Contra el revisionismo tuerkista y en defensa de lxs presos del PCE(r) y GRAPO; dos féminas que se solidarizan
Texto por Inma Dura y Juliet Piolet.
“Caín, ¿qué has hecho de tu hermano Abel?” dijo Trotsky refiriéndose a Stalin. Así es como las fuerzas del reformismo y de los “revolucionarios humanos” se han ido encargando, siendo tan contrarrevolucionarios como son, de demonizar y tachar con cualquier adjetivo pseudo-culto a los que, para ellos, somos casi iguales que unos naz-bol (o al menos eso demuestran). Trotsky sabía lo que hacía, él tenía sus prioridades como las debe tener cualquiera, pero cometió la imprudencia de hacerse llamar algo que no era. Y eso fue lo que causó que los verdaderos revolucionarios se percataran de que su actitud y su mente escondían algo más, algo que le dejaría con el culo al aire. Por esta misma razón, Trotsky emprendió, con sus más penas que glorias, la campaña de demonización de la figura de Stalin y su praxis. Cualquier persona, grosso modo, podría posicionarse fácilmente en el bando de los trotskistas; ese humanismo y esa manía de no contar las cosas del todo, quedarse en la superficie, de ir de lo que no se es… son ideas tentadoras para alguien que tiene un objetivo por encima del objetivo revolucionario. Un objetivo tal y como podría ser intentar mantener un despacho en una Universidad o un hueco entre ZPU y Los Aldeanos en cualquier estante de una gran superficie. Cuando existe esta prioridad, algo le duele al revolucionario que “todos” llevamos dentro, algo no le cuadra. Y cuando no cuadra, sólo quedan dos cosas por hacer: o darse cuenta de ello y recular sabiamente o mantenerse en su posición aún sabiendo que lo que piensan estaba en contra de aquellos ideales que dicen enarbolar con orgullo.
Sabemos que lo de “jugar a la revolución” se les da muy bien a los reformistas. ¿Cómo no se les iba a dar bien siendo ellos los creadores de tan funesto jueguecito? Funesto para la clase obrera, claro. Pero se equivocaron al pensar que el proletariado se pasaría toda una eternidad jugando; si no hay pan que llene el estómago, las ganas de jugar disminuyen al mismo tiempo que las fuerzas para poder hacerlo. Y cuando los obreros no queremos seguir recreándonos en la revolución… ¿Qué hacemos? Intentar hacerla de verdad. Tenemos aspiraciones reales a una sociedad sin clases, donde nunca nos falte el pan y podamos juguetear cada vez que queramos. Está claro que los reformistas no nos van a ayudar a construir lo que deseamos, pues no se plantearon jamás la opción de dejar de jugar y empezar a construir esa sociedad de verdad.
Muchos de nosotros, proletarios, pensamos: “y si ellos no nos ayudan, ¿quién lo hará?” La solución es más fácil de lo que en un primer momento pensamos: nosotros mismos. Sí, nosotros, miembros de la clase obrera, construiremos esa sociedad sin clases con la que tanto soñamos, alcanzaremos el comunismo con la ayuda de una teoría que nos dejaron escrita los revolucionarios de antaño (un tal Marx, Engels, Lenin, Stalin…) Si a dicha teoría le añadimos nuestra práctica, la luz de la Revolución se vislumbra no muy al fondo del túnel. Eso sí, debemos tener claro que los revisionistas intentarán frenar nuestro proceso revolucionario, o atrasarlo el máximo tiempo posible. Ellos no saldrían ganando nada si triunfara la Revolución, perderían sus sillas y mesas redondas donde habitualmente suelen “debatir” sobre qué debe hacer o no la clase obrera para mejorar su situación; está claro que sin la menor intención de encontrar una solución verdadera.
El caso de “La Tuerka”, es el caso que os hemos planteado antes; unos reformistas acomodados en sus sillas que por nada del mundo quieren perder su puesto de neointelectuales y por ello frenan el proceso revolucionario. Ellos, reformistas-trotskistas-revisionistas, tienen el deber -según sus mandamientos contrarrevolucionarios- de parar el proceso que debe seguir cualquier revolucionario consecuente, por ello nos ofrecen otro tipo de salida a quienes queremos salir de este sistema y construir el Socialismo. Nos proponen “otras alternativas”, otras vías de escape, otros métodos de lucha. Pero todo, absolutamente todo eso que nos proponen es un espejismo; les gusta vendernos humo, quimeras, utopías. Muchos, casi todos, caemos en el error de creer en esta gente, optamos por la vía legal, la pacífica, llegamos justo hasta la línea que nos marca el Estado capitalista. En nuestro afán por “hacer las cosas bien”, nos cegamos y no nos damos cuenta de que hemos interiorizado todo (o casi todo) aquello que nos ha vendido la máquina capitalista, incluidos “el bien y el mal”. ¿Qué es “hacer las cosas bien” y qué es hacerlas mal? Depende de para quién. Para la burguesía y los reformistas, hacer las cosas bien es optar por la vía pacífica en todo momento, estar dentro del marco legal que impone el Estado; para el proletariado, hacer las cosas bien es decidirse por la lucha armada, la violenta, la que no perdona a ningún burgués, la única que ha ganado batallas y conseguido revoluciones, la vía de los bolcheviques en Rusia. Debemos tener claro cuáles son nuestros referentes, cuáles lo han sido a lo largo de la historia; a la clase obrera la guiaron Engels y Marx con un “Manifiesto comunista”, ese manifiesto lo defendieron Lenin y Stalin, entre otros. Ese mismo manifiesto lo traicionaron años después personajes como Trotsky.
Qué casualidad que en estos tiempos sea ese mismo personaje traidor un referente del revisionismo. Nuestros referentes no tienen que ser ni Trotsky, ni Gandhi, ni Teresa de Calcuta. Salvador Allende nos enseñó que la vía pacífica no ha de ser la nuestra, aprendamos de su ejemplo para no repetir esos errores. El camino que nos lleva hacia la Revolución socialista es largo, puede que haciendo ese recorrido haya tentaciones a desviarnos, pero los que se desvíen del camino volverán cuando hayan fracasado. Hemos de conocer bien la Historia de los pueblos oprimidos para saber cuál es nuestra lucha y cómo debemos afrontarla, cuáles han sido los tiranos que siempre se han disfrazado de héroes y cuáles los héroes verdaderos. Hagamos nuestra esa frase que dice: “quien no conoce la Historia está condenado a repetirla”. Hagamos memoria histórica; nos daremos cuenta de que lo que pasa hoy pasó hace muchos años en otros sitios, que el Pablo Iglesias de turno estuvo también en la Rusia de Lenin, que Bersntein revisionó todo lo que pudo y más pero al final vencimos. Los revisionistas acomodados lucharán por imponer sus ideas, nuestro deber es desmontar su absurda teoría con argumentos verdaderamente revolucionarios. El presentador de ‘La Tuerka’ es un enemigo más del proletario, sus “argumentos” contrarrevolucionarios no son nuevos, podemos desmontarlos fácilmente.
“Si queréis hacer experimentos no os acerquéis a nosotros. Ni os interesamos ni nos interesáis”.
¿Cómo te atreves a tachar de “experimento” a la experiencia revolucionaria del PCE(r)? Ya no queremos hablar siquiera de los GRAPO, queremos ponerle difícil la cosa al señor Iglesias y no darlee pie a que, tan reaccionario como el mejor revisionista, califique su lucha como terrorista. No sabemos cuál es el motivo por el cual Pablo Iglesias dice que no soporta a los del PCE(r) y que no LES interesa esa gente políticamente –y atención al plural en mayúsculas, quizá se refería a su verdad absoluta y a él-; sin embargo también son palabras de su boca, que “nos desprecian”, refiriéndose a los miembros del PCE(r). Lo que me extraña de todo esto es que parece que la gente que suele venerar a Pablo y a la Tuerka no son lo suficientemente críticos y libres como para darse cuenta de las incongruencias que tiene.
Pues bien, quizá ese motivo se encuentre, por decir algo, en la línea política del partido, una opción nada criticable a priori, pero que se torna fácil cuando se saca la conclusión de que el PCE(r), en su programa político, tiene un apartado que se titula “Fortalecer la organización independiente de la clase obrera”. Esto significa la completa y filtrada exclusión de todos los grupos y grupúsculos de tendencia contrarrevolucionaria, que puedan intentar obstaculizar que la ideología comunista pura, la M-L, llegue a su objetivo primordial y final, a su por qué, al trunfo absoluto de la clase obrera, trabajadora, y su establecimiento como clase dominante. (No olvidemos que la historia del mundo estuvo, está y estará siempre marcada por la explotación de una clase por otra, es patético negar que algún día dejará de ser así sin acción violenta). Quizá a Pablo Iglesias no le interesa que ese punto del programa llegue a la praxis, porque podría salpicarle la mierda por todos lados, y con razón.
“Los errores en política pueden ser crímenes independientemente de las intenciones”.
A pesar de esta afirmación tan contundente bien que luego apoya o se solidariza con otros movimientos de resistencia anticapitalistas y/o antifascistas, aunque éstos también han pecado alguna vez, como él dice, de convertir en crimen sus errores en política. De todas maneras se equivoca de nuevo, señor Iglesias. Cae en el tópico democrático de la escuela del 78, la escuela de aquellos que condenaron a los que habían luchado por el socialismo (el de verdad). Ese tópico democrático de maldecir a Maquiavelo, de dejar claro que las “formas” priman siempre, por encima de las intenciones. ¿Pero cuáles son las formas correctas para usted y su tropa trotskista? Podríamos decir que las que no son violentas, pero entonces pecaría de hipócrita, al cribar según subjetividades (que no los soporta, básicamente). No puedes decir que una acción violenta con un trasfondo político e ideológicamente empapado de marxismo se puede convertir en crimen. Se le olvida un detalle bastante importante: todas esas acciones que metes en el saco de “crímenes” por ser fallos son acciones siempre de resistencia, que responden a una agresión por parte del Poder. No son esas acciones ofensivas, las sublevadas, las que normalmente son consideradas levantamientos terroristas porque son un ataque contra el pueblo. Son las que intentan defender al pueblo de los ataques perpetrados por el Estado (de) Derecho Español y su sistema capitalista. En esa diferencia radica la asimilación de la lucha armada de resistencia como único camino al socialismo por una parte, y al rechazo de la misma por otra. El camino fácil es el segundo, ese camino que te ayuda a perpetuar tu clase, sin miedo a perder ninguno de sus derechos (sólo los suyos, no los de otros).
Economicistas. Es el calificativo que se le ha atribuido en varias ocasiones a la teoría que lleva intrínseca el programa del PCE(r). Nos sentimos en la responsabilidad civil y política (que son dos cosas diferentes) de desmentir esto, sabiendo que las lenguas que han soltado tal palabra la han llenado de un sentido peyorativo difícil de superar.
Todos sabemos que la economía forma parte de la superestructura de Marx, y que uno de los puntos fuertes de la doctrina M-L es la economía aplicada a la política (también conocida como economía política). Llamar economicista a quien ha intentado seguir esos pasos en el ámbito económico es como negar que el problema fundamental de esta sociedad es el capitalismo, que no es más que un sistema político-económico. Pero en el capitalismo, el ámbito económico es el predominante porque es el que se asegura de que el sistema político se perpetúe, y de que no haya ninguna manera de pararle los pies. En el socialismo es imposible que esto ocurra, es como decir que también existe la plusvalía en una sociedad socialista. De locos, vamos. Es imposible porque la sociedad civil se diferencia perfectamente de la sociedad política porque no es ésta la que tiene como rehén a la primera para su beneficio únicamente. En el socialismo es la sociedad civil la que tiene el deber de asegurar que sean la sociedad política y la económica las que le sirvan, las que garanticen un beneficio para la sociedad civil y ninguna más.
Lo más gracioso es que el término es atribuido en realidad sólo a movimientos librecambistas, porque la sociedad económica pisa despiadadamente a la civil, lo que significa que la intervención del Estado en la economía es prácticamente nula. Todo lo contrario al programa del PCE(r) y de cualquier partido que presuma de practicar la doctrina marxista-leninista. Se cubren de gloria, no creemos que sea muy complicado identificar estos comportamientos tan reaccionarios y contrarrevolucionarios.
De todas maneras, si ser economicista es ser consciente de que todo en esta vida es política, y que ésta está muy relacionada con la economía, pues bien, somos las primeras economicistas reconocidas.
A los más comprometidos les llamaran terroristas, sectarios, estalinistas y dogmáticos, pero recordémosles que “para el marxismo, la teoría no es un dogma, sino una guía para la acción”, como dijo Engels. Si nos solidarizamos con ellos nos dedicarán los mismo adjetivos a nosotros, pero ¿tener solidaridad con quienes más la han tenido es ser sectario? El reformismo moderno intenta modificar el lenguaje también. El hecho de que Pablo Iglesias Turrión dijera que no quería saber nada de sectarios como nosotros -aunque queremos creer que emplea “sectario” como eufemismo de “solidario”- sólo nos confirma aún más si cabe que estábamos en lo cierto al calificarlo como revisionista-trotskita-reformista, aunque para algunos ya estaba más que claro, sus actos no son de revolucionario (ni de lejos).
Lo que está claro es que ninguna de nosotras, ni Julie ni yo somos nadie para darle lecciones al señor Iglesias. Seríamos unas prepotentes incluso sólo al insinuarlo, por eso queremos que esto quede bien claro. A pesar de que Nosotras no somos quién para ello, también somos conscientes (tanto o incluso más de lo que Pablo y cía se piensan), de lo que se está hablando, y por ello sabemos que podemos pronunciarnos al respecto. Nosotras no estamos faltando el respeto a nadie, lo que estamos haciendo es criticar su posicionamiento del tema de los presos políticos comunistas de PCE(r) y GRAPO. Porque éstos últimos, ÉSTOS SÍ, pueden dar lecciones a casi cualquiera de los que se sientan habitualmente en los sillones de LaTuerka. Por esta razón creemos que se debe hacer saber que las palabras del señor Iglesias son un insulto para la lucha revolucionaria en general, y para la lucha más acertada, ideológicamente hablando, de la historia de España en particular. Podríamos pensar que quizá es esa ideología la que no termina de convencerles, ¿pero entonces dónde se queda el principio de solidaridad internacionalista de cualquiera que se ponga el pin de m-l, comunista, revolucionario, o como quiera que os llaméis? Este mismo rechazo absoluto que tienen contra el movimiento de los presos no lo tendrían si se tratara de cualquier otro grupo que practique la lucha armada. Y decimos “rechazo absoluto” con conocimiento de causa, porque sabemos, de boca del mismísimo Pablo Iglesias, que “ni nos interesáis, ni os interesamos”. Luego a la primera de cambio somos “nosotros” los sectarios y los dogmáticos, los que pecamos de izquierdismo y sólo sabemos amenazar sin argumentar. “Nosotros” somos eso pero ellos son en realidad los que de verdad van volviéndole la cara a los que creen que “no les interesa”. Qué curioso resulta todo, demonizando a unos cuantos para tener la verdad absoluta (o al menos intentar que la gente se crea su verdad absoluta y no la de otros). Aquí está, los trotskistas haciendo de las suyas. Si tan bolivarianos y adeptos a la revolución bolivariana son, que piensen qué diría de ellos el Che cuando viera qué piensan de ciertas cosas. Tampoco queremos que se tatúen todos la cara del Camarada Arenas, como pudiera estar pensando más de uno, ni mucho menos. Lo que criticamos es que no hay nada, nada de nada de solidaridad por parte de Pablo Iglesias y su cuadrilla, y lo peor de todo es que está actuando como un censor con los suyos, con algunos de sus compañeros de programa. Si él piensa así, perfecto, pero que no arrastre él mismo la boca de nadie para su triunfo.
Querido Pablo Iglesias, quédese usted haciendo el imbécil en sus mesas de profesor y presentador de “La Trostka”, perdón, “La Tuerka”, que ya nos encargamos nosotros de mostrar nuestra solidaridad con quienes más han luchado por nuestra clase. Si usted quiere renegar de ellos y hacer mofa de su situación actual, estupendo, pero no se asombre ni se escandalice cuando le lluevan palos de obreros concienciados. Ellos han luchado por la Revolución y por ello están entre rejas, usted ha luchado por su propio despacho y ahora está disfrutando de él. Fíjese qué gráfico resultan ejemplos como éste; a ellos el Estado les teme, a usted lo llaman de Telecinco para representar a la izquierda rancia y hacer ver como que hay mucha democracia. Gran parte del pueblo descubrirá su farsa cuando y ya no tendrá la misma gracia interpretando su papel de bufón demócrata. Entonces veremos qué pasa…
Tendríamos más que decir, pero vamos a dejarlo aquí. No sin antes invitaros a asistir aquí:
JORNADAS POR LA AMNISTIA DE LOS PRESOS POLITICOS.
HABRA CHARLA DEBATE A CARGO DE JUAN MANUEL OLARIETA Y LA PARTICIPACIÓN DE EX-PRESOS POLITICOS.
PRESENTACIÓN DEL POEMARIO “CON LA SOLIDARIDAD POR BANDERA” DE AITOR CUERVO Y PABLO HASÉL.
CONCIERTO CON LOS GRUPOS DE:
-LA PLATAFORMA
-PABLO HASÉL
-RPG-7
-NUCLEO TERCO
http://www.nikonecons.net/2012/09/12/contra-el-revisionismo-tuerkista-y-en-defensa-de-lxs-presos-del-pcer-y-grapo-dos-feminas-que-se-solidarizan/