PRIMERA SESIÓN
Necesidad de un nuevo Partido
El Congreso Espartaquista dio comienzo el día 30 de diciembre de 1918 a las 10 horas de la mañana en la sala de actos de la Casa de los Delegados de Berlín. La víspera, como en una especie de prólogo, había sido celebrada una conferencia no pública de la Liga Espartaquista, y en ella se había decidido por unanimidad (a excepción de tres votos) abandonar el Partido Socialdemócrata Independiente Alemán (USPD) para constituir un nuevo partido.
El Congreso reunió a cien delegados y como presidentes del mismo fueron elegidos Pieck (Berlín) y Walcher (Stuttgart), como secretarios Heckert (Chemnitz) y Wolffstein (Dusseldorf), mientras que el horario de las sesiones era fijado de la siguiente forma: de las 9 a las 13 horas por la mañana y de las 15 a las 19 por la tarde. Ernst Mayer saludó al Congreso en el nombre de la Central en lo que él denominó como “los comienzos de un nuevo período de vida del Partido”, resumiendo en unas pocas palabras su desarrollo pasado (en la clandestinidad) y las etapas posteriores (tras la declaración oficial de la guerra), que coincidiría con su primer acto: la carta de protesta de Liebknecht, Luxemburgo, Mehring y Zetkin. Después vendrían las primeras octavillas del invierno 1914-15, las primeras proclamas firmadas por la Liga Espartaquista en la primavera de 1916 y la acción parlamentaria de Liebknecht. También marcó una etapa importante la Conferencia del 1 de enero de 1916 donde fueron adoptadas las directrices que después serían reproducidas en el folleto firmado por Junius. El objetivo de la Conferencia era el de realizar una separación concreta de los socialistas mayoritarios. La Liga Espartaquista abrió una honda brecha en el viejo partido al negarse a satisfacer las cotizaciones que le correspondían. A continuación tuvo lugar la Conferencia de Gotha, donde se habría de fundar el USPD, “La Central es de la opinión de que el trabajo en el interior del citado partido ha sido positiva, ya que en ningún momento ha quedado en entredicho el carácter de nuestros principios. La Central ha tenido siempre como criterio principal el valorar, sobre todas las cosas, la influencia ejercida en las masas. La Liga Espartaquista, a pesar de su debilidad numérica, ha ejercido efectivamente una gran influencia sobre el estado de espíritu, el juicio y la actividad de las masas”.
Rosa Luxemburgo: "La Revolución Alemana"