por pedrocasca Mar Feb 26, 2013 10:03 pm
El genio de Niemeyer y su lucha por un mundo nuevo
fragmentos de un artículo del camarada Renato Rabelo, Presidente del Partido Comunista de Brasil (PCdoB). Publicado en su web por el Partido Comunista de la Argentina (Congreso Extraordinario), en diciembre de 2012.
Niemeyer partió, pero ya en vida -en un raro ejemplo de convergencia nacional- había sido conducido por sus compatriotas a la galería de las personalidades más destacadas de la Nación. Llegó al panteón por la grandeza y la belleza de su arquitectura, mundialmente considerado como uno de los íconos de la modernidad; y por la coherencia de una vida entera con los ideales revolucionarios del comunismo que lo llevaron a sellar un compromiso inquebrantable con Brasil y su pueblo.
Su larga vida de 104 años se pareció a esos frondosos árboles frutales de su país tropical que incluso a una edad avanzada, no dejan de florecer ni de ofrecer sus frutos. Fue un hombre sin apego a lo material y unido al trabajo, y de una solidaridad sin límites con sus compañeros y todos cuantos cruzaron su destino.
La arquitectura de Niemeyer ganó espacio y reputación en el mundo. Un acervo arquitectónico de formas libres y leves, adversarias del ángulo recto y amantes de las curvas. Curvas que - según explicó - se encuentran “en las montañas de mi país, en la mujer preferida, en las nubes del cielo y en las olas del mar”.
Desde temprano vinculó su vida con la causa del pueblo y los ideales liberadores del socialismo. En sus memorias, relata con orgullo sus vínculos con el comunismo y el Partido Comunista; cuenta, por ejemplo, que después de hablar con Luiz Carlos Prestes, donó el lugar donde funcionaba su oficina para ser la sede del Comité Metropolitano de PCB en Río de Janeiro: “Prestes, quedate con mi casa. Su tarea es más importante que la mía”.
Pasaron los tiempos y vino el fin de la Unión Soviética, que causó desánimo en todo el mundo y hasta oscurantismo. Niemeyer, sin embargo, se mantuvo firme en sus convicciones. “La Revolución de Octubre fue el inicio indispensable. La señal de que el mundo va a cambiar; la derrota es una accidente del camino, las ideas de Marx se mantienen inmutables y la lucha más consciente y decidida”.
En el transcurso de las celebraciones de su centenario, pudo ver con alegría y esperanza el despertar de América Latina y su país. “Ahora mismo, estamos bien. Lula comprende los problemas brasileros, es un obrero, hace honor a sus orígenes y se encuentra junto al pueblo. América Latina se está organizando y sus pueblos tomando un camino más popular. Están Hugo Chávez y Fidel Castro que son figuras fantásticas”.
Oscar Niemeyer dio a su Patria y a otros pueblos del mundo, lo mejor de sí como ciudadano y arquitecto. La inmensidad y la juventud de Brasil y el carácter creativo y laborioso del pueblo siempre alimentaron sus esperanzas de un presente y futuro mejores.
Oscar Niemeyer