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    SYRIZA: LA PATA SOCIALDEMÓCRATA DEL NUEVO BIPARTIDISMO GRIEGO

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    SYRIZA: LA PATA SOCIALDEMÓCRATA DEL NUEVO BIPARTIDISMO GRIEGO Empty SYRIZA: LA PATA SOCIALDEMÓCRATA DEL NUEVO BIPARTIDISMO GRIEGO

    Mensaje por EUROPIA Jue Feb 07, 2013 6:01 pm

    SYRIZA: LA PATA SOCIALDEMÓCRATA DEL NUEVO BIPARTIDISMO GRIEGO




    Analizar con detenimiento los acontecimientos políticos en Grecia es un asunto de mayor importancia para los trabajadores del Estado español. El vecino país helénico constituye un espejo en el que podemos contemplar el futuro al que, con gran seguridad, nos encaminamos, arrastrados por un empeoramiento rápido de las condiciones materiales de vida de la población trabajadora (debido a la crisis estructural del sistema capitalista) y un cambio más lento, pero igualmente constante, en las condiciones subjetivas -es decir, en la conciencia y organización- de los obreros y las capas populares.

    Tal y como afirmaba Lenin hace casi un siglo, los países capitalistas se desarrollan a ritmos desiguales; este hecho es indisociable de las leyes económicas fundamentales del modo de producción capitalista, basado en la anarquía en la producción y en la búsqueda del máximo beneficio. El capital se traslada rápidamente de una rama económica a otra, de una región a otra, y de punta a punta del mundo, en busca de los lugares y sectores donde puede obtener mayor rentabilidad.

    De esta forma, entre los países capitalistas se establece espontáneamente, de acuerdo con las propias características de la economía capitalista, una jerarquía fundamentada en el mayor o menor grado de desarrollo de cada una de estas naciones.

    En el marco de la cadena imperialista europea, Grecia es uno de los eslabones más débiles. Por ello, allí la crisis estructural del sistema capitalista tiene por ahora unos efectos más visibles que en otros Estados situados en escalones más altos de la jerarquía, como Alemania o Francia. Los países que están en la cúspide de la pirámide tienen una situación económica aparentemente mejor porque su burguesía, sus grandes empresas no sólo explotan brutalmente a su clase trabajadora, sino también a la de otras naciones a través de la exportación de capitales.

    Sirva esta introducción para entender que Grecia es el reflejo de lo que serán dentro de poco tiempo muchos países europeos, incluido el nuestro. Al ser Grecia uno de los eslabones débiles de la cadena imperialista, en él pueden vislumbrarse las condiciones de vida a las que la clase trabajadora de toda Europa se dirige. Esas terribles condiciones de vida, que empeoran a cada día que pasa, generan la base material para que se desarrolle un movimiento obrero revolucionario. En efecto: en Grecia no están empeorando sólo las condiciones objetivas de la clase obrera, sino que paralelamente a este hecho, también están mejorando sus condiciones subjetivas (su grado de organización y conciencia) gracias a la acción metódica, constante y revolucionaria del Partido Comunista de Grecia (KKE), verdadera vanguardia de todas las luchas obreras y populares que se producen en el país.

    Manifestación del Partido Comunista (KKE), núcleo del movimiento revolucionario
    Al mismo tiempo que se daba al crecimiento gigantesco del Partido Comunista de Grecia y de las organizaciones de masas ligadas a él (el PAME obrero, el MAS estudiantil…), se ha producido en el último año un vertiginoso ascenso de diversas organizaciones políticas que, con discursos (y a veces también métodos) radicales y vistosos, han conseguido atrapar a ciertas capas de la población en propuestas políticas que en realidad operan dentro de la lógica del sistema capitalista. Me refiero al grupo fascista Amanecer Dorado y al partido socialdemócrata Syriza.

    El primero propugna en el plano teórico la colaboración forzosa de clases en el marco del sistema capitalista, dictada por un gobierno autoritario; lo cual equivale, en el terreno práctico, a un cambio en la forma de dominación de la burguesía, desde un sistema democrático-burgués en el cual ejerce su dictadura a través del consenso y el soborno a amplia escala, a otro de tipo autoritario en el cual subyuga a la clase obrera a través del terrorismo abierto y descarado.

    El segundo defiende la formación de un gobierno de izquierdas que, según afirma, gestionaría el sistema capitalista en beneficio del pueblo. Esta tesis se basa en la creencia implícita o explícita de que el Estado es neutro, no una herramienta de dominación de clase, y por ende puede caminar en una dirección o en otra dependiendo de la correlación de fuerzas políticas en el Parlamento burgués. Estas teorizaciones ignoran que la clase económicamente dominante en el modo de producción capitalista es a la vez la clase políticamente dominante, a través de un Estado aparentemente neutro que en realidad controla gracias a los inmensos recursos económicos de los que dispone para sobornar, extorsionar y comprar voluntades.

    Es importante para los trabajadores del Estado español y de todos los países europeos aprender de los acontecimientos de Grecia para poder afrontar con mayor decisión, seguridad y conocimiento de causa potenciales sucesos que puedan producirse en nuestros territorios.


    SYRIZA Y LA REFORMULACIÓN DEL BIPARTIDISMO EN GRECIA

    Para entender el papel que juega Syriza en el circo político burgués, es necesario entender cómo funciona el juego de partidos en un país capitalista democrático, y de qué manera controla el Estado, copando de facto el poder político, la clase económicamente dominante en el modo de producción capitalista, que es la burguesía.

    Antes que nada, hace falta comprender que el Estado como institución política surge, hace miles de años, junto con las clases sociales, en un momento determinado del desarrollo de las sociedades humanas. Y ese Estado, que nace con las clases sociales, sirve para conciliar por la fuerza sus intereses, imponiendo los de la clase económicamente dominante por encima de los de la clase dominada. Esclavistas y esclavos, terratenientes y campesinos siervos, burgueses y proletarios…la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, y en esa lucha de clases, el Estado siempre ha jugado el papel de garante de los intereses de una de las clases sociales con intereses contrapuestos.

    El Estado capitalista no es excepción. Surgido al calor del ascenso de la burguesía y del modo de producción capitalista, allá por los siglos XVII y XVIII, el Estado capitalista ha protegido siempre los intereses de la burguesía, a pesar de las mutaciones que ha ido experimentando con el paso de los siglos. Ninguna de esas mutaciones (ni el sufragio universal, ni el voto femenino, ni el sistema de seguridad social implantado en muchos países europeos tras la II Guerra Mundial…) han alterado en lo más mínimo el carácter de clase del Estado capitalista y su papel como herramienta de dominación por parte de la oligarquía financiera.

    Esto es debido a que la burguesía ejerce su dominación gracias a su control de la mayor parte de los recursos producidos por los trabajadores. Los empresarios y los banqueros tienen en sus manos ingentes riquezas que pueden usar para comprar todo aquello que necesiten: partidos políticos, jueces, medios de comunicación, etc. Las libertades y los derechos políticos formales reconocidas por las constituciones burguesas (libertad de asociación, prensa, información, separación de poderes…) permiten a la burguesía ejercer cómodamente su dictadura, al mismo tiempo que genera consensos sociales mediante la ilusión de que el Estado es neutro. Todo el mundo puede abrir un medio de comunicación, pero sólo la burguesía tiene los medios para hacerlo; todo el mundo puede fundar un partido político, pero sólo los partidos que disponen de dinero prestado de los bancos pueden montar gigantescas campañas electorales para darse a conocer. Todo el mundo puede denunciar a otro en los juzgados, pero no todo el mundo puede pagar las tasas judiciales o a un abogado. Y así una larga lista de etcéteras.

    Y a pesar de lo absurdo que pueda parecer, es precisamente de la premisa de que el Estado es neutro y no de clase, de donde parten los postulados de la organización socialdemócrata Syriza.

    Del 30 de noviembre al 2 de diciembre, la coalición Syriza celebraba su I Conferencia Nacional [1], paso previo al Congreso que, en primavera de 2013, le llevará a constituirse como partido. La resolución política elaborada en el marco de esta conferencia arroja luz sobre los objetivos estratégicos de esta organización.

    Al principio de dicha resolución se afirma que las medidas de corte neoliberal que se están aplicando en Grecia “tratan de acabar con la vida digna y la democracia”, adoptando la tesis reformista de que la democracia en abstracto, para el pueblo entero, existía con el Estado del Bienestar y está siendo secuestrada por los gobiernos de derechas que se extienden por todos los países de la Unión Europea. ¿La solución? Formar gobiernos de izquierda con socialdemócratas, socioliberales, ecologistas…para recuperar la democracia.

    Más adelante, el documento caracteriza hipócritamente a Syriza como una organización que busca “superar el capitalismo y su lógica del beneficio privado”. ¿Y de qué manera propone hacerlo? Pues fomentando las “virtudes antropológicas y valores tales como la generosidad, la solidaridad, la honestidad” así como el “respecto mutuo” (es de suponer que se refiere también al respeto entre los empresarios y los obreros; ideal que ya defendían los primeros socialistas allá por el siglo XIX -que Marx calificaba de “utópicos”- y que ha sido refutada por los propios acontecimientos históricos y el fracaso de los intentos de poner en práctica ese “respeto”). Una sociedad que tenga estos valores es ya una “sociedad socialista, democrática y libre”, según Syriza. De poder obrero y de cambiar las relaciones de producción no dicen ni pío. Los reformistas se apropian aquí de la máxima liberal de que el hombre tiene una serie de valores que son indisociables de su naturaleza (“virtudes antropológicas”) y que ahora hay que hacer “reflotar”, hay que redescubrir mediante el uso de la razón. El análisis de clase de la realidad material y de la relación entre la estructura económica y los valores imperantes en una sociedad dada lo dejan escondido en el armario de las escobas.

    Un poco después, la resolución termina por reconocer sin ambages que el objetivo estratégico de la coalición “radical” Syria es “derrocar el dominio de las fuerzas neoliberales y los memorándums, de las fuerzas de destrucción sociales, de colusión, de corrupción y decadencia, y hacer emerger un gobierno de izquierda que se apoye en una alianza amplia de fuerzas sociales”. En otras palabras: gestionar el sistema capitalista en beneficio del pueblo, limitándose a cambiar un modelo de gestión (el neoliberal) por otro (el socialdemócrata). En realidad la participación o apoyo de algunos Partidos Comunistas en gobiernos burgueses de Italia, España o Francia ya reveló absolutamente ilusoria la aspiración de construir un “capitalismo de rostro humano”.

    Afortunadamente, la declaración de esta I Conferencia Nacional de Syriza ya nos advierte de antemano que “este gobierno de izquierda no promete una solución inmediata de todos los problemas acumulados” y anima a la clase obrera a ejercer “una presión en todos los ámbitos, una presión creadora, incluso sobre el propio gobierno.” Dicho de otro modo: Syriza pretende formar un gobierno que no podrá resolver las necesidades del pueblo, y ya avisa antes de hacerlo que deberán seguir las huelgas, las manifestaciones y las protestas, porque los problemas fundamentales no podrán ser resueltos “a corto plazo”. Brillante, ¿no es así?

    Esta coalición amplia, ambigua y heterogénea de grupúsculos reformistas expulsados del KKE, ecologistas, maoístas inconsecuentes con sus propias teorías y socialdemócratas, es el partido que ha escogido la burguesía griega para reformular el bipartidismo griego tras la debacle del PASOK.

    En efecto, la imposición durante largo tiempo de medidas de austeridad por parte de la versión griega del PSOE, por orden de los banqueros y empresarios griegos, ha acabado desgastando la imagen de este partido a los ojos del pueblo. En las últimas elecciones, el PASOK cayó por debajo del 15 % de los votos; cinco años atrás tenía más del 40 %.

    El ascenso de un movimiento obrero verdaderamente masivo, encuadrado en el proyecto clasista del PAME y dirigido por el Partido Comunista (KKE), hace temblar a la burguesía griega. Y ésta, desesperada, intenta reformular los consensos del pueblo alrededor del sistema democrático-burgués decrépito, recomponiendo el bipartidismo con el surgimiento y ascenso de una nueva coalición socialdemócrata que defiende algunas propuestas típicamente keynesianas, que fueron abandonadas por el PASOK cuando viró hacia el socioliberalismo, de acuerdo con las exigencias y necesidades de la clase dominante en la época actual de crisis estructural.

    Así, en las elecciones de mayo y junio de 2012, una parte de los medios de comunicación burgueses se hicieron amplio eco de la campaña de Syriza, mientras la del KKE era silenciada. En junio, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, se reunió con representantes políticos de los monopolios de distintos países europeos, para exponerles su proyecto político y tranquilizarlos, según denunciaba el períodico Ryzospastis del KKE.

    "Los medios de comunicación burgueses jugaron un papel fundamental en el ascenso electoral de Syriza"

    Las dos elecciones sucesivas acontecidas en Grecia en mayo y junio demostraton de manera significativa qué rápido puede cambiar el discurso de un partido político que acepta el sistema capitalista, siempre a merced de la voluntad de sus amos que son los ricos burgueses. Si en mayo, Tsipras dedicaba duras palabras a los memorandum impuestos a Grecia (condiciones de la Unión Europea y el FMI para los rescates al país) y apostaba abiertamente por salir de la OTAN, en junio se hartó de afirmar que era necesario “renegociar” las condiciones del rescate y permanecer a toda costa en la zona euro y la UE. ¿Y la OTAN? Salir de ella permaneció en el programa de Syriza, pero se convirtió en un asunto de “poca prioridad”. [2]

    Las elecciones de mayo, y especialmente las de junio de 2012, fueron una verdadera prueba de fuego para el Partido Comunista de Grecia (KKE), que recibió enormes presiones de los medios de comunicación burgueses y duras críticas de todas las organizaciones oportunistas del mundo. Unos y otros estaban de acuerdo en decir que Syriza y el KKE debían formar una coalición -que previsiblemente les habría permitido obtener el primer puesto en las elecciones, ganar los 50 diputados extra que ello concede y gobernar- para formar un gobierno “responsable”, que fuese “social” pero a la vez permitiese a Grecia permanecer dentro de la zona euro, pues salir de ella sería una verdadera “hecatombe”.

    El Partido Comunista de Grecia se mostró inflexible, coherente con sus análisis y postulados políticos, y afirmó que el sistema capitalista era imposible de gobernar en favor del pueblo; que formar gobierno no equivalía a “tomar el poder”, sino a erigirse en representante de la clase social que tiene el poder (la burguesía), y que no podía existir “salida social a la crisis” sin cancelación unilateral de la deuda en su totalidad, salida de la Unión Europea y el euro y construcción de poder obrero-popular con una economía planificada.

    Ante la amenaza del “caos social” que predicaban los medios de comunicación, en caso de salida de la UE y la zona euro, y ante las promesas de redención inmediata que propagaba Syriza, una parte de los honestos obreros del PAME optaron por votar a la reformista Syriza en vez de al KKE, que sufrió un importante batacazo electoral. Ese batacazo no fue tanto debido a una posición incorrecta por parte del KKE, sino más bien a un trabajo político insuficiente entre los obreros para explicar el proyecto comunista y a una ofensiva durísima de los medios de comunicación, que dibujaron un cuadro de desolación y horror en el caso de que no ganase una fuerza “pro-UE”. Ambos hechos fueron debidamente analizados por el Comité Central del KKE en varias resoluciones públicas emitidas en las semanas posteriores a las elecciones de junio.
    Ha pasado más de medio año desde los comicios, y en este lapso de tiempo Syriza no ha dejado de subir en intención de voto, que ahora rondaría el 27 % según las encuestas. Paralelamente a esa subida en intención de voto, Syriza ha ido incorporando a sus filas a desertores del PASOK, y ha colocado a sus militantes en las direcciones de los sindicatos tradicionalmente copados por los socialistas: ADEDY y GSEE; al mismo tiempo ha seguido rebajando su discurso, adaptándose a las exigencias del capital monopolista.

    A finales de enero de 2013, Alexis Tsipras viajó a Estados Unidos para reunirse con el gobierno norteamericano, representantes del FMI y otros lacayos de la clase dominante estadounidense. A todos ellos intentó calmar con un discurso “responsable” (es decir, favorable a los intereses de la clase dominante), intentando mostrarles lo “razonable” de sus propuestas (es decir, su ingente traición reformista a la clase trabajadora).


    Ante un grupo de “expertos” de la Brookings Institution reunidos en Washington, Tsipras dijo que esperaba “haberlos convencido de que no soy tan peligroso como algunos creen”. [3]

    El FMI, por su parte, diría a través de un representante que David Lipton -del mismo FMI- y Tsipras mantuvieron una “discusión constructiva y sincera sobre los retos económicos que tiene Grecia por delante” [4]

    Para calmar a la clase dominante norteamericana, el joven líder de Syriza dijo ante los honorables miembros del Instituto Brookings que quisieron escucharle:”¿Realmente hay algo que temer de un gobierno de izquierda en la Grecia de hoy día? [...] Antes he oído que alguien decía que mi organización es de izquierda radical. ¿Pero en qué somos nosotros radicales? Los alarmistas os dirán que cuando nuestro partido llegue al poder, romperá los acuerdos con el FMi y la Unión Europea y hará salir a Grecia de la zone euro, rompiendo todos los vínculos con el Occidente culto y civilizado, para acto seguido transformar Grecia en una Corea del Norte…”

    Y les conminó a mantener la calma. “El objetivo [de Syriza] es salvar al país y mantenerlo dentro de la zona euro”. La voluntad de mantener a Grecia dentro de la estructura de los monopolios europeos que es la Unión Europea -y su instrumento económico: el euro- fue manifestada de manera insistente durante la campaña electoral de junio de 2012.

    De hecho, en las elecciones de junio de 2012, Tsipras especificó que no sólo quería mantener a Grecia dentro de la eurozona para salvar al país, sino también para salvar a la eurozona y al proyecto imperialista de la Unión Europea, que él consideraba vital para el progreso de los países (capitalistas, claro) del continente. [5]

    CONCLUSIÓN

    El curso de los acontecimientos demuestra día a día que los análisis que hacía el Partido Comunista de Grecia (KKE) sobre Syriza antes de las elecciones de junio eran acertados: cualquier partido político que pretenda gestionar el sistema capitalista, acabará sirviendo a la burguesía, sin importar cuan radical sea su mensaje. Los últimos meses han ido corroborando esta tesis, y mientras Syriza se reúne con embajadores de los países imperialistas y con el FMI para tranquilizar a los empresarios de todo el mundo, el KKE sigue organizando a los obreros de Grecia para hacer la revolución socialista e instaurar la dictadura del proletariado. Así, mientras la máxima del KKE es “proletarios de todos los países, ¡uníos!”, la de Syriza parece ser “empresarios de todos los países, ¡tranquilizaos!”.

    Comprender la imposibilidad de formar gobiernos de izquierda y entender el papel que juega la socialdemocracia en el sistema de dominación capitalista es fundamental para los obreros del Estado español. Igual que los obreros en Grecia están cada vez más detrás de su partido de vanguardia, que es el Partido Comunista, también en España deben los trabajadores rechazar la influencia perniciosa del reformismo encarnado en el PCE e Izquierda Unida, para unirse al proyecto de unidad clasista que son los Comités de Unidad Obrera (CUO) y a su partido de vanguardia que es el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). Porque en el Estado español habrá mil partidos, pero sólo hay uno que diga en voz alta: ¡cancelemos unilateralmente toda la deuda, instauremos una economía planificada, creemos poder obrero, salgamos de la Unión Europea, el euro y la OTAN!


    FUENTES
    [1] http://www.vientosur.info/spip/IMG/article_PDF/article_a7562.pdf
    [2] Tsipras confident of victory and leftist government | Athens News
    [3] SYRIZA aux USA: Réunions à huis-clos avec le ministère des Affaires étrangères et le FMI | Mondialisation
    [4] SYRIZA leader Alexis Tsipras meets IMF officials
    [5] I will keep Greece in the eurozone - FT.com


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    Mensaje por chustas12 Vie Ago 30, 2013 6:53 pm

    pues yo pensaba que siriza era un partido mas anticapitalista, gracias por aclarar!!
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    Mensaje por sorge Jue Jun 25, 2015 7:12 pm

    Desarrolla el papel que juega el ala izquierda de Siriza y las contradicciones con Tsirtas
    http://www.lacalderaop.com.ar/2015/01/grecia-fase-uno-entrevista-stathis.html
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    Mensaje por MarxistaDominicano Miér Jul 08, 2015 4:04 am

    Oye mano, que mundo tan diabolico este para los marxistas. Casi no hay partidos marxistas y medios de comunicacion de noticias marxistas. El mismo canal Russia Today esta lleno de unas mujeres anorexicas altaneras y arrogantes, que no llenan las expectativas de las personas como nosotros que somos comunistas, y vemos el mundo desde un punto de vista de las 3 clases socialies que existen en cada pais. Mientras que el canal de Rusia ve el mundo desde un punto de vista nacionalista. Ellos no aplican la lucha de clases, la teoria de la nacionalizacion bajo el control obrero etc.


    EUROPIA escribió:SYRIZA: LA PATA SOCIALDEMÓCRATA DEL NUEVO BIPARTIDISMO GRIEGO




    Analizar con detenimiento los acontecimientos políticos en Grecia es un asunto de mayor importancia para los trabajadores del Estado español. El vecino país helénico constituye un espejo en el que podemos contemplar el futuro al que, con gran seguridad, nos encaminamos, arrastrados por un empeoramiento rápido de las condiciones materiales de vida de la población trabajadora (debido a la crisis estructural del sistema capitalista) y un cambio más lento, pero igualmente constante, en las condiciones subjetivas -es decir, en la conciencia y organización- de los obreros y las capas populares.

    Tal y como afirmaba Lenin hace casi un siglo, los países capitalistas se desarrollan a ritmos desiguales; este hecho es indisociable de las leyes económicas fundamentales del modo de producción capitalista, basado en la anarquía en la producción y en la búsqueda del máximo beneficio. El capital se traslada rápidamente de una rama económica a otra, de una región a otra, y de punta a punta del mundo, en busca de los lugares y sectores donde puede obtener mayor rentabilidad.

    De esta forma, entre los países capitalistas se establece espontáneamente, de acuerdo con las propias características de la economía capitalista, una jerarquía fundamentada en el mayor o menor grado de desarrollo de cada una de estas naciones.

    En el marco de la cadena imperialista europea, Grecia es uno de los eslabones más débiles. Por ello, allí la crisis estructural del sistema capitalista tiene por ahora unos efectos más visibles que en otros Estados situados en escalones más altos de la jerarquía, como Alemania o Francia. Los países que están en la cúspide de la pirámide tienen una situación económica aparentemente mejor porque su burguesía, sus grandes empresas no sólo explotan brutalmente a su clase trabajadora, sino también a la de otras naciones a través de la exportación de capitales.

    Sirva esta introducción para entender que Grecia es el reflejo de lo que serán dentro de poco tiempo muchos países europeos, incluido el nuestro. Al ser Grecia uno de los eslabones débiles de la cadena imperialista, en él pueden vislumbrarse las condiciones de vida a las que la clase trabajadora de toda Europa se dirige. Esas terribles condiciones de vida, que empeoran a cada día que pasa, generan la base material para que se desarrolle un movimiento obrero revolucionario. En efecto: en Grecia no están empeorando sólo las condiciones objetivas de la clase obrera, sino que paralelamente a este hecho, también están mejorando sus condiciones subjetivas (su grado de organización y conciencia) gracias a la acción metódica, constante y revolucionaria del Partido Comunista de Grecia (KKE), verdadera vanguardia de todas las luchas obreras y populares que se producen en el país.

    Manifestación del Partido Comunista (KKE), núcleo del movimiento revolucionario
    Al mismo tiempo que se daba al crecimiento gigantesco del Partido Comunista de Grecia y de las organizaciones de masas ligadas a él (el PAME obrero, el MAS estudiantil…), se ha producido en el último año un vertiginoso ascenso de diversas organizaciones políticas que, con discursos (y a veces también métodos) radicales y vistosos, han conseguido atrapar a ciertas capas de la población en propuestas políticas que en realidad operan dentro de la lógica del sistema capitalista. Me refiero al grupo fascista Amanecer Dorado y al partido socialdemócrata Syriza.

    El primero propugna en el plano teórico la colaboración forzosa de clases en el marco del sistema capitalista, dictada por un gobierno autoritario; lo cual equivale, en el terreno práctico, a un cambio en la forma de dominación de la burguesía, desde un sistema democrático-burgués en el cual ejerce su dictadura a través del consenso y el soborno a amplia escala, a otro de tipo autoritario en el cual subyuga a la clase obrera a través del terrorismo abierto y descarado.

    El segundo defiende la formación de un gobierno de izquierdas que, según afirma, gestionaría el sistema capitalista en beneficio del pueblo. Esta tesis se basa en la creencia implícita o explícita de que el Estado es neutro, no una herramienta de dominación de clase, y por ende puede caminar en una dirección o en otra dependiendo de la correlación de fuerzas políticas en el Parlamento burgués. Estas teorizaciones ignoran que la clase económicamente dominante en el modo de producción capitalista es a la vez la clase políticamente dominante, a través de un Estado aparentemente neutro que en realidad controla gracias a los inmensos recursos económicos de los que dispone para sobornar, extorsionar y comprar voluntades.

    Es importante para los trabajadores del Estado español y de todos los países europeos aprender de los acontecimientos de Grecia para poder afrontar con mayor decisión, seguridad y conocimiento de causa potenciales sucesos que puedan producirse en nuestros territorios.


    SYRIZA Y LA REFORMULACIÓN DEL BIPARTIDISMO EN GRECIA

    Para entender el papel que juega Syriza en el circo político burgués, es necesario entender cómo funciona el juego de partidos en un país capitalista democrático, y de qué manera controla el Estado, copando de facto el poder político, la clase económicamente dominante en el modo de producción capitalista, que es la burguesía.

    Antes que nada, hace falta comprender que el Estado como institución política surge, hace miles de años, junto con las clases sociales, en un momento determinado del desarrollo de las sociedades humanas. Y ese Estado, que nace con las clases sociales, sirve para conciliar por la fuerza sus intereses, imponiendo los de la clase económicamente dominante por encima de los de la clase dominada. Esclavistas y esclavos, terratenientes y campesinos siervos, burgueses y proletarios…la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, y en esa lucha de clases, el Estado siempre ha jugado el papel de garante de los intereses de una de las clases sociales con intereses contrapuestos.

    El Estado capitalista no es excepción. Surgido al calor del ascenso de la burguesía y del modo de producción capitalista, allá por los siglos XVII y XVIII, el Estado capitalista ha protegido siempre los intereses de la burguesía, a pesar de las mutaciones que ha ido experimentando con el paso de los siglos. Ninguna de esas mutaciones (ni el sufragio universal, ni el voto femenino, ni el sistema de seguridad social implantado en muchos países europeos tras la II Guerra Mundial…) han alterado en lo más mínimo el carácter de clase del Estado capitalista y su papel como herramienta de dominación por parte de la oligarquía financiera.

    Esto es debido a que la burguesía ejerce su dominación gracias a su control de la mayor parte de los recursos producidos por los trabajadores. Los empresarios y los banqueros tienen en sus manos ingentes riquezas que pueden usar para comprar todo aquello que necesiten: partidos políticos, jueces, medios de comunicación, etc. Las libertades y los derechos políticos formales reconocidas por las constituciones burguesas (libertad de asociación, prensa, información, separación de poderes…) permiten a la burguesía ejercer cómodamente su dictadura, al mismo tiempo que genera consensos sociales mediante la ilusión de que el Estado es neutro. Todo el mundo puede abrir un medio de comunicación, pero sólo la burguesía tiene los medios para hacerlo; todo el mundo puede fundar un partido político, pero sólo los partidos que disponen de dinero prestado de los bancos pueden montar gigantescas campañas electorales para darse a conocer. Todo el mundo puede denunciar a otro en los juzgados, pero no todo el mundo puede pagar las tasas judiciales o a un abogado. Y así una larga lista de etcéteras.

    Y a pesar de lo absurdo que pueda parecer, es precisamente de la premisa de que el Estado es neutro y no de clase, de donde parten los postulados de la organización socialdemócrata Syriza.

    Del 30 de noviembre al 2 de diciembre, la coalición Syriza celebraba su I Conferencia Nacional [1], paso previo al Congreso que, en primavera de 2013, le llevará a constituirse como partido. La resolución política elaborada en el marco de esta conferencia arroja luz sobre los objetivos estratégicos de esta organización.

    Al principio de dicha resolución se afirma que las medidas de corte neoliberal que se están aplicando en Grecia “tratan de acabar con la vida digna y la democracia”, adoptando la tesis reformista de que la democracia en abstracto, para el pueblo entero, existía con el Estado del Bienestar y está siendo secuestrada por los gobiernos de derechas que se extienden por todos los países de la Unión Europea. ¿La solución? Formar gobiernos de izquierda con socialdemócratas, socioliberales, ecologistas…para recuperar la democracia.

    Más adelante, el documento caracteriza hipócritamente a Syriza como una organización que busca “superar el capitalismo y su lógica del beneficio privado”. ¿Y de qué manera propone hacerlo? Pues fomentando las “virtudes antropológicas y valores tales como la generosidad, la solidaridad, la honestidad” así como el “respecto mutuo” (es de suponer que se refiere también al respeto entre los empresarios y los obreros; ideal que ya defendían los primeros socialistas allá por el siglo XIX -que Marx calificaba de “utópicos”- y que ha sido refutada por los propios acontecimientos históricos y el fracaso de los intentos de poner en práctica ese “respeto”). Una sociedad que tenga estos valores es ya una “sociedad socialista, democrática y libre”, según Syriza. De poder obrero y de cambiar las relaciones de producción no dicen ni pío. Los reformistas se apropian aquí de la máxima liberal de que el hombre tiene una serie de valores que son indisociables de su naturaleza (“virtudes antropológicas”) y que ahora hay que hacer “reflotar”, hay que redescubrir mediante el uso de la razón. El análisis de clase de la realidad material y de la relación entre la estructura económica y los valores imperantes en una sociedad dada lo dejan escondido en el armario de las escobas.

    Un poco después, la resolución termina por reconocer sin ambages que el objetivo estratégico de la coalición “radical” Syria es “derrocar el dominio de las fuerzas neoliberales y los memorándums, de las fuerzas de destrucción sociales, de     colusión, de corrupción y decadencia, y hacer emerger un gobierno de izquierda que se apoye en una alianza amplia de fuerzas sociales”. En otras palabras: gestionar el sistema capitalista en beneficio del pueblo, limitándose a cambiar un modelo de gestión (el neoliberal) por otro (el socialdemócrata). En realidad la participación o apoyo de algunos Partidos Comunistas en gobiernos burgueses de Italia, España o Francia ya reveló absolutamente ilusoria la aspiración de construir un “capitalismo de rostro humano”.

    Afortunadamente, la declaración de esta I Conferencia Nacional de Syriza ya nos advierte de antemano que “este gobierno de izquierda no promete una solución inmediata de todos los problemas acumulados” y anima a la clase obrera a ejercer “una presión en todos los ámbitos, una presión creadora, incluso sobre el propio gobierno.” Dicho de otro modo: Syriza pretende formar un gobierno que no podrá resolver las necesidades del pueblo, y ya avisa antes de hacerlo que deberán seguir las huelgas, las manifestaciones y las protestas, porque los problemas fundamentales no podrán ser resueltos “a corto plazo”. Brillante, ¿no es así?

    Esta coalición amplia, ambigua y heterogénea de grupúsculos reformistas expulsados del KKE, ecologistas, maoístas inconsecuentes con sus propias teorías y socialdemócratas, es el partido que ha escogido la burguesía griega para reformular el bipartidismo griego tras la debacle del PASOK.

    En efecto, la imposición durante largo tiempo de medidas de austeridad por parte de la versión griega del PSOE, por orden de los banqueros y empresarios griegos, ha acabado desgastando la imagen de este partido a los ojos del pueblo. En las últimas elecciones, el PASOK cayó por debajo del 15 % de los votos; cinco años atrás tenía más del 40 %.

    El ascenso de un movimiento obrero verdaderamente masivo, encuadrado en el proyecto clasista del PAME y dirigido por el Partido Comunista (KKE), hace temblar a la burguesía griega. Y ésta, desesperada, intenta reformular los consensos del pueblo alrededor del sistema democrático-burgués decrépito, recomponiendo el bipartidismo con el surgimiento y ascenso de una nueva coalición socialdemócrata que defiende algunas propuestas típicamente keynesianas, que fueron abandonadas por el PASOK cuando viró hacia el socioliberalismo, de acuerdo con las exigencias y necesidades de la clase dominante en la época actual de crisis estructural.

    Así, en las elecciones de mayo y junio de 2012, una parte de los medios de comunicación burgueses se hicieron amplio eco de la campaña de Syriza, mientras la del KKE era silenciada. En junio, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, se reunió con representantes políticos de los monopolios de distintos países europeos, para exponerles su proyecto político y tranquilizarlos, según denunciaba el períodico Ryzospastis del KKE.

    "Los medios de comunicación burgueses jugaron un papel fundamental en el ascenso electoral de Syriza"

    Las dos elecciones sucesivas acontecidas en Grecia en mayo y junio demostraton de manera significativa qué rápido puede cambiar el discurso de un partido político que acepta el sistema capitalista, siempre a merced de la voluntad de sus amos que son los ricos burgueses. Si en mayo, Tsipras dedicaba duras palabras a los memorandum impuestos a Grecia (condiciones de la Unión Europea y el FMI para los rescates al país) y apostaba abiertamente por salir de la OTAN, en junio se hartó de afirmar que era necesario “renegociar” las condiciones del rescate y permanecer a toda costa en la zona euro y la UE. ¿Y la OTAN? Salir de ella permaneció en el programa de Syriza, pero se convirtió en un asunto de “poca prioridad”. [2]

    Las elecciones de mayo, y especialmente las de junio de 2012, fueron una verdadera prueba de fuego para el Partido Comunista de Grecia (KKE), que recibió enormes presiones de los medios de comunicación burgueses y duras críticas de todas las organizaciones oportunistas del mundo. Unos y otros estaban de acuerdo en decir que Syriza y el KKE debían formar una coalición -que previsiblemente les habría permitido obtener el primer puesto en las elecciones, ganar los 50 diputados extra que ello concede y gobernar- para formar un gobierno “responsable”, que fuese “social” pero a la vez permitiese a Grecia permanecer dentro de la zona euro, pues salir de ella sería una verdadera “hecatombe”.

    El Partido Comunista de Grecia se mostró inflexible, coherente con sus análisis y postulados políticos, y afirmó que el sistema capitalista era imposible de gobernar en favor del pueblo; que formar gobierno no equivalía a “tomar el poder”, sino a erigirse en representante de la clase social que tiene el poder (la burguesía), y que no podía existir “salida social a la crisis” sin cancelación unilateral de la deuda en su totalidad, salida de la Unión Europea y el euro y construcción de poder obrero-popular con una economía planificada.

    Ante la amenaza del “caos social” que predicaban los medios de comunicación, en caso de salida de la UE y la zona euro, y ante las promesas de redención inmediata que propagaba Syriza, una parte de los honestos obreros del PAME optaron por votar a la reformista Syriza en vez de al KKE, que sufrió un importante batacazo electoral. Ese batacazo no fue tanto debido a una posición incorrecta por parte del KKE, sino más bien a un trabajo político insuficiente entre los obreros para explicar el proyecto comunista y a una ofensiva durísima de los medios de comunicación, que dibujaron un cuadro de desolación y horror en el caso de que no ganase una fuerza “pro-UE”. Ambos hechos fueron debidamente analizados por el Comité Central del KKE en varias resoluciones públicas emitidas en las semanas posteriores a las elecciones de junio.
    Ha pasado más de medio año desde los comicios, y en este lapso de tiempo Syriza no ha dejado de subir en intención de voto, que ahora rondaría el 27 % según las encuestas. Paralelamente a esa subida en intención de voto, Syriza ha ido incorporando a sus filas a desertores del PASOK, y ha colocado a sus militantes en las direcciones de los sindicatos tradicionalmente copados por los socialistas: ADEDY y GSEE; al mismo tiempo ha seguido rebajando su discurso, adaptándose a las exigencias del capital monopolista.

    A finales de enero de 2013, Alexis Tsipras viajó a Estados Unidos para reunirse con el gobierno norteamericano, representantes del FMI y otros lacayos de la clase dominante estadounidense. A todos ellos intentó calmar con un discurso “responsable” (es decir, favorable a los intereses de la clase dominante), intentando mostrarles lo “razonable” de sus propuestas (es decir, su ingente traición reformista a la clase trabajadora).


    Ante un grupo de “expertos” de la Brookings Institution reunidos en Washington, Tsipras dijo que esperaba “haberlos convencido de que no soy tan peligroso como algunos creen”. [3]

    El FMI, por su parte, diría a través de un representante que David Lipton -del mismo FMI- y Tsipras mantuvieron una “discusión constructiva y sincera sobre los retos económicos que tiene Grecia por delante” [4]

    Para calmar a la clase dominante norteamericana, el joven líder de Syriza dijo ante los honorables miembros del Instituto Brookings que quisieron escucharle:”¿Realmente hay algo que temer de un gobierno de izquierda en la Grecia de hoy día? [...] Antes he oído que alguien decía que mi organización es de izquierda radical. ¿Pero en qué somos nosotros radicales? Los alarmistas os dirán que cuando nuestro partido llegue al poder, romperá los acuerdos con el FMi y la Unión Europea y hará salir a Grecia de la zone euro, rompiendo todos los vínculos con el Occidente culto y civilizado, para acto seguido transformar Grecia en una Corea del Norte…”

    Y les conminó a mantener la calma. “El objetivo [de Syriza] es salvar al país y mantenerlo dentro de la zona euro”. La voluntad de mantener a Grecia dentro de la estructura de los monopolios europeos que es la Unión Europea -y su instrumento económico: el euro- fue manifestada de manera insistente durante la campaña electoral de junio de 2012.

    De hecho, en las elecciones de junio de 2012, Tsipras especificó que no sólo quería mantener a Grecia dentro de la eurozona para salvar al país, sino también para salvar a la eurozona y al proyecto imperialista de la Unión Europea, que él consideraba vital para el progreso de los países (capitalistas, claro) del continente. [5]

    CONCLUSIÓN

    El curso de los acontecimientos demuestra día a día que los análisis que hacía el Partido Comunista de Grecia (KKE) sobre Syriza antes de las elecciones de junio eran acertados: cualquier partido político que pretenda gestionar el sistema capitalista, acabará sirviendo a la burguesía, sin importar cuan radical sea su mensaje. Los últimos meses han ido corroborando esta tesis, y mientras Syriza se reúne con embajadores de los países imperialistas y con el FMI para tranquilizar a los empresarios de todo el mundo, el KKE sigue organizando a los obreros de Grecia para hacer la revolución socialista e instaurar la dictadura del proletariado. Así, mientras la máxima del KKE es “proletarios de todos los países, ¡uníos!”, la de Syriza parece ser “empresarios de todos los países, ¡tranquilizaos!”.

    Comprender la imposibilidad de formar gobiernos de izquierda y entender el papel que juega la socialdemocracia en el sistema de dominación capitalista es fundamental para los obreros del Estado español. Igual que los obreros en Grecia están cada vez más detrás de su partido de vanguardia, que es el Partido Comunista, también en España deben los trabajadores rechazar la influencia perniciosa del reformismo encarnado en el PCE e Izquierda Unida, para unirse al proyecto de unidad clasista que son los Comités de Unidad Obrera (CUO) y a su partido de vanguardia que es el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). Porque en el Estado español habrá mil partidos, pero sólo hay uno que diga en voz alta: ¡cancelemos unilateralmente toda la deuda, instauremos una economía planificada, creemos poder obrero, salgamos de la Unión Europea, el euro y la OTAN!


    FUENTES
    [1] http://www.vientosur.info/spip/IMG/article_PDF/article_a7562.pdf
    [2] Tsipras confident of victory and leftist government | Athens News
    [3] SYRIZA aux USA: Réunions à huis-clos avec le ministère des Affaires étrangères et le FMI | Mondialisation
    [4] SYRIZA leader Alexis Tsipras meets IMF officials
    [5] I will keep Greece in the eurozone - FT.com


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    Mensaje por MarxistaDominicano Miér Jul 08, 2015 4:10 am

    Bueno mano, no hay que ser un psicoanalista para uno ver con sus propios ojos el elitismo, la arrogancia, la vanidad, la altaneria, en la forma de vestir y los gestos corporales de Tsipras, y hasta del partido reformista PODEMOS. Uno se da cuenta cuando un politico lo que busca es fama, vanidad y gloria en la forma de vestir y sus gestos. Me queda claro de que Siriza y Podemos son partidos de gente altanera y vanidosa de clase media. Y no son partidos de gente que realmente quieren una dictadura de la clase obrera y de los campesinois en Grecia y España

    chustas12 escribió:pues yo pensaba que siriza era un partido mas anticapitalista, gracias por aclarar!!

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