Reseña-comentario sobre el libro de Marcela Lagarde «Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas»
Mar Fernández Flores - julio de 2014 – blog Mujeres Construyendo
Este libro habla de la opresión que sufrimos las mujeres en distintos campos y con características comunes. La opresión de género que está activa en el mundo. A pesar de nuestros logros, la vida de cada mujer contemporánea sucede en condiciones históricas de hegemonía patriarcal. Las maneras de vivir de los hombres y de realizar sus identidades, los acontecimientos y los hechos que caracterizan al mundo actual tienen una evidente impronta patriarcal. Por ello, los cautiverios de las mujeres está vigente como esfuerzo por teorizar y aproximarse a la opresión de las mujeres madresposas, monjas, putas, presas y locas. Todas ellas referentes simbólicas de estereotipos sociales y culturales, que sintetizan las normas paradigmáticas de género de la relación entre la sexualidad y el poder de dominio que fundamenta la dimensión patriarcal de la existencia de las mujeres.
En palabras de la propia Lagarde, "es un libro muy preciado, una parte importante de mi vida". Es el resultado de un trabajo de investigación que le llevó ocho años y que fue realizado "en secreto y en silencio" ya que su origen es la tesis doctoral en la Universidad Nacional Autónoma de México.
La más de 800 páginas del libro, Marcela Lagarde las escribió "conmovida y conmocionada por lo que pasa con las mujeres". De haberse iniciado como un estudio antropológico acabó siendo una investigación feminista que pese a tener ya 20 años y a ubicarse en un contexto de un país como México, sus planteamientos son plenamente vigentes y tienen un carácter universal.
Analiza el "mundo simbólico, los mitos, las creencias, las ideologías patriarcales que hacen que muchas mujeres estén no sólo cautivas, sino también cautivadas". Estudia los espacios en que se dan esas relaciones de poder y "qué nos pasa a las mujeres con la opresión".
El título del libro nace de los espacios de cautiverio a los que se acercó, donde desde una metodología antropológica, que ella llama "cuerpo a cuerpo", observó y analizó la realidad de las mujeres y sus parejas, las "madresposas", las monjas, las putas, las presas y las locas. Para esto se introdujo en familias, en conventos, cárceles, prostíbulos y hospitales para enfermas mentales; entrevistó a maridos, curas, doctores y carceleros.
Las madresposas
El destino, la meta, la realización de una mujer, por lo visto, es ser madre y esposa, pero no por separado, sino a la vez, por eso Lagarde construye el término madresposa. Es, en el imaginario colectivo patriarcal, la única vía de la felicidad.
Y la maternidad debe ser a toda costa, a costa de la salud, del desarrollo personal y profesional, a costa del crecimiento económico, a costa de llevar una "maternidad que le resulta empobrecedora".
La maternidad de la mujer no sólo es para quien tiene hijos e hijas, sino también para la que no tiene porque los cuidados son labor de las mujeres. A la maternidad siempre se suma el trabajo doméstico, el trabajo que pueda hacer fuera del hogar y también el trabajo político.
Toda esta maternidad va acompañada siempre del deseo de ser amada, del deseo de ser sujeto y dejar de ser objeto. Este punto, señala Lagarde, es común entre todas las mujeres que formaron la muestra de su análisis.
Monjas, putas y locas
El libro también explica ampliamente el resultado del estudio realizado con monjas, como cautivas, donde ellas mantienen ese concepto de ser madresposas "pero castas" y parecería que son las que menos violencia sufren, en relación a las prostitutas y las enfermas mentales.
Sobre el cautiverio de las prostitutas, que sufren un maltrato y violencia enorme, Lagarde hace en su libro un extenso análisis, haciendo referencia al hecho de que ellas son además el calificativo para sancionar a cualquier mujer que haga cualquier transgresión, ya que es una forma de realizar un control político y social en el sistema patriarcal.
Relata algunos casos de mujeres encarceladas y de internas por ser consideradas locas. Sobre las presas resaltó el abandono que sufren las mujeres en las cárceles, además del maltrato, un abandono del entorno afectivo y especialmente legal.
En el caso de las locas, señala que a las mujeres siempre "nos tachan de locas, somos hormonales, nadie nos entiende" y que "siempre hay una loca en una familia" porque se tiende a la psicologización de cualquier problema de las mujeres. Hace referencia a estudios sobre la existencia de todo un sistema de control de mujeres a base de drogas.
Con un sistema patriarcal opresivo, violento, corrupto, donde siempre se culpabiliza a las mujeres, "si no estamos más locas es un milagro", sentencia Lagarde.