Un sóviet es una asamblea, convocatoria o consejo obrero de trabajadores soviéticos. Los primeros soviets fueron la raíz de la Revolución rusa de 1905 y originariamente el término hacía referencia a las asambleas de obreros, soldados y campesinos que fueron fundamentales para el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, así como la base para la formación de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia primero y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1922. La Constitución soviética de 1918, con los bolcheviques ya en el poder, organizó la administración política del Estado en un sistema inversamente jerárquico y democrático —es decir, de abajo a arriba— de consejos de obreros, campesinos y soldados. El primero se fundó en la ciudad de Ivánovo.
La estructura jerárquica del Estado, que iba de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo —uno de los principios del centralismo democrático leninista— estaba conformada por sucesivos consejos hasta llegar a la máxima autoridad, el Sóviet Supremo. En un nivel medio entre los gobiernos locales y el poder federal, cada República de la Unión Soviética tenía su propio Sóviet Supremo. Si bien, con la institucionalización del país hacia 1924, y la paulatina burocratización del Estado obrero, los soviets comenzaron a perder una gran parte de su poder real y capacidad de decisión a nivel local o de base, convirtiéndose a su vez, en niveles superiores, en órganos de gobierno al estilo de los parlamentos de otros estados. Así, la Unión Soviética, pronto adquirió un sistema político de tipo «parlamentario» con un único partido, en el que el jefe de Estado o Presidente del Presidium del Sóviet Supremo, era elegido por el poder legislativo (éste último). El poder ejecutivo lo ejercía el Consejo de Ministros, cuyo nombre original en ruso era «Sóviet de Comisarios del Pueblo».
La estructura jerárquica del Estado, que iba de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo —uno de los principios del centralismo democrático leninista— estaba conformada por sucesivos consejos hasta llegar a la máxima autoridad, el Sóviet Supremo. En un nivel medio entre los gobiernos locales y el poder federal, cada República de la Unión Soviética tenía su propio Sóviet Supremo. Si bien, con la institucionalización del país hacia 1924, y la paulatina burocratización del Estado obrero, los soviets comenzaron a perder una gran parte de su poder real y capacidad de decisión a nivel local o de base, convirtiéndose a su vez, en niveles superiores, en órganos de gobierno al estilo de los parlamentos de otros estados. Así, la Unión Soviética, pronto adquirió un sistema político de tipo «parlamentario» con un único partido, en el que el jefe de Estado o Presidente del Presidium del Sóviet Supremo, era elegido por el poder legislativo (éste último). El poder ejecutivo lo ejercía el Consejo de Ministros, cuyo nombre original en ruso era «Sóviet de Comisarios del Pueblo».