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    43 Años de la muerte de Pablo De Rocka... y su controversia con Neruda

    Juan/Caleta
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    43 Años de la muerte de Pablo De Rocka... y su controversia con Neruda Empty 43 Años de la muerte de Pablo De Rocka... y su controversia con Neruda

    Mensaje por Juan/Caleta Dom Sep 11, 2011 3:04 am

    A propósito de un aniversario más de la muerte del gran poeta comunista chileno, comparto con ustedes un poema que dedicara a Pablo Neruda:

    TERCETOS DANTESCOS A CASIANO BASUALTO

    (Dedicado a Pablo Neruda)

    Gallipavo senil y cogotero
    de una poesía sucia, de macacos,
    tienes la panza hinchada de dinero.

    Defeca en el portal de los maracos,
    tu egolatría de imbécil famoso
    tal como en el chiquero los verracos.

    Legas a ser hediondo de baboso,
    y los tontos te llaman: ¡«gran podeta»!
    en las alcobas de lo tenebroso.

    Si fueras un andrajo de opereta,
    y únicamente un pajarón flautista,
    ¡sólo un par depatadas en la jeta!...

    Pero tu índole sadomasoquista,
    un tiburón de las cloacas suma
    a la carroña del oportunista.

    Y si eres infantil como la espuma,
    eres absurdo Cacaseno oscuro,
    si el escribir con menstruación te abruma.

    Granburgués, te arrodillas junto al muro
    del panteón de la Academia Sueca,
    a mendigar... ¡dual amoral impuro!

    Y emerge el delincuente hacia la pleca
    de la carátula facinerosa,
    que exhibe al sol la criadilla seca.

    Astuto, ruin, tarado, voz gangosa,
    saqueas a la U.R.S.S, envilecido,
    con la tremenda mano estropajosa.

    Flojo arribista, tonto y bien comido,
    dijiste de este norme pueblo ardiente:
    «Chile, país de cafres», ¡gran bandido!

    Eres la negra cabeza de puente
    de la horrorosa corrupción burguesa
    en el filo-marxismo decadente.

    Avido como pájaro de presa,
    refleja tu persona a un mar de idiotas,
    y es su retrato, en ti, lo que interesa.

    Por eso no caminas, y rebotas
    contra la parte más noble y sufriente
    de tu partido, y te ladran las botas.

    ¡Tú, el discriminador impenitente,
    burócrata y plutócrata racista
    que insulta a herida, a eterna, a heroica gente!...

    Es que tienes costumbres de alquimista
    de fiambrería, y es que estás vendido,
    todo, al gran criminal imperialista.

    Es que tienes costumbres de alquimista
    de fiambrería, y es que estás vendido,
    todo, al gran criminal imperialista.

    La baba oscura del hampón, hundido
    en la maldad oblicua del plagiario,
    te chorrea del corazón podrido.

    Y las pelotas del «estravagario»,
    juegan al campeonato del canalla
    en el gran orinal «crepusculario».

    Eres el «jefe» de una tal morralla,
    tan desleal como todo cobarde,
    y mereces escupos, no metralla.

    Calumniador e infamador, tu alarde
    de apropiarte de un muerto es de demente,
    que se ahoga en los mares de la tarde.

    Abominando del hombre valiente,
    echas en cara la desgracia humana,
    y, al insultar, muestras la bestia ingente.

    ¡Es tan abyecta tu actitud marrana
    y es tan de amoral tu ejecutoria...
    ¡debiste ser hijo de puto y rana!...

    Chillas por eso pidiendo euforia
    necio-anormal de «un puntapié en el culo»,
    y el ser pro-imperialista es tu victoria.

    Tu condición de Judas y de Chulo,
    corrompe con dinero mal habido,
    y a quien explotas, lo declaras nulo.

    Tu verso inmoral se ha «enriquecido»
    de un mil de pederastas de prontuario:
    cantas por paga, en tu rabel transido.

    Estafándola, alzando su calvario,
    a aquella fiel humilde «hormiguita»,
    formas la roña del prostibulario.

    Por tu gran colección hermafrodita
    sin que falte una loca Concha sola,
    la Reacción mundial te felicita.

    la miendo por debajo de la cola
    al ladrón del Viet Nam, al asesino,
    eres el héroe de la coca-cola.

    Gran comensal del Wall Street ladino
    miras a Cuba como los «gusanos»,
    y su martirio te importa un comino.

    Tu comunismo es farsa de Casi Anos
    emputacidos y escandalosos,
    que vende, como reses, sus hermanos.

    Ceñido de mugrientos y roñosos,
    tinterillo de latifundistas,
    yo te comparo a los perros tiñosos.

    Defiendes, pisoteando comunistas,
    a los patrones contra los peones,
    y los dueños de fundo son tus pistas.

    Ladroneando, eres tú flor de bribones,
    y como vives de seres dudosos,
    auspicias guardaespaldas maricones.

    Insultador de héroes grandiosos,
    como Mao Tse-tung y su Partido,
    entregas sangre ajena alos golosos.

    Tu «pedosita» es pacotilla, herido
    de vanidad añeja de ramera,
    «gozas» de «fama», pero estás vencido.

    A la siniestra mafia aventurera
    de la chacota en la literatura
    tu camarilla le dio pedorrera.

    ¡Oh! mixtificador, tu sinecura
    de atorrante político, «escruchante»
    poético, es un tarro de basura.

    Engañas a «las musas», y el cantante
    de prostíbulo que hay en tus muletas,
    en las ideas es un comerciante.

    Sodomitas, rufianes, proxenetas,
    pacotilleros y filibusteros,
    te corretean entre cuchufletas.

    Bohemio y metafísico, en usleros
    de material confuso estás sentado,
    como en grandes divanes de braseros.

    De «Derecha» y de «Izquierda» te has timbrado
    y oscilas de entre alones y loyolas,
    manoseando para lado y lado.

    Como te arrastran las sesenta bolas
    de las antologías criminales,
    te balanceas en las carambolas.

    Un rebizno mundial de homosexuales,
    monta la máquina cosmopolita
    de tus negocios internacionales.

    Y hasta el cura pronazi aranedita
    llorando se arremanga las polleras
    en honor de tu gran guata «bendita».

    Yegua de arreo, riega las praderas
    de la bohemia tu meada de piojo
    funeral, corroído de goteras.

    Los de Hernanes, el negro y el rojo,
    son los sucios eunucos amarillos
    de tu harem: Cardenal y Matapiojo.

    Ellos te chupan de los calzoncillos
    la bazofia, con lengua de lacayos:
    pían sin pico, aunque son pajarillos.

    Tal como dos esclavos, dos cipayos
    enmascarados en su podredumbre,
    sirvientes del verdugo y papagayos.

    Los «capos» de la antigua servidumbre
    te abandonaron por ingrato e inmundo
    como a un cuchillo mordido de herrumbe.

    Hoy por hoy, solo, en el hoyo del mundo
    chillas y gritas, espantosamente,
    lo mismo que un zapato moribundo.

    Y aunque manchas tu patria, impunemente,
    contrbandeando éxito por mérito,
    te escupe un gran gargajo frente a frente.

    Vendido a Norteamérica, el pretérito
    de tus engaños al proletariado,
    da vuelta la chaqueta al benemérito.

    Traidor y desertor calificado,
    te burlaste de los trabajadores
    yendo de negociado en negociado.

    Tu frenesí es corruptor de menores
    intelectuales, «regolucionario»
    a lo Mansilla, «Rey» de embaucadores.

    «La araña negra» y «el patibulario»
    te llamó Juan de Luigi, al cual echabas
    en cara la ceguera... ¡oh!, mal corsario.

    Telarañoso y mercantil, alabas
    lo que negaste, como equilibrista,
    y al Premio Nobel lo llenas de babas.

    De país en país, gran arribista,
    tu gonorrea literaria has ido
    vendiendo como egregio pendolista.

    Tu «reconciliación» de forajido
    con el imperialismo, es lo más lógico:
    se van de corrompido a corrompido.

    Como un bruto o eunuco patológico
    estás sobre las clases defecando
    y a tu estiércol lo estimas antológico.

    Un viejo perro muerto anda aullando
    en tus quejidos de gran roña ahita
    y, al vomitar, te vas desintegrando...

    Toda tu obra mal robada, imita:
    «Macchu-Picchu» es Ramponi, el argentino,
    a quien plagiaste su «Piedra Infinita».

    Tagore, Baudelaire, Vallejo, (vino
    y mito), te encubren, y te aterra
    haber transado tu alma de cochino.

    El fosil colonial de Inglaterra
    entre biblias y whiskyes y serpientes
    engendró «Residencia en la Tierra».

    Si hablando a gentes proletarias, mientes,
    mientes cantando y llorando y, mintiendo,
    mientes a delincuentes y a inocentes.

    Como lo heroico no lo estás viviendo,
    tú frenas la potencia de las masas
    con tu veneno «poético» horrendo.

    Por tus siete maletas, sobrepasas
    el equipaje multimillonario,
    cuando el botín repleta tus tres casas.

    A alguna menopáusica de acuario,
    «tu Farewell» ¡de Blomberg!, le produjo
    alteraciones en su calendario.

    Sabat Ercasty te dejó con pujo
    sangriento, y «El Hondero Entusiasta»,
    es la baraja y el moco del brujo.

    Siendo un feto, te das de iconoclasta,
    y a mí me has estafado desde el nombre
    a esta línea de fuego, que te aplasta.

    No eres un hombre pobre un pobre hombre
    condecorado como a un espía
    del anticomunismo, cobre a cobre.

    «Punta de lanza» de la porquería
    capitalista, porque no batallas,
    en la agonía de la burguesía.

    Ni Trujillo agregó a tantas medallas
    tanta asquerosa maldad engañosa,
    y «Chapitas» fue ejemplo de canallas.

    El gran oficialismo es tu ruidosa
    pantalla, adulas a cualquier Gobierno
    y le cambias por plata, verso o prosa.

    «Gran mal poeta», (engendro del infierno),
    te llamó Juan Ramón en «Españoles
    de Tres Mundos», Caín de mas de un cuerno.

    ¡Y tú, coleccionando caracoles
    o mascarones en que te defines!...
    «Radio La Habana» baleó tus controles...

    Entre los más rosados querubines,
    te «canonizarán» de comunista
    con la trompeta de los malandrines.

    Un Belaúnde pronacifascista
    y asesinador de guerrilleros
    coronó tu cinismo de pancista.

    Como a chancha «matada», los culeros
    te lastiman el lomo y las berijas,
    (dos instrumentos de los marulleros).

    Es decir, las ambiguas sabandijas
    de la retórica y de la poética,
    ya sólo en los sobacos las prohijas.

    Porque como eres «loco» de la estética
    y el robot parroquial de un clan idiota,
    hasta tus cómplices piden genética.

    ¿Tú revolucionario? La pelota
    del trotzquismo te cuelga del hocico,
    enmascarándote. Y Lenin te azota.

    Con tu conducta de sapo y de mico
    ofendes a la inmensa clase obrera,
    y a costillas del pueblo eres tan rico.

    Además, el Pentágono reitera
    en dólares sonantes y contantes,
    su amor a la canalla aventurera.

    Y la CIA procura resonantes
    éxitos al carajo «bien portado»
    y condecoraciones y diamantes.

    Y un horrendo esplendor prefabricado
    y queso y pan y vino, todo de oro,
    y los difraces del enmascarado.

    La gritería universal, el toro
    de cartón rojo, el Caballo de Troya,
    la gran máquina-jaula para el loro.

    Turbia gran bruja macabra de Goya
    es tu aflicción de «Toribio Gallina,
    el Náufrago», colgando de una bo... ya.

    A tu «realismo» échale formalina
    en el tronco esencial de la macana,
    porque muestra su lengua femenina.

    La épica social americana
    la escribo yo, rugiendo pueblo adentro,
    con mi pluma-fusil, (gran hacha humana).

    Y tu canción de amor es epicentro
    de mistificadores, y bolina
    de maricas, con punto y como al centro.

    Lo bautizaste como «Guillermina»
    al «Mascarón», que oculta tus «apremios»
    de bailarín de la Tía Carlina.

    Y si aún deseas premios y más premios,
    te ofrezco el premio a la sirvengüenzura
    colosal y feroz de los bohemios,

    que se cavan la propia sepultura:
    no importas tú, ¡importa tu impostura!...

      Fecha y hora actual: Lun Nov 18, 2024 5:52 pm