La llamada “polémica” o “debate” entre José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre estuvo esencialmente en que este último decidió transformar la Alianza Popular Revolucionaria Americana (A. P. R. A.) en un partido político electoreros con claros tintes nacionalistas (fascistas) al estilo del Kuomitang chino y en todo momento imitando a Mussolini (Haya de la Torre decía: “el Kuomitang en China y el APRA en el Perú").
Cuando aparece el o la A.P.R.A. en los años 20 surgió como un frente antiimperialistas de intelectuales progresistas y revolucionarios o como lo denominaron “Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales” , y cuyo joven líder carismático y hablador con terminologías marxistas y socialistas era Haya de la Torre. Mariátegui apoyó a este frente de intelectuales antiimperialistas en sus orígenes y les dio cabida en su periódico Amauta.
Es entre los años 1926 y 1927 en que Haya de la Torre pondrá las bases programáticas para transformar el A.P.R.A. en un partido político. Incluso hay momentos de dudas en cómo llamar a este nuevo partido de intelectuales antiimperialistas pero con claras posiciones anticomunistas. Proponen en denominarlo “partido nacionalistas” pero finalmente Haya de la Torre lo denominará Partido Aprista Peruano con sus siglas APRA. Por lo tanto lo que nace y funda en México Haya de la Torre en 1924 no es un partido político sino un frente antiimperialista que en 1927 transformará recién en partido político.
Cuando el APRA se convierte en un partido político con corte nacionalistas y fascista, donde Haya de la Torre hacía gala de imitador de Mussolini, es donde Mariátegui entra a desenmascararlos en lo que realmente terminarán: en representantes de las clases explotadoras y oponerse a la revolución socialista en el Perú
A continuación posteo la carta de Mariátegui a la célula aprista en México y la contestación que hace Haya de la Torre a Mariátegui. Sólo esta correspondencia entre ambos, originó posteriormente para la historia del Perú “el gran debate” : Haya-Mariátegui. Pero en mi opinión este fue el primer gran debate entre fascismo y marxismo en el Perú.
DE JOSE CARLOS MARIATEGUI A. LA CELULA APRISTA DE MEXICO
Lima, 16 de abril de 1928
Compañeros:
No había contestado hasta hoy la carta de la célula suscrita por Magda Portal, en espera de una carta de Haya de la Torre que me precisase mejor el sentido de la discrepancia: "Alianza o partido". La carta de la célula me supone simplemente influido por el Secretariado de Buenos Aires la Ucsaya, etc., o, por lo menos, pretende que mis observaciones son en esencia las mismas. Hasta la reaparición de "Amauta" he permanecido sistemáticamente privado por la censura de mis canjes y correspondencia,, de modo que no he conocido en su oportunidad ni el número de "La Correspondencia Sud Americana" en que —según he sabido después sin obtener el ejemplar— aparecieron las observaciones del Secretariado de Buenos Aires, ni la tesis de la Ucsaya, ni nada por el estilo. Sólo recientemente he vuelto a recibir "El Libertador"; desde que la censura ha comprobado que en mi casilla no intercepta sino correspondencia intelectual o adminis-trativa, sin importancia para sus fines. Por otra parte, creo haber dado algunas pruebas de mi aptitud para pensar por cuenta propia. De suerte que no me preocuparé de defenderme del reproche de obedecer a sugestiones ajenas.: Este había sido, también, un motivo para que no me apresurase a responder a la carta de la "célula".
Pero como no tengo hasta hoy ninguna aclaración de Haya, a quién escribí extensamente, planteándole cuestiones concretas —por la vía de Washington, en diciembre— y llegan, en cambio, noticias de que ustedes están entregados a una actividad con la cual me encuentro en abierto desacuerdo, y para la cual ninguno de los elementos responsables de aquí ha sido consultado, quiero hacerles conocer sin tardanzas mis puntos de vista sobre este nuevo aspecto de nuestra discrepancia.
La cuestión: el "apra alianza o partido", que Uds. declaran sumariamente resuelta, y que en verdad no debiera existir siquiera, puesto que el Apra se titula alianza y se subtitula frente único, pasa a segundo término, desde el instante en que aparece en escena el Partido Nacionalista Peruano, que ustedes han decidido fundar en México, sin el consenso de los elementos de vanguardia que trabajan en Lima y provincias. Recibo correspondencia constante de provincias, de intelectuales, profesionales, estudiantes, maestros, etc.; y jamás en ninguna carta he encontrado hasta ahora mención del propósito que Uds. dan por evidente e incontrastable, Si de lo, que se trata, como sostiene Haya en una magnifica conferencia, es de descubrir la realidad y no de inventarla, me parece que Uds. están siguiendo un método totalmente distinto y contrario.
He leído un "segundo manifiesto del comité central del partido nacionalista peruano, residente en Abancay". Y su lectura me ha contristado profundamente; 1º porque, como pieza política, pertenece a, la más detestable literatura eleccionaria del viejo régimen; y 2º porque acusa la tendencia a cimentar un movimiento —cuya mayor fuerza era hasta ahora su verdad— en el bluff y la mentira. Si ese papel fuese atribuido a un grupo irresponsable, no me importaría su demagogia, porque sé que en toda campaña un poco o un mucho de demagogia son inevitables y aún necesarios. Pero al pie de ese documento está la firma de un comité central que no existe, pero que el pueblo ingenuo creerá existente y verdadero. ¿Y es en esos términos de grosera y ramplona demagogia criolla, como debemos dirigirnos al país? No hay ahí una sola vez la palabra socialismo. Todo es declamación estrepitosa y hueca de liberaloides de antiguo estilo. Como prosa y como idea, está esa pieza por debajo de la literatura política posterior a Billinghurst. .
Por mi parte, siento el deber urgente de declarar que no adherire de ningún modo a éste partido. nacionalista peruano que, a mi juicio nace tan descalificado para asumir; la obra histórica en cuya preparación hasta ayer hemos " coincidido. Creo que nuestro movimiento no debe cifrar su éxito en engaños ni señuelos. La verdad es su fuerza su única fuerza, .su mejor fuerza. No creo con Uds. que para triunfar haya que valerse de "todos los medios criollos". La táctica, la praxis, en si mismas son algo más que forma y sistema. Los medios, aun cuando se trata de movimientos bien adoctrinados, acaban por substituir a los fines. He visto formarse al fascismo. ¿Quiénes eran, al principio, los fascistas? Casi todos elementos de más vieja impregnación e historia revolucionaria que cualquiera de nosotros. Socialista de extrema izquierda, como Mussolini, actor de la semana roja de Boloña; sindicalistas revolucionarios, de temple heroico, como Corridoni, formidable organizador obrero; anarquista de gran vuelo, intelectual y filosófico como MassimoRocca; futurista; de estridente ultraísmo, como Marinetti, Settimelli, Bottai, etc. Toda esa gente era o se sentía revolucionaria, anti-clerical, republicana "mas allá del comunismo" según la frase de Marinetti. Y ustedes saben cómo el curso mismo de su acción los convirtió, en una fuerza diversa de lo que a sí mismos se suponían. La táctica les exigía atacar la burocracia revolucionaria, romper al partido socialista, destrozar la organización obrera. Para esta empresa la burguesía los abasteció de hombres, camiones, armas y dinero. El socialismo, el proletariado, eran, a pesar de todos sus lastres burocrá-ticos, la revolución. El fascismo por fuerza tenía una función reaccionaria.
Me opongo a todo equivoco. Me opongo a que un movimiento ideológico, que, por su justificación histórica, por la inteligencia y abnegación de sus militantes, por la altura y nobleza de su doctrina ganará, si nosotros mismos no lo malogramos, la conciencia de la mejor parte del país, aborte miserablemente en una vulgarísima agitación electoral. En estos años de enfermedad, de sufrimiento, de lucha, he sacado fuerzas invariablemente de mi esperanza optimista en esa juventud que repudiaba la vieja política, entre otras cosas porque repudiaba los "métodos criollos"; la declamación caudillesca, la retórica hueca y fanfarrona. Defiendo todas mis razones vitales al defender mis razones intelectuales. No me avengo a una decepción. La que he sufrido, me esta enfermando y angustiando terriblemente. No quiero ser patético, pero no puedo callarles que les escribo con fiebre, con ansiedad, con desesperación.
Y no estoy solo en esta posición, La comparten todos los que tienen conocimiento de la propaganda, de ustedes —propaganda que por otra parte no está justificada al menos por su eficacia— porque fracasara inevitablemente. Hemos acordado una carta colectiva que muy pronto les enviaremos.
De aquí a entonces, espero recibir mejores noticias. Y en tanto los abrazo con cordial sentimiento.
José Carlos Mariátegui
DE VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE A JOSE CARLOS MARIATEGUI
México, 20 de mayo de 1928
Querido Mariátegui:
Acabo de leer una carta de Ud. fechada el 16 de abrís. No la comenta. Debe Ud. haber recibido otra nuestra. Lamento sí, su precipitaci6n, su vehemencia. Ha recaído Ud. en el tropicalismo,
Como se refiere Ud. a una carta enviada a mí por la vía Washington le escribo. Recibí su carta. No la contesté por que la noté ya infectada de demagogia tropical, de absurdo sentimentalismo lamentable Dejé que se enfriara Ud. Preferí hacerla pedazos y echarla al canasto. Ud, está lleno de europeísmo. ¡Qué distinto efecto ha producido Europa en Ud. y en mí! Ahora aprecio las diferencias y veo que tenía razón cuando me reí cordialmente de la oposición de Ud. a creer que el 23 de mayo no era un movimiento prácticamente aprovechable.
Espero que se tranquilice. Es necesario para su salud. Supongo que una carta colectiva explicatoria, clara, realista, carta de clima templado, les haya llegado. Yo sé que en el fondo —subsconcientemente diría Freud— Ud. reacciona contra mí. Haya es el blanco de la suspicacia escondida. Pero Haya es más revolucionario que nunca, vale decir, más realista que nunca.
Está listo libro "El Antiimperialismo y el Apra" que define al Apra como partido. Trae puntos polémicos sí. Los mismos diplomáticos del Soviet, que conocen sus líneas cestrales, admiten que plantean toda una revolución ideológica. El Apra es partido, alianza y frente. ¿Imposible? Ya verá Ud que sí. No porque en Europa no haya nada parecido no podrá dejar de haberlo en América. En Europa tampoco había rascacielos ni hay antropófagos.
Créame que su carta de hoy me produjo alegría. Estoy ya dentro del estremecimiento de la polémica. ¡Qué poderosa es la mentalidad reaccionaria infiltrándose hasta en elementos nuestros! Lo digo por la semejanza de sus afirmaciones con las de "La Prensa".
La candidatura no es nuestra. La aprovechamos y la aprovecharemos. El manifiesto no es nuestro. Nuestro Partido nacionalista es otro. ¿Por qué no leyó bien? La literatura que Ud. ataca desde un admirable punto de vista de literato moderno y elegante, tampoco es nuestra. ¡Calma, amigo Mariátegui! Yo no soy engendro de Mussolini. ¿Ya leyó el plan? ¿No se sonroja de haber dudado así, de haber secundado desde otro punto de vista a los demagogos seudorevolucionarios del continente histérico? ¡Oh trópico maligno! Pero ya vendrá la calma. Yo he nacido para luchar. Para luchar contra todo lo viejo infiltrado y escondido en lo nuevo. Ya verá. Analice. Olvídese de Lima. Clama Ud. por la palabra socialismo. "Ni una vez se la menciona" Words, wordsandwords! He ahí la característica nuestra: la palabra. Ud. según vi en "Amauta" no habló en Vitarte, pero sí lanzó tres vítores sonoros. Ni uno de ellos fue a la revolución antiim-perialista. La única posible, la única inmediata en estos tiempos. Así habría gritado Justo. Justo ya se murió. Nosotros estamos vivos. Gritemos con la voz de nuestros tiempos.
Desinfectémonos de la imitación europea. Quisiera tener más tiempo para escribirle más. Pero estoy ocupado. Escribo las notas de mi libro. No pierda la fe. No se caiga en la izquierda o en el izquierdismo (zurdisrno le llamó yo) de los literatos de la revolución. Póngase en la realidad y trate de disciplinarse no con Europa revolucionaria sino con América revolucionaria.
Está Ud; haciendo mucho daño por su falta de calma. Por su afán de aparecer siempre europeo dentro de la terminología europea. Con eso rompe el Apra. Yo sé que está Ud. contra nosotros. No me sorprende. Pero la revolución la haremos nosotros sin mencionar el socialismo pero repartiendo las tierras y luchando contra el imperialismo.
Le saludo afectuosamente y espero que haga algo por calmarse. Nos dice Ud que escribió la carta afiebrado. No sabe cuanto lo siento pero desde las primeras líneas lo supuse.
Su amigo siempre leal.
Tomado del libro "Correspondencias de Jose Carlos Mariátegui", Volumen II
http://www.forocomunista.com/t25003-correspondencias-de-jose-carlos-mariategui-seleccion
Cuando aparece el o la A.P.R.A. en los años 20 surgió como un frente antiimperialistas de intelectuales progresistas y revolucionarios o como lo denominaron “Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales” , y cuyo joven líder carismático y hablador con terminologías marxistas y socialistas era Haya de la Torre. Mariátegui apoyó a este frente de intelectuales antiimperialistas en sus orígenes y les dio cabida en su periódico Amauta.
Es entre los años 1926 y 1927 en que Haya de la Torre pondrá las bases programáticas para transformar el A.P.R.A. en un partido político. Incluso hay momentos de dudas en cómo llamar a este nuevo partido de intelectuales antiimperialistas pero con claras posiciones anticomunistas. Proponen en denominarlo “partido nacionalistas” pero finalmente Haya de la Torre lo denominará Partido Aprista Peruano con sus siglas APRA. Por lo tanto lo que nace y funda en México Haya de la Torre en 1924 no es un partido político sino un frente antiimperialista que en 1927 transformará recién en partido político.
Cuando el APRA se convierte en un partido político con corte nacionalistas y fascista, donde Haya de la Torre hacía gala de imitador de Mussolini, es donde Mariátegui entra a desenmascararlos en lo que realmente terminarán: en representantes de las clases explotadoras y oponerse a la revolución socialista en el Perú
A continuación posteo la carta de Mariátegui a la célula aprista en México y la contestación que hace Haya de la Torre a Mariátegui. Sólo esta correspondencia entre ambos, originó posteriormente para la historia del Perú “el gran debate” : Haya-Mariátegui. Pero en mi opinión este fue el primer gran debate entre fascismo y marxismo en el Perú.
DE JOSE CARLOS MARIATEGUI A. LA CELULA APRISTA DE MEXICO
Lima, 16 de abril de 1928
Compañeros:
No había contestado hasta hoy la carta de la célula suscrita por Magda Portal, en espera de una carta de Haya de la Torre que me precisase mejor el sentido de la discrepancia: "Alianza o partido". La carta de la célula me supone simplemente influido por el Secretariado de Buenos Aires la Ucsaya, etc., o, por lo menos, pretende que mis observaciones son en esencia las mismas. Hasta la reaparición de "Amauta" he permanecido sistemáticamente privado por la censura de mis canjes y correspondencia,, de modo que no he conocido en su oportunidad ni el número de "La Correspondencia Sud Americana" en que —según he sabido después sin obtener el ejemplar— aparecieron las observaciones del Secretariado de Buenos Aires, ni la tesis de la Ucsaya, ni nada por el estilo. Sólo recientemente he vuelto a recibir "El Libertador"; desde que la censura ha comprobado que en mi casilla no intercepta sino correspondencia intelectual o adminis-trativa, sin importancia para sus fines. Por otra parte, creo haber dado algunas pruebas de mi aptitud para pensar por cuenta propia. De suerte que no me preocuparé de defenderme del reproche de obedecer a sugestiones ajenas.: Este había sido, también, un motivo para que no me apresurase a responder a la carta de la "célula".
Pero como no tengo hasta hoy ninguna aclaración de Haya, a quién escribí extensamente, planteándole cuestiones concretas —por la vía de Washington, en diciembre— y llegan, en cambio, noticias de que ustedes están entregados a una actividad con la cual me encuentro en abierto desacuerdo, y para la cual ninguno de los elementos responsables de aquí ha sido consultado, quiero hacerles conocer sin tardanzas mis puntos de vista sobre este nuevo aspecto de nuestra discrepancia.
La cuestión: el "apra alianza o partido", que Uds. declaran sumariamente resuelta, y que en verdad no debiera existir siquiera, puesto que el Apra se titula alianza y se subtitula frente único, pasa a segundo término, desde el instante en que aparece en escena el Partido Nacionalista Peruano, que ustedes han decidido fundar en México, sin el consenso de los elementos de vanguardia que trabajan en Lima y provincias. Recibo correspondencia constante de provincias, de intelectuales, profesionales, estudiantes, maestros, etc.; y jamás en ninguna carta he encontrado hasta ahora mención del propósito que Uds. dan por evidente e incontrastable, Si de lo, que se trata, como sostiene Haya en una magnifica conferencia, es de descubrir la realidad y no de inventarla, me parece que Uds. están siguiendo un método totalmente distinto y contrario.
He leído un "segundo manifiesto del comité central del partido nacionalista peruano, residente en Abancay". Y su lectura me ha contristado profundamente; 1º porque, como pieza política, pertenece a, la más detestable literatura eleccionaria del viejo régimen; y 2º porque acusa la tendencia a cimentar un movimiento —cuya mayor fuerza era hasta ahora su verdad— en el bluff y la mentira. Si ese papel fuese atribuido a un grupo irresponsable, no me importaría su demagogia, porque sé que en toda campaña un poco o un mucho de demagogia son inevitables y aún necesarios. Pero al pie de ese documento está la firma de un comité central que no existe, pero que el pueblo ingenuo creerá existente y verdadero. ¿Y es en esos términos de grosera y ramplona demagogia criolla, como debemos dirigirnos al país? No hay ahí una sola vez la palabra socialismo. Todo es declamación estrepitosa y hueca de liberaloides de antiguo estilo. Como prosa y como idea, está esa pieza por debajo de la literatura política posterior a Billinghurst. .
Por mi parte, siento el deber urgente de declarar que no adherire de ningún modo a éste partido. nacionalista peruano que, a mi juicio nace tan descalificado para asumir; la obra histórica en cuya preparación hasta ayer hemos " coincidido. Creo que nuestro movimiento no debe cifrar su éxito en engaños ni señuelos. La verdad es su fuerza su única fuerza, .su mejor fuerza. No creo con Uds. que para triunfar haya que valerse de "todos los medios criollos". La táctica, la praxis, en si mismas son algo más que forma y sistema. Los medios, aun cuando se trata de movimientos bien adoctrinados, acaban por substituir a los fines. He visto formarse al fascismo. ¿Quiénes eran, al principio, los fascistas? Casi todos elementos de más vieja impregnación e historia revolucionaria que cualquiera de nosotros. Socialista de extrema izquierda, como Mussolini, actor de la semana roja de Boloña; sindicalistas revolucionarios, de temple heroico, como Corridoni, formidable organizador obrero; anarquista de gran vuelo, intelectual y filosófico como MassimoRocca; futurista; de estridente ultraísmo, como Marinetti, Settimelli, Bottai, etc. Toda esa gente era o se sentía revolucionaria, anti-clerical, republicana "mas allá del comunismo" según la frase de Marinetti. Y ustedes saben cómo el curso mismo de su acción los convirtió, en una fuerza diversa de lo que a sí mismos se suponían. La táctica les exigía atacar la burocracia revolucionaria, romper al partido socialista, destrozar la organización obrera. Para esta empresa la burguesía los abasteció de hombres, camiones, armas y dinero. El socialismo, el proletariado, eran, a pesar de todos sus lastres burocrá-ticos, la revolución. El fascismo por fuerza tenía una función reaccionaria.
Me opongo a todo equivoco. Me opongo a que un movimiento ideológico, que, por su justificación histórica, por la inteligencia y abnegación de sus militantes, por la altura y nobleza de su doctrina ganará, si nosotros mismos no lo malogramos, la conciencia de la mejor parte del país, aborte miserablemente en una vulgarísima agitación electoral. En estos años de enfermedad, de sufrimiento, de lucha, he sacado fuerzas invariablemente de mi esperanza optimista en esa juventud que repudiaba la vieja política, entre otras cosas porque repudiaba los "métodos criollos"; la declamación caudillesca, la retórica hueca y fanfarrona. Defiendo todas mis razones vitales al defender mis razones intelectuales. No me avengo a una decepción. La que he sufrido, me esta enfermando y angustiando terriblemente. No quiero ser patético, pero no puedo callarles que les escribo con fiebre, con ansiedad, con desesperación.
Y no estoy solo en esta posición, La comparten todos los que tienen conocimiento de la propaganda, de ustedes —propaganda que por otra parte no está justificada al menos por su eficacia— porque fracasara inevitablemente. Hemos acordado una carta colectiva que muy pronto les enviaremos.
De aquí a entonces, espero recibir mejores noticias. Y en tanto los abrazo con cordial sentimiento.
José Carlos Mariátegui
DE VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE A JOSE CARLOS MARIATEGUI
México, 20 de mayo de 1928
Querido Mariátegui:
Acabo de leer una carta de Ud. fechada el 16 de abrís. No la comenta. Debe Ud. haber recibido otra nuestra. Lamento sí, su precipitaci6n, su vehemencia. Ha recaído Ud. en el tropicalismo,
Como se refiere Ud. a una carta enviada a mí por la vía Washington le escribo. Recibí su carta. No la contesté por que la noté ya infectada de demagogia tropical, de absurdo sentimentalismo lamentable Dejé que se enfriara Ud. Preferí hacerla pedazos y echarla al canasto. Ud, está lleno de europeísmo. ¡Qué distinto efecto ha producido Europa en Ud. y en mí! Ahora aprecio las diferencias y veo que tenía razón cuando me reí cordialmente de la oposición de Ud. a creer que el 23 de mayo no era un movimiento prácticamente aprovechable.
Espero que se tranquilice. Es necesario para su salud. Supongo que una carta colectiva explicatoria, clara, realista, carta de clima templado, les haya llegado. Yo sé que en el fondo —subsconcientemente diría Freud— Ud. reacciona contra mí. Haya es el blanco de la suspicacia escondida. Pero Haya es más revolucionario que nunca, vale decir, más realista que nunca.
Está listo libro "El Antiimperialismo y el Apra" que define al Apra como partido. Trae puntos polémicos sí. Los mismos diplomáticos del Soviet, que conocen sus líneas cestrales, admiten que plantean toda una revolución ideológica. El Apra es partido, alianza y frente. ¿Imposible? Ya verá Ud que sí. No porque en Europa no haya nada parecido no podrá dejar de haberlo en América. En Europa tampoco había rascacielos ni hay antropófagos.
Créame que su carta de hoy me produjo alegría. Estoy ya dentro del estremecimiento de la polémica. ¡Qué poderosa es la mentalidad reaccionaria infiltrándose hasta en elementos nuestros! Lo digo por la semejanza de sus afirmaciones con las de "La Prensa".
La candidatura no es nuestra. La aprovechamos y la aprovecharemos. El manifiesto no es nuestro. Nuestro Partido nacionalista es otro. ¿Por qué no leyó bien? La literatura que Ud. ataca desde un admirable punto de vista de literato moderno y elegante, tampoco es nuestra. ¡Calma, amigo Mariátegui! Yo no soy engendro de Mussolini. ¿Ya leyó el plan? ¿No se sonroja de haber dudado así, de haber secundado desde otro punto de vista a los demagogos seudorevolucionarios del continente histérico? ¡Oh trópico maligno! Pero ya vendrá la calma. Yo he nacido para luchar. Para luchar contra todo lo viejo infiltrado y escondido en lo nuevo. Ya verá. Analice. Olvídese de Lima. Clama Ud. por la palabra socialismo. "Ni una vez se la menciona" Words, wordsandwords! He ahí la característica nuestra: la palabra. Ud. según vi en "Amauta" no habló en Vitarte, pero sí lanzó tres vítores sonoros. Ni uno de ellos fue a la revolución antiim-perialista. La única posible, la única inmediata en estos tiempos. Así habría gritado Justo. Justo ya se murió. Nosotros estamos vivos. Gritemos con la voz de nuestros tiempos.
Desinfectémonos de la imitación europea. Quisiera tener más tiempo para escribirle más. Pero estoy ocupado. Escribo las notas de mi libro. No pierda la fe. No se caiga en la izquierda o en el izquierdismo (zurdisrno le llamó yo) de los literatos de la revolución. Póngase en la realidad y trate de disciplinarse no con Europa revolucionaria sino con América revolucionaria.
Está Ud; haciendo mucho daño por su falta de calma. Por su afán de aparecer siempre europeo dentro de la terminología europea. Con eso rompe el Apra. Yo sé que está Ud. contra nosotros. No me sorprende. Pero la revolución la haremos nosotros sin mencionar el socialismo pero repartiendo las tierras y luchando contra el imperialismo.
Le saludo afectuosamente y espero que haga algo por calmarse. Nos dice Ud que escribió la carta afiebrado. No sabe cuanto lo siento pero desde las primeras líneas lo supuse.
Su amigo siempre leal.
Tomado del libro "Correspondencias de Jose Carlos Mariátegui", Volumen II
http://www.forocomunista.com/t25003-correspondencias-de-jose-carlos-mariategui-seleccion
Última edición por javicho II el Dom Dic 02, 2012 12:29 am, editado 1 vez