¿CÓMO ESTUDIAR MARXISMO?
Serie de artículos publicada en el año 2009 por el periódico "Tribuna Popular", órgano del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV), en distintos números.
tomado del blog Tribuna Popular (Comité local Goyo Pérez - Barcelona)
-- se publica en el Foro en tres mensajes dado su tamaño --
-- mensaje número uno --
LA FORMACIÓN IDEOLÓGICA
Serie de artículos publicada en el año 2009 por el periódico "Tribuna Popular", órgano del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV), en distintos números.
tomado del blog Tribuna Popular (Comité local Goyo Pérez - Barcelona)
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LA FORMACIÓN IDEOLÓGICA
LA IDEOLOGÍA, INSTRUMENTO DE DOMINACIÓN
En toda sociedad clasista, existe lucha entre clases dominantes y clases dominadas. La clase que ejerce su dominio material en una determinada sociedad, domina también en el plano espiritual, impone su propia ideología al resto de la sociedad, crea sus propias instituciones que le permiten sostener una situación preponderante.
“Ello se debe a que esa clase tiene a su servicio la parte fundamental de los hombres dedicados al trabajo físico y a que dispone de las instituciones ideológicas y de los medios de propaganda y difusión de sus ideas. En consonancia con sus propias concepciones que expresan a su vez sus intereses de clase, la clase dominante crea las instituciones estatales, jurídicas, etc… con el fin de defender sus propios intereses y aplastar a las clases enemigas”.
La ideología tiene así dentro de la sociedad dividida en clases, -y ello deja ver su importancia-, el carácter de un instrumento de dominación social.
¿Cómo se manifiesta este fenómeno dentro de la sociedad capitalista?
IDEOLOGÍA DOMINANTE EN LA SOCIEDAD CAPITALISTA
Marx y Engels prestaron particular atención a este problema de la base y la superestructura capitalista.
Al mostrarnos “el esqueleto” económico de la sociedad burguesa, es decir, sus relaciones de producción, nos presentaron al mismo tiempo la formación social capitalista como algo vivo, “con diversos aspectos de la vida cotidiana, con las manifestaciones sociales afectivas del antagonismo de clase propio de las relaciones de producción, con su superestructura política burguesa, destinada a salvaguardar el dominio de la clase de los capitalistas, con sus ideas burguesas de libertad, igualdad… con sus relaciones familiares burguesas”.
Sobre la base económica del capitalismo se ha erigido la superestructura correspondiente.
Forman parte de ellas las concepciones y teorías políticas y jurídicas burguesas dominantes en la sociedad capitalista, la filosofía, la moral burguesa y el arte de la burguesía, así como las instituciones con ella congruentes; y aquí figuran también el Estado y el Derecho burgués, con sus fuerzas represivas, tribunales, cárceles, ejércitos, servicios de inteligencia y democracia burguesa que en nuestros días degenera cada vez más en fascismo; de ella forman parte igualmente los partidos políticos burgueses y otras organizaciones sociales de la clase dominante, junto con la prensa burguesa, la radio, el cine, el teatro y la iglesia.
Todas las instituciones y organizaciones, imponen la ideología burguesa a la sociedad, también a los trabajadores, defienden el régimen burgués, la propiedad y la dominación de los capitalistas, a la par que en manos de éstos sirven de instrumento para ejercer la violencia, para aplastar y oprimir a las masas trabajadoras.
DOMINACIÓN IDEOLÓGICA Y DOMINACIÓN COACTIVA
La imposición de la clase dominante tiene dos aspectos:
1) Ideológico, la infiltración por todos los medios a su alcance de sus concepciones políticas y de todo orden al resto de la sociedad, del convencimiento de que esas concepciones son las mejores, las únicas justas y universalmente válidas;
2) otro aspecto directamente coactivo de imposición de aquellas por la fuerza a través del poder estatal y demás instituciones y organizaciones, a fin de defender sus propios intereses, de conservar su régimen de dominación.
Ambos aspectos se complementan: el Estado, las instituciones en general le aseguran a la clase dominante el prestigio ideológico sin el cual ninguna clase puede conservar por mucho tiempo su dominio.
Cuando la situación de crisis, de malestar económico y espiritual de las otras clases va minando en ellas la convicción de que las ideas propugnadas por la clase dominante son las mejores, es señal de que el régimen sostenido por esa clase toca a su fin; es el momento en que la imposición se ejerce sólo por la coacción, la represión, la violencia: el caso, como se apuntó antes, del régimen burgués que tiende a degenerar en fascismo.
IDEOLOGÍA SOCIALISTA, INSTRUMENTO DE LIBERACIÓN
La ideología socialista se convierte así en el factor esencial para un cambio, para una transformación radical del sistema capitalista imperante.
“En contraposición a la ideología burguesa, la clase obrera crea por medio de sus propios ideólogos su ideología socialista, que expresa su situación de clase, sus intereses y objetivos; crea su propio Partido, el partido revolucionario marxista, así como otras organizaciones, con el fin de luchar contra el capitalismo, contra la base capitalista y la superestructura que le corresponde”.
La ideología socialista, marxista, viene a ser la formulación científica de la necesidad del cambio arriba aludido, del carácter de la transformación que debe sufrir el sistema capitalista, por obra del proletariado, la única clase que puede realizarlo. Socialismo científico se le llama porque está basado en el análisis científico de la realidad, en las leyes objetivas de desarrollo de ésta; de allí que se convierta en el único instrumento capaz de penetrar verdaderamente la naturaleza y condiciones del cambio, por tanto de dirigir la lucha de las clases revolucionarias en el sentido justo. “Sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”.
IDEOLOGÍA Y CONCIENCIA DE CLASE
Según Marx, la intervención de la ideología puede, en determinadas circunstancias, asumir hasta mayor importancia que los intereses económicos de las clases.
En el Manifiesto del Partido Comunista (1848) expresan Marx y Engels que la clase social está constituida de una manera definitiva, solamente, cuando además de desempeñar un mismo papel en la producción y de tener intereses económicos comunes, interviene la solidaridad de clase, cuyo funcionamiento supone la toma de conciencia de clase, la cual no puede obtenerse a su vez sino por la ideología de clase.
La burguesía, que en el surgimiento de la sociedad capitalista desempeñó un papel revolucionario, se ha destacado en el dominio de la ideología y esto ha despertó precozmente su conciencia de clase burguesa.
El proletariado, que comprende muy vastas masas y se encuentra en una situación de oprimido, aun psicológicamente, sólo adquiere conciencia de sí mismo por etapas. Solamente la ideología socialista lo ayuda a constituirse definitivamente en clase.
La ideología socialista no surge naturalmente de la lucha de clases por aguda que ésta sea.
Esta lucha apenas si crea en el obrero un primer agrado de conciencia espontánea –muy ajena todavía a una ideología de clase-, que por sí misma apenas si lo conduce a un tipo de lucha reformista y no revolucionaria, o sea que lo condena a permanecer en la fase puramente económica de la lucha de clases.
La lucha económica no constituye la forma fundamental y decisiva de la lucha del proletariado.
La experiencia histórica demuestra que la clase obrera sólo puede lograr un mejoramiento radical de su situación económica, destruyendo el sistema capitalista de economía, y para ello tiene que librar una lucha política dirigida a la conquista del Poder político y su consolidación; “la lucha política expresa los intereses vitales del proletariado y es por tanto la forma superior de la lucha de clases”.
Pero estas conquistas políticas no pueden lograrse sin la consiguiente lucha ideológica, sin que la clase obrera adquiera la ideología socialista de clase, que le sirve de guía revolucionaria, para la transformación social que debe llevar a cabo.
La lucha ideológica es la palanca que transforma la lucha económica en lucha política.
Para que el proletariado sea capaz de derrocar al capitalismo, no sólo debe constituirse como clase, sino que además debe tener conciencia de sus intereses de clase cardinales.
Debe transformarse, según expresión de Marx y Engels, de clase en sí, en clase para sí, y ello sólo puede lograrse mediante la fusión de la teoría del Socialismo Científico en el movimiento obrero.
En todas las formaciones sociales más o menos complejas y sobre todo en la formación capitalista los hombres cuando entran en relación unos con otros, no tienen conciencia de cuáles son las relaciones sociales que se establecen entre ellos, de las leyes que presiden el desarrollo de esas relaciones. Le toca al Partido Comunista, como Partido del proletariado, hacer conscientes esas relaciones, transformar aquella conciencia incipiente en conciencia revolucionaria.
O sea que para que la lucha espontánea de clases se transforme en una lucha consciente, es condición indispensable que el Partido marxista infunda la ideología socialista al movimiento obrero, que el proletariado adquiera una clara conciencia de su misión histórica.
¿QUÉ SE QUIERE SIGNIFICAR POR FORMACIÓN IDEOLÓGICA?
Se quiere significar fundamentalmente:
-Una lucha en nuestra mente entre la ideología del proletariado y otras ideologías;
-Una lucha en nuestra mente entre la perspectiva comunista de la vida y el mundo, de una parte, y todos los otros conceptos de la vida y del mundo, de otra parte; y,
-Una lucha entre dos conceptos: los intereses y fines personales de los miembros del Partido y los intereses y fines del Partido y del pueblo. Es una lucha de ideas en conflicto que refleja las demandas económicas y políticas de las diferentes clases en una sociedad determinada.
El resultado de esta lucha en cuanto atañe a la ideología de los miembros del Partido debería ser:
-La derrota de todas las demás ideologías por la ideología proletaria;
-La derrota de todos los otros conceptos de la vida y del mundo, sustituyéndolos por el concepto comunista sobre la vida y sobre el mundo; y,
-El vencimiento de la idea de los intereses y fines personales de los miembros del Partido, por la idea de los intereses y fines comunes del Partido, de la Revolución y de la Liberación del proletariado y de la humanidad.
Si fuera otro el resultado, ello significaría la derrota de todo lo último por todo lo anterior, y el militante se atrasaría y hasta llegaría a perder lo que lo califica para pertenecer al Partido.
En el curso de todas las luchas ideológicas, políticas y económicas tanto dentro como fuera del Partido es donde los comunistas tiemplan sus ideas y llegan a comprender las realidades de la Revolución.
Al mismo tiempo, se necesita resumir y absorber la experiencia obtenida de la práctica revolucionaria y examinar las propias ideas para ver si están de acuerdo con el marxismo-leninismo y con los intereses de la lucha por la liberación del proletariado.
Eliminar en el curso de semejante estudio, reflexión y autoexamen, todas las ideas incorrectas y combatir las ideas que sean contrarias a los fundamentos del comunismo y a los intereses de la clase obrera y del pueblo trabajador.
Esto es lo que se quiere significar por “formación ideológica”.
Y, es también una forma del proceso de temple ideológico.
Todos los actos del hombre son dirigidos por su ideología. Además, todo individuo tiene su concepto del mundo, como guía general de sus ideas y acciones. Por consiguiente, al llevar a cabo su formación ideológica, los comunistas, deben ante todo definir claramente su concepto de vida, su concepto del mundo, porque todas las ideas y actividades de los comunistas están inspiradas en su concepto de la vida y del mundo.
Y ¿cuál es ese concepto de la vida y del mundo?
El concepto de la vida y del mundo de los comunistas debe responder al sistema de ideología del proletariado.
Son los conceptos del marxismo-leninismo sobre la vida y el mundo, y ellas forman también la base de la metodología marxista.
¿EN QUÉ CONSISTE EL MARXISMO-LENINISMO?
El marxismo-leninismo es una ciencia
¿Qué es una ciencia? La ciencia, en general, es la suma, el conjunto de los conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad, el pensamiento, acumulados en el curso de la vida histórico-social de la humanidad.
Dice Lenin que el objetivo de la ciencia es darnos un cuadro exacto del mundo.
La ciencia busca poner al descubierto las leyes que rigen los fenómenos que son objeto de estudio. Tiene por objeto explicarlos en forma verídica, exacta.
-El marxismo-leninismo como ciencia pone al descubierto las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad, que rigen el desarrollo del capitalismo, las leyes que rigen la emancipación del proletariado, la revolución y la construcción del socialismo.
· El marxismo-leninismo es la ciencia de la revolución proletaria.
· Es la teoría del movimiento de emancipación del proletariado.
· La teoría y táctica de la revolución socialista y de la dictadura del proletariado.
· La teoría de la construcción del comunismo.
El marxismo-leninismo, como cuerpo de doctrina, explica y expresa científicamente lo que debe ser la ideología del proletariado interesado en librarse de la opresión y en liberar a las otras clases oprimidas y explotadas; descubre las leyes, causas y condiciones que han dado origen a las sociedades divididas en clases antagónicas, la naturaleza de la sociedad capitalista moderna en que el productor asalariado y explotado se encuentra desposeído de los instrumentos de trabajo y el capitalista dominante se encuentra monopolizando los instrumentos de producción, lo que le permite apoderarse de la mayor parte de la riqueza engendrada en el proceso de producción por el obrero.
El marxismo-leninismo nos explica la naturaleza del imperialismo y las condiciones en que opera el capital financiero por expoliar a los países más débiles, poco desarrollados, por medio de la exportación de capitales.
El marxismo-leninismo nos enseña a considerar todo fenómeno social en relación con las condiciones en que ha surgido.
Todo depende de las condiciones, del lugar y del tiempo.
Todo el espíritu del marxismo, todo este sistema, exige que cada situación se considere:
1.-Desde el punto de vista histórico;
2.-Solamente en relación con otras;
3.-Solamente en relación con las condiciones materiales que le han dado lugar.
Sólo abordando los fenómenos sociales de un modo concreto, de un modo histórico, es posible comprender los nexos internos necesarios, las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad.
a). Los nexos entre los fenómenos son multiformes.
Hay nexos externos, aislados, fortuitos, y hay nexos internos, generales y necesarios, constantes, reiterados, esenciales.
Las leyes de la naturaleza y las leyes del desarrollo de la sociedad descubiertas por la ciencia expresan los nexos internos, necesarios, generales, reiterados y relativamente constantes y las relaciones de interdependencia entre los fenómenos, nexos y relaciones que brotan de la esencia misma, de la naturaleza de los fenómenos y procesos de que se trata.
b). La historia demuestra que la aparición y el desarrollo de los procesos sociales no están determinados por los nexos casuales, externos, entre estos fenómenos, sino por sus nexos internos y necesarios.
Los movimientos de liberación nacional, las revoluciones sociales, la lucha de clases, las guerras, los cambios de unas formaciones sociales por otras, no son en modo alguno fenómenos casuales, sino fenómenos rigurosamente regidos por leyes, y que responden al desarrollo de las condiciones de la vida material de la sociedad.
c). Las leyes del desarrollo social al igual que las leyes de la naturaleza, expresan los nexos reales, objetivos, entre los fenómenos, nexos que existen independientemente de la voluntad y la conciencia de los hombres.
d). Las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad, tienen una existencia real, objetiva, independiente de la voluntad y la conciencia, y determinan la conciencia y la voluntad, así como también la vida social y la acción de los hombres.
Los hombres no pueden abolir, destruir, ni transformar las leyes de la naturaleza, ni tampoco las leyes del desarrollo de la sociedad.
“Los hombres pueden descubrir estas leyes, llegar a conocerlas, estudiarlas, tomarlas en consideración al actuar y aprovecharlas en interés de la sociedad pero no pueden modificarlas ni abolirlas. Y aún menos pueden formar o crear nuevas leyes de la ciencia.”
Ya se trate de la sociedad capitalista, cuyo desarrollo económico discurre de un modo espontáneo, o de la sociedad socialista que se desarrolla con arreglo a un plan, el desarrollo se opera en ambos casos bajo la acción de las leyes objetivas, independientes de la voluntad y la conciencia de los hombres.
e). El conocimiento de las leyes objetivas permite prever los rumbos de desarrollo y actuar fructíferamente con éxito, en interés de la sociedad.
Negar las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad es caer en el idealismo y equivale a renunciar a la ciencia social.
Negar las leyes objetivas de los fenómenos sociales equivale asimismo a renunciar a la posibilidad de prever el curso de los acontecimientos, a negar la posibilidad de influir en la marcha de éstos sobre la base de la previsión científica, a negar la posibilidad de gobernar el curso de los acontecimientos mediante el dominio de las leyes de la ciencia.
f). Las leyes del desarrollo de la sociedad, al igual que las leyes de la naturaleza, expresan una relativa constancia en las relaciones entre los fenómenos, aquello que se repite con una cierta regularidad, con una necesaria consecuencia, en presencia de las condiciones objetivas dadas.
La existencia de determinadas causas, engendra inevitablemente determinados efectos.
La reiteración, como uno de los rasgos más importantes de la acción de toda ley, incluyendo las leyes histórico-sociales, no se da solamente en la naturaleza, sino también en la vida social.
¿CÓMO ANALIZA UN MARXISTA?
-Un marxista toma en cuenta, las condiciones objetivas y la correlación de clase en cada etapa del desarrollo de la lucha de clases y las condiciones reales de la vida material, como las fuerzas determinantes del desarrollo de la sociedad;
-Un marxista no habla, por ejemplo, de la necesidad de un determinado proceso histórico;
-Un marxista registra con exactitud una determinada formación económico-social y las relaciones antagónicas engendradas por ella;
-Un marxista, al mostrar la necesidad de una serie de hechos, no toma el punto de vista de la apología de esos hechos, un marxista descubre las contradicciones de clase y determina con ello su propio punto de vista;
-Un marxista no habla de las tendencias históricas inevitables; un marxista habla de la clase que “domina” el orden económico de que se trata, creando las formas de resistencia de las otras clases;
-Un marxista es consecuente en el análisis, no limitándose a señalar la necesidad de un proceso, sino explicando qué formación económico-social concreta da contenido a ese proceso y qué clase concreta determina esa necesidad;
-Un marxista tiene siempre una actitud de Partido, que lo obliga a situarse en cualquier enjuiciamiento de los acontecimientos, abierta y directamente en el punto de vista de un determinado grupo social, del proletariado.
Hay dos grupos de marxistas. Los dos actúan bajo la bandera del marxismo y se creen marxistas “auténticos”. Y sin embargo están lejos de ser idénticos. Es más: los separa un abismo, porque sus métodos de trabajo son diametralmente opuestos.
El primero de los dos grupos se limita, habitualmente, a reconocer en lo externo al marxismo y a proclamarlo solemnemente.
1. No sabiendo o no queriendo penetrar en la esencia del marxismo, no sabiendo o no queriendo encarnarlo en hechos, transforma las tesis vivas y revolucionarias del marxismo, en fórmulas muertas y huecas.
2. Basa sus actividades, no en la experiencia, no en las enseñanzas del trabajo práctico sino en citas de Marx.
3. Las indicaciones y las directivas las deduce, no del análisis de la realidad viva, sino de analogías y paralelos históricos.
Divergencia entre las palabras y los hechos. Tal es la enfermedad principal que padece dicho grupo.
Estos “marxistas”:
-Concentran toda su atención en el estudio de teorías vacías, divorciadas de la realidad.
-No prestan atención alguna al estudio de las condiciones objetivas y, con frecuencia, guiados por el entusiasmo, confunden sus sentimientos personales con la norma.
-Son subjetivistas y hacen caso omiso de la existencia de las cosas objetivas.
-No les interesa buscar la verdad partiendo de los hechos; sólo quieren impresionar a la gente con fuegos de artificios.
-Son llamativos pero carecen de sustancia.
-Son quebradizos y no tienen solidez.
-Son engreídos y no ceden ante nadie.
Adoptar este estilo en la conducta personal significa buscarse la propia destrucción; adoptarla en la educación de los otros significa buscar la ruina de éstos, y adoptarla en la dirección de la revolución significa buscar la ruina de la revolución.
Esta metodología subjetivista, anti-científica, contraria al marxismo-leninismo, es enemiga del Partido, de la clase obrera, del pueblo y de la nación y es una manifestación de impureza del espíritu de Partido.
La falta de la actitud científica-marxista, de fusión de la teoría con la práctica, significa una falta de espíritu de Partido o una deficiencia del mismo.
El segundo grupo por el contrario, traslada el centro de gravedad del problema, de este reconocimiento externo del marxismo a su aplicación, a su realización.
1. -Determinar de acuerdo con la situación los caminos y los medios para realizar el marxismo, modificar estos caminos y estos medios cuando la situación cambia: esto es lo que merece principalmente la atención de este grupo.
2. -No es de las analogías y de los paralelos históricos de donde este grupo deduce las directivas e indicaciones, sino del estudio de las condiciones circundantes.
3. -Sus actividades no descansan sobre citas y sentencias, sino sobre la experiencia práctica, comprobando cada uno de sus pasos por medio de la experiencia, aprendiendo de sus propios errores.
Esto es lo que precisamente explica que en las actividades de este grupo la acción no diverja de las palabras y que la doctrina de Marx conserve enteramente su fuerza revolucionaria viva.
A este grupo se aplican plenamente las palabras de Marx, según las cuales los marxistas no pueden contentarse con interpretar el mundo, sino que deben ir más lejos, a fin de transformarlo.
La actitud marxista-leninista
De acuerdo con ella se aplica la teoría y el método del marxismo-leninismo para el estudio sistemático y amplio de las circunstancias.
En lugar de basarse en el puro entusiasmo hay que combinar, el impulso revolucionario con el espíritu práctico.
En la actitud de “buscar la verdad a partir de los hechos”. Los “hechos” son todas las cosas que existen objetivamente, la “verdad” consiste en la relación interna de las cosas, es decir, sus leyes; y, buscar, significa estudiar.
A partir de la situación real que existe dentro y fuera del país, del Estado, del Distrito o del municipio, hay que buscar las leyes intrínsecas de dicha situación, y no leyes puramente imaginarias. O sea, que hay que encontrar las relaciones internas de los acontecimientos que se desarrollan alrededor y utilizarlas como guía para la acción.
A fin de hacer tal cosa hay que basarse no en la imaginación subjetiva, ni en el impulso del momento, ni en libros inertes, sino que es preciso extraer conclusiones correctas, a partir de los datos, bajo la guía de los principios generales del marxismo-leninismo.
Las conclusiones no tienen que ser un ordenamiento superficial de fenómenos dispuestos según A, B, C, D, etc., ni una retórica trillada llena de frases pomposas, sino que deben ser conclusiones científicas.
Esta es la actitud que va en busca de la verdad a partir de los hechos, y no la que trata de impresionar a la gente por medio de fuegos de artificio.
Es una manifestación del espíritu del Partido; es el estilo de trabajo marxista-leninista, que une la teoría con la práctica.
Es lo menos que se le puede exigir a un comunista.
LA RELACIÓN ENTRE EL ESTUDIO DE LA TEORÍA MARXISTA-LENINISTA Y LA CONCIENCIA DE CLASE DE LOS MIEMBROS DEL PARTIDO
El marxismo-leninismo, es la ciencia de la revolución proletaria.
Únicamente puede ser comprendida y dominada cabalmente por aquellos que se sitúan por completo en el punto de vista proletario y adoptan como suyos los ideales del proletariado.
A nadie le es posible entender y dominar totalmente la ciencia marxista del proletariado, exclusivamente por medio del intelecto y del arduo estudio, si carece del punto de vista y de los puros ideales del proletariado.
En toda sociedad clasista, existe lucha entre clases dominantes y clases dominadas. La clase que ejerce su dominio material en una determinada sociedad, domina también en el plano espiritual, impone su propia ideología al resto de la sociedad, crea sus propias instituciones que le permiten sostener una situación preponderante.
“Ello se debe a que esa clase tiene a su servicio la parte fundamental de los hombres dedicados al trabajo físico y a que dispone de las instituciones ideológicas y de los medios de propaganda y difusión de sus ideas. En consonancia con sus propias concepciones que expresan a su vez sus intereses de clase, la clase dominante crea las instituciones estatales, jurídicas, etc… con el fin de defender sus propios intereses y aplastar a las clases enemigas”.
La ideología tiene así dentro de la sociedad dividida en clases, -y ello deja ver su importancia-, el carácter de un instrumento de dominación social.
¿Cómo se manifiesta este fenómeno dentro de la sociedad capitalista?
IDEOLOGÍA DOMINANTE EN LA SOCIEDAD CAPITALISTA
Marx y Engels prestaron particular atención a este problema de la base y la superestructura capitalista.
Al mostrarnos “el esqueleto” económico de la sociedad burguesa, es decir, sus relaciones de producción, nos presentaron al mismo tiempo la formación social capitalista como algo vivo, “con diversos aspectos de la vida cotidiana, con las manifestaciones sociales afectivas del antagonismo de clase propio de las relaciones de producción, con su superestructura política burguesa, destinada a salvaguardar el dominio de la clase de los capitalistas, con sus ideas burguesas de libertad, igualdad… con sus relaciones familiares burguesas”.
Sobre la base económica del capitalismo se ha erigido la superestructura correspondiente.
Forman parte de ellas las concepciones y teorías políticas y jurídicas burguesas dominantes en la sociedad capitalista, la filosofía, la moral burguesa y el arte de la burguesía, así como las instituciones con ella congruentes; y aquí figuran también el Estado y el Derecho burgués, con sus fuerzas represivas, tribunales, cárceles, ejércitos, servicios de inteligencia y democracia burguesa que en nuestros días degenera cada vez más en fascismo; de ella forman parte igualmente los partidos políticos burgueses y otras organizaciones sociales de la clase dominante, junto con la prensa burguesa, la radio, el cine, el teatro y la iglesia.
Todas las instituciones y organizaciones, imponen la ideología burguesa a la sociedad, también a los trabajadores, defienden el régimen burgués, la propiedad y la dominación de los capitalistas, a la par que en manos de éstos sirven de instrumento para ejercer la violencia, para aplastar y oprimir a las masas trabajadoras.
DOMINACIÓN IDEOLÓGICA Y DOMINACIÓN COACTIVA
La imposición de la clase dominante tiene dos aspectos:
1) Ideológico, la infiltración por todos los medios a su alcance de sus concepciones políticas y de todo orden al resto de la sociedad, del convencimiento de que esas concepciones son las mejores, las únicas justas y universalmente válidas;
2) otro aspecto directamente coactivo de imposición de aquellas por la fuerza a través del poder estatal y demás instituciones y organizaciones, a fin de defender sus propios intereses, de conservar su régimen de dominación.
Ambos aspectos se complementan: el Estado, las instituciones en general le aseguran a la clase dominante el prestigio ideológico sin el cual ninguna clase puede conservar por mucho tiempo su dominio.
Cuando la situación de crisis, de malestar económico y espiritual de las otras clases va minando en ellas la convicción de que las ideas propugnadas por la clase dominante son las mejores, es señal de que el régimen sostenido por esa clase toca a su fin; es el momento en que la imposición se ejerce sólo por la coacción, la represión, la violencia: el caso, como se apuntó antes, del régimen burgués que tiende a degenerar en fascismo.
IDEOLOGÍA SOCIALISTA, INSTRUMENTO DE LIBERACIÓN
La ideología socialista se convierte así en el factor esencial para un cambio, para una transformación radical del sistema capitalista imperante.
“En contraposición a la ideología burguesa, la clase obrera crea por medio de sus propios ideólogos su ideología socialista, que expresa su situación de clase, sus intereses y objetivos; crea su propio Partido, el partido revolucionario marxista, así como otras organizaciones, con el fin de luchar contra el capitalismo, contra la base capitalista y la superestructura que le corresponde”.
La ideología socialista, marxista, viene a ser la formulación científica de la necesidad del cambio arriba aludido, del carácter de la transformación que debe sufrir el sistema capitalista, por obra del proletariado, la única clase que puede realizarlo. Socialismo científico se le llama porque está basado en el análisis científico de la realidad, en las leyes objetivas de desarrollo de ésta; de allí que se convierta en el único instrumento capaz de penetrar verdaderamente la naturaleza y condiciones del cambio, por tanto de dirigir la lucha de las clases revolucionarias en el sentido justo. “Sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”.
IDEOLOGÍA Y CONCIENCIA DE CLASE
Según Marx, la intervención de la ideología puede, en determinadas circunstancias, asumir hasta mayor importancia que los intereses económicos de las clases.
En el Manifiesto del Partido Comunista (1848) expresan Marx y Engels que la clase social está constituida de una manera definitiva, solamente, cuando además de desempeñar un mismo papel en la producción y de tener intereses económicos comunes, interviene la solidaridad de clase, cuyo funcionamiento supone la toma de conciencia de clase, la cual no puede obtenerse a su vez sino por la ideología de clase.
La burguesía, que en el surgimiento de la sociedad capitalista desempeñó un papel revolucionario, se ha destacado en el dominio de la ideología y esto ha despertó precozmente su conciencia de clase burguesa.
El proletariado, que comprende muy vastas masas y se encuentra en una situación de oprimido, aun psicológicamente, sólo adquiere conciencia de sí mismo por etapas. Solamente la ideología socialista lo ayuda a constituirse definitivamente en clase.
La ideología socialista no surge naturalmente de la lucha de clases por aguda que ésta sea.
Esta lucha apenas si crea en el obrero un primer agrado de conciencia espontánea –muy ajena todavía a una ideología de clase-, que por sí misma apenas si lo conduce a un tipo de lucha reformista y no revolucionaria, o sea que lo condena a permanecer en la fase puramente económica de la lucha de clases.
La lucha económica no constituye la forma fundamental y decisiva de la lucha del proletariado.
La experiencia histórica demuestra que la clase obrera sólo puede lograr un mejoramiento radical de su situación económica, destruyendo el sistema capitalista de economía, y para ello tiene que librar una lucha política dirigida a la conquista del Poder político y su consolidación; “la lucha política expresa los intereses vitales del proletariado y es por tanto la forma superior de la lucha de clases”.
Pero estas conquistas políticas no pueden lograrse sin la consiguiente lucha ideológica, sin que la clase obrera adquiera la ideología socialista de clase, que le sirve de guía revolucionaria, para la transformación social que debe llevar a cabo.
La lucha ideológica es la palanca que transforma la lucha económica en lucha política.
Para que el proletariado sea capaz de derrocar al capitalismo, no sólo debe constituirse como clase, sino que además debe tener conciencia de sus intereses de clase cardinales.
Debe transformarse, según expresión de Marx y Engels, de clase en sí, en clase para sí, y ello sólo puede lograrse mediante la fusión de la teoría del Socialismo Científico en el movimiento obrero.
En todas las formaciones sociales más o menos complejas y sobre todo en la formación capitalista los hombres cuando entran en relación unos con otros, no tienen conciencia de cuáles son las relaciones sociales que se establecen entre ellos, de las leyes que presiden el desarrollo de esas relaciones. Le toca al Partido Comunista, como Partido del proletariado, hacer conscientes esas relaciones, transformar aquella conciencia incipiente en conciencia revolucionaria.
O sea que para que la lucha espontánea de clases se transforme en una lucha consciente, es condición indispensable que el Partido marxista infunda la ideología socialista al movimiento obrero, que el proletariado adquiera una clara conciencia de su misión histórica.
¿QUÉ SE QUIERE SIGNIFICAR POR FORMACIÓN IDEOLÓGICA?
Se quiere significar fundamentalmente:
-Una lucha en nuestra mente entre la ideología del proletariado y otras ideologías;
-Una lucha en nuestra mente entre la perspectiva comunista de la vida y el mundo, de una parte, y todos los otros conceptos de la vida y del mundo, de otra parte; y,
-Una lucha entre dos conceptos: los intereses y fines personales de los miembros del Partido y los intereses y fines del Partido y del pueblo. Es una lucha de ideas en conflicto que refleja las demandas económicas y políticas de las diferentes clases en una sociedad determinada.
El resultado de esta lucha en cuanto atañe a la ideología de los miembros del Partido debería ser:
-La derrota de todas las demás ideologías por la ideología proletaria;
-La derrota de todos los otros conceptos de la vida y del mundo, sustituyéndolos por el concepto comunista sobre la vida y sobre el mundo; y,
-El vencimiento de la idea de los intereses y fines personales de los miembros del Partido, por la idea de los intereses y fines comunes del Partido, de la Revolución y de la Liberación del proletariado y de la humanidad.
Si fuera otro el resultado, ello significaría la derrota de todo lo último por todo lo anterior, y el militante se atrasaría y hasta llegaría a perder lo que lo califica para pertenecer al Partido.
En el curso de todas las luchas ideológicas, políticas y económicas tanto dentro como fuera del Partido es donde los comunistas tiemplan sus ideas y llegan a comprender las realidades de la Revolución.
Al mismo tiempo, se necesita resumir y absorber la experiencia obtenida de la práctica revolucionaria y examinar las propias ideas para ver si están de acuerdo con el marxismo-leninismo y con los intereses de la lucha por la liberación del proletariado.
Eliminar en el curso de semejante estudio, reflexión y autoexamen, todas las ideas incorrectas y combatir las ideas que sean contrarias a los fundamentos del comunismo y a los intereses de la clase obrera y del pueblo trabajador.
Esto es lo que se quiere significar por “formación ideológica”.
Y, es también una forma del proceso de temple ideológico.
Todos los actos del hombre son dirigidos por su ideología. Además, todo individuo tiene su concepto del mundo, como guía general de sus ideas y acciones. Por consiguiente, al llevar a cabo su formación ideológica, los comunistas, deben ante todo definir claramente su concepto de vida, su concepto del mundo, porque todas las ideas y actividades de los comunistas están inspiradas en su concepto de la vida y del mundo.
Y ¿cuál es ese concepto de la vida y del mundo?
El concepto de la vida y del mundo de los comunistas debe responder al sistema de ideología del proletariado.
Son los conceptos del marxismo-leninismo sobre la vida y el mundo, y ellas forman también la base de la metodología marxista.
¿EN QUÉ CONSISTE EL MARXISMO-LENINISMO?
El marxismo-leninismo es una ciencia
¿Qué es una ciencia? La ciencia, en general, es la suma, el conjunto de los conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad, el pensamiento, acumulados en el curso de la vida histórico-social de la humanidad.
Dice Lenin que el objetivo de la ciencia es darnos un cuadro exacto del mundo.
La ciencia busca poner al descubierto las leyes que rigen los fenómenos que son objeto de estudio. Tiene por objeto explicarlos en forma verídica, exacta.
-El marxismo-leninismo como ciencia pone al descubierto las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad, que rigen el desarrollo del capitalismo, las leyes que rigen la emancipación del proletariado, la revolución y la construcción del socialismo.
· El marxismo-leninismo es la ciencia de la revolución proletaria.
· Es la teoría del movimiento de emancipación del proletariado.
· La teoría y táctica de la revolución socialista y de la dictadura del proletariado.
· La teoría de la construcción del comunismo.
El marxismo-leninismo, como cuerpo de doctrina, explica y expresa científicamente lo que debe ser la ideología del proletariado interesado en librarse de la opresión y en liberar a las otras clases oprimidas y explotadas; descubre las leyes, causas y condiciones que han dado origen a las sociedades divididas en clases antagónicas, la naturaleza de la sociedad capitalista moderna en que el productor asalariado y explotado se encuentra desposeído de los instrumentos de trabajo y el capitalista dominante se encuentra monopolizando los instrumentos de producción, lo que le permite apoderarse de la mayor parte de la riqueza engendrada en el proceso de producción por el obrero.
El marxismo-leninismo nos explica la naturaleza del imperialismo y las condiciones en que opera el capital financiero por expoliar a los países más débiles, poco desarrollados, por medio de la exportación de capitales.
El marxismo-leninismo nos enseña a considerar todo fenómeno social en relación con las condiciones en que ha surgido.
Todo depende de las condiciones, del lugar y del tiempo.
Todo el espíritu del marxismo, todo este sistema, exige que cada situación se considere:
1.-Desde el punto de vista histórico;
2.-Solamente en relación con otras;
3.-Solamente en relación con las condiciones materiales que le han dado lugar.
Sólo abordando los fenómenos sociales de un modo concreto, de un modo histórico, es posible comprender los nexos internos necesarios, las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad.
a). Los nexos entre los fenómenos son multiformes.
Hay nexos externos, aislados, fortuitos, y hay nexos internos, generales y necesarios, constantes, reiterados, esenciales.
Las leyes de la naturaleza y las leyes del desarrollo de la sociedad descubiertas por la ciencia expresan los nexos internos, necesarios, generales, reiterados y relativamente constantes y las relaciones de interdependencia entre los fenómenos, nexos y relaciones que brotan de la esencia misma, de la naturaleza de los fenómenos y procesos de que se trata.
b). La historia demuestra que la aparición y el desarrollo de los procesos sociales no están determinados por los nexos casuales, externos, entre estos fenómenos, sino por sus nexos internos y necesarios.
Los movimientos de liberación nacional, las revoluciones sociales, la lucha de clases, las guerras, los cambios de unas formaciones sociales por otras, no son en modo alguno fenómenos casuales, sino fenómenos rigurosamente regidos por leyes, y que responden al desarrollo de las condiciones de la vida material de la sociedad.
c). Las leyes del desarrollo social al igual que las leyes de la naturaleza, expresan los nexos reales, objetivos, entre los fenómenos, nexos que existen independientemente de la voluntad y la conciencia de los hombres.
d). Las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad, tienen una existencia real, objetiva, independiente de la voluntad y la conciencia, y determinan la conciencia y la voluntad, así como también la vida social y la acción de los hombres.
Los hombres no pueden abolir, destruir, ni transformar las leyes de la naturaleza, ni tampoco las leyes del desarrollo de la sociedad.
“Los hombres pueden descubrir estas leyes, llegar a conocerlas, estudiarlas, tomarlas en consideración al actuar y aprovecharlas en interés de la sociedad pero no pueden modificarlas ni abolirlas. Y aún menos pueden formar o crear nuevas leyes de la ciencia.”
Ya se trate de la sociedad capitalista, cuyo desarrollo económico discurre de un modo espontáneo, o de la sociedad socialista que se desarrolla con arreglo a un plan, el desarrollo se opera en ambos casos bajo la acción de las leyes objetivas, independientes de la voluntad y la conciencia de los hombres.
e). El conocimiento de las leyes objetivas permite prever los rumbos de desarrollo y actuar fructíferamente con éxito, en interés de la sociedad.
Negar las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad es caer en el idealismo y equivale a renunciar a la ciencia social.
Negar las leyes objetivas de los fenómenos sociales equivale asimismo a renunciar a la posibilidad de prever el curso de los acontecimientos, a negar la posibilidad de influir en la marcha de éstos sobre la base de la previsión científica, a negar la posibilidad de gobernar el curso de los acontecimientos mediante el dominio de las leyes de la ciencia.
f). Las leyes del desarrollo de la sociedad, al igual que las leyes de la naturaleza, expresan una relativa constancia en las relaciones entre los fenómenos, aquello que se repite con una cierta regularidad, con una necesaria consecuencia, en presencia de las condiciones objetivas dadas.
La existencia de determinadas causas, engendra inevitablemente determinados efectos.
La reiteración, como uno de los rasgos más importantes de la acción de toda ley, incluyendo las leyes histórico-sociales, no se da solamente en la naturaleza, sino también en la vida social.
¿CÓMO ANALIZA UN MARXISTA?
-Un marxista toma en cuenta, las condiciones objetivas y la correlación de clase en cada etapa del desarrollo de la lucha de clases y las condiciones reales de la vida material, como las fuerzas determinantes del desarrollo de la sociedad;
-Un marxista no habla, por ejemplo, de la necesidad de un determinado proceso histórico;
-Un marxista registra con exactitud una determinada formación económico-social y las relaciones antagónicas engendradas por ella;
-Un marxista, al mostrar la necesidad de una serie de hechos, no toma el punto de vista de la apología de esos hechos, un marxista descubre las contradicciones de clase y determina con ello su propio punto de vista;
-Un marxista no habla de las tendencias históricas inevitables; un marxista habla de la clase que “domina” el orden económico de que se trata, creando las formas de resistencia de las otras clases;
-Un marxista es consecuente en el análisis, no limitándose a señalar la necesidad de un proceso, sino explicando qué formación económico-social concreta da contenido a ese proceso y qué clase concreta determina esa necesidad;
-Un marxista tiene siempre una actitud de Partido, que lo obliga a situarse en cualquier enjuiciamiento de los acontecimientos, abierta y directamente en el punto de vista de un determinado grupo social, del proletariado.
Hay dos grupos de marxistas. Los dos actúan bajo la bandera del marxismo y se creen marxistas “auténticos”. Y sin embargo están lejos de ser idénticos. Es más: los separa un abismo, porque sus métodos de trabajo son diametralmente opuestos.
El primero de los dos grupos se limita, habitualmente, a reconocer en lo externo al marxismo y a proclamarlo solemnemente.
1. No sabiendo o no queriendo penetrar en la esencia del marxismo, no sabiendo o no queriendo encarnarlo en hechos, transforma las tesis vivas y revolucionarias del marxismo, en fórmulas muertas y huecas.
2. Basa sus actividades, no en la experiencia, no en las enseñanzas del trabajo práctico sino en citas de Marx.
3. Las indicaciones y las directivas las deduce, no del análisis de la realidad viva, sino de analogías y paralelos históricos.
Divergencia entre las palabras y los hechos. Tal es la enfermedad principal que padece dicho grupo.
Estos “marxistas”:
-Concentran toda su atención en el estudio de teorías vacías, divorciadas de la realidad.
-No prestan atención alguna al estudio de las condiciones objetivas y, con frecuencia, guiados por el entusiasmo, confunden sus sentimientos personales con la norma.
-Son subjetivistas y hacen caso omiso de la existencia de las cosas objetivas.
-No les interesa buscar la verdad partiendo de los hechos; sólo quieren impresionar a la gente con fuegos de artificios.
-Son llamativos pero carecen de sustancia.
-Son quebradizos y no tienen solidez.
-Son engreídos y no ceden ante nadie.
Adoptar este estilo en la conducta personal significa buscarse la propia destrucción; adoptarla en la educación de los otros significa buscar la ruina de éstos, y adoptarla en la dirección de la revolución significa buscar la ruina de la revolución.
Esta metodología subjetivista, anti-científica, contraria al marxismo-leninismo, es enemiga del Partido, de la clase obrera, del pueblo y de la nación y es una manifestación de impureza del espíritu de Partido.
La falta de la actitud científica-marxista, de fusión de la teoría con la práctica, significa una falta de espíritu de Partido o una deficiencia del mismo.
El segundo grupo por el contrario, traslada el centro de gravedad del problema, de este reconocimiento externo del marxismo a su aplicación, a su realización.
1. -Determinar de acuerdo con la situación los caminos y los medios para realizar el marxismo, modificar estos caminos y estos medios cuando la situación cambia: esto es lo que merece principalmente la atención de este grupo.
2. -No es de las analogías y de los paralelos históricos de donde este grupo deduce las directivas e indicaciones, sino del estudio de las condiciones circundantes.
3. -Sus actividades no descansan sobre citas y sentencias, sino sobre la experiencia práctica, comprobando cada uno de sus pasos por medio de la experiencia, aprendiendo de sus propios errores.
Esto es lo que precisamente explica que en las actividades de este grupo la acción no diverja de las palabras y que la doctrina de Marx conserve enteramente su fuerza revolucionaria viva.
A este grupo se aplican plenamente las palabras de Marx, según las cuales los marxistas no pueden contentarse con interpretar el mundo, sino que deben ir más lejos, a fin de transformarlo.
La actitud marxista-leninista
De acuerdo con ella se aplica la teoría y el método del marxismo-leninismo para el estudio sistemático y amplio de las circunstancias.
En lugar de basarse en el puro entusiasmo hay que combinar, el impulso revolucionario con el espíritu práctico.
En la actitud de “buscar la verdad a partir de los hechos”. Los “hechos” son todas las cosas que existen objetivamente, la “verdad” consiste en la relación interna de las cosas, es decir, sus leyes; y, buscar, significa estudiar.
A partir de la situación real que existe dentro y fuera del país, del Estado, del Distrito o del municipio, hay que buscar las leyes intrínsecas de dicha situación, y no leyes puramente imaginarias. O sea, que hay que encontrar las relaciones internas de los acontecimientos que se desarrollan alrededor y utilizarlas como guía para la acción.
A fin de hacer tal cosa hay que basarse no en la imaginación subjetiva, ni en el impulso del momento, ni en libros inertes, sino que es preciso extraer conclusiones correctas, a partir de los datos, bajo la guía de los principios generales del marxismo-leninismo.
Las conclusiones no tienen que ser un ordenamiento superficial de fenómenos dispuestos según A, B, C, D, etc., ni una retórica trillada llena de frases pomposas, sino que deben ser conclusiones científicas.
Esta es la actitud que va en busca de la verdad a partir de los hechos, y no la que trata de impresionar a la gente por medio de fuegos de artificio.
Es una manifestación del espíritu del Partido; es el estilo de trabajo marxista-leninista, que une la teoría con la práctica.
Es lo menos que se le puede exigir a un comunista.
LA RELACIÓN ENTRE EL ESTUDIO DE LA TEORÍA MARXISTA-LENINISTA Y LA CONCIENCIA DE CLASE DE LOS MIEMBROS DEL PARTIDO
El marxismo-leninismo, es la ciencia de la revolución proletaria.
Únicamente puede ser comprendida y dominada cabalmente por aquellos que se sitúan por completo en el punto de vista proletario y adoptan como suyos los ideales del proletariado.
A nadie le es posible entender y dominar totalmente la ciencia marxista del proletariado, exclusivamente por medio del intelecto y del arduo estudio, si carece del punto de vista y de los puros ideales del proletariado.
-- Fin del mensaje nº uno --