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    Documental: "To Shoot An Elephant"

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    Documental: "To Shoot An Elephant" Empty Documental: "To Shoot An Elephant"

    Mensaje por Yeremenko Sáb Jul 14, 2012 1:50 am

    Lo he buscado por la web pero no lo he encontrado. Por favor, advierto que las imágenes de este vídeo pueden herir la sensibilidad de menores de edad... De paso, recomiendo esta web, es bastante completa. Si la Admón lo estima oportuno le ruego lo elimine.


    Alberto Arce y Mohammad Rujailah

    Estas increíbles imágenes se grabaron durante la operación "Plomo Fundido". El horror y la barbarie de la que es capaz el ejército sionista quedan plasmadas en este documental.

    Info básica


    Sinopsis
    “To shoot an elephant” es un relato sobre un testigo presencial en la Franja de Gaza. El 27 de diciembre de 2008, la Operación “Cast lead” (Plomo Fundido) estuvo disparando a elefantes durante 21 días. Imágenes urgentes, insomnes, escalofriantes y sucias de los únicos extranjeros que decidieron y consiguieron permanecer, empotrados en las ambulancias de la Franja de Gaza, al lado de la población civil palestina.


    Contexto
    La Franja de Gaza vive en estado de asedio desde junio de 2007, cuando Israel la declaró una “entidad enemiga”. Un grupo de activistas internacionales impulsó un movimiento, “ Free Gaza ” , que tiene como objetivo romper ese asedio. Gracias a sus esfuerzos, y a pesar de la prohibición impuesta por Israel a todos los corresponsales y trabajadores de ayuda humanitaria extranjeros de cubrir y ser testigos directos de la “Operación Plomo Fundido”, un grupo de voluntarios internacionales, miembros auto-organizados del International Solidarity Movement, estuvieron presentes en Gaza el 27 de diciembre, en el momento justo en que comenzaron los bombardeos. Junto a dos corresponsales internacionales de Al Jazeera International, Ayman Mohyeldin y Sherine Tadros, ellos fueron los únicos extranjeros que consiguieron escribir, filmar e informar para varios medios de comunicación sobre lo que estaba sucediendo dentro de la asediada franja palestina.

    ¿Eran periodistas? ¿Eran activistas? ¡A quién le importa! Ellos se convirtieron en testigos. Ser periodista o ser cualquier cosa depende de cómo tú lo sientas. Es una responsabilidad ética que te lleva a compartir con un público más amplio lo que está pasando a tu alrededor. Será el resultado de tu trabajo lo que te conducirá (o no) a una carrera como periodista, no las presuposiciones o las etiquetas. Haz que se enteren. Haz que los que tú quieres que escuchen, escuchen y sean conscientes de lo que tú estás siendo consciente. Esto es ser periodista. Para ser testigo, con una cámara o un lápiz, no es necesario tener un sueldo o una tarjeta que ponga “PRESS”. Olvidad la neutralidad, olvidad la objetividad. No somos palestinos. No somos israelitas. No somos imparciales. Sólo tratamos de ser honestos y contar lo que hemos visto y lo que sabemos. Soy periodista. Si alguien me escucha, soy periodista. En el caso de Gaza, ningún “periodista oficial” tenía autorización ese 27 de diciembre para entrar (excepto los que ya estaban dentro), por lo que nos convertimos en los únicos testigos, con todas las responsabilidades que eso conlleva.

    Yo siempre he entendido el periodismo como “una mano encendiendo la luz en una habitación oscura”. El periodista es una persona curiosa, un interrogador desagradable, una cámara y un lápiz rebelde que hacen sentir incómodos a los que están en el poder. Ésta es la esencia de mi trabajo en Gaza, cumplir un deber en el conflicto más narrado de la Tierra, donde, sin embargo, nunca será contada la historia del asedio y del castigo colectivo que Israel está imponiendo a toda la población en respuesta a los cohetes lanzados por Hamas. Por ello, debía ser vivido tal como fue. Entré sigilosamente en Gaza, a pesar de los intentos de Israel por impedirlo. Los que están en el poder en Gaza nos “pidieron cortésmente” que nos fuésemos. Mi idea del periodismo es eso. Cada gobierno del mundo debería sentirse nervioso cuando alguien va por ahí, con una cámara o un lápiz, dispuesto a publicar lo que consiga entender. Y todo ello por el bien de la información, uno de los más grandes pilares de la democracia.

    Esto es una película de “periodismo empotrado”. Decidimos “empotrarnos” dentro de las ambulancias, abriendo un diálogo imaginario con aquellos periodistas que se empotran dentro de las ejércitos. Todo el mundo es libre de elegir desde qué lado quiere informar. Pero, en muchas ocasiones, las decisiones no son imparciales. Decidimos que los civiles que trabajan en el rescate de los heridos nos dan una perspectiva mucho más honesta de la situación que para quienes su trabajo es disparar, herir y matar. Preferimos médicos en vez de soldados. Preferimos la valentía de aquellos rescatadores desarmados a aquellos que se alistan y que tienen experiencias tal vez interesantes, pero moralmente rechazables. Es una cuestión de enfoque. A mí no me interesan los miedos, traumas y contradicciones de aquellos que pueden elegir quedarse en casa y decir no a la guerra.

    Alberto Arce


    Equipo

    Dirección: Alberto Arce/ Mohammad Rujailah
    Script: Alberto Arce/ Miquel Marti Freixas
    Edición: Alberto Arce/ Miquel marti Freixas
    Sonido: Francesc Gosalves
    Post-producción: Jorge Fernández Mayoral
    Diseño: Mr. Brown and Malibrán
    Co-producción / Distribución: Eguzki Bideoak.
    Traducción: Mohammad Rujailah/ Alberto Arce

    Duración: 112´

    Un trabajo colectivo
    Esta película nunca hubiera sido posible sin la dedicación y compromiso de Muhammad Rujailah, "The fixer", un lugareño de Gaza que decidió pasar aquellas semanas con nosotros. En casi todo momento fue mis ojos, mi oído y mi voz. La mayoría de los periodistas extranjeros, como no hablan árabe, cuentan con una "figura oculta" que desaparece normalmente de la obra resultante. Yo quiero reconocer su colaboración y labor, porque los extranjeros necesitan de la población local y esta gente debe ver acreditado su trabajo. El Orientalismo condiciona siempre el enfoque del Oriente Medio que tienen los extranjeros, y es ahí donde necesitamos perspectivas locales para superar los estereotipos y construir una narración honesta de la compleja realidad a la que nos enfrentamos.

    Esta película tampoco hubiera sido posible sin la confianza, cariño y colaboración de la Sociedad Palestina de la Media Luna Roja y los equipos de ambulancias del Comité de Trabajadores de Sanidad. Rescatadores como Marwan, Hassan, Jamal y muchos otros que estuvieron contestando llamadas telefónicas y emprendiendo alocadas carreras, día y noche, entre bombas y francotiradores aún sabiendo que eran objetivos de los israelitas. Muchos de sus amigos, como Arafa Abdel Daim, fueron asesinados. Les dispararon. Sus coches fueron destruidos, pero nunca se rindieron. Ellos son valientes. Valientes y sin armas. Uno de los mayores intereses de "To shoot an elephant" es el de defender las leyes humanitarias internacionales, mostrando como los equipos médicos y los hospitales fueron objetivos militares mientras llevaban a cabo sus tareas.

    En Gaza éramos un equipo. Junto a la población local, Vittorio Arrigoni, Eva Bartlett, Ewa Jasiewicz, Leila, George, Natalie, Jenny y Fidaa formamos un grupo. A continuación, mostraré algunas de sus intenciones y trabajos durante aquellos días. Hubiera sido imposible sin ellos. Tampoco sin la fuerza que recibía a través del teléfono, las llamadas de numerosas activistas en todo el mundo que se comunicaron con nosotros para decirnos simplemente que estaban ahí y que no estábamos solos. Hay que darles las gracias, aunque no pueda dárselas en persona. Me dieron el empujón ético para no rendirme. Haidar Eid y sus compañeros de la Asociación de Profesores Universitarios de la Franja de Gaza, quienes, con su apoyo intelectual para comprender lo que estaba pasando y que se debería hacer después de la masacre de la que fuimos testigos, para ser eficaces en juntar esfuerzos hacía la justicia. Nabil, de la Sociedad Palestina de Auxilio Médico, la persona que nos guió en el campamento de refugiados de Jabalya, y nos ayudó a entender la magnitud y perversidad que implica el castigo colectivo que los habitantes de Gaza están sufriendo.

    Algunos de los oficiales del Gobierno español nos ayudaron a salir de allí con todo el material. Era su deber, pero lo hicieron con profesionalidad. Otros no se hubieran involucrado. Mahmud fue nuestro chófer a través de toda aquella locura. Gracias a su taxi, su voluntad y su arrojo conseguimos llegar a casas alcanzadas directamente por proyectiles de fósforo blanco y también filmar el incendio del almacén central de alimentos de las Naciones Unidas, que sucumbió bajo ese mismo fósforo blanco. Y el combatiente Ahmed, que pagó caro el ayudarme. Y Miquel, que confió y creyó en este proyecto desde el principio, cuando hablamos por primera vez. También me apoyó Eguzki Bideoak y todos los participantes y organizadores de los "Encuentros de Fotoperiodismo Ciudad de Gijón", que me ayudaron recuperar la ilusión que había perdido. ¿el abogado?

    Sarah y mi familia. Siempre Sarah y mi familia. Yo entro en Gaza porque alguien tuvo confianza en mi. CI Comunicación tienen que ser también reconocidos por ello, lástima que nuestros caminos nos llevaron por distintos derroteros.

    VIDEO Y WEB

    Más info aquí

    Un saludo.

      Fecha y hora actual: Miér Mayo 29, 2024 12:29 am