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El clásico troskito
Por eso, y respondiendo a la inquietud de decenas de jóvenes, especialmente colegiales finalizando sus estudios, y cientos de padres preocupados, publico esta nota, esperando aclarar muchas de sus dudas.
Debemos empezar por aclarar que el Troskismo no es una enfermedad. A pesar de ser fácilmente adoctrinable sobre mentes débiles, no es contagioso por sí mismo, y tampoco es hereditario. Padres que han sido Troskos alguna vez en su vida pueden tener hijos perfectamente normales y viceversa, padres que siempre trataron de mantenerlos alejados de ese mundo, descubren con gran amargura que su hijo o hija ha caído en las garras de esta terrible doctrina.
El Troskismo tiene diversos grados, que van desde el simple resentimiento social hasta el terrible Leningrado, o comunismo puro, pero no todos los jóvenes que se inician en estas líneas de pensamiento zoocalista alcanzan estos niveles, por lo menos no si se sabe curar a tiempo. No obstante tampoco debe ser tomado a la ligera. Los Troskos son una oscura y a menudo peligrosa cultura a la que algunos jóvenes se sienten orgullosos de pertenecer. Esta cultura lleva a muchachos y muchachas con mentes suceptibles a un mundo imaginario de lucha sociual, revolución y violencia, a pesar de estar disfrazado de arte, trova, paz y amor. Se caracterizan por un terrible y violento desprecio a los que son o piensan diferente a ellos, y les acompaña un aire de superioridad, de sentirse “más conscientes” que los otros. Quienes los cuestionan suelen ser acusados de términos terribles como imperialista, neoliberal o términos similares.
Muchos de los indicativos y síntomas del Troskismo no son evidentes y pueden confundirse con otro tipo de manifestaciones de la conducta de los jóvenes. Antes que nada, es importante que los padres no exageren su reacción al notar algunos o todos los síntomas del Troskismo, ya que su hijo o hija los puede acusar de represión o dictadura y realizar manifestaciones en su contra con sus amigos.
Síntomas de que su hijo(a) puede ser Trosko(a):
-Ha cambiado sensiblemente su personalidad habitual y/o su estado de ánimo: ¿Parece deprimirse o ponerse violento sin razón aparente? ¿Es ahora imprevisible su conducta? ¿Es agresivo? ¿Habla acerca de cambiar al mundo?
-Se pone de mal humor al ver o escuchar noticias. Critica constantemente al gobierno o al presidente.
-Toca o está aprendiendo a tocar algún instrumento como guitarra, tambora o similares.
-Tiende a estar solitario más de lo acostumbrado, escuchando música trova, escribiendo poesía o tocando guitarra
-Se está volviendo repentinamente desordenado, desubicado o descuida su apariencia personal. Rehusa cortarse el pelo, rasurarse o sencillamente asearse.
-Pasa mucho tiempo en la universidad aunque no tenga clases ni parezca estarse dedicando a los estudios.
-Está perdiendo a sus amigos de siempre y ahora sale con jóvenes de apariencia estrafalaria con aspecto de hippies.
-Fuma o toma cerveza en cantidades industriales. Frecuenta el Pretil o la Calle de la Amargura.
-Ha empezado a fumar marihuana.
-Usa frecuentemente inciensos en su habitación. Pone velas y aromatizantes a jazmín, sándalo, pachulí y demás.
-Habla maravillas de sus profesores de Generales, Filosofía, Humanidades, Seminarios de realidad nacional, a pesar de que estos cursos son inútiles y obsoletos.
-Critica constantemente a Estados Unidos, lo culpa de todos los problemas del mundo.
-Asiste a marchas, protestas, manifestaciones.
-Come comida macrobiótica, o se ha vuelto vegetariano.
-Habla constantemente acerca del Calentamiento Global, protección a los animales, salvar a los delfines, reciclaje y demás temas relacionados con conservacionistas, ecologistas, Green Peace o similares.
-Usa chacletas, cintas en el pelo, ropa de manta india, collares y pulseras.
-Dice que el dinero y las posesiones materiales no le interesan, a pesar de que les pide dinero todo el tiempo.
-Escucha artistas de música trova, como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Mercedes Sosa y otros similares.
-Usa pines, camisetas o emblemas con frases de protesta, usualmente con la palabra NO (NO a esto, NO aquello, NO a lo que sea, NO a todo).
-Usa camisetas, gorras, banderas, insignias o similares con cualquiera de los siguientes motivos: El Che Guevara, Fidel Castro, Cuba, Venezuela, Hugo Chaves, Lenin, Trotski, Zapata, el Subcomandante Marcos, John Lennon, Bob Marley, José Merino, Anarquía, etc.
-Fabrica bombas Molotov en casa. Tiene latas de pintura en spray.
-Ha comenzado a leer poesía, libros de artistas nacionales o manifiestos sobre temas como proletariado, igualdad social, lucha de clases, etc.
-Se siente superior o mejor a otros por tener más “consciencia” que los demás. Cree que está cambiando al mundo.
-Se alarma o sobreexalta advirtiendo que el mundo o el país va a extinguirse a manos del capitalismo.
-Si se le cuestiona o censura se enoja alegando represión.
-Odia a la policía.
Si ha respondido SI a tres o más de estas preguntas, probablemente su hijo(a) sea un Trosko.
¿Qué debo hacer al saber con certeza que mi hijo es un trosko?
-Aceptar esta realidad no es fácil. Debe armarse de valor para enfrentarla y luchar junto a su hijo(a) para ganar esta dura batalla. Nunca diga: ¿MI HIJO? ¡JAMÁS!
-Negar la realidad no soluciona el problema.
-Es posible que el dolor, la vergüenza y el sentimiento de culpa le invadan y, como mecanismo de defensa, prefiera ocultarse la realidad.
-Debe tener en cuenta que si su hijo es Trosko no es el fin del mundo: muchas familias honorables han pasado por esto y lo han resuelto, fortaleciéndose y uniéndose más en el proceso.
-Para empezar, hable con su cónyuge y háblele acerca de lo que ha descubierto. Una vez que ambos acepten la existencia del problema, pidan asesoramiento y cambien su actitud. Si esperan que su hijo cambie, es necesario que ustedes como padres también lo hagan.
En general, el Troskismo es una etapa, una valvula de escape al resentimiento zoocial que desencadena una serie de reacciones que van desde manifestaciones violentas, viajes psicotrópicos o depresiones escuchando el Unicornio Azul. A todos los padres procupados, tengan cuidado con las semillas del Troskismo que inculcan en sus hijos o que ven en ellos. El Troskismo se puede prevenir si hablan directamente con sus hijos acerca de estos temas. Todas las familias están expuestas a tener un Trosko, sin distinción de edad, clase social o tendencia política. No discrimine a su hijo si descubre que es Trosko. Tampoco se culpe ni culpe a su hijo. Piense que probablemente sus malas amistades e influencias universitarias lo han llevado a esto, y no lo dejarán salirse fácilmente, por lo que el cambio debe ser gradual, o bién súbito.
Ayudarle a obtener un buen empleo siempre ayuda. Especialmente si es un empleo relativamente bien pagado. Hacerse de responsabilidades, y sobre todo ganar su propio dinero, le ayudará a despertar el pequeño capitalista que vive en él. Probablemente viva una etapa de conflicto, donde su capitalista y su zoocialista interno entablarán una lucha de clases en su interior, pero lo más probable es que el capitalista termine comprando al zoocialista con algo que quiera, y convenciéndolo de que si trabaja más o si estudia más podrá ganar más dinero para hacer más cosas que a ambos les gustan.
Finalmente, tenga fé. Los que alguna vez han sido Troskos, eventualmente llegan a ser los más grandes neoliberales!