Mariela Castro Espin, la hija del presidente cubano, Raúl Castro, dijo en Nueva York que se considera una "disidente" del poder hegemónico global que sueña con una Cuba soberana, pero que mira "críticamente" la realidad de la isla y cree que el proceso electoral podría ser "más democrático todavía".
Mariela Castro Espin, la hija del presidente cubano, Raúl Castro, dijo en Nueva York que se considera una "disidente" del poder hegemónico global que sueña con una Cuba soberana, pero que mira "críticamente" la realidad de la isla y cree que el proceso electoral podría ser "más democrático todavía".
"Yo me considero una disidente y no me gusta que nos quiten ese adjetivo quienes responden a posiciones oficiales del poder hegemónico global", afirmó Castro durante una conferencia en la Biblioteca Pública de Nueva York para hablar de los derechos de la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales en su país.
Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (Cenesex), defendió también durante su discurso el proceso electoral cubano, aunque reconoció que "podría ser más democrático todavía".
"Los revolucionarios somos disidentes, somos incómodos y sufrimos la discriminación por nuestro proyecto histórico por una ideología que intenta experimentar la emancipación plena del ser humano", añadió la hija del presidente cubano ante un auditorio de más de un centenar de personas.
Parafraseando al líder de los derechos civiles estadounidense Martin Luther King, la sobrina de Fidel Castro dijo que "sueña" con una Cuba que logre mantener su soberanía "a lo largo del tiempo", dentro de la cual está el derecho de los cubanos "a elegir el camino para sostener nuestra libertad".
"El proceso electoral en Cuba es tan democrático que no se quiere hablar de él. No obstante, yo que estoy ahí adentro y miro críticamente mi realidad, les puedo decir que podría ser más democrático todavía", reconoció Castro Espín, interrumpida varias veces por los aplausos de los asistentes.
Sin embargo, dejó claro que en la isla el voto es "directo y secreto" y no hay campañas electorales porque el Partido Comunista "no postula" sino que "es el pueblo quien postula a sus candidatos", tras lo cual destacó que en el Parlamento cubano hay una representación "muy amplia y variada" de la sociedad.
Recordó que en el último congreso del Partido Comunista su padre señaló que en la máxima dirección "todavía predominan los viejos" pero también dijo que están trabajando para "entregar el poder a los jóvenes que se lo hayan ganando, que lo hayan luchado y que el pueblo los haya designado".
En este punto, dijo que por primera vez en la historia de Cuba el Partido Comunista aprobó como objetivo "combatir toda forma de discriminación" en la sociedad cubana, "incluida por orientación sexual", y aunque aseguró que hay "voluntad política", reconoció que "no es suficiente".
Cuando una de las asistentes le señaló que parte del exilio cubano en Miami (Florida) espera una "disculpa oficial" por la represión a la comunidad homosexual, Castro Espín dijo que "pedir ahora perdón sería un ejercicio de hipocresía que no va a cambiar el pasado" y que lo que hay que hacer es trabajar para "transformar" la sociedad.
En este sentido, arremetió contra ese "grupito chiquito" y "sin escrúpulos" que "se enriquece mintiendo y manipulando" a los estadounidenses, que les niegan su derecho a viajar a la isla y que continúan haciendo posible que se imponga a Cuba un "bloqueo que viola las leyes internacionales".
Durante su intervención también habló del debate que hay en Cuba sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y el derecho de la comunidad LGBT a la adopción, y dijo que "no tiene argumentos" para negarles esos derechos, pero que el Partido Comunista pidió tiempo porque la sociedad cubana todavía se resiste al cambio.
Por ello, subrayó, ahora no se está hablando de matrimonio "sino de uniones legales", para no tener que usar la "palabra sacrosanta del matrimonio", y en cuanto al tema de las adopciones añadió que desde las comunidades de gays y lesbianas reconocieron "que no era su prioridad" sino luchar por los derechos patrimoniales.
Castro Espín aprovechó el final de su intervención para volver a pedir por la liberación de "los cinco" cubanos presos en Estados Unidos por espionaje, entre los vítores y aplausos de varios representantes del Movimiento de Solidaridad con Cuba que dijeron que Cuba tiene "muchos amigos en Nueva York".
La hija del presidente cubano realiza estos días una gira por Estados Unidos que le ha llevado previamente a San Francisco (California), donde al igual que hoy no aceptó las preguntas de la prensa, y que continuará en los próximos días en Nueva York con una visita a la ONU y un encuentro con el Council on Foreign Relations.
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Mariela Castro Espin, la hija del presidente cubano, Raúl Castro, dijo en Nueva York que se considera una "disidente" del poder hegemónico global que sueña con una Cuba soberana, pero que mira "críticamente" la realidad de la isla y cree que el proceso electoral podría ser "más democrático todavía".
"Yo me considero una disidente y no me gusta que nos quiten ese adjetivo quienes responden a posiciones oficiales del poder hegemónico global", afirmó Castro durante una conferencia en la Biblioteca Pública de Nueva York para hablar de los derechos de la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales en su país.
Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (Cenesex), defendió también durante su discurso el proceso electoral cubano, aunque reconoció que "podría ser más democrático todavía".
"Los revolucionarios somos disidentes, somos incómodos y sufrimos la discriminación por nuestro proyecto histórico por una ideología que intenta experimentar la emancipación plena del ser humano", añadió la hija del presidente cubano ante un auditorio de más de un centenar de personas.
Parafraseando al líder de los derechos civiles estadounidense Martin Luther King, la sobrina de Fidel Castro dijo que "sueña" con una Cuba que logre mantener su soberanía "a lo largo del tiempo", dentro de la cual está el derecho de los cubanos "a elegir el camino para sostener nuestra libertad".
"El proceso electoral en Cuba es tan democrático que no se quiere hablar de él. No obstante, yo que estoy ahí adentro y miro críticamente mi realidad, les puedo decir que podría ser más democrático todavía", reconoció Castro Espín, interrumpida varias veces por los aplausos de los asistentes.
Sin embargo, dejó claro que en la isla el voto es "directo y secreto" y no hay campañas electorales porque el Partido Comunista "no postula" sino que "es el pueblo quien postula a sus candidatos", tras lo cual destacó que en el Parlamento cubano hay una representación "muy amplia y variada" de la sociedad.
Recordó que en el último congreso del Partido Comunista su padre señaló que en la máxima dirección "todavía predominan los viejos" pero también dijo que están trabajando para "entregar el poder a los jóvenes que se lo hayan ganando, que lo hayan luchado y que el pueblo los haya designado".
En este punto, dijo que por primera vez en la historia de Cuba el Partido Comunista aprobó como objetivo "combatir toda forma de discriminación" en la sociedad cubana, "incluida por orientación sexual", y aunque aseguró que hay "voluntad política", reconoció que "no es suficiente".
Cuando una de las asistentes le señaló que parte del exilio cubano en Miami (Florida) espera una "disculpa oficial" por la represión a la comunidad homosexual, Castro Espín dijo que "pedir ahora perdón sería un ejercicio de hipocresía que no va a cambiar el pasado" y que lo que hay que hacer es trabajar para "transformar" la sociedad.
En este sentido, arremetió contra ese "grupito chiquito" y "sin escrúpulos" que "se enriquece mintiendo y manipulando" a los estadounidenses, que les niegan su derecho a viajar a la isla y que continúan haciendo posible que se imponga a Cuba un "bloqueo que viola las leyes internacionales".
Durante su intervención también habló del debate que hay en Cuba sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y el derecho de la comunidad LGBT a la adopción, y dijo que "no tiene argumentos" para negarles esos derechos, pero que el Partido Comunista pidió tiempo porque la sociedad cubana todavía se resiste al cambio.
Por ello, subrayó, ahora no se está hablando de matrimonio "sino de uniones legales", para no tener que usar la "palabra sacrosanta del matrimonio", y en cuanto al tema de las adopciones añadió que desde las comunidades de gays y lesbianas reconocieron "que no era su prioridad" sino luchar por los derechos patrimoniales.
Castro Espín aprovechó el final de su intervención para volver a pedir por la liberación de "los cinco" cubanos presos en Estados Unidos por espionaje, entre los vítores y aplausos de varios representantes del Movimiento de Solidaridad con Cuba que dijeron que Cuba tiene "muchos amigos en Nueva York".
La hija del presidente cubano realiza estos días una gira por Estados Unidos que le ha llevado previamente a San Francisco (California), donde al igual que hoy no aceptó las preguntas de la prensa, y que continuará en los próximos días en Nueva York con una visita a la ONU y un encuentro con el Council on Foreign Relations.
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