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    El llamado "gran debate” entre José Carlos Mariátegui y Victor Raúl Haya de la Torre

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    El llamado "gran debate” entre José Carlos Mariátegui y Victor Raúl Haya de la Torre Empty El llamado "gran debate” entre José Carlos Mariátegui y Victor Raúl Haya de la Torre

    Mensaje por javicho II Sáb Nov 24, 2012 12:54 am

    La llamada “polémica” o “debate” entre José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre estuvo esencialmente en que este último decidió transformar la Alianza Popular Revolucionaria Americana (A. P. R. A.) en un partido político electoreros con claros tintes nacionalistas (fascistas) al estilo del Kuomitang chino y en todo momento imitando a Mussolini (Haya de la Torre decía: “el Kuomitang en China y el APRA en el Perú").
    Cuando aparece el o la A.P.R.A. en los años 20 surgió como un frente antiimperialistas de intelectuales progresistas y revolucionarios o como lo denominaron “Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales” , y cuyo joven líder carismático y hablador con terminologías marxistas y socialistas era Haya de la Torre. Mariátegui apoyó a este frente de intelectuales antiimperialistas en sus orígenes y les dio cabida en su periódico Amauta.
    Es entre los años 1926 y 1927 en que Haya de la Torre pondrá las bases programáticas para transformar el A.P.R.A. en un partido político. Incluso hay momentos de dudas en cómo llamar a este nuevo partido de intelectuales antiimperialistas pero con claras posiciones anticomunistas. Proponen en denominarlo “partido nacionalistas” pero finalmente Haya de la Torre lo denominará Partido Aprista Peruano con sus siglas APRA. Por lo tanto lo que nace y funda en México Haya de la Torre en 1924 no es un partido político sino un frente antiimperialista que en 1927 transformará recién en partido político.
    Cuando el APRA se convierte en un partido político con corte nacionalistas y fascista, donde Haya de la Torre hacía gala de imitador de Mussolini, es donde Mariátegui entra a desenmascararlos en lo que realmente terminarán: en representantes de las clases explotadoras y oponerse a la revolución socialista en el Perú

    A continuación posteo la carta de Mariátegui a la célula aprista en México y la contestación que hace Haya de la Torre a Mariátegui. Sólo esta correspondencia entre ambos, originó posteriormente para la historia del Perú “el gran debate” : Haya-Mariátegui. Pero en mi opinión este fue el primer gran debate entre fascismo y marxismo en el Perú.



    DE JOSE CARLOS MARIATEGUI A. LA CELULA APRISTA DE MEXICO

    Lima, 16 de abril de 1928

    Compañeros:

    No había contestado hasta hoy la carta de la célula suscrita por Magda Portal, en espera de una carta de Haya de la Torre que me precisase mejor el sentido de la discrepancia: "Alianza o partido". La carta de la célula me supone simplemente influido por el Secretariado de Buenos Aires la Ucsaya, etc., o, por lo menos, pretende que mis observaciones son en esencia las mismas. Hasta la reaparición de "Amauta" he permanecido sistemáticamente privado por la censura de mis canjes y correspondencia,, de modo que no he conocido en su oportunidad ni el número de "La Correspondencia Sud Americana" en que —según he sabido después sin obtener el ejemplar— aparecieron las observaciones del Secretariado de Buenos Aires, ni la tesis de la Ucsaya, ni nada por el estilo. Sólo recientemente he vuelto a recibir "El Libertador"; desde que la censura ha comprobado que en mi casilla no intercepta sino correspondencia in­telectual o adminis-trativa, sin importancia para sus fines. Por otra parte, creo haber dado algunas pruebas de mi aptitud para pensar por cuenta propia. De suerte que no me preocuparé de defenderme del reproche de obedecer a sugestiones ajenas.: Este había sido, también, un motivo para que no me apresurase a responder a la carta de la "célula".

    Pero como no tengo hasta hoy ninguna aclaración de Haya, a quién escribí extensamente, planteándole cuestiones concretas —por la vía de Washington, en diciembre— y llegan, en cambio, noticias de que ustedes están entregados a una actividad con la cual me en­cuentro en abierto desacuerdo, y para la cual ninguno de los ele­mentos responsables de aquí ha sido consultado, quiero hacerles conocer sin tardanzas mis puntos de vista sobre este nuevo aspecto de nuestra discrepancia.

    La cuestión: el "apra alianza o partido", que Uds. declaran sumariamente resuelta, y que en verdad no debiera existir siquiera, puesto que el Apra se titula alianza y se subtitula frente único, pasa a segundo término, desde el instante en que aparece en escena el Par­tido Nacionalista Peruano, que ustedes han decidido fundar en México, sin el consenso de los elementos de vanguardia que trabajan en Lima y provincias. Recibo correspondencia constante de pro­vincias, de intelectuales, profesionales, estudiantes, maestros, etc.; y jamás en ninguna carta he encontrado hasta ahora mención del propósito que Uds. dan por evidente e incontrastable, Si de lo, que se trata, como sostiene Haya en una magnifica conferencia, es de descubrir la realidad y no de inventarla, me parece que Uds. están siguiendo un método totalmente distinto y contrario.

    He leído un "segundo manifiesto del comité central del partido nacionalista peruano, residente en Abancay". Y su lectura me ha contristado profundamente; 1º porque, como pieza política, pertenece a, la más detestable literatura eleccionaria del viejo régimen; y 2º porque acusa la tendencia a cimentar un movimiento —cuya mayor fuerza era hasta ahora su verdad— en el bluff y la mentira. Si ese papel fuese atribuido a un grupo irresponsable, no me impor­taría su demagogia, porque sé que en toda campaña un poco o un mucho de demagogia son inevitables y aún necesarios. Pero al pie de ese documento está la firma de un comité central que no existe, pero que el pueblo ingenuo creerá existente y verdadero. ¿Y es en esos términos de grosera y ramplona demagogia criolla, como debemos dirigirnos al país? No hay ahí una sola vez la palabra socia­lismo. Todo es declamación estrepitosa y hueca de liberaloides de antiguo estilo. Como prosa y como idea, está esa pieza por debajo de la literatura política posterior a Billinghurst. .

    Por mi parte, siento el deber urgente de declarar que no adhe­rire de ningún modo a éste partido. nacionalista peruano que, a mi juicio nace tan descalificado para asumir; la obra histórica en cuya preparación hasta ayer hemos " coincidido. Creo que nuestro movimiento no debe cifrar su éxito en engaños ni señuelos. La verdad es su fuerza su única fuerza, .su mejor fuerza. No creo con Uds. que para triunfar haya que valerse de "todos los medios criollos". La táctica, la praxis, en si mismas son algo más que forma y sistema. Los medios, aun cuando se trata de movimientos bien adoctrinados, acaban por substituir a los fines. He visto formarse al fascismo. ¿Quiénes eran, al principio, los fascistas? Casi todos ele­mentos de más vieja impregnación e historia revolucionaria que cualquiera de nosotros. Socialista de extrema izquierda, como Mus­solini, actor de la semana roja de Boloña; sindicalistas revoluciona­rios, de temple heroico, como Corridoni, formidable organizador obrero; anarquista de gran vuelo, intelectual y filosófico como MassimoRocca; futurista; de estridente ultraísmo, como Marinetti, Settimelli, Bottai, etc. Toda esa gente era o se sentía revolucionaria, anti-clerical, republicana "mas allá del comunismo" según la frase de Marinetti. Y ustedes saben cómo el curso mismo de su acción los convirtió, en una fuerza diversa de lo que a sí mismos se suponían. La táctica les exigía atacar la burocracia revolucionaria, romper al partido socialista, destrozar la organización obrera. Para esta empresa la burguesía los abasteció de hombres, camiones, armas y di­nero. El socialismo, el proletariado, eran, a pesar de todos sus lastres burocrá-ticos, la revolución. El fascismo por fuerza tenía una función reaccionaria.

    Me opongo a todo equivoco. Me opongo a que un movimiento ideológico, que, por su justificación histórica, por la inteligencia y abnegación de sus militantes, por la altura y nobleza de su doctrina ganará, si nosotros mismos no lo malogramos, la conciencia de la mejor parte del país, aborte miserablemente en una vulgarísima agi­tación electoral. En estos años de enfermedad, de sufrimiento, de lucha, he sacado fuerzas invariablemente de mi esperanza optimista en esa juventud que repudiaba la vieja política, entre otras cosas porque repudiaba los "métodos criollos"; la declamación caudillesca, la retórica hueca y fanfarrona. Defiendo todas mis razones vitales al defender mis razones intelectuales. No me avengo a una decepción. La que he sufrido, me esta enfermando y angustiando terriblemente. No quiero ser patético, pero no puedo callarles que les escribo con fiebre, con ansiedad, con desesperación.

    Y no estoy solo en esta posición, La comparten todos los que tienen conocimiento de la propaganda, de ustedes —propaganda que por otra parte no está justificada al menos por su eficacia— porque fracasara inevitablemente. Hemos acordado una carta colectiva que muy pronto les enviaremos.

    De aquí a entonces, espero recibir mejores noticias. Y en tanto los abrazo con cordial sentimiento.

    José Carlos Mariátegui




    DE VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE A JOSE CARLOS MARIATEGUI

    México, 20 de mayo de 1928

    Querido Mariátegui:


    Acabo de leer una carta de Ud. fechada el 16 de abrís. No la comenta. Debe Ud. haber recibido otra nuestra. Lamento sí, su precipitaci6n, su vehemencia. Ha recaído Ud. en el tropicalismo,

    Como se refiere Ud. a una carta enviada a mí por la vía Was­hington le escribo. Recibí su carta. No la contesté por que la noté ya infectada de demagogia tropical, de absurdo sentimentalismo la­mentable Dejé que se enfriara Ud. Preferí hacerla pedazos y echarla al canasto. Ud, está lleno de europeísmo. ¡Qué distinto efecto ha producido Europa en Ud. y en mí! Ahora aprecio las diferencias y veo que tenía razón cuando me reí cordialmente de la oposición de Ud. a creer que el 23 de mayo no era un movimiento prácticamente aprovechable.

    Espero que se tranquilice. Es necesario para su salud. Supongo que una carta colectiva explicatoria, clara, realista, carta de clima templado, les haya llegado. Yo sé que en el fondo —subsconcientemente diría Freud— Ud. reacciona contra mí. Haya es el blanco de la suspicacia escondida. Pero Haya es más revolucionario que nunca, vale decir, más realista que nunca.

    Está listo libro "El Antiimperialismo y el Apra" que define al Apra como partido. Trae puntos polémicos sí. Los mismos di­plomáticos del Soviet, que conocen sus líneas cestrales, admiten que plantean toda una revolución ideológica. El Apra es partido, alianza y frente. ¿Imposible? Ya verá Ud que sí. No porque en Europa no haya nada parecido no podrá dejar de haberlo en América. En Europa tampoco había rascacielos ni hay antropófagos.

    Créame que su carta de hoy me produjo alegría. Estoy ya den­tro del estremecimiento de la polémica. ¡Qué poderosa es la menta­lidad reaccionaria infiltrándose hasta en elementos nuestros! Lo digo por la semejanza de sus afirmaciones con las de "La Prensa".

    La candidatura no es nuestra. La aprovechamos y la aprovecharemos. El manifiesto no es nuestro. Nuestro Partido nacionalista es otro. ¿Por qué no leyó bien? La literatura que Ud. ataca desde un admirable punto de vista de literato moderno y elegante, tampoco es nuestra. ¡Calma, amigo Mariátegui! Yo no soy engendro de Mussolini. ¿Ya leyó el plan? ¿No se sonroja de haber dudado así, de haber secundado desde otro punto de vista a los demagogos seudo­revolucionarios del continente histérico? ¡Oh trópico maligno! Pero ya vendrá la calma. Yo he nacido para luchar. Para luchar contra todo lo viejo infiltrado y escondido en lo nuevo. Ya verá. Analice. Olvídese de Lima. Clama Ud. por la palabra socialismo. "Ni una vez se la menciona" Words, wordsandwords! He ahí la característica nuestra: la palabra. Ud. según vi en "Amauta" no habló en Vitarte, pero sí lanzó tres vítores sonoros. Ni uno de ellos fue a la revolución antiim-perialista. La única posible, la única inmediata en estos tiempos. Así habría gritado Justo. Justo ya se murió. Nosotros estamos vivos. Gritemos con la voz de nuestros tiempos.

    Desinfectémonos de la imitación europea. Quisiera tener más tiem­po para escribirle más. Pero estoy ocupado. Escribo las notas de mi libro. No pierda la fe. No se caiga en la izquierda o en el izquierdismo (zurdisrno le llamó yo) de los literatos de la revolución. Póngase en la realidad y trate de disciplinarse no con Europa revo­lucionaria sino con América revolucionaria.

    Está Ud; haciendo mucho daño por su falta de calma. Por su afán de aparecer siempre europeo dentro de la terminología europea. Con eso rompe el Apra. Yo sé que está Ud. contra nosotros. No me sorprende. Pero la revolución la haremos nosotros sin mencio­nar el socialismo pero repartiendo las tierras y luchando contra el imperialismo.

    Le saludo afectuosamente y espero que haga algo por calmarse. Nos dice Ud que escribió la carta afiebrado. No sabe cuanto lo siento pero desde las primeras líneas lo supuse.

    Su amigo siempre leal.

    Tomado del libro "Correspondencias de Jose Carlos Mariátegui", Volumen II

    http://www.forocomunista.com/t25003-correspondencias-de-jose-carlos-mariategui-seleccion


    Última edición por javicho II el Dom Dic 02, 2012 12:29 am, editado 1 vez
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    Mensaje por Razion Sáb Nov 24, 2012 2:42 am

    ¡Calma, amigo Mariátegui! Yo no soy engendro de Mussolini. ¿Ya leyó el plan? ¿No se sonroja de haber dudado así, de haber secundado desde otro punto de vista a los demagogos seudo­revolucionarios del continente histérico? ¡Oh trópico maligno! Pero ya vendrá la calma. Yo he nacido para luchar. Para luchar contra todo lo viejo infiltrado y escondido en lo nuevo. Ya verá. Analice. Olvídese de Lima. Clama Ud. por la palabra socialismo. "Ni una vez se la menciona" Words, wordsandwords! He ahí la característica nuestra: la palabra.

    Esa frase es bastante fuerte, representa el ataque a la "infiltración marxista" al foraneísmo ideológico (como si el pensamiento, la ideología tuviera fronteras), muy común en los movimientos nacionalistas (o en los frentes antiimperialistas), sobre todo en los elementos nacional-burgueses que ven amenazada la dirección del movimiento nacional revolucionario por los sectores de izquierda, socialistas, revolucionarios propiamente dicho. Una constante en los movimientos antiimperialistas latinoamericanos: lamentablemente la mayoría de las veces (excepto en el proceso cubano) la balanza se inclinó en favor de los elementos más reformistas, sino ya reaccionarios que terminaron por claudicar y entregar la revolución.
    Gracias por el aporte.
    Saludos
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    Mensaje por pedrocasca Sáb Nov 24, 2012 12:43 pm

    Muy interesante el texto y aleccionador acerca de las reacciones de la burguesía ante la posibilidad de existencia de formaciones políticas verdaderamente revolucionarias y como se infiltra el fascismo disfrazado de lo que sea. También quizás deja entrever una cierta ingenuidad de un revolucionario que da explicaciones acerca de lo que piensa.
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    Mensaje por javicho II Sáb Nov 24, 2012 7:50 pm

    Quizás Mariátegui peca de ingenuidad cuando manifiesta su estado de salud, y que le sirve a Haya de la Torre para mofarse pero creo que en vez de ingenuidad es la decepción de Mariátegui hacia camaradas que conocía y que en todo momento le manifestaron su adhesión al socialismo con convicción. Y verlos de la noche a la mañana con convicciones nacionalistas que se acercaban al fascismo eso fue para Mariátegui como una traición a la revolución socialista en el Perú. Es decir toda esa gente, una buena parte, que se fue con Haya de la Torre era intelectuales que iban a la casa de Mariátegui donde tenían largas conversaciones, escribían en su periódico Amauta y demostraban su adhesión al proyecto de Mariátegui que era de “contribuir a la construcción del socialismo en el Perú”. Como por Ejemplo la poetisa Magda Portal a la que Mariátegui dedicó un estudio en su obra de los “7 Ensayos...” en el capítulo: El Proceso a la Literatura, para después irse con el APRA y luego terminar insultando a Mariátegui como paralítico. Por eso en la carta que Mariátegui envía ala célula aprista en México en una parte les dice:

    Por mi parte, siento el deber urgente de declarar que no adhe­rire de ningún modo a éste partido. nacionalista peruano que, a mi juicio nace tan descalificado para asumir; la obra histórica en cuya preparación hasta ayer hemos " coincidido.

    Entonces vemos dos cosas en esta pequeña cita:
    1º se ve que este grupo nacionalista de México le estaban invitando a Mariátegui para que se adhiriera a este partido político, tremendo atrevimiento (Mariátegui fundará unos meses después el Partido Comunista del Perú primero llamado por razones de estrategia: Socialista).

    2ºMariátegui descalifica a este grupo “para asumir” “la obra histórica”, que es el socialismo científico, y cuya pretensión es fundar un partido de esencia nacionalista para oponerse al proyecto socialista y revolucionario que sólo “hasta ayer” habían “coincidido”

    Como vemos, gente que sólo hasta ayer le manifestaron a Mariátegui adhesión y convicción en el proyecto socialista para el Perú, ahora están en posiciones anticomunistas. Un ejemplo de ello fue la poetisa Magda Portal.

    La viuda de J.C. Mariátegui, Ana Chiappe, que murió en 1990, mujer que nunca dejó de defender la obra de su marido, dejó un testimonio sobre la conducta deshonesta y traidora de Magda Portal y que el hijo menor de Mariategui, Javier Mariátegui da conocer:


    La Carta Que no se Envió: Testimonio Inédito de Anna Chiappe de Mariátegui*

    Javier Mariátegui



    A fines de 1930, en el segundo número de la revista chilena índice, en la doble página en homenaje a José Carlos Mariátegui recientemente desaparecido, junto con la firma de escritores del hermano país del sur como Eugenio Orrego Vicuña, Domingo Melli y Raúl Silva Castro, se agrega una nota de la casi desconocida poetisa peruana Magda Portal, entonces deportada y dedicada al activismo político dentro del naciente movimiento aprista.


    Esa nota habría pasado desapercibida de no haber encontrado en el Archivo familiar, hace muchos años, un manuscrito de proyecto de carta que, como reacción inmediata al contenido distorsionador de las líneas de Magda Portal, preparó Anna Chiappe de Mariátegui y que tiene un valor documental puesto que al lado de los esclarecimientos del caso, revela una faceta poco conocida de la personalidad de la ilustre viuda del Amauta, Anna Chiappe de Mariátegui, su invariable presencia combativa, en los diez años de vida compartida con José Carlos, y durante toda su larga, noble y lúcida existencia, extinguida en 1990.


    Hace muchos años, apenas ubicado el manuscrito, pregunté a Anna las razones por las que no envió la carta a la revista lndice: "Después de unos días de reflexión, consideré que enviar la carta era darle a la Portal una importancia que no tenía. Mi carta recogía la indignación que me produjo la lectura de la nota de Magda Portal, pomposamente titulada 'Trayectoria de José Carlos Mariátegui'. Testigo del apoyo de José Carlos a la Portal, a quien no sólo abrió generosamente las páginas de la revista Amauta sino que dedicó un extenso comentario en los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana que la presentó al conocimiento del mundo literario peruano y latinoamericano, sacándola del anonimato". "Mi respuesta traduce la indignación que me produjo, desde sus primeras líneas, el artículo de Magda Portal. Esperaba leer unas líneas de recuerdo, dentro de la verdad y el respeto, y encuentro desde el comienzo el juicio ligero y calumnioso. Pero con el tiempo esa nota no tuvo mayor resonancia y me confirmé en el acierto de no haber enviado la réplica. Pero todo ello quedó registrado en el recuerdo y cuando, diez o veinte años después quiso la Portal buscar un acercamiento, no lo acepté en modo alguno. Vino después su bullada salida del aprismo, su aproximación a la izquierda peruana de entonces. Mi actitud de alejamiento no varió: la consideré siempre como una medida sanitaria y consecuente".


    Muchos años después, en la década del 70, un psiquiatra amigo, el Profesor GregorioBergmann, de Córdoba, Argentina, marxista estudioso de José Ingenieros y del movimiento de la Reforma Universitaria en América Latina, de paso por Lima, quiso dejarme un encargo para Magda Portal, algo que había que entregarle a la mano. Como había mantenido la misma actitud de distancia de Anna, le expliqué a Bergmann por qué no cumpliría con la entrega personal de su encargo, que desde luego satisfice por interpósita persona. Bergmann era un hombre cabal, transparente, sin tapujos, de modo que, poco después, no pudo contenerse de comentar con M. Portal el contenido de nuestra conversación. Magda confirmó el relato y agregó que, arrepentida muchas veces por el contenido de su nota del año 30, consideró como muestra de consecuencia y lealtad el rechazo de Anna de volverla a tratar en persona. "La admiro más por esta conducta, pese a que me apena no haber conseguido su indulgencia" agregó.


    A Anna indignaba la falta de veracidad en el testimonio de la Portal. Que llamara una y otra vez "paralítico" a José Carlos cuando sabía que no lo era, que repitiera una y otra vez que era un "hombre enfermo", con cerebro "siempre iluminado por la fiebre", cuando sabía por las visitas personales y otros testimonios de gente allegada a ella que no era verdad. Que las circunstancias de su viaje a Europa, que Mariátegui nunca encubrió ("labor de propaganda al Perú") lleve a Magda Portal a afirmar que fue "enviado a pasear por Europa" como pago de alguna supuesta complicidad política. Que la revista Amanta fuera un "imperativo económico" y de ahí que no significara "un peligro para el actual régimen peruano". Es cierto que éstas y parecidas expresiones o ya se habían dicho o se dirían, curiosamente, siempre de fuente hayista, desde la ruptura definitiva de Mariátegui con el líder del Apra.


    Anna era una mujer excepcional que hacía de los desafíos de la vida -toda su vida fue un permanente desafío- estímulo eficaz para la acción. La reciedumbre de su carácter fue apoyo visible e invisible para el espíritu fuerte de José Carlos, encarnado en un cuerpo débil. Frente al ataque a su memoria, manifestaba una de las aristas más duras de su personalidad, que está contenida en uno de sus proverbios toscanos favoritos:


    Perdonare e de saggi, Dimendicare e de slulti que traducía: "perdonar es de sabios, olvidar es de tontos".




    *El presente testimonio de Javier Mariátegui ha sido reproducido del Anuario Mariateguiano Nº11, 1999, pp.11-12. (Comité de Redacción).
    http://www.creacionheroica1928.blogspot.com.es/

    El proyecto político de Haya de la Torre originó confusión y retrasó la revolución socialista en el Perú pero nunca lo detuvo, y fracasaron, como fracasaron como proyecto nacionalista y reformista, para terminar en un partido defensor del capitalismo burocrático.

    Mariátegui ante el acoso del gobierno de Leguía decidió autoexiliarse de nuevo pero esta vez eligió Argentina para trabajar desde allí para la revolución peruana. Así como Lenin trabajó desde el extranjero por la revolución proletaria para Rusia. Mariátegui no pudo viajar a la Argentina porque lo sorprendió la muerte a los 36 años de edad.

    El proyecto de Mariátegui quedó detenido 50 años y en 1980 el PCP reconstituido prosiguió su obra iniciando la Guerra Popular en el Perú.

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