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    Muamar el Gadafi 'El Libro Verde'

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    Muamar el Gadafi 'El Libro Verde' Empty Muamar el Gadafi 'El Libro Verde'

    Mensaje por neweconomic Dom Mar 10, 2013 11:41 am

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    El Libro Verde

    Tomo I

    La solución al problema de la Democracia
    "La Autoridad del Pueblo”


    INTRODUCCIÓN
    Escrito por el ex-mandatario libio Muamar el Gadafi entre 1975 y 1981, en el que se exponen las ideas de su pensamiento político, de un modo similar a como lo hizo Mao Tse Tung con su Libro rojo. El libro es el referente de la anterior forma de gobierno de Libia, llamada Yamahiriya, una república gobernada por Gadafi mediante comités populares.

    El Libro verde rechaza la democracia liberal moderna europea y alienta la institución de una forma de democracia directa basada en comités populares de base. Expone la mezcla personal de Gadafi de socialismo, islamismo y nacionalismo árabe.

    Durante el gobierno del coronel Gadafi se publicaron traducciones del libro en varios idiomas, entre ellos el castellano. Libia no tenía Constitución durante la Yamahiriya, pero usaba como fundamento el Libro verde. Con la Revolución Verde, que declara la Yamarihiya en 1977, la bandera de Libia es cambiada de color a una completamente verde, aludiendo al libro del dirigente libio.

    ÍNDICE

    - El Instrumento de Gobierno.

    - Parlamentos.

    - Partidos.

    - Clases.

    - Plebiscitos (referéndum).

    - Asambleas Populares y Comités del Pueblo.

    - La Ley de la Sociedad.

    - ¿Quién supervisa la conducta de la Sociedad?.

    - ¿Cómo puede la Sociedad redirigir su trayectoria cuando se
    producen desvíos a sus leyes?.

    - La Prensa.



    El instrumento de gobierno

    El instrumento de gobierno es el principal problema político que enfrentan las comunidades humanas. El problema del instrumento de gobierno implica cuestiones de la índole de: ¿Qué forma debería asumir el ejercicio de la autoridad? ¿Cómo deberían auto organizarse políticamente nuestras sociedades en el mundo moderno?.

    Equilibrar el conflicto en el seno de la familia es a menudo el resultado del fracaso en la resolución de este problema de autoridad. Claramente se ha vuelto más grave con la emergencia de las sociedades modernas.

    La gente enfrenta hoy en día esta cuestión en formas nuevas y apremiantes. Las comunidades están expuestas a los riesgos de la incertidumbre, y sufren las graves consecuencias de las respuestas erróneas. Sin embargo todavía nadie ha conseguido responder de forma conclusiva y democrática. El LIBRO VERDE presenta la solución definitiva al problema del correcto instrumento de gobierno.

    Todos los sistemas políticos mundiales son hoy en día producto de la lucha por el poder entre aparatos alternativos de gobierno. Esta lucha puede ser pacífica o armada, tal como se evidencia, entre las clases, las sectas, las tribus, los partidos o los individuos. El resultado siempre es la victoria de una estructura de gobierno particular, ya sea la de un individuo, un grupo, un partido, o una clase, y la derrota del pueblo, la derrota de la democracia genuina.

    La lucha política que acaba en la victoria de un candidato con, por ejemplo, un 51 por ciento de votos, desemboca en un cuerpo gobernante dictatorial bajo la apariencia de una falsa democracia, dado que un 49 por ciento del electorado es gobernado por un aparato gubernamental al que no votaron, pero que les ha sido impuesto. Tal cosa es una dictadura. Además, tal conflicto político puede resultar en un cuerpo gubernamental que representa sólo a una minoría, porque cuando los votos están repartidos entre varios candidatos, aunque uno obtenga más votos que otro, la suma de los votos que acumulan los que recibieron menos votos podría muy bien constituir una aplastante mayoría. Sin embargo, el candidato con menos votos gana, y su éxito se contempla como legítimo y democrático. De hecho, se ha establecido una dictadura bajo la cubierta de una falsa democracia. Esta es la realidad de los sistemas políticos que prevalecen en el mundo actual. Son sistemas dictatoriales, y resulta evidente que falsifican la auténtica democracia.

    Parlamentos

    Los parlamentos son la columna vertebral de la democracia convencional que prevalece en el mundo actual. El parlamento es una distorsión del pueblo, y los sistemas parlamentarios son una falsa solución al problema de la democracia. Un parlamento está originariamente fundamentado en representar al pueblo, pero es en sí mismo antidemocrático, dado que democracia significa la autoridad del pueblo, y no una autoridad que actúa en nombre de él. La mera existencia de un parlamento significa la ausencia del pueblo. La verdadera democracia existe sólo a través de la participación directa del pueblo, y no a través de la actividad de sus representantes. Los parlamentos han sido barreras legales entre el pueblo y el ejercicio de la autoridad, excluyendo a las masas de las políticas significativas y monopolizando la soberanía en su lugar. Al pueblo se le deja sólo con la fachada de una democracia, manifestada en largas colas para depositar sus
    papeletas electorales.

    Para sacar a la luz el carácter de los parlamentos se debe examinar su origen. O bien son elegidos por los electores, por un partido o coalición de partidos, o bien son nombrados. Pero todos estos procedimientos son antidemocráticos, porque dividir a la población en distritos electorales significa que un miembro parlamentario representa a miles, a centenares de miles o a millones de
    personas, según sea el tamaño de la población. Significa también que un miembro mantiene pocos lazos organizativos populares con los electores dado que él, al igual que los otros miembros, es considerado como representante del total del pueblo. Eso es lo que exige la democracia tradicional que prevalece. Las masas quedan totalmente aisladas de su representante y él, a su vez, queda totalmente alejado de ellas. Inmediatamente después de ganar los votos electorales, el representante se adueña de la soberanía del pueblo y actúa en su nombre. La democracia tradicional que prevalece dota al miembro parlamentario de una sacralidad e inmunidad que le son negadas al resto del pueblo. Los parlamentos, por tanto, se han convertido en un medio para saquear y usurpar la autoridad del pueblo. Se ha convertido así en derecho del pueblo el luchar, a través de la revolución popular, para destruir tales instrumentos, las supuestas asambleas parlamentarias, que usurpan la democracia y la soberanía, y sofocan la voluntad del pueblo. Las masas tienen el derecho de proclamar a voz en grito el nuevo principio: ninguna representación en lugar del pueblo.

    Si un parlamento queda constituido por un partido como resultado de haber ganado unas elecciones, se convierte en el parlamento del partido vencedor y no del pueblo. Representa al partido y no al pueblo, y el poder ejecutivo del parlamento se convierte en el del partido vencedor y no en el del pueblo. Lo mismo resulta ser cierto para el parlamento de representación proporcional en el que cada partido obtiene un número de escaños proporcional a su triunfo en el sufragio popular. Los miembros del parlamento representan a sus respectivos partidos y no al pueblo, y el poder establecido por tal coalición es el poder de los partidos combinados y no el del pueblo. Bajo tales sistemas, el pueblo es la víctima cuyos votos se disputan las facciones competidoras explotadoras, que embaucan al pueblo en circos políticos externamente ruidosos y frenéticos, pero interiormente ineficaces e irrelevantes. En todo caso, el pueblo es seducido para permanecer en largas y apáticas colas silenciosas a fin de depositar sus papeletas, de forma parecida a como se tira un papel usado a la papelera. Esta es la democracia tradicional que prevalece en todo el mundo, ya sea representada por un partido, dos partidos, varios partidos o un sistema sin partidos. Queda claro así que tal representación es un fraude. Además, dado que el sistema de parlamentos elegidos se basa en la
    propaganda para ganar votos, es un sistema demagógico en el sentido real de la palabra. Los votos pueden ser comprados y falsificados. La gente pobre es incapaz de competir en las campañas electorales, y el resultado es que sólo salen elegidos los ricos. Las asambleas constituidas por nombramiento o por sucesión hereditaria no caen bajo ninguna forma de democracia. Los filósofos, pensadores y escritores abogaron por la teoría de los representantes parlamentarios en los tiempos en que las gentes eran inconscientemente tratadas como ganado por reyes, sultanes y conquistadores. La máxima aspiración de la gente de aquellos tiempos era tener a alguien que les representase ante tales gobernantes. Cuando incluso esa aspiración les era denegada, la gente batallaba implacablemente y prolongaba la lucha hasta alcanzar su objetivo.

    Tras el fructífero establecimiento de la era de las repúblicas, y el inicio de la era de las masas, es impensable que la democracia debiera significar la elección de sólo unos pocos representantes para actuar en nombre de las grandes masas. Es una estructura obsoleta. La autoridad debe estar en manos de todo el pueblo. Las dictaduras más tiránicas que el mundo ha conocido han existido bajo la
    protección de los parlamentos.

    El partido

    El partido es una forma contemporánea de dictadura. Es el instrumento moderno de un gobierno dictatorial. El partido es el gobierno de una parte sobre el todo. Como un partido no es un individuo, crea una democracia superficial creando asambleas, comités y propaganda a través de sus
    miembros. El partido no es un instrumento democrático porque está compuesto sólo por aquellas personas que tienen intereses comunes, una percepción común o comparten una cultura; o por aquellos que pertenecen a la misma región o comparten una misma creencia. Forman un partido para lograr sus fines, imponer su voluntad o extender el dominio de sus creencias, valores e intereses a la sociedad en su totalidad. Un objetivo de partido es lograr el poder bajo el pretexto de llevar a cabo su programa.

    Democráticamente, ninguno de estos partidos debería gobernar a todo un pueblo que constituye una diversidad de intereses, ideas, temperamentos, regiones y creencias. El partido es un aparato dictatorial de gobierno que capacita aquellos que comparten opiniones o intereses para gobernar al
    conjunto del pueblo. Dentro de la comunidad, el partido representa una minoría. El propósito de crear un partido es el de crear un aparato para gobernar al pueblo, es decir, gobernar a los que no son miembros del partido.

    Fundamentalmente, el partido está basado en un concepto arbitrario de autoridad: el dominio de los miembros del partido por encima del resto de la población. El partido presupone que su acceso al poder es la manera de lograr sus fines, y asume que sus objetivos son también los del pueblo. Esa es la teoría que justifica la dictadura del partido, y está en la base de cualquier dictadura. No importa cuántos partidos existan, la teoría sigue siendo válida. La existencia de muchos partidos intensifica la lucha por el poder, y trae como consecuencia que se descuide cualquier logro para el pueblo y cualquier plan socialmente beneficioso. Tales acciones son presentadas como justificación para socavar la posición del partido gobernante de manera que el partido en la oposición pueda reemplazarlo. En su lucha, los partidos rara vez recurren a las armas sino que más bien denuncian y denigran las acciones de unos y de otros. Esta es una batalla que inevitablemente se entabla a expensas de los intereses vitales, más elevados, de la sociedad, Algunos, si no todos, de esos intereses más elevados caen víctimas de la lucha por el poder entre aparatos de gobierno, por que la destrucción de esos intereses apoya el argumento de la oposición contra el partido o partidos gobernantes. A fin de gobernar, el partido de la oposición debe derrotar el aparato de gobierno existente.

    Para conseguirlo, la oposición debe minimizar los logros gubernamentales y sembrar la duda sobre sus planes, incluso aunque esos planes pudieran resultar beneficiosos para la sociedad. En consecuencia, los intereses y programas de la sociedad se convierten en víctimas de la lucha de partidos por el poder. Tal lucha es, por tanto, política, social y económicamente destructiva para la sociedad, a pesar del hecho de que crea actividad política. Así pues, la lucha acaba con la victoria de otro aparato de gobierno, la caída de un partido y el auge de otro. Esto constituye, de hecho, una derrota para el pueblo, es decir, una derrota para la democracia. Además, los partidos pueden ser sobornados y corrompidos, tanto desde el interior como desde el exterior.

    En su origen, el partido se creó ostensiblemente para representar al pueblo. En consecuencia, el líder del partido se convierte en el representante de los miembros, y el líder representa la elite del partido. Queda claro que este juego partidario es una farsa engañosa basada en una falsa forma de democracia. Tiene un carácter autoritario interesado basado en maniobras, intrigas y juegos políticos. Esto confirma el hecho de que el sistema de partidos es un instrumento moderno de dictadura. El sistema de partidos es una dictadura descarada, poco convincente, que el mundo todavía no ha conseguido superar. De hecho, es la dictadura de la era moderna. El parlamento instituido por el partido ganador es realmente un parlamento de ese partido, porque el poder ejecutivo formado por ese parlamento es el poder del partido por encima del pueblo. El poder del partido, que upuestamente existe para el bien de todo el pueblo, es en realidad el archienemigo de una parte del pueblo, concretamente, del partido o partidos en la oposición, y de sus seguidores. Por tal razón, la posición no es un control popular sobre el partido gobernante sino que más bien está buscando reemplazar al partido en el poder en su propio interés. Según la democracia moderna, el control legítimo sobre el partido en el poder lo ejerce el parlamento, la mayoría de cuyos miembros forman parte de ese partido del gobierno. Es como decir que el control está en manos del partido gobernante, y que el poder está en las manos del partido que controla. Resultan pues obvios el engaño, la falsedad y la falta de validez de las teorías políticas que dominan el mundo hoy en día. De ellas emerge la democracia convencional contemporánea.

    “El partido representa a una parte de la población, pero la soberanía del pueblo es indivisible”.

    “El partido supuestamente gobierna en nombre del pueblo, pero en realidad el verdadero principio de la democracia se basa en la noción de que no puede existir representación en lugar del pueblo”.

    El sistema de partidos es el equivalente moderno del sistema tribal o sectario. Una sociedad gobernada por un partido es similar a una gobernada por una tribu o secta. El partido, como se ha visto, representa la percepción de un cierto grupo de personas, o los intereses de un grupo en la sociedad, o de una creencia, o de una región. Tal partido es una minoría comparado con el pueblo en su totalidad, tal como lo son una tribu o una secta. La minoría tiene intereses y creencias sectarios, ordinarios y limitados, de los que surgen perspectivas ordinarias. Sólo el parentesco sanguíneo diferencia a una tribu de un partido y, realmente, también una tribu podría estar en la base de la fundación de un partido. No existe diferencia entre una lucha entre partidos y las luchas tribales o sectarias por el poder. Tal como resulta inaceptable e inapropiado el gobierno tribal y sectario, de igual manera lo resulta el gobierno bajo un sistema de partidos. Ambos siguen el mismo camino y conducen al mismo fin. Los efectos negativos y destructivos de la lucha tribal o sectaria sobre la sociedad son idénticos a los efectos negativos y destructivos de la lucha de partidos.

    Clases

    El sistema de clases político es igual al sistema de partidos, al tribal o al sectario, dado que una clase domina a la sociedad de la misma manera que lo hace un partido, una tribu o una secta. Las clases, como los partidos, las sectas o las tribus, son grupos de personas dentro de la sociedad, que comparten intereses en común. Los intereses en común surgen de la existencia de un grupo de personas unidas por relaciones sanguíneas, creencias, cultura, localidad o estándar de vida. Las clases, los partidos, las sectas y las tribus surgen porque las relaciones sanguíneas, el rango social, el interés económico, el estándar de vida, la creencia, la cultura y la localidad, crean un punto de vista común para lograr un fin común. Así es como emergen las estructuras sociales, en forma de clases, partidos, tribus o sectas. Éstas finalmente evolucionan en entidades políticas dirigidas a la realización de los objetivos del grupo. En todos los casos, el pueblo no son ni la clase, ni el partido, ni la tribu, ni la secta, porque éstas no son más que un segmento de la población y constituyen una minoría. Si una clase, un partido, una tribu o una secta dominan una sociedad, entonces el sistema dominante se convierte en dictadura. Sin embargo, una clase o una coalición tribal es preferible a una coalición de partidos, dado que las sociedades originalmente consistían en comunidades tribales. Uno apenas encuentra un grupo de personas que no pertenezcan a una tribu, y todas las personas pertenecen a alguna clase específica. Pero ningún partido o partidos abarcan a todo el pueblo, y por tanto el partido o la coalición de partidos representa a una
    minoría comparada con las masas que no están afiliadas. Bajo la genuina democracia, no puede existir justificación alguna para que ninguna clase subyugue a las otras clases en interés propio. De forma similar, ningún partido, tribu o secta puede aplastar a los otros por interés propio.

    Permitir tales acciones es abandonar la lógica de la democracia, y justifica el recurso de la violencia. Tales políticas supresoras son dictatoriales porque no son en interés de toda la sociedad, que consiste en más que una clase, tribu o secta, o que los miembros de un partido. No existe justificación para tales acciones, aunque el argumento dictatorial es que la sociedad realmente consiste de numerosos segmentos, uno de los cuales debe comprometerse a la disolución de los demás a fin de permanecer único en el poder. Este ejercicio no es, consecuentemente, en interés del total de la sociedad sino más bien en interés de una clase, tribu, secta, partido específico, o de quienes reclamar hablar en nombre de la sociedad, Tal acto está fundamentalmente dirigido al miembro de la sociedad que no pertenece al partido, clase, tribu o secta que lleva a cabo la liquidación. Una sociedad arrasada por una contienda partidista es similar a una arrasada por conflictos tribales o sectarios. Un partido formado en nombre de una clase se convierte inevitablemente en un substituto de esa clase, y prosigue en el proceso de transformación espontánea hasta que llega a ser hostil a la clase que reemplaza.

    Cualquier clase que hereda una sociedad hereda también sus características. Por ejemplo, si la clase trabajadora somete a todas las otras clases de una sociedad particular, se convierte entonces en su única heredera, y forma su material y base social. El heredero adquiere los rasgos de aquéllos de quien ha heredado, aunque pueda no resultar evidente de golpe. Con el transcurrir del tiempo, las características de las otras clases eliminadas emergerán dentro de las filas de la propia clase trabajadora. Los miembros de la nueva sociedad asumirán las actitudes y perspectivas apropiadas a sus recién evolucionadas características. Así pues, la clase trabajadora desarrollará una sociedad separada poseyendo todas las contradicciones de la vieja sociedad. En un primer estadio, el material estándar y la importancia de los miembros se convierten en desiguales. Luego, emergen grupos que automáticamente se convierten en clases que son las mismas que fueron eliminadas. Así pues, la
    lucha por la dominación de la sociedad se inicia de nuevo. Cada grupo de personas, cada facción, cada nueva clase rivalizarán para llegar a ser el aparato de gobierno.

    Siendo social por naturaleza, el material de base de cualquier sociedad es cambiante. El instrumento de gobierno de este material de base puede prolongarse durante algún tiempo, pero finalmente quedará obsoleto ya que nuevo material y estándares sociales evolucionan para formar un nuevo material de base. Cualquier sociedad que experimenta un conflicto de clases puede ser que en el pasado haya sido una sociedad de una clase, pero a través de la evolución se convierte, inevitablemente, en una sociedad multiclasista.

    La clase que expropia y adquiere la posesión de las otras para conservar el poder para sí misma pronto se encontrará con que, mediante la evolución, ella misma estará sometida al cambio como si fuera el total de la sociedad.

    En resumen, todos los intentos de unificar el material de base de una sociedad a fin de solucionar el problema de gobierno, o de poner punto y final a la lucha en favor de un partido, clase, secta o tribu, han fracasado. Todos los esfuerzos apuntando a aplacar a las masas a través de la elección de
    representantes o a través de los parlamentos, han fracasado igualmente. Continuar tales prácticas sería una pérdida de tiempo y una burla al pueblo.

    Plebiscitos (referéndum)

    Los plebiscitos son un fraude a la democracia. Los que votan “sí”, o “no”, en realidad no expresan su libre albedrío sino que más bien son silenciados por la concepción moderna de la democracia, ya que sólo les es permitido decir “sí” o “no”. Un sistema tal es opresivo y tiránico. Los que votan “no” debería expresar sus razones y el por qué no dijeron “sí”, y los que dicen “sí” deberían verificar su acuerdo y el por qué no votaron “no”. Ambos deberían declarar sus deseos y ser capaces de justificar sus votos de “sí” o “no”.

    ¿Cuál es pues el camino que la humanidad debe emprender, a fin de liberarse concluyentemente de los elementos de la dictadura y la tiranía? Lo intrincado del problema en el caso de la democracia queda reflejado en la naturaleza del aparato de gobierno, lo que queda demostrado por los conflictos de clases, partidos e individuos. Las elecciones y plebiscitos se inventaron para tapar el fracaso de aquellos experimentos que fallaron en resolver este problema. La solución reside en encontrar un parato de gobierno diferente de aquellos que están sometidos a conflicto, y que representan sólo una facción de la sociedad, es decir, un instrumento de gobierno que no sea un partido, una clase, una secta o una tribu, sino un aparato de gobierno que sea el pueblo en su conjunto. En otras palabras, buscamos un instrumento de gobierno que no represente al pueblo ni hable en su nombre. No puede existir representación en lugar del pueblo, la representación es un fraude. Si puede encontrase un aparato tal, entonces el problema está resuelto y la verdadera democracia popular es alcanzada. Así la humanidad habría terminado con eras de tiranía y dictaduras, y las reemplazaría con la autoridad del pueblo.

    El LIBRO VERDE presenta la solución definitiva al problema del aparato de gobierno, y muestra a las masas el camino por el que pueden avanzar desde la era de la dictadura hasta la de la verdadera democracia.

    Esta nueva teoría está basada en la autoridad del pueblo, sin representación o delegación. Consigue la democracia directa de forma metódica y efectiva. Es superior a los antiguos intentos de democracia directa que resultaron impracticables a causa de que carecían de organización popular a nivel de base.

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    Asambleas populares y comités del pueblo

    Las asambleas populares son el único medio de conseguir una democracia popular. Cualquier sistema de gobierno contrario a este método, el método de asambleas populares, es antidemocrático. Los sistemas de gobierno imperantes en el mundo actual continuarán siendo antidemocráticos, a menos que adopten este método. Las asambleas populares son el fin de viaje de las masas en su búsqueda de democracia. Las asambleas populares y los comités del pueblo son fruto de la lucha del pueblo por la democracia. Las asambleas populares y los comités del pueblo no son fruto (creación) de la imaginación, son el producto del pensamiento que ha absorbido todos los experimentos humanos para lograr la democracia. La democracia directa, puesta en práctica, es indiscutiblemente el método ideal de gobierno. Porque es imposible reunir a todo el pueblo, aunque sea una población reducida, en un único lugar, para que puedan discutir, discernir y decidir las políticas, las naciones se apartaron de la democracia directa, que se convirtió en una idea utópica desligada de la realidad. Fue reemplazada por diversas teorías de gobierno, tales como los ayuntamientos representativos, las coaliciones de partido y los plebiscitos, todos los cuales se aislaban de las masas y les impedían dirigir sus asuntos políticos. Estos instrumentos de gobierno, el individuo, la clase, la secta, la tribu, el parlamento y el partido, luchando por conseguir el poder, han despojado a las masas de su soberanía y han monopolizado política y autoridad para sí mismos.

    El LIBRO VERDE guía a las masas a un sistema práctico sin precedentes de democracia directa. No hay dos personas inteligentes que puedan discutir el hecho de que la democracia directa es el método ideal, pero hasta ahora no ha sido concebido un método práctico para su implementación. La Tercera Teoría Universal, sin embargo, nos proporciona ahora un enfoque práctico a la democracia directa. El problema de la democracia en el mundo quedará finalmente solucionado. Todo lo que le queda a las masas ahora es la lucha para eliminar todas las formas imperantes de gobiernos dictatoriales, ya sean parlamentarios de secta, de tribu, de clase, sistemas de un partido, sistemas de dos partidos, o sistemas multipartidistas, que falsamente se autodenominan democracias. La verdadera democracia no tiene más que un método y una teoría. La desigualdad y diversidad de los sistemas que reclaman ser democráticos, de hecho, aportan evidencias de que no lo son. La autoridad del pueblo sólo tiene una cara, y sólo puede ser realizada a través de las asambleas populares y de los comités populares. No puede existir democracia sin asambleas populares y comités por todas partes.

    Primero, el pueblo se divide en asambleas populares básicas. Cada asamblea popular básica elige su secretariado. Este secretariado de todas las asambleas populares juntas conforman las asambleas populares no-básicas. Consecuentemente, las masas de las asambleas populares básicas seleccionan
    los comités del pueblo administrativos para reemplazar la administración gubernamental. Todas las instituciones públicas están dirigidas por comités del pueblo, que darán cuenta a las asambleas populares básicas, que dictarán la política y supervisarán su ejecución. Así ambos, la administración y la supervisión se convierten en algo del pueblo, y la definición desfasada de democracia –la democracia es la supervisión del gobierno por el pueblo- se convierte en obsoleta. Será reemplazada por su verdadera definición: la democracia es la supervisión del pueblo por el pueblo.

    Todos los ciudadanos miembros de estas asambleas populares pertenecen, vocacional y funcionalmente, a diversos sectores, y por tanto tienen que formarse a sí mismos en su propia asamblea popular profesional (o gremio) además de ser, por virtud de su ciudadanía, miembros de las asambleas populares básicas o de comités del pueblo. Los temas sobre los que se haya llegado a un acuerdo por parte de las asambleas populares y los comités del pueblo tomarán su forma final en el congreso general del pueblo, junto a los secretariados de las asambleas populares y de los comités del pueblo. Las resoluciones del congreso general del pueblo, que se reúne anual o periódicamente, se trasladan a las asambleas populares y a los comités del pueblo, que llevan a cabo la ejecución de dichas resoluciones a través de los comités responsables, que a su vez rinden cuentas a las asambleas populares básicas.

    El congreso general del pueblo no es una reunión de personas o de miembros tal como los parlamentos, sino más bien una reunión de las asambleas populares y de los comités del pueblo. Así, el problema del aparato de gobierno queda solventado de forma natural, y todo instrumento dictatorial desaparece. El pueblo se convierte en el aparato de gobierno, y el dilema de la democracia en el mundo queda solucionado de manera concluyente.

    La ley de la sociedad

    La ley representa el otro problema, paralelo al del instrumento de gobierno, que no ha quedado resuelto. Aunque se ha tratado con ella en diferentes períodos de la historia, el problema persiste todavía hoy en día.

    Que un comité o una asamblea tengan poderes para redactar el borrador de la legislación social es antidemocrático y carece de validez. También es antidemocrático y carece de validez que la legislación social sea abolida o enmendada por un individuo, un comité o una asamblea. ¿Qué es entonces la legislación social? ¿Quién es el que puede redactarla, y cuál es su relevancia en la democracia? La ley natural de cualquier sociedad está basada bien en la tradición (las costumbres) bien en la religión. Cualquier otro intento de redactar una legislación fuera de estas dos fuentes carece de validez y de lógica. Las constituciones no pueden ser consideradas legislación social.

    Fundamentalmente, una constitución es una ley positiva 1(artificial), y carece de la fuente natural de la que debe derivar su justificación. El problema de la libertad en la era moderna es que las constituciones se han convertido en la ley de las sociedades. Estas constituciones están basadas únicamente en las premisas de los aparatos de gobierno dictatorial que prevalecen en el mundo actual, que van desde el individual al partidista. Prueba de ello son las diferencias existentes en diversas constituciones, aunque la libertad humana sea una y la misma. La razón de las diferencias es la variación de las suposiciones y valores implícitos en los diversos instrumentos de gobierno. Así es como la libertad se vuelve vulnerable bajo las formas contemporáneas de gobierno. El método por el que una modalidad específica de gobierno busca dominar al pueblo queda recogido en la constitución. El pueblo se ve forzado a aceptar en virtud de las leyes que se derivan de tal constitución, que a su vez es producto de las tendencias dentro de los instrumentos de gobierno
    particulares.

    Las leyes de los instrumentos dictatoriales de gobierno han reemplazado a las leyes naturales, es decir, el derecho positivo ha reemplazado al derecho natural. Consecuentemente, los parámetros éticos han quedado confundidos. El ser humano esencial, física y emocionalmente es igual en todos lugares. A causa de ello, las leyes naturales son aplicables a todos. Sin embargo, las constituciones, como derecho convencional, no perciben a los seres humanos como siendo iguales. Esta opinión no tiene justificación, excepto por el hecho de que refleja la voluntad del instrumento de gobierno, ya sea éste individual, asambleario, clasista o partidario. Es por ello que las constituciones cambian cuando se alteran los instrumentos de gobierno, indicando que una constitución no es derecho natural sino que refleja la campaña del instrumento de gobierno para servir a sus propios propósitos. La derogación de las leyes naturales en las sociedades humanas, y su sustitución por leyes convencionales es el peligro fundamental que amenaza la libertad. Cualquier sistema de gobierno debe estar subordinado a las leyes naturales, no al contrario. El derecho fundamental de la sociedad no debe estar sujeto a la composición o diseño histórico. Su importancia radica en ser el criterio decisivo a la luz del cual la verdad y la falsedad, lo correcto y lo erróneo, y los derechos y deberes individuales pueden ser juzgados. La libertad está amenazada a menos que la sociedad se adhiera a la ley sagrada que establece las normas que no están sujetas a alteración o cambio por parte de cualquier aparato gubernamental. Es, más bien, la responsabilidad del instrumento de gobierno para adherirse a las leyes de la sociedad. Desgraciadamente, el pueblo de todo el mundo está actualmente gobernado por leyes artificiales que pueden ser cambiadas o derogadas, dependiendo de la lucha por el poder entre formas de gobierno en competición.

    Llevar a cabo plebiscitos acerca de las constituciones a menudo resulta insuficiente. Los lebiscitos son esencialmente una falsificación de la democracia, dado que la única opción es decir “sí” o “no”. Además, bajo leyes artificiales, el pueblo está obligado a votar en estos plebiscitos. Llevar a cabo un plebiscito sobre una constitución no convierte necesariamente a la constitución en derecho social. En otras palabras, el estatus de una constitución no será alterado por un plebiscito, no permanecerá más que el tema de un plebiscito.

    El derecho social es una herencia humana eterna que no pertenece sólo a los vivos. Por tanto, redactar una constitución o llevar a cabo un plebiscito es una burla. Los catálogos de leyes artificiales emanadas de constituciones artificiales están plagados de castigos físicos dirigidos contra seres humanos, en tanto que la tradición contiene pocas de tales medidas. La tradición establece castigos morales, no físicos, que se ajustan a la naturaleza intrínseca de la humanidad. La religión contiene a la tradición y la absorbe, y la tradición es una manifestación de la vida natural del pueblo. Sus enseñanzas comprenden las orientaciones sociales básicas y las respuestas a las preguntas fundamentales de la existencia.

    Muchas puniciones físicas quedan postergadas a un juicio futuro. Esta es la ley más adecuada que permite el debido respeto al ser humano. La religión no proporciona puniciones rápidas, a excepción de ciertos ejemplos imperiosos necesarios para el bienestar social.

    La religión contiene la tradición, y la tradición es una expresión de la vida natural del pueblo. Por tanto, la religión es una afirmación de las leyes naturales que se distinguen a ese respecto. Las leyes no fundamentadas en la religión y la tradición son meramente un invento del hombre para ser utilizado contra su prójimo. En consecuencia, tales leyes quedan invalidadas porque no emanan de la fuente natural de la tradición y la religión.

    ¿Quién supervisa la conducta de la sociedad?

    Se plantea la cuestión de ¿quién tiene el derecho de supervisar a la sociedad, y de señalar las desviaciones que puedan presentarse de las leyes sociales? Democráticamente, ningún grupo puede reclamar ese derecho en nombre de la sociedad. Por tanto, la sociedad es la única que se auto supervisa. Es dictatorial que cualquier individuo o grupo reclame el derecho de supervisión de las leyes de la sociedad, que, democráticamente, es responsabilidad de la sociedad en su conjunto. Esto puede conseguirse a través del instrumento democrático de gobierno que resulta de la organización de la propia sociedad en asambleas populares básicas, y a través del gobierno de estas personas mediante los comités del pueblo y el congreso general del pueblo –el congreso nacional- en los se reúnan los secretariados de las asambleas populares y de los comités del pueblo. De acuerdo con esta teoría, el pueblo se convierte en el instrumento de gobierno y, a su vez, se convierte en su único supervisor. Es así como la sociedad asegura la auto supervisión de sus leyes.[justify]

    ¿Cómo puede la sociedad recuperar el rumbo cuando se producen desvíos
    de la ley?

    [justify]Si el instrumento de gobierno es dictatorial, tal como ocurre en los sistemas políticos mundiales hoy en día, la conciencia de la sociedad de la desviación de sus leyes queda expresada sólo a través de la violencia para recuperar el rumbo. Es decir, una revolución contra el instrumento de gobierno.
    La violencia y la revolución, aunque reflejen los sentimientos de una sociedad en relación a los desvíos, no constituyen un ejercicio en el cual toda la sociedad participe. En lugar de eso, la violencia y la revolución son llevadas a cabo por aquéllos que tienen la capacidad y el valor de tomar la iniciativa y proclamar la voluntad de la sociedad. Sin embargo, este enfoque unilateral es dictatorial porque la iniciativa revolucionaria en sí misma proporciona la oportunidad de un nuevo instrumento de gobierno representando al pueblo que surge. Esto significa que la estructura de gobierno sigue siendo dictatorial. Además, la violencia y el cambio llevado a cabo por la fuerza son
    ambos antidemocráticos, incluso aunque ocurran como reacción contra una condición anterior antidemocrática. La sociedad que gira alrededor de este concepto está subdesarrollada. ¿Cuál es pues la solución?. La solución radica en que el pueblo sea el propio instrumento de gobierno cuya autoridad se deriva de las asambleas populares básicas y del congreso general del pueblo, eliminando la administración gubernamental y reemplazándola por comités del pueblo, y finalmente, en el congreso general del pueblo convirtiéndose en verdadera convención nacional en la que se reúnen las asambleas populares básicas y los comités del pueblo. En un sistema tal, si ocurre la desviación, es seguidamente rectificada por una revisión total democrática, y no a través del uso de la fuerza. El proceso aquí no es una opción voluntaria para un cambio social y el tratamiento de las enfermedades sociales. Es más bien el resultado inevitable de la naturaleza de este sistema democrático porque, en tal caso, no existe ningún grupo exterior que pueda ostentar la responsabilidad de tal desviación o contra quién pueda dirigirse la violencia.

    La prensa

    Todo individuo tiene el derecho de expresarse él/ella misma incluso si él/ella se comporta irracionalmente para demostrar su insensatez. Las entidades corporativas tienen también el derecho de expresar su identidad de empresa. El individuo se representa sólo a sí mismo, y la corporación representa a quien comparte la identidad corporativa. Dado que la sociedad consiste de individuos privados y de personas jurídicas, la expresión, por ejemplo, de la insensatez de un individuo no significa que el resto de miembros de la sociedad estén también locos. La expresión refleja únicamente el carácter del individuo. De igual manera, la expresión corporativa refleja sólo el interés u opinión de quienes componen el entidad corporativa. Por ejemplo, una tabacalera, a pesar del hecho de que su producto sea perjudicial para la salud, expresa el interés de quienes componen la empresa.

    La prensa es un medio de expresión de la sociedad, no es un medio de expresión de individuos privados o entidades corporativas. Por tanto, lógica y democráticamente, no debería pertenecer ni a unos ni a otros.

    Un periódico que pertenezca a un individuo es suyo y expresa sólo su punto de vista. Cualquier declaración que un tal periódico presente a la opinión pública carece de fundamento porque en realidad manifiesta el punto de vista de ese individuo privado. En democracia, los individuos privados no deberían estar autorizados a poseer ningún medio de publicación público o de información.

    Sin embargo, tienen el derecho de expresarse ellos mismos por todos los medios, aunque sea irracionalmente, para demostrar su insensatez. Cualquier periódico impreso por un sector profesional, por ejemplo, es sólo un medio de expresión de ese grupo social particular. Presenta sus propios puntos de vista y no los del público en general, Esto se aplica igualmente a todas las demás
    corporaciones e individuos privados en la sociedad.

    La prensa democrática es la que publica un comité del pueblo, integrando todos los grupos sociales. Sólo en este caso, y de ninguna otra manera, la prensa y cualquier otro medio de información podrá ser democrático, expresando puntos de vista del conjunto de la sociedad, y representando a todos sus grupos.

    Si la profesión médica edita una revista, debe ser exclusivamente médica. De forma similar, esto se aplica al resto de grupos. Los individuos privados tienen el derecho de expresar sólo su propia opinión, y no la opinión de otros. Lo que se conoce como el problema de la libertad de prensa en el mundo quedará radical y democráticamente solucionado. Porque generalmente es un subproducto del problema de la democracia, no es un problema que pueda ser solucionado de forma independiente del de la democracia en la sociedad en su conjunto. Por tanto, la única solución al persistente problema de la democracia es mediante la Tercera Teoría Universal.

    Según esta teoría, el sistema democrático es una estructura cohesiva cuya base se apoya firmemente en las asambleas populares básicas y en los comités del pueblo, que se reúnen en el congreso general del pueblo. Ésta es absolutamente la única forma de sociedad genuina democrática. En resumen, la era de las masas, que sigue a la era de las repúblicas, excita los sentimientos y encandila los ojos. Pero incluso aunque la visión de esta era denote verdadera libertad de las masas, y su feliz emancipación de los lazos de estructuras externas autoritarias, avisa también de los peligros de un período de caos y demagogia, y la amenaza del regreso de la autorizad del individuo, la secta y el partido, en lugar de la autoridad del pueblo. En teoría, sería democracia verdadera, pero en la realidad, el fuerte siempre gobernaría, es decir, el partido más fuerte en la sociedad sería el que gobernase.


    Última edición por neweconomic el Mar Mar 12, 2013 9:48 pm, editado 12 veces
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    Mensaje por neweconomic Dom Mar 10, 2013 11:47 am

    El Libro Verde

    Tomo II

    La solución al problema económico
    "El socialismo"

    ÍNDICE

    - Las bases económicas de la Tercera Teoría Universal.

    - Necesidad.

    - Vivienda.

    - Ingresos.

    - Medios de transporte.

    - Tierra.

    - Empleados domésticos.


    Las bases económicas de la Tercera Teoría Universal


    En la historia reciente se han dado importantes desarrollos históricos contribuyentes a solucionar el problema del trabajo y los salarios, la relación entre los productores y los propietarios, los trabajadores y los empresarios. Esos desarrollos incluyen la determinación de horas de trabajo fijadas, pago de horas extras, permisos, sueldos mínimos, reparto de beneficios, participación de los trabajadores en la administración, prohibición de despido improcedente, seguridad social, derecho a la huelga, y otras disposiciones contenidas en los estatutos laborales de casi toda la legislación contemporánea. No menos importantes son los cambios en el terreno de la propiedad, tales como la promulgación de leyes transfiriendo la propiedad privada al estado, y también las que limitan los ingresos. A pesar de esos avances nada despreciables en la historia de la economía, el problema existe todavía fundamentalmente, incluso aunque se haya hecho menos grave que en siglos pasados a través de las mejoras, los refinamientos y los progresos que han aportado muchos beneficios a los trabajadores.

    Sin embargo, el problema económico persiste todavía irresoluto en el mundo. Los intentos dirigidos a la propiedad han fracasado en solucionar los problemas de los productores. Todavía son asalariados, a pesar de la propiedad estatal que puede variar desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, pasando por el centro del espectro político. Los intentos de mejorar los salarios fueron igualmente significativos para aquellos que estaban enfocados en la transferencia de la propiedad. Al inicio de la revolución industrial, los beneficios de las negociaciones salariales aseguraron a los trabajadores ciertos privilegios que quedaron garantizados por legislación y protegidos por los sindicados, mejorando así a la masa de trabajadores. A medida que pasaba el tiempo, los trabajadores, los técnicos y los administrativos han adquirido ciertos derechos que previamente eran
    inalcanzables. Sin embargo, en realidad, el problema económico todavía continúa.

    Los intentos destinados a los salarios eran apaños y reformas que fracasaron en aportar una solución. Eran más una caridad que un reconocimiento de los derechos de los trabajadores. ¿Por qué reciben un salarios los trabajadores? Porque llevan a cabo un proceso productivo en beneficio de otros que les contratan para producir un cierto producto. En tal caso, no consumen lo que producen, más bien están obligados a entregar su producto a cambio de un sueldo. De ahí, la norma oral de que quien produce lo consume. Sin embargo, los asalariados, por mucho que mejoren sus salarios, son una especie de esclavos.

    Los asalariados no son sino esclavos de los amos que los emplean. Son esclavos temporales, y su esclavitud dura lo que dura el trabajo para obtener el salario de su empleador, ya sea éste un individuo o el estado. La relación de los trabajadores con el amo, o con la entidad productora, y con sus propios intereses, es similar bajo todo tipo de condiciones que prevalecezcan en el mundo actual, independientemente de si el propietario es de derechas o de izquierdas. Incluso las empresas de propiedad pública pagan con salarios a sus trabajadores, así como con otros beneficios sociales, de forma similar a la caridad practicada por los ricos propietarios de los sistemas económicos con aquellos que trabajan para ellos.

    A diferencia de los sistemas de propiedad privada, en los que los ingresos benefician al propietario, la declaración de que los ingresos de los sistemas de propiedad pública benefician a toda la sociedad, incluyendo a los trabajadores, sólo es cierta si tomamos en consideración el bienestar general de la sociedad y no el bienestar privado de los trabajadores. Además, tendríamos que asumir que la autoridad política que controla la propiedad es la de todo el pueblo, practicada sólo a través de las asambleas populares y de los comités del pueblo, y no la autoridad de una clase, un partido, varios partidos, una secta, una tribu, familia, individuo, o cualquier forma de autoridad representativa. Si esto no es posible, lo que es recibido directamente por los trabajadores en relación a sus propios intereses, en forma de salario, porcentaje de beneficios o beneficios sociales, es lo mismo que los trabajadores de una empresa privada reciben. En ambos casos, los productores son personas que ganan un sueldo, a pesar de que el propietario sea diferente. Así pues, el cambio de la propiedad no ha solucionado el problema del derecho del productor a beneficiarse directamente de lo que produce, y no a través de la sociedad ni de salarios. La prueba del mismo es el hecho de que los productores siguen recibiendo un salario a pesar de haber cambiado el poseedor de la propiedad.

    La solución final radica en abolir el sistema asalariado, emancipando al pueblo de esta esclavitud y regresando a las leyes naturales que definían las relaciones antes de que emergieran las clases, las formas de gobierno y las leyes artificiales. Estas normas naturales son las únicas medidas que deberían gobernar las relaciones humanas. Estas reglas naturales han producido un socialismo natural basado en la igualdad entre los componentes de la producción económica, y han mantenido el consumo público casi igual al de la producción natural entre los individuos. La explotación del hombre por el hombre y la posesión por parte de algunos individuos de más riqueza general de lo que necesitan, es una desviación manifiesta de la ley natural, y el inicio de la distorsión y corrupción en la vida
    de la comunidad humana. Anuncia el comienzo de la sociedad de explotación.

    Si analizamos los factores de la producción económica desde la antigüedad hasta el presente, siempre encontramos que esencialmente consisten en ciertos componentes de producción básicos, es decir, materias primas, medios de producción y un productor. La norma natural de igualdad precisa que cada uno de estos componentes reciba una parte de esta producción. Porque la producción no puede conseguirse sin el papel esencial de cada uno de estos componentes, debe ser dividida a partes iguales entre ellos. La preponderancia de uno de ellos infringe la regla natural de igualdad y se convierte en un cercenamiento de los derechos de los demás. Así, cada cual debe ser recompensado en igual medida, sin importar el número de componentes en el proceso de producción. Si los componentes son dos, cada cual recibe la mitad de la producción, si son tres, la tercera parte.

    Aplicando esta norma natural tanto a la situación antigua como a la moderna, llegamos a lo siguiente. En el estadio de producción manual, el proceso partía de una materia prima y un productor. Posteriormente se añadieron nuevos medios de producción al proceso. Los animales, utilizados como unidades de potencia, constituyen un buen ejemplo. Gradualmente, las máquinas reemplazaron a los animales, los tipos y las formas de las materias primas evolucionaron de lo sencillo y barato a lo valioso y complejo. De forma parecida, los trabajadores no especializados se convirtieron en trabajadores cualificados e ingenieros; su largo número inicial descendió hasta quedar en unos pocos técnicos especializados.

    A pesar del hecho de que los componentes han cambiado cualitativa y cuantitativamente, su papel esencial en la producción ha permanecido básicamente inalterado. Por ejemplo, el mineral de hierro, un componente común tanto en la producción pasada como en la actual, era rudimentariamente manufacturado por los herreros, transformándolo en cuchillos, hachas, lanzas, etc. El mismo mineral de hierro es ahora manufacturado por ingenieros y técnicos por medio de hornos de fundición, y convertido en todo tipo de máquinas, aparatos y vehículos. El animal (caballo, mula, camello, o similares), que era un componente de la producción, ha sido reemplazado por fábricas y maquinaria pesada. La producción, basada en herramientas primitivas, ahora se cimenta en sofisticados instrumentos técnicos. A pesar de estos fabulosos cambios, los componentes de la producción natural siguen siendo básicamente los mismos. Esta consistencia precisa inevitablemente el regreso al pronunciamiento de las leyes naturales para solucionar los problemas económicos, fruto de los anteriores intentos históricos para formular soluciones que ignoraban estas leyes. Todas las teorías históricas previas abordan el problema económico tanto desde el ángulo de la propiedad de cualquiera de los componentes de la producción, como desde el de los salarios por la producción. Han fracasado en solucionar el problema real, el propio problema de la producción. Así pues, la característica más importante del orden económico que prevalece en el mundo actual es un sistema de salarios que priva a los trabajadores de cualquier derecho sobre los productos que producen, ya sean para la sociedad o para un establecimiento privado.

    Una empresa industrial se compone de material para la producción, máquinas y trabajadores. La producción se consigue mediante trabajadores que manufacturan los materiales y utilizan las máquinas. Así pues, las mercancías manufacturadas no estarían listas para ser usadas y consumidas si no hubieran pasado por un proceso de producción precisando materia prima, fábricas y trabajadores. Claramente, sin la materia prima básica, la fábrica no puede trabajar, y sin la fábrica, la materia prima no puede ser manufacturada. De igual manera, sin los productores, la fábrica tiene que parar. Así pues, los tres factores son esenciales por igual en el proceso de producción, y sin ellos la producción no puede existir. La ausencia de uno de estos componentes no puede ser reemplazada por los demás. Por tanto, la ley natural precisa que cada componente reciba una parte igual de los beneficios de la producción. No es sólo la fábrica lo que importa, sino también quién consume su producción.

    Lo mismo es aplicable a los procesos de producción agrícola resultantes de sólo dos componentes: el hombre y la tierra. El producto debe ser dividido en dos partes iguales en consecuencia con el número de componentes de la producción. Además, si cualquier modo adicional es incorporado al proceso, ya sea mecánico o de otra índole, la producción debe ser dividida por igual en tres partes: la tierra, el granjero y los medios de producción. En consecuencia, emerge un sistema socialista bajo el cual todos los procesos de producción son gobernados por esta ley natural.

    Los productores son trabajadores. Son llamados productores porque las palabras “trabajador”, “peón” y “obrero” han quedado desfasadas. La definición tradicional se ha revisado porque los trabajadores están experimentando cambios cualitativos y cuantitativos. La clase trabajadora disminuye en proporción directa a los avances de la ciencia y la tecnología. Labores que antes eran realizadas por un número de trabajadores ahora se llevan a cabo por una sola máquina. Manejar una máquina requiere pocos trabajadores, ello ha ocasionado un cambio cuantitativo en la mano de obra, con el reemplazo de la fuerza física por la habilidad técnica resultante de un cambio cualitativo de la mano de obra La mano de obra se ha convertido en un componente del proceso productivo.

    Como resultado de los avances técnicos, multitud de obreros no cualificados han sido transformados en un limitado número de técnicos, ingenieros y científicos. En consecuencia, los sindicatos obreros acabarán desapareciendo, siendo reemplazados por sindicatos de ingenieros y técnicos. El adelanto científico es un logro irreversible para la humanidad. Gracias a este proceso, el analfabetismo quedará eliminado, y los trabajadores no especializados se convertirán en un fenómeno pasajero, destinado a su desaparición gradual.

    Sin embargo, incluso en este nuevo entorno, las personas seguirán siendo el componente básico del proceso de producción.

    Necesidad

    El ser humano carece de libertad si sus necesidades son controladas por otros, porque la carencia puede conducir al esclavizamiento de una persona por otra. Además, la explotación es ocasionada por la necesidad. La necesidad es un problema intrínseco, y el conflicto se crea cuando las necesidades de uno son controladas por otro.

    Vivienda

    La vivienda es una necesidad esencial tanto para el individuo como para la familia, y no debería ser propiedad de otros. Vivir en la casa de otro, ya sea mediante un pago de alquiler o no, compromete la libertad. Los intentos de solucionar el problema de la vivienda realizados por algunos países no han aportado la solución definitiva, porque tales intentos no apuntaban a la solución definitiva,- la necesidad de que las personas posean sus moradas-, sino que más bien ofrecían la reducción, el incremento o la homologación de los alquileres, ya fueran éstos destinados a un particular o a una empresa de propiedad pública. En una sociedad socialista, nadie, incluyendo la propia sociedad, tiene el derecho de controlar las necesidades del pueblo. Nadie tiene el derecho de comprar una casa complementaria a su vivienda propia y a la de sus herederos, con el propósito de alquilarla, porque esta segunda vivienda es, de hecho, la necesidad de algún otro. Adquirirla con tal propósito es el inicio del control de las necesidades de los demás, y “la libertad está latente cuando existe carencia”.

    Ingresos

    Tener ingresos es una necesidad imperativa para el hombre. En una sociedad socialista, no debería existir ningún tipo de salario de ninguna clase, o de caridad de nadie. En una tal sociedad no existen asalariados, sino solo socios. Los ingresos de alguien es un asunto privado, y debería ser manejado de forma privada para solucionar las necesidades propias, o ser una parte de un proceso de producción del cual uno es un componente esencial. No debería existir un salario a cambio de una producción.

    Medios de transporte

    También el transporte es necesario, tanto para el individuo como para la familia. No debería ser algo poseído por otros. En una sociedad socialista, ninguna persona ni autoridad tiene derecho de poseer los medios de transporte para alquilarlos, porque también eso significa controlar las necesidades de los demás.


    Tierra

    La tierra no es propiedad privada de nadie. En lugar de ello, cada uno tiene el derecho de utilizarla beneficiosamente por medio de su trabajo, laboreo o pastoreo, durante tanto tiempo como vivan en ella él y sus herederos, para satisfacer sus necesidades, pero sin emplear a otros con o sin pago de salarios. Si las tierras fueran propiedad particular, sólo los que viven de ella tendrían una parte de ella.

    La tierra siempre está ahí, mientras que los que se benefician de la tierra con el tiempo experimentan cambios de profesión, de aptitudes y de vida. La aspiración de la nueva sociedad socialista es crear una sociedad que sea libre porque es feliz. Esto sólo puede lograrse satisfaciendo las necesidades materiales y espirituales del hombre, y ello a su vez surge liberando las carencias del control de otros. Satisfacer estas necesidades es algo a conseguir sin explotar o esclavizar a otros, de otra manera, las aspiraciones de la nueva sociedad socialista están en contradicho.

    Así pues, el ciudadano de esta nueva sociedad asegura sus necesidades materiales ya sea trabajando para sí mismo, ya sea siendo socio en una empresa de propiedad colectiva, o rindiendo un servicio público a la sociedad que, a su vez, le cubre sus necesidades materiales. La actividad económica en la nueva sociedad socialista es una actividad productiva destinada a la satisfacción de las necesidades materiales. No es una actividad improductiva, ni busca el beneficio de ahorros excedentes más allá de la satisfacción de tales necesidades. Ello, según las nuevas bases socialistas, es inaceptable. El propósito legítimo de las actividades económicas particulares es tan sólo satisfacer las necesidades propias, porque la riqueza del mundo, así como la de cualquier sociedad individual, es finita en cada estadio. Nadie tiene el derecho de emprender una actividad económica en la que se pueda amasar la riqueza que exceda de satisfacer las necesidades propias. De hecho, tales acumulaciones son a costa de privar el derecho de otros. Una persona sólo tiene derecho de ahorrar de su propia producción, y no a través de emplear a otros; sólo tiene derecho de ahorrar a expensas de sus propias necesidades y no de las de otros. Si se permite que la actividad económica se extienda más allá de satisfacer esas necesidades, algunos tendrán más de lo que necesitan, en tanto que otros quedarán privados de ello. Los ahorros que exceden lo que uno necesita son la parte de riqueza social de otra persona. Permitir la actividad económica privada para amasar riqueza, más allá de satisfacer las necesidades personales, y emplear a otros para satisfacer las necesidades propias o incluso más, para asegurarse ahorros, es la propia esencia de la explotación.

    El trabajo a cambio de un salario, además de ser esclavizante como se mencionó anteriormente, está vacío de incentivos porque el producto es un asalariado y no un socio. Las personas que trabajan para sí mismas son, sin lugar a duda,s mucho más dedicadas a su trabajo porque a través de él satisfacen sus necesidades materiales. De igual manera, quienes trabajan en una empresa colectiva también están dedicados a su trabajo porque son socios de ella y satisfacen sus necesidades materiales con la producción. Por otro lado, quienquiera que trabaje por un salario está poco incentivada a trabajar. El trabajo asalariado ha fracasado en solucionar el problema de la motivación, para incrementar y desarrollar la producción. Ya sea un servicio o la producción de mercancías, el trabajo asalariado sufre un continuo deterioro porque es llevado a cabo por asalariados sin motivación.

    EJEMPLOS DE TRABAJO ASALARIADO/REMUNERADO: por la sociedad, por una
    empresa privada y por uno mismo.

    Primer ejemplo:
    a) Un trabajador produce diez manzanas para la sociedad. La sociedad le da una manzana por su trabajo, y con ella cubre todas sus necesidades.

    b) Un trabajador produce diez manzanas para la sociedad. La sociedad le da una manzana por su trabajo y ello no cubre sus necesidades.

    Segundo ejemplo:
    Un trabajador produce diez manzanas para otra persona, y cobra de sueldo
    menos de una manzana entera.

    Tercer ejemplo:
    Un trabajador produce diez manzanas para sí mismo.

    CONCLUSIÓN:
    En el primer ejemplo:
    (a), dado que el salario del trabajador es sólo de una unidad que satisface sus necesidades, no tiene incentivo alguno para incrementar su producción. Así, toda la mano de obra que trabaja para la sociedad es psicológicamente apática.

    b) El trabajador ni siquiera está motivado para producir porque no puede satisfacer sus necesidades con su salario. Sin embargo, sigue trabajando, aunque sin motivación, porque, en general, como todos los miembros, está obligado a consentir las condiciones de trabajo de la sociedad.

    En el segundo ejemplo:
    El trabajador trabaja básicamente para obtener un sueldo, y no para producir. Dado que su salario no puede satisfacer sus necesidades, las opciones son, o bien buscarse otro amo que le pague más por su trabajo, o estar obligado, por pura supervivencia, a quedarse donde está.

    En el tercer ejemplo:
    Sólo quien trabaja para sí mismo produce con entusiasmo y por voluntad propia. En una sociedad socialista, no hay posibilidad de que la producción privada exceda la satisfacción de las necesidades propias, porque no está permitido satisfacer esas necesidades a expensas o por medio de los demás. Además, los sistemas socialistas operan únicamente sólo para satisfacer las necesidades de la sociedad. Consecuentemente, el tercer ejemplo demuestra las bases firmes de su producción económica. Sin embargo, en todos los ejemplos, incluso los peores, la producción está asociada con la supervivencia. Prueba de ello es que aunque en las sociedades capitalistas la producción se acumula y crece en manos de sólo unos pocos propietarios, que no trabajan sino que explotan los esfuerzos de otros, los obreros todavía están obligados a producir a fin de sobrevivir. Sin embargo, el LIBRO VERDE no sólo soluciona el problema de la producción material sino que también prescribe una solución comprensible a los problemas que enfrentan las sociedades humanas, a fin de que los individuos puedan ser totalmente liberados, material y espiritualmente, a fin de conseguir su felicidad.

    Otros ejemplos:
    Si asumimos que la riqueza de una sociedad consta de diez unidades, y que su población es de diez personas, entonces la parte de cada miembro es un décimo del total, una unidad por persona. Si algunos miembros de esta sociedad obtienen más de una unidad por persona, entonces es que otros miembros de la sociedad se han quedado sin nada. Su parte de la riqueza social ha sido retenida por otros. De ahí la presencia de ricos y pobres en una sociedad explotadora. Supongamos también que cinco miembros de esta sociedad concreta poseen cada uno dos unidades. En tal caso, la mitad de la sociedad se ve privada de sus derechos a la riqueza de su sociedad, porque otros se han apoderado de lo que les pertenecía.

    Si un individuo de esta sociedad precisa sólo una unidad de riqueza social para satisfacer sus necesidades, entonces quienes poseen más de una unidad están, de hecho, incautando los derechos de otros miembros de la sociedad. Porque si una unidad es todo lo que se necesita para satisfacer las necesidades individuales, las unidades adicionales son tomadas con el propósito de acapararlas. Y eso sólo puede lograrse a expensas de las necesidades de otros, el acaparamiento de la parte de riqueza de otros. Esta es la razón tras la existencia de quien acumula y no gasta, aquellos que acaparan más allá de cubrir sus necesidades, y de la existencia de los que tienen que mendigar y se hallan desposeídos de su derecho sobre la riqueza social, y no tienen suficiente para consumir. Esto es un acto de robo y saqueo, y sin embargo, según las leyes injustas y explotadoras que gobiernan una tal sociedad, es algo legítimo y patente.

    Cualquier excedente sobrepasando la satisfacción de las necesidades debería pertenecer, en último extremo, a todos los miembros de la sociedad. Sin embargo los individuos tienen un derecho a realizar ahorros a partir de la parte que les corresponda para sus necesidades, dado que es la acumulación de riqueza sobrepasando la cobertura de las necesidades propias lo que es usurpación de la riqueza pública.

    El industrioso y habilidoso, como resultado de su ventaja, no tienen derecho en una tal sociedad a llevarse la parte que corresponde a otros. Pueden utilizar sus talentos para satisfacer sus propias necesidades, y ahorrar para ellas. Como cualquier otro miembro de la sociedad, los ancianos y los discapacitados física o mentalmente, deberían tener su parte de la riqueza social.

    La riqueza de una sociedad puede ser comparada a los suministros de un establecimiento o almacén que proporciona raciones diarias a un cierto número de personas, que satisfacen sus necesidades. Cada persona tiene derecho a ahorrar de las provisiones que le corresponden, es decir, a consumir o ahorrar las porciones que decida de su parte, utilizando sus talentos y habilidad a tal fin. Sin embargo, quienes decidan utilizar sus talentos para acaparar en exceso del “establecimiento de suministros” son, sin lugar a dudas, ladrones. Por tanto, utilizar su habilidad para acumular riqueza que exceda la cobertura de sus necesidades está, de hecho, infringiendo el derecho público, a saber, la riqueza de la sociedad que, en este ejemplo, es comparable al citado almacén.

    Las diferencias en la riqueza de los individuos en la nueva sociedad socialista no son toleradas, excepto para quienes rinden ciertos servicios a la sociedad, por los cuales se les otorga un importe acorde con sus servicios. Las partes individuales difieren tan solo en relación a la cantidad de producción, o a los servicios públicos que se han prestado en exceso. Por lo tanto, las experiencias humanas a través de la historia han producido un nuevo experimento, en un intento extraordinario de finalizar la lucha de personas para conseguir su libertad, para lograr su satisfacción a través de la satisfacción de sus necesidades, para rechazar la explotación por parte de otros, para acabar con la tiranía y para encontrar un método de distribución de riqueza social que sea equitativo, sin explotar a los demás ni poner en peligro sus necesidades. Es la teoría de la realización de las necesidades para la emancipación de la humanidad.

    La nueva sociedad socialista no es sino un resultado dialéctico de las relaciones injustas que prevalecen en el mundo actual. La nueva sociedad socialista introducirá la solución natural –la de la propiedad de posesión particular- para satisfacer las necesidades propias sin explotación, y la propiedad colectiva en la que los productores son socios, reemplazando a la empresa privada, que se basa en lo que otros producen sin reconocer su derecho a un reparto justo del producto.

    Quienquiera que sea que posea la casa en la que vives, el vehículo en el que te trasladas, o el ingreso con el que vives, posee tu libertad, o parte de ella. La libertad es indivisible. Para que las personas sean felices deben ser libres, y para ser libres deben poseer la posibilidad de satisfacer sus propias necesidades. Quien posea los medios para que satisfagas tus necesidades te controla o te explota, y puede esclavizarte a pesar de cualquier legislación que diga lo contrario.
    Las necesidades materiales del pueblo más básicas y personales empiezan con la comida, la vivienda, el vestido y el transporte, y deben ser contempladas como privadas y sagradas, y su satisfacción no debería depender de un sueldo. Satisfacer estas necesidades materiales alquilándose le otorga al propietario original el derecho a interferir en tu vida personal, y a controlar tus necesidades más perentorias, incluso si el propietario es la sociedad en general. El propietario original puede usurpar tu libertad y desterrar tu felicidad. La interferencia del propietario original puede incluir el volverse a quedar con tus ropas, incluso aunque te deje desnudo en la calle. De igual manera, el propietario de tus medios de transporte puede dejarte tirado en el arcén, y el propietario de tu casa puede hacer de ti un sin techo. Las necesidades imperativas del pueblo no pueden ser reguladas por procedimientos legales o administrativos. Deben ser implantadas fundamentalmente en la sociedad de acuerdo a las leyes naturales.

    El objetivo de la sociedad socialista es la felicidad del ser humano, que no puede ser lograda sino es estableciendo la libertad material y espiritual del mismo. La consecución de la libertad depende del logro privado y sagrado de las necesidades del hombre. Las necesidades propias no deberían estar bajo el dominio de otros, ni estar sujetas a expolio de ningún tipo en la sociedad, de otra manera se viviría en la inseguridad. La privación de los medios de realización compromete la libertad porque, intentando satisfacer las necesidades básicas, se estará sujeto a interferencia de fuerzas externas en los intereses particulares básicos.

    La transformación de las sociedades de asalariados existentes en sociedades de asociados es inevitable como resultado dialéctico de las teorías económicas contradictorias prevalecientes en el mundo actual. También es un resultado dialéctico de la injusta relación basada en el sistema de salarios. Ninguno de estos temas ha sido resuelto a día de hoy. La fuerza antagonista de los sindicatos en el mundo capitalista es capaz de reemplazar las sociedades capitalistas asalariadas por sociedades de asociados. La posibilidad de una revolución socialista se inicia con los productores haciéndose cargo de su parte de la producción. En consecuencia, los objetivos de las huelgas de los productores cambiarán, de solicitar incremento de sueldo, a controlar su parte en la producción. Guiados por el LIBRO VERDE, esto acabará ocurriendo tarde o temprano. El paso final es que la nueva sociedad socialista alcance un estadio en el que el beneficio y el dinero desaparezcan. La sociedad será totalmente productiva, las necesidades materiales se habrán logrado. En esta etapa final, desaparecerá el beneficio así como la necesidad de dinero.

    El reconocimiento de beneficio es un reconocimiento de explotación, ya que el beneficio no tiene límites. Los intentos realizados hasta ahora para limitar el lucro por diversos medios han sido reformativos, no radicales, intentando prohibir la explotación del hombre por el hombre. La solución final yace en la erradicación del beneficio, pero dado que éste es la fuerza dinámica tras el proceso económico, su eliminación no puede ser hecha por decretazo sino más bien como resultado del proceso socialista evolutivo. Esta solución puede ser alcanzada cuando la satisfacción material de las necesidades de la sociedad y de sus miembros se haya logrado. El trabajo para incrementar el beneficio conducirá por sí mismo a su erradicación final.

    Empleados domésticos

    Los empleados domésticos, reciban o no un pago, son una forma de esclavos. En realidad, son los esclavos de la era moderna. Dado que la nueva sociedad socialista está basada en la asociación y no en el sistema asalariado, las leyes naturales sociales no se aplican a los empleados domésticos, porque ellos prestan servicios en vez de producción. Los servicios no son un producto material tangible, y no pueden ser divididos en porciones según la ley natural socialista.

    Los empleados domésticos no tienen otra alternativa que trabajar por un salario, o incluso sin él, en el peor de los casos. Como asalariados, son una forma de esclavos, y su esclavitud existe desde que trabajan por un salario. Los empleados domésticos, cuyo estatus es todavía más bajo que el de los asalariados en sistemas económicos y corporaciones, tienen una necesidad mayor incluso de ser emancipados de la sociedad de trabajo asalariado y de la sociedad de esclavos. Los empleados domésticos es un fenómeno que llega a estar cercano a la esclavitud. La Tercera Teoría Universal anuncia la emancipación de los grilletes de la injusticia, el despotismo, la explotación y la hegemonía económica y política, con el propósito de establecer una sociedad de todo el pueblo, donde todos sean libres y compartan en igualdad la autoridad, la riqueza y las armas. La libertad triunfará entonces definitiva y universalmente. El LIBRO VERDE define así el sendero de liberación de las masas de asalariados y empleados domésticos, a fin de que los seres humanos puedan lograr la
    libertad. La lucha para liberar a los empleados domésticos de su estado de esclavitud, y transformarlos en socios, en la que su producción material pueda ser fragmentada en sus componentes básicos necesarios, es un proceso inevitable. Los hogares serán atendidos por sus habitantes. Los servicios esenciales en el hogar no serán realizados por empleados domésticos, ya sean pagados o no, sino por empleados que puedan ser promocionados para rendir sus servicios y puedan disfrutar de beneficios sociales y económicos como cualquier otro empleado público.




    Última edición por neweconomic el Dom Mar 10, 2013 2:03 pm, editado 6 veces
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    Muamar el Gadafi 'El Libro Verde' Empty Re: Muamar el Gadafi 'El Libro Verde'

    Mensaje por neweconomic Dom Mar 10, 2013 11:54 am

    El Libro Verde

    Tomo III

    Tercera Teoría Universal

    ÍNDICE

    - Las bases sociales de la tercera teoría universal.

    - La familia.

    - La tribu.

    - Los méritos de la tribu.

    - La nación.

    - La mujer.

    - Minorías.

    - El pueblo negro predominará en el mundo.

    - Educación.

    - Música y Arte.

    - Deporte, Equitación y escenario.


    Las bases sociales de la Tercera Teoría Universal

    El factor social, el factor nacional, es la fuerza dinámica de la historia humana. El vínculo social, que enlaza unidas a las comunidades humanas, desde la familia y la tribu hasta la nación, es la base del movimiento de la historia.

    Los héroes de la historia son, por definición, aquellos que se han sacrificado por las causas. Pero, ¿por qué causas? Se han sacrificado en beneficio de los demás, ¿pero quiénes son los demás? Son aquellos con los que mantienen una relación. Por tanto, la relación entre un individuo y un grupo es social, y rige las transacciones de las personas entre ellas mismas. Así pues, el nacionalismo es la base de la que emerge una nación. Las causas sociales son por tanto nacionales, y la relación nacional es una relación social. La relación social se deriva de la sociedad, es decir, de la relación entre los miembros de una nación. La relación social es, por tanto, una relación nacional, y la nacional es una relación social. Aunque sean reducidas en número, las comunidades o grupos forman una nación, independientemente de las relaciones individuales entre sus miembros. Lo que queremos expresar aquí por comunidad es aquello que es permanente a causa de los lazos nacionales comunes que la rigen. Los movimientos históricos son movimientos de masas, es decir, el movimiento de un grupo en sus propios intereses diferenciados de los intereses de otras comunidades. Estas diferenciaciones indican las características sociales que mantienen unida a una comunidad. Los movimientos de masas son movimientos independientes para hacer valer la identidad de un grupo conquistado u oprimido por otro grupo.

    La lucha por la autoridad se da dentro del propio grupo hasta el nivel de la familia, tal como se explicó en el tomo 1 del LIBRO VERDE (El eje político de la Tercera Teoría Universal). El movimiento de un grupo es el movimiento de una nación por sus propios intereses. En virtud de su estructura nacional, cada grupo tiene necesidades sociales comunes que deben ser satisfechas colectivamente. Estas necesidades no son, en modo alguno, individuales: son necesidades colectivas, derechos, demandas u objetivos de una nación que están enlazados por un único carácter distintivo (ethos). Ese es el motivo por el que estos movimientos se denominan movimientos nacionales. Los movimientos de liberación nacional contemporáneos son, ellos mismos, movimientos sociales; no finalizarán antes de que cada grupo se libere de la dominación de otro grupo. El mundo atraviesa ahora uno de los ciclos regulares del movimiento de la historia, concretamente, la lucha social en apoyo del nacionalismo.

    En el mundo del hombre, esto es tanto una realidad histórica como una realidad social. Esto significa que la lucha nacional –la lucha social- es la base del movimiento de la historia. Es más fuerte que todos los demás factores, dado que se halla en la naturaleza del grupo humano; está en la naturaleza de la nación; en la naturaleza de la propia vida. Aparte del hombre, otros animales viven en grupos. Realmente, tal como dentro del reino animal la comunidad es la base para la supervivencia de todos los grupos, el nacionalismo es la base para la supervivencia de las naciones.

    Las naciones cuyo nacionalismo es destruido están sujetas a la destrucción. Las minorías, que son uno de los principales problemas políticos mundiales, son el resultado. Existen naciones cuyo nacionalismo ha sido destruido, y que han quedado hechas jirones. El factor social es, por tanto, un factor de vida, un factor de supervivencia. Es el impulso innato de la nación hacia la supervivencia.

    El nacionalismo en el mundo humano, y el instinto grupal en el reino animal, son como la gravedad en el reino de los cuerpos materiales y celestiales. Si el sol perdiera su gravedad, sus gases explotarían y su unidad dejaría de existir. De igual manera, la unidad es la base de la supervivencia. El factor de unidad de cualquier grupo es un factor social; en el caso del hombre es el nacionalismo. Por esta razón, las comunidades humanas luchan por su propia unidad nacional, la base de su supervivencia.

    El factor nacional, el vínculo social, trabajan automáticamente para impeler a una nación hacia la supervivencia, de la misma manera que la gravedad de un objeto trabaja para mantenerlo como una masa que rodea su centro. La disolución y dispersión de átomos en una bomba atómica son el resultado de la explosión del núcleo, que es el foco gravitatorio de las partículas que le rodean. Cuando el factor de unidad de estos sistemas integrantes queda destruido y se pierde la gravedad, cada átomo se dispersa por separado. Esta es la naturaleza de la material. Es una ley natural establecida. Hacer caso omiso de ella, o ir en su contra, es perjudicial a la vida. De forma similar, la vida del hombre queda perjudicada cuando deja de tener en cuenta el nacionalismo, el factor social, porque es la gravedad del grupo, el secreto de su supervivencia. Sólo el factor religioso es un rival al factor social en influenciar la unidad de un grupo. El factor religioso puede dividir al grupo nacional, o unificar grupos de diferente nacionalismo; sin embargo, el factor social acabará predominando. Tal ha sido el caso a través de las épocas.

    Históricamente, cada nación ha tenido una religión. Tal cosa era armoniosa. Con el tiempo, sin embargo, surgen diferencias que se convierten en causa verdadera de conflicto e inestabilidad en las vidas de los pueblos a través de las épocas. Una regla firme es que cada nación debería tener una religión. Que sea de otra manera es anormal. Tal anormalidad crea una situación insegura que se convierte en causa real de disputas dentro de un grupo nacional. No existe otra solución que estar en armonía con la ley natural, es decir, que cada nación tenga una única religión. Cuando el factor social es compatible con el factor religioso, la armonía prevalece y la vida de las comunidades permanece estable, fuerte, y se desarrolla con solidez.

    El matrimonio es un proceso que puede influir positiva o negativamente en el factor social. Sin embargo, sobre las bases naturales de la libertad, ambos, hombre y mujer, son libres de aceptar con quién quieren casarse, y o de rechazar con quien no quieren casarse dentro de un grupo. Y por su propia naturaleza, ello refuerza su unidad y aporta crecimiento colectivo, de conformidad con el factor social.
    La familia

    Para el individuo, la familia es más importante que el estado. La humanidad valida al individuo como ser humano, y el individuo valida a la familia, que es su cuna, su origen, y su protección social. Según la ley natural, la raza humana es el individuo y la familia, pero no el estado. La raza humana no tiene ni relaciones ni ninguna otra cosa que hacer con el estado, que es un sistema artificial político, económico y en ocasiones militar. La familia es como una planta, con ramas, tallos, hojas y flores. Cultivar a la naturaleza en granjas y jardines es un proceso artificial, sin relevancia para la propia planta. El hecho de que ciertos factores políticos, económicos o militares vinculen a un número de familias en un estado no une necesariamente a ese sistema o a su organización con la humanidad. De forma similar, cualquier situación, posición o procedimiento que resulte en la dispersión, decadencia o pérdida de la familia es inhumano, innatural y opresivo, análogo a cualquier procedimiento, medida o acción que destruya una planta y a sus ramas y atrofie sus hojas y flores.

    Las sociedades en las que la existencia y unidad familiares han quedado amenazadas debido a cualquier circunstancia, son similares a campos cuyas plantas hayan sido arrancadas, secadas, quemadas, erosionadas o muertas. El jardín o campo floreciente es aquel en el que las plantas crecen, florecen y se polinizan de forma natural. Y lo mismo se mantiene cierto para las sociedades humanas. La sociedad floreciente es aquella en la que el individuo crece naturalmente dentro de la familia, y la familia dentro de la sociedad. El individuo está conectado a la familia más extensa de la humanidad como una hoja lo está a una rama o una rama a un árbol. Carecen de valor o de vida si se les arranca. Lo mismo sucede con los individuos si son separados de sus familias; el individuo sin una familia carece de valor o vida social. Si la sociedad humana alcanza el estadio en el que el individuo viva sin una familia, se convertirá entonces en una sociedad de vagabundos, seres sin raíces, como las plantas artificiales.

    La tribu

    Una tribu es una familia que ha crecido como resultado de la procreación. De lo que se desprende que una tribu es una familia expandida. De igual manera, una nación es una tribu que ha crecido a través de la procreación. La nación, por tanto, es una tribu expandida. El mundo es una nación que ha sido diversificada en diversas naciones. El mundo, por tanto, es una nación expandida. La relación que une a la familia une también a la tribu, la nación y al mundo. Sin embargo, se debilita cuando incrementa su número. La esencia de la humanidad es la de la nación, la esencia de la nación es la de la tribu, la esencia de la tribu es la de la familia. El grado de cordialidad involucrado en la relación decrece proporcionalmente al incremento en tamaño de la unidad social. Esto es un hecho social indiscutible, negado únicamente por aquellos que lo ignoran.

    El vínculo social, la cohesión, la unidad, la intimidad y el amor son más fuertes a nivel familiar que a nivel tribal, más fuertes a nivel tribal que a nivel de la nación, y más fuertes a nivel de la nación que a nivel mundial. Las ventajas, privilegios, valores e ideales basados en los lazos sociales existen allí donde esos lazos son naturales e indiscutiblemente fuertes. Son más fuertes a nivel familiar que a nivel tribal, más fuertes a nivel tribal que a nivel nacional, y más fuertes a nivel nacional que a nivel mundial. Así pues, estos lazos sociales, beneficios, ventajas e ideales asociados a ellos se pierden allí donde la familia, la tribu, la nación o la humanidad se desvanecen o se pierden. Es por tanto de gran importancia para la sociedad humana que se mantenga la cohesión de la familia, la tribu, la nación y el mundo a fin de aprovechar las ventajas, privilegios, valores e ideales devengados por la solidaridad, la cohesión, la unidad, la intimidad y el amor de la familia, la tribu, la nación y la humanidad.

    En sentido social, la sociedad familiar es mejor que la de la tribu, la sociedad tribal es mejor que la de la nación, y la sociedad de la nación es mejor que la sociedad mundial en relación al compañerismo, el cariño, la solidaridad y los beneficios.

    Cualidades de la tribu

    Dado que la tribu es una familia expandida, proporciona a sus miembros muchos de los mismos beneficios y ventajas sociales que la familia proporciona a sus miembros, porque la tribu es una familia secundaria. Lo que debe realzarse es que, en el contexto tribal, un individuo puede concederse el mantener una actitud grosera, cosa que no podría realizar en el seno familiar. Sin embargo, dado lo reducido del tamaño de la familia, no se ejerce una supervisión inmediata, al contrario que en la tribu cuyos miembros sienten continuamente que están bajo su supervisión. A la vista de estas consideraciones, la tribu forma el modelo de comportamiento para sus miembros, desarrollándose en una educación social que es mejor y más noble que la de cualquier educación escolar. La tribu es una escuela social en la que sus miembros son criados para absorber los altos ideales que se convertirán en un modelo de comportamiento para toda la vida. Aquellos quedan automáticamente arraigados a medida que el ser humano crece, al contrario de la educación escolar, con sus planes de estudio impuestos oficialmente y perdidos gradualmente con el crecimiento del individuo. Sucede así porque es oficial y obligatoria, y porque el individuo es consciente del hecho de que se le ha impuesto.

    La tribu es una “protección” social natural para la seguridad social. En virtud de las tradiciones tribales sociales, la tribu proporciona a sus miembros protección colectiva en forma de multas, desquites y defensa; a saber, protección social. En la formación de la tribu el factor principal es el sanguíneo, pero no es el único porque también la afiliación es un factor en la formación tribal. Con el paso del tiempo, las diferencias entre los factores de sangre y de afiliación desaparecen, dejando a la tribu como una unidad social y física, aunque fundamentalmente siga siendo una unidad de sangre en origen.

    La nación

    La nación es la “protección” política nacional del individuo; es más amplia que la “protección” social proporcionada por la tribu a sus miembros. El tribalismo perjudica al nacionalismo porque la lealtad tribal debilita la fidelidad nacional y prospera a sus expensas. De igual manera, la fidelidad a la familia crece a expensas de la lealtad tribal y la debilita. La fidelidad nacional es esencial a la nación, pero a la vez es una amenaza a la humanidad.

    La nación es a la comunidad mundial, similar a lo que la familia es a la tribu. Cuando más las familias de una tribu disputen y se vuelvan fanáticas, más amenazada está la tribu. La familia es amenazada cuando sus miembros individuales se querellan y persiguen sólo sus intereses personales. De manera similar, si las tribus de una nación se pelean y persiguen sólo sus propios intereses, entonces la nación queda debilitada. El fanatismo nacional expresado a través del uso de la fuerza contra naciones más débiles, o el progreso nacional elaborado a expensas de otras naciones, es malvado y perjudicial para la humanidad. Sin embargo, los individuos fuertes que tienen respeto por sí mismos y son conscientes de sus propias responsabilidades individuales son importantes y útiles a la familia, de igual manera que las familias fuertes y respetables, conscientes de su importancia, son social y materialmente beneficiosas para la tribu. Igualmente útil a todo el mundo es una nación progresiva, productiva y civilizada. La estructura política nacional queda perjudicada cuando se rebaja a un nivel social inferior, concretamente la familia y la tribu, e intenta actuar a su manera para adoptar sus opiniones.

    La nación es una familia ampliada que ha pasado a través del período tribal y a través de la diversificación de las tribus, que se han ramificado a partir de un tronco común. Incluye también a aquellos miembros que se han incorporado con su destino. Asimismo, la familia se transforma en nación sólo tras haber atravesado el período de tribu y sus diversificaciones, así como a través del proceso de incorporación, que ocurre como resultado de la interacción entre diversas comunidades en una sociedad. Inevitablemente, esto se consigue durante un largo período de tiempo. Aunque el paso del tiempo crea nuevas naciones, también ayuda a fragmentar a otras más viejas. El origen común y el destino común, a través de la afiliación, son las dos bases históricas de cualquier nación, aunque el origen se coloque en primer lugar y la afiliación en segundo. Una nación no se define sólo por su origen, incluso aunque el origen sea su base y su inicio. Agregado a su origen, una nación está formada por afiliaciones humanas a través de la historia que inducen a un grupo de personas a vivir en una zona de tierra, desarrollar una historia común, formar una herencia y hacer frente al mismo destino. Una nación, sin distinción de los lazos sanguíneos, está formada a través del sentido de pertenencia y de destino compartido.

    Pero, ¿por qué el mapa terrestre ha presenciado cómo desaparecían grandes naciones para dejar paso al auge de otras naciones? ¿Es por una razón únicamente política, sin relación alguna con el aspecto social de la Tercera Teoría Universal? ¿O bien es social, y por tanto debidamente de la incumbencia de esta parte del LIBRO VERDE?

    Veamos. La familia es indiscutiblemente una estructura social más que política. Lo mismo se aplica a la tribu porque es una familia que se ha reproducido y se ha ampliado a sí misma hasta llegar a ser varias familias. Igualmente cierto es que la nación es una tribu que ha crecido, y cuyas ramas se han multiplicado y se han convertido en tribus. La nación también es una estructura social cuyo lazo es el nacionalismo; la tribu es una estructura social cuyo lazo es el tribalismo, la familia es una estructura social cuyo lazo son los lazos familiares, y la sociedad global es una estructura social cuyo lazo es la humanidad. Estos hechos son auto evidentes.

    Está luego la estructura política de los estados que conforman el mapa político del mundo. ¿Por qué sigue cambiando de una a otra época el mapa del mundo? La razón es que las estructuras políticas pueden ser o no coherentes con las estructuras sociales. Cuando la estructura política y la realidad social son congruentes, como en el caso de la nación estado, perdura sin cambiar. Si un colonialismo externo o un colapso interno fuerzan un cambio, reaparece bajo el estandarte de su respectiva bandera de lucha nacional, resurgimiento nacional o unidad nacional. Cuando una estructura política abarca más de una nación, su mapa quedará desgarrado por cada nación, obteniendo la independencia bajo la bandera de su respectiva nación surgente. Así pues, los mapas de los imperios de los que el mundo ha sido testigo han sido desgarrados porque se hallaban compuestos de un número de naciones. Cuando cada nación se aferra con fuerza a su identidad nacional y busca la independencia, los imperios políticos quedan desgarrados y sus componentes regresan a sus orígenes sociales. Esto queda evidentemente claro a través de la historia del mundo, cuando se repasa a través de las épocas.

    Pero, ¿por qué dichos imperios estaban compuestos de diferentes naciones? La respuesta es que el estado no es una estructura social como la familia, la tribu y la nación, sino más bien una entidad política creada por diversos factores, el más simple y destacado de ellos es el nacionalismo. El estado nacional es la única forma política consistente con la estructura social natural. Su existencia perdura, a menos que caiga sujeto a la tiranía de otro nacionalismo más fuerte, o a menos que su estructura política, como estado, quede afectada por su estructura social en forma de tribus, clanes y familias.

    Una estructura política es corrupta si se convierte en servil de la estructura social sectaria de la familia, la tribu, o secta y adopta sus características. Los factores religiosos, económicos y militares contribuyen también a conformar un estado que difiere del estado nacional básico. Una religión común, así como las exigencias de la economía o de las conquistas militares, pueden crear un estado que abarque varias naciones. Así, en una época el mundo es testigo de un estado o de un imperio que se desintegrará en otra época. Cuando el espíritu del nacionalismo emerge más fuerte que las lealtades religiosas, o estalla el conflicto entre diferentes nacionalismos que fueron juntados, por ejemplo, por una religión, cada nación se independiza y recobra su estructura social. Ese imperio, entonces, desaparece. El papel de la religión resurge cuando el espíritu religioso emerge más fuerte que el espíritu del nacionalismo. En consecuencia, los diversos nacionalismos quedan unificados bajo la enseña de la religión hasta que el papel nacional reaparezca de nuevo, y así sucesivamente.
    Todos los estados compuestos de diversas nacionalidades por el motivo que sea –religión, economía, poder militar o ideología artificial-, serán destruidos por conflicto nacional hasta que cada nación obtenga su independencia,
    porque el factor social triunfará inevitablemente por encima del factor político.

    A pesar de las circunstancias políticas que exige la creación de un estado, la base para la vida de los individuos es la familia, y se extiende hasta la tribu, la nación, y finalmente a toda la humanidad. El factor esencial es el factor social. El nacionalismo es un factor permanente. Se debería hacer hincapié en la realidad social y en el cuidado de la familia a fin de criar un humano integrado y bien educado. Se debería luego atender a la tribu como “protección” social, y a una escuela natural social que desarrolle a sus miembros en el estado post familiar. Luego sigue la nación. El individuo aprende los valores sociales principalmente a partir de la familia y la tribu, que forman una estructura social natural creada por ningún individuo en particular. Cuidar de la familia va en interés del individuo como cuidar de la tribu va en interés de la familia, del individuo y de la nación: es parte de la identidad nacional. El factor social, el factor nacional, es la fuerza dinámica constante real tras la historia.

    No tener en cuenta el lazo nacional de las comunidades humanas, y establecer un sistema político en contradicción con la realidad social establece sólo una estructura temporal que quedará destruida por el movimiento del factor social de esos grupos, es decir, la integridad nacional y el dinamismo de cada comunidad.

    Estos factores son innatos en la vida de la humanidad, y no son conjeturas intelectuales. Cada individuo del mundo debería ser consciente de estas realidades y trabajar de acuerdo a ellas de manera que sus acciones puedan ser valiosas. Para evitar los desvíos, el desorden y el perjuicio en la vida de los grupos humanos, que son el resultado de la falta de comprensión y respeto por estos principios de la vida humana, es preciso conocer estas realidades demostradas.

    La mujer

    Es un hecho indiscutible que tanto hombre como mujer son seres humanos. De lo que se desprende como hecho auto evidente, que la mujer y el hombre son iguales como seres humanos. La discriminación de la mujer por parte del hombre es un acto flagrante de opresión sin justificación, porque la mujer come y bebe como el hombre come y bebe; la mujer ama y odia como el hombre ama y odia; la mujer piensa, aprende y comprende como el hombre piensa, aprende y comprende. La mujer, como el hombre, precisa de cobijo, de vestimenta y de transporte; la mujer se siente hambrienta y sedienta como el hombre siente hambre y sed, la mujer vive y muere como el hombre vive y muere.

    Pero, ¿por qué existen hombres y mujeres? La sociedad humana no se compone sólo de hombres ni sólo de mujeres. De forma natural está compuesta de hombres y mujeres. ¿Por qué no se creó sólo a los hombres? ¿Por qué no se creó sólo a las mujeres? Después de todo, ¿cuál es la diferencia entre hombre o mujeres, o entre el hombre y la mujer? ¿Por qué fue necesario crear hombres y mujeres? Debe existir una necesidad natural para la existencia de un hombre y una mujer, en vez de sólo un hombre o sólo una mujer. De lo que se desprende que ninguno de ellos es idéntico al otro, y el hecho de que exista una diferencia natural entre hombres y mujeres está demostrado por la existencia creada de hombres y mujeres. Lo que necesariamente significa es un papel para cada uno de ellos que se corresponda con la diferencia entre ambos. En consecuencia, deben existir condiciones diferentes imperantes para cada uno a fin de que puedan llevar a cabo sus papeles naturalmente diferentes. Para comprender estos papeles debemos comprender la diferencia en la naturaleza creada de hombre y mujer, es decir, la diferencia natural entre ambos.

    Las mujeres son hembras y los hombres son machos. Según los ginecólogos, las mujeres menstrúan más o menos cada mes, en tanto que los hombres, siendo machos, no menstrúan ni sufren durante el período mensual. Una mujer, siendo una hembra, está sujeta naturalmente al sangrado mensual. Cuando una mujer no menstrúa está preñada. Si está preñada, debido al embarazo se convierte en menos activa durante casi un año, lo que significa que todas sus actividades naturales quedan gravemente reducidas hasta que pare a su hijo.

    Cuando pare a su hijo o tiene un aborto, sufre el postparto, una condición implicada tanto en el parto como en el aborto. Un hombre no queda preñado, No está sujeto a las condiciones que las mujeres, siendo hembras, tienen que soportar. Más tarde la mujer debe amamantar al hijo que llevó en su seno. El amamantado prosigue durante casi dos años. Amamantar significa que una mujer es tan inseparable de su hijo que su actividad queda gravemente reducida. Ella se convierte en la responsable directa de otra persona a la que ella ayuda en sus funciones biológicas, sin esa ayuda ese nuevo ser moriría. El hombre, por otro lado, ni gesta ni da el pecho. ¡Fin de la declaración ginecológica!

    Todas estas características innatas ocasionan diferencias a causa de las cuales los hombres y las mujeres no son lo mismo. En sí mismas estas características son las realidades que definen al macho y a la hembra, a los hombres y a las mujeres; les asignan a cada uno de ellos un papel o función diferente en la vida. Esto significa que los hombres no pueden reemplazar a las mujeres en llevar a cabo estas funciones. Vale la pena tener en cuenta que estas funciones biológicas son una pesada carga que ocasiona gran esfuerzo y sufrimiento a las mujeres. Sin embargo, sin esas funciones que las mujeres realizan, la vida humana se hubiera extinguido. Se deduce que es una función natural, que no es ni voluntaria ni obligada. Es una función esencial, sin la cual la vida humana llegaría a una completa extinción.

    Las intervenciones deliberadas en contra de la concepción constituyen una alternativa a la vida humana. Además, existe una intervención deliberada parcial contra la concepción, así como contra el dar de mamar. Todas ellas son eslabones en una cadena de acciones que contradicen la vida natural, y que equivalen al asesinato. Que una mujer se suicide a fin de no concebir, parir y amamantar entra dentro del terreno de la intervención artificial, deliberada, que contradice la naturaleza de la vida personificada por el matrimonio, la concepción, amamantar y la maternidad. Difieren sólo en grado.

    Si se deja de lado el papel natural de la mujer en la maternidad (guarderías que reemplazan a madres) se empieza a dejar de lado la sociedad humana y a transformarla en una sociedad simplemente biológica, con una forma de vida artificial. Separar a los niños de sus madres, y encajonarlos en guarderías es un proceso por el que son transformados en algo muy cercano a los pollitos, ya que las guarderías son parecidas a las granjas avícolas en la que los pollitos son apretujados después de haber sido incubados. No hay nada más apropiado y deseable para el ser humano y su dignidad que la maternidad natural. Los niños deberían ser criados por sus madres en una familia en la que prevalecieran los verdaderos principios de maternidad, paternidad y camaradería entre hermanos y hermanos , y no en una institución parecida a una granja avícola. Incluso las aves, como el resto de miembros del reino animal, precisan del sentimiento materno como una fase natural. Por tanto, alimentarlas en granjas similares a guarderías va contra su crecimiento natural. Incluso su comida es artificial en lugar de natural. La comida de una granja avícola mecanizada no es sabrosa, y no puede ser nutritiva porque los pollitos so non alimentados de forma natural y no crecen a la sombra protectora del sentimiento maternal natural. La comida de los pájaros salvajes es más sabrosa y nutritiva porque están alimentados naturalmente.

    En cuanto a los niños que no tienen familia ni refugio, la sociedad es su tutor, y sólo para ellos debería la sociedad establecer guarderías e instituciones relacionadas. Para ellos es mejor que sean cuidados por la sociedad que por individuos que no son sus padres. Si se llevara a cabo una prueba para descubrir si la propensión natural del niño es hacia su madre o hacia la guardería, el niño optaría por la madre y no por la guardería. Dado que la tendencia natural de un niño es hacia su madre, ella es la persona natural y adecuada para darle al niño la protección de la crianza. Enviar a un niño a una guardería en lugar de con su madre es coercitivo y opresivo, y va contra sus tendencias libres y naturales. Para todos los seres vivos el crecimiento natural es libre y saludable. Sustituir a una madre por una guardería es una acción coercitiva contra un crecimiento libre y bien asentado. Los niños que son embarcados en una guardería son enviados por obligación o por explotación y simpleza. Se les lleva a las guarderías por consideraciones materialistas y no sociales. Si la obligación y la simpleza infantil desaparecieran, a buen seguro rechazarían las guarderías y se colgarían de sus madres. La única justificación a tal innatural e inhumano proceso es el hecho de que la mujer está en una posición inapropiada a su naturaleza, es decir, está obligada a llevar a cabo trabajos que son antisociales y antimaternales.

    Una mujer, cuya naturaleza creada le ha asignado un papel natural diferente al del hombre, debe hallarse en una posición adecuada para llevar a cabo su papel natural. La maternidad es una función de las hembras, no de los machos. En consecuencia, no es natural separar a los niños de sus madres. Cualquier intento de arrebatar a los niños lejos de sus madres es coerción, o presión y dictadura. La madre que abandona su maternidad contradice su papel natural en la vida. Debe tener sus derechos asegurados, y en condiciones que no sean coercitivas ni opresivas y adecuadas a su papel natural. Así puede ella cumplir con su papel natural en condiciones naturales. Si la mujer es obligada a abandonar su papel natural en relación a la concepción y a la maternidad, cae víctima de la coerción y la tiranía. Una mujer que necesita trabajar, queda incapacitada para llevar a cabo su función natural, no es libre y está obligada a trabajar por necesidad, y “cuando hay necesidad, la libertad está latente”.
    Entre las condiciones deseables e incluso esenciales que capacitan a las mujeres para llevar a cabo su papel natural, que difiere del de los hombres, están aquellas condiciones que son adecuadas para un ser humano que está
    incapacitado y agobiado con el embarazo. Llevar a otro ser humano en el vientre reduce su habilidad física. Es injusto colocar a tal mujer, en este estadio de maternidad, en circunstancias de trabajo físico incompatible con su condición. Para la mujer embarazada, llevat a cabo tal tipo de trabajo físico es equivalente a un castigo por su traición al papel maternal, es el impuesto que pagan por su entrada en el terreno de los hombre, que es por
    naturaleza ajeno al suyo propio.

    La creencia, aunque la mantenga una mujer, de que lleva a cabo trabajo físico por decisión propia, no es de hecho cierta. Lleva a cabo el trabajo físico sólo porque una sociedad materialista inclemente la ha colocado (sin que ella sea directamente consciente de ello) en circunstancias coercitivas. No tiene otra alternativa que someterse a las condiciones de tal sociedad, incluso aunque pueda pensar que trabaja por decisión propia. De hecho, la supuesta base de que “no hay diferencia de ningún tipo entre hombres y mujeres” priva a la mujer de su libertad.
    La frase “de ningún tipo” es un engaño monstruoso. Esta idea destrozará las condiciones apropiadas y necesarias que constituyen el privilegio que las mujeres deberían disfrutar al margen de los hombres, según su particular naturaleza, y sobre el que se fundamenta su papel natural en la vida.

    Pedir la igualdad entre el hombre y la mujer que transportan pesos pesados, mientras la mujer está embarazada, es injusto y cruel. Pedir la igualdad entre ellos, en el ayuno y en las privaciones, mientras ella está amamantando es injusto y cruel. Pedir la igualdad entre ellos en cualquier trabajo sucio que manche su belleza y reste mérito a su feminidad, es injusto y cruel. La educación que prepara para un trabajo no apropiado a su naturaleza también
    es injusta y cruel.

    En lo relativo a humanidad, no existe diferencia entre hombres y mujeres. Ninguno de ellos debería casarse con otros contra su voluntad, o divorciarse sin un juicio justo o un acuerdo mutuo. Ni tampoco debería una mujer casarse de nuevo sin un tal divorcio o acuerdo, ni un hombre si un divorcio o un consentimiento. La mujer es la propietaria de la casa, porque es una de las condiciones deseables y necesarias para una mujer que menstrúa, concibe y cuida de sus hijos. La hembra es la propietaria del refugio de la maternidad, que es la casa. Incluso en el reino animal, que se diferencia de varias maneras del humano, y en el que la maternidad también es un deber según la naturaleza, es coercitivo privar a la hembra de su refugio, y a las crías de su madre.

    La mujer es una hembra. Ser una hembra significa que tiene una naturaleza biológica que difiere de la del macho. La naturaleza biológica de la hembra, diferente como es de la del macho, ha transmitido a las mujeres características diferentes de las de los hombres, en forma y esencia. La anatomía de una mujer es diferente de la de un hombre, de igual manera que la hembra difiere en las plantas y animales. Es un hecho natural e incontrovertible. En los reinos animal y vegetal, el macho está creado naturalmente fuerte y agresivo mientras que la hembra está creada hermosa y gentil. Estas son características naturales y eternas, innatas a las criaturas
    vivientes, ya sean denominadas seres humanos, animales o plantas.

    En vista de su naturaleza diferente y conforme a las leyes de la naturaleza, el macho ha interpretado el papel del fuerte y luchador no deliberadamente sino simplemente porque está creado de esta manera. La hembra ha interpretado el papel de la hermosa y gentil, involuntariamente, porque ella está creada de esta manera. Esta ley natural es justa, en parte por que es natural y en parte porque es la ley básica para la libertad. Todas las criaturas vivientes son creadas libres, y cualquier interferencia con esta libertad es coerción. No cumplir estos papeles naturales, y no preocuparse por sus límites, equivale a un acto de corrupción sin sentido contra los propios valores de la vida. La naturaleza ha sido diseñada para estar en armonía con lo inevitable de la vida, desde lo que está siendo hasta lo que llegará a ser. La criatura viviente es un ser que inevitablemente vive hasta que muere. La existencia entre el principio y el final de la vida está basada en una ley natural, sin elección ni obligación. Es natural. Es la libertad natural.

    En los reinos animales, vegetales y humanos debe existir un macho y una hembra para que la vida ocurra de principio a fin. No sólo existen, sino que deben ejercer, con absoluta eficiencia, el papel natural para el que han sido creados. Si su papel no está siendo llevado a cabo de forma eficiente, debe existir algún defecto en la organización de la vida, causado por circunstancias históricas. Este es el caso de las sociedades en casi todos los lugares del mundo actual, a medida que confunden los papeles de los hombres y de las mujeres, y se esfuerzan por transformar las mujeres en hombres. En armonía con la naturaleza y su ulterior propósito, los hombres y las mujeres deben ser creativos dentro de sus papeles respectivos. Resistirse a ello es retrógrado; es dirigirse contra la naturaleza, y destruye las bases de la libertad, dado que es hostil tanto a la vida como a la supervivencia. Los hombres y las mujeres deben interpretar, y no abandonar, los papeles para los que han sido creados.

    Abandonar su papel, aunque sea una parte de él, ocurre únicamente como resultado de condiciones coercitivas, y bajo circunstancias anómalas. La mujer que rechaza el embarazo, el matrimonio, el embellecimiento y la feminidad por razones de salud, abandona su papel natural en la vida bajo esas condiciones coercitivas de mala salud. La mujer que rehúsa el matrimonio, el embarazo o la maternidad a causa del trabajo, abandona su papel natural bajo condiciones coercitivas similares. La mujer que rechaza el matrimonio, el embarazo o la maternidad sin ninguna causa concreta, abandona su papel natural como resultado de circunstancias coercitivas y moralmente aberrantes. Así pues, abandonar los papeles naturales de hembra y macho en la vida sólo puede ocurrir bajo condiciones antinaturales contrarias a la libertad, y son una amenaza a la supervivencia. En consecuencia, debe darse una revolución mundial que ponga fin a todas estas condiciones materialistas que obstaculizan a las mujeres de interpretar su papel natural en la vida, y las conducen a desempeñar labores de hombres a fin de alcanzar igualdad de derechos. Tal revolución ocurrirá inevitablemente, en particular en las sociedades industriales, como respuesta al instinto de supervivencia, incluso sin que exista un instigador de la revolución tal como el Libro Verde.

    Todas las sociedades consideran a las mujeres poco más que mercancías. Oriente las mira como una mercancía a ser comprada o vendida, en tanto que Occidente no reconoce su feminidad. Llevar a las mujeres a que desempeñen trabajo de hombre es una agresión flagrante contra la feminidad con la que ella está dotada de forma natural, y que define un propósito natural esencial a la vida. El trabajo masculino oculta los rasgos hermosos de una mujer, que han sido creados para papeles femeninos. Son como flores creadas para atraer polen y producir semillas. Si eliminamos las flores, el papel de las plantas en la vida llegaría a su fin. El embellecimiento natural de las mariposas, los pájaros y los animales hembra existe para ese propósito natural vital. Si una mujer desempeña trabajo de hombres, se arriesga a transformarse en hombre, abandonando su papel y su belleza. Una mujer tiene pleno derecho a vivir sin ser obligada a transformarse en hombre y a abandonar su feminidad.

    La estructura física, que es diferente de forma natural en hombres y mujeres, conduce a diferencias en las funciones de los órganos, que a su vez conducen a diferencias en lo psíquico, en el humor, las emociones, así como en la apariencia física. Una mujer es tierna, una mujer es bonita, una mujer llora fácilmente y se asusta fácilmente. En general, las mujeres son gentiles y los hombres son agresivos en virtud de su naturaleza innata.
    Ignorar las diferencias naturales entre hombre y mujeres, y mezclar sus papeles, es una actitud totalmente incivilizada, hostil a las leyes de la naturaleza, destructiva para la vida humana, y es causa verdadera de la miseria de la vida social humana.

    Las sociedades industriales modernas, que han hecho que las mujeres se adapten al mismo trabajo físico que los hombres a expensas de su feminidad y de su papel natural en términos de belleza, maternidad y serenidad, son materialistas e incivilizadas. Imitarlas es estúpido, ya que es peligroso para la civilización y la humanidad.
    La cuestión pues no es si las mujeres deberían trabajar o no, porque ésta es una presentación materialista ridícula del tema. El trabajo debe ser proporcionado por la sociedad a todos los miembros capaces que necesiten trabajar, hombre y mujeres, a condición de que los individuos trabajen en su campos respectivos y no sean obligados a llevar a cabo trabajo no apropiado. Es injusto y dictatorial para los niños que tengan que someterse a condiciones de trabajo de adultos. Es igualmente injusto y dictatorial para las mujeres que tengan que encontrarse sometidas a las condiciones de trabajo de los hombres.

    La libertad significa que cada ser humano consigue una educación adecuada que le califique a él/ella para el trabajo que se adapta a él/ella. La dictadura significa que los seres humanos son enseñados lo que no es apropiado para ellos, y están obligados a realizar trabajo no apropiado. El trabajo apropiado para los hombres no resulta necesariamente apropiado para las mujeres, y el conocimiento que es adecuado para los niños no es necesariamente adecuado para los adultos.

    En cuanto a derechos humanos, no existe diferencia entre hombre y mujer, niño y adulto, pero no existe identidad absoluta entre ellos en relación a sus funciones.
    Minorías

    ¿Qué es una minoría? ¿Cuáles son sus derechos y sus responsabilidades? ¿Cómo puede resolverse el problema de las minorías de acuerdo a la solución de los diversos problemas humanos que se han presentado en la Tercera Teoría Universal.

    Sólo existen dos tipos de minorías. Una de ellas pertenece a una nación que le proporciona un marco social, mientras que la otra no tiene nación y forma su propio marco social. Este último es el que forma uno de los grupos históricos que finalmente constituye una nación, en virtud de un sentido de pertenencia y de destino común.
    Queda ahora claro que una tal minoría posee sus propios derechos sociales. Cualquier cercenamiento de esos derechos por cualquier mayoría es un acto de injusticia. Las características sociales son inherentes y no pueden ser cedidas ni arrebatadas. Los problemas políticos y económicos de las minorías sólo pueden ser resueltos dentro de una sociedad controlada por las masas en cuyas manos debieran estar colocados el poder, la riqueza y las armas. Considerar a la minoría como un substrato económico y político es dictatorial e injusto.

    El pueblo negro predominará en el mundo

    La última era de esclavitud ha sido el pueblo negro esclavizado por los blancos. La memoria de esta era persistirá en el pensamiento del pueblo negro hasta que ellos se hayan reivindicado. Este trágico e histórico suceso, el amargo sentimiento resultante, y el anhelo o la reivindicación de toda una raza, constituyen para el pueblo negro una motivación psicológica de venganza y triunfo que no puede ser ignorada.

    Además, el ciclo inevitable de la historia social, que incluye el dominio mundial del pueblo amarillo cuando marcharon desde Asia, y el pueblo blanco llevando a cabo un movimiento colonialista de gran alcance, abarcando todos los continentes mundiales, está ahora abriendo camino al resurgimiento del pueblo negro.

    El pueblo negro está ahora en una situación social muy subdesarrollada, pero tal atraso trabaja para ocasionar su superioridad numérica a causa de que su bajo estándar de vida les ha protegido de los métodos de control natal y planificación familiar. También sus viejas tradiciones sociales no ponen límite a los matrimonios, conducentes a su crecimiento acelerado. La población de otras razas ha disminuido a causa del control de nacimientos, restricciones sobre matrimonio y la constante ocupación laboral, al contrario que los negros, que tienden a ser menos obsesivos con el trabajo en un clima que es continuamente cálido.

    Educación

    La educación, o el aprendizaje, no es necesariamente ese plan de estudios rutinario ni esos temas clasificados en los libros de texto que los jóvenes están obligados a aprender durante horas especificadas, mientras están sentados en filas de pupitres. Este tipo de educación prevaleciente ahora en todo el mundo está dirigido contra la libertad humana. Educación controlada por el estado, de la que los gobiernos alardean siempre que son capaces de obligarla en sus jóvenes, es un método de supresión de la libertad. Es una anulación obligatoria del talento del ser humano, así como un dirigir coercitivamente las elecciones del ser humano. Es un acto de dictadura destructivo de la libertad, porque priva al pueblo de su libre elección, creatividad y brillantez. Forzar a un ser humano a aprender según un plan de estudios programado es un acto dictatorial. Imponer ciertos temas en las personas también es un acto dictatorial.

    La educación estandarizada y controlada por el estado es, de hecho, un embrutecimiento forzado de las masas. Todos los gobiernos que establecen ciclos de educación en términos de planes de estudios académicos, y que obligan a su pueblo a aprender estos cursos, coercen a sus ciudadanos. Todos los métodos de educación imperantes en el mundo deberían ser destruidos mediante una revolución cultural universal, que liberara la mente humana de los planes de estudios de fanatismo que dicta un proceso de distorsión deliberada de la habilidad conceptual, la mentalidad y los gustos del hombre.

    Esto no significa que las escuelas deban ser cerradas y que las personas deban volver la espalda a la educación, como pudiera parecer a los lectores superficiales. Por el contrario, significa que la sociedad proporcionará todos los tipos de educación, dando a las personas la oportunidad de elegir libremente aquellos temas que deseen aprender. Esto requiere un número suficiente de escuelas para todos los tipos de educación. Un número insuficiente de escuelas limitan la libertad humana de elección, obligando a aprender sólo los temas disponibles, mientras se les priva del derecho natural de elegir a causa de la no disponibilidad de otros temas. Las sociedades que prohíben o monopolizan el conocimiento son sociedades reaccionarias que están predispuestas hacia la ignorancia y son hostiles a la libertad. Las sociedades que prohíben la enseñanza de la religión son sociedades
    reaccionarias, predispuestas a la ignorancia y hostiles a la libertad. Las sociedades que monopolizan la educación religiosa son sociedades reaccionarias, predispuestas hacia la ignorancia y hostiles a la libertad. Lo son igualmente las sociedades que distorsionan las religiones, las civilizaciones y el comportamiento de los otros en el proceso de enseñanza de estos temas. Las sociedades que consideran el conocimiento materialista como un tabú son parecidamente reaccionarias, predispuestas hacia la ignorancia y hostiles a la libertad. El conocimiento es un derecho natural de cada ser humano, hombre y mujer, del cual nadie tiene el derecho de privarle bajo ningún pretexto, excepto en el caso en el que una persona hago algo que le prive de tal derecho.

    La ignorancia llegará a su fin cuando cada cosa se presente como realmente es, y cuando el conocimiento sobre todas las cosas esté disponible a cada persona de la manera que mejor convenga a él/ella.
    Música y arte

    Los humanos, estando atrasados, todavía son incapaces de hablar una lengua común. Hasta que se logre esta aspiración humana, que parece imposible, la expresión de alegría y pena, de lo que es bueno y malo, hermoso y feo, confortable y miserable, mortal y eterno, de lo que se ama y de lo que se odia, la descripción de los colores, sentimientos, gustos y humores, todo será expresado de acuerdo al lenguaje que cada persona habla de forma espontánea. El propio comportamiento resultará de la reacción producida por el sentimiento que el lenguaje crea en la mente del que habla.

    Aprender un único lenguaje, sea el que sea, no es la solución de momento. Es un problema que inevitablemente permanecerá sin solución hasta que el proceso de unificación de lenguas haya pasado a través del tiempo, siempre que el factor hereditario pierda su efecto en generaciones sucesivas a través del paso del tiempo suficiente. El sentimiento, gusto y humor de los ancestros forma el de los descendientes. Si aquellos ancestros hablaban lenguajes diferentes y sus niños, por el contrario, hablan un único lenguaje, el hijo no compartiría necesariamente los gustos comunes en virtud de hablar un lenguaje común. Tales gustos comunes pueden conseguirse sólo cuando el nuevo lenguaje imparte el gusto y el sentido transmitido por herencia de una generación a otra.

    Si un grupo de personas usa vestimentas blancas para manifestar el duelo y otro grupo lo hace con el negro, el sentimiento de cada grupo estará regulado según estos dos colores, es decir, un grupo rechaza el color negro para tales ocasiones, en tanto que el otro lo prefiere, y viceversa. Tal sentimiento deja su efecto físico en las células así como en los genes del cuerpo. Esta adaptación será transmitida por herencia. Los herederos rechazarán automáticamente el color que rechazaba el transmisor, como resultado de heredar el sentimiento de éste. En consecuencia, los pueblos sólo están en armonía con sus propias artes y herencia. No están en armonía con las artes de otros a causa de la herencia, incluso aunque aquellas personas que difieran en herencia, hablen un lenguaje común único.

    Tal diferencia emerge entre grupos de un pueblo, incluso aunque sea a pequeña escala. Aprender una lengua única no es el problema, y comprender las artes de otros, como resultado de aprender su lengua, tampoco es el problema. El problema es la imposibilidad de una adaptación intuitiva real al lenguaje de los otros.

    Tal cosa seguirá siendo imposible hasta que los efectos de la herencia, que están transmitidos en el cuerpo humano, lleguen a su fin. La humanidad está todavía atrasada porque los humanos no se comunican en un lenguaje común heredado. Tan sólo es cuestión de tiempo antes de que la humanidad consiga este objetivo, a menos que la civilización recaiga.

    Deportes, equitación y escenario

    El deporte es o bien privado, como la plegaria que uno lleva a cabo solo, dentro de una habitación cerrada, o público, llevado a cabo de forma colectiva en lugares abiertos, como la plegaria practicada grupalmente en los lugares de culto. El primer tipo de deporte concierne a los propios individuos, mientras que el segundo tipo incumbe a todas las personas. Debe ser practicado por todos, y no debería ser delegado en nadie para que lo practicase en su nombre. Es irracional que las multitudes entren en los lugares de culto sólo para ver a una persona o grupo rezando, sin que ellos tomen parte. Es igualmente irracional que las multitudes entren en los terrenos de juego y en los ruedos para mirar al jugador de un equipo, sin participar ellos mismos.

    El deporte es como la oración, la comida, y los sentimientos de frialdad y calidez. Es improbable que las multitudes entren en un restaurante sólo para mirar a una persona o grupo de personas comer. También es improbable que dejen que una persona o grupo de personas disfruten de la calefacción o la refrigeración en su nombre. Es igualmente ilógico que la sociedad permita a un individuo o a un equipo que monopolice los deportes mientras que la sociedad en pleno paga los costes de tal monopolio para beneficio exclusivo de una persona o equipo. De la misma manera, la gente no debería permitir que un individuo o un grupo, ya sean un partido, una clase, una secta, una tribu o un parlamento, la reemplace decidiendo su destino y definiendo sus necesidades.

    Los deportes privados incumben sólo a quienes los practican a su propio cargo. Los deportes grupales son una necesidad pública, y las personas no pueden estar ni democrática ni físicamente representados por otros en su práctica. Físicamente, el representante no puede transmitir a otros cómo se benefician del deporte su cuerpo y su moral. Democráticamente, ningún individuo o equipo tiene derecho a monopolizar el deporte, el poder, la riqueza o las armas para sí mismos. Los clubes deportivos representan la organización básica del deporte tradicional en el mundo actual. Se quedan con todos los desembolsos e instalaciones deportivas destinadas al deporte en cada estado.
    Estas instituciones son agencias monopolistas sociales, como todos los instrumentos políticos dictatoriales que monopolizan la autoridad; los instrumentos económicos que monopolizan la riqueza, y los instrumentos militares tradicionales que monopolizan las armas. A medida que la época de las masas acabe con los aparatos monopolizadores de poder, riqueza y armas, inevitablemente se destruirá el monopolio de actividad social en áreas tales como deportes, equitación, etc.

    Las masas que hacen cola para votar a un candidato para representarles en decidir su destino actúan bajo el supuesto imposible de que esta persona les representará a ellos, y encarna, por cuenta de ellos, su dignidad, soberanía y opinión. Sin embargo, esas masas que son despojadas de su voluntad y dignidad están reducidas a ser simples espectadores, mirando como otra persona lleva a cabo lo que deberían estar hacia de forma natural ellos mismos.

    Lo mismo es válido para las multitudes que, a causa de su ignorancia, se pierden el practicar deporte por y para sí mismos. Son engañados por los instrumentos monopolistas que procuran idiotizarlos y desviarlos para que se satisfagan con reírse y aplaudir. El deporte, como actividad social, debe ser para las masas, al igual que el poder, la riqueza y las armas deben estar en manos del pueblo.

    El deporte público es para todas las masas. Es un derecho de todo el pueblo para su salud y beneficio recreativo. Es simple estupidez dejar sus beneficios para ciertos individuos y equipos que los monopolizan mientras que las masas aportan las instalaciones y pagan los gastos para el establecimiento de deportes públicos. Los miles que se apiñan en los estadios para ver, aplaudir y reír son personas estúpidas que han fracasado en llevar a cabo la actividad por sí mismos. Se alinean letárgicamente en las gradas de los campos deportivos y aplauden a aquellos héroes que les arrebatan la iniciativa, dominan el campo y controlan el deporte y, haciéndolo así, explotan las instalaciones que las masas proporcionan. Originariamente, las tribunas públicas fueron diseñadas para marcar los límites entre las masas y los campos de juego y terrenos, para evitar que las masas tuvieran acceso a los campos
    de juego. Cuando las masas marchen y jueguen deportes en el centro de los campos de juego y en espacios abiertos, los estadios se quedarán vacíos y sobrarán. Esto ocurrirá cuando las masas se den cuenta del hecho, de que el
    deporte es una actividad pública que debe ser practicada en lugar de observada. Esto es más razonable como alternativa que la actual tradición de una impotente mayoría apática que simplemente observa.

    Las gradas desaparecerán porque no habrá nadie para ocuparlas. Aquellos que son incapaces de llevar a cabo los papeles de heroísmo en la vida, que son ignorantes de los acontecimientos de la historia, que no alcanzan a concebir el futuro, y que no son suficientemente formales en su propia vida, son las personas triviales que llenan los asientos de los teatros y los cines para mirar acontecimientos de la vida a fin de aprender su curso. Son como alumnos que ocupan los pupitres escolares porque son incultos y también inicialmente analfabetos.

    Quienes dirigen el curso de la vida por ellos mismos no necesitan mirar la vida trabajando a través de actores en un escenario o en el cine. Los jinetes que sostienen las riendas de sus caballos de igual manera no tienen asiento en las gradas del hipódromo. Si cada persona tiene un caballo, no habrá nadie para mirar y aplaudir. Los espectadores sentados son sólo aquellos que son demasiado impotentes para llevar a cabo esta clase de actividad porque ellos no son jinetes.

    Los pueblos beduinos no muestran interés en los teatros ni shows porque son muy serios y trabajadores. Dado que han creado una vida formal, se burlan del teatro. Las sociedades beduinas tampoco observan a los jugadores, sino
    que juegan juegos y toman parte en alegres ceremonias porque de forma natural reconocen la necesidad de estas actividades y las practican espontáneamente.

    El boxeo y la lucha son una evidencia de que la humanidad no se ha liberado de todo su comportamiento salvaje. Inevitablemente llegará a su fin cuando la humanidad ascienda la escala de la civilización. El sacrificio humano y el duelo a pistola eran prácticas conocidas en estadios previos de la evolución humana. Sin embargo, estas salvajes prácticas llegaron a su fin hace años. Las personas ahora se ríen de sí mismos y lamentan tales actos. Tal será el destino del boxeo y la lucha de aquí a décadas, o a cientos de años. Cuanto más civilizado y avanzado llegue a ser el pueblo, más capaz será de rechazar el fomento y la ejecución de tales prácticas.

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    FIN








    Última edición por neweconomic el Mar Mar 12, 2013 9:46 pm, editado 3 veces
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    Mensaje por Lenny Leonard Dom Mar 10, 2013 1:02 pm

    Paso el enlace del pdf online, por si alguno se lo quiere descargar (como yo Wink):
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    Hilo relacionado:
    El libro verde
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    Mensaje por neweconomic Dom Mar 10, 2013 1:38 pm

    Son estos tres primeros
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    Mensaje por Lenny Leonard Dom Mar 10, 2013 2:08 pm

    neweconomic escribió:Son estos tres primeros
    ya ya, los he pasado porque se leen mejor ahí xD
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    Mensaje por neweconomic Mar Mar 12, 2013 10:15 pm

    Lenny Leonard escribió:
    neweconomic escribió:Son estos tres primeros
    ya ya, los he pasado porque se leen mejor ahí xD

    Si, si xD esta acabado, en caso de que el pdf se desgaste o ocurra algo y no se puede encontrar ya sabes donde buscar.
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    Mensaje por Danko Miér Mar 13, 2013 2:24 am

    Esto es lo que dice Chemazdamundi (José María Gallardo) sobre "El Libro Verde" de Gadafi:



    Ese (El Libro Verde) es un texto escrito por un gilipollas que sólo impresionará a los más imbéciles o más ignorantes.

    Joder con esto, por ejemplo:


    WHO SUPERVISES THE CONDUCT OF SOCIETY?

    The question arises: who has the right to supervise society, and to point out deviations that may occur from the laws of society? Democratically, no one group can claim this right on behalf of society. Therefore, society alone supervises itself. It is dictatorial for any individual or group to claim the right of the supervision of the laws of the society, which is, democratically, the responsibility of the society as a whole.


    Pues él bien que lo hizo, ¿no?

    No tiene coherencia interna.

    Son frases sueltas una detrás de otra.

    Son los desbarres y desvaríos de un tipo que dice en el libro una cosa… y luego hace otra. ¿Dice que admite la libertad de expresión? Sí, claro, claro. Que se lo pregunten a todos los opositores que encarceló por hablar.

    NUNCA dejará de asombrarme la facilidad con la que la gente se lee lo que un cualquiera DICE y no lo disocia de lo que ese tipo HACE (ayyyyy, esa Teoría de la Comunicación de mis amores). Señores… lo que ese tipo dijera en un papel es una MIERDA o es una MENTIRA si lo que luego HACE es lo CONTRARIO. “Pero es que en su libro dice cosas muy buenas.” Que diga lo que le salga de la punta del prepucio. Lo que importa es lo que HACE: si un tipo me dice o me escribe que la violencia es mala y luego mata a cuarenta personas a tiros… NO DEJA DE SER UN ASESINO PORQUE HUBIERA DICHO O ESCRITO LO CONTRARIO ANTES.

    Aparte, cualquiera puede extraer la conclusión, después de leerse el libro, que el que lo redactó no estaba precisamente muy bien de la cabeza.

    No hace falta ser un científico social para detectar las mentiras y las chorradas de ese libro



    Son extractos de un artículo de su famoso blog destinado a desmontar conspiranoias y pseudociencias en economía como el neoliberalismo:


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    Mensaje por stygma Miér Mar 13, 2013 7:37 am

    Creo que despues de leerme el libro rojo, esta será mi siguiente lectura, Gadafi es un hombre que me interesa desde hace muy poco y puede ser alguien interesante.

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