Todos los estados reprimen. Cuba lo hace, y Korea del Norte. También España, Grecia y Colombia. Todos los estados reprimen, porque los estados son un instrumento de la clase en el poder para mantenerse en el mismo y mantener subyugadas a las demás clases.
En Cuba y Korea del Norte, el estado de obreros y campesinos reprime a la burguesía: al enemigo de clase. En España la reprimida es la clase obrera, el campesinado, los sectores populares, la gran mayoría de la población.
La neutralidad del estado y su carácter de clase fue y es un elemento que hace irreconciliables las posiciones de revisionistas y revolucionarios. Mientras el eurocomunismo olvidó las tesis leninistas y pensó que era posible cambiar el sistema mediante reformas, los comunistas, que no han renunciado a su experiencia histórica, nunca olvidaron a Lenin y no dejaron de señalar el carácter de clase del Estado y la necesidad de la revolución.
En la actualidad, en la que desaparece a marchas forzadas el estado del bienestar –concepto también de la burguesía para aplacar las luchas populares-, se hace cada vez más evidente quién tenía razón: los revolucionarios. Es imposible reformar este sistema, era imposible que una democracia burguesa construyera el socialismo.
En este contexto de crisis estructural del sistema, las opciones revolucionarias ganan peso, tras años de lucha en la sombra, y se presentan como la única forma que tiene la clase obrera de quebrar la hegemonía ideológica y el consenso social de la burguesía. Frente a las opciones revolucionarias el desprecio más absoluto por parte del estado burgués español, y cada vez mayor represión.
España avanza hacia un modelo desarrollado de dictadura del capital que no conocemos: el que las opciones políticas que no están representadas en el Parlamento tengan que recoger firmas para presentarse a las elecciones es un paso más importante de lo que muchos parecen comprender. Pero el mayor destacamento marxista-leninista de España, el PCPE, ha solventado con creces la traba: 29 candidaturas hablan por si solas, al margen de las que no se pudieron presentar por errores propios, y las que no se presentaron porque el Partido está inmerso en otras tareas construyendo organización.
Junto a las trabas legales, porque es de necios negar que el poder legislativo, como el estado, no tiene carácter de clase, el estado reprime fundamentalmente a los sectores más conscientes de la clase obrera, los comunistas.
El 1 de diciembre, tres camaradas del PCPE y CJC (PCPC y JCPC en Catalunya) serán juzgados en Barcelona. Una arbitrariedad, una instrumentalización del poder, ha llevado a los tres camaradas ante la justicia burguesa, para escarmentarnos a todos, para que sepamos que ese es el camino que nos espera si no cejamos en nuestra lucha contra el sistema capitalista.
Pero frente a la represión, legal y arbitraria, los comunistas respondemos con mayor fuerza, abriendo los ojos a la clase obrera y mostrándoles el camino. Así, el día 22 hay en Madrid un acto fundamental para el desarrollo del movimiento revolucionario en los próximos meses: un acto de denuncia de la represión a los comunistas en el cual serán respaldados los comunistas catalanes.
Los revolucionarios de España no pueden faltar, es un acto histórico que denuncia y explicita el nuevo desarrollo de la lucha de clases.
Nos vemos el día 22 a las 12 horas en el Ateneo de Madrid.
¡No pasarán!
¡Todo para la clase obrera!
En Cuba y Korea del Norte, el estado de obreros y campesinos reprime a la burguesía: al enemigo de clase. En España la reprimida es la clase obrera, el campesinado, los sectores populares, la gran mayoría de la población.
La neutralidad del estado y su carácter de clase fue y es un elemento que hace irreconciliables las posiciones de revisionistas y revolucionarios. Mientras el eurocomunismo olvidó las tesis leninistas y pensó que era posible cambiar el sistema mediante reformas, los comunistas, que no han renunciado a su experiencia histórica, nunca olvidaron a Lenin y no dejaron de señalar el carácter de clase del Estado y la necesidad de la revolución.
En la actualidad, en la que desaparece a marchas forzadas el estado del bienestar –concepto también de la burguesía para aplacar las luchas populares-, se hace cada vez más evidente quién tenía razón: los revolucionarios. Es imposible reformar este sistema, era imposible que una democracia burguesa construyera el socialismo.
En este contexto de crisis estructural del sistema, las opciones revolucionarias ganan peso, tras años de lucha en la sombra, y se presentan como la única forma que tiene la clase obrera de quebrar la hegemonía ideológica y el consenso social de la burguesía. Frente a las opciones revolucionarias el desprecio más absoluto por parte del estado burgués español, y cada vez mayor represión.
España avanza hacia un modelo desarrollado de dictadura del capital que no conocemos: el que las opciones políticas que no están representadas en el Parlamento tengan que recoger firmas para presentarse a las elecciones es un paso más importante de lo que muchos parecen comprender. Pero el mayor destacamento marxista-leninista de España, el PCPE, ha solventado con creces la traba: 29 candidaturas hablan por si solas, al margen de las que no se pudieron presentar por errores propios, y las que no se presentaron porque el Partido está inmerso en otras tareas construyendo organización.
Junto a las trabas legales, porque es de necios negar que el poder legislativo, como el estado, no tiene carácter de clase, el estado reprime fundamentalmente a los sectores más conscientes de la clase obrera, los comunistas.
El 1 de diciembre, tres camaradas del PCPE y CJC (PCPC y JCPC en Catalunya) serán juzgados en Barcelona. Una arbitrariedad, una instrumentalización del poder, ha llevado a los tres camaradas ante la justicia burguesa, para escarmentarnos a todos, para que sepamos que ese es el camino que nos espera si no cejamos en nuestra lucha contra el sistema capitalista.
Pero frente a la represión, legal y arbitraria, los comunistas respondemos con mayor fuerza, abriendo los ojos a la clase obrera y mostrándoles el camino. Así, el día 22 hay en Madrid un acto fundamental para el desarrollo del movimiento revolucionario en los próximos meses: un acto de denuncia de la represión a los comunistas en el cual serán respaldados los comunistas catalanes.
Los revolucionarios de España no pueden faltar, es un acto histórico que denuncia y explicita el nuevo desarrollo de la lucha de clases.
Nos vemos el día 22 a las 12 horas en el Ateneo de Madrid.
¡No pasarán!
¡Todo para la clase obrera!