Marx y el misterio de El Capital
Texto de José Sotomayor Pérez (Altamira)
Publicado en la web del PCPr
Se encuentra en circulación un libro titulado “El Misterio del Capital”, cuyo autor es Hernando de Soto. La propaganda desplegada para la difusión de este supuesto “libro de economía más importante de cualquier siglo” (Wendell Cox), no es otra cosa que un montón de trivialidades que sólo sirven para demostrar que el autor persigue propósitos ocultos o no sabe qué es el capital.
EL ORIGEN HISTÓRICO DEL CAPITAL
El punto de partida del capital no es la propiedad sino la circulación mercantil. “La biografía moderna del capital – dice Engels – data de la creación del comercio mundial moderno y del mercado mundial en el siglo XVI”. Ahora bien, la propiedad privada a la que se refiere H. De Soto, apareció desde los comienzos de la sociedad esclavista. Hay que señalar, sin embargo, este nacimiento del capital hubiera sido imposible si no existían dos condiciones objetivas previas: a) la presencia de una masa de desposeídos, pero jurídicamente libres para vender su fuerza de trabajo; y b) la existencia de suficientes cantidades de dinero para crear grandes empresa.
Es claro que el surgimiento de estas dos condiciones fue producto de un largo proceso histórico porque el capitalismo se gestó en las entrañas mismas del régimen feudal. Fue durante el feudalismo que, gradualmente, la producción mercantil multiplicó la importancia del dinero y éste impulsó la diferencia entre pobres y ricos, hundiendo en la pobreza a la inmensa mayoría de la población.
El desarrollo de la producción mercantil, que en un comienzo fue lento, se aceleró y profundizó con motivo del surgimiento del mercado mundial, producto a su vez de los descubrimientos geográficos del siglo XV. Marx ha señalado que “el descubrimiento de los yacimientos de oro y plata en América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento de la población indígena en las minas, al comienzo de la conquista, el saqueo de las Indias orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de la producción capitalista”.
Durante la etapa de la producción simple de mercancías, los productores inmediatos se encontraban sumidos en un verdadero letargo que sólo terminó con la aplicación de métodos violentos a los que el autor de “El Capital” llamó “acumulación originaria del capital”. Esta “acumulación” se produjo de diferentes maneras y apareció en períodos distintos; pero su esencia fue la misma: la fuerza bruta y la violencia sin disimulos.
Como consecuencia de la “acumulación originaria del capital”, la propiedad privada de los simples productores, que se fundaba en su trabajo personal utilizando sus propios medios de producción, se transformó en propiedad privada capitalista, cuyo sustento pasó a ser la explotación del obrero asalariado. Por consiguiente, la “acumulación originaria” que dio nacimiento al sistema capitalista no es otra cosa que el proceso de disociación entre el productor y sus medios de producción. Tal disociación o separación hundió en la miseria y la ruina a la inmensa mayoría de productores de mercancías, obligándolos a vender su fuerza de trabajo o perecer.
El ejemplo de lo ocurrido en Inglaterra es típico. Allí se puso en práctica la expropiación violenta de los campesinos para convertir sus tierras en pastizales de ovejas, con el fin de obtener lana para la industria textil. Al mismo tiempo la masa de campesinos sin tierra eran obligados a someterse a la esclavitud capitalista. Con este ejemplo puede verse cómo el capital y el capitalismo nacieron de la expropiación violenta de los productores, a quienes se les convirtió en parias, dueños únicamente de su fuerza de trabajo. Con sobrada razón Marx ha dicho que “EL CAPITAL VINO AL MUNDO CHORREANDO SANGRE Y LODO POR TODOS LOS POROS, DE CABEZA A LOS PIES”.
Este es uno de los “misterios del capital” que Hernando de Soto esconde, amparándose en la “caída del muro de Berlín”. Desgraciadamente hay mentecatos que piensan que, con la caída de tal muro, quedó enterrado el marxismo.
EL CAPITAL
Por lo que tenemos expuesto queda claro que, para el surgimiento de la producción capitalista, no era suficiente tener a disposición, fuerza de trabajo barata, se necesitaba, además, ser dueño de grandes cantidades de dinero para invertir, una parte en medios de producción y otra para pagar salarios a los obreros.
El concepto de capital como un conjunto de objetos y bienes (casas, cosas, etc.) fue definitiva y totalmente refutado por Marx, con su descubrimiento de que el capital “es una determinada relación social de producción, correspondiente a una determinada formación histórica de la sociedad”. Esto explica que no hubiera capital ni capitalismo durante todos los siglos de existencia de las sociedades esclavista y feudal. Sin embargo, sería absurdo suponer que en tales sociedades no existió trabajo no retribuido. “En todas las épocas de la historia – dice Engels- se ha visto la clase oprimida obligada a rendir trabajo no retribuido. Durante los largos siglos en que la forma predominante de organización del trabajo fue la esclavitud, los esclavos veíanse constreñidos por la fuerza de la necesidad a trabajar más de lo que se les pagaba en forma de medios de subsistencia. Y otro tanto ocurría bajo el régimen de la servidumbre en los tiempos del feudalismo”.
La acumulación de tesoros la construcción de fortificaciones, palacios, templos y pirámides, etc., fue el resultado de una inversión improductiva de enorme cantidad de trabajo esclavizado. En la sociedad esclavista, sin embargo, el derecho de propiedad estuvo bien legislado, como lo demuestran las Institutas de Justiniano. ¿Por qué entonces no nació el capital? La respuesta es clara e irrefutable: el capital no nace de la propiedad. El trabajo no retribuido de esclavos y siervos no creaban plusvalía sino plusproducto para la satisfacción de las necesidades y exigencias de sus señores.
El plus producto no siempre es plusvalía por la sencilla razón de que tanto el esclavo como el siervo formaban parte de la propiedad de esclavistas y señores feudales. El esclavo era una cosa y el siervo una “cuasi” cosa. Es en el sistema capitalista que el plus producto adquiere la forma de plusvalía. Por eso afirmar que “la gente siempre ha creado plusvalía para crear pirámides, catedrales o costosos ejércitos”, como dice Hernando de Soto, es sencillamente un disparate.
En el sistema capitalista la apropiación del plus producto o trabajo no remunerado, toma la forma de plusvalía y constituye la finalidad principal de la producción Por eso, la doctrina económica de Marx define a la plusvalía como “El valor del trabajo no pagado del obrero asalariado creado por encima del valor de su fuerza de trabajo y del que se apropia gratuitamente el capitalista”.
“EL MISTERIO DEL CAPITAL”
Fue Carlos Marx, el pensador del milenio, el que “develó” el misterio del capital.
“La clave del misterio está en que, bajo el régimen social vigente, el capitalista encuentra en el mercado una mercancía que encierra la rara cualidad de que al consumirse, engendra, crea un nuevo valor, esta mercancía es la fuerza de trabajo”. Así, con claridad meridiana y en pocas palabras presenta “el misterio del capital”, Engels en uno de sus “Siete Artículos sobre el capital”.
La fuerza de trabajo ha existido siempre, pero no como mercancía. Ni el esclavo, ni el siervo eran asalariados. Es el capitalismo y las revoluciones burguesas los que hicieron del trabajador un hombre jurídicamente libre para vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Ya hemos visto que esa fuerza de trabajo crea un valor superior al salario que se paga por ella.
CAPITAL CONSTANTE Y CAPITAL VARIABLE
Es en la composición orgánica del capital donde queda al desnudo “el misterio del capital” constante.
La forma inicial y universal es la forma monetaria, cuya fórmula general es D-M-D’: donde D representa el dinero, M la mercancía y D’ la cantidad de dinero acrecentada.
Ahora bien, el dinero se convierte en capital cuando su acumulación permite comprar medios de producción y fuerza de trabajo. Ya hemos visto que los medios de producción se encuentran en pocas manos, mientras que la inmensa mayoría de la población, por estar privada de esos medios, se ve obligada a vender su fuerza trabajo para poder subsistir.
La división del capital en constante y variable, constituye un aporte de enorme importancia porque permite encontrar la esencia misma del sistema capitalista en efecto, al diferenciar la parte del capital que existe en forma de medios de producción (edificios, instalaciones, equipos, materias primas etc.) y que constituyen el capital constante, y de otro lado la parte del capital que se destina a comprar o adquirir fuerza de trabajo (pago de salario) que se denomina capital variable, quedó al descubierto que este ultimo constituye la fuente de la plusvalía. No está de mas reiterar que en toda empresa capitalista el obrero crea un valor que es superior a su salario. Esta plusvalía de la que se apropia gratuitamente el capitalista CONSTITUYE UN INCREMENTO SOLO DEL CAPITAL VARIABLE.
Al distinguir y diferenciar el capital constante del capital variable, Marx puso al desnudo la esencia de la explotación capitalista y el fin que necesariamente persigue la producción en el régimen capitalista. ¿Algún economista burgués, con todos los premios que pudo recibir ha podido rebatir este descubrimiento de Carlos Marx, el pensador del milenio? Sin embargo un pigmeo con ojos de sabio economista, pretende darle lecciones con trivialidades como la siguiente:
“... la propiedad ha dado a las mentes los mecanismos con los cuales extraer trabajo adicional de las mercancías “.
Esto quiere decir que para H. De Soto el trabajo adicional se extrae de las mercancías y no del obrero asalariado que es el que las produce. Disparates como este, abundan en el libro del autor citado, como el siguiente: “Marx no comprendió del todo que la propiedad legal es el proceso indispensable que fija el despliegue del capital”. En otras palabras, para H. De Soto no existe capital variable que, como hemos visto, es el dinero en efectivo con el que se paga los salarios de los obreros.
Refiriéndose al crecimiento del capital, H. De Soto afirma que es el resultado de “obtener productos de alto valor a partir de insumos de bajo valor”. En otras palabras, el Capital crecería comprando barato y vendiendo caro. A tal tesis Engels le llama estafa.
“EL CAPITAL PRESUPONE EL TRABAJO ASALARIADO Y ESTE EL CAPITAL. DEPENDEN UNO DE OTRO Y AMBOS SE CREAN MUTUAMENTE”. He aquí la conclusión de Marx sobre el capital que nadie ha refutado ni podrá refutar.
Y hemos visto que fueron condiciones objetivas del desarrollo de la sociedad las que permitieron que los medios de producción se convirtieran en capital constante y el trabajo asalariado no retribuido en plusvalía.
EL ROL HISTÓRICO DE LA BURGUESÍA
El desarrollo de las relaciones de producción capitalistas, obligó a los señores feudales a crear nuevas formas de dominación política con el fin de perpetuar su dominación clasista. Al principio prestaron apoyo a la burguesía porque no sospechaban el peligro que representaba para ellos el desarrollo del trabajo asalariado. Con el tiempo las relaciones de producción capitalistas entraron en contradicción con las del sistema feudal, las cuales resultaron caducas. Surgió entonces en forma inevitable el problema del poder del estado, porque resultaba claro que sin la liquidación del poder político de los terratenientes feudales, no era posible acabar con todas las trabas que impedían el desarrollo del capitalismo. Fue así, que surgió la necesidad histórica del derrocamiento del régimen político feudal y de la instauración del régimen capitalista. Y este cambio radical no tuvo nada de pacífico.
Después de tomar el poder por la violencia la burguesía destruyó el poder de la aristocracia y todos sus privilegios; hizo añicos los mayorazgos que eran trabas a la libre enajenación de la propiedad territorial. Y sobre estas ruinas fue erigida la libre concurrencia, que otorga a todo individuo el derecho a explotar la rama industrial que quiera, siempre que tenga capital para hacerlo.
Las revoluciones burguesas, que decapitaron reyes e hicieron aplicar el terror, destruyeron todas las viejas formas de economía y de propiedad que obstaculizaban el desarrollo del capitalismo: Sobre las ruinas del sistema feudal de propiedad, la burguesía instauró otro que correspondía plenamente a sus intereses.
“Cada día que pasa – dice Marx- se hace más evidente el hecho de que las condiciones de producción en que vive y se apoya la burguesía no tiene una forma única ni un carácter igual. Presentan por el contrario, dos aspectos diferentes. Las condiciones que producen la riqueza. Producen al mismo tiempo la pobreza, las condiciones que determinan el desarrollo de la fuerza de producción, determina simultáneamente la fuerza de la opresión, las condiciones que levantan la riqueza de la burguesía, es decir, de la clase burguesa lo hacen a costa de sacrificar la riqueza de otros miembros de la misma clase y de engrosar más y más las filas del proletariado”.
Sería erróneo, sin embargo negar que la burguesía en su etapa de ascenso haya jugado un rol revolucionario. Mar y Engels, en el Manifiesto Comunista, lo reconocen, cuando dicen “la burguesía ha desempeñado en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario”. “Donde quiera que se instauró echó por tierra todas las instituciones feudales, patriarcales e idílicas”. Pero esa etapa pasó hace mucho tiempo. Hoy en día “las armas con que la burguesía derribó el feudalismo se vuelven contra ella".
EL NEOCOLONIALISMO ACTUAL “VOCACIóN DE OCCIDENTE”
El autor de “El misterio del capital” afirma que “el sustantivo aumento de capital en occidente durante los dos últimos siglos procede del paulatino mejoramiento de los sistemas de propiedad, que permitió a los agentes económicos descubrir y realizar el potencial de sus activos y por ello mismo ponerse en situación de producir dinero no inflacionario para financiar y generar producción adicional”.
Esta no es otra cosa que una falsificación de la historia y una apología descarada del imperialismo.
En efecto, lo que caracteriza al sistema capitalista “occidental”, incluyendo al norteamericano durante los dos últimos siglos es la explotación desenfrenada de las colonias y países dependientes. El capitalismo monopolista obtiene gigantescas ganancias en los países de Asia, Africa y América Latina manteniéndolos como mercados de venta, fuentes de materias primas, campo de inversión de capitales y fuentes de fuerza de trabajo barata.
Hay otra vocación de occidente, es decir, del imperialismo. Sólo permite un desarrollo deformado, sin autonomía ni independencia económica de los países del llamado "tercer mundo"; convirtiéndolos en sus simples apéndices. Por eso resulta insustancial sostener que el débil desarrollo del capitalismo en nuestro país tenga como causa la ausencia de “un marco legal” que dé acceso mayoritario a la propiedad y a los medios de producción”.
“El saqueo, el esclavismo y el colonialismo hoy son criticados por todos los gobiernos” dice H. De Soto, y por eso cree que el pensamiento de Marx es obsoleto “porque la situación actual no es la de la Europa de su tiempo”. Y agrega: “el capital potencial no es más el privilegio de unos pocos”. La causa estríba en que “los activos pueden ser usados en occidente para producir abundante capital, pero muy poco en el resto del mundo”. Este sería un misterio que según H. De Soto es fácil develar. Porque “la propiedad formal proporciona el proceso, las formas y las reglas que fijan activos en condiciones que nos permiten realizarlos como capital activo” y continúa el autor: “el sistema de propiedades formal es la planta hidroeléctrica del capital” en otras palabras, todos los que tienen casa propia y terrenos con titulación debidamente saneada e inscrita en los Registros de Propiedad Inmueble, ya cuenta con su “planta hidroeléctrica” para producir su capital.
Según el autor de “El misterio el capital”, “el valor de las propiedades inmuebles rurales y urbanas extra legalmente poseídas en el país suman US 74,000 millones” este sería el valor de las “plantas eléctricas” para producir capital en el país que la “negligencia de los abogados” hace que no funcionen, por la sencilla razón que esas propiedades no están debidamente formalizadas. Así explica el estado de atraso de los países del tercer mundo y así defiende a las transnacionales Hernando De Soto.
EL IMPERIALISMO Y LA GLOBALIZACIóN
Hoy que se habla hasta el cansancio de la globalización, como un fenómeno económico nuevo y no previsto, aconsejamos que se lea y medite sobre lo escrito por los fundadores del socialismo científico en “El Manifiesto Comunista”, especialmente el texto de la primera parte: Burgueses y Proletarios”. Esta lectura debe completarse con todos los escritos sobre el imperialismo. Cumplida esa tarea se podrá observar cuan endebles y ridículas son las teorizaciones de los supuestos refutadores del marxismo-leninismo, que por desgracia hoy abundan.
La globalización en última instancia no es otra cosa que el dominio total del mundo entero por las 250 grandes transnacionales que pertenecen a solo cinco países: EE.UU, Japón, Alemania, Francia, e Inglaterra. Son esos gigantescos dinosaurios contemporáneos los que imponen a los países subdesarrollados toda clase de arreglos políticos, económicos y militares recortando su soberanía, los explotan invirtiendo en ellos sus capitales en condiciones desiguales; practican el comercio no equivalente, las manipulaciones de los precios y las cotizaciones de las monedas. Las pretendidas ayudas y las presiones de las organizaciones financieras, son armas conocidas de los grandes monopolios imperialistas.
Las instituciones internacionales que han quedado totalmente desenmascaradas como instrumentos desvergonzados y cínicos de la política de dominación imperialista son el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Con el neoliberalismo imperante hoy en día estos organismos se han convertido en instrumentos directos y sin disfraz del imperialismo.
La globalización ha polarizado hasta extremos inauditos la pobreza y la riqueza. El año de 1994 había 358 multimillonarios en el mundo, con una fortuna personal de más de 1,000 millones de dólares, esta fortuna equivalía a la renta media anual del 45 % de la población del mundo. Como contrapartida, en estos momentos existes cerca de 400 millones de personas que se hallan al borde de la muerte por inanición. La causa de tan trágica situación, según Hernando De Soto es que, en los países que no han aprendido de occidente, los inmuebles urbanos y rurales no cuentan con la titulación correspondiente a un derecho formal, y por eso no pueden convertirse en “plantas hidroeléctricas para producir capital".
Hoy en día la pobreza se ha globalizado a tal punto que “en mismo occidente “ (países imperialistas) existen más de 100 millones de personas sumidas en la miseria, y en el mundo son 800 millones los que padecen hambre. El contraste entre un puñado de privilegiados y una inmensa masa de proletarios y desocupados se profundiza cada vez más.
Hernando De Soto pretende convencernos de que el Perú puede transformarse en un país desarrollado, convirtiendo el “capital muerto” (inmuebles sin titulación) en "capital vivo“ mediante la inscripción de los bienes inmuebles en los registros correspondientes. Ya hemos visto que tal “teoría” no es otra cosa que una insustancial argucia máxime si tenemos en cuenta que lo que caracteriza a la situación actual del país es el aumento de la dependencia y una profunda regresión social.
LOS MISTERIOS DE HERNANDO DE SOTO
No es difícil “develar el misterio” que envuelve la aparición y difusión del libro escrito por Hernando de Soto, sobre los misterios que ha inventado sobre el capital. Se trata de un producto de la globalización y sus exigencias. Es sabido que el conjunto empresarial típico de nuestros tiempos es en el “Holding”, combinación de empresas capitaneadas por un banco. Este es el órgano que centraliza todas las operaciones financieras de las empresas. Esto convierte a los bancos en poderoso instrumentos para conquistar nuevos sectores, tanto de la industria como del comercio, que tiene relación con las actividades del “Holding”, como es el caso de las fuentes de materias primas, las empresas de transporte, etc. O para intervenir directamente en la especulación con inmuebles y el mismo mercado del dinero.
Los “Holding” con sus bancos a la cabeza han logrado hacer pasar por sus arcas una enorme cantidad de operaciones comerciales grandes, medianas y pequeñas que incluyen las pensiones y seguros de empleados y obreros. En esta forma el actual sistema bancario pone a disposición de la burguesía financiera internacional hasta la última migaja del ahorro del pueblo.
En la teoría de la propiedad formal como “planta hidroeléctrica” creadora de capital se hace presente el feo rostro de los “Holdings” que no se contentan con tener a su disposición las modestas pensiones de los ancianos jubilados. Ahora les exigen que les entreguen su casita, si la tienen, pero para esto deben tener su titulación en regla, bien saneada. Entonces podrán hipotecarla y volverse capitalistas, este es el “misterio” de la propiedad formal como fuente de capital del “economista” que ha tenido la audacia de cuestionar El Capital, obra cumbre del pensador del milenio, Carlos Marx.
Dice el autor de “Los Misterios del capital” que el trabajo de formalizar el derecho de propiedad no han podido hacerlo los abogados, pero el y su equipo pueden realizarlo fácilmente porque cuando salen al campo escuchan atentos el ladrido de los perros. He aquí otro misterio: el descubrimiento de la ley escuchando ladrar a los perros. ¡Este es el gran misterio de Hernando De Soto.
Texto de José Sotomayor Pérez (Altamira)
Publicado en la web del PCPr
Se encuentra en circulación un libro titulado “El Misterio del Capital”, cuyo autor es Hernando de Soto. La propaganda desplegada para la difusión de este supuesto “libro de economía más importante de cualquier siglo” (Wendell Cox), no es otra cosa que un montón de trivialidades que sólo sirven para demostrar que el autor persigue propósitos ocultos o no sabe qué es el capital.
EL ORIGEN HISTÓRICO DEL CAPITAL
El punto de partida del capital no es la propiedad sino la circulación mercantil. “La biografía moderna del capital – dice Engels – data de la creación del comercio mundial moderno y del mercado mundial en el siglo XVI”. Ahora bien, la propiedad privada a la que se refiere H. De Soto, apareció desde los comienzos de la sociedad esclavista. Hay que señalar, sin embargo, este nacimiento del capital hubiera sido imposible si no existían dos condiciones objetivas previas: a) la presencia de una masa de desposeídos, pero jurídicamente libres para vender su fuerza de trabajo; y b) la existencia de suficientes cantidades de dinero para crear grandes empresa.
Es claro que el surgimiento de estas dos condiciones fue producto de un largo proceso histórico porque el capitalismo se gestó en las entrañas mismas del régimen feudal. Fue durante el feudalismo que, gradualmente, la producción mercantil multiplicó la importancia del dinero y éste impulsó la diferencia entre pobres y ricos, hundiendo en la pobreza a la inmensa mayoría de la población.
El desarrollo de la producción mercantil, que en un comienzo fue lento, se aceleró y profundizó con motivo del surgimiento del mercado mundial, producto a su vez de los descubrimientos geográficos del siglo XV. Marx ha señalado que “el descubrimiento de los yacimientos de oro y plata en América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento de la población indígena en las minas, al comienzo de la conquista, el saqueo de las Indias orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de la producción capitalista”.
Durante la etapa de la producción simple de mercancías, los productores inmediatos se encontraban sumidos en un verdadero letargo que sólo terminó con la aplicación de métodos violentos a los que el autor de “El Capital” llamó “acumulación originaria del capital”. Esta “acumulación” se produjo de diferentes maneras y apareció en períodos distintos; pero su esencia fue la misma: la fuerza bruta y la violencia sin disimulos.
Como consecuencia de la “acumulación originaria del capital”, la propiedad privada de los simples productores, que se fundaba en su trabajo personal utilizando sus propios medios de producción, se transformó en propiedad privada capitalista, cuyo sustento pasó a ser la explotación del obrero asalariado. Por consiguiente, la “acumulación originaria” que dio nacimiento al sistema capitalista no es otra cosa que el proceso de disociación entre el productor y sus medios de producción. Tal disociación o separación hundió en la miseria y la ruina a la inmensa mayoría de productores de mercancías, obligándolos a vender su fuerza de trabajo o perecer.
El ejemplo de lo ocurrido en Inglaterra es típico. Allí se puso en práctica la expropiación violenta de los campesinos para convertir sus tierras en pastizales de ovejas, con el fin de obtener lana para la industria textil. Al mismo tiempo la masa de campesinos sin tierra eran obligados a someterse a la esclavitud capitalista. Con este ejemplo puede verse cómo el capital y el capitalismo nacieron de la expropiación violenta de los productores, a quienes se les convirtió en parias, dueños únicamente de su fuerza de trabajo. Con sobrada razón Marx ha dicho que “EL CAPITAL VINO AL MUNDO CHORREANDO SANGRE Y LODO POR TODOS LOS POROS, DE CABEZA A LOS PIES”.
Este es uno de los “misterios del capital” que Hernando de Soto esconde, amparándose en la “caída del muro de Berlín”. Desgraciadamente hay mentecatos que piensan que, con la caída de tal muro, quedó enterrado el marxismo.
EL CAPITAL
Por lo que tenemos expuesto queda claro que, para el surgimiento de la producción capitalista, no era suficiente tener a disposición, fuerza de trabajo barata, se necesitaba, además, ser dueño de grandes cantidades de dinero para invertir, una parte en medios de producción y otra para pagar salarios a los obreros.
El concepto de capital como un conjunto de objetos y bienes (casas, cosas, etc.) fue definitiva y totalmente refutado por Marx, con su descubrimiento de que el capital “es una determinada relación social de producción, correspondiente a una determinada formación histórica de la sociedad”. Esto explica que no hubiera capital ni capitalismo durante todos los siglos de existencia de las sociedades esclavista y feudal. Sin embargo, sería absurdo suponer que en tales sociedades no existió trabajo no retribuido. “En todas las épocas de la historia – dice Engels- se ha visto la clase oprimida obligada a rendir trabajo no retribuido. Durante los largos siglos en que la forma predominante de organización del trabajo fue la esclavitud, los esclavos veíanse constreñidos por la fuerza de la necesidad a trabajar más de lo que se les pagaba en forma de medios de subsistencia. Y otro tanto ocurría bajo el régimen de la servidumbre en los tiempos del feudalismo”.
La acumulación de tesoros la construcción de fortificaciones, palacios, templos y pirámides, etc., fue el resultado de una inversión improductiva de enorme cantidad de trabajo esclavizado. En la sociedad esclavista, sin embargo, el derecho de propiedad estuvo bien legislado, como lo demuestran las Institutas de Justiniano. ¿Por qué entonces no nació el capital? La respuesta es clara e irrefutable: el capital no nace de la propiedad. El trabajo no retribuido de esclavos y siervos no creaban plusvalía sino plusproducto para la satisfacción de las necesidades y exigencias de sus señores.
El plus producto no siempre es plusvalía por la sencilla razón de que tanto el esclavo como el siervo formaban parte de la propiedad de esclavistas y señores feudales. El esclavo era una cosa y el siervo una “cuasi” cosa. Es en el sistema capitalista que el plus producto adquiere la forma de plusvalía. Por eso afirmar que “la gente siempre ha creado plusvalía para crear pirámides, catedrales o costosos ejércitos”, como dice Hernando de Soto, es sencillamente un disparate.
En el sistema capitalista la apropiación del plus producto o trabajo no remunerado, toma la forma de plusvalía y constituye la finalidad principal de la producción Por eso, la doctrina económica de Marx define a la plusvalía como “El valor del trabajo no pagado del obrero asalariado creado por encima del valor de su fuerza de trabajo y del que se apropia gratuitamente el capitalista”.
“EL MISTERIO DEL CAPITAL”
Fue Carlos Marx, el pensador del milenio, el que “develó” el misterio del capital.
“La clave del misterio está en que, bajo el régimen social vigente, el capitalista encuentra en el mercado una mercancía que encierra la rara cualidad de que al consumirse, engendra, crea un nuevo valor, esta mercancía es la fuerza de trabajo”. Así, con claridad meridiana y en pocas palabras presenta “el misterio del capital”, Engels en uno de sus “Siete Artículos sobre el capital”.
La fuerza de trabajo ha existido siempre, pero no como mercancía. Ni el esclavo, ni el siervo eran asalariados. Es el capitalismo y las revoluciones burguesas los que hicieron del trabajador un hombre jurídicamente libre para vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Ya hemos visto que esa fuerza de trabajo crea un valor superior al salario que se paga por ella.
CAPITAL CONSTANTE Y CAPITAL VARIABLE
Es en la composición orgánica del capital donde queda al desnudo “el misterio del capital” constante.
La forma inicial y universal es la forma monetaria, cuya fórmula general es D-M-D’: donde D representa el dinero, M la mercancía y D’ la cantidad de dinero acrecentada.
Ahora bien, el dinero se convierte en capital cuando su acumulación permite comprar medios de producción y fuerza de trabajo. Ya hemos visto que los medios de producción se encuentran en pocas manos, mientras que la inmensa mayoría de la población, por estar privada de esos medios, se ve obligada a vender su fuerza trabajo para poder subsistir.
La división del capital en constante y variable, constituye un aporte de enorme importancia porque permite encontrar la esencia misma del sistema capitalista en efecto, al diferenciar la parte del capital que existe en forma de medios de producción (edificios, instalaciones, equipos, materias primas etc.) y que constituyen el capital constante, y de otro lado la parte del capital que se destina a comprar o adquirir fuerza de trabajo (pago de salario) que se denomina capital variable, quedó al descubierto que este ultimo constituye la fuente de la plusvalía. No está de mas reiterar que en toda empresa capitalista el obrero crea un valor que es superior a su salario. Esta plusvalía de la que se apropia gratuitamente el capitalista CONSTITUYE UN INCREMENTO SOLO DEL CAPITAL VARIABLE.
Al distinguir y diferenciar el capital constante del capital variable, Marx puso al desnudo la esencia de la explotación capitalista y el fin que necesariamente persigue la producción en el régimen capitalista. ¿Algún economista burgués, con todos los premios que pudo recibir ha podido rebatir este descubrimiento de Carlos Marx, el pensador del milenio? Sin embargo un pigmeo con ojos de sabio economista, pretende darle lecciones con trivialidades como la siguiente:
“... la propiedad ha dado a las mentes los mecanismos con los cuales extraer trabajo adicional de las mercancías “.
Esto quiere decir que para H. De Soto el trabajo adicional se extrae de las mercancías y no del obrero asalariado que es el que las produce. Disparates como este, abundan en el libro del autor citado, como el siguiente: “Marx no comprendió del todo que la propiedad legal es el proceso indispensable que fija el despliegue del capital”. En otras palabras, para H. De Soto no existe capital variable que, como hemos visto, es el dinero en efectivo con el que se paga los salarios de los obreros.
Refiriéndose al crecimiento del capital, H. De Soto afirma que es el resultado de “obtener productos de alto valor a partir de insumos de bajo valor”. En otras palabras, el Capital crecería comprando barato y vendiendo caro. A tal tesis Engels le llama estafa.
“EL CAPITAL PRESUPONE EL TRABAJO ASALARIADO Y ESTE EL CAPITAL. DEPENDEN UNO DE OTRO Y AMBOS SE CREAN MUTUAMENTE”. He aquí la conclusión de Marx sobre el capital que nadie ha refutado ni podrá refutar.
Y hemos visto que fueron condiciones objetivas del desarrollo de la sociedad las que permitieron que los medios de producción se convirtieran en capital constante y el trabajo asalariado no retribuido en plusvalía.
EL ROL HISTÓRICO DE LA BURGUESÍA
El desarrollo de las relaciones de producción capitalistas, obligó a los señores feudales a crear nuevas formas de dominación política con el fin de perpetuar su dominación clasista. Al principio prestaron apoyo a la burguesía porque no sospechaban el peligro que representaba para ellos el desarrollo del trabajo asalariado. Con el tiempo las relaciones de producción capitalistas entraron en contradicción con las del sistema feudal, las cuales resultaron caducas. Surgió entonces en forma inevitable el problema del poder del estado, porque resultaba claro que sin la liquidación del poder político de los terratenientes feudales, no era posible acabar con todas las trabas que impedían el desarrollo del capitalismo. Fue así, que surgió la necesidad histórica del derrocamiento del régimen político feudal y de la instauración del régimen capitalista. Y este cambio radical no tuvo nada de pacífico.
Después de tomar el poder por la violencia la burguesía destruyó el poder de la aristocracia y todos sus privilegios; hizo añicos los mayorazgos que eran trabas a la libre enajenación de la propiedad territorial. Y sobre estas ruinas fue erigida la libre concurrencia, que otorga a todo individuo el derecho a explotar la rama industrial que quiera, siempre que tenga capital para hacerlo.
Las revoluciones burguesas, que decapitaron reyes e hicieron aplicar el terror, destruyeron todas las viejas formas de economía y de propiedad que obstaculizaban el desarrollo del capitalismo: Sobre las ruinas del sistema feudal de propiedad, la burguesía instauró otro que correspondía plenamente a sus intereses.
“Cada día que pasa – dice Marx- se hace más evidente el hecho de que las condiciones de producción en que vive y se apoya la burguesía no tiene una forma única ni un carácter igual. Presentan por el contrario, dos aspectos diferentes. Las condiciones que producen la riqueza. Producen al mismo tiempo la pobreza, las condiciones que determinan el desarrollo de la fuerza de producción, determina simultáneamente la fuerza de la opresión, las condiciones que levantan la riqueza de la burguesía, es decir, de la clase burguesa lo hacen a costa de sacrificar la riqueza de otros miembros de la misma clase y de engrosar más y más las filas del proletariado”.
Sería erróneo, sin embargo negar que la burguesía en su etapa de ascenso haya jugado un rol revolucionario. Mar y Engels, en el Manifiesto Comunista, lo reconocen, cuando dicen “la burguesía ha desempeñado en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario”. “Donde quiera que se instauró echó por tierra todas las instituciones feudales, patriarcales e idílicas”. Pero esa etapa pasó hace mucho tiempo. Hoy en día “las armas con que la burguesía derribó el feudalismo se vuelven contra ella".
EL NEOCOLONIALISMO ACTUAL “VOCACIóN DE OCCIDENTE”
El autor de “El misterio del capital” afirma que “el sustantivo aumento de capital en occidente durante los dos últimos siglos procede del paulatino mejoramiento de los sistemas de propiedad, que permitió a los agentes económicos descubrir y realizar el potencial de sus activos y por ello mismo ponerse en situación de producir dinero no inflacionario para financiar y generar producción adicional”.
Esta no es otra cosa que una falsificación de la historia y una apología descarada del imperialismo.
En efecto, lo que caracteriza al sistema capitalista “occidental”, incluyendo al norteamericano durante los dos últimos siglos es la explotación desenfrenada de las colonias y países dependientes. El capitalismo monopolista obtiene gigantescas ganancias en los países de Asia, Africa y América Latina manteniéndolos como mercados de venta, fuentes de materias primas, campo de inversión de capitales y fuentes de fuerza de trabajo barata.
Hay otra vocación de occidente, es decir, del imperialismo. Sólo permite un desarrollo deformado, sin autonomía ni independencia económica de los países del llamado "tercer mundo"; convirtiéndolos en sus simples apéndices. Por eso resulta insustancial sostener que el débil desarrollo del capitalismo en nuestro país tenga como causa la ausencia de “un marco legal” que dé acceso mayoritario a la propiedad y a los medios de producción”.
“El saqueo, el esclavismo y el colonialismo hoy son criticados por todos los gobiernos” dice H. De Soto, y por eso cree que el pensamiento de Marx es obsoleto “porque la situación actual no es la de la Europa de su tiempo”. Y agrega: “el capital potencial no es más el privilegio de unos pocos”. La causa estríba en que “los activos pueden ser usados en occidente para producir abundante capital, pero muy poco en el resto del mundo”. Este sería un misterio que según H. De Soto es fácil develar. Porque “la propiedad formal proporciona el proceso, las formas y las reglas que fijan activos en condiciones que nos permiten realizarlos como capital activo” y continúa el autor: “el sistema de propiedades formal es la planta hidroeléctrica del capital” en otras palabras, todos los que tienen casa propia y terrenos con titulación debidamente saneada e inscrita en los Registros de Propiedad Inmueble, ya cuenta con su “planta hidroeléctrica” para producir su capital.
Según el autor de “El misterio el capital”, “el valor de las propiedades inmuebles rurales y urbanas extra legalmente poseídas en el país suman US 74,000 millones” este sería el valor de las “plantas eléctricas” para producir capital en el país que la “negligencia de los abogados” hace que no funcionen, por la sencilla razón que esas propiedades no están debidamente formalizadas. Así explica el estado de atraso de los países del tercer mundo y así defiende a las transnacionales Hernando De Soto.
EL IMPERIALISMO Y LA GLOBALIZACIóN
Hoy que se habla hasta el cansancio de la globalización, como un fenómeno económico nuevo y no previsto, aconsejamos que se lea y medite sobre lo escrito por los fundadores del socialismo científico en “El Manifiesto Comunista”, especialmente el texto de la primera parte: Burgueses y Proletarios”. Esta lectura debe completarse con todos los escritos sobre el imperialismo. Cumplida esa tarea se podrá observar cuan endebles y ridículas son las teorizaciones de los supuestos refutadores del marxismo-leninismo, que por desgracia hoy abundan.
La globalización en última instancia no es otra cosa que el dominio total del mundo entero por las 250 grandes transnacionales que pertenecen a solo cinco países: EE.UU, Japón, Alemania, Francia, e Inglaterra. Son esos gigantescos dinosaurios contemporáneos los que imponen a los países subdesarrollados toda clase de arreglos políticos, económicos y militares recortando su soberanía, los explotan invirtiendo en ellos sus capitales en condiciones desiguales; practican el comercio no equivalente, las manipulaciones de los precios y las cotizaciones de las monedas. Las pretendidas ayudas y las presiones de las organizaciones financieras, son armas conocidas de los grandes monopolios imperialistas.
Las instituciones internacionales que han quedado totalmente desenmascaradas como instrumentos desvergonzados y cínicos de la política de dominación imperialista son el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Con el neoliberalismo imperante hoy en día estos organismos se han convertido en instrumentos directos y sin disfraz del imperialismo.
La globalización ha polarizado hasta extremos inauditos la pobreza y la riqueza. El año de 1994 había 358 multimillonarios en el mundo, con una fortuna personal de más de 1,000 millones de dólares, esta fortuna equivalía a la renta media anual del 45 % de la población del mundo. Como contrapartida, en estos momentos existes cerca de 400 millones de personas que se hallan al borde de la muerte por inanición. La causa de tan trágica situación, según Hernando De Soto es que, en los países que no han aprendido de occidente, los inmuebles urbanos y rurales no cuentan con la titulación correspondiente a un derecho formal, y por eso no pueden convertirse en “plantas hidroeléctricas para producir capital".
Hoy en día la pobreza se ha globalizado a tal punto que “en mismo occidente “ (países imperialistas) existen más de 100 millones de personas sumidas en la miseria, y en el mundo son 800 millones los que padecen hambre. El contraste entre un puñado de privilegiados y una inmensa masa de proletarios y desocupados se profundiza cada vez más.
Hernando De Soto pretende convencernos de que el Perú puede transformarse en un país desarrollado, convirtiendo el “capital muerto” (inmuebles sin titulación) en "capital vivo“ mediante la inscripción de los bienes inmuebles en los registros correspondientes. Ya hemos visto que tal “teoría” no es otra cosa que una insustancial argucia máxime si tenemos en cuenta que lo que caracteriza a la situación actual del país es el aumento de la dependencia y una profunda regresión social.
LOS MISTERIOS DE HERNANDO DE SOTO
No es difícil “develar el misterio” que envuelve la aparición y difusión del libro escrito por Hernando de Soto, sobre los misterios que ha inventado sobre el capital. Se trata de un producto de la globalización y sus exigencias. Es sabido que el conjunto empresarial típico de nuestros tiempos es en el “Holding”, combinación de empresas capitaneadas por un banco. Este es el órgano que centraliza todas las operaciones financieras de las empresas. Esto convierte a los bancos en poderoso instrumentos para conquistar nuevos sectores, tanto de la industria como del comercio, que tiene relación con las actividades del “Holding”, como es el caso de las fuentes de materias primas, las empresas de transporte, etc. O para intervenir directamente en la especulación con inmuebles y el mismo mercado del dinero.
Los “Holding” con sus bancos a la cabeza han logrado hacer pasar por sus arcas una enorme cantidad de operaciones comerciales grandes, medianas y pequeñas que incluyen las pensiones y seguros de empleados y obreros. En esta forma el actual sistema bancario pone a disposición de la burguesía financiera internacional hasta la última migaja del ahorro del pueblo.
En la teoría de la propiedad formal como “planta hidroeléctrica” creadora de capital se hace presente el feo rostro de los “Holdings” que no se contentan con tener a su disposición las modestas pensiones de los ancianos jubilados. Ahora les exigen que les entreguen su casita, si la tienen, pero para esto deben tener su titulación en regla, bien saneada. Entonces podrán hipotecarla y volverse capitalistas, este es el “misterio” de la propiedad formal como fuente de capital del “economista” que ha tenido la audacia de cuestionar El Capital, obra cumbre del pensador del milenio, Carlos Marx.
Dice el autor de “Los Misterios del capital” que el trabajo de formalizar el derecho de propiedad no han podido hacerlo los abogados, pero el y su equipo pueden realizarlo fácilmente porque cuando salen al campo escuchan atentos el ladrido de los perros. He aquí otro misterio: el descubrimiento de la ley escuchando ladrar a los perros. ¡Este es el gran misterio de Hernando De Soto.