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El 9 de noviembre de 1989 se convirtió en una fecha orgásmica para la burguesía y el imperialismo. Los medios de comunicación transmitían como centenares de personas salían a las calles a protestar contra el régimen “comunista” de la República Democrática de Alemania, pero estos medios no transmitían las multitudinarias manifestaciones donde los ciudadanos de la RDA mostraban su apoyo al estado perteneciente al bloque socialista.
Caía el muro de contención antifascista, dado a conocer por la burguesía como el “muro de Berlín”. Numerosas películas, documentales, millares de páginas de periódicos, revistas, centenares de profesores universitarios prostituidos por el capital nos han bombardeado con las “verdades” de la “historia oficial” acerca del famoso muro.
Hoy, cuando las manipulaciones de los medios y la propaganda occidental ha causado profundas manipulaciones de cerebros en la mayoría de las personas, sobre todo de las nuevas generaciones, es necesario hacer un análisis desde la óptica marxista-leninista y revolucionaria de lo que pasó en las dos Alemanias. ¿Por qué se construyó el muro de contención antifascista?, ¿Cuáles fueron las causas que motivaron el levantamiento del mismo?, ¿Qué ventajas y beneficios trajo éste para Alemania (las dos) y el mundo? y sobre todo, luego de la caída del muro ¿Qué le pasó al territorio anteriormente conocido como RDA?
Este análisis se hace necesario, puesto que, la burguesía no conforme con los numerosos escritos y programas a través de sus medios, también está utilizando de artillería a los medios del estado venezolano, que se han unido al coro de condena contra el muro de la resistencia anticapitalista. Por ejemplo, la agencia de noticias burgués-estatista “YVKE mundial”, el día 13 de agosto del presente año (fecha en que se conmemoraron los 50 años de la construcción del muro), aparte de recoger testimonios de fascistas del corte de Angela Merkel y Klaus Wowereit, afirma lo siguiente; “El país quedó dividido en dos; Alemania del Oeste y la dictatorial Alemania del Este, irónicamente llamada República Democrática Alemana, hasta 1989.” Más adelante, en el mismo artículo se señala: “Actualmente, un monumento de acero oscuro con una forma siniestra permanece en la calle Bernauer Strasse, como un triste recordatorio de la división de Berlín, Alemania y toda Europa, en el oeste democrático y el bloque de regímenes dictatoriales del este.”
Aparte del misticismo metafórico y el aroma literario burgués que utiliza este medio estatal para hablarnos del “siniestro muro”, se deja ver por debajo de blusas todo su contenido de clase a favor de la burguesía y el imperialismo, solamente con el hecho de llamar a la Alemania Federal, imperialista y burguesa con el adjetivo “democrático”. Sabemos que los países del llamado campo socialista del este de Europa a partir del XX congreso del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) en 1956, dejaron de lado el modelo marxista-leninista para adoptar una posición revisionista que indudablemente carcomió las bases del estado socialista y, poco a poco llevó a la restauración del capitalismo al llamado bloque socialista. A pesar de ello, no debemos obviar algunas acciones de dignidad y astucia que llevaron a cabo los mismos para defenderse del fascismo, una de ellas la construcción del muro de la resistencia antifascista.
No haremos reflexión en otros medios del estado, con respecto a este tema para no perder tiempo y por considerar esas opiniones propias y características de la ignorancia. Algo que debemos hablar con claridad es de los otros muros, por ejemplo en la frontera de Méjico, donde Estados Unidos levantó un muro gigantesco, en Israel, en Marruecos y en muchos otros países capitalistas se han construido muros para segregar a poblaciones enteras en claros actos de fascismo, xenofobia y racismo. Preguntamos, ¿serían tan valientes los señores de “YVKE mundial” para condenar a Brasil, donde existe un muro en la ciudad de Río de Janeiro, para evitar que los habitantes de las favelas (barrios pobres) pasen a la ciudad bonita y burguesa? Evidentemente no. Recordemos los acuerdos y negocios de Brasil con el estado venezolano, (que sostiene económicamente a esta presunta agencia de noticias) impiden o mejor dicho, ponen un freno y unas líneas editoriales a sus publicaciones. YVKE Mundial tiene lo que en el argot periodístico de nuestro país conocemos como un “Bozal de arepas”.
Pasemos ahora a examinar las causas de la construcción del muro de contención antifascista, para ello nos enfocaremos casi exclusivamente en el libro “RDA compendio histórico” del historiador Heinz Heitzer, precisamente en el apartado XV del segundo capítulo titulado “las medidas de seguridad tomadas el 13 de agosto de 1961”.
Condiciones que hicieron necesaria la construcción del Muro de contención antifascista
Luego de la segunda guerra mundial, más concretamente en las décadas de 1950 y 1960, comienza a cobrar fuerza el movimiento revolucionario. A pesar de las pérfidas políticas de la URSS en 1956, donde rompen con el Marxismo-Leninismo de hecho y revisten sus políticas revisionistas con un discurso revolucionario, la correlación de fuerzas cambia de manera importante. Surge un impresionante auge de los movimientos de liberación nacional en los países dependientes y en las colonias, buen número de países se encamina en el modelo llamado socialismo real y las colonias consiguen su independencia. En Cuba se hace la revolución en las narices del imperialismo norteamericano, caen dictaduras militares como en Venezuela y otros países, el discurso de los líderes democráticos y nacionalistas condena cada vez más la política guerrerista de los Estados Unidos, se crea el “pacto de Varsovia” en Polonia para agrupar a los países de democracia popular y defenderlos del imperialismo, etc.
En ese período, la RDA comenzó a brillar como un país solidario con la lucha de los pueblos, con un total apoyo prestado a los países recién liberados y los que luchaban por la liberación nacional. Recordemos como abrió consulados y embajadas en estados que aún no eran reconocidos por los países occidentales, creando así una fuerte presión en la ONU para legitimar la independencia de muchos de ellos.
El imperialismo reaccionó de manera brutal y fue así como bañó en sangre a África, Asia, América Latina y el Caribe en esas épocas. Un intento de invasión a Cuba y numerables complots y ataques de todo tipo contra la isla caribeña que no dieron resultado. Sin embargo, el imperialismo sabía que el principal enemigo y ejemplo de los pueblos que luchaban se encontraba en Europa del este, por lo que enfiló todos sus ataques contra Alemania oriental. Para ello, armó de manera impresionante al gobierno fascista heredero del nazismo hitleriano, de careta democrática de la República Federal o Alemania occidental.
El estado burgués-imperialista de la RFA tenía sus planes y perspectivas bien claras, y no eran otras que la anexión de la RDA y abrir el camino así a los imperialistas para la conquista de todo el oriente europeo, apoyándose en su gran peso militar y económico.
En el plano militar, la OTAN creó un plan de guerra relámpago (las mismas que utilizó Hitler durante la II guerra mundial) para invadir a la RDA y anexionar su territorio, la operación se conocía con el nombre secreto de (Día X). El Gobierno de la RFA rompió las relaciones diplomáticas con Yugoslavia, en 1957, y con Cuba, en 1960, porque estos países habían establecido misiones diplomáticas en la RDA, y viceversa. Rechazó la proposición de la RDA de tender a una conferencia alemana; rechazó también las proposiciones que presentó, en 1958/59, la Unión Soviética, en el sentido de conceder a Berlín Occidental el status de una ciudad libre y desmilitarizada y a preparar un tratado de paz con Alemania. Además, el Gobierno de la RFA insinuó a sus aliados en la OTAN que debían oponerse, igual a estas ofertas. Al mismo tiempo, políticos dirigentes de la CDU/CSU se esforzaron febrilmente por equipar al ejército federal con armas nucleares.
Con el propósito de preparar el «Día X», día señalado para derrumbar el poder de los obreros y campesinos, los monopolios y el Gobierno de la RFA escalaron la guerra económica contra la RDA. En el otoño de 1960, el Gobierno de la RFA canceló los acuerdos comerciales con la RDA e insinuó a otros Estados boicotear la Feria de Leipzig. A pesar de que, en diciembre, el Gobierno de la RFA tuvo que renunciar a la cancelación y a pesar de que la sugerencia de boicoteo no dio resultado, surgieron graves problemas para la economía nacional de la RDA, que estaba sujeta a importantes suministros procedentes de la RFA. Hubo que hacer modificaciones del plan e introducir cambios en la producción, ya que debió contar con otro embargo comercial. La Unión Soviética y otros países miembros del CAME apercibieron a la RDA de importantes mercancías, materias primas y alimentos adicionales a la cantidad dicha en los correspondientes convenios. Se desarrolló un movimiento orientado a liberar a la economía de la RDA de perturbaciones: obreros, técnicos y científicos de la RDA fabricaron, en plazos muy cortos, productos que antes se importaban de la RFA.
El chantaje económico vino acompañado por la calumnia anticomunista, propagada por numerosos medios de divulgación masiva en la RFA y Berlín Occidental. La infamia se parecía en muchos detalles a las atrocidades fascistas divulgadas contra Checoslovaquia y Polonia, poco antes de que fueran víctimas del asalto, en los años 1938 y 1939. Esta falacia tenía el propósito de crear confusión y nerviosidad en la ciudadanía de la RDA, y sugerir a la publicidad mundial que en la RDA se estaría avecinando un «levantamiento popular», que los países occidentales tenían que apoyar con todos los medios a su alcance. Así fue que un periódico simpatizante de la CDU escribiera «que el mundo libre tendría que prepararse para aplicar todos los medios de la guerra fría, de la guerra de nervios y la guerra con fusiles... Esto no sólo incluye las fuerzas armadas tradicionales y su armamento, sino comprende también socavar, azuzar la resistencia interna, las actividades clandestinas, la descomposición del orden, el sabotaje, la perturbación de los transportes y de la economía, la desobediencia, la rebeldía, la revolución».
Con el intento públicamente proclamado de sangrar a la RDA, intensificaron el soborno de ciudadanos de la RDA, sobre todo, de especialistas y de jóvenes; extendieron la red de las organizaciones criminales, promovidas por el Estado germanooccidental, dedicadas a este tráfico de personas. Berlín Occidental con su frontera abierta hacia la RDA, desempeñó el papel de canal de fuga.
Todo ello, ligado con la preparación directa de una agresión militar contra la RDA. En las maniobras del Estado Mayor y de las tropas del ejército federal, realizadas en 1960/61, se ensayaron algunas variantes de la «guerra relámpago» y de la «guerra limitada» contra la RDA y otros Estados socialistas. Algunos políticos y comentaristas dejaron entrever que para el ejército federal podría producirse una situación en que tuviera que liquidar el «conflicto interno» por medio de una «acción policíaca local». Ese conflicto podría surgir a consecuencia de choques en las fronteras de Berlín Occidental. La amenaza con el potencial nuclear de los EE.UU. — seguían especulando los políticos y comentaristas— iba a impedir la intervención de la Unión Soviética.
En julio de 1961, el «Consejo de investigación de problemas de la reunificación de Alemania» presentó en Bonn un detallado plan para el “Día X”. Este plan consideraba incorporar la RDA a la RFA, repartir las empresas de propiedad del pueblo y los bancos entre los monopolios de la RFA, disolver las cooperativas agrícolas y entregar las tierras y los bienes raíces, sobre todo, a los terratenientes y a los latifundistas. En la segunda mitad de julio, Franz Josef Strauss —en aquel entonces Ministro de Defensa de la RFA y jefe del ejército federal, y uno de los políticos imperialistas más belicosos de ayer y de hoy— hizo una visita a EE.UU. para cerciorarse de su apoyo. A principios de agosto se proclamó el estado de alerta para las unidades de la OTAN estacionadas en Europa occidental. La invasión imperialista sobre la RDA era inminente.
Los Estados socialistas aliados no podían cruzarse de brazos ante este desarrollo que suscitó graves peligros para la paz. Las experiencias de la historia habían enseñado que hubo que poner coto al agresor antes de que éste acometiera. Por esa razón, los ejércitos socialistas unidos en la Organización del Tratado de Varsovia aumentaron su disposición para la defensa. Era preciso, ante todo, frenar las tensiones procedentes de Berlín Occidental, y contrarrestar el peligro de que un conflicto local en las fronteras de Berlín Occidental desembocara en un enfrentamiento militar de consecuencias imprevisibles.
Durante años, la RDA había mantenido abiertas sus fronteras con Berlín Occidental, a pesar de que estas fronteras abiertas originaron condiciones sumamente complicadas para la edificación socialista. Lo había hecho para no dificultar un acuerdo sobre la firma del tratado de paz y sobre relaciones normales con la RFA y Berlín Occidental. Sin embargo, esta política de reconciliación que correspondía a los intereses de la ciudadanía de la RDA, la RFA y de Berlín Occidental, no repercutió ni en el Gobierno de la RFA, ni en el Senado de Berlín Occidental, guiado por los socialdemócratas. Por el contrario, fue respondida con una guerra fría permanente contra el poder de los obreros y campesinos. En el verano de 1961, las tensiones surgidas habían llegado a tal punto que resultó inaplazable tomar medidas severas, orientadas a resguardar la paz y a proteger al socialismo.
Del 3 al 5 de agosto de 1961, los primeros secretarios de los partidos comunistas y obreros de los Estados miembros del Tratado de Varsovia, discutieron en Moscú las medidas previstas por la RDA y la URSS. Esta reunión propuso a la Cámara del Pueblo, al Gobierno y a todos los trabajadores de la RDA “introducir en la frontera con Berlín Occidental un orden que cerrara, de modo infalible, el camino a las actividades subversivas contra los países del campo socialista, y que garantizara una vigilancia segura y un control eficiente en torno a todo el territorio de Berlín Occidental, incluso en su frontera con Berlín democrático”
El 11 de agosto de 1961, la Cámara del Pueblo, a proposición del CC del PSUA, encomendó al Consejo de Ministros dar todos los pasos necesarios al respecto.
En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, se tomaron las medidas acordadas, con rapidez, precisión y de sorpresa absoluta para los servicios secretos del imperialismo. Las unidades del Ejército Popular Nacional, las milicias de la clase obrera, la policía fronteriza y la Policía Popular hicieron una acción conjunta con las fuerzas armadas soviéticas estacionadas en la RDA, y se encargaron de la defensa militar de las fronteras nacionales de la RDA. Junto con los obreros levantaron las fortificaciones en la frontera con Berlín Occidental, que se terminaron en los meses subsiguientes. Con ello se supo controlar el foco bélico que era Berlín Occidental, y se aseguraron las fronteras nacionales de la RDA, incluso la de Berlín Occidental.
Las medidas de seguridad del 13 de agosto de 1961 fueron una acción política conjunta de los Estados miembros del Tratado de Varsovia; frenando a los círculos agresivos del imperialismo en la RFA y en los demás Estados miembros de la OTAN, y protegiendo la paz en Europa. Estas medidas limitaron las actividades subversivas directas del imperialismo de la RFA y le infligieron una derrota rotunda. Fracasó por completo su estrategia de anexar a la RDA en un ataque frontal. Los propios políticos e historiadores burgueses tuvieron que admitir que el 13 de agosto de 1961 dio inicio a la decadencia de la era de Adenauer en la RFA. Un periódico burgués escribió en aquella fecha que este día demostró que había fracasado la política gubernamental de la RFA “de pretender la reunificación por medio del armamento y de la fuerza”.
La acción unida y decidida de los Estados miembros del Tratado de Varsovia documentó la verdadera correlación de fuerzas, documentó las profundas raíces de la RDA en la comunidad de Estados socialistas, su inviolabilidad como Estado socialista soberano. También las personas que no simpatizan con los comunistas, reconocen hoy que el 13 de agosto de 1961 fue un paso decisivo para sustituir la guerra fría por la distensión internacional.
Las políticas mencionadas de traición a los principios Marxistas-Leninistas por parte de la Unión Soviética socavaron poco a poco la estructura de los países socialistas, llevándolos hacia el derrumbe de 1989 del muro de resistencia antifascista y a la caída de la Urss en lo que significó la derrota de los modelos revisionistas que pretenden renegar de la planificación económica Marxista-Leninista.
Las consecuencias de la caída del muro de contención antifascista.
El muro de contención antifascista fue una estrategia impresionantemente efectiva, la causa de su caída no fue principalmente la presión del imperialismo ni de la Alemania burguesa, sino del lado oriental, del revisionismo soviético. Erich Honecker, principal dirigente de la RDA se opuso fervientemente a las medidas burguesas de restauración del capitalismo que imponía la Unión Soviética, inclusive era firme partidario de aplastar a los manifestantes traidores y grupúsculos contrarrevolucionarios con el ejército. Sin embargo, la URSS se negó a apoyarlo, quedando la RDA a la deriva y en las manos de la OTAN, con la excusa poco combativa de evitar un baño de sangre en proporciones gigantescas, de manera timorata, el gobierno de la RDA capituló ante la URSS, que a su vez hacía lo mismo frente al imperialismo, cayó el muro y todos los logros de la clase obrera en ese país.
Dentro de la euforia de la burguesía, se prometieron muchas cosas fantásticas al pueblo alemán, pero no se le dijo que la introducción de la economía de mercado significaría desempleo de masas, cierres de fábricas y la destrucción virtual de partes importantes de la base industrial de la RDA, ni el aumento generalizado de los precios, y la desmoralización de un sector de la juventud o que ellos serían considerados ciudadanos de segunda clase en su propio país. No le dijeron estas cosas y se encontraron con ellas a través de una experiencia amarga.
La reunificación precipitó el desastroso colapso del PIB de Alemania Oriental, con caídas del 15,6 por ciento en 1990 y un 22,7 por ciento en 1991, culminando con un declive de un tercio. Se perdieron millones de empleos. Muchas fábricas orientales fueron compradas por sus competidores occidentales y después cerradas.
El PIB per cápita de la RDA era ligeramente superior a la media alemana, Alemania Oriental era más rica que otros países de Europa occidental. Pero veintidós años después de la unificación los niveles de vida en Alemania Oriental están por detrás de occidente. El desempleo dobla los niveles de occidente y los salarios son significativamente inferiores.
El desempleo en la RDA prácticamente era desconocido. Pero la población activa descendió en 3,3 millones de personas desde 1989 a 1992. El PIB real de Alemania Oriental apenas ha aumentado de su nivel de 1989 y el empleo languidece al 60 por ciento de su nivel de 1989. Actualmente, el paro en Alemania en su conjunto es aproximadamente un 8 por ciento, pero la cifra en Alemania Oriental es un 12,3 por ciento. No obstante, algunos cálculos oficiales sitúan el desempleo en un 20 por ciento y entre los jóvenes incluso un 50 por ciento.
Las mujeres, que consiguieron un alto grado de igualdad en la RDA, como en otros países de Europa del Este, han sufrido mucho. Los datos del German Socio-Economic Panel de mediados de los años noventa indican que el 15 por ciento de la población femenina oriental y el 10 por ciento de la masculina estaban desempleados.
En julio de 1990 el “canciller de la unidad”, Helmut Kohl, prometió: “En un esfuerzo conjunto pronto transformaremos [las regiones alemanas orientales] Mecklenburg-Vorpommern y Sajonia-Anhalt, Brandemburgo, Sajonia y Turingia, en territorios florecientes”. Quince años más tarde, un informe de la BBC admitía que las “estadísticas son desoladoras”. A pesar de una inyección de capital estimada en 1,25 billones de euros, la tasa de paro en el Este aún era del 18,6 por ciento en 2005 (antes de la recesión actual) y en muchas regiones supera el 25 por ciento.
Halle, en Sajonia-Anhalt, que fue un importante centro de la industria química con más de 315.000 personas, ha perdido casi una quinta parte de sus ciudadanos. Antes de que cayera el Muro de contención antifascista en 1989, el “triángulo químico”, Leuna-Halle-Bitterfeld, daba empleo a 100.000 personas, ahora sólo quedan 10.000. Gera tenía grandes empresas textiles y de defensa, y algunas minas de uranio. Han desaparecido y lo mismo ha sucedido con la mayoría de empresas estatales desde 1989.
El PIB oriental per cápita pasó del 49 por ciento del nivel occidental en 1991, al 60 por ciento en 1995, desde ese momento la convergencia ha dejado de avanzar. La economía crecía aproximadamente un 5,5 por ciento al año, pero no estaban creando muchos nuevos empleos. Como resultado el Este se está vaciando. Desde la unificación aproximadamente 1,4 millones de personas se han trasladado al oeste, la mayoría de ellos jóvenes y personas con estudios. La emigración y la escarpada caída de la fertilidad han provocado un declive anual de la población oriental desde la unificación.
Algunos datos de la RDA antes del golpe capitalista
Los propagandistas de la burguesía, generalmente nos hablan de la República Democrática de Alemania como un estado atrasado, con pocas libertades civiles, de sus ciudadanos muertos de hambre, de los gendarmes comunistas agrediendo a quienes no mantenían lo que la burguesía denomina pensamiento único, se hablaba de una baja educación y analfabetismo crónico, un país sin cultura, etc. En tecnología e industria, se nos dice que Alemania Oriental no tenía nada que ofrecer al mundo y que todos los productos y maquinaria que tenían, era importada de la Unión Soviética (que tampoco era un país avanzado). Esta argumentación pone de manifiesto la poca seriedad de quienes defienden el sistema burgués.
Dejando a un lado todas las divagaciones de los defensores del capitalismo, mostraremos un poco, aunque en líneas generales debido al poco espacio que disponemos, toda la capacidad industrial, científica y tecnológica que desarrolló la RDA.
Después que los aliados y los fascistas germano-occidentales rechazaran la carta de Stalin, donde proponía la desmilitarización de Alemania y su unificación, la RDA comprendió que no podía perder tiempo en desarrollarse, industrial y tecnológicamente, de lo contrario sería presa del enemigo fascista. Fue así como en 1951, se da comienzo al primer plan quinquenal. Centenares de miles de obreros marchaban por las calles de las principales ciudades para acudir al trabajo en sus empresas socializadas y, los días libres los dedicaba al trabajo voluntario, siguiendo el ejemplo del Sobbótniki “sábado comunista” de los obreros soviéticos que eran su inspiración.
Con el propósito de satisfacer las crecientes necesidades de acero en la economía y de contrarrestar las repercusiones de un embargo de acero declarado por la RFA, los obreros de las fábricas de acero y de laminación organizaron, en el otoño de 1951, la primera emulación especial, en el marco de toda una rama de la industria. Más de 9.000 brigadas lograron conquistar, en 1951, el título «Brigada de excelente calidad». Esto sólo un pequeño ejemplo de todo lo logrado en este país que, con el lema “aprender de la Urss de Stalin es aprender a vencer”, emprendieron un logro grandioso en todas las ramas industriales, convirtiéndose en uno de los países más desarrollados del mundo. La RDA, ocupó el puesto número 10 de los países más avanzados del mundo gracias a todo su desarrollo.
En 1957, la RDA producía el doble que antes de la Segunda Guerra Mundial en el mismo territorio. En el mismo año se extrajeron en la RDA 213 millones de toneladas de lignito, el 50% de la producción mundial; se producían 32,7 millares de kilovatios por hora de electricidad (casi como en Bélgica, Holanda, Dinamarca y Finlandia juntos) y 2,9 millones de toneladas de acero, 14 veces más que en 1947. En la producción química, la RDA ocupaba el segundo puesto de mayor nivel de producción del mundo y era la mayor exportadora de maquinaria de todo el territorio oriental. Hasta 1965, la producción industrial era cinco veces mayor que la anterior a la guerra.
En la RDA se logró poner al servicio del estado los principales medios de producción, en la agricultura, se aplicó el método leninista de las cooperativas y las grandes haciendas colectivas, se eliminó a la burguesía y los terratenientes, siendo este un paso decisivo para lograr la industrialización.
Por otra parte, en lo referente a la cultura y educación, uno de los principios acordados en el V congreso del PSUA decía: «Cuanto mejor comprendan todos los trabajadores la superioridad del socialismo sobre el capitalismo, la rectitud de la perspectiva socialista y del papel histórico de la República Democrática Alemana..., tanto más conscientemente participarán en el cumplimiento de las tareas económicas, políticas y culturales señaladas en la edificación socialista. Cuanto mayor sea la conciencia socialista de todos los trabajadores, tanto más acelerado será el desarrollo socialista y tanto mayores serán los éxitos en la economía, la ciencia y la cultura.» Sabemos que el desarrollo de un país hasta tal nivel como el de la RDA hubiera sido imposible sin la profesionalización de los trabajadores. Esto no deja margen a los disparates de los defensores del capitalismo.
El sistema educativo privado fue abolido, quitando así, cualquier traba a la educación del pueblo, se eliminaron las escuelas rurales de una sola aula, que eran las predominantes y se estableció un sólido sistema educativo con sus diversas ramificaciones que permitió la formación de expertos en las distintas áreas que necesitaba el país para la industrialización.
Los programas concebidos para la transformación socialista de las universidades y escuelas superiores fijaron las tendencias de desarrollo de importantes disciplinas e institutos. En la confrontación con las teorías reaccionarias y los conceptos no científicos, venía predominando el marxismo-leninismo en muchas disciplinas, sobre todo en las ciencias sociales. Los nuevos intelectuales, que provenían de la clase obrera, fueron tomando, más y más, funciones de alta responsabilidad. Al mismo tiempo, un creciente número de intelectuales, venidos de los remanentes de las antiguas clases burguesas, muchos de ellos grandes expertos en su materia, pasó por un proceso complicado, superó sus dudas y reservas y terminó participando en la edificación socialista.
En los esfuerzos por una cultura socialista, se crearon obras literarias y de otras artes, que reflejaron estéticamente las tendencias de desarrollo de la época de transición del capitalismo al socialismo. Penetraron profundo y expresaron el complicado proceso de cambio del hombre. Entre ellas había poemas y novelas. La de Bruno Apitz sobre el campo de concentración de Buchenwald, «Desnudo entre lobos», se conoce en muchos países. Además, obras de Johannes R. Becher, Willi Bredel, Jurij Brézan, Luis Fürnberg, Hans Marchwitza, Anna Seghers y Erwin Strittmatter. La nueva generación de escritores socialistas la componen Günter Górlich, Herbert Jobst, Herbert Nachbar, Dieter Noli y otros. El teatro y la dramática de Bertolt Brecht y el teatro musical realista de Walter Felsenstein adquirieron fama en el mundo. En las artes plásticas se destacan las obras de Walter Arnold, Fritz Cremer, sobre todo, su monumento en Buchenwald; Lea Grundig, Rene Graetz, Hans Kies y otros. Paul Dessau, Hanns Eisler, Jean Kurt Forest, Günter Kochan, Ernst Hermann Meyer y otros sobresalieron en la música. A la toma de conciencia socialista hizo un gran aporte el arte cinematográfico de la DEFA, con algunas películas de largo metraje, y con una serie de películas documentales sobre los crímenes nazis y de guerra, y sobre el resurgimiento del militarismo y el revanchismo en la RFA.
El movimiento del trabajo socialista conjunto dio excelentes impulsos a una relación más estrecha entre el arte y el pueblo. Los círculos de aficionados al arte, de obreros con intereses literarios y en otras actividades semejantes, caracterizaron más y más la vida cultural e intelectual. Una expresión del nuevo nivel logrado en la confluencia de artistas profesionales y aficionados y de la participación de los trabajadores en la vida de arte, fueron los Festivales Obreros, que se celebraron, desde 1952, con el auspicio de la Confederación de Sindicatos Libres Alemanes (FDGB).
Todos estos logros, se vieron enturbiados por los sucesos del 1956 en la Urss. El XX congreso del PCUS significó un duro golpe a la consolidación de las ideas Marxista-Leninistas no sólo en la RDA, sino en muchos países de democracia popular. Se impusieron líneas políticas y económicas, bajo amenazas de bloqueo económico; Alemania no resistió los chantajes y se adaptó rápidamente a los designios de los reformistas soviéticos encabezados por Jrhushev y compañía. Sólo ejemplos dignos en Europa Oriental como Albania se negaron a participar en este golpe de estado al Marxismo Leninismo. A pesar de ello, la superioridad con respecto al capitalismo y su modelo de explotación es más que evidente.
Hasta tal punto llegó el desespero de los fascistas occidentales y de sus amos imperialistas, que trataron de frenar por la fuerza de las armas todo este florecimiento de la RDA. La construcción del muro de contención antifascista, fue un hecho justificado y necesario que ha pasado a la historia como un acto de dignidad y soberanía de un pueblo amenazado por los intereses asesinos y genocidas de la OTAN.
Sabemos que pocos izquierdistas, socialistas y progresistas se han pronunciado en nuestro país con respecto a este tema, en primer lugar, porque jamás lo han abordado desde un punto de vista científico, sino por medio de la propaganda burguesa, este fue el caso del engendro llamado “YVKE mundial” que mostró su compromiso con las clases dominantes. No pretendemos, naturalmente que esta sea la última palabra sobre el muro de contención antifascista, al menos nos proponemos ayudar a que los trabajadores, estudiantes y demás sectores revolucionarios se quiten de la cabeza el cliché burgués del “perverso muro” y profundicen en los hechos de manera objetiva, solo como lo sabemos hacer los revolucionarios marxista leninistas.
El 9 de noviembre de 1989 se convirtió en una fecha orgásmica para la burguesía y el imperialismo. Los medios de comunicación transmitían como centenares de personas salían a las calles a protestar contra el régimen “comunista” de la República Democrática de Alemania, pero estos medios no transmitían las multitudinarias manifestaciones donde los ciudadanos de la RDA mostraban su apoyo al estado perteneciente al bloque socialista.
Caía el muro de contención antifascista, dado a conocer por la burguesía como el “muro de Berlín”. Numerosas películas, documentales, millares de páginas de periódicos, revistas, centenares de profesores universitarios prostituidos por el capital nos han bombardeado con las “verdades” de la “historia oficial” acerca del famoso muro.
Hoy, cuando las manipulaciones de los medios y la propaganda occidental ha causado profundas manipulaciones de cerebros en la mayoría de las personas, sobre todo de las nuevas generaciones, es necesario hacer un análisis desde la óptica marxista-leninista y revolucionaria de lo que pasó en las dos Alemanias. ¿Por qué se construyó el muro de contención antifascista?, ¿Cuáles fueron las causas que motivaron el levantamiento del mismo?, ¿Qué ventajas y beneficios trajo éste para Alemania (las dos) y el mundo? y sobre todo, luego de la caída del muro ¿Qué le pasó al territorio anteriormente conocido como RDA?
Este análisis se hace necesario, puesto que, la burguesía no conforme con los numerosos escritos y programas a través de sus medios, también está utilizando de artillería a los medios del estado venezolano, que se han unido al coro de condena contra el muro de la resistencia anticapitalista. Por ejemplo, la agencia de noticias burgués-estatista “YVKE mundial”, el día 13 de agosto del presente año (fecha en que se conmemoraron los 50 años de la construcción del muro), aparte de recoger testimonios de fascistas del corte de Angela Merkel y Klaus Wowereit, afirma lo siguiente; “El país quedó dividido en dos; Alemania del Oeste y la dictatorial Alemania del Este, irónicamente llamada República Democrática Alemana, hasta 1989.” Más adelante, en el mismo artículo se señala: “Actualmente, un monumento de acero oscuro con una forma siniestra permanece en la calle Bernauer Strasse, como un triste recordatorio de la división de Berlín, Alemania y toda Europa, en el oeste democrático y el bloque de regímenes dictatoriales del este.”
Aparte del misticismo metafórico y el aroma literario burgués que utiliza este medio estatal para hablarnos del “siniestro muro”, se deja ver por debajo de blusas todo su contenido de clase a favor de la burguesía y el imperialismo, solamente con el hecho de llamar a la Alemania Federal, imperialista y burguesa con el adjetivo “democrático”. Sabemos que los países del llamado campo socialista del este de Europa a partir del XX congreso del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) en 1956, dejaron de lado el modelo marxista-leninista para adoptar una posición revisionista que indudablemente carcomió las bases del estado socialista y, poco a poco llevó a la restauración del capitalismo al llamado bloque socialista. A pesar de ello, no debemos obviar algunas acciones de dignidad y astucia que llevaron a cabo los mismos para defenderse del fascismo, una de ellas la construcción del muro de la resistencia antifascista.
No haremos reflexión en otros medios del estado, con respecto a este tema para no perder tiempo y por considerar esas opiniones propias y características de la ignorancia. Algo que debemos hablar con claridad es de los otros muros, por ejemplo en la frontera de Méjico, donde Estados Unidos levantó un muro gigantesco, en Israel, en Marruecos y en muchos otros países capitalistas se han construido muros para segregar a poblaciones enteras en claros actos de fascismo, xenofobia y racismo. Preguntamos, ¿serían tan valientes los señores de “YVKE mundial” para condenar a Brasil, donde existe un muro en la ciudad de Río de Janeiro, para evitar que los habitantes de las favelas (barrios pobres) pasen a la ciudad bonita y burguesa? Evidentemente no. Recordemos los acuerdos y negocios de Brasil con el estado venezolano, (que sostiene económicamente a esta presunta agencia de noticias) impiden o mejor dicho, ponen un freno y unas líneas editoriales a sus publicaciones. YVKE Mundial tiene lo que en el argot periodístico de nuestro país conocemos como un “Bozal de arepas”.
Pasemos ahora a examinar las causas de la construcción del muro de contención antifascista, para ello nos enfocaremos casi exclusivamente en el libro “RDA compendio histórico” del historiador Heinz Heitzer, precisamente en el apartado XV del segundo capítulo titulado “las medidas de seguridad tomadas el 13 de agosto de 1961”.
Condiciones que hicieron necesaria la construcción del Muro de contención antifascista
Luego de la segunda guerra mundial, más concretamente en las décadas de 1950 y 1960, comienza a cobrar fuerza el movimiento revolucionario. A pesar de las pérfidas políticas de la URSS en 1956, donde rompen con el Marxismo-Leninismo de hecho y revisten sus políticas revisionistas con un discurso revolucionario, la correlación de fuerzas cambia de manera importante. Surge un impresionante auge de los movimientos de liberación nacional en los países dependientes y en las colonias, buen número de países se encamina en el modelo llamado socialismo real y las colonias consiguen su independencia. En Cuba se hace la revolución en las narices del imperialismo norteamericano, caen dictaduras militares como en Venezuela y otros países, el discurso de los líderes democráticos y nacionalistas condena cada vez más la política guerrerista de los Estados Unidos, se crea el “pacto de Varsovia” en Polonia para agrupar a los países de democracia popular y defenderlos del imperialismo, etc.
En ese período, la RDA comenzó a brillar como un país solidario con la lucha de los pueblos, con un total apoyo prestado a los países recién liberados y los que luchaban por la liberación nacional. Recordemos como abrió consulados y embajadas en estados que aún no eran reconocidos por los países occidentales, creando así una fuerte presión en la ONU para legitimar la independencia de muchos de ellos.
El imperialismo reaccionó de manera brutal y fue así como bañó en sangre a África, Asia, América Latina y el Caribe en esas épocas. Un intento de invasión a Cuba y numerables complots y ataques de todo tipo contra la isla caribeña que no dieron resultado. Sin embargo, el imperialismo sabía que el principal enemigo y ejemplo de los pueblos que luchaban se encontraba en Europa del este, por lo que enfiló todos sus ataques contra Alemania oriental. Para ello, armó de manera impresionante al gobierno fascista heredero del nazismo hitleriano, de careta democrática de la República Federal o Alemania occidental.
El estado burgués-imperialista de la RFA tenía sus planes y perspectivas bien claras, y no eran otras que la anexión de la RDA y abrir el camino así a los imperialistas para la conquista de todo el oriente europeo, apoyándose en su gran peso militar y económico.
En el plano militar, la OTAN creó un plan de guerra relámpago (las mismas que utilizó Hitler durante la II guerra mundial) para invadir a la RDA y anexionar su territorio, la operación se conocía con el nombre secreto de (Día X). El Gobierno de la RFA rompió las relaciones diplomáticas con Yugoslavia, en 1957, y con Cuba, en 1960, porque estos países habían establecido misiones diplomáticas en la RDA, y viceversa. Rechazó la proposición de la RDA de tender a una conferencia alemana; rechazó también las proposiciones que presentó, en 1958/59, la Unión Soviética, en el sentido de conceder a Berlín Occidental el status de una ciudad libre y desmilitarizada y a preparar un tratado de paz con Alemania. Además, el Gobierno de la RFA insinuó a sus aliados en la OTAN que debían oponerse, igual a estas ofertas. Al mismo tiempo, políticos dirigentes de la CDU/CSU se esforzaron febrilmente por equipar al ejército federal con armas nucleares.
Con el propósito de preparar el «Día X», día señalado para derrumbar el poder de los obreros y campesinos, los monopolios y el Gobierno de la RFA escalaron la guerra económica contra la RDA. En el otoño de 1960, el Gobierno de la RFA canceló los acuerdos comerciales con la RDA e insinuó a otros Estados boicotear la Feria de Leipzig. A pesar de que, en diciembre, el Gobierno de la RFA tuvo que renunciar a la cancelación y a pesar de que la sugerencia de boicoteo no dio resultado, surgieron graves problemas para la economía nacional de la RDA, que estaba sujeta a importantes suministros procedentes de la RFA. Hubo que hacer modificaciones del plan e introducir cambios en la producción, ya que debió contar con otro embargo comercial. La Unión Soviética y otros países miembros del CAME apercibieron a la RDA de importantes mercancías, materias primas y alimentos adicionales a la cantidad dicha en los correspondientes convenios. Se desarrolló un movimiento orientado a liberar a la economía de la RDA de perturbaciones: obreros, técnicos y científicos de la RDA fabricaron, en plazos muy cortos, productos que antes se importaban de la RFA.
El chantaje económico vino acompañado por la calumnia anticomunista, propagada por numerosos medios de divulgación masiva en la RFA y Berlín Occidental. La infamia se parecía en muchos detalles a las atrocidades fascistas divulgadas contra Checoslovaquia y Polonia, poco antes de que fueran víctimas del asalto, en los años 1938 y 1939. Esta falacia tenía el propósito de crear confusión y nerviosidad en la ciudadanía de la RDA, y sugerir a la publicidad mundial que en la RDA se estaría avecinando un «levantamiento popular», que los países occidentales tenían que apoyar con todos los medios a su alcance. Así fue que un periódico simpatizante de la CDU escribiera «que el mundo libre tendría que prepararse para aplicar todos los medios de la guerra fría, de la guerra de nervios y la guerra con fusiles... Esto no sólo incluye las fuerzas armadas tradicionales y su armamento, sino comprende también socavar, azuzar la resistencia interna, las actividades clandestinas, la descomposición del orden, el sabotaje, la perturbación de los transportes y de la economía, la desobediencia, la rebeldía, la revolución».
Con el intento públicamente proclamado de sangrar a la RDA, intensificaron el soborno de ciudadanos de la RDA, sobre todo, de especialistas y de jóvenes; extendieron la red de las organizaciones criminales, promovidas por el Estado germanooccidental, dedicadas a este tráfico de personas. Berlín Occidental con su frontera abierta hacia la RDA, desempeñó el papel de canal de fuga.
Todo ello, ligado con la preparación directa de una agresión militar contra la RDA. En las maniobras del Estado Mayor y de las tropas del ejército federal, realizadas en 1960/61, se ensayaron algunas variantes de la «guerra relámpago» y de la «guerra limitada» contra la RDA y otros Estados socialistas. Algunos políticos y comentaristas dejaron entrever que para el ejército federal podría producirse una situación en que tuviera que liquidar el «conflicto interno» por medio de una «acción policíaca local». Ese conflicto podría surgir a consecuencia de choques en las fronteras de Berlín Occidental. La amenaza con el potencial nuclear de los EE.UU. — seguían especulando los políticos y comentaristas— iba a impedir la intervención de la Unión Soviética.
En julio de 1961, el «Consejo de investigación de problemas de la reunificación de Alemania» presentó en Bonn un detallado plan para el “Día X”. Este plan consideraba incorporar la RDA a la RFA, repartir las empresas de propiedad del pueblo y los bancos entre los monopolios de la RFA, disolver las cooperativas agrícolas y entregar las tierras y los bienes raíces, sobre todo, a los terratenientes y a los latifundistas. En la segunda mitad de julio, Franz Josef Strauss —en aquel entonces Ministro de Defensa de la RFA y jefe del ejército federal, y uno de los políticos imperialistas más belicosos de ayer y de hoy— hizo una visita a EE.UU. para cerciorarse de su apoyo. A principios de agosto se proclamó el estado de alerta para las unidades de la OTAN estacionadas en Europa occidental. La invasión imperialista sobre la RDA era inminente.
Los Estados socialistas aliados no podían cruzarse de brazos ante este desarrollo que suscitó graves peligros para la paz. Las experiencias de la historia habían enseñado que hubo que poner coto al agresor antes de que éste acometiera. Por esa razón, los ejércitos socialistas unidos en la Organización del Tratado de Varsovia aumentaron su disposición para la defensa. Era preciso, ante todo, frenar las tensiones procedentes de Berlín Occidental, y contrarrestar el peligro de que un conflicto local en las fronteras de Berlín Occidental desembocara en un enfrentamiento militar de consecuencias imprevisibles.
Durante años, la RDA había mantenido abiertas sus fronteras con Berlín Occidental, a pesar de que estas fronteras abiertas originaron condiciones sumamente complicadas para la edificación socialista. Lo había hecho para no dificultar un acuerdo sobre la firma del tratado de paz y sobre relaciones normales con la RFA y Berlín Occidental. Sin embargo, esta política de reconciliación que correspondía a los intereses de la ciudadanía de la RDA, la RFA y de Berlín Occidental, no repercutió ni en el Gobierno de la RFA, ni en el Senado de Berlín Occidental, guiado por los socialdemócratas. Por el contrario, fue respondida con una guerra fría permanente contra el poder de los obreros y campesinos. En el verano de 1961, las tensiones surgidas habían llegado a tal punto que resultó inaplazable tomar medidas severas, orientadas a resguardar la paz y a proteger al socialismo.
Del 3 al 5 de agosto de 1961, los primeros secretarios de los partidos comunistas y obreros de los Estados miembros del Tratado de Varsovia, discutieron en Moscú las medidas previstas por la RDA y la URSS. Esta reunión propuso a la Cámara del Pueblo, al Gobierno y a todos los trabajadores de la RDA “introducir en la frontera con Berlín Occidental un orden que cerrara, de modo infalible, el camino a las actividades subversivas contra los países del campo socialista, y que garantizara una vigilancia segura y un control eficiente en torno a todo el territorio de Berlín Occidental, incluso en su frontera con Berlín democrático”
El 11 de agosto de 1961, la Cámara del Pueblo, a proposición del CC del PSUA, encomendó al Consejo de Ministros dar todos los pasos necesarios al respecto.
En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, se tomaron las medidas acordadas, con rapidez, precisión y de sorpresa absoluta para los servicios secretos del imperialismo. Las unidades del Ejército Popular Nacional, las milicias de la clase obrera, la policía fronteriza y la Policía Popular hicieron una acción conjunta con las fuerzas armadas soviéticas estacionadas en la RDA, y se encargaron de la defensa militar de las fronteras nacionales de la RDA. Junto con los obreros levantaron las fortificaciones en la frontera con Berlín Occidental, que se terminaron en los meses subsiguientes. Con ello se supo controlar el foco bélico que era Berlín Occidental, y se aseguraron las fronteras nacionales de la RDA, incluso la de Berlín Occidental.
Las medidas de seguridad del 13 de agosto de 1961 fueron una acción política conjunta de los Estados miembros del Tratado de Varsovia; frenando a los círculos agresivos del imperialismo en la RFA y en los demás Estados miembros de la OTAN, y protegiendo la paz en Europa. Estas medidas limitaron las actividades subversivas directas del imperialismo de la RFA y le infligieron una derrota rotunda. Fracasó por completo su estrategia de anexar a la RDA en un ataque frontal. Los propios políticos e historiadores burgueses tuvieron que admitir que el 13 de agosto de 1961 dio inicio a la decadencia de la era de Adenauer en la RFA. Un periódico burgués escribió en aquella fecha que este día demostró que había fracasado la política gubernamental de la RFA “de pretender la reunificación por medio del armamento y de la fuerza”.
La acción unida y decidida de los Estados miembros del Tratado de Varsovia documentó la verdadera correlación de fuerzas, documentó las profundas raíces de la RDA en la comunidad de Estados socialistas, su inviolabilidad como Estado socialista soberano. También las personas que no simpatizan con los comunistas, reconocen hoy que el 13 de agosto de 1961 fue un paso decisivo para sustituir la guerra fría por la distensión internacional.
Las políticas mencionadas de traición a los principios Marxistas-Leninistas por parte de la Unión Soviética socavaron poco a poco la estructura de los países socialistas, llevándolos hacia el derrumbe de 1989 del muro de resistencia antifascista y a la caída de la Urss en lo que significó la derrota de los modelos revisionistas que pretenden renegar de la planificación económica Marxista-Leninista.
Las consecuencias de la caída del muro de contención antifascista.
El muro de contención antifascista fue una estrategia impresionantemente efectiva, la causa de su caída no fue principalmente la presión del imperialismo ni de la Alemania burguesa, sino del lado oriental, del revisionismo soviético. Erich Honecker, principal dirigente de la RDA se opuso fervientemente a las medidas burguesas de restauración del capitalismo que imponía la Unión Soviética, inclusive era firme partidario de aplastar a los manifestantes traidores y grupúsculos contrarrevolucionarios con el ejército. Sin embargo, la URSS se negó a apoyarlo, quedando la RDA a la deriva y en las manos de la OTAN, con la excusa poco combativa de evitar un baño de sangre en proporciones gigantescas, de manera timorata, el gobierno de la RDA capituló ante la URSS, que a su vez hacía lo mismo frente al imperialismo, cayó el muro y todos los logros de la clase obrera en ese país.
Dentro de la euforia de la burguesía, se prometieron muchas cosas fantásticas al pueblo alemán, pero no se le dijo que la introducción de la economía de mercado significaría desempleo de masas, cierres de fábricas y la destrucción virtual de partes importantes de la base industrial de la RDA, ni el aumento generalizado de los precios, y la desmoralización de un sector de la juventud o que ellos serían considerados ciudadanos de segunda clase en su propio país. No le dijeron estas cosas y se encontraron con ellas a través de una experiencia amarga.
La reunificación precipitó el desastroso colapso del PIB de Alemania Oriental, con caídas del 15,6 por ciento en 1990 y un 22,7 por ciento en 1991, culminando con un declive de un tercio. Se perdieron millones de empleos. Muchas fábricas orientales fueron compradas por sus competidores occidentales y después cerradas.
El PIB per cápita de la RDA era ligeramente superior a la media alemana, Alemania Oriental era más rica que otros países de Europa occidental. Pero veintidós años después de la unificación los niveles de vida en Alemania Oriental están por detrás de occidente. El desempleo dobla los niveles de occidente y los salarios son significativamente inferiores.
El desempleo en la RDA prácticamente era desconocido. Pero la población activa descendió en 3,3 millones de personas desde 1989 a 1992. El PIB real de Alemania Oriental apenas ha aumentado de su nivel de 1989 y el empleo languidece al 60 por ciento de su nivel de 1989. Actualmente, el paro en Alemania en su conjunto es aproximadamente un 8 por ciento, pero la cifra en Alemania Oriental es un 12,3 por ciento. No obstante, algunos cálculos oficiales sitúan el desempleo en un 20 por ciento y entre los jóvenes incluso un 50 por ciento.
Las mujeres, que consiguieron un alto grado de igualdad en la RDA, como en otros países de Europa del Este, han sufrido mucho. Los datos del German Socio-Economic Panel de mediados de los años noventa indican que el 15 por ciento de la población femenina oriental y el 10 por ciento de la masculina estaban desempleados.
En julio de 1990 el “canciller de la unidad”, Helmut Kohl, prometió: “En un esfuerzo conjunto pronto transformaremos [las regiones alemanas orientales] Mecklenburg-Vorpommern y Sajonia-Anhalt, Brandemburgo, Sajonia y Turingia, en territorios florecientes”. Quince años más tarde, un informe de la BBC admitía que las “estadísticas son desoladoras”. A pesar de una inyección de capital estimada en 1,25 billones de euros, la tasa de paro en el Este aún era del 18,6 por ciento en 2005 (antes de la recesión actual) y en muchas regiones supera el 25 por ciento.
Halle, en Sajonia-Anhalt, que fue un importante centro de la industria química con más de 315.000 personas, ha perdido casi una quinta parte de sus ciudadanos. Antes de que cayera el Muro de contención antifascista en 1989, el “triángulo químico”, Leuna-Halle-Bitterfeld, daba empleo a 100.000 personas, ahora sólo quedan 10.000. Gera tenía grandes empresas textiles y de defensa, y algunas minas de uranio. Han desaparecido y lo mismo ha sucedido con la mayoría de empresas estatales desde 1989.
El PIB oriental per cápita pasó del 49 por ciento del nivel occidental en 1991, al 60 por ciento en 1995, desde ese momento la convergencia ha dejado de avanzar. La economía crecía aproximadamente un 5,5 por ciento al año, pero no estaban creando muchos nuevos empleos. Como resultado el Este se está vaciando. Desde la unificación aproximadamente 1,4 millones de personas se han trasladado al oeste, la mayoría de ellos jóvenes y personas con estudios. La emigración y la escarpada caída de la fertilidad han provocado un declive anual de la población oriental desde la unificación.
Algunos datos de la RDA antes del golpe capitalista
Los propagandistas de la burguesía, generalmente nos hablan de la República Democrática de Alemania como un estado atrasado, con pocas libertades civiles, de sus ciudadanos muertos de hambre, de los gendarmes comunistas agrediendo a quienes no mantenían lo que la burguesía denomina pensamiento único, se hablaba de una baja educación y analfabetismo crónico, un país sin cultura, etc. En tecnología e industria, se nos dice que Alemania Oriental no tenía nada que ofrecer al mundo y que todos los productos y maquinaria que tenían, era importada de la Unión Soviética (que tampoco era un país avanzado). Esta argumentación pone de manifiesto la poca seriedad de quienes defienden el sistema burgués.
Dejando a un lado todas las divagaciones de los defensores del capitalismo, mostraremos un poco, aunque en líneas generales debido al poco espacio que disponemos, toda la capacidad industrial, científica y tecnológica que desarrolló la RDA.
Después que los aliados y los fascistas germano-occidentales rechazaran la carta de Stalin, donde proponía la desmilitarización de Alemania y su unificación, la RDA comprendió que no podía perder tiempo en desarrollarse, industrial y tecnológicamente, de lo contrario sería presa del enemigo fascista. Fue así como en 1951, se da comienzo al primer plan quinquenal. Centenares de miles de obreros marchaban por las calles de las principales ciudades para acudir al trabajo en sus empresas socializadas y, los días libres los dedicaba al trabajo voluntario, siguiendo el ejemplo del Sobbótniki “sábado comunista” de los obreros soviéticos que eran su inspiración.
Con el propósito de satisfacer las crecientes necesidades de acero en la economía y de contrarrestar las repercusiones de un embargo de acero declarado por la RFA, los obreros de las fábricas de acero y de laminación organizaron, en el otoño de 1951, la primera emulación especial, en el marco de toda una rama de la industria. Más de 9.000 brigadas lograron conquistar, en 1951, el título «Brigada de excelente calidad». Esto sólo un pequeño ejemplo de todo lo logrado en este país que, con el lema “aprender de la Urss de Stalin es aprender a vencer”, emprendieron un logro grandioso en todas las ramas industriales, convirtiéndose en uno de los países más desarrollados del mundo. La RDA, ocupó el puesto número 10 de los países más avanzados del mundo gracias a todo su desarrollo.
En 1957, la RDA producía el doble que antes de la Segunda Guerra Mundial en el mismo territorio. En el mismo año se extrajeron en la RDA 213 millones de toneladas de lignito, el 50% de la producción mundial; se producían 32,7 millares de kilovatios por hora de electricidad (casi como en Bélgica, Holanda, Dinamarca y Finlandia juntos) y 2,9 millones de toneladas de acero, 14 veces más que en 1947. En la producción química, la RDA ocupaba el segundo puesto de mayor nivel de producción del mundo y era la mayor exportadora de maquinaria de todo el territorio oriental. Hasta 1965, la producción industrial era cinco veces mayor que la anterior a la guerra.
En la RDA se logró poner al servicio del estado los principales medios de producción, en la agricultura, se aplicó el método leninista de las cooperativas y las grandes haciendas colectivas, se eliminó a la burguesía y los terratenientes, siendo este un paso decisivo para lograr la industrialización.
Por otra parte, en lo referente a la cultura y educación, uno de los principios acordados en el V congreso del PSUA decía: «Cuanto mejor comprendan todos los trabajadores la superioridad del socialismo sobre el capitalismo, la rectitud de la perspectiva socialista y del papel histórico de la República Democrática Alemana..., tanto más conscientemente participarán en el cumplimiento de las tareas económicas, políticas y culturales señaladas en la edificación socialista. Cuanto mayor sea la conciencia socialista de todos los trabajadores, tanto más acelerado será el desarrollo socialista y tanto mayores serán los éxitos en la economía, la ciencia y la cultura.» Sabemos que el desarrollo de un país hasta tal nivel como el de la RDA hubiera sido imposible sin la profesionalización de los trabajadores. Esto no deja margen a los disparates de los defensores del capitalismo.
El sistema educativo privado fue abolido, quitando así, cualquier traba a la educación del pueblo, se eliminaron las escuelas rurales de una sola aula, que eran las predominantes y se estableció un sólido sistema educativo con sus diversas ramificaciones que permitió la formación de expertos en las distintas áreas que necesitaba el país para la industrialización.
Los programas concebidos para la transformación socialista de las universidades y escuelas superiores fijaron las tendencias de desarrollo de importantes disciplinas e institutos. En la confrontación con las teorías reaccionarias y los conceptos no científicos, venía predominando el marxismo-leninismo en muchas disciplinas, sobre todo en las ciencias sociales. Los nuevos intelectuales, que provenían de la clase obrera, fueron tomando, más y más, funciones de alta responsabilidad. Al mismo tiempo, un creciente número de intelectuales, venidos de los remanentes de las antiguas clases burguesas, muchos de ellos grandes expertos en su materia, pasó por un proceso complicado, superó sus dudas y reservas y terminó participando en la edificación socialista.
En los esfuerzos por una cultura socialista, se crearon obras literarias y de otras artes, que reflejaron estéticamente las tendencias de desarrollo de la época de transición del capitalismo al socialismo. Penetraron profundo y expresaron el complicado proceso de cambio del hombre. Entre ellas había poemas y novelas. La de Bruno Apitz sobre el campo de concentración de Buchenwald, «Desnudo entre lobos», se conoce en muchos países. Además, obras de Johannes R. Becher, Willi Bredel, Jurij Brézan, Luis Fürnberg, Hans Marchwitza, Anna Seghers y Erwin Strittmatter. La nueva generación de escritores socialistas la componen Günter Górlich, Herbert Jobst, Herbert Nachbar, Dieter Noli y otros. El teatro y la dramática de Bertolt Brecht y el teatro musical realista de Walter Felsenstein adquirieron fama en el mundo. En las artes plásticas se destacan las obras de Walter Arnold, Fritz Cremer, sobre todo, su monumento en Buchenwald; Lea Grundig, Rene Graetz, Hans Kies y otros. Paul Dessau, Hanns Eisler, Jean Kurt Forest, Günter Kochan, Ernst Hermann Meyer y otros sobresalieron en la música. A la toma de conciencia socialista hizo un gran aporte el arte cinematográfico de la DEFA, con algunas películas de largo metraje, y con una serie de películas documentales sobre los crímenes nazis y de guerra, y sobre el resurgimiento del militarismo y el revanchismo en la RFA.
El movimiento del trabajo socialista conjunto dio excelentes impulsos a una relación más estrecha entre el arte y el pueblo. Los círculos de aficionados al arte, de obreros con intereses literarios y en otras actividades semejantes, caracterizaron más y más la vida cultural e intelectual. Una expresión del nuevo nivel logrado en la confluencia de artistas profesionales y aficionados y de la participación de los trabajadores en la vida de arte, fueron los Festivales Obreros, que se celebraron, desde 1952, con el auspicio de la Confederación de Sindicatos Libres Alemanes (FDGB).
Todos estos logros, se vieron enturbiados por los sucesos del 1956 en la Urss. El XX congreso del PCUS significó un duro golpe a la consolidación de las ideas Marxista-Leninistas no sólo en la RDA, sino en muchos países de democracia popular. Se impusieron líneas políticas y económicas, bajo amenazas de bloqueo económico; Alemania no resistió los chantajes y se adaptó rápidamente a los designios de los reformistas soviéticos encabezados por Jrhushev y compañía. Sólo ejemplos dignos en Europa Oriental como Albania se negaron a participar en este golpe de estado al Marxismo Leninismo. A pesar de ello, la superioridad con respecto al capitalismo y su modelo de explotación es más que evidente.
Hasta tal punto llegó el desespero de los fascistas occidentales y de sus amos imperialistas, que trataron de frenar por la fuerza de las armas todo este florecimiento de la RDA. La construcción del muro de contención antifascista, fue un hecho justificado y necesario que ha pasado a la historia como un acto de dignidad y soberanía de un pueblo amenazado por los intereses asesinos y genocidas de la OTAN.
Sabemos que pocos izquierdistas, socialistas y progresistas se han pronunciado en nuestro país con respecto a este tema, en primer lugar, porque jamás lo han abordado desde un punto de vista científico, sino por medio de la propaganda burguesa, este fue el caso del engendro llamado “YVKE mundial” que mostró su compromiso con las clases dominantes. No pretendemos, naturalmente que esta sea la última palabra sobre el muro de contención antifascista, al menos nos proponemos ayudar a que los trabajadores, estudiantes y demás sectores revolucionarios se quiten de la cabeza el cliché burgués del “perverso muro” y profundicen en los hechos de manera objetiva, solo como lo sabemos hacer los revolucionarios marxista leninistas.