Jacques Vergès: "En Siria, hay que defender el régimen actual."
Traducido por Unión Proletaria
Infatigable defensor, judicial y político, de los resistentes al Nuevo Orden mundial, Jacques Vergès*, que hemos visto recientemente junto con Roland Dumas en una Trípoli bombardeada, nos ofrece sus impresiones sobre lo que ocurre o podría ocurrir en Siria. Un análisis sin concesiones de la deriva moral y geopolítica de un Occidente americano-centrista y un optimismo razonado sobre la evolución de la situación, en Siria y en otros lugares.
- Para empezar, ¿cuál es su análisis de la situación en Siria?
- Jacques Vergès: Claramente, hay un intento por desestabilizar Siria desde el exterior. En este país, Arabia Saudí está operando a través de los grupos salafistas que inspira y financia. Y por supuesto, los Estados Unidos están supervisando este esbozo de guerra civil. Israel, Estado fronterizo y enemigo de Siria, que dispone de servicios de información y de inteligencia bastante eficaces, también está implicado en mi opinión. Y no olvidaría tampoco el papel protagónico que juega Francia, en el plano diplomático, para desacreditar y aislar al régimen sirio.
No estoy negando con ello que exista problemas sociales en Siria. Francia también tiene graves problemas sociales e incluso se podría decir que la sociedad francesa esta confrontada a un cierto número de impasses. Pero los enemigos interiores y exteriores de Siria hacen todo lo posible para añadir leña al fuego. En lo que a mí respecta, soy claramente un amigo de Siria tal como es ahora.
- ¿Cuáles son, según usted, los motivos de la actitud de Nicolás Sarkozy en este asunto?
- J.V.: En el plano estrictamente ideológico, está el innegable filosionismo y filoamericanismo de este presidente, que sueña con ser el mejor alumno europeo, o el primero en igualar al británico David Cameron, de la "clase OTAN". Y aquí tocamos un aspecto más personal y psicológico del personaje: su deseo patético de auparse al estatuto de hombre de Estado que juega en el "patio de los grandes" de este mundo, un estatuto que una amplia mayoría de la opinión pública francesa parece negarle hoy. Y luego hay toda una serie de fracasos internos - económicos o en materia de seguridad - que se trata de hacer olvidar a los electores mediante demostraciones de mecánica guerrera; es un recurso tan viejo como el mundo político mismo.
Luego está el triste balance de la diplomacia francesa con respecto a la primavera árabe, tunecina y egipcia: desde el ministro Fillon pasando sus vacaciones con los gastos pagados por Mubarak, hasta Michelle Alliot-Marie ofreciéndole a Ben Alí la experiencia francesa en materia de represión policial. Aquí hay muchas cosas que hacer olvidar, lo antes posible. Y ello da como resultado esta inconfesada guerra contra Gaddafi, decidida a última hora y sin objetivos políticos claros, por mera exigencia de Bernard-Henri Lévy, despreciando a los ministros Alain Juppé y Gérard Longuet. Una política aventurera, abocada al caos y al derroche en vidas humanas y riquezas. Y que ya es un fracaso, como la guerra de Afganistán: Gaddafi resiste, menos por su armamento superior que por el apoyo del que sigue gozando en una amplia parte de la población libia, y también porque los opositores financiados a precio de oro por los occidentales dan cada día muestras de su vacuidad, no sólo en lo militar sino también en lo político. Frente a esta resistencia, los medios de comunicación vuelven a sacar las cantinelas de la guerra psicológica: ¿habéis oído esta "pintoresca" noticia difundida por nuestras televisiones? ¡Gaddafi habría distribuido viagra a sus soldados para incitarlos a violar a las mujeres de los rebeldes! Cuando uno se ve reducido a este tipo de propaganda, es que las cosas deben ir realmente mal...
- Para usted, la acción occidental, tanto en Libia como en Siria, es, de alguna manera, improvisada, mal reflexionada, abocada al fracaso. No obstante, uno esperaría de la administración estadounidense y de la OTAN que no fueran unos aficionados...
- J.V.: Pero vea el despilfarro perpetrado por los americanos en Irak desde hace ya casi diez años: lanzaron una guerra bajo pretextos baratos para derrocar a Saddam Hussein, un "duro" del campo árabe frente a Israel. Y tras innumerables víctimas, y una gigantesca destrucción, le han dado el poder a la mayoría chiíta, en otras palabras, a Irán, su enemigo nº1. ¿Es ésta una demostración de geopolítica a lo grande? ¡Cualquier analista o conocedor de la región habría podido predecir este resultado ante Bush y su camarilla neo-conservadora! Esta situación absurda ha inspirado en el gran intelectual Noam Chomsky la siguiente boutade: "¡Creía que habíamos ido a Irak para luchar contra el fanatismo islamista, y lo hemos colocado en el poder!" Pues bien, ocurre lo mismo en Libia: están desplegando toda la artillería contra Gaddafi, que no obstante se había acercado a Occidente - y que antaño, Sarkozy había recibido con la consideración que ya sabemos - y no tienen más solución de recambio que unos inútiles, impotentes e infiltrados desde fuera por islamistas radicales, que a lo sumo no representan más que la región de Cirenaica - e incluso allí su representatividad me parece cuanto menos frágil. ¿Y acaso la "determinación" francesa - o inglesa - resistirá al primer helicóptero, o a los primeros comandos terrestres abatidos?
En cuanto a Siria, si los americanos y sus amigos saudíes lograran derrocar el régimen de Bashar al-Assad, entregarían ipso facto al país a unos sectarios sunitas que gobernarían este moderno país al estilo de Ryad, lo cual, a la larga, tendría graves consecuencias para Israel y sus protectores americanos. Con todo esto, sigo siendo optimista, para Siria e incluso para Libia. La mayoría del pueblo sirio sabe que es la guerra civil, y la destrucción de su país, lo que les traerían los opositores oficiales, que son más o menos unas marionetas de los americanos, así como los grupos armados infiltrados sobre el terreno. Los sirios no quieren que su país se convierta en un nuevo Irak.
- ¿Y si el objetivo de los americanos y sus adláteres europeos y árabes fuera, precisamente, a falta de controlar Siria y poder destruirla, hacerla retroceder medio siglo, o más, hacia atrás, como se han vanagloriado algunos estrategas estadounidenses de haber hecho con Irak?
- J.V.: Pero precisamente, el ejemplo irakí nos muestra que ésta es una política a corto plazo, y peligrosa para los intereses geoestratégicos de Washington: Irak nunca ha sido tan próximo a Irán como hoy. Y la creación de un Estado autónomo kurdo en el norte del país ha contribuido a que Turquía se aleje de los Estados Unidos. ¡No se gana nada creando situaciones incontrolables, el caos que tú creas siempre acaba explotándote a la cara como un boomerang político! ¿Y qué habrá ganado Miss Clinton cuando haya djihadistas desfilando en las calles de Trípoli, después de las de Benghazi? Por lo que respecta a Siria, creo que el apoyo del que sigue gozando el poder de Bashar al-Assad sigue siendo el obstáculo más eficaz contra las maniobras americano-israelo-saudíes.
- ¿Entonces, tanto en Siria como en otros lugares, Occidente practica la huida hacia adelante, la política de ir tapando agujeros día a día?
- J.V.: Exactamente. Porque Occidente está enfermo. Económicamente. Políticamente. Y sobre todo moralmente. Para mí, estas costosas gesticulaciones militares, de Kabul a Trípoli pasando por Badgad, por no decir Damasco, son comparables a los espasmos de un ser agonizante. Los Estados Unidos, notablemente, están muy enfermos, por su economía arruinada, por su deuda colosal, por su dólar convertido en una moneda de Monopoly, por sus fraudes gigantescos a lo Madoff. Y también por la llegada sobre el "mercado geopolítico" de potencias emergentes, o re-emergentes, como Rusia, China, India, Brasil. Para mantener una apariencia de legitimidad moral y política, y por tanto un liderazgo mundial, se fabrica un enemigo, un "Gran Satán" como dicen los iraníes, para hacer olvidar a las opiniones públicas internas la inminente quiebra. ¿Pero qué crédito moral concederle a potencias que practican permanentemente el "dos varas, dos medidas"? Por ejemplo, en Oriente Medio, se bombardea Trípoli y se amenaza a Damasco, cuando se está dejando que Israel continúe, pese a las repetidas resoluciones de la ONU, la colonización y la represión sangrienta, cuando se deja que las tropas saudíes repriman un movimiento popular de protesta en Bahrein, otro peón americano en el Golfo. Se estigmatiza el fanatismo iraní, cuando se está apoyando a la Arabia Saudí teocrática, que practica la forma más sectaria y oscurantista del Islam. También podría hablar largo y tendido sobre Costa de Marfil, donde Francia, haciendo realidad el deseo americano, ha decretado que Alassane Ouattara era el buen demócrata de la película, y Laurent Gbagbo el malo, mientras que la ONU ha dado fe de las numerosas exacciones cometidas por las tropas de Ouattara contra la población civil, y del clima de terror que han instaurado en su feudo del norte, durante aquellas famosas elecciones presidenciales. ¡Y si nos argumentan que el Sr. Ouattara no controla sus tropas, entonces, sencillamente, es que es un inútil!
Vuelvo a insistir, estas expediciones coloniales en África y Próximo Oriente - después de todo las dos antiguas potencias coloniales, Francia y Reino Unido, están en primera línea militar y diplomática en África del Norte y en el antiguo Levante - son la prueba de la mala salud de sus instigadores. ¿América está enferma? ¡Y Francia también! El asunto DSK ilustra muy bien, para mí, la crisis moral y política de las élites social-liberales, desgastadas y corrompidas; y esta crisis moral se añade a la crisis de las instituciones y la de la economía, sin olvidar la falta de seguridad: ¡todo el mundo ve como el Estado francés, que bombardea Trípoli, es incapaz de hacer entrar en razón a los cabecillas de las bandas de los suburbios! ¡Que no nos sorprenda entonces que un presidente como Sarkozy, último avatar de esta casta gobernante, quiera hacerse una nueva virginidad y una nueva estatura a costa de los libios y los sirios! ¡Es una impostura! ¡Impostura y espasmos de un ser moribundo! ¡Occidente podría palmarla por su cinismo y su crisis moral!
- Para terminar, ¿usted se muestra más bien optimista con respecto a la evolución de la situación en esos países de la "línea de frente"?
- J.V.: Sí. Los americanos y sus secuaces pueden hacer bastante daño - lo vemos en Libia, en Afganistán, o incluso en Sudán, lo hemos visto en Irak y en la ex-Yugoslavia. Pero no creo que puedan imponerse sobre pueblos y naciones enteras: lo vemos, o lo veremos, en Siria, en Libia, en Egipto, en el Líbano y en Palestina. En Siria, hay que estar vigilante ante las maniobras de desestabilización y las operaciones de desinformación.
- Maestro Vergès, ¡muchas gracias!
Entrevista realizada por Louis Denghien el 9 de junio
Fuente: http://www.infosyrie.fr/actualite/jacques-verges-en-syrie-il-faut-defendre-letat-actuel/
*Jacques Vergès es un abogado francés de origen vietnamita. Antiguo resistente contra el nazismo y ex-militante maoísta, es conocido por su anticolonialismo furibundo y por defender a figuras políticas de todo tipo y color, algunas de ellas polémicas, como el nazi Klaus Barbie o el negacionista Roger Garaudy, así como a otras famosas figuras como el antiguo Jemer Rojo Khieu Samphan o el izquierdista Ilich Ramírez Sánchez (alias Carlos 'el chacal'). En 2002 se ofreció para representar a Slobodan Milosevic. También ejerció la defensa del presidente marfileño Laurent Gbagbo hasta su arresto. En mayo de 2011 afirmó que estaría dispuesto a defender Muammar al-Gaddafi ante el Tribunal Penal Internacional.
Traducido por Unión Proletaria
Infatigable defensor, judicial y político, de los resistentes al Nuevo Orden mundial, Jacques Vergès*, que hemos visto recientemente junto con Roland Dumas en una Trípoli bombardeada, nos ofrece sus impresiones sobre lo que ocurre o podría ocurrir en Siria. Un análisis sin concesiones de la deriva moral y geopolítica de un Occidente americano-centrista y un optimismo razonado sobre la evolución de la situación, en Siria y en otros lugares.
- Para empezar, ¿cuál es su análisis de la situación en Siria?
- Jacques Vergès: Claramente, hay un intento por desestabilizar Siria desde el exterior. En este país, Arabia Saudí está operando a través de los grupos salafistas que inspira y financia. Y por supuesto, los Estados Unidos están supervisando este esbozo de guerra civil. Israel, Estado fronterizo y enemigo de Siria, que dispone de servicios de información y de inteligencia bastante eficaces, también está implicado en mi opinión. Y no olvidaría tampoco el papel protagónico que juega Francia, en el plano diplomático, para desacreditar y aislar al régimen sirio.
No estoy negando con ello que exista problemas sociales en Siria. Francia también tiene graves problemas sociales e incluso se podría decir que la sociedad francesa esta confrontada a un cierto número de impasses. Pero los enemigos interiores y exteriores de Siria hacen todo lo posible para añadir leña al fuego. En lo que a mí respecta, soy claramente un amigo de Siria tal como es ahora.
- ¿Cuáles son, según usted, los motivos de la actitud de Nicolás Sarkozy en este asunto?
- J.V.: En el plano estrictamente ideológico, está el innegable filosionismo y filoamericanismo de este presidente, que sueña con ser el mejor alumno europeo, o el primero en igualar al británico David Cameron, de la "clase OTAN". Y aquí tocamos un aspecto más personal y psicológico del personaje: su deseo patético de auparse al estatuto de hombre de Estado que juega en el "patio de los grandes" de este mundo, un estatuto que una amplia mayoría de la opinión pública francesa parece negarle hoy. Y luego hay toda una serie de fracasos internos - económicos o en materia de seguridad - que se trata de hacer olvidar a los electores mediante demostraciones de mecánica guerrera; es un recurso tan viejo como el mundo político mismo.
Luego está el triste balance de la diplomacia francesa con respecto a la primavera árabe, tunecina y egipcia: desde el ministro Fillon pasando sus vacaciones con los gastos pagados por Mubarak, hasta Michelle Alliot-Marie ofreciéndole a Ben Alí la experiencia francesa en materia de represión policial. Aquí hay muchas cosas que hacer olvidar, lo antes posible. Y ello da como resultado esta inconfesada guerra contra Gaddafi, decidida a última hora y sin objetivos políticos claros, por mera exigencia de Bernard-Henri Lévy, despreciando a los ministros Alain Juppé y Gérard Longuet. Una política aventurera, abocada al caos y al derroche en vidas humanas y riquezas. Y que ya es un fracaso, como la guerra de Afganistán: Gaddafi resiste, menos por su armamento superior que por el apoyo del que sigue gozando en una amplia parte de la población libia, y también porque los opositores financiados a precio de oro por los occidentales dan cada día muestras de su vacuidad, no sólo en lo militar sino también en lo político. Frente a esta resistencia, los medios de comunicación vuelven a sacar las cantinelas de la guerra psicológica: ¿habéis oído esta "pintoresca" noticia difundida por nuestras televisiones? ¡Gaddafi habría distribuido viagra a sus soldados para incitarlos a violar a las mujeres de los rebeldes! Cuando uno se ve reducido a este tipo de propaganda, es que las cosas deben ir realmente mal...
- Para usted, la acción occidental, tanto en Libia como en Siria, es, de alguna manera, improvisada, mal reflexionada, abocada al fracaso. No obstante, uno esperaría de la administración estadounidense y de la OTAN que no fueran unos aficionados...
- J.V.: Pero vea el despilfarro perpetrado por los americanos en Irak desde hace ya casi diez años: lanzaron una guerra bajo pretextos baratos para derrocar a Saddam Hussein, un "duro" del campo árabe frente a Israel. Y tras innumerables víctimas, y una gigantesca destrucción, le han dado el poder a la mayoría chiíta, en otras palabras, a Irán, su enemigo nº1. ¿Es ésta una demostración de geopolítica a lo grande? ¡Cualquier analista o conocedor de la región habría podido predecir este resultado ante Bush y su camarilla neo-conservadora! Esta situación absurda ha inspirado en el gran intelectual Noam Chomsky la siguiente boutade: "¡Creía que habíamos ido a Irak para luchar contra el fanatismo islamista, y lo hemos colocado en el poder!" Pues bien, ocurre lo mismo en Libia: están desplegando toda la artillería contra Gaddafi, que no obstante se había acercado a Occidente - y que antaño, Sarkozy había recibido con la consideración que ya sabemos - y no tienen más solución de recambio que unos inútiles, impotentes e infiltrados desde fuera por islamistas radicales, que a lo sumo no representan más que la región de Cirenaica - e incluso allí su representatividad me parece cuanto menos frágil. ¿Y acaso la "determinación" francesa - o inglesa - resistirá al primer helicóptero, o a los primeros comandos terrestres abatidos?
En cuanto a Siria, si los americanos y sus amigos saudíes lograran derrocar el régimen de Bashar al-Assad, entregarían ipso facto al país a unos sectarios sunitas que gobernarían este moderno país al estilo de Ryad, lo cual, a la larga, tendría graves consecuencias para Israel y sus protectores americanos. Con todo esto, sigo siendo optimista, para Siria e incluso para Libia. La mayoría del pueblo sirio sabe que es la guerra civil, y la destrucción de su país, lo que les traerían los opositores oficiales, que son más o menos unas marionetas de los americanos, así como los grupos armados infiltrados sobre el terreno. Los sirios no quieren que su país se convierta en un nuevo Irak.
- ¿Y si el objetivo de los americanos y sus adláteres europeos y árabes fuera, precisamente, a falta de controlar Siria y poder destruirla, hacerla retroceder medio siglo, o más, hacia atrás, como se han vanagloriado algunos estrategas estadounidenses de haber hecho con Irak?
- J.V.: Pero precisamente, el ejemplo irakí nos muestra que ésta es una política a corto plazo, y peligrosa para los intereses geoestratégicos de Washington: Irak nunca ha sido tan próximo a Irán como hoy. Y la creación de un Estado autónomo kurdo en el norte del país ha contribuido a que Turquía se aleje de los Estados Unidos. ¡No se gana nada creando situaciones incontrolables, el caos que tú creas siempre acaba explotándote a la cara como un boomerang político! ¿Y qué habrá ganado Miss Clinton cuando haya djihadistas desfilando en las calles de Trípoli, después de las de Benghazi? Por lo que respecta a Siria, creo que el apoyo del que sigue gozando el poder de Bashar al-Assad sigue siendo el obstáculo más eficaz contra las maniobras americano-israelo-saudíes.
- ¿Entonces, tanto en Siria como en otros lugares, Occidente practica la huida hacia adelante, la política de ir tapando agujeros día a día?
- J.V.: Exactamente. Porque Occidente está enfermo. Económicamente. Políticamente. Y sobre todo moralmente. Para mí, estas costosas gesticulaciones militares, de Kabul a Trípoli pasando por Badgad, por no decir Damasco, son comparables a los espasmos de un ser agonizante. Los Estados Unidos, notablemente, están muy enfermos, por su economía arruinada, por su deuda colosal, por su dólar convertido en una moneda de Monopoly, por sus fraudes gigantescos a lo Madoff. Y también por la llegada sobre el "mercado geopolítico" de potencias emergentes, o re-emergentes, como Rusia, China, India, Brasil. Para mantener una apariencia de legitimidad moral y política, y por tanto un liderazgo mundial, se fabrica un enemigo, un "Gran Satán" como dicen los iraníes, para hacer olvidar a las opiniones públicas internas la inminente quiebra. ¿Pero qué crédito moral concederle a potencias que practican permanentemente el "dos varas, dos medidas"? Por ejemplo, en Oriente Medio, se bombardea Trípoli y se amenaza a Damasco, cuando se está dejando que Israel continúe, pese a las repetidas resoluciones de la ONU, la colonización y la represión sangrienta, cuando se deja que las tropas saudíes repriman un movimiento popular de protesta en Bahrein, otro peón americano en el Golfo. Se estigmatiza el fanatismo iraní, cuando se está apoyando a la Arabia Saudí teocrática, que practica la forma más sectaria y oscurantista del Islam. También podría hablar largo y tendido sobre Costa de Marfil, donde Francia, haciendo realidad el deseo americano, ha decretado que Alassane Ouattara era el buen demócrata de la película, y Laurent Gbagbo el malo, mientras que la ONU ha dado fe de las numerosas exacciones cometidas por las tropas de Ouattara contra la población civil, y del clima de terror que han instaurado en su feudo del norte, durante aquellas famosas elecciones presidenciales. ¡Y si nos argumentan que el Sr. Ouattara no controla sus tropas, entonces, sencillamente, es que es un inútil!
Vuelvo a insistir, estas expediciones coloniales en África y Próximo Oriente - después de todo las dos antiguas potencias coloniales, Francia y Reino Unido, están en primera línea militar y diplomática en África del Norte y en el antiguo Levante - son la prueba de la mala salud de sus instigadores. ¿América está enferma? ¡Y Francia también! El asunto DSK ilustra muy bien, para mí, la crisis moral y política de las élites social-liberales, desgastadas y corrompidas; y esta crisis moral se añade a la crisis de las instituciones y la de la economía, sin olvidar la falta de seguridad: ¡todo el mundo ve como el Estado francés, que bombardea Trípoli, es incapaz de hacer entrar en razón a los cabecillas de las bandas de los suburbios! ¡Que no nos sorprenda entonces que un presidente como Sarkozy, último avatar de esta casta gobernante, quiera hacerse una nueva virginidad y una nueva estatura a costa de los libios y los sirios! ¡Es una impostura! ¡Impostura y espasmos de un ser moribundo! ¡Occidente podría palmarla por su cinismo y su crisis moral!
- Para terminar, ¿usted se muestra más bien optimista con respecto a la evolución de la situación en esos países de la "línea de frente"?
- J.V.: Sí. Los americanos y sus secuaces pueden hacer bastante daño - lo vemos en Libia, en Afganistán, o incluso en Sudán, lo hemos visto en Irak y en la ex-Yugoslavia. Pero no creo que puedan imponerse sobre pueblos y naciones enteras: lo vemos, o lo veremos, en Siria, en Libia, en Egipto, en el Líbano y en Palestina. En Siria, hay que estar vigilante ante las maniobras de desestabilización y las operaciones de desinformación.
- Maestro Vergès, ¡muchas gracias!
Entrevista realizada por Louis Denghien el 9 de junio
Fuente: http://www.infosyrie.fr/actualite/jacques-verges-en-syrie-il-faut-defendre-letat-actuel/
*Jacques Vergès es un abogado francés de origen vietnamita. Antiguo resistente contra el nazismo y ex-militante maoísta, es conocido por su anticolonialismo furibundo y por defender a figuras políticas de todo tipo y color, algunas de ellas polémicas, como el nazi Klaus Barbie o el negacionista Roger Garaudy, así como a otras famosas figuras como el antiguo Jemer Rojo Khieu Samphan o el izquierdista Ilich Ramírez Sánchez (alias Carlos 'el chacal'). En 2002 se ofreció para representar a Slobodan Milosevic. También ejerció la defensa del presidente marfileño Laurent Gbagbo hasta su arresto. En mayo de 2011 afirmó que estaría dispuesto a defender Muammar al-Gaddafi ante el Tribunal Penal Internacional.