Desde la Juventud Comunista, este 25 de noviembre, queremos reivindicar nuestra conciencia feminista para hacer frente y denunciar las violencias dirigidas hacia las mujeres. Somos nosotras las que debemos dar la primera patada frente a las restricciones de nuestra libertad. Nuestra conciencia feminista es una arma de lucha, porque el feminismo es en sí un arma de destrucción masiva del orden patriarcal y capitalista que nos oprime y nos explota.
La violencia física es gravísima y nos parece alarmante, pero también nos lo parece que sólo se visibilice ese tipo. También existen otras violencia que en su conjunto mantienen la situación de dominio de los hombres sobre las mujeres. Debemos exigir que las administraciones públicas pongan a nuestra disposición los recursos que exijamos y necesitemos para hacer frente a las situaciones de violencia en las que nos encontremos.
Manifestación contra la violencia machista a las 20.00 horas desde la Plaza de Guzmán.
Consideramos que, sin la concienciación de todas nosotras, no hay chispa que encienda la lucha contra la violencia. En el trabajo y en la calle estas violencias tienen un objetivo: que recibamos el mensaje de que ese no es nuestro lugar, que ahí no estamos seguras y nos remite al espacio doméstico como supuesto espacio seguro.
El espacio público, masculinizado de por sí, está protegido por mecanismos que avisan a las mujeres de que ese tampoco es su lugar, mediante la imposición de un peligro constante, que llega a normativizar el cuerpo de las mujeres (y por ejemplo nos cohíbe de vestir con libertad). Pero no hay espacio peligroso para una mujer empoderada: estos espacios también son nuestros.
Violencia no es sólo una agresión física, hay multitud de formas no nombradas e invisibilizadas que son muy potentes y que es de recibo que días como hoy denunciemos. La violencia hacia las mujeres no solo se comete en el seno de las parejas o ex parejas, sino que puede ocurrir en muchas otras situaciones y contextos entre personas desconocidas.
En ese sentido, no podemos dejar de denunciar la educación patriarcal que adoctrina a niños y niñas mediante pautas de sumisión que nos preparan para ser sumisas y no saber defendernos de las agresiones de los hombres, mientras a éstos se les educa en valores de fuerza y dominio sobre todo lo que les rodea. Ni tampoco los modelos de masculinidad y feminidad hegemónicos y tradicionales que son parte de la estructura que produce la violencia sexista.
La precariedad en los centros de trabajo nos asfixia y el acoso laboral nos remata. Porque si precarizan nuestra existencia, dificultan el uso de recursos para denunciar la violencia. Cuando nos dejan sin derechos, nos colocan en una situación de vulnerabilidad. Se nos ataca en tanto que mujeres y en tanto que trabajadoras.
Desde la Juventud Comunista, creemos que la crisis capitalista refuerza el sistema patriarcal, provocando un aumento de la violencia de género a la par que recorta nuestros derechos y nuestras posibilidades de utilizar recursos de defensa. Porque cuando se nos dice que no hay recursos para atender las consecuencias de la violencia sexual se nos está diciendo que la única opción es aguantar.
Por todo ello, realizamos un llamamiento a que las mujeres ocupemos las calles y dejemos bien claro que también son nuestras y que SI NOS AGREDES, HABRÁ RESPUESTA.
En León te invitamos a participar de la manifestación contra la violencia machista que partirá a las 20.00 horas desde la Plaza de Guzmán.
FRENTE A LA VIOLENCIA MACHISTA, AUTODEFENSA FEMINISTA.
La violencia física es gravísima y nos parece alarmante, pero también nos lo parece que sólo se visibilice ese tipo. También existen otras violencia que en su conjunto mantienen la situación de dominio de los hombres sobre las mujeres. Debemos exigir que las administraciones públicas pongan a nuestra disposición los recursos que exijamos y necesitemos para hacer frente a las situaciones de violencia en las que nos encontremos.
Manifestación contra la violencia machista a las 20.00 horas desde la Plaza de Guzmán.
Consideramos que, sin la concienciación de todas nosotras, no hay chispa que encienda la lucha contra la violencia. En el trabajo y en la calle estas violencias tienen un objetivo: que recibamos el mensaje de que ese no es nuestro lugar, que ahí no estamos seguras y nos remite al espacio doméstico como supuesto espacio seguro.
El espacio público, masculinizado de por sí, está protegido por mecanismos que avisan a las mujeres de que ese tampoco es su lugar, mediante la imposición de un peligro constante, que llega a normativizar el cuerpo de las mujeres (y por ejemplo nos cohíbe de vestir con libertad). Pero no hay espacio peligroso para una mujer empoderada: estos espacios también son nuestros.
Violencia no es sólo una agresión física, hay multitud de formas no nombradas e invisibilizadas que son muy potentes y que es de recibo que días como hoy denunciemos. La violencia hacia las mujeres no solo se comete en el seno de las parejas o ex parejas, sino que puede ocurrir en muchas otras situaciones y contextos entre personas desconocidas.
En ese sentido, no podemos dejar de denunciar la educación patriarcal que adoctrina a niños y niñas mediante pautas de sumisión que nos preparan para ser sumisas y no saber defendernos de las agresiones de los hombres, mientras a éstos se les educa en valores de fuerza y dominio sobre todo lo que les rodea. Ni tampoco los modelos de masculinidad y feminidad hegemónicos y tradicionales que son parte de la estructura que produce la violencia sexista.
La precariedad en los centros de trabajo nos asfixia y el acoso laboral nos remata. Porque si precarizan nuestra existencia, dificultan el uso de recursos para denunciar la violencia. Cuando nos dejan sin derechos, nos colocan en una situación de vulnerabilidad. Se nos ataca en tanto que mujeres y en tanto que trabajadoras.
Desde la Juventud Comunista, creemos que la crisis capitalista refuerza el sistema patriarcal, provocando un aumento de la violencia de género a la par que recorta nuestros derechos y nuestras posibilidades de utilizar recursos de defensa. Porque cuando se nos dice que no hay recursos para atender las consecuencias de la violencia sexual se nos está diciendo que la única opción es aguantar.
Por todo ello, realizamos un llamamiento a que las mujeres ocupemos las calles y dejemos bien claro que también son nuestras y que SI NOS AGREDES, HABRÁ RESPUESTA.
En León te invitamos a participar de la manifestación contra la violencia machista que partirá a las 20.00 horas desde la Plaza de Guzmán.
FRENTE A LA VIOLENCIA MACHISTA, AUTODEFENSA FEMINISTA.