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    Poemas leninistas de Mayakovski

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    Poemas leninistas de Mayakovski Empty Poemas leninistas de Mayakovski

    Mensaje por comunismorevolucionario Jue Sep 15, 2011 2:33 pm

    LA NUBE EN PANTALONES
    ¡Glorifíquenme!
    No puedo compararme a los grandes. Y en todo lo que han hecho pongo «nihil».
    Jamás
    quiero volver a leer nada. ¿Un libro?
    ¡Qué me importan los libros!
    Antes creía
    que los libros se hacían de este modo:
    llegaba el poeta,
    entreabría fácilmente los labios
    y al momento comenzaba a cantar el simplón inspirado ¡ahí les va! Pero resulta
    que antes de que se comience a cantar
    caminan largo rato, les salen callos de tanto fermentarse,
    y en silencio chapotea en el limo del alma
    el tonto pez de la imaginación.
    Y mientras hierven, revolviendo con rimas
    cierto guiso de amor y ruiseñores,
    la calle se retuerce atrofiada, sin lengua,
    sin tener con qué gritar ni conversar.

    Orgullosos, levantemos de nuevo
    las torres de Babel de las ciudades
    mientras Dios
    destruyendo ciudades
    crea pastos
    y mezcla la palabra.
    La calle cargaba en silencio su tormento. Un grito le asomaba del gaznate. Se erizan, atravesados de través en taxis regordetes y huesudas calesas. Le han apeatonado el pecho. ¡Peores que la tisis!

    La ciudad cerró el paso con tinieblas.

    ¡Y cuando!...
    ¡De todos modos!...
    La calle escupió la turba a la plaza
    sacándose el atrio que aprisionaba su garganta,
    he pensado:
    entre un coro de arcángeles Dios, saqueado, va a castigar.

    Y la calle se sentó y lanzó un grito: «Vamonos a llenar la panza».

    Maquillan a la ciudad los Krupps y los kruppitos, amenazan enarcando las cejas. En la boca
    se pudren los cadáveres de palabras muertas,
    sólo dos viven y engordan:
    «canalla»
    y alguna otra más, «borsh», creo.

    Los poetas
    reblandecidos en llanto y en sollozos abandonan la calle, los cabellos hirsutos: ¿cómo tan sólo con esas dos cantarles a las señoritas, al amor,
    y a las florecitas cubiertas de rocío?

    Y tras los poetas
    los millares que habitan la calle:
    estudiantes
    prostitutas
    capataces.
    ¡Señores!
    ¡Deténganse!
    Dejen de comportarse como indigentes,
    no se atrevan a pedir limosnas.

    Nosotros, los robustos,
    que caminamos a trancos,
    no debemos obedecerlos, sino arrancarlos
    a todos ellos,
    a los que se aferran como un apéndice
    gratis a cada cama matrimonial.
    ¿Pedirles a ellos dócilmente «ayúdame»?
    ¿Rogarles con un himno, un oratorio?
    Creémoslas nosotros mismos como un ferviente
    himno entre el ruido de las fábricas
    y los laboratorios.

    ¡¿Qué me importa si bajo el fuego artificial
    de los cohetes Fausto se desliza con Mefistófeles
    por el parquet del cielo?!
    ¡Sé
    que tengo un clavo en la bota,
    una pesadilla mayor que las fantasías de Goethe!

    Yo
    el pico de oro,
    de quien cada palabra
    renueva el alma
    y celebra el cuerpo,
    les digo:
    ¡la más diminuta mota de lo vivo
    es más valioso que lo que he hecho y haré!

    ¡Escuchen!
    Predica
    convulso y quejoso
    Zaratustra, el labio-gritón de hoy.
    Nosotros
    con cara como sábanas soñolientas,
    con labios colgantes como lámparas,
    nosotros,
    presidiarios de ciudades-leprosarios,
    donde el oro y el lodo han llagado a la lepra,
    ¡estamos más limpios que el azul celeste de Venecia
    que bañan a diario los mares y el sol!

    ¡Me importa un bledo
    que ni en Homero ni en Ovidio
    aparezcan gentes como nosotros,
    picados por la viruela del hollín.

    que el sol palidecería
    si pudiera ver las reservas de oro que guardan nuestras almas.

    Más seguros que los rezos son los tendones y los músculos.
    ¿Por qué habríamos de rogar una limosna al tiempo? ¡Nosotros,
    cada uno de nosotros,
    sostenemos en nuestras cinco
    las correas de transmisión del mundo!
    Esto me aupó al Gólgota de los auditorios
    en Petrogrado, en Moscú, en Odessa, en Kiev, y no hubo ni uno que
    no gritara: «¡Crucifíquenlo, crucifíquenlo!».
    Pero para mí todas las gentes
    (y también aquellas que me ofendieron)
    son lo más querido y cercano.

    ¿No han visto cómo un perro
    lame la mano que lo ha golpeado?

    Yo,
    escarnecido por las tribus de hoy
    como un chiste largo y escabroso,
    veo cómo avanza a través de montañas de tiempo
    alguien para todos invisible.
    Donde el ojo de los hombres se desploma segado,
    cual un jefe de hordas hambrientas
    con la corona de espinas de las revoluciones
    llegará el año dieciséis.
    Yo soy su profeta entre las gentes,
    estoy donde está el dolor: en todas partes;
    me he crucificado
    en cada lágrima.
    Ya no puedo perdonar nada.
    He quemado almas donde cultivaban la ternura.
    ¡Algo más difícil que tomar
    miles y miles de Bastillas!

    Y cuando,
    proclamando con una revuelta su arribo,
    salgan a recibir al salvador, yo
    me sacaré el alma, la pisotearé
    ¡para hacerla más grande!,
    y así ensangrentada se la daré como estandarte.



    LENIN
    Mirad
    como revolotean
    las moscas sobre las migajas:
    tienen menos hambre
    que nosotros
    el año dieciocho
    ...

    Mientras los Kulaks
    tenían mantequilla y panecillos
    ...

    Su cálculo era
    seguro y sencillo:
    esconder el grano
    en lugar seguro
    ...

    Sabemos
    que el hambre
    todo se lo lleva
    el trance requiere dureza
    y no blandura de cera.
    Lenin
    contra los Kulaks arremete
    sin vacilación
    ...

    En situación
    como esta,
    la palabra 'demócrata'
    ¡Solo puede caber
    en cabeza tonta a mas no poder!
    Y de emplear el palo,
    hay que pegar
    sin dejar un solo hueso sano,
    pues la victoria solo es segura,
    con una férrea dictadura
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    Mensaje por comunismorevolucionario Jue Sep 15, 2011 2:35 pm

    ORDEN N.° 2 AL EJÉRCITO DEL ARTE
    A vosotros—
    barítonos bien nutridos—
    que de Adán
    a nuestros días
    conmovéis los antros llamados teatros
    con suspiros de Romeos y Julietas.
    A vosotros—
    pintores,
    pesados como caballos,
    ornato tragón y relinchante de Rusia,
    agazapados en los talleres,
    seguid pintarrajeando
    florecillas y desnudos.
    A vosotros—
    ocultos en la sombra de hojitas místicas,
    frentes surcadas de arrugas
    futuristillos,
    imaginistillos,
    akmeistillos,
    enredados en la telaraña de las rimas.
    A vosotros—
    que cambiasteis el peinado liso
    por hirsutas melenas,
    los zapatos charolados por zuecos,
    proletcultillos,
    que remendáis
    el gastado frac de Puschkin.
    A vosotros—
    bailarines, trompetistas,
    que traicionáis a ojos vistas
    y pecáis a hurtadillas,
    que imagináis el futuro
    como una enorme ración de académico.
    A vosotros,
    yo-
    genial o no genial,
    que he dejado las trivialidades
    y que he trabajado en la Rosta,
    os digo
    antes de que os echen a culatazos:
    ¡Acabadla!
    ¡Acabadla!
    Olvidad,
    escupid
    en las rimas,
    en las arias,
    en el rosal,
    y en las demás soserías
    del arsenal de las artes.
    ¿A quién interesa
    que «Ay, pobrecito,
    cómo amaba
    y qué desgraciado fue...»?
    Ahora
    necesitamos artesanos,
    no predicadores melenudos.
    ¡Escuchad!
    Gimen las locomotoras,
    el viento entra por las rendijas:
    «¡Dadnos el carbón del Don!
    Montadores
    y mecánicos, ¡al depósito!»
    En cada afluencia de los ríos
    con un boquete en el costado:
    los barcos atronaron en las dársenas:
    «¡Dadnos petróleo de Bakú!»
    Mientras gastamos nuestra energía
    en inútiles discusiones, en busca
    de un sentido oculto,
    un inmenso clamor sacude las cosas:
    «¡Dadnos formas nuevas!»
    Ya no hay imbéciles
    que esperan con la boca abierta
    la palabra del «maestro».
    Camaradas,
    dad un arte nuevo,
    un arte
    que saque a la República del fango.
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    Mensaje por comunismorevolucionario Jue Sep 15, 2011 2:36 pm

    LA GUERRA Y EL UNIVERSO
    Tenéis suerte.
    La vergüenza no alcanza a los muertos.
    Apaga pues
    tu odio por los difuntos asesinos.
    El líquido más puro ha lavado
    el pecado del alma emigrada.
    ¡Tenéis suerte!
    Pero yo,
    a través de las líneas del frente,
    a través del estrépito,
    ¿cómo sostendré mi amor de ser vivo?
    Un paso en falso
    y la migaja del más insignificante de los amores
    rodará para siempre al abismo del humo.
    ¿Qué es
    para los que vuelven
    tu pena?
    ¿Qué es
    para ellos la línea de los poemas?
    ¡Parados con piernas de madera
    ellos ya no querrán otra cosa
    que seguir cojeando hasta el fin de sus días!
    ¿Tienes miedo?
    ¡Cobarde!
    ¡Te matarán!
    Tú podrías vivir,
    aunque esclavo,
    una buena cincuentena de años.
    ¡Mentira!

    que bajo la lava de los ataques
    seré
    el más corajudo
    el más arrogado.
    ¡Ah! ¿Qué valiente
    se negaría a responder
    a la llamada del clarín de los tiempos futuros?
    Y yo soy
    en esta tierra
    el único heraldo de las verdades en marcha.
    ¡Hoy exulto!
    Sin beber ni una gota
    he llegado a la meta de mi alma.
    Mi solitaria voz humana
    se eleva
    entre gritos
    entre llantos
    en el día naciente.
    ¡A ver! ¡Vamos, animáos!
    Fusiladme, ponedme contra el paredón!
    ¡No seré yo quien cambie de colores!
    ¿Queréis
    que me pegue un as en la frente
    para que brille más la meta? [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
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    Mensaje por comunismorevolucionario Jue Sep 15, 2011 2:37 pm

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    ¡ESCUCHAD!

    ¡Escuchad!
    Las estrellas están iluminadas,
    ¿quiere decir esto
    que le son necesarias a alguien,
    que alguien desea su existencia,
    que alguien está echando
    margaritas a los puercos?
    Arremetiendo
    contra la tormenta y la polvareda,
    llegó hasta Dios,
    temiendo estar en retraso.
    Lloró,
    besó su mano nudosa,
    imploró—
    ¡necesitaba una estrella!—
    juró
    que no podía soportar
    su martirio sin estrellas.
    Después
    paseó su angustia
    fingiendo estar tranquilo.
    Le dijo a uno:
    «Ahora te sientes mejor, ¿verdad?
    ¿Ya no lloras?»
    ¡Escuchad!
    Las estrellas están iluminadas—
    ¿Quiere decir que alguien
    las necesita? ¿Quiere decir
    que es indispensable
    que todas las noches
    por encima de los techos
    brille al menos una estrella?
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    Mensaje por comunismorevolucionario Jue Sep 15, 2011 2:39 pm

    EL POETA ES UN OBRERO
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    Se le ladra al poeta:

    «¡Quisiera verte con un torno!

    ¿Qué, versos? ¿Esas pamplinas?

    ¡Y cuando llaman al trabajo, te haces el sordo!»

    Sin embargo

    es posible que nadie

    ponga tanto ahínco en la tarea

    como nosotros.

    Yo mismo soy una fábrica.

    Y si bien me faltan chimeneas,

    esto quiere decir

    que más coraje me cuesta serlo.

    Sé muy bien

    que no gustáis de frases vacías.

    Cuando aserráis la madera, es para hacer leños.

    Pero nosotros

    qué somos sino ebanistas

    que trabajan el leño de la cabeza humana.

    Por supuesto

    que pescar es cosa respetable. Echar las redes.

    ¿Quién sabe? ¡Tal vez un esturión!

    Pero el trabajo del poeta es más beneficioso:

    la pesca de hombres vivos, esto es lo mejor.

    Enorme, ardiente es el trabajo en los altos hornos,

    donde se forma el hierro chisporroteante.

    ¿Pero quién

    se atrevería a llamarnos holgazanes?

    Nosotros bruñimos las mentes con áspera lengua.

    ¿Quién es más aquí?

    ¿El poeta o el técnico

    que procura a los hombres

    tantas ventajas prácticas? Los dos.

    Los corazones son también motores.

    El alma es también fuerza motriz.

    Somos iguales.

    Camaradas de la clase trabajadora.

    Proletarios del cuerpo y del espíritu.

    Solamente unidos

    solamente juntos podremos engalanar el universo,

    acelerar el ritmo de su marcha.

    Ante una oleada de palabras, levantemos un dique.

    ¡Manos a la obra!

    ¡Al trabajo, nuevo y vivo!

    Y a los que discursean

    que se les mande al molino.

    ¡Para que el agua de sus discursos haga girar sus aspas!
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    Mensaje por comunismorevolucionario Jue Sep 15, 2011 2:40 pm

    150.000.000
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
    150.000.000 es el nombre del artífice de este poema.
    Su ritmo: la bala.
    Su rima, el fuego saltando de un edificio al otro.
    150.000.000 hablan por mi boca.
    Esta edición fue impresa con la rotativa de los pasos,
    en el papel vitela del adoquinado.
    ¿Hay quién pregunte a la luna?
    ¿Hay quién pretenda que el sol le rinda cuentas?
    ¿Quién se atrevería a afirmar:
    éste es el autor más genial de la tierra?




    De igual modo
    este poema
    no tiene autor.
    Su única idea es
    brillar en el día naciente.
    Ese mismo año,
    en ese día y hora,
    bajo tierra, en la tierra por el cielo y aún más arriba
    aparecieron estos
    carteles,
    octavillas,
    affiches:
    «¡A TODOS!
    ¡A TODOS!
    ¡A TODOS!
    ¡A todos
    los que ya no aguantan más! ¡Salid
    y marchad juntos!»
    (firmas):
    La Venganza —maestro de ceremonias.
    El Hambre —administrador.
    La Bayoneta.
    La Pistola.
    La Bomba (tres
    firmas:
    los secretarios
    ¡Vamos! ¡Vamos, vamos!
    ¡Ja. ja!
    ja, ja, ja, ja, ja, ja! ¡Se caen!
    ¡Eh, Juanón!
    ¡Mete billetes en la alpargata!
    ¡No vayas descalzo al mitin!
    ¡Adiós, Rusia del alma!
    ¡Se acabó la pobre!
    ¡Ya encontramos otra Rusia!
    ¡La internacional!
    ¡Vamos!
    Sentado en sillón de oro
    toma té con bizcochos.
    Iré a verle,
    furioso.
    Iré a verle
    tísico.
    Iré a verle
    y le diré:
    «Wilson, oye,
    Woodrow,
    ¿quieres un cubo de mi sable? Ya verás...»
    Llegaremos hasta el mismísimo
    hasta Lloyd George
    Y le diremos:
    «Oye,
    Jorgito...»
    —Hasta él no llegas.
    Hasta él hay océanos.
    Con esos no puede el jamelgo
    No importa.
    Iremos a pata. Despertaba a la llamada
    de los bosques. Fieras y fierecillas segregaban fuerza.
    "Un lechón gruñía aplastado por un elefante.
    Los cachorros formaban hileras de cachorros.
    El grito humano es insoportable.
    Pero la fiera se exprimía el alma.
    (Os traduciré el bramido de los animales,
    si no conocéis la lengua animal):
    «¡Escucha, Wilson,
    bola de grasa! Si la culpa es del hombre,
    castígalo.
    Nosotros
    no hemos firmado el pacto de Versalles.
    Las fieras, sí,
    ¿pero por qué debemos pasar hambre?
    ¡Que sufran ellos nuestro dolor animal!
    ¡Quién pudiera hartarse una vez más!
    ¡Vamos a las Indias, rebosantes de hierbas!
    ¡A las praderas americanas!»
    ¡Oh! ¡Oh-uh!
    Ya no cabemos en la jaula-bloqueo.
    ¡Adelante, automóviles!
    ¡Al mitin, motocicletas! ¡Lo pequeño, a la derecha!
    ¡Ceded el paso a los camiones!
    ¡Los caminos se pusieron en fila india!
    Escuchad lo que dicen los caminos
    ¿Qué dicen? «Nos asfixiamos de tanto viento y polvo,
    retorciéndonos en los raíles por estepas hambrientas.
    Por dóciles kilómetros sin empedrar,
    estamos hartos de arrastrarnos tras los presidiarios.
    Queremos saturarnos de asfalto,
    ceder bajo el peso del expreso, ¡levantáos!
    ¡Basta de dormir carreteras mecidas por el polvo!
    ¡Vamoooos!» ¡Vamos a las minas! ¡A por pan!
    ¡A por el moreno!
    Sembrado para nosotros.
    Sin leña
    sólo los tontos pueden andar. ¡Al mitin, locomotoras!
    ¡Locomotoras, al mitin!
    ¡Rápiiiido!
    ¡Rápidorápido!
    ¡Eh,
    regiones,
    levad anclas!
    Tras Tula, Astrakán,
    una mole tras otra,
    inmóviles
    desde Adán,
    arrancaron
    y avanzan sobre otras, con ruido de ciudades.
    Llevando por delante la oscuridad rezagada,
    tropezando con las frentes de los faroles,
    iban al mitin legiones de luz,
    con las zancadas de postes eléctricos.

    Y por encima
    conciliando el agua y el fuego,
    pudriéndose de ahogados, fluían los mares.
    «¡Paso a las olas del Caspio!»
    ¡No volveremos a Rusia! No en el flaco Bakú,
    en las playas de la jubilosa Niza brincaremos
    con la ola mediterránea.»
    Y, por fin,
    tras el trueno
    de correr y de trotar, respirando a pleno pulmón,
    en borbotones de nubes salieron
    por los agujeros los aires ya tormentosos de Rusia.
    ¡Vamo-o-o-s! ¡Vamosvamos!
    ¡Y todos
    los ciento cincuenta millones de gentes, billones de peces,
    trillones de insectos, animales salvajes,
    animales domésticos, centenares de regiones,
    con todo lo que
    hay construido, lo que vive en ellas,
    todo lo movible,
    inamovible,
    lo que apenas se movía, reptando,
    arrastrándose, nadando.
    Marcho en avalancha
    ¡en avalancha!
    Y retumbaba el sitio
    donde estuvo Rusia.
    Lo importante
    no es comerciar con sacarina.
    ¡El corazón quiere ser campana que doble!
    Hoy al paraíso
    lanzaremos a Rusia más allá
    de los irisados pozos del crepúsculo.
    ¡Ja, ja,
    ja, ja, ja, ja,
    ja, ja!
    ¡Vamosvamos!
    ¡A través de la guardia blanca de las nieves!
    ¿Por qué las regiones sacan sus carnosidades de los límites
    que por siglos les fijaron las autoridades?
    ¿Por qué aguzan el oído los cielos?
    ¿A quién atalaya el horizonte?
    Por eso
    hoy
    los ojos del mundo entero están puestos
    en nosotros y todos los oídos alertas
    captan el más mínimo sonido nuestro
    Para ver esto
    Para escuchar estas palabras: esto
    es la voluntad de la revolución,
    lanzada más allá de sus últimos límites
    esto
    es un mitin
    armazones de máquinas, gentes,
    y cuerpos de animales, esto
    son manos
    patas
    pinzas
    bielas levantadas
    aun donde el aire enrareció
    prometiendo una misma cosa al unísono.
    Olvidad
    a los poetas
    que lanzan aullidos celestiales,
    olvidadlos,
    escuchad esta canción: «Vinimos a través de ciudades,
    nos abrimos paso en la tundra,
    pisamos fango y charcos.
    Vinimos millones
    millones de obreros,
    millones de trabajadores y empleados.
    Vinimos de las casas,
    escapamos de los almacenes,
    de las callejuelas alumbradas por los incendios.
    Vinimos millones,
    millones de objetos,
    destrozados,
    rotos, arruinados.
    Bajamos de las montañas
    reptamos por bosques
    y campos de cebada agostados por los años.
    Vinimos,
    millones,
    millones de ganado,
    cerriles,
    embrutecidos, hambrientos.
    Vinimos
    millones
    de impíos,
    paganos
    y ateos
    con la frente,
    el hierro oxidado,
    el campo,
    Recemos todos a Dios, con fervor. ¡Aparece,
    no de un mullido tálamo estelar, Dios de hierro,
    Dios de fuego
    Dios, ni Marte,
    ni Neptuno, ni Vegas,
    Dios de carne,
    ¡Dios-Hombre!
    Baja de las estrellas que brillan en las arenas,
    liberado de las alturas, terrestre,
    ¡sal,
    aparece
    entre nosotros!
    No el que
    «estás en los cielos».
    Hoy
    a la vista de todos obraremos milagros,
    nuestros propios milagros.
    Nos encabritamos
    si en tu nombre
    hay que batallar
    en medio del humo en el fragor del turno.
    Nuestras hazañas
    serán más difíciles que las del Creador
    que llenaba
    de cosas el vacío.
    No sólo tenemos que construir con imaginación nueva,
    sino también dinamitar lo viejo.
    ¡Sed, danos de beber! ¡Hambre, aliméntanos! Ya es hora
    de llevar el cuerpo al combate.
    ¡Más tupida sea la descarga contra los cobardes!
    ¡Contra el montón, fuego de metralla!
    ¡Que todo venga
    del mismísimo fondo del alma!
    ¡A fuego,
    a llama,
    a hierro,
    a luz,
    abrasa,
    quema,
    corta,
    destruye!
    Nuestras piernas
    son abanicos que aventan la polvareda.
    Nuestras aletas son naves.
    Nuestras alas son aeroplanos.
    ¡Caminar!
    ¡Volar!
    ¡Cruzar!
    ¡Rodar!
    haciendo inventario del mundo entero.
    Si esa cosa es útil,
    bien,
    sirve.
    Si es inútil,
    ¡al diablo!
    Una cruz negra.
    ¡Acabaremos contigo,
    mundo romántico!
    Basta de fe
    en el alma,
    ¡electricidad,
    vapor!
    ¡Basta de mendigos!
    ¡Embolsad las riquezas de todos los mundos!
    ¡Matad cuanto es viejo!
    ¡De los cráneos haced ceniceros!
    Arrasadas las antiguallas,
    un mito nuevo se impondrá en el mundo.
    Romperemos con el pie la barrera del tiempo.
    Miles de arcoiris colorearán el cielo.
    En un mundo nuevo se abrirán
    las rosas y los sueños ensuciados por las rimas.
    Todo estará hecho
    para el placer
    de los niños grandes que somos.
    Inventaremos
    rosas nuevas,
    rosas de capitales con pétalos de plazas.

    Vosotros,
    los marcados con el estigma del suplicio,
    ved al verdugo de hoy.
    Y sabréis
    que los hombres
    pueden ser cariñosos,
    con el amor
    que la estrella trepa por un rayo.
    Nuestra alma
    será
    confluencia de los Volga de amor.
    Todo el que las aguas traigan
    —tú o cualquier otro—
    será bañado por una mirada luminosa.
    Por las arterias más finas
    botaremos
    las naves faéricas de los hallazgos poéticos.
    Y tal como lo escribimos
    el mundo será
    el miércoles
    y ayer
    y hoy
    y mañana y siempre,
    por los siglos de los siglos. Por el verano secular,
    lucha,
    canta:
    «En la batalla final» ¡Coreemos un himno común!
    ¡Más de un millón!
    ¡Multipliquémonos por cien! ¡Vamos, por las calles!
    ¡A los tejados!
    ¡Tras los soles! ¡En los mundos!
    ¡Gimnastas de la palabra!
    Y Rusia
    ya no es un pordiosero
    no es un montón de escombros, no es ceniza de casas
    Rusia
    Rusia entera
    es un solo Iván,
    sus brazos
    son
    el Neva
    y sus pies las estepas del Caspio.
    El siguiente fragmento narra
    el cuerpo a cuerpo que sostienen Iván,
    en harapos tras atravesar océanos y montañas,
    y W. Wilson, en Chicago.
    Atrincherado en su palacio,
    Wilson resiste, acciona unos resortes dorados,
    y de inmediato se alarga
    la cadena de formaciones inhumanas.
    Más terrible que tanques,
    que aguerridos regimientos,
    el hambre
    se levanta, sin vientre,
    con cien bocas, con millones de mandíbulas,
    y sale de un salto.
    Muerde una ciudad
    —se rompe como una nuez.
    Atrapa una villa —y sus huesos crujen.
    A los hombres, a los animales,
    se los traga a puñados.
    Precediéndola,
    aguzado el oído,
    abre la marcha la ruina.
    La fábrica respira.
    la ruina la oye.
    La ruina oye.
    La fábrica respira.
    La ruina la estrecha,
    la fábrica se desmorona.
    Ataca, blandiendo un trozo de vía férrea.
    Todo se convierte en polvo, declina,
    se hunde. ¡Prepárate!
    ¡Al ataque!
    ¡Trabaja!
    ¡Suda!
    La garganta del hambre,
    el morro de la ruina,
    ¡Las estrangularemos
    con el nudo corredizo de las vías

    Y cuando el país iba a quedar sin aliento
    —cortado por el hambre—
    entonces,
    blandiendo el ariete hidráulico de los trenes,
    el transporte se puso en marcha.
    Las locomotoras, con su blanca barba al viento,
    combaten, el hambre cede,
    y los trenes cargados de trigo,
    empezaron a pasar por encima de su cuerpo,
    comiéndose los restos.

    Estremecido de rabia,
    Woodrow
    ordena:
    «Aniquiladlo enseguida»
    y envía enjambres de guerreros jóvenes...
    Y todos avanzan protegidos por el fango,
    espiroqueta sobre espiroqueta,
    vibrión sobre vibrión.
    El veneno de los microbios,
    las patas de los piojos,
    ensucian la sangre,
    hacen cosquillas a los cuerpos.
    De una copa inédita
    surgen las enfermedades,
    de pronto,
    el hombre
    adormecido
    se llena de manchas se hincha, y estalla
    como un hongo. Entonces se ponen en marcha
    precedidos por cierta
    farmacia arcoiris,
    poniendo en las troneras botellas de fenol, lazaretos,
    clínicas,
    hospitales. Los piojos retroceden
    estrechando filas,
    perseguidos
    por el fuego
    de los microscopios.
    La cadena desinfectante los golpea y golpea.
    Los enemigos son puestos
    patas arriba.
    Y abajo
    blandiendo como bandera una receta,
    desfila triunfalmente el Narkomzdrav del mundo entero.
    De Wilson sale un extraño sonido,
    — Enfermedades y penurias han sido vencidas,
    y envía su último ejército,
    el ejército envenenado por las ideas.
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    Poemas leninistas de Mayakovski Empty Re: Poemas leninistas de Mayakovski

    Mensaje por comunismorevolucionario Jue Sep 15, 2011 2:43 pm

    MI UNIVERSIDAD
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    ¿Sabe francés,
    restar,
    multiplicar?

    ¡Declina maravillosamente!
    ¡Que decline!
    Pero oiga,
    ¿acaso usted podría cantar a dúo,
    con los edificios?
    ¿Usted acaso comprende
    el idioma de los tranvías?
    El hombre, a veces,
    apenas sale del cascarón
    y ya lleva libros bajo el brazo,
    y cuadernos escritos.
    Yo,
    aprendí el alfabeto en los letreros,
    hojeando páginas de estaño y hierro.
    Los maestros,
    toman la tierra,
    la descarnan,
    la destrozan,
    y enseñan:
    -Toda ella
    no es más que un globo pequeño, redondo.
    Pero yo,
    con los codos aprendí geografía.
    No en vano he dormido tanto sobre la tierra.
    Los historiadores se atormentan con

    /importantes preguntas:
    -¿Era o no era roja la barba de Barbarroja?
    ¡Que sea! No me gusta meterme en las mentiras con
    /telaraña. Yo conozco de Moscú, cualquiera de sus
    /historias. Hablan de Dobroliubov
    (para que lo odien) pero su apellido está en contra,
    protesta la familia.
    Yo,desde niño
    aprendí a odiar a los gordos,
    a los que se venden por una comida.
    Se sientan, charlan,
    y para gustarle a la dama,
    hacen sonar sus pobres ideas
    con sus frentes llenas de monedas.
    Yo, dialogaba sólo con los edificios,
    y las tomas de agua eran mis interlocutoras.
    Con la ventana del oído atento escuchando,
    los techos oían lo que les arrojaba al oído.
    Y luego,de noche,
    sobre una cosa
    o la otra
    nos pasábamos charlando,
    moviendo la "sin hueso".
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    Mensaje por comunismorevolucionario Jue Sep 15, 2011 2:47 pm

    CONSEJOS SOBRE COMO ESCRIBIR POESIA PARA LOS OBREROS POR VLADIMIR MAYAKOVSKI
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    1. La poesía es una producción dificilísima, complicadísima pero es producción.

    2. Enseñar a escribir versos, no es estudiar la preparación de determinado tipo de obras poéticas, sino estudiar los medios utilizados en cualquier trabajo poético, estudiar los hábitos de producción, que ayudan a crear estos nuevos medios.

    3. La novedad del material y de los medios de expresión es indispensable para toda obra poética.

    4. El trabajo del poeta debe ser cotidiano, debe trabajar todos los días para mejorar su dominio en la materia y acumular reservas poéticas.

    5. Una buena libreta de apuntes, y saber manejarla, es más importante que saber escribir sin cometer errores en alguna métrica anticuada y moribunda.

    6. No hay por qué lanzar en marcha un gran taller poético para hacer únicamente pequeños encendedores poéticos. Se debe eludir esa forma irracional de trabajo. Se debe tomar la pluma cuando no tenemos otro medio para expresarnos más que en verso. Hay que escribir ciertas obras únicamente cuando se siente con absoluta claridad el encargo social.

    7. Para comprender con justeza el encargo social, el poeta debe estar en el centro de los acontecimientos. Los conocimientos teóricos de economía política, el conocimiento real de la vida, el ambiente, los conocimientos de historia son para el poeta más importantes que los tratados escolásticos que siguen rezando a viejos ídolos y profesores dogmáticos e idealistas.

    8 Para el cumplimiento mejor del encargo social, debemos estar a la vanguardia de nuestra clase más progresista, debemos luchar juntos con ella en todos los frentes de combate. Debemos hacer trizas la leyenda del arte apolítico. Este viejo cuento surge ahora bajo un nuevo aspecto, cubierto por la charla de los amplios panoramas épicos (primero épicos, luego objetivos y por último sin partido), hablando del gran estilo (primero grande, luego elevado y por último celestial), etc., etc.

    9. Si tratamos al arte únicamente como una producción complicadísima, se eliminará la casualidad, la falta de principios en los gastos y la arbitrariedad en las valoraciones individuales. Al tratar al arte únicamente como una producción se ubicarán las diferentes ramas del trabajo literario con los mismos derechos de existencia; los del verso y la nota del corresponsal obrero y campesino. En vez de reflexiones místicas sobre un tema poético permitirá tratar el problema de acuerdo a una rigurosa calificación
    poética.

    10. Es imposible darle un valor decisivo y dominante a la así llamada elaboración técnica. Pero, precisamente esa elabora¬ción hace de la obra poética su valor y crea las posibilidades de su utilidad. Únicamente la diferencia de estos medios de elaboración crea la diferencia entre los poetas; sólo el conocimiento, el perfeccionamiento, la acumulación, la diversificación de métodos literarios hace de un hombre un escritor profesional.

    11. El ambiente cotidiano tiene influencias también en la conciencia del poeta y en la creación de sus obras como los demás factores de su ambiente. La palabra "bohemia" se ha transformado en un elemento negativo para todo ambiente artístico. Por desgracia, la lucha contra estos elementos se hace sólo con palabras y no con medios. Es un hecho, por desgracia, la existencia de ese clima gastado y conocido de carrierismo literario, de individualismo, de estrechos intereses y mezquindades de círculo, de reemplazo de conceptos poéticos por otros de calidad muy inferior. Hasta el traje del poeta y su conversación con su mujer debe ser diferente y determinada por toda su producción poética.

    12. Nosotros, los del L.E.F. (Frente de Izquierda), jamás decimos que somos los únicos dueños de los secretos de la creación poética, pero sí somos los únicos que deseamos descubrir esos secretos, los únicos que no queremos rodear la creación poética con especulaciones de carácter artístico-religiosas.
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    Mensaje por comunismorevolucionario Jue Sep 15, 2011 2:53 pm

    [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

    Vladímir Vladímirovich Mayakovski
    Mayakovski nació en el pueblo de Baghdati (de 1940 a 1990 llamada "Mayakovski" en su honor), en Georgia, en 1893. Era hijo de un inspector forestal. Tras la muerte de su padre, en 1906, se trasladó a Moscú, donde estudió pintura.

    Se entusiasmó con el Futurismo, y sus primeros poemas, por ejemplo, La nube en pantalones y La flauta vertebral son poemas futuristas. Su actividad política se inició durante el zarismo; se afilió al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, lo que le acarrearía una serie de persecuciones y la cárcel. Allí emprendería su tarea poética.

    Al consumarse la victoria de la Revolución rusa, apoyó la política cultural de la administración bolchevique. Empleó una gran diversidad de procedimientos para cautivar a las multitudes, abarcando desde la aplicación de un lenguaje coloquial, a veces prosaico, hasta los más refinados estilos épicos.
    Cartel agitprop, obra de Mayakovski.

    En el período de los años 1920 Mayakovski se dedicó a promocionar por el mundo la Revolución, cruzando Europa entera e interviniendo en cónclaves y coloquios. En 1922, viajó a Riga, Berlín y París, y en 1925 visitó los Estados Unidos y México. En ese periodo creó elementos prácticos de propaganda, como carteles, afiches y argumentos para películas y recitó sus poemas en la Rusia bolchevique. Fue uno de los editores de la revista LEF.

    Después de junio de 1915, la obra poética lírica de Mayakovski estaba casi por entero dedicada a Lilia Brik (con la notable excepción de los últimos años de la década de 1920, dedicada a Tatiana Yákovleva). Frecuentemente le dedicaba los poemas de manera explícita o se refería dentro de ellos a Lilia por su nombre. Por ejemplo, en sus "Облако в штанах" (La Nube en Pantalones, 1915), "Флейта-позвоночник" (La flauta vertebral, 1916), "Про это" (Acerca de esto, 1922), "Лилечка! Вместо письма" (Lílechka! En lugar de una carta).

    Al final de su vida se desengañó de la vida soviética, tanto los pequeños burgueses soviéticos como los escritores y los críticos del Proletkult (Cultura proletaria) no lo comprendieron y lo acosaban con crítica acerada.

    Mayakovski se suicidó de un disparo en el corazón el 14 de abril de 1930 sin que se hayan podido dilucidar, con claridad, las causas de esa determinación; es probable que intervinieran factores emocionales, como algunas críticas severas por su expresivo «individualismo».
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

    En 1912 el texto futurista La bofetada al gusto del público (Пощёчина общественному вкусу)1 Debido a sus actividades políticas, en 1914 fue expulsado de la Escuela de Arte de Moscú. A partir de ese año comenzó asimismo una evolución hacia formas más narrativas, que habrían de establecerse durante la Revolución rusa su reputación literaria local e internacional.

    En su obra teatral La chinche (1929), ridiculizó la falsedad de la burguesía de su época, sin embargo su Hablando a gritos (1930), la gran obra épica que dejó sin concluir, se califica como su legado idealista.

    En 1918, Mayakovski escribió el guion de la película "Закованная фильмой" (Atrapada por la Película) e interpretó el papel del gamberro en la película Bárishnia i juligán (Una señorita y un gamberro).

    Las obras más destacadas

    Yo mismo, colección de versos, 1913 (Я!)
    ¡Vea Ud.!, 1913 (Нате!)
    Vladímir Mayakovski, 1914 (Владимир Маяковский)
    La Nube en Pantalones, 1915 (Облако в штанах)
    La Flauta Vertebral, 1915 (Флейта-позвоночник)
    Guerra y paz, 1917 (Война и мир)
    Hombre, 1918 (Человек)
    Misterio bufo, 1918 (Мистерия-буфф)
    150 000 000, 1920
    Amo, 1922 (Люблю)
    Acerca de Esto, 1922 (Про это)
    Vladímir Ilich Lenin, 1924 (Владимир Ильич Ленин)
    ¡Bien!', 1927 (Хорошо!)
    La chinche, 1928 (Клоп)
    El baño, 1929 (Баня)
    Hablando a gritos, 1930 (Во весь голос)

    Las obras traducidas

    Misterio bufo, Cuadernos para el Diálogo, 1971.
    Yo mismo, Alberto Corazón, 1971.
    El baño: Drama en tres actos, con circo y fuegos artificiales, Escelicer, 1972.
    La rebelión de los objetos, Fundamentos, 1972.
    Poemas 1913–1916, Alberto Corazón, 1972.
    Poemas 1917–1930, Alberto Corazón, 1973.
    La chinche; El baño, Edaf, 1974.
    Poesía y revolución, Península, 1974.
    Hoja tras hoja, un elefante o una leona, Progreso, Moscú, 1978.
    Vladímir Ilich Lenin, Akal, 1978.
    Poesía, Akal.
    Poemas (1912–1920), Laya, 1984.
    La nube en pantalones, Mondadori, 1999.
    ¿Qué está bien y qué está mal?, Hiperión, 1999.
    Poemas, Ediciones 29, 2002.
    España; Dos monjas, Editorial Límite, 2004.
    Mi descubrimiento de América: 1925: en 12 poemas, Euskoprint, 2005.
    Yo mismo. Cómo hacer versos, Traducción Agustín García Tirado y Eulalia Soldevilla, Editorial Alberto Corazón.
    Conversaciones con el inspector fiscal y otros poemas, Ediciones 29, Barcelona, 1997.
    Cómo hacer versos, Mono Azul editora, Sevilla, 2009
    Una bofetada al gusto del público, Mono Azul editora, Sevilla, 2009.
    América, Gallo Nero, Madrid, 2010
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    Mensaje por DP9M Jue Sep 15, 2011 3:49 pm

    No sé donde meter esto pero se merece una chincheta.

    gracias
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    Mensaje por NSV Liit Jue Sep 15, 2011 6:08 pm

    Muy bueno, sí señor. Genial, Mayakovski.
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    Mensaje por Lenny Leonard Lun Mar 11, 2013 2:08 pm

    Vladimir Ilich, Lenin (Fragmentos)

    Vladimir Maiakovski


    Es tiempo
    comienzo
    el relato sobre Lenin.
    No porque
    no haya pena
    más grande,
    es tiempo
    porque
    la honda tristeza
    sea ya
    dolor claro y consciente.

    Tiempo,
    vuelve
    a flamear los lemas leninistas.

    ¿Es justo
    derramar
    lágrimas y lágrimas?

    Lenin sigue siendo
    el hombre
    más vivo entre los vivos. Es
    nuestra sabiduría,
    nuestra fuerza
    y el arma que blandimos.

    Los hombres son como barcas,
    aunque sin agua.

    Mientras
    vivimos
    se nos pegan
    a los costados
    muchos
    caramujos sucios.

    Y después,
    sorteada ya
    la tempestad furiosa,
    te sientas
    bajo el rayo del sol
    y te quitas
    la barba verde
    de las algas
    y la barba lila
    de las anémonas.

    Yo también
    me limpio
    para semejarme a Lenin
    y seguir remando
    por la revolución.

    (...)



    La calle
    parece una herida abierta...

    Aquí
    cada piedra
    pisada
    por los primeros ataques de octubre,
    conoce a Lenin.

    Aquí
    todo
    lo que cada bandera
    ha embellecido,
    fue comenzado
    y ordenado por él.

    Aquí
    cada torre
    ha oído a Lenin
    y lo habría seguido
    a través del fuego y del humo.

    Aquí
    cada obrero
    sabe quién es Lenin:
    exponed los corazones
    como ramas de abetos.

    Nos llevaba al combate,
    anunciaba las conquistas,
    y así
    el proletariado es dueño de todo.

    Aquí
    cada campesino
    ha inscrito
    en su corazón
    el nombre de Lenin
    con más ternura que en las calendas de los santos.

    (...)



    La seda de las banderas flameantes
    se inclina,
    para rendir
    los últimos honores:
    "Adiós, camarada,
    has terminado
    tu honrado y valiente camino"

    Horror.
    Cierra los ojos,
    no mires,
    como si andases
    sobre una cuerda de seda.

    Como si
    por un instante
    estuvieses
    a solas
    con una inmensa
    y única verdad.

    Soy feliz.
    El agua sonora de la marcha
    lleva
    su cuerpo sin peso.


    que en adelante
    y para siempre,
    ese momento
    vivirá
    en mí.

    Feliz
    de ser
    una partícula de esta fuerza
    que tiene en común
    hasta las lágrimas de los ojos.

    Imposible
    que la comunión
    en el inmenso sentimiento
    llamado
    clase,
    sea más fuerte,
    más pura.

    (...)



    Y la muerte
    de Ilich
    fue
    un gran
    aglutinador de comunismo.

    Por encima de los troncos
    de un enorme bosque,
    millones
    de manos
    sosteniendo su asta
    -la Plaza Roja-
    la bandera roja
    se eleva,
    arrancándose
    con una terrible sacudida.

    De esa bandera,
    de cada uno de sus pliegues,
    nos llega,
    vivo de nuevo,
    el llamamiento de Lenin:

    -¡En fila,
    proletarios,
    para el último cuerpo a cuerpo!
    ¡Esclavos,
    enderezad
    vuestras rodillas hincadas!
    ¡Ejército de proletarios,
    adelante y en orden!
    ¡Viva la revolución
    alegre y rápida!
    Ésta
    es la única
    gran guerra
    de todas
    las que la historia ha conocido.

    Debo conseguir el poema entero, lo buscaré.
    (Fuente: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

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