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    "Columna los Aguiluchos (Retrato de un general anarquista: Miguel García Vivancos)" - texto de William Runacre

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    pedrocasca
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    Mensaje por pedrocasca Vie Abr 06, 2012 1:02 pm

    Columna los Aguiluchos - Retrato de un general anarquista
    La carrera Militar del Mayor General Miguel García Vivancos


    texto de William Runacre

    tomado de la web Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores - S.B.H.A.C.

    Original en inglés: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    Miguel García Vivancos era un activista anarquista antes de la guerra civil española, y había sido miembro del grupo de afinidad Los Solidarios en los años 20 junto con los más famosos anarquistas españoles como Buenaventura Durruti, Juan García Oliver, Gregorio Jover y Francisco Ascaso. Abandonó este grupo en 1930 y rechazó volver a formar parte de él más tarde en los años 30, cuando García Oliver quiso reformarlo, ya que no quería pertenecer al mismo grupo que Durruti, quien creía era poco cooperativo y demasiado impulsivo. A primeros de 1936 actuaba como mediador en las discusiones entre la Esquerra Catalana y el grupo de afinidad anarquista Nosotros, y aunque los integrantes de Nosotros confiaran en él, éste no era miembro (posiblemente porque Durruti era un miembro de este grupo).

    García Vivancos estaba en Barcelona cuando el ejército se sublevó contra el gobierno, y estuvo implicado en la supresión de la rebelión allí el 19 de julio. Él participó en reuniones el 20 y 21 para planificar la estrategia para el avance sobre Aragón, y obtuvo el transporte para el destacamento de 60 hombres de la CNT que salió de Barcelona a finales de mes para estimular a los anarquistas de Valencia para la realización de un asalto decisivo sobre las tropas rebeldes que todavía resistían en la ciudad. Como él había trabajado como taxista, pasó las pocas semanas siguientes como chófer de García Oliver.

    A mediados de agosto García Oliver le pidió a él y a Gregorio Jover que ayudaran en el reclutamiento de una fuerza de entre diez y quince mil anarquistas para lanzar una ofensiva decisiva para abrir una brecha en el frente Nacionalista de Aragón. El diario de CNT de Barcelona, Solidaridad Obrera, hizo una llamada el 19 de agosto para pedir voluntarios que se unieran a "la Columna de Los Aguiluchos " que había sido organizada en los cuarteles Bakunin. Lamentablemente para ellos, su plan chocaba con el importante obstáculo de que los sindicatos de la CNT sólo darían permiso a sus miembros de entre 16 y 18 años para unirse a esta columna, ya que se tenía miedo de que la partida de un número más grande de sus miembros de Barcelona privara a la industria de guerra de mano de obra y dejara a la CNT de Barcelona privada de miembros más activos.

    Tanto García Oliver como García Vivancos quedaron disgustados por la decisión de los sindicatos, y el último sugirió que aunque el rechazo de los sindicatos a liberar a sus miembros les impidiera organizar la fuerza decisiva que ellos habían planificado, ellos deberían organizar una columna que pudiera incorporarse a una unidad anarquista que ya estuviera en el frente. Así el reclutamiento siguió adelante y el 28 de agosto la columna fue al frente. Ésta salió de los cuarteles Bakunin y abarrotó la Vía Layetana con el vuelo de banderas rojinegras, pasó por la Casa CNT - FAI, y recibió un oficial enviado por el General Aranguren, jefe de la Guardia civil, quien presentó a García Oliver cuatro ametralladoras. El departamento de propaganda del Comité de Milicias Anti-fascistas catalán estaba también presente, ya que era Juan Pens, el delegado de Esquerra del comité.

    La columna tenía 1500 miembros (de los que más de 200 eran mujeres), y tenía al Capitán José Guarner como consejero militar (a quien Vicente Aranda dedicó su película "Libertarias"). La columna estaba armada con rifles y algunas ametralladoras, y tenían varios vehículos blindados de apoyo (más vehículos blindados llegaron pronto, después de alcanzar el frente, incluyendo uno hecho especialmente para García Oliver por la fábrica Hispano-Suiza) .Considerando que el reclutamiento sólo había sido anunciado el 19 y la columna dejó Barcelona el 28, no hubo mucho tiempo para entrenar a sus miembros, ni para que se acostumbraran a las incomodidades de la vida militar, como pronto se hizo evidente.

    La Columna salió de Barcelona por tren y viajó hasta Grañén en la provincia de Huesca donde ellos pasaron la noche en un bosque. Los vecinos les aconsejaron refugiarse allí ya que éste era un buen lugar para dormir y proporcionaría cobertura por la mañana a la observación de aire, aunque los líderes de la columna fueron acogidos en el pueblo mismo.

    En su autobiografía García Oliver relata cómo él fue interrumpido, justo cuando se preparaba para comer, por García Vivancos que le anunció que tenían un motín entre manos. No había sido posible cocinar una comida caliente y por lo tanto fue distribuída una ración fría. Muchos miembros de la columna se quejaron de esto, ya que como luchadores por la revolución social creían que merecían más. García Oliver decidió que sería mejor no reaccionar ante sus quejas, y después de haber comido sus propias raciones frías se instaló en los bosques con unos compañeros armados. Allí habló a los milicianos y milicianas reunidos y les dió la posibilidad de dispararle por la espalda. A pesar de muchos refunfuños ellos rehusaron hacer nada y más tarde se calmaron. Aunque este arrebato fue fácilmente resuelto, mostraba que la columna todavía tenía un largo camino antes de convertirse en una unidad militar eficiente.

    De Grañén la columna continuó a Vicién que era la posición anarquista más cercana a Huesca. Aquí fueron recibidos por Domingo Ascaso y Cristóbal Aldabaldetreco de la columna Roja y Negra. Esta columna cubría Barbastro, Grañén y Vicién, y Los Aguiluchos tomó posición junto a ella. La caliente bienvenida y la ayuda que recibieron de los miembros más experimentados de la columna Roja y Negra ayudaron a acostumbrar a Los Aguiluchos a las incomodidades de la guerra. La columna entonces hizo del Castillo de Vicién su base. Esta era una granja grande con algún refugio antiaéreo importante en las cercanías que había sido construído por Valero, un trabajador de la construcción de la CNT.

    Después de instalarse tuvo lugar una reunión entre Ascaso y Aldabaldetreco porque las cosas no iban bien en su parte del frente debido a que las columnas no cooperaban con eficacia. Aunque las milicias no se retiraban, eran incapaces de lanzar una ofensiva de gran escala, de ahí que estaban empantanadas. En esta reunión se decidió dividir la columna en dos, con García Vivancos en el mando de la primera, que debía actuar como avanzada. Recibieron algunos vehículos de Damians (alias Pancho Villa), incluyendo algunos coches de bomberos.

    La línea de combate ha sido bombardeada por un ataque aéreo Nacionalista que atacaban siempre que veían signos de movimiento. Para evitar esto se pusieron centinelas para vigilar a la aviación enemiga, y si los veían, campanas de alarma avisaban para que todos tuvieran tiempo para ponerse a cubierto. Los Aguiluchos estaba en la proximidad del Batallón italiano Malatesta, y una tarde cuando García Oliver había sido invitado a una comida por Carlo Rosselli, el líder del batallón, las reservas y el transporte de la unidad que estaban situadas en un bosque fueron bombardeados y machacados por los Nacionalistas. Los conductores y sus ayudantes sufrieron muchas pérdidas; García Oliver describió los bosques como una escena dantesca con muchos muertos colgando de las cabinas de sus camiones. Luego se descubrió que un simpatizante Nacionalista colocaba botellas de cristal que brillaban en los objetivos elegidos, y un buen número de ellas fue encontrado en las ramas de los árboles en el bosque atacado.

    El coronel Villalba convocó a una reunión a todos los líderes de las columna del frente de Huesca en donde se decidió lanzar una ofensiva a las 05.00 de la mañana siguiente en todo el frente. Esta operación fue un fracaso total ya que el asalto más grande no comenzó hasta las 07.00, con todos los demás ataques a las 08.00. Sin embargo, para entonces el Capitán Medrano quien daba apoyo artillero se había quedado sin municiones.
    García Oliver fue llamado a Barcelona por Mariano Vázquez, secretario regional de la CNT, y se marchó con la moral baja ya que sentía que su plan original de traer una unidad grande y fresca al frente para hacer una brecha decisiva había fallado. Dejó a Gregorio Jover al mando de la columna con García Vivancos como segundo.
    Fue en septiembre de 1936 cuando García Vivancos comenzó una campaña a favor de la militarización, y en esto recibió el apoyo de la mayoría del batallón que mandaba. Sin embargo tuvo que expulsar a un miembro de un grupo "puritano" quien, coherentemente, se resistía a su autoridad. Muchas discusiones tuvieron lugar en la columna, con García Vivancos y Jover presionando por la militarización. El principal opositor a la militarización en el frente de Huesca era Domingo Ascaso, cuya columna no fue militarizada hasta febrero de 1937. Con la entrada de Los Aguiluchos en el Ejército Popular él fue colocado al mando de la 125 brigada mixta, que ha sido formada con las anteriores columnas de Ascaso, Los Aguiluchos y Roja y Negra. Sus problemas principales en esta época fueron con los testarudos anarquistas que seguían oponiéndose al proceso de militarización, sobre todo en el Batallón Malatesta.

    Tuvo éxito en persuadir a la 29 división del POUM para que no fuera del frente a Barcelona durante los Sucesos de mayo, así como a sus propias tropas que quisieron ir allí a luchar contra los Comunistas. Con Ricardo Sanz y Gregorio Jover, los comandantes de las divisiones 26 y 28, contribuyó enormemente al mantenimiento del frente de Aragón mientras la lucha estallaba en Barcelona. Durante el verano influyó en la 29 división para que expulsara a algunos miembros que todavía se resistían al proceso de militarización, aunque se opuso a la orden de disolver el POUM.

    En el verano de 1937 su unidad luchó en las batallas de Belchite y Fuentes de Ebro, donde encontró que Antonio Ortiz era poco cooperativo. Cuando el General Pozas, jefe del Ejército del Este decidió quitar a Ortiz del mando de la 25 división, situó en su lugar a García Vivancos. En línea con la práctica común entonces, el nombramiento por Pozas de García Vivancos se remitió al comité nacional de la CNT, que aceptó su recomendación y permitió que Ortiz fuera sustituido. En diciembre de 1937 la 25 división estaba en posición para el ataque republicano sobre Teruel como parte del XXII Cuerpo de Ejército dirigido por Ibarrola, un devoto católico y oficial de la Guardia civil quien había luchado en la campaña del norte y tenía una buena relación con los Comunistas. Otra unidad en el cuerpo era la 11 división Comunista de Enrique Lister. En estas fechas la 25 división estaba considerada como una unidad veterana y experimentada, pero los días de toma de decisiones democrática se habían ido.

    Esta vez sólo los líderes superiores conocían el plan de campaña, y la división se reunió para la ofensiva en Corbalán, Escriche y Cedrillas. El ataque fue lanzado al amanecer del 15 cuando las brigadas 116 y 117 dejaron Tartajada para asaltar las posiciones Nacionalistas de delante de ellos. Aunque encontraron una fuerte resistencia, ellos estaban en posesión de la primera línea de defensas Nacionalistas para la noche.
    Pasaron el 16 de diciembre consolidando sus flancos, aunque veían seriamente obstaculizados sus esfuerzos por el viento y la nieve. La unidad no estaba preparada para el tiempo frío, y cuando las tropas estaban en movimiento encontraban pocos refugios de los estragos del clima. Durante el 17 atacaron el cementerio de Teruel con el apoyo de 20 tanques rusos T-26, aunque sólo lograron tomar dos posiciones enemigas. Los fallidos ataques del día siguiente fueron lanzados sobre el cementerio de Teruel y la Ermita de Santa Bárbara, con estas posiciones Nacionalistas ahora bajo el fuego constante y ataques intermitentes.

    El 19 la división avanzó entre La Masía de Santiago y el viejo cementerio de Teruel. A pesar de fracasar en ocupar la última posición, sus tropas delanteras estaban ahora a sólo un kilómetro de las afueras de Teruel. Por la noche una brigada había sido retirada a la retaguardia para descansar, y la artillería fue reorganizada en preparación para el ataque principal sobre la ciudad, aunque éste hubiera sido aplazado hasta el 21 debido al mal tiempo.

    El combate del 21 duró todo el día y en la noche los anarquistas intentaron tomar las posiciones Nacionalistas de las afueras de la ciudad, incluyendo la Ermita y Cerro de Santa Bárbara, El Mansueto y los cementerios nuevo y viejo, aunque sólo el éste fue capturado. Al día siguiente su ataque fue temporalmente detenido cuando ordenaron al XXII Cuerpo que se defendiera de los contraataques Nacionalistas del norte. Al mismo tiempo la 40 división de Carabineros conducida por el comandante anarquista Nieto avanzaba al norte a través de Teruel mismo, aunque fue incapaz de unirse a la 25 división debido al control Nacionalista del cementerio nuevo y El Mansueto.

    El XXII Cuerpo pasó el 23 barriendo las posiciones Nacionalistas en su retaguardia, y alcanzó algunos éxitos notables por la mañana, la Ermita de Santa Barbara cayó a las 05:55, el cementerio nuevo a las 06:05, la colina 989 a las 07:55, y El Mansueto a las 10:10. Estos éxitos les permitieron unirse a la 40 división, aunque esto condujo a algún conflicto entre ellos sobre el material capturado.

    La división de García Vivancos fue dividida el 28 de diciembre según la 116 brigada reforzaba a la 39 división y las brigadas 117 y 118 a la 11 división de Lister para resistir a los contraataques Nacionalistas. El 30 la división luchó otra vez como una sola unidad según esta subió a las posiciones del cementerio viejo, la Ermita de Santa Bárbara, El Mansueto, y las sierras cerca de Espliendosa y al norte y al oeste de Castralvo que guardaban el camino a Cuenca.

    García Vivancos recibió la orden de Ibarrola de sostener estas posiciones a cualquier precio. El 31 la división sostuvo la línea entre Villaespesa y el cementerio viejo en conjunción con la 40 división, mientras la 11división era reorganizada en el área de Alfambra y Villalba Baja. Las temperaturas en estos días habían caído a 18-20 grados bajo cero y las condiciones glaciales pasaban factura a la salud de la gente. El 31 de diciembre hubo 58 amputaciones de pies y manos sólo en la división de Lister. Fue en este día cuando Lister rechazó enviar una brigada a la línea de combate aunque Ibarrola se lo ordenó hacer así.

    El 2 de enero la 61 división Nacionalista lanzó un ataque y logró hacer retroceder a una brigada de la 25 división y a otra brigada de la 68 división, ambas retirándose en desorden. Un batallón de Guardias de Asalto fue traído al frente y esto logró contener el avance Nacionalista. El 6 los hombres de García Vivancos defendían el cementerio viejo contra los feroces ataques Nacionalistas, aunque ellos y las tropas de Lister estaban siendo echados de la línea de combate cuando los Nacionalistas reconquistaron Teruel. Aunque la batalla de Teruel fuera un fracaso para fuerzas Republicanas, la responsabilidad del fracaso de la 25 división de defender las ganancias no fue de García Vivancos, ya que le habían dado una tarea imposible.

    La 25 división permaneció como parte del XXII Cuerpo, y las otras unidades anarquistas en el Cuerpo eran ahora las divisiones 28 y 66. Cuando ordenaron a la división para re-entrar en la línea en Valdecebro en respuesta a una ofensiva Nacionalista que comenzó el 17, Saturnino Cared, el comisario político de la división, rechazó refrendar la orden ya que la división carecía de armas y equipo. García Vivancos explotó en esto y golpeando la mesa gritó esto: " si no hay ningún arma lucharemos con palos y piedras, con nuestras uñas. Esta orden tiene que ser obedecida. " Mientras ellos discutían llegó la orden de hacer un informe a la oficina central. Cared se aplacó y fue a la oficina central. Le dijeron que él sólo recibiría suficientes armas para re-equipar la división si aceptaba unirse al Partido Comunista. Como lo rechazó no recibió ningún arma, y lamentablemente para la 25 división el único depósito de suministros en donde ellos podrían haber obtenido algunas armas, fue capturado por los Nacionalistas antes de que ellos pudieran alcanzarlo.

    Cuando la 117 brigada volvió al frente sin haber tenido el tiempo para descansar o reorganizarse fue destruída en un ataque aéreo Nacionalista. La brigada fue reforzada con 600 nuevos reclutas, aunque ésta había recibido tal paliza que aún entonces sólo tenía 1831 hombres. Estos nuevos reclutas sólo sabían marchar en orden en fila y no habían aprendido aún cómo disparar un fusil o lanzar una granada de mano. No había bastantes rifles para todos y de los que habían había muchos en malas condiciones.

    La 25 división sufrió severamente las retiradas de marzo 1938 y fue enviada a la, más tranquila, región centro-sur para recuperarse, donde formó parte del XVII Cuerpo. García Vivancos entonces fue quitado del mando y sustituido por Eusebio Sanz. Durante su carrera militar García Vivancos fue una importante fuerza motriz para militarizar a las milicias, y también ayudó a mantener la disciplina en el frente de Aragón durante los Sucesos de mayo.

    El general Lister les describió a él y a otros anarquistas que lucharon junto a él como " magníficos y disciplinados ". Fue grandemente elogiado por el General Pozas, quien alabó su conducta en las batallas de Belchite y Fuentes de Ebro. Posiblemente los sentimientos más fuertes vinieron de Emma Goldman quien lo conoció durante sus viajes a la República española. Ella lo describió como " un líder nato " que era " enormemente querido por sus hombres ". Quizás sus aclamaciones fueron demasiado lejos cuando ella lo describió como el héroe de Belchite y el hombre que capturó Teruel, aunque sin duda él hiciera una gran contribución al esfuerzo Republicano en ambas batallas.


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