Interpretaciones: el triunfo electoral de Chávez resultó una buena noticia para amplias franjas de trabajadores y estudiantes que se identifican con la Revolución Bolivariana y la estrategia de integración regional que impulsa el Alba, y también para sectores del Gobierno. Ese avance socialista alienta ahora al debate, cuando sectores sindicales, antes aliados, empiezan a cuestionar al gobierno y el amplio activo de izquierda replantea su estrategia. Un ex funcionario del gobierno kirchnerista, un periodista internacional y un sindicalista analizan las repercusiones nacionales y los motivos de la victoria de Chávez, así como su impacto en toda la región y las posibles respuestas del imperialismo en plena crisis económica mundial.
“El pueblo ha dado un veredicto claro”
Por Enrique Martínez*
El triunfo de Hugo Chávez en Venezuela muestra, ante todo, que la mayoría del pueblo de ese país cree que el proceso de transformación requiere de un liderazgo continuado. Ha priorizado a un líder que, a pesar de cometer algunos errores, asegura la voluntad de superar un estado histórico de fractura social con evidente perjuicio para la gran mayoría de la población.
Queda claro que el proyecto, cuando es auténtico y comprometido con la búsqueda de la justicia social, se coloca por encima de ciertos mitos reaccionarios, como es típicamente el reclamo de una alternancia en el gobierno. El pensamiento conservador puede levantar esa consigna porque no necesita líderes para sostenerla, sino simplemente la reiteración de los prejuicios e intereses de sectores dominantes. Para cambiar el estado de cosas, en cambio, hace falta más que los planteos racionales. Hace falta la identificación y la mística que generan líderes masivos, que no son fáciles ni de construir ni de reemplazar.
El triunfo de Hugo Chávez se asocia a realizaciones y a un programa detallado que busca una sociedad más justa. Pero, reitero, más que eso se asocia a la identificación de la mayoría con una voluntad de cambio y un nivel de participación que se ha estimulado durante todos estos años, con éxitos y fracasos, pero pensando que el protagonismo popular es condición necesaria e ineludible.
El camino futuro tiene algunas incógnitas. Por un lado, el inédito intento de construir un espacio socialista en paralelo con la continuidad de una economía capitalista ha avanzado lo suficiente como para que ya se planteen numerosas zonas de competencia fuerte entre los dos sistemas. El comercio minorista y la producción de alimentos, por mencionar dos ámbitos clave, ya tienen una presencia de producción colectiva que exige algunos avances para no quedar en la puja de sistemas.
Por otro lado, los intereses estadounidenses, siempre preocupados por las fuentes de energía, además de su intolerancia hacia otros sistemas sociales, pueden afectar de manera creciente la evolución de este proyecto. La novedad que significa el enorme aumento de disponibilidad de gas en Estados Unidos a través de los yacimientos de shale gas, puede jugar en contra del statu quo, paradójicamente. En efecto, al bajar la dependencia del petróleo venezolano, pudiera ser que los que son afectos a las aventuras políticas tomen fuerza para frenar la Revolución Bolivariana. Se verá. En todo caso, la mayoría del pueblo de Venezuela ha dado un veredicto claro.
*Ex presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti)