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    "Segunda Guerra Mundial: los japoneses invaden Europa" - la unidad más condecorada en la historia del Ejército de los EEUU

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    pedrocasca
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    Mensaje por pedrocasca Sáb Ene 28, 2012 5:59 pm

    Segunda Guerra Mundial: los japoneses invaden Europa

    resumen realizado sobre textos publicados en el Foro de Historia militar y en la web argentina Taringa

    En los días siguientes al bombardeo de Pearl Harbour se presentaron en las oficinas de reclutamiento de Hawaii unos 12.500 japoneses, en su mayoría ciudadanos ya nacidos en Estados Unidos y muchos de ellos miembros de la Guardia Nacional. Deseaban más que ninguna otra cosa ser destinados a la lucha contra Japón, pero el Ejército dudaba de qué hacer con ellos. Al cabo se decidió integrarlos en un contingente exclusivamente formado por nipoamericanos para ser empleado en Europa como unidad de retaguardia.

    El 5 de junio de 1942 se creó el Batallón Provisional Hawaiano con los japoneses-americanos que habían prestado servicio en la Guardia Nacional. Se daba la paradoja de que mientras sus familiares eran internados en campos de concentración y sufrían todo tipo de desprecios a su condición de ciudadanos estadounidenses, ellos vestían uniformes del Ejército y estaban prestos y decididos a luchar contra Japón.

    Fueron embarcados de inmediato hacia San Diego, donde se les incorporaron japoneses de California y el 12 de junio de 1942 la unidad cambió su nombre por el de 100º Batallón de Infantería (embrión de lo que llegaría a ser el 442 Regimental Combat Team o 442 RCT). Recibieron un largo entrenamiento en Camp Shelby, Mississipi. Quizá el Ejército esperaba detectar entre ellos signos de deslealtad o de duda antes de llegar al combate y el adiestramiento se dilató más que en ninguna otra unidad. El 1 de febrero de 1943 fue activado el 100º Batallón de Infantería: 1.432 hombres bajo el mando del coronel Farrant L. Turner, con oficiales de compañía todos de origen japonés. Otros 2.686 nipoamericanos siguieron con su entrenamiento militar para ir integrándose en el 100º Batallón de Infantería.

    Siguiendo la tradición del Ejército norteamericano, el lema elegido por los soldados fue: “Go for broke”, una expresión usada en los juegos de cartas de Hawaii para indicar una apuesta de órdago, importante, que se podría traducir como: ir a por todas o jugársela del todo o ir a muerte.

    El 100º Batallón de Infantería fue destinado a Argelia, ya liberada, con el propósito de emplearlo en rutinarias tareas de retaguardia: vigilancia de instalaciones militares, protección de convoyes de suministros, vigilancia de campos de prisioneros ... El coronel Turner removió cielo y tierra para que su unidad fuera enviada a primera línea, y sus ruegos no cayeron en oídos sordos. En Italia el avance era ralentizado por la tenaz resistencia alemana. Las bajas se multiplicaban por los duros combates y por las enfermedades. Hacían falta refuerzos, y el 100º Batallón se incorporó a la 34 División de Infantería (la Red Bull Division), una de las cinco divisiones de refresco enviadas al frente sureuropeo.

    El 26 de septiembre de 1943 los japoneses desembarcaron en Salerno y ya al día siguiente entraron en contacto con el enemigo. La noche del 18 al 19 de octubre la Red Bull Division tomó parte en el cruce del río Volturno, donde el 100º Batallón se dio de bruces con el 29 Regimiento Panzer Grenadier, que mantenía posiciones bien atrincheradas y protegidas con campos de minas y carros de combate. El soldado Masao Awakuni fue el primer japonés-estadounidense en destruir un carro de combate alemán (más adelante se confirmaría como un excelente servidor de bazooka, siendo condecorado en varias ocasiones.)

    Cinco días duró el choque entre japoneses y alemanes, y aunque el 100º Batallón se desempeñó bien, en conjunto el cruce del Volturno resultó infructuoso, aunque se intentó varias veces más.

    El 100º Batallón participó en los combates por Montecassino. El coraje de los soldados japoneses en combate les hizo acreedores del sobrenombre de “el batallón del corazón púrpura” por el elevado número de bajas que sufrieron. En febrero de 1944 sus efectivos se habían reducido a 521 hombres y tuvieron que recibir refuerzos de Camp Shelby.

    El 26 de Marzo, con Montecassino todavía en manos alemanas, la Red Bull Division fue enviada a la cabeza de playa de Anzio, donde desde el 22 de enero se libraban enconados combates, aunque en este sector los atacantes eran los alemanes, empeñados en aniquilar a las tropas desembarcadas para desanimar a los aliados a realizar futuros desembarcos. Allí lucharon los japoneses hasta la ruptura del cerco el 25 de mayo, cuando el 5º Ejército americano enlazó con las fuerzas de la cabeza de playa. Con los alemanes en retirada, la Red Bull Division participó en la veloz marcha hacia el norte, en dirección a Roma. La última línea de defensiva antes de llegar a la capital italiana la plantaron los alemanes entre Lanuvia y La Torretto. Fueron necesarias 36 horas de encarnizados combates para superarla y en la lucha participó el 100º Batallón con tal esmero que seis soldados japoneses recibieron la Cruz de Servicios Distinguidos por esta batalla. El camino a Roma quedaba abierto.

    El día 4 de junio de 1944 los aliados entraron en Roma, pero la Red Bull Division no participó en la entrada triunfal. Se le ordenó detenerse el día antes a 11 km de la ciudad y un día después, a las diez de las noche, cruzaron en camión Roma sin detenerse, para tomar el puerto de Civitavecchia.

    Se ha escrito que el trato que el general Clark dispensó a la Red Bull Division se debía a la existencia del batallón japonés. Clark, como cualquier general usamericano que se precie, quería disfrutar de sus quince minutos de gloria realizando una solemne entrada en Roma. Sabía que en cuanto llegara el inminente día D se sumiría en el olvido el frente italiano y quería ganar notoriedad antes de que se eclipsara su relevancia pública. La imagen de unos menudos soldados asiáticos sucios y desarrapados tras semanas de combates ininterrumpidos, no encajaba bien en la foto de su momento triunfal.

    A mediados de junio el 100º Batallón de Infantería abandonó la Red Bull Division y se incorporó al 442 RCT, integrado por distintas unidades todas ellas de oficiales y tropa de origen japonés. A lo largo del mes de julio tomaron las poblaciones de Belvedere, Luciana y Livorno en medio de duros y encarnizados combates y en agosto de 1944 fueron destinados a Francia para participar en el avance a través de los Vosgos. Se le asignó como objetivo la conquista de la ciudad de Bruyeres, que los japoneses tuvieron que tomar casa por casa y que tras sufrir cuantiosas bajas les mereció distintos reconocimientos militares y periodísticos.

    En este sector los soldados japoneses del Ejército americano libraron en octubre de 1944 la más famosa de sus batallas. En el valle entre Biffontaine y La Houssiere, un área boscosa de vegetación densa y tupida, había quedado cercado por los alemanes el batallón nº 1 del 141 Regimiento de Infantería (antigua Guardia Nacional de Texas). El mando alemán empeñó un número importante de tropas intentando evitar la liberación de estos soldados norteamericanos y todos los esfuerzos realizados no consiguieron más que sufrir un importantísimo número de bajas.

    Al 442 RCT se le ordenó rescatar al que ya se conocía como el Batallón Perdido. El 27 de octubre inició su avance sobre Biffontaine en un difícil terreno en el que cada arbusto y cada matorral debía ser examinado antes de dejarlo atrás, mientras se soportaban ataques esporádicos de expertos francotiradores y morteros. Al anochecer del día 28 habían avanzado sólo 1500 metros bajo el frío cortante y la lluvia helada. El día 29 el avance fue cortado en seco ante una posición extraordinariamente bien protegida en una pequeña colina ante la que no hubo otra táctica que no fuera el asalto frontal. Se dio la orden de calar la bayoneta y cargar contra las ametralladoras alemanas, y los japoneses la cumplieron sin titubear al estilo de la Primera Guerra mundial. Las bajas fueron muy numerosas, los hombres caían con profusión, pero la carga continuó con tal ímpetu durante horas que venció la moral de los alemanes que no pudieron soportar el ver correr hacia ellos una multitud vociferante de japoneses a los que no parecían importar las numerosísimas bajas. Abandonaron sus posiciones y emprendieron la huida de manera tan precipitada que la siguiente posición había quedado desprotegida y los japoneses se tomaron la revancha, causando a los alemanes 100 muertos y tomándoles 55 prisioneros.

    A las 15 horas del 30 de octubre, tras cuatro días de combate en el bosque, al fin una avanzadilla conducida por el sargento Takeo Senzaki entró en contacto con “el Batallón Perdido". La operación de rescate costó más bajas que el número de soldados que fueron liberados del cerco, porque para rescatar a 221 soldados el 442 RCT sufrió más de 800 bajas. Los japoneses ya no participaron en combates de gran importancia y fueron destinados de nuevo a Italia.

    El 442 RCT fue una de las más abnegadas y sacrificadas unidades de combate; lucharon con valor y coraje y se convirtió en una cuestión de honor para ellos demostrar que a pesar de sus orígenes, eran usamericanos de corazón y pensamiento. Es la unidad del Ejército norteamericano más condecorada de la historia: recibieron más de 18000 condecoraciones individuales, además de ocho citaciones presidenciales para el conjunto de la unidad. Sólo el Batallón 100º, con apenas una dotación regular de un millar de efectivos, recibió una medalla de Honor del Congreso, 52 cruces de Servicios distinguidos, 560 estrellas de Plata, 4000 estrellas de bronce y 9486 corazones Púrpura.

    A pesar de todo lo anterior, los familiares de los soldados nipoamericanos continuaron en campos de concentración hasta el fin de la Guerra mundial y al volver a los EE. UU., se encontraron con claras muestras de racismo y desprecio (con frecuencia comercios y bares colocaban en las puertas letreros de “no se admiten japos” y no se les atendía ni se les daba trabajo) e incluso hay constancia de soldados agredidos al volver a sus pueblos de origen, en donde llegaron a encontrar su casa saqueada o quemada.

    El presidente Harry S. Truman hizó en 1946 algunos gestos de cara a los medios de comunicación para intentar vencer la hostilidad hacia los japoneses-norteamericanos, pero tuvo poco éxito la iniciativa y persistió largo tiempo el rechazo a los nipones, de manera tal que el destacado papel del 442 RCT en la guerra quedó sepultado en el olvido a los ojos de sus conciudadanos.








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    Mensaje por sego Sáb Ene 28, 2012 8:56 pm

    Los japoneses siempre han sido un pueblo con un gran espiritu.

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