto no escapa la experiencia cubana-, tal vez por considerarse que había sido expresada en un momento en que Marx aún no era "marxista". Marx plantea que : "El hombre se libera en medio del Estado políticamente, de una barrera elevándose sobre ella en una forma parcial, abstracta y limitada. Por tanto también cuando el hombre se libera políticamente lo hace dando un rodeo, en un medio, aunque en un medio necesario. Y por último incluso cuando el hombre se proclama ateo por mediación del Estado- es decir, cuando proclama el ateísmo de Estado-, sigue sujeto a la religión precisamente por reocnocerse a sí mismo sólo dando un rodeo a través de un mediador" (20). Este fue el germen de su idea desarrollada un año despúes cuando afirma que : "La religión es solamente el sol ilusorio que gira al rededor del hombre mienytras este no gira en derredor de sí mismo " (21).
En definitiva ,la preocupación principal de Marx era la liberación humana y para ello habría de apoyarse en Epicuro, Spinoza, Rousseau y en otros tantos pensadores, que contribuyeron en diverso grado al proceso de desalienación del hombre.
La crítica de Marx a la religión no estaba dirigida en especial a una de sus formas en favor de otra, sino de toda religión en tanto eran fuente de enajenación en distinto modo. Sus críticas al judaísmo en dicho trabajo por su culto al dinero y al interés egoísta estaban dirigidas en última instancia contra la deificación del dinero en la enajenante sociedad burguesa.
Cuando Marx simpatiza con Rousseau no lo hace por identificarse con su propuesta de retorno del hombre a su estado natural, sino que aprecia en él la búsqueda de un hombre que no se encuentre dominado por fuerzas alienadoras. Buscaba en aquel un hombre que no hubiese dado el paso decisivo hacia la alienación que impuso la aparición de la propiedad privada y el origen de la desigualdad entre los hombres.
Marx se detuvo en la concepción rousseauniana de la igualdad y la libertad del hombre por naturaleza. Esta tesis estaba vinculada a la formulada anteriormente por Locke referida a que el hombre al nacer era una tabula rasa u hoja en limpio, lo cual supone también que todos los hombres dependen necesariamente de su respectivo entorno social para su desarrollo.
Por esa vía, que partía de Locke y pasaba por una de las líneas del materialismo francés y Rousseau, Marx infirió el vínculo de esta idea con las posteriores de corte socialista, pues estaba dirigida contra la aristocrática concepción del linaje natural de algunos hombres. El análisis crítico de esta tesis que Marx despliega posteriormente le llevaría a la conclusión de que si bien era cierto que el hombre es un producto de sus circunstancias, estas son humanamente modificables por la acción práctica.
La concepción rousseauniana de la igualdad de los hombres influyó notablemente en Marx sin que implicara en ningún modo hacer concesiones al igualitarismo que preconizaban en su época algunos representantes del socialismo utópico. Por el contrario Rousseau otorgaba especial atención a la correlación entre el mérito por el trabajo y la gratificación social, idea esta muy apreciada por Marx.
Marx aspiraba a una plena igualdad social de individualidades libres con sus necesarias diferencias donde estas pudieran desplegar todas sus potencialidades. Considera que en el socialismo cada hombre debía ser remunerado en correspondencia con el trabajo que aportara, como habían sugerido otros socialistas. Y en su crítica Stirner se detiene en el necesario rescate de la individualidad que debe efectuar el comunismo tal y como el lo concibe , y no el cuartelario que él mismo criticaría. Para Marx el comunismo significaria la plena conquista de la esencia humana menguada por las sociedades anteriores. Toda la obra de Marx desde su inicio hasta su cumbre en El Capital estuvo dirigida en última instancia a desalienar al hombre.
---fin del mensaje nº 1---
Última edición por pedrocasca el Miér Oct 10, 2012 7:10 pm, editado 1 vez