Etapa, Fase y Crisis
texto de Claudio Katz
publicado en mayo de 2002
Para esclarecer las transformaciones del capitalismo contemporáneo hay que partir de la periodización del sistema mismo. Una nueva etapa comenzó a perfilarse en la última década, pero este período no se ha consolidado porque el repunte de la tasa de ganancia agravó la estrechez de los mercados. Este desequilibrio es visible en la esfera del consumo, dónde la ofensiva del capital ha derivado en una erosión del poder de compra. También la polarización imperialista, la expansión geográfico-sectorial del capital y el avance de la mundialización acentuaron el desacople entre la recuperación de la rentabilidad y la contracción del poder adquisitivo. La misma contradicción obstruye el progreso de la revolución tecnológica y potencia las conmociones financieras.
El estudio de las fases contribuye a explicar esta situación porque indaga las razones del predominio de períodos prolongados de auge, depresión o indefinición del nivel de actividad. La fase actual de bajo crecimiento contrasta con la prosperidad de posguerra, pero no se asemeja a la depresión de entreguerra. Prevalece un tono gris, especialmente signado por las nuevas contradicciones surgidas de la crisis del 70. En la actual coyuntura recesiva internacional se puede observar, además, una peculiar fractura del mundo en cuatro áreas de evolución económica divergente.
Recurriendo a una teoría multicausal de la crisis se puede comprender cómo se entrecruzan los obstáculos a la valorización del capital con los límites a la realización del valor de las mercancías. En el actual contexto de frágil recuperación de la tasa de ganancia y retracción de la demanda, el aumento de la explotación y la reducción de los salarios coexisten con depuraciones limitadas de los capitales obsoletos. Por eso se extiende la sobreproducción y se multiplican los descalabros financieros.
Estos desequilibrios están agotando el auge de la ideología neoliberal, en un marco de rebeliones periféricas, recomposición de la clase obrera y avances del movimiento de protesta global. Si se observan las tendencias subyacentes en esta crisis también se pueden percibir rasgos prefiguratorios de un devenir socialista (...)
el texto completo se puede descargar desde: (28 páginas de muy buena calidad de formato doc)
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texto de Claudio Katz
publicado en mayo de 2002
Para esclarecer las transformaciones del capitalismo contemporáneo hay que partir de la periodización del sistema mismo. Una nueva etapa comenzó a perfilarse en la última década, pero este período no se ha consolidado porque el repunte de la tasa de ganancia agravó la estrechez de los mercados. Este desequilibrio es visible en la esfera del consumo, dónde la ofensiva del capital ha derivado en una erosión del poder de compra. También la polarización imperialista, la expansión geográfico-sectorial del capital y el avance de la mundialización acentuaron el desacople entre la recuperación de la rentabilidad y la contracción del poder adquisitivo. La misma contradicción obstruye el progreso de la revolución tecnológica y potencia las conmociones financieras.
El estudio de las fases contribuye a explicar esta situación porque indaga las razones del predominio de períodos prolongados de auge, depresión o indefinición del nivel de actividad. La fase actual de bajo crecimiento contrasta con la prosperidad de posguerra, pero no se asemeja a la depresión de entreguerra. Prevalece un tono gris, especialmente signado por las nuevas contradicciones surgidas de la crisis del 70. En la actual coyuntura recesiva internacional se puede observar, además, una peculiar fractura del mundo en cuatro áreas de evolución económica divergente.
Recurriendo a una teoría multicausal de la crisis se puede comprender cómo se entrecruzan los obstáculos a la valorización del capital con los límites a la realización del valor de las mercancías. En el actual contexto de frágil recuperación de la tasa de ganancia y retracción de la demanda, el aumento de la explotación y la reducción de los salarios coexisten con depuraciones limitadas de los capitales obsoletos. Por eso se extiende la sobreproducción y se multiplican los descalabros financieros.
Estos desequilibrios están agotando el auge de la ideología neoliberal, en un marco de rebeliones periféricas, recomposición de la clase obrera y avances del movimiento de protesta global. Si se observan las tendencias subyacentes en esta crisis también se pueden percibir rasgos prefiguratorios de un devenir socialista (...)
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