Soviets o Parlamento - Nikolái Bujarin

LOS SOVIETS O EL PARLAMENTO


La diferencia fundamental entre el sistema parlamentario y el poder soviético es ya conocida. Se sabe que los Soviets no conceden ningún derecho político a las clases no productoras. El país es gobernado por consejos que son elegidos por la población trabajadora en el lugar donde ellos trabajan: en los talleres, minas, aldeas, etc. Los capitalistas, terratenientes, intelectuales de clase media, banqueros, corredores de bolsa, especuladores, comerciantes, sacerdotes, monjas, en definitiva, todos los que forman parte del ejército negro del capitalismo, se ven privados del derecho a votar y no poseen poder político.

La Asamblea Constituyente (o Parlamento, cuyos miembros son elegidos para representar circunscripciones territoriales) es la base de la República Parlamentaria. La mayor soberanía de la República Comunista corresponde al Congreso de los Soviets.

¿En qué se diferencia el uno del otro?

En el hecho de que para la Asamblea Constituyente, no son elegidos sólo los representantes de los obreros y campesinos, sino también los representantes de los propietarios, banqueros y capitalistas, los representantes de toda la clase capitalista y sus parásitos.


LA DICTADURA CAPITALISTA


La experiencia demuestra que dondequiera que la burguesía goce de derechos políticos, utilizará esos derechos para engañar a los obreros y campesinos. Debido a que es propietaria de la prensa, tanto de los diarios como de las revistas, (gracias a que tiene una gran riqueza a su disposición) la burguesía es capaz de corromper a los funcionarios públicos, para emplear en su beneficio los servicios de cientos de miles de agentes; siempre es capaz de amenazar e intimidar para su propio beneficio y, de hecho, de organizar las cosas de tal manera que ni un trozo del poder se escape de sus garras.

Aparentemente todas las personas participan en las elecciones, pero bajo este pretexto se oculta la dominación del capitalismo, al que le importa que al pueblo le sean concedidos el derecho a votar y todos los privilegios "democráticos", pero que tiene mucho cuidado de preservar sus propios privilegios. Así, en las republicas burguesas, bajo el manto del sufragio universal, el poder se encuentre completamente en manos de las grandes potencias capitalistas.

Bajo el sistema parlamentario cada ciudadano echa su voto en la urna una vez cada cuatro o cinco años, despejando así el campo para que los miembros del parlamento, los ministros, y presidentes manejen todo sin pensar en las masas trabajadoras. Engañados y explotados por sus funcionarios, los trabajadores no cumplen ninguna función en la administración del Estado capitalista.


EL SISTEMA SOVIÉTICO


En la República Soviética, nacida de la dictadura de los trabajadores, la administración se apoya en una base completamente nueva. El sistema soviético no es una organización de funcionarios independientes de las masas y dependientes de los capitalistas. El gobierno central está establecido en las grandes organizaciones de clase de los obreros y campesinos: los sindicatos industriales, los comités de fábrica, los consejos locales de obreros y campesinos, y las organizaciones de soldados y marineros. Desde el centro se extienden miles y millones de hilos que conducen a los Soviets provinciales, a los Soviets municipales, a los Soviets locales, y finalmente a los Soviets de las fábricas y talleres.

Tomemos, por ejemplo, el Soviet Económico Superior (o Consejo). Éste está compuesto por los representantes de las comisiones industriales, de los comités de fábrica, e instituciones similares. Por una parte, los sindicatos industriales que abarcan toda la actividad industrial, tienen ramificaciones en las diversas ciudades y son mantenidos por las masas obreras organizadas. Por otra parte, existe hoy en día en cada fábrica un comité elegido por los obreros. Los comités de fábrica se agrupan y envían a sus representantes al Soviet Económico Superior, el cual elabora los planes para futuros cambios económicos y para la administración de la producción. De la misma manera, el organismo central de administración está compuesto de trabajadores representativos, y descansa sobre las organizaciones de masas de la clase obrera.


INICIATIVA POPULAR


Por lo tanto, tenemos una institución completamente diferente de la república capitalista. No sólo porque aquel que no produce se encuentra privado del derecho a voto; no sólo porque el país es administrado por obreros y campesinos, sino sobre todo porque el Gobierno de los Soviets se encuentra en una relación constante con las masas organizadas y, de esta manera, la mayor parte de la población participa en todo momento en la administración del estado. Todo obrero organizado ejerce una influencia, no sólo porque una o dos veces al mes elige hombres que lo representan, en quienes él deposita su confianza, sino porque los sindicatos industriales pueden elaborar sus propios planes organizativos. Estos planes son examinados por los Soviets en cuestión, por los Soviets económicos, y, de ser aprobados, se convertirán en ley tan pronto como el Comité Ejecutivo Central de los Soviets lo haya certificado. Un sindicato o comité de fábrica puede de esta manera participar en el trabajo común de construcción de nuevas formas de vida.


EL NUEVO ESTATUS DE LOS TRABAJADORES


En la república capitalista, la posición del Estado mejora a medida que las actividades de las masas son restringidas, ya que los intereses de las masas están en conflicto con el estado capitalista. La república soviética, que encarna la dictadura de las masas populares, no podría subsistir ni siquiera un instante sin su apoyo. Por el contrario, su fuerza crece a medida que las masas se vuelven más conscientes, y a medida que se vuelven más activas en todas partes: en la fábrica y en el taller, en cada pueblo y aldea.

Antes de la revolución de octubre, las organizaciones obreras y campesinas eran simplemente instrumentos en la guerra de clases contra la los capitalistas. Las organizaciones luchaban contra el capital por salarios más altos y jornadas de trabajo más cortas, y en las aldeas luchaban por la expropiación de la tierra. Ahora, que el poder está en las manos de los obreros y campesinos, se han convertido en las ruedas del mecanismo gubernamental. Los sindicatos no están luchando simplemente contra el capitalismo. Como parte orgánica e integral del gobierno obrero soviético, ellos se unen en la organización de la producción y de la actividad económica. De la misma manera, las aldeas y Soviets de campesinos, no sólo hacen la guerra a los usureros, capitalistas y propietarios del suelo, sino también, como órganos del Gobierno, como ruedas de este mecanismo gigante, que es el estado de obreros y campesinos, trabajan para elaborar nuevas leyes agrarias.


LA VICTORIA DE LOS TRABAJADORES


Así, poco a poco, a través de las organizaciones obreras y campesinas, los sectores más amplios de la población activa son convocados a participar en los asuntos del estado. Ningún otro país ofrece nada comparado con esto, porque ningún otro país ha conocido la victoria de la clase obrera, la dictadura del proletariado, la República de los Soviets.

Mucho se había escrito sobre la dictadura del proletariado, pero nadie sabía exactamente de qué forma se haría realidad. La revolución rusa nos muestra la forma precisa de esa dictadura. Se trata de la República de los Soviets. Por ello, los brazos [“arms”, en el original en inglés] de los Soviets se encuentran en las banderas de los mejores cuadros del proletariado internacional.