Erazmo, ya hace tiempo perdí las esperanzas en que varios del foro aportaran y ojalá se formaran superando el dogmatismo estalinista en el cual se han formado, pero el desierto de la realidad ha mostrado que en realidad mientras más se ataca más se aferran a las antiguas concepciones y crean todo tipo de hipótesis ad hoc y excusas para seguir en lo suyo justificando y haciendo apología de los injustificable.
Yo no soy dogmático, aún espero que me demuestres los dogmas que mantengo, de sectario tampoco, no planeo tener la verdad ni ser el sabelotodo como algunos en el foro que creen que pueden opinar de cualquier tema y además insultar a los que los rebaten, no daré nombres, pero Usted debería saber quiénes son. Además cuando me he equivacado lo he reconocido, no le pido que siga todos mis mensajes para que se dé cuenta. Ahora, cuando algunos foreros plantean cosas que en mi opinión están completamente equivocadas y las rebato y luego vuelven con lo mismo, o varios sostienen lo mismo pues es parte de la tradición estalinista ¿debo aceptar aquello sólo porque una mayoría relativa lo sostiene y lo afirma y recontraafirma? ¿es eso ser sectario?
Ahora, sí, lo reconozco, me gusta provocar a los más duros, y he dejado esa advertencia provocadora, para que después no aparezcan las sorpresas con descalificaciones contra Lukács que lo tratan de cualquier cosa (véase al sabelotodo Demofilo), así quien no quiera leerlo, no lo leerá. Si algunos se plantan en sus trece y no quieren ser movidos, ese ya no es mi problema, luego a uno lo tratan de fascista y agente del imperialismo por tratar de cambiar eso.
Ahora he aquí algunos extractos del Prólogo, para que después no diga que soy sectario o dogmático, creo que Lukács es lo suficientemente hiriente en contra del estalinismo como para que algunos del foro lo acepten como lectura.
La causa principal del retraso en la aparición de esta obra (diez años después de su redacción) fue la "nueva concepción" de la filosofía hegeliana formulada durante la guerra por Zhdanov. Como parte de la propaganda de guerra groseramente simplificadora producida durante el periodo de Stalin, se decidió por decreto que Hegel había sido un representante de la reacción feudal contra la Revolución Francesa. Esa concepción coincidía además ampliamente con la vulgarización general propia de la tendencia dominante en dicho periodo. La definición del socialismo se determinó en todas las ciencias sociales por la característica de "novedad absoluta" respecto de todas las formaciones anteriores; el descubrimiento de precedentes históricos y correspondencias temáticas objetivas se consideró, por tanto, "objetivismo", violación del "partidismo" staliniano. Como consecuecnia de todo ello -y a diferencia de lo que ocurría con Marx, Engels y Lenin- no se admitía ya entre Hegel y Marx más que una contraposición excluyente.
Como frecuentemente ocurre en nuestro presente, esa concepción tiene estrechos puntos de contacto con la burguesa y concervadora. Y ello no es casual. Por motivos diversos, ambas concepciones tienen el interés en negar toda conexión metodológica o material entre Hegel y Marx. Los dogmáticos de la escuela de Stalin lo hacen porque vieron el peligro que el descubrimiento de una génesis histórica significaba para la "novedad" absoluta del "marxismo-leninismo" desfigurado por Stalin; los historiadores burgueses y concervadores de la filosofía, por coherencia con su esfuerzo por mantener a Marx aislado a toda costa del desarrollo intelectual rector del presente...
...Los dogmáticos de la escuela staliniana discuten la importancia filosófica del joven Marx; en esto llegan incluso tan lejos que la nueva edición completa de Marx y Engels no contiene, o sólo contiene, en antología parcial, importantísimos escritos de ese periodo... En los dos casos, se desgarra y destruye mecanicistamente la conexión orgánica del desarrollo del desarrollo de Marx...
...La derrota, en última instancia inevitable, del dogmatismo staliniano, el renacimiento del método marxista que seguirá a ella en cuanto queden definitivamente superadas las deformaciones y las lagunas de los últimos decenios y se reestablezca el método marxistaen su pureza y su adecuación a los tiempos, será sin duda también la victoria sobre el neopositivismo (György Lukács, Prólogo a la Edición en Español)