En una sociedad basada en el individualismo, donde se valora la calidad de las personas en base al nivel económico, la estrategia de la poderosa burguesía es clara: crear división entre las propias clases laboriosas , con el objetivo de distorsionar la conciencia de las clases populares. Esta situación crea a su vez diferencias basadas en el más cruel racismo, xenofobia o machismo, valores negativos que se esconden tras un discreto caparazón democrático y que impiden el desarrollo de los derechos civiles y humanos del pueblo.
Sabemos que la mujer es un ser libre e independiente, que debe desarrollarse en todas las facetas sociales y económicas al mismo nivel que el hombre. No podemos ignorar el imprescindible trabajo que las mujeres realizan en nuestra sociedad, y debemos aunar esfuerzos en aras de la eliminación de todas aquellas diferencias fundamentadas en estúpidos prejuicios provocados por los diferentes sistemas de explotación y esclavitud que han sometido a la clase trabajadora a lo largo de la Historia.
La mujer trabajadora lo tiene todo para tomar conciencia de su situación, para rebelarse contra una sociedad que oprime sus más fundamentales derechos. El capitalismo, basado en su propio sinsentido, dota a los trabajadores de esa percepción de la realidad que desvela la propia destrucción del sistema. No en vano, Engels usaba como ejemplo la opresión del hombre sobre la mujer para explicar la dominación de clase y las relaciones de explotación entre proletariado y burguesía.
Desde la FJCE queremos hacer un pequeño homenaje a todas aquellas mujeres que han luchado por su emancipación y la consecución de sus más importantes derechos. Luchadoras, y también luchadores, que en una sociedad que nos mantiene en circunstancias adversas han sabido alzar su voz en defensa de un sujeto imprescindible en nuestra sociedad como es la mujer trabajadora. Davis, Zetkin, Beauvoir, Tristán... y otras tantísimas personas que dieron su vida en la lucha por la justicia y la libertad, valores legítimos que ensalzan la dignidad humana.
Así mismo, hacemos un llamamiento a todas las mujeres para que comprendan que la única salida posible que conducirá a las condiciones idóneas para su autonomía en todas los aspectos reside en el cambio estructural de la sociedad, en la evolución social y humana, en la edificación del socialismo. Está claro, la emancipación total de la mujer y su consecuente desarrollo en libertad, llegará con la destrucción de un sistema que oprime y convierte en antagónicas las posiciones entre hombres y mujeres; sujetos revolucionarios que están obligados a trabajar codo con codo en la construcción de una sociedad justa, donde desaparezca la explotación del hombre por el hombre. La homogeneidad en el trato entre sexos llegará cuando nuestra sociedad esté libre de prejuicios y concepciones basadas en un modo de producción codicioso y capaz de llevar a la humanidad a la más atroz ruina.
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Sabemos que la mujer es un ser libre e independiente, que debe desarrollarse en todas las facetas sociales y económicas al mismo nivel que el hombre. No podemos ignorar el imprescindible trabajo que las mujeres realizan en nuestra sociedad, y debemos aunar esfuerzos en aras de la eliminación de todas aquellas diferencias fundamentadas en estúpidos prejuicios provocados por los diferentes sistemas de explotación y esclavitud que han sometido a la clase trabajadora a lo largo de la Historia.
La mujer trabajadora lo tiene todo para tomar conciencia de su situación, para rebelarse contra una sociedad que oprime sus más fundamentales derechos. El capitalismo, basado en su propio sinsentido, dota a los trabajadores de esa percepción de la realidad que desvela la propia destrucción del sistema. No en vano, Engels usaba como ejemplo la opresión del hombre sobre la mujer para explicar la dominación de clase y las relaciones de explotación entre proletariado y burguesía.
Desde la FJCE queremos hacer un pequeño homenaje a todas aquellas mujeres que han luchado por su emancipación y la consecución de sus más importantes derechos. Luchadoras, y también luchadores, que en una sociedad que nos mantiene en circunstancias adversas han sabido alzar su voz en defensa de un sujeto imprescindible en nuestra sociedad como es la mujer trabajadora. Davis, Zetkin, Beauvoir, Tristán... y otras tantísimas personas que dieron su vida en la lucha por la justicia y la libertad, valores legítimos que ensalzan la dignidad humana.
Así mismo, hacemos un llamamiento a todas las mujeres para que comprendan que la única salida posible que conducirá a las condiciones idóneas para su autonomía en todas los aspectos reside en el cambio estructural de la sociedad, en la evolución social y humana, en la edificación del socialismo. Está claro, la emancipación total de la mujer y su consecuente desarrollo en libertad, llegará con la destrucción de un sistema que oprime y convierte en antagónicas las posiciones entre hombres y mujeres; sujetos revolucionarios que están obligados a trabajar codo con codo en la construcción de una sociedad justa, donde desaparezca la explotación del hombre por el hombre. La homogeneidad en el trato entre sexos llegará cuando nuestra sociedad esté libre de prejuicios y concepciones basadas en un modo de producción codicioso y capaz de llevar a la humanidad a la más atroz ruina.
¡VIVA LA MUJER TRABAJADORA! ¡POR LA LIBRE EMANCIPACIÓN DE LA MUJER!
Federación de Jóvenes Comunistas de España (FJCE)
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