Prensa Rural escribió:
TLC con Corea del Sur: La estocada final para la industria textil y de confecciones
Julio César Peluffo / Domingo 17 de junio de 2012
Avanza el Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur. La séptima jornada de de negociaciones se llevará a cabo del 11 al 13 de junio en Seúl y como de costumbre el gobierno nacional negocia estos “acuerdos” a espalda de los colombianos. A estas alturas, más allá de los escuetos informes[1] publicados por la página del Ministerio de Comercio, es poco lo que se sabe de los términos de dicho acuerdo.
Por esa razón, desde la Coalición No TLC con Corea, pretendemos colaborar, sumando fuerzas para esclarecer todo aquello que dice, y sobre todo, lo que no dice en esta materia el Gobierno Nacional. El presente artículo intentará describir brevemente el estado actual de la industria textil-confecciones nacional, las características del competidor que explican lo absurdo de este TLC y a manera propositiva, unas acciones para hacerle frente a esta situación.
Un breve repaso sobre el Estado Actual de la Industria Nacional
La industria textil y de confecciones difícilmente sobrevivió a los mayores ataques a principios de los 90 de la política de apertura promocionada por César Gaviria. El resultado: Miles de empleos perdidos y el estancamiento y retroceso de una industria pujante que por esos tiempos sacaba la cara por Colombia. Aún así el negocio de los textiles y las confecciones, sigue representando un importante porcentaje del PIB manufacturero (8%), equivalente al 3% del PIB nacional.
Pero los ataques a la industria nacional, particularmente a la textilera no cesan. La ausencia de una política industrial del Estado no ha permitido levantar cabeza a este sector que durante los últimos años ha sufrido tantos reveses. La muestra mensual manufacturera de los primeros 6 meses del 2009 señalaba como la producción en el sector disminuyó 8,4% frente al mismo periodo de 2008. Explicado por supuesto porque en ese periodo el sector de confecciones se contrajo en un -24,2%, y las ventas del mismo decrecieron al 20,4%, mientras que el de textiles decreció a un nivel superior al de la industria en general.[2]
En su momento, Eduardo Botero, director ejecutivo de InExModa lamentaba que en el 2010 las exportaciones se hayan disminuido en un 45%: Textiles: en hilados -37,2%; otros tejidos -33,5%; tejido -58%. Confecciones: Plano -28,6% y Ropa Hogar -22,5%. Por su lado, las importaciones en 2010 aumentaron, 26,29% en textiles y 19,9% en confecciones. Equivalente a 705.337.350 US$ y 231.492.904 US$ respectivamente.[3]
Se señalaba también como Coltejer, todo un icono en Colombia “ha estado al borde de la bancarrota en los últimos años y está intentando por todos los medios reestructurarse”. La reciente crisis del sector ha afectado por supuesto también el empleo según ANDI, el sector textil y de ropa ha perdido 35.000 empleos -15% del total- entre el 2010 y 2011.[4]
Po lo menos desde hace 20 años, los indicadores generales de la industria colombiana no muestran señales de mejoras significativas. El informe de la muestra mensual manufacturera de marzo de 2012 indicaba que “la producción real del sector fabril, sin incluir trilla de café, descendió 0,9% con relación a igual mes de 2011. En este período, 29 de los 48 subsectores industriales registraron disminución en su producción…”[5]
En su tradicional edición de “Las 100 empresas más grandes de Colombia”, este año la Revista SEMANA hablando del Sector textil y de confecciones explica: “Las grandes firmas como Enka, Fabricato y Coltejer fueron las que reportaron mayores pérdidas. Entre las razones de este hecho están el aumento en el precio de las materias primas, el contrabando y la entrada masiva de productos importados, que afecta la rentabilidad de las empresas”[6].
Alvaro Hincapie, presidente de Enka, el mayor fabricante de hilo de Colombia explicando la situación de la industria, asevera que esta “ha estado “bajo el ataque” de las empresas asiáticas legalmente o ilegalmente, desplazándola de los mercados con bienes más baratos” y se pregunta “¿Podría el sector textil y de ropa colombiano volver a recuperar el norte después de una “década muy deprimente”?”. Seguramente no estaba al tanto del acuerdo comercial con Corea del Sur.
TLC con Corea, la Estocada Final
El diagnostico es claro. La crisis de las dos últimas décadas en el sector textil y de confecciones se debe principalmente al modelo del “libre” comercio, a la llamada apertura económica. Aún así el gobierno nacional insiste en profundizarla con la promoción en masa de Tratados de Libre Comercio. Este en particular, significaría el golpe de gracia para el sector nacional en cuestión. Ni siquiera habría que esperar el ya anunciado TLC con China.
¿A quién enfrentamos?
El perfil económico del competidor señala que la desventaja en que el país se encuentra es supremamente alta, sobre todo en sectores industriales (livianos) que aún sobreviven en Colombia como el automotriz y el de textiles y confecciones. El reconocido economista Eduardo Sarmiento señalaba, por ejemplo, que mientras la productividad por trabajador en la industria colombiana creció 1.5% en los últimos 40 años, durante el mismo periodo la de Corea creció en 7%. Y agregaba “la productividad industrial en Corea es similar a la de Estados Unidos y el salario tres veces menor (…) Colombia se vería desplazada en todas las actividades industriales de alguna complejidad”[7].
La industria textil y de confecciones es sin duda una de las que mayor riesgo atraviesa en un futuro tratado con Corea del Sur. A la República de Corea le corresponde el puesto No. 4 entre los mayores exportadores de productos textiles y de confecciones en general. Ocupa el primer lugar en la lista de mayores exportadores de fibras sintéticas y es la responsable de más del 10% de las exportaciones mundiales de filamentos de poliéster. Al sector en cuestión le corresponden el 16.2% del total de las empresas coreanas, el 12% del empleo y el 6.5% del valor agregado.[8]
Por su parte, Colombia tan solo representa el 0.31% y 0.17% de las exportaciones mundiales de textiles y confecciones respectivamente[9]. Sin TLC, en el 2010 ya le importábamos a Corea entre textiles y confecciones lo equivalente a 17.924.460 US$ CIF, que aumentaron un 36,21% respecto al 2009.
Las exportaciones de Colombia hacia Corea según el perfil definido por el Ministerio de Comercio en la sección del TLC con Corea no contemplan absolutamente nada en esta materia. El 72% de lo que exportamos a dicho país contiene el menor valor agregado (Café 34%; aceites crudos de petróleo 15%; desperdicios y desechos de cobre hierro y aluminio 23,4%), y no necesitaría un TLC para entrar a ese mercado[10].
¿Qué está en juego?
Según la ANDI, la industria Textil-Confecciones de Colombia genera cerca 130 mil empleos directos y 750 mil empleos indirectos, lo que representa aproximadamente el 21% de la fuerza laboral generada por la industria manufacturera. Existen aproximadamente 450 fabricantes de textiles y 10.000 de confecciones, la mayoría pequeñas fábricas, de las cuales el 50% tiene entre 20 y 60 máquinas de coser. [11] En otras palabras, un importante sector de la producción y del empleo nacional está en grave peligro. En palabras de Eduardo Sarmiento, la firma de este Tratado significaría renunciar a otras dos décadas de industrialización.
¿Qué hacer?
Renunciar a la industria, como sugiere particularmente la firma de este TLC, es condenarse por siempre el subdesarrollo. La industria fue la responsable del paso del atraso de la sociedad feudal a una sociedad mucho más avanzada, y hoy sigue siendo el factor determinante para el desarrollo de los pueblos.
Por eso, hay que apostar a defenderla, tal como han hecho los países desarrollados, sin importar incluso los errores que dentro del gremio, los empresarios hayan podido cometer, pues los miles de empleos en peligro así lo justifican, y además ningún error ha demostrado ser más grave que la política gubernamental de apertura o de libre comercio.
Por eso a la Coalición no solo la motiva el rechazo profundo al TLC con Corea. Lo que principalmente mueve a sus miembros es la construcción de una política que fortalezca la industria nacional, sobre la base de un desarrollo sostenible y el respeto por el trabajo digno. Una industria que contribuya de manera definitiva a cambiar la oprobiosa situación de pobreza, desigualdad y subdesarrollo que vive Colombia.
El primer paso en la construcción de dicha política es el fortalecimiento de esta Coalición que ha generado una gran alianza entre empresarios, trabajadores, ONG´s, académicos y políticos de diferentes partidos para defender la industria y el trabajo nacional, exigiendo al gobierno mayor responsabilidad con el país, pues su accionar no es coherente con el interés nacional, la realidad del sector industrial, la importancia del mismo y los efectos, a todas luces nefastos de un Tratado de Libre Comercio con Corea.