A continuación presento un análisis sobre la teoría Freudiana que no es de mi autoría y que debido a su extensión debo partir y publicar por secciones.
CRÍTICA DESDE LA PSICOLOGÍA MARXISTA
Marcos Lara
INTRODUCCIÓN
La idea de este artículo es la de una revisión breve, (pero tratando que por breve no se simplifique) de la teoría psicoanalítica de Freud, ya que se trata de tomar los pilares fundamentales que constituyen la estructura de la teoría freudiana.
El por qué de este trabajo tiene que ver con que la teoría psicoanalítica es la hegemónica en la mayoría de las universidades nacionales, fenómeno que no ocurre en otro lugar del mundo. La influencia del psicoanálisis no sólo se verifica en el ámbito académico sino que también tiene su presencia en los medios masivos de comunicación y en otros ámbitos de la cultura. Pero algo que llama más aún la atención es que esta teoría, idealista, irracional (como ya iremos viendo en las siguientes páginas) tenga gran influencia en amplios sectores de la izquierda argentina, desde trotzquistas hasta quienes se postulan marxistas -leninistas. Con esto no queremos decir que aquellos que se postulan marxistas-leninistas no sean consecuentes en ámbitos de la política o la economía, sino que, a pesar de ello, asumen posiciones contrapuestas al materialismo dialéctico e histórico, en cuanto a la concepción del hombre, tema que ha sido dejado de lado tanto en su estudio, como en su desarrollo, y tal vez, como consecuencia de ello, ha quedado desplazado de su importante lugar dentro del materialismo dialéctico. Esta ausencia, resultó propicia para que otras corrientes teóricas no compatibles, ejercieran su influencia en las filas del marxismo. Por ello es que creemos necesario hacer este tipo de revisión crítica y contrastar una visión realista del ser humano, en este caso en su aspecto psicológico: cómo se crea, desarrolla y consolida la mente humana y cuáles son los múltiples factores que participan en ello. Cabe señalar que el psicoanálisis no es meramente una teoría psicológica, sino lo que se autodenomina una "metapsicología", una explicación cosmovisiva del mundo.
En la evolución del psicoanálisis se pueden distinguir dos fases. Al principio se limitó a interpretar la génesis y la terapia de algunas enfermedades mentales, en una segunda fase extendió su influencia más allá de los límites de la clínica y pretendió convertirse en una doctrina sociológica y filosófica y de postularse como una concepción acabada del mundo.
En la teoría psicoanalítica, como en toda teoría, existen por lo menos dos planos distintos de valoración. Se puede evaluar una teoría desde el punto de vista de su exactitud y además se la puede evaluar según el papel que desempeña en la historia de la cultura y de la sociedad, y en los dos planos (y ese es el fondo del problema) no siempre se vinculan entre sí en forma unívoca; hay teorías falsas que en el momento de su discusión no ejercieron influencia alguna sobre la ciencia, hay teorías que, aunque son profundamente falsas, siguen representando un enorme papel en la vida cultural y social, y sólo contribuyen a hacer que la humanidad retroceda, y no que marche hacia delante. De esas teorías decimos que son reaccionarias. Por consiguiente el calificativo de "reaccionaria" es una apreciación que se hace en otro plano que el de "falsa", no sólo abarca el reconocimiento académico de la falta de correspondencia del pensamiento con la experiencia, sino además, un juicio que efectuamos acerca de la teoría como factor de progreso social y su papel histórico.
En el caso que aquí nos interesa, la teoría psicoanalítica, lo que hace es naturalizar y subjetivizar los problemas sociales, como por ejemplo podría ser la explotación, donde las frustraciones personales poco tienen que ver con un sistema socio-económico y sí tiene que ver con problemas subjetivos.
Para entender la esencia del psicoanálisis y su incompatibilidad con la interpretación materialista dialéctica de los problemas biológicos y humanos, es preciso estudiar el desarrollo de la teoría freudiana.
FUENTES DE LA TEORÍA PSICOANALÍTICA DE FREUD
Al intentar resolver mediante términos exclusivamente psicológicos los problemas esenciales de la mente humana, Freud se basó en por lo menos siete corrientes del pensamiento del siglo XIX: la sugestión hipnótica, el simbolismo, traducción e interpretación de los sueños, la idea de una herencia mental innata, la sexología, la psicología del inconciente y por último el voluntarismo biológico y la filosofía del inconciente.
La sugestión hipnótica tal como la desarrollaron Bernheim y Liebanet entre otros, convenció a Freud no sólo de la existencia de los recuerdos inconcientes, sino que la actividad anímica humana es en gran medida inconciente y que sólo una pequeña parte es conciente; algo parecido a un iceberg cuya masa principal está debajo de la superficie del agua.
La sugestión hipnótica demostró la importancia y el gran alcance de la actividad psíquica inconciente. Pero no sirvió en forma adecuada para revelar en que consistía tal actividad. Freud resolvió este problema, para propia satisfacción, tomando elementos de una corriente oculta de pensamiento que era y aún hoy lo es, rechazada y despreciada por toda la ciencia, la interpretación de los sueños por medio de traducción de símbolos. Esta corriente de pensamiento estaba en libros populares sobre sueños y en teorías de escritores tales como Scherner, Radestock, Q. H. Schubert y Artemidorus, todos estos autores están mencionados en el libro de Freud "La Interpretación de los Sueños". Todos estos autores y por supuesto Freud mismo, se proponen develar el contenido y la naturaleza de la actividad psíquica del sueño mediante la traducción de símbolos. Estos trabajos convencieron a Freud de dos cosas: primero de que "hallamos en todo sueño, como fuerza central, una actividad simbolizante de la fantasía"(1) y segundo, que debe investigarse con seriedad "si muchos de tales símbolos no poseerán siempre, como ciertos signos de la taquigrafía, una significación fija"(2).
El problema de los símbolos oníricos y de su significado estereotipado era crucial para Freud, mediante las investigaciones realizadas llegó de los sueños hasta el folklore, los mitos, las leyendas y los chistes populares. Recurrió a la simbología en busca de ayuda, en fuentes tales como "La rama de oro" de Frazer, "Los cultos, los mitos y las religiones" de Reinich y "Contribuciones a la ciencia de la mitología " de Max-Mueller. De estos estudios concluyó "que este simbolismo no pertenece exclusivamente al sueño, sino que es característico del representar inconciente, en especial popular y se nos muestra en el folklore, los mitos, las fábulas, los modismos, los proverbios y los chistes corrientes de un pueblo, mucho más amplia y completamente aún que en el sueño."(3)
Por último encontró lo que buscaba en un libro no científico, "Psicología de las Multitudes" de Gustavo Le Bon (1895). Le Bon sostenía que lo que distingue a las personas como individuos es sólo una superestructura psíquica adquirida, conformada sobre una subestructura inconciente hereditaria, igual en todos los hombres. Esta subestructura subsiste, compuesta de recuerdos tribales, impulsos, tendencias e instintos. Le Bon sostenía que esta herencia era arcaica, innata en cada uno de nosotros, controla nuestros pensamientos y acciones.
Freud concluyó de este hecho "que el contenido particular psíquico, como el simbolismo, no tenía otra fuente que la transmisión hereditaria"(4).
Esta fue una tentativa de consagrar el significado permanente de los símbolos mediante el "contenido psíquico" hereditario innato: en realidad Freud rehabilita la doctrina sobre las ideas innatas, hacía tiempo rechazada por John Locke (1632-1704) por considerarla teórica y científicamente insostenible y políticamente reaccionaria, ya que sigue en línea directa el razonamiento de razas superiores e inferiores. Por ejemplo, se podría decir que hay ideas innatas superiores y otras inferiores y al ser heredadas biológicamente poco tiene que ver la práctica social y el aprendizaje, estas ideas innatas serían difíciles, sino imposibles, de modificar. El repudio de Locke a las ideas innatas y su sustitución por el principio de que todas las ideas provienen de la experiencia realizada en el curso de la vida, fueron aceptados y consagrados por la ciencia por un período de 300 años y nadie hasta la fecha, jamás pudo comprobar fehacientemente con la experiencia la existencia de ideas innatas, nadie pudo determinar que productos ideales como la mente se heredaran biológicamente.
Freud se encontró con que por lejos la gran mayoría de los símbolos inconcientes podían interpretarse como teniendo un significado sexual "establecido" directo o indirecto. El siguiente extracto de un trabajo escrito por él en 1910 ilustra el método interpretativo por el cual Freud asigna un significado sexual a pretendidos símbolos inconcientes estereotipados: "Tenemos, ante todo, el simbolismo en los sueños y en el inconciente, tema violentamente discutido... Quisiera deciros algunas palabras sobre estos símbolos últimamente descubiertos: Hace algún tiempo supe que un psicólogo nada favorable a nuestra hipótesis, se había dirigido a uno de nosotros acusándonos de exagerar la secreta significación sexual de los sueños. Como prueba, alegaba que su sueño más frecuente era el de estar subiendo una escalera, sueño que no encubría nada sexual. Ante esta objeción, comenzamos a estudiar los sueños en que aparecían escaleras, rampas, etc.; y no tardamos en fijar que la escalera (y todo lo análogo a ella) era un seguro símbolo del coito. No es difícil hallar la base de comparación. En una graduación rítmica y haciéndose cada vez más agitada nuestra respiración subimos a una altura, de la cual podemos descender rápidamente en un par de saltos. De este modo, el ritmo del coito reaparece en el acto de subir una escalera. No olvidemos tampoco los usos del lenguaje. Nos muestran, en efecto, que el verbo 'subir' (steigen) es empleado directamente y sin modificación alguna como calificación sustitutiva del acto sexual"(5).
Hace ya algunas décadas que se sabe que hay procesos inconcientes de reelaboración de la información, esto es que en el momento del sueño (en los que no hay conciencia) el cerebro tiene la capacidad de hacer trabajo útil y en ocasiones bastante complejo, como por ejemplo encontrar solución a problemas.
Hay bibliografía en la que se comentan investigaciones sobre la capacidad del cerebro "durmiente" de discriminar estímulos y conservar las huellas mnémicas. En la primera etapa de estas investigaciones se trabajaba con datos tomados principalmente del análisis de biografías. Luego empezaron a adquirir un carácter de exactitud más evidente y de verificación experimental. Por supuesto que en estas investigaciones no se descubrió nada que se relacionara con el simbolismo o algún mensaje oculto que se relacionara con temáticas sexuales de manera exclusiva.
Vemos aquí que el método de Freud consiste en tomar esas imágenes comunes que aparecen en los sueños, mitos, folklore, etc., y someterlas a un proceso de razonamiento por analogía. Razonar por analogía ha sido durante siglos cuidadosamente circunscripto en cuanto a su legitimidad. En los trabajos de Freud la falta de los métodos de demostración admitidos por lo general en la ciencia moderna es una constante, esto es, la frecuente sustitución de la argumentación lógica, experimental o estadística por razonamientos en los cuales la metáfora y la analogía ocupan el lugar de la deducción. Con la maduración histórica del pensamiento científico, la función del razonamiento analógico se fue restringiendo poco a poco, hasta reducirse a su mínima función legítima, de indicación preliminar de hipótesis de trabajo.
Freud, en cambio, infringió esa tendencia fundamental, utilizó sin limitaciones los razonamientos analógicos y trató de demostrar con su ayuda la validez de muchas tesis de la concepción psicoanalítica. De ese modo limitó (si no eliminó del todo) la posibilidad de una análisis riguroso de las concepciones formuladas. Freud no halló que los símbolos inconcientes tuvieran un significado sexual, los obligó a tener un significado sexual sometiéndolos a un razonamiento por analogía.
Con esta "llave", Freud procedió a analizar a sus pacientes utilizando el lenguaje simbólico que empleaban al relatar sus sueños y en la asociación libre, halló naturalmente que sus mentes inconcientes estaban repletas de impulsos sexuales ocultos, instintos primitivos, impulsos, etc.
Sus historias clínicas se convirtieron en relatos de historias plagadas de aberraciones sexuales, que se vio obligado a hacer un estudio de sexología. Con este fin recurrió a autores como Ellis, Moebius, Hirschfield, etc., y especialmente al "Anuario de aberraciones sexuales", publicado en Berlín. Estos estudios reforzaron y ampliaron su orientación sexual de símbolos estereotipados. Vale observar aquí como Freud comete el error de querer explicar la mente normal a partir de la psicopatología, con lo cual deja marcado un sesgo interpretativo que se ve a lo largo de toda su obra.
Freud en su tarea de investigar cada vez más lejos en la vida de sus pacientes, llegó inevitablemente a la idea de la vida sexual de los bebes y los niños, incluyendo todo tipo de "aberraciones" y las desarrolló hasta convertirlo en su "teoría sobre la sexualidad infantil" con sus fases oral, anal y fálica, su "incestuosa" fase de Edipo y su Complejo de Castración y de envidia del pene.
El problema mayor de Freud, era poder fundamentar, por qué estos recuerdos impulsos y tendencias sexuales eran inconcientes y por que se manifestaban simbólicamente. Por ello Freud recurrió a la corriente popular en ese momento en Alemania y Austria (1896 aprox.), la psicología del inconciente desarrollada por Herbart y Fechner y popularizada por Griesinger.
Herbart (1776-1841) era el psicólogo alemán de mayor influencia en la primera mitad del siglo XIX. Reaccionando contra el racionalismo de la escuela hegeliana de filosofía desarrolló un concepto sobre la mente en el que las ideas inconcientes, con una gran carga de energía, dominaban la vida mental.
Herbart concibió a la mente como teniendo dos entradas (comparable a los censores de Freud) una llamada la "entrada estática" separa las ideas ya sin energía de la conciencia (comparable al preconciente de Freud) y la otra, la "entrada mecanicista" separa aquellas ideas suprimidas o reprimidas que conservan sus cargas de energía, de las ideas ya sin energía y de la conciencia (comparable al inconciente de Freud).
Las ideas inconcientes cargadas, están en constante rebelión con las ideas concientes y este conflicto da lugar a la vida anímica.
Herbart sostenía que no existía el olvido absoluto, olvidar según él significa represión. La verdadera causa determinante del pensamiento y del comportamiento humano consiste en las ideas reprimidas inconcientes que conservan su energía.
Unos setenta años antes de que Freud "descubriera" el psicoanálisis, Herbart había hecho un bosquejo tosco del inconciente y un esbozo de la teoría de la represión.
Es indiscutible que Freud estaba familiarizado con la psicología de Herbart, el propio maestro de Freud, Meynert, estaba muy influenciado por Herbart y Freud realizó un cuidadoso estudio sobre Fechner que a su vez era partidario de Herbart.
Freud encontró la base para la solución del problema de por qué el inconciente se manifiesta simbólicamente, en el concepto de represión de Herbart, la teoría de la represión es la doctrina central del psicoanálisis.
Como vemos poco tiene que ver Freud con el estatuto en que lo quieren poner sus fieles devotos seguidores: el de un Copérnico o un Darwin. En realidad, en lugar de ser un descubridor como lo fueron aquellos científicos, en realidad fue un vulgar copiador que tomo un poco de diferentes lados para armar su teoría.
La idea principal, base del sistema de Freud, es la determinación esencial de la vida conciente por ideas e impulsos instintivos inconcientes y con mucha energía: de este modo Freud pone de relieve el lado emotivo y volitivo inconciente de la actividad psíquica, con una fuerza motora considerada más bien biológica que social, que como habíamos mencionado con anterioridad es naturalizar lo psíquico, es decir, que la mente sería para Freud un epifenómeno de lo biológico y de acuerdo a su razonamiento también lo social. Es una psicología irracional que considera primero las emociones, impulsos, instintos y tendencias innatas, dominando las ideas, el pensamiento, el conocimiento y la actividad racional social adquirida. Como tal se coloca en agudo contraste y oposición con la índole científica del materialismo dialéctico y todos los últimos descubrimientos científicos.
Sucedió así que una tendencia, actuando en gran medida fuera de las corrientes clásicas del pensamiento filosófico se desarrolló durante algún tiempo. Esta tendencia incluye una amplia variedad de sistemas filosóficos pero tiene una característica negativa y otra positiva comunes. La característica negativa es una oposición al racionalismo de las líneas filosóficas tradicionales, idealistas o materialistas. Las filosofías tradicionales racionalistas habían sostenido que los aspectos esenciales de la mente humana eran la razón, la lógica, el pensamiento, las ideas, el conocimiento y la verdad.
La característica común de la tendencia moderna antirracionalista es la sustitución de los elementos racionales por lo inconciente, esfuerzos biológicos, tendencias, apetitos, impulsos, instintos, etc., por considerarlos aspectos esenciales de la mente humana. En esta tendencia filosófica se asigna a los instintos, tendencias, etc. el papel dominante, director y organizador.
Son exponentes muchos filósofos modernos conocidos: Schopenhauer (1788-1860), Nietzsche (1844-1900), Bergson (1859-1941), Dewey (1859-1953) entre otros.
De una manera muy general esta tendencia filosófica prestó apoyo y lo sigue prestando al psicoanálisis, respecto a la filosofía de la ciencia, Freud dejó de lado, la utilización del método científico de corroboración empírica, tal vez pensó que con la utilización de la metodología científica no se comprobaban sus ideas, lo que era insuficiente era el método, pero sus ideas estaban por encima de todo. La filosofía y el método científico sirvieron y sirven para grandes avances pero no fue así para Freud, y actualmente no lo es para los teóricos y adherentes a la teoría psicoanalítica. Freud trabajó dentro de la tradición no científica, sino anticientífica, cuyas características principales son el idealismo, el subjetivismo, la metafísica y el irracionalismo.
En cuanto a la psicología, Freud no le dio mayor importancia a diferentes disciplinas, por ejemplo, la neurofisiología de Pavlov, la psicología experimental de Wundt, el evolucionismo de Darwin y el materialismo dialéctico de Marx y Engels. Freud construyó un sistema con teorías tan periféricas y desacreditadas como la interpretación de los sueños, la traducción de símbolos, los mitos y las ideas innatas.
FILOGÉNESIS (a) FREUDIANA
Y FREUDISMO HISTÓRICO
Uno de los problemas fundamentales en la psicología es el origen y desarrollo de la mente en la especie humana, este problema está estrechamente ligado a la antropología y a la historia de la humanidad. Se relaciona con la transición de la naturaleza animal a la naturaleza humana. Freud procedió basándose en "la analogía entre los procesos de evolución cultural y el camino del desarrollo individual."(6)
Para esta tarea Freud escoge aquellas suposiciones y teorías etnológicas, antropológicas e históricas que convienen a sus propósitos y se atiene firmemente a los mitos. Basa gran parte de su pensamiento en los trabajos de un etnólogo antropólogo completamente desacreditado: Robertson Smith.
Freud no desconocía la posición dudosa de Smith. Refiriéndose a su propio libro, Tótem y Tabú, Freud escribe: "Repetidas veces se me ha reprochado violentamente que yo no he modificado mis opiniones en las ediciones posteriores de mi libro, en vista de que los nuevos etnólogos han rechazado unánimemente las teorías de Robertson Smith, sustituyéndolas por otras que en parte son absolutamente diferentes. También encontramos en otro de sus escritos: "Ante todo yo no soy un etnólogo, sino un psicoanalista. Tengo el derecho de tomar de la bibliografía etnológica lo que puedo necesitar para los trabajos del psicoanálisis. Los trabajos de Smith tienen en mi opinión, puntos de contacto, de gran interés con el material psicológico y debido a ello me parecen de especial valor."(7) Así como Freud valoró las teorías, no en función de su veracidad o falsedad, sino en función de su utilidad para el psicoanálisis, en este sentido podríamos decir que Freud fue un adelantado del pragmatismo que reina en estos tiempos.
En muchos casos su "método" consiste en fijar una hipótesis basándose en un solo hecho histórico y luego proseguir independientemente de los hechos y teorías de la historia. "Pero nos aventuramos -dice- a caminar independientemente de los autores, siguiendo una 'huella o rastro propio'".(8 )
Como vemos Freud propone resolver el problema de cómo se pasó de la mente primitiva a la civilizada, mediante la analogía, la selección oportuna, la independencia respecto a los asuntos consagrados y las suposiciones arbitrarias.
Freud ofrece primero "una hipótesis que puede parecer fantástica, pero que presenta la ventaja de reducir a una unidad insospechada series de fenómenos hasta ahora inconexos". (9) Lo fantástico se verifica juntando el tótem, la comida totémica y especulaciones sobre el estado primitivo de la sociedad humana y proporcionándole una "traducción psicoanalítica". Con esta combinación Freud crea un mito que se repite literalmente cientos de veces en todos sus escritos desde 1912.
Este hombre prehistórico todavía mitad animal vivía en una horda primitiva bajo la dominación absoluta y tiránica de un padre violento y celoso que guardaba todas las mujeres para sí y que echó a sus hijos cuando fueron mayores. Esta era una forma de sociedad anterior a los gens y a la tribu, sin tabúes o tótems, en el que el único principio organizador era el terrible poder del padre. En ese entonces la mente humana era rudimentaria, más animal que humana. Lo conciente no se había separado de lo inconciente. No existía todavía la conciencia porque no había normas ni valores y, por lo tanto, ninguna posibilidad de construir un ideal. Los instintos reinaban, sin que los contradijera ninguna acción represiva interna.
Todos los conflictos eran exteriores, entre los miembros de la horda. De algún modo estos conflictos externos, según Freud, alcanzaron por último un punto crucial y "los hermanos se reunieron un día, mataron al padre y devoraron su cadáver, poniendo así fin a la existencia de la horda paterna... Tratándose de salvajes caníbales, era natural que devorasen el cadáver". De este hecho prehistórico "nació la conciencia de la culpabilidad"(10). La conciencia de culpabilidad hizo de la represión la gran fuerza dinámica del proceso psíquico.
El asesinato del padre patriarcal condujo, según Freud, al establecimiento de la sociedad sobre la base de un contrato social peculiar; los hijos, todos hermanastros, comprendieron que el destino del padre sería inevitablemente el de ellos a menos que establecieran un pacto mutuo prohibiendo el asesinato y el casamiento dentro del clan. Así, sostiene Freud, se fundó la organización social sobre dos restricciones morales consecuencia del acto de parricidio. La moral y la sociedad fueron contempladas como el resultado de un parricidio y del incesto. Aquí vemos que Freud propone la organización social como consecuencia del parricidio y del incesto, dos actos que son perfectos para cualquier novela sensacionalista, pero que poco tienen que ver con la ciencia. Es bueno resaltar aquí la contradicción en la que se encuentra la teoría de Freud: antes del parricidio y del incesto ¿no había una organización social rudimentaria?. Esto es, Freud no se pregunta en ningún momento cómo es que los miembros de la horda conseguían sus medios para vivir, es decir, la alimentación, etc.
La pregunta es ¿no sería necesario algún tipo de organización social para poder subsistir? Una vez más se ve como Freud acomoda los hechos a su antojo, ocultando aquellos datos que contradicen su teoría.
Detrás de esta teoría está la reaccionaria concepción de Freud del desarrollo individual del sexo masculino. Los niños, se enamoran de sus madres y odian pero al mismo tiempo veneran a sus padres. El padre es el rival del hijo respecto al amor por la madre. Este es el famoso "Complejo de Edipo" freudiano. El resultado es que el hijo desea la muerte de su padre pero reprime este deseo que lo aloja en el inconciente conservando su "carga de energía psíquica" completa. El futuro del niño depende en gran medida del éxito que tenga para desviar la energía de los deseos incestuosos y de muerte del inconciente hacia fines socialmente aceptables. En cualquier caso los deseos llegan a la conciencia como una culpa más o menos camuflada (sueños, síntomas, etc.).
Freud considera la religión como el sentido colectivo de culpa proveniente del acto de parricidio.
El padre primordial asesinado es más tarde restablecido como Dios y el "pecado original" es el recuerdo del asesinato del Dios Padre. El festín totémico y la comunión cristiana son las representaciones rituales del asesinato del padre primordial y la acción de devorarlo. Freud llama a esto "el mito científico del padre de la horda primitiva."
"La sociedad - escribe Freud - reposa entonces sobre la responsabilidad común del crimen colectivo, la religión sobre el sentimiento de culpabilidad y del remordimiento en relación a él mientras que la moralidad esta basada, en parte, en las exigencias de la sociedad y en parte sobre la expiación exigida por el sentimiento de culpabilidad"(11).
En su aplicación del psicoanálisis a la "raza humana" Freud supone la existencia de "un alma colectiva en la que se desarrollan los mismos procedimientos que en el alma individual"(12). De esta manera el sentimiento de culpa es una carga que el hombre tiene desde muchos miles de años y existe en cada individuo de cada generación como un recuerdo reprimido hereditario, alojado en el inconciente.
Lo que vemos aquí es que para Freud, este mito creado por él, el Complejo de Edipo, es el origen de la sociedad, la moral y la religión. Sus orígenes y desarrollo nada tienen que ver con el proceso de trabajo, ni con las relaciones que establecieron los hombres entre sí, basadas en la forma en que obtenían su alimento, ropas, vivienda, etc. "...en el complejo de Edipo -insiste Freud - coinciden los comienzos de la religión, la moral, la sociedad."
También se observa cómo Freud confunde las leyes psicológicas con las leyes sociológicas, que si bien están relacionadas, no significa que sean lo mismo.
ONTOGÉNESIS (b) FREUDIANA (DE LA MENTE INFANTIL A LA ADULTA)
Freud resolvió el problema del desarrollo ontogenético de la mente humana como un derivado del análisis de sus pacientes, esto significa proceder por analogía de la enfermedad con la salud, no perturbó en lo más mínimo a Freud, porque, sostenía que no existe una verdadera línea de demarcación entre la salud y la enfermedad mental (para él, todos somos neuróticos). La diferencia, si es que hay alguna, es cuantitativa y no cualitativa.
A través de la interpretación, por medio de la traducción de símbolos y síntomas neuróticos, llegó a ciertas conclusiones de la fase del desarrollo de la mente individual. Estas fases, sostenía, de un modo general son paralelas a las fases de la evolución mental desde la horda primitiva a la mente civilizada.
La mente del niño recién nacido es similar a la del hombre prehistórico anterior al acto primitivo del parricidio. Sin embargo, existe una gran diferencia, mientras que la mente del hombre prehistórico, para alcanzar el nivel de una mente civilizada tiene que pasar por miles de años de experiencia que sólo gradualmente se hace hereditaria en forma de una herencia arcaica, la mente del niño al nacer, según Freud, está dotada de una constitución innata que es el inconciente. Abarca los instintos, sus represiones y el retorno de lo reprimido, la herencia mental arcaica innata, los tabúes y las formas pervertidas innatas de descarga de instintos a las que hubo que recurrir debido a la coacción de la represión. Esto incluye: 1º las fases de la sexualidad infantil, que según Freud, son aberraciones hereditarias que todos los niños deben pasar; 2º las formaciones de Edipo que son diferentes en los niños que en las niñas; 3º los fenómenos del complejo de castración y de envidia del pene; 4ª las inclinaciones al sadismo y al masoquismo. Estas son las fases por las cuales debe pasar todo niño. Sólo permanecen latentes hasta que el crecimiento y las condiciones de vida las ponen en acción.
LA SEXUALIDAD INFANTIL
Freud pone el acento en los primeros años de la infancia, porque es durante esa época, sostiene él, que el individuo reproduce el curso entero del desarrollo filogenético.
Primera fase, Oral: Esta fase también es conocida como canibalística, es una manifestación sexual pregenital que se centra en torno a la zona erótica bucal y que se manifiesta chupando y comiendo (cuyo objeto sexual es la asimilación del objeto sexual).Se caracteriza por el impulso arcaico instintivo de comer.
Segunda fase, Sádico-anal: Se caracteriza por el impulso del "instinto de aprehensión", particularmente con relación a los instintos. Esta fase es una forma infantil hereditaria de instintos de crueldad agresiva y violencia del hombre prehistórico, reprimido durante mucho tiempo.
Freud hace una conexión entre los "instintos prehistóricos" y las zonas erógenas particulares y señala que las perversiones sexuales son, según él, satisfacciones sustitutivas de los instintos agresivos prohibidos. En el niño, los instintos originales (canibalismo, agresión, sadismo) y sus formaciones sustitutivas (las perversiones sexuales) son considerados como parte de la herencia arcaica de la herencia de la mente del hombre moderno. Si el niño no logra reprimir o sublimar completamente estas fases, puede tener una fijación en una o en otra de ellas o, años más tarde, puede tener una regresión hacia ellas.
Vemos aquí la importancia para el sistema freudiano de la idea de la herencia mental arcaica, que es un pilar fundamental para la teoría psicoanalítica, pero que jamás nadie pudo comprobar en la práctica, es decir empíricamente. Entonces, por lo visto, quienes siguen sosteniendo esta teoría se basan sólo en el principio de autoridad, esto es, porque lo dijo Freud. Esta idea sola constituye un razonamiento de las supuestas combinaciones en la infancia, de instintos primitivos y el retorno de lo reprimido en forma de aberraciones y de perversiones sexuales innatas. Esto es decisivo para Freud, ya que hace depender en gran medida el carácter futuro, el estado normal y la salud mental del individuo de la forma en que fueron reprimidas o sublimadas las fases pregenitales infantiles.
La época crucial entonces, son los cuatro primeros años, según Freud, la vida sexual de los niños permanece en estado latente durante un período que llega hasta la pubertad. Desde la pubertad hasta la adolescencia, en el curso normal de los acontecimientos para a la fase genital.
Para Freud y sus seguidores, la vida de un sujeto, su personalidad, queda ya definida en sus aspectos esenciales en los primeros cinco años de vida,. Todo el desarrollo posterior y las relaciones con otras personas poco van a influir en el desarrollo de la personalidad, estas ideas no sólo contradicen al materialismo dialéctico, sino a la investigación científica y al sentido común.
EL COMPLEJO DE EDIPO (c)
En el punto anterior hemos visto la teoría de Freud del desarrollo por fases de la mente de los niños con relación a ciertas zonas erógenas y los instintos y herencias arcaicas relacionadas con ellas. El Complejo de Edipo, se refiere al descubrimiento de los objetos sexuales durante las distintas fases del desarrollo.
El complejo de Edipo es según Freud, "un fenómeno determinado y dictado al niño por herencia". Las vicisitudes de la vida individual determinan la forma particular que toma el complejo, pero las características generales son innatas y por tanto iguales en todos los casos.
Para Freud, el Complejo de Edipo es el más importante legado innato de la horda primitiva. Los elementos que lo componen son, una parte, el instinto de la horda primitiva que implica relaciones sexuales incestuosas y por la otra, el resultado es decisivo para el individuo y en último término para la sociedad.
La etapa rudimentaria del Complejo de Edipo tiene lugar, según Freud, durante la fase de desarrollo infantil caníbal-oral. Consiste en tomar el seno de la madre como objeto sexual. El hecho de que sirva para necesidades nutritivas lo mismo que libidinosas significa, sostiene Freud, que el comportamiento erótico depende al principio del instinto de alimentación. Pronto, el niño comienza a chupar por el placer de chupar, y puede reemplazar el pezón por el pulgar. De esta manera el niño se desprende de la forma inicial del complejo de Edipo y sustituye el seno de la madre por un elemento de su propio cuerpo como objeto sexual. Este paso marca el paso al autoerotismo infantil. El progreso del desarrollo implica la renuncia al autoerotismo y una vez más el descubrimiento de un objeto sexual exterior en forma de persona. Hasta este punto, probablemente alrededor de los dos años de edad, la norma del desarrollo es idéntica en niños y niñas. Pero desde el momento en que se descubre un objeto sexual en la forma de una persona, los dos toman caminos diferentes. "Comienza el niño a tomar a su madre como objeto de sus instintos libidinosos"(13), y la niña lo hace hacia el padre.
"Todo ser humano halla ante sí la labor de dominar el Complejo de Edipo"(14). El futuro hombre y la futura mujer dependen de cómo el niño cumple esta labor. Pero la forma en que él o ella lo hacen está dictada en primer lugar por la herencia, por las características innatas diferentes de ambos sexos y por las peculiaridades constitucionales innatas del individuo. Estas ideas de Freud están en la misma línea del pensamiento que, años más tarde, fue sostenido por los pseudocientíficos nazis, quienes sostenían la existencia de ideas raciales innatas, con las cuales, por medio de falsos experimentos, querían justificar la existencia de razas superiores e inferiores. El pseudo científico Freud en lugar de hablar de diferencias raciales innatas, habla de diferencias innatas en ambos sexos. Pero lo que hay que tener en claro en ambos casos es que las diferencias innatas no se limitan simplemente a lo anatómico o a cualquier tipo de características físicas, sino que se habla de diferencias mentales innatas heredadas biológicamente e inmodificables.
Comenzamos, como lo hace Freud, por cómo se resuelve el complejo de Edipo en los varones.
Cuando el niño descubre en su madre un objeto sexual, la operación mental de represión de sus instintos sexuales ya ha aparecido. El conocimiento de su objeto sexual se ha apartado de él y su atracción se le presenta como amor. Su madre es su objeto de amor. En la misma época también, la barrera innata incestuosa y arcaica, ayudada e instigada por las prohibiciones de la sociedad moderna comienza a funcionar. Esto actúa, además, para encubrir la naturaleza sexual de sus sentimientos hacia su madre. En esta época, según Freud, el niño desarrolla una actitud ambivalente hacia su padre. Por una parte el hijo se identifica con el padre, lo admira y quiere ser "igual a él" cuando sea grande. Su padre es su ideal. Por otra parte, el hijo observa que su padre es un obstáculo entre él y la madre y empieza a considerarlo un rival. Estos sentimientos se transforman en el deseo de librarse del padre y ocupar su lugar. La identificación con el padre tiene en ese momento el contenido ambivalente de admiración por un lado y el deseo de muerte por el otro. También esto es la evolución innata, decenas de miles de años después, de la actitud de los hijos de la horda primitiva hacia su padre, su deseo de ser como él y su deseo de matarlo.
El destino innato primitivamente predestinado del niño lo lleva a una situación muy dramática; el hijo ama a su madre al mismo tiempo que respeta, idealiza y odia a su padre y le desea la muerte. Hay aquí, suficiente emotividad turbadora como para hacer estallar la mente de un adulto y no hablemos de la mente de un niño de dos a cuatro años. El niño sin embargo, no tiene que resolver el terrible conflicto intelectualmente y sin ayuda. "El complejo de Edipo -dice Freud- tiene que desaparecer porque llega el momento de su disolución, como los dientes de leche se caen cuando comienzan a formarse los definitivos. Aunque el complejo de Edipo es vivido también individualmente por la mayoría de los seres humanos, es, sin embargo, un fenómeno determinado por la herencia y habrá de desaparecer, conforme a una trayectoria predeterminada, al iniciarse la fase siguiente del desarrollo"(15). El impulso principal hacia la terminación del complejo de Edipo proviene de una combinación de fuentes internas (el instinto de masturbación, componente de los instintos sexuales; la herencia arcaica innata del sentido de culpa proveniente del pecado original del parricidio y el miedo a la castración proveniente del recuerdo arcaico innato del castigo por el incesto infligido a los hijos por el padre de la horda primitiva).
Al mismo tiempo, bajo el estímulo del amor sexual a la madre, el niño comienza a interesarse, de una manera narcisista, en sus propios órganos genitales y a masturbarse. El sentido innato de culpa unido al incesto y al parricidio se transfiere al acto de masturbación infantil. El castigo por el incesto, según la herencia arcaica innata, es la castración. Por lo tanto, el sentimiento de culpa y el miedo al castigo de la castración se transfiere del incesto y el parricidio y se concentran en la masturbación.
Freud sostiene que una cadena de acontecimientos externos ayuda al desarrollo de la estructura innata. La madre o la niñera amenazan al niño con la castración por lo general diciéndole que su padre llevará a cabo ese acto. Al principio el niño, aunque teme el castigo, no cree mucho en él. Tiene entonces lugar un acontecimiento decisivo en la vida del niño. "Esta observación, que rompe por fin la incredulidad del niño -dice Freud- es su descubrimiento de los genitales femeninos. Siempre se le presenta alguna ocasión de contemplar la región genital de una niña y convencerse de la falta de aquel órgano, del que tan orgulloso está en un ser tan semejante a él. De este modo se le hace ya posible representarse la pérdida de su propio pene y la amenaza de castración comienza a sufrir efectos".
El niño (de cuatro años) convencido de la autenticidad de la amenaza de castración, se enfrenta con una importante decisión: o abandona su masturbación narcisista y su interés por la madre (amor sexual), ambos en estrecha relación, o perderá su pene. "En este conflicto vence normalmente el primer poder y el yo del niño se aparta del complejo de Edipo". Así, según Freud, "el complejo de Edipo sucumbe a la amenaza de castración".
El proceso de apartarse del complejo de Edipo trae consecuencias trascendentales. En el transcurso del mismo se forma el super - yo (instancia del inconciente freudiano que se explicará en el próximo capítulo de este trabajo) del niño y su mente se vuelve "civilizada". O sea, queda completa, con su Ello, (otra instancia del inconciente freudiano donde se encuentran los instintos, las pulsiones, etc. También se verá con más detalle en el próximo capítulo) un yo y un super-yo. El super-yo se forma del temor a la castración y de los remordimientos por el deseo del incesto y el deseo de muerte. En este proceso el padre constituye la médula del super-yo. Este último adopta la severidad del padre, perpetúa su prohibición contra el incesto. La energía libidinosa del complejo de Edipo en el niño, liberada por la destrucción del complejo, se transfiere a objetivos no sexuales en forma de sublimaciones, particularmente a fines socialmente aceptables, como ser tareas escolares y juegos y más tarde se transferirá al trabajo, a la actividad creadora, ciencias, artes, etc.
Según Freud, esta es la solución "normal" o "ideal" del complejo de Edipo en los varones. Fija el carácter masculino con su fuerza de voluntad, su disciplina, sus características racionales y lógicas, su interés por el mundo exterior y por la civilización y la cultura. Pero esta solución ideal mediante la cual el complejo de Edipo queda totalmente destruido por el temor de la castración, se logra rara vez, sino nunca. El resultado más común es la repulsión del complejo, más que su destrucción. En este caso más usual la represión de los deseos de incesto y muerte y de los sentimientos de temor y de culpa conduce a reversiones y regresiones, a perversiones y a aberraciones, a la delincuencia y al crimen y en general a las neurosis. La destrucción o represión del complejo de Edipo, sostiene Freud, reprime su actividad sexual y establece un período de latencia que dura hasta la pubertad (doce o trece años).
En esta época, se produce un resurgimiento del complejo, cuya intensidad, tipo y duración dependen en gran medida de cómo se ha resuelto la fase de Edipo infantil. La tarea del joven consiste entonces en romper con sus padres y poder así hallar una compañera y ocupar su lugar en la comunidad.
Mientras que en los varones el complejo de castración pone fin al complejo de Edipo, en las mujeres, por el contrario, el complejo de castración, según Freud, da comienzo al Complejo de Edipo. Freud habla de "un descubrimiento trascendental que las niñas (de dos a cuatro años) están destinadas a hacer" y continúa "descubren el pene de un hermano o compañero de juego, muy visible y de grandes proporciones y al punto lo aceptan como la equivalencia superior de su propio órgano pequeño y conspicuo, y desde ese momento se convierten en víctimas de la envidia del pene... La niña lo ha visto y descubierto que ella no lo posee y desea poseerlo." Este hecho da comienzo a lo que Freud llama "el complejo de masculinidad en las mujeres", que implica "la esperanza de lograr algún día tener un pene a pesar de todo y ser igual al hombre". Ahora cabría hacerse una pregunta ¿qué pasa cuando la niña no ve a un niño desnudo o como vamos a ver a continuación cuando el niño no ve a una niña desnuda?. ¿Acaso esto es algo universal?. ¿Siempre sucede?. Como esto no es así vemos que aquí la teoría psicoanalítica es sumamente débil y ya no se puede sostener el complejo de castración y por ende el complejo de Edipo.
Los niños cuando ven los cuerpos de las niñas, según Freud, adoptan dos actitudes: "horror de la criatura mutilada o desprecio triunfante ante ella". En ambos casos se desarrolló en ellos un fuerte sentido de superioridad masculina. En estas dos actitudes juntas "determinan permanentemente las relaciones del niño hacia la mujer". Así, sostiene Freud, la ideología sobre la superioridad masculina está predestinada por la herencia biológica arcaica. "Después la mujer ha descubierto esa herida a su narcisismo, desarrolla, como una cicatriz, el sentido de inferioridad. Cuando ha superado su primera tentativa de explicarse la ausencia del pene por un castigo personal y ha comprendido que esa característica anatómica es general, comienza a compartir el desprecio que siente el hombre hacia un sexo que es inferior en un aspecto que es tan importante".
El niño está destinado a sentirse superior y la niña inferior y estos sentimientos determinan actitudes permanentes en los hombres y mujeres cuando grandes.
Esto, sin embargo, es sólo el aspecto subjetivo del sentido de superioridad masculina e inferioridad femenina. Freud cree dar validez objetiva a este sentimiento objetivo que los hombres están predestinados por el innato complejo de Edipo a ser superiores; mientras que las mujeres están predestinadas a ser inferiores. Como lo hemos visto, Freud sostiene que en los niños un fuerte super-yo es el heredero del complejo de Edipo por obra del complejo de castración. En las niñas y mujeres el sostiene que, en el curso de la infancia de la niña, en forma de algún modo predestinada, se produce una transformación de la envidia del pene en una ecuación pene = niño. Abandona su deseo de poseer un pene y lo reemplaza por el deseo de un hijo y con este propósito en vista toma a su padre como objeto de amor. Su madre se convierte en objeto de sus "celos". Aquí comienza, entonces, el complejo de Edipo en las niñas. Se originará en el complejo de castración y el resultado es, según Freud, que " en las niñas falta el motivo de destrucción del complejo de Edipo". No se destruye sino que subsiste durante toda la vida y lentamente es abandonado o reprimido.
Por lo tanto en las niñas o mujeres, no existe, ninguna situación que exija la formación de un super-yo. Este se desarrolla sólo gradualmente y rara vez, sino nunca, alcanza un grado similar al del hombre.
Freud anunció al mundo su doctrina en tiempos en que las mujeres en muchas partes del mundo estaban luchando por la igualdad de derechos políticos. El movimiento feminista estaba tomando gran impulso. Después de desarrollar la tesis anterior sobre la inferioridad del super-yo de las mujeres, Freud dice: "No puedo eludir el hecho (aunque he vacilado en darle un nombre) de que para las mujeres la medida de lo que es éticamente normal difiere de los hombres. Rasgo de carácter que los críticos de todos los tiempos han sostenido contra las mujeres, - que tienen menos sentido de justicia que los hombres, que están menos dispuestas a someterse a las grandes necesidades de la vida, que más a menudo influyen en sus juicios sentimientos de afecto u hostilidad - todo esto puede explicarse ampliamente por la modificación en la formación de su super-yo que ya hemos deducido". Y agrega "No debemos permitir que se nos aparte de nuestras conclusiones por la negativa de las feministas que ansían obligarnos a mirar los dos sexos como enteramente iguales en posición y valor".(16)
Freud considera que el complejo de Edipo es el fenómeno central en la infancia de ambos sexos, un fenómeno que en su esencia determina no sólo el carácter y la capacidad del individuo, sino también los rasgos esenciales de la masculinidad y la femineidad. Llegó a esta conclusión de la naturaleza humana, como lo hemos visto, principalmente por medio de especulaciones antropológicas desacreditadas y por la traducción de símbolos estereotipados de un presunto lenguaje primitivo innato
CONFRONTACIÓN
Si como toda ciencia, el pensamiento racional y la filosofía científica sostienen que la mente tiene como sustrato físico, biológico al cerebro, esto es que no habría mente sin cerebro, entonces, la psicología, la ciencia del proceso psíquico, del estudio de la mente, debe estar firmemente fundada en el conocimiento del funcionamiento cerebral
Careciendo de esta ciencia, el psicólogo tiene una o dos alternativas generales:
1º Llevar adelante al máximo, por medio de experimentos objetivos, la investigación descriptiva y clasificadora del comportamiento animal y humano que conduce a la acumulación de un gran conjunto de hechos y conclusiones estadísticas.
2º Construir sistemas especulativos metafísicos sobre la base de la investigación de la mente por medios diversos.
Será posible establecer un contraste suficiente cuando uno de estos últimos sistemas especulativos sea confrontado con una gran correlación estadística de hechos deducidos de la experimentación. Tal confrontación es en sí misma suficiente para descartar cualquier tipo de psicología metafísica, incluyendo la de Freud. Pero no es suficiente para señalar la dirección en que debe orientarse la psicología si ha de efectuar una transición desde la etapa inicial, descriptiva y clasificadora de la ciencia, a la etapa acabada, explicativa, causal.
Esto no significa de ningún modo que la psicología sea sinónimo de neurofisiología. Esta última es un prerrequisisto de la primera.
La psicología para convertirse en una ciencia se apoya en otras ciencias, como ser en una ciencia de la sociedad y en una epistemología científica.
No existe ya ninguna excusa válida para la práctica dualista de los psicólogos de fingir apoyo al principio de la mente como fenómeno indisociable del cerebro y luego ignorar este principio en todos sus trabajos y exposiciones.
Sin embargo Freud hizo mucho más que ignorar este principio. Sacando ventaja de la carencia corriente de la neurofisiología, aunque ya por esos años Freud ignoró por completo los importantes y muy conocidos avances realizados por Pavlov, quien ya en 1903 había presentado en Madrid, en el Congreso de Fisiología sus trabajos sobre los reflejos condicionados, los estudios que Pavlov denominó de la actividad nerviosa superior. También presentó sus trabajos en una conferencia dada en Londres en 1906. Anteriormente en el año 1904, ya había obtenido el premio Nobel por sus trabajos en Fisiología. Y en el año 1923 publicó la primera edición de su estudio objetivo sobre la actividad nerviosa superior, que será ampliada a medida que se agregan los nuevos trabajos en las ediciones sucesivas, actualizadas hasta 1935.
Si bien eran los primeros pasos que se daban en el estudio de la actividad nerviosa superior, esto es, de los hemisferios cerebrales, Freud no se dio por enterado y lo reemplazó por un principio opuesto, es decir, por el principio de que la mente podía comprenderse simplemente en función de sí misma. Amparado por este principio idealista procedió a construir lo que él llamó "la ciencia de lo psíquico inconciente".(17)
Cualquier tentativa de construir una psicología que desconozca la fisiología nerviosa superior ya establecida, aunque aún en desarrollo, está, sin lugar a duda, condenada al fracaso. La psicología de Freud no es una excepción.
La ausencia de esta ciencia podría constituir una disculpa para Freud, aunque en el terreno de la ciencia misma, la ignorancia, aún la ignorancia objetiva, no puede constituir un fundamento para invalidar el método científico y recurrir a conjeturas.
Más aún, en la actualidad, después de los grandes avances logrados desde las neurociencias y otras corrientes psicológicas llama la atención que los seguidores de Freud no se den por enterados, o bien si tienen información al respecto tal vez no sea compatible con su doctrina y esto represente el principio del fin de la misma.
De todos modos nuestra conclusión es que la doctrina de Freud de lo psíquico inconciente se presenta como un sustituto mítico de la actividad nerviosa (psíquica) superior; a cuya ausencia temporal debe su existencia el psicoanálisis.
Por otro lado una psicología racional considera a la mente no en un vacío social, no determinada por esquemas instintivos hereditarios internos y arcaicos, sino socialmente determinada por las condiciones, el tiempo y el lugar. [...]
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CRÍTICA DESDE LA PSICOLOGÍA MARXISTA
Marcos Lara
INTRODUCCIÓN
La idea de este artículo es la de una revisión breve, (pero tratando que por breve no se simplifique) de la teoría psicoanalítica de Freud, ya que se trata de tomar los pilares fundamentales que constituyen la estructura de la teoría freudiana.
El por qué de este trabajo tiene que ver con que la teoría psicoanalítica es la hegemónica en la mayoría de las universidades nacionales, fenómeno que no ocurre en otro lugar del mundo. La influencia del psicoanálisis no sólo se verifica en el ámbito académico sino que también tiene su presencia en los medios masivos de comunicación y en otros ámbitos de la cultura. Pero algo que llama más aún la atención es que esta teoría, idealista, irracional (como ya iremos viendo en las siguientes páginas) tenga gran influencia en amplios sectores de la izquierda argentina, desde trotzquistas hasta quienes se postulan marxistas -leninistas. Con esto no queremos decir que aquellos que se postulan marxistas-leninistas no sean consecuentes en ámbitos de la política o la economía, sino que, a pesar de ello, asumen posiciones contrapuestas al materialismo dialéctico e histórico, en cuanto a la concepción del hombre, tema que ha sido dejado de lado tanto en su estudio, como en su desarrollo, y tal vez, como consecuencia de ello, ha quedado desplazado de su importante lugar dentro del materialismo dialéctico. Esta ausencia, resultó propicia para que otras corrientes teóricas no compatibles, ejercieran su influencia en las filas del marxismo. Por ello es que creemos necesario hacer este tipo de revisión crítica y contrastar una visión realista del ser humano, en este caso en su aspecto psicológico: cómo se crea, desarrolla y consolida la mente humana y cuáles son los múltiples factores que participan en ello. Cabe señalar que el psicoanálisis no es meramente una teoría psicológica, sino lo que se autodenomina una "metapsicología", una explicación cosmovisiva del mundo.
En la evolución del psicoanálisis se pueden distinguir dos fases. Al principio se limitó a interpretar la génesis y la terapia de algunas enfermedades mentales, en una segunda fase extendió su influencia más allá de los límites de la clínica y pretendió convertirse en una doctrina sociológica y filosófica y de postularse como una concepción acabada del mundo.
En la teoría psicoanalítica, como en toda teoría, existen por lo menos dos planos distintos de valoración. Se puede evaluar una teoría desde el punto de vista de su exactitud y además se la puede evaluar según el papel que desempeña en la historia de la cultura y de la sociedad, y en los dos planos (y ese es el fondo del problema) no siempre se vinculan entre sí en forma unívoca; hay teorías falsas que en el momento de su discusión no ejercieron influencia alguna sobre la ciencia, hay teorías que, aunque son profundamente falsas, siguen representando un enorme papel en la vida cultural y social, y sólo contribuyen a hacer que la humanidad retroceda, y no que marche hacia delante. De esas teorías decimos que son reaccionarias. Por consiguiente el calificativo de "reaccionaria" es una apreciación que se hace en otro plano que el de "falsa", no sólo abarca el reconocimiento académico de la falta de correspondencia del pensamiento con la experiencia, sino además, un juicio que efectuamos acerca de la teoría como factor de progreso social y su papel histórico.
En el caso que aquí nos interesa, la teoría psicoanalítica, lo que hace es naturalizar y subjetivizar los problemas sociales, como por ejemplo podría ser la explotación, donde las frustraciones personales poco tienen que ver con un sistema socio-económico y sí tiene que ver con problemas subjetivos.
Para entender la esencia del psicoanálisis y su incompatibilidad con la interpretación materialista dialéctica de los problemas biológicos y humanos, es preciso estudiar el desarrollo de la teoría freudiana.
FUENTES DE LA TEORÍA PSICOANALÍTICA DE FREUD
Al intentar resolver mediante términos exclusivamente psicológicos los problemas esenciales de la mente humana, Freud se basó en por lo menos siete corrientes del pensamiento del siglo XIX: la sugestión hipnótica, el simbolismo, traducción e interpretación de los sueños, la idea de una herencia mental innata, la sexología, la psicología del inconciente y por último el voluntarismo biológico y la filosofía del inconciente.
La sugestión hipnótica tal como la desarrollaron Bernheim y Liebanet entre otros, convenció a Freud no sólo de la existencia de los recuerdos inconcientes, sino que la actividad anímica humana es en gran medida inconciente y que sólo una pequeña parte es conciente; algo parecido a un iceberg cuya masa principal está debajo de la superficie del agua.
La sugestión hipnótica demostró la importancia y el gran alcance de la actividad psíquica inconciente. Pero no sirvió en forma adecuada para revelar en que consistía tal actividad. Freud resolvió este problema, para propia satisfacción, tomando elementos de una corriente oculta de pensamiento que era y aún hoy lo es, rechazada y despreciada por toda la ciencia, la interpretación de los sueños por medio de traducción de símbolos. Esta corriente de pensamiento estaba en libros populares sobre sueños y en teorías de escritores tales como Scherner, Radestock, Q. H. Schubert y Artemidorus, todos estos autores están mencionados en el libro de Freud "La Interpretación de los Sueños". Todos estos autores y por supuesto Freud mismo, se proponen develar el contenido y la naturaleza de la actividad psíquica del sueño mediante la traducción de símbolos. Estos trabajos convencieron a Freud de dos cosas: primero de que "hallamos en todo sueño, como fuerza central, una actividad simbolizante de la fantasía"(1) y segundo, que debe investigarse con seriedad "si muchos de tales símbolos no poseerán siempre, como ciertos signos de la taquigrafía, una significación fija"(2).
El problema de los símbolos oníricos y de su significado estereotipado era crucial para Freud, mediante las investigaciones realizadas llegó de los sueños hasta el folklore, los mitos, las leyendas y los chistes populares. Recurrió a la simbología en busca de ayuda, en fuentes tales como "La rama de oro" de Frazer, "Los cultos, los mitos y las religiones" de Reinich y "Contribuciones a la ciencia de la mitología " de Max-Mueller. De estos estudios concluyó "que este simbolismo no pertenece exclusivamente al sueño, sino que es característico del representar inconciente, en especial popular y se nos muestra en el folklore, los mitos, las fábulas, los modismos, los proverbios y los chistes corrientes de un pueblo, mucho más amplia y completamente aún que en el sueño."(3)
Por último encontró lo que buscaba en un libro no científico, "Psicología de las Multitudes" de Gustavo Le Bon (1895). Le Bon sostenía que lo que distingue a las personas como individuos es sólo una superestructura psíquica adquirida, conformada sobre una subestructura inconciente hereditaria, igual en todos los hombres. Esta subestructura subsiste, compuesta de recuerdos tribales, impulsos, tendencias e instintos. Le Bon sostenía que esta herencia era arcaica, innata en cada uno de nosotros, controla nuestros pensamientos y acciones.
Freud concluyó de este hecho "que el contenido particular psíquico, como el simbolismo, no tenía otra fuente que la transmisión hereditaria"(4).
Esta fue una tentativa de consagrar el significado permanente de los símbolos mediante el "contenido psíquico" hereditario innato: en realidad Freud rehabilita la doctrina sobre las ideas innatas, hacía tiempo rechazada por John Locke (1632-1704) por considerarla teórica y científicamente insostenible y políticamente reaccionaria, ya que sigue en línea directa el razonamiento de razas superiores e inferiores. Por ejemplo, se podría decir que hay ideas innatas superiores y otras inferiores y al ser heredadas biológicamente poco tiene que ver la práctica social y el aprendizaje, estas ideas innatas serían difíciles, sino imposibles, de modificar. El repudio de Locke a las ideas innatas y su sustitución por el principio de que todas las ideas provienen de la experiencia realizada en el curso de la vida, fueron aceptados y consagrados por la ciencia por un período de 300 años y nadie hasta la fecha, jamás pudo comprobar fehacientemente con la experiencia la existencia de ideas innatas, nadie pudo determinar que productos ideales como la mente se heredaran biológicamente.
Freud se encontró con que por lejos la gran mayoría de los símbolos inconcientes podían interpretarse como teniendo un significado sexual "establecido" directo o indirecto. El siguiente extracto de un trabajo escrito por él en 1910 ilustra el método interpretativo por el cual Freud asigna un significado sexual a pretendidos símbolos inconcientes estereotipados: "Tenemos, ante todo, el simbolismo en los sueños y en el inconciente, tema violentamente discutido... Quisiera deciros algunas palabras sobre estos símbolos últimamente descubiertos: Hace algún tiempo supe que un psicólogo nada favorable a nuestra hipótesis, se había dirigido a uno de nosotros acusándonos de exagerar la secreta significación sexual de los sueños. Como prueba, alegaba que su sueño más frecuente era el de estar subiendo una escalera, sueño que no encubría nada sexual. Ante esta objeción, comenzamos a estudiar los sueños en que aparecían escaleras, rampas, etc.; y no tardamos en fijar que la escalera (y todo lo análogo a ella) era un seguro símbolo del coito. No es difícil hallar la base de comparación. En una graduación rítmica y haciéndose cada vez más agitada nuestra respiración subimos a una altura, de la cual podemos descender rápidamente en un par de saltos. De este modo, el ritmo del coito reaparece en el acto de subir una escalera. No olvidemos tampoco los usos del lenguaje. Nos muestran, en efecto, que el verbo 'subir' (steigen) es empleado directamente y sin modificación alguna como calificación sustitutiva del acto sexual"(5).
Hace ya algunas décadas que se sabe que hay procesos inconcientes de reelaboración de la información, esto es que en el momento del sueño (en los que no hay conciencia) el cerebro tiene la capacidad de hacer trabajo útil y en ocasiones bastante complejo, como por ejemplo encontrar solución a problemas.
Hay bibliografía en la que se comentan investigaciones sobre la capacidad del cerebro "durmiente" de discriminar estímulos y conservar las huellas mnémicas. En la primera etapa de estas investigaciones se trabajaba con datos tomados principalmente del análisis de biografías. Luego empezaron a adquirir un carácter de exactitud más evidente y de verificación experimental. Por supuesto que en estas investigaciones no se descubrió nada que se relacionara con el simbolismo o algún mensaje oculto que se relacionara con temáticas sexuales de manera exclusiva.
Vemos aquí que el método de Freud consiste en tomar esas imágenes comunes que aparecen en los sueños, mitos, folklore, etc., y someterlas a un proceso de razonamiento por analogía. Razonar por analogía ha sido durante siglos cuidadosamente circunscripto en cuanto a su legitimidad. En los trabajos de Freud la falta de los métodos de demostración admitidos por lo general en la ciencia moderna es una constante, esto es, la frecuente sustitución de la argumentación lógica, experimental o estadística por razonamientos en los cuales la metáfora y la analogía ocupan el lugar de la deducción. Con la maduración histórica del pensamiento científico, la función del razonamiento analógico se fue restringiendo poco a poco, hasta reducirse a su mínima función legítima, de indicación preliminar de hipótesis de trabajo.
Freud, en cambio, infringió esa tendencia fundamental, utilizó sin limitaciones los razonamientos analógicos y trató de demostrar con su ayuda la validez de muchas tesis de la concepción psicoanalítica. De ese modo limitó (si no eliminó del todo) la posibilidad de una análisis riguroso de las concepciones formuladas. Freud no halló que los símbolos inconcientes tuvieran un significado sexual, los obligó a tener un significado sexual sometiéndolos a un razonamiento por analogía.
Con esta "llave", Freud procedió a analizar a sus pacientes utilizando el lenguaje simbólico que empleaban al relatar sus sueños y en la asociación libre, halló naturalmente que sus mentes inconcientes estaban repletas de impulsos sexuales ocultos, instintos primitivos, impulsos, etc.
Sus historias clínicas se convirtieron en relatos de historias plagadas de aberraciones sexuales, que se vio obligado a hacer un estudio de sexología. Con este fin recurrió a autores como Ellis, Moebius, Hirschfield, etc., y especialmente al "Anuario de aberraciones sexuales", publicado en Berlín. Estos estudios reforzaron y ampliaron su orientación sexual de símbolos estereotipados. Vale observar aquí como Freud comete el error de querer explicar la mente normal a partir de la psicopatología, con lo cual deja marcado un sesgo interpretativo que se ve a lo largo de toda su obra.
Freud en su tarea de investigar cada vez más lejos en la vida de sus pacientes, llegó inevitablemente a la idea de la vida sexual de los bebes y los niños, incluyendo todo tipo de "aberraciones" y las desarrolló hasta convertirlo en su "teoría sobre la sexualidad infantil" con sus fases oral, anal y fálica, su "incestuosa" fase de Edipo y su Complejo de Castración y de envidia del pene.
El problema mayor de Freud, era poder fundamentar, por qué estos recuerdos impulsos y tendencias sexuales eran inconcientes y por que se manifestaban simbólicamente. Por ello Freud recurrió a la corriente popular en ese momento en Alemania y Austria (1896 aprox.), la psicología del inconciente desarrollada por Herbart y Fechner y popularizada por Griesinger.
Herbart (1776-1841) era el psicólogo alemán de mayor influencia en la primera mitad del siglo XIX. Reaccionando contra el racionalismo de la escuela hegeliana de filosofía desarrolló un concepto sobre la mente en el que las ideas inconcientes, con una gran carga de energía, dominaban la vida mental.
Herbart concibió a la mente como teniendo dos entradas (comparable a los censores de Freud) una llamada la "entrada estática" separa las ideas ya sin energía de la conciencia (comparable al preconciente de Freud) y la otra, la "entrada mecanicista" separa aquellas ideas suprimidas o reprimidas que conservan sus cargas de energía, de las ideas ya sin energía y de la conciencia (comparable al inconciente de Freud).
Las ideas inconcientes cargadas, están en constante rebelión con las ideas concientes y este conflicto da lugar a la vida anímica.
Herbart sostenía que no existía el olvido absoluto, olvidar según él significa represión. La verdadera causa determinante del pensamiento y del comportamiento humano consiste en las ideas reprimidas inconcientes que conservan su energía.
Unos setenta años antes de que Freud "descubriera" el psicoanálisis, Herbart había hecho un bosquejo tosco del inconciente y un esbozo de la teoría de la represión.
Es indiscutible que Freud estaba familiarizado con la psicología de Herbart, el propio maestro de Freud, Meynert, estaba muy influenciado por Herbart y Freud realizó un cuidadoso estudio sobre Fechner que a su vez era partidario de Herbart.
Freud encontró la base para la solución del problema de por qué el inconciente se manifiesta simbólicamente, en el concepto de represión de Herbart, la teoría de la represión es la doctrina central del psicoanálisis.
Como vemos poco tiene que ver Freud con el estatuto en que lo quieren poner sus fieles devotos seguidores: el de un Copérnico o un Darwin. En realidad, en lugar de ser un descubridor como lo fueron aquellos científicos, en realidad fue un vulgar copiador que tomo un poco de diferentes lados para armar su teoría.
La idea principal, base del sistema de Freud, es la determinación esencial de la vida conciente por ideas e impulsos instintivos inconcientes y con mucha energía: de este modo Freud pone de relieve el lado emotivo y volitivo inconciente de la actividad psíquica, con una fuerza motora considerada más bien biológica que social, que como habíamos mencionado con anterioridad es naturalizar lo psíquico, es decir, que la mente sería para Freud un epifenómeno de lo biológico y de acuerdo a su razonamiento también lo social. Es una psicología irracional que considera primero las emociones, impulsos, instintos y tendencias innatas, dominando las ideas, el pensamiento, el conocimiento y la actividad racional social adquirida. Como tal se coloca en agudo contraste y oposición con la índole científica del materialismo dialéctico y todos los últimos descubrimientos científicos.
Sucedió así que una tendencia, actuando en gran medida fuera de las corrientes clásicas del pensamiento filosófico se desarrolló durante algún tiempo. Esta tendencia incluye una amplia variedad de sistemas filosóficos pero tiene una característica negativa y otra positiva comunes. La característica negativa es una oposición al racionalismo de las líneas filosóficas tradicionales, idealistas o materialistas. Las filosofías tradicionales racionalistas habían sostenido que los aspectos esenciales de la mente humana eran la razón, la lógica, el pensamiento, las ideas, el conocimiento y la verdad.
La característica común de la tendencia moderna antirracionalista es la sustitución de los elementos racionales por lo inconciente, esfuerzos biológicos, tendencias, apetitos, impulsos, instintos, etc., por considerarlos aspectos esenciales de la mente humana. En esta tendencia filosófica se asigna a los instintos, tendencias, etc. el papel dominante, director y organizador.
Son exponentes muchos filósofos modernos conocidos: Schopenhauer (1788-1860), Nietzsche (1844-1900), Bergson (1859-1941), Dewey (1859-1953) entre otros.
De una manera muy general esta tendencia filosófica prestó apoyo y lo sigue prestando al psicoanálisis, respecto a la filosofía de la ciencia, Freud dejó de lado, la utilización del método científico de corroboración empírica, tal vez pensó que con la utilización de la metodología científica no se comprobaban sus ideas, lo que era insuficiente era el método, pero sus ideas estaban por encima de todo. La filosofía y el método científico sirvieron y sirven para grandes avances pero no fue así para Freud, y actualmente no lo es para los teóricos y adherentes a la teoría psicoanalítica. Freud trabajó dentro de la tradición no científica, sino anticientífica, cuyas características principales son el idealismo, el subjetivismo, la metafísica y el irracionalismo.
En cuanto a la psicología, Freud no le dio mayor importancia a diferentes disciplinas, por ejemplo, la neurofisiología de Pavlov, la psicología experimental de Wundt, el evolucionismo de Darwin y el materialismo dialéctico de Marx y Engels. Freud construyó un sistema con teorías tan periféricas y desacreditadas como la interpretación de los sueños, la traducción de símbolos, los mitos y las ideas innatas.
FILOGÉNESIS (a) FREUDIANA
Y FREUDISMO HISTÓRICO
Uno de los problemas fundamentales en la psicología es el origen y desarrollo de la mente en la especie humana, este problema está estrechamente ligado a la antropología y a la historia de la humanidad. Se relaciona con la transición de la naturaleza animal a la naturaleza humana. Freud procedió basándose en "la analogía entre los procesos de evolución cultural y el camino del desarrollo individual."(6)
Para esta tarea Freud escoge aquellas suposiciones y teorías etnológicas, antropológicas e históricas que convienen a sus propósitos y se atiene firmemente a los mitos. Basa gran parte de su pensamiento en los trabajos de un etnólogo antropólogo completamente desacreditado: Robertson Smith.
Freud no desconocía la posición dudosa de Smith. Refiriéndose a su propio libro, Tótem y Tabú, Freud escribe: "Repetidas veces se me ha reprochado violentamente que yo no he modificado mis opiniones en las ediciones posteriores de mi libro, en vista de que los nuevos etnólogos han rechazado unánimemente las teorías de Robertson Smith, sustituyéndolas por otras que en parte son absolutamente diferentes. También encontramos en otro de sus escritos: "Ante todo yo no soy un etnólogo, sino un psicoanalista. Tengo el derecho de tomar de la bibliografía etnológica lo que puedo necesitar para los trabajos del psicoanálisis. Los trabajos de Smith tienen en mi opinión, puntos de contacto, de gran interés con el material psicológico y debido a ello me parecen de especial valor."(7) Así como Freud valoró las teorías, no en función de su veracidad o falsedad, sino en función de su utilidad para el psicoanálisis, en este sentido podríamos decir que Freud fue un adelantado del pragmatismo que reina en estos tiempos.
En muchos casos su "método" consiste en fijar una hipótesis basándose en un solo hecho histórico y luego proseguir independientemente de los hechos y teorías de la historia. "Pero nos aventuramos -dice- a caminar independientemente de los autores, siguiendo una 'huella o rastro propio'".(8 )
Como vemos Freud propone resolver el problema de cómo se pasó de la mente primitiva a la civilizada, mediante la analogía, la selección oportuna, la independencia respecto a los asuntos consagrados y las suposiciones arbitrarias.
Freud ofrece primero "una hipótesis que puede parecer fantástica, pero que presenta la ventaja de reducir a una unidad insospechada series de fenómenos hasta ahora inconexos". (9) Lo fantástico se verifica juntando el tótem, la comida totémica y especulaciones sobre el estado primitivo de la sociedad humana y proporcionándole una "traducción psicoanalítica". Con esta combinación Freud crea un mito que se repite literalmente cientos de veces en todos sus escritos desde 1912.
Este hombre prehistórico todavía mitad animal vivía en una horda primitiva bajo la dominación absoluta y tiránica de un padre violento y celoso que guardaba todas las mujeres para sí y que echó a sus hijos cuando fueron mayores. Esta era una forma de sociedad anterior a los gens y a la tribu, sin tabúes o tótems, en el que el único principio organizador era el terrible poder del padre. En ese entonces la mente humana era rudimentaria, más animal que humana. Lo conciente no se había separado de lo inconciente. No existía todavía la conciencia porque no había normas ni valores y, por lo tanto, ninguna posibilidad de construir un ideal. Los instintos reinaban, sin que los contradijera ninguna acción represiva interna.
Todos los conflictos eran exteriores, entre los miembros de la horda. De algún modo estos conflictos externos, según Freud, alcanzaron por último un punto crucial y "los hermanos se reunieron un día, mataron al padre y devoraron su cadáver, poniendo así fin a la existencia de la horda paterna... Tratándose de salvajes caníbales, era natural que devorasen el cadáver". De este hecho prehistórico "nació la conciencia de la culpabilidad"(10). La conciencia de culpabilidad hizo de la represión la gran fuerza dinámica del proceso psíquico.
El asesinato del padre patriarcal condujo, según Freud, al establecimiento de la sociedad sobre la base de un contrato social peculiar; los hijos, todos hermanastros, comprendieron que el destino del padre sería inevitablemente el de ellos a menos que establecieran un pacto mutuo prohibiendo el asesinato y el casamiento dentro del clan. Así, sostiene Freud, se fundó la organización social sobre dos restricciones morales consecuencia del acto de parricidio. La moral y la sociedad fueron contempladas como el resultado de un parricidio y del incesto. Aquí vemos que Freud propone la organización social como consecuencia del parricidio y del incesto, dos actos que son perfectos para cualquier novela sensacionalista, pero que poco tienen que ver con la ciencia. Es bueno resaltar aquí la contradicción en la que se encuentra la teoría de Freud: antes del parricidio y del incesto ¿no había una organización social rudimentaria?. Esto es, Freud no se pregunta en ningún momento cómo es que los miembros de la horda conseguían sus medios para vivir, es decir, la alimentación, etc.
La pregunta es ¿no sería necesario algún tipo de organización social para poder subsistir? Una vez más se ve como Freud acomoda los hechos a su antojo, ocultando aquellos datos que contradicen su teoría.
Detrás de esta teoría está la reaccionaria concepción de Freud del desarrollo individual del sexo masculino. Los niños, se enamoran de sus madres y odian pero al mismo tiempo veneran a sus padres. El padre es el rival del hijo respecto al amor por la madre. Este es el famoso "Complejo de Edipo" freudiano. El resultado es que el hijo desea la muerte de su padre pero reprime este deseo que lo aloja en el inconciente conservando su "carga de energía psíquica" completa. El futuro del niño depende en gran medida del éxito que tenga para desviar la energía de los deseos incestuosos y de muerte del inconciente hacia fines socialmente aceptables. En cualquier caso los deseos llegan a la conciencia como una culpa más o menos camuflada (sueños, síntomas, etc.).
Freud considera la religión como el sentido colectivo de culpa proveniente del acto de parricidio.
El padre primordial asesinado es más tarde restablecido como Dios y el "pecado original" es el recuerdo del asesinato del Dios Padre. El festín totémico y la comunión cristiana son las representaciones rituales del asesinato del padre primordial y la acción de devorarlo. Freud llama a esto "el mito científico del padre de la horda primitiva."
"La sociedad - escribe Freud - reposa entonces sobre la responsabilidad común del crimen colectivo, la religión sobre el sentimiento de culpabilidad y del remordimiento en relación a él mientras que la moralidad esta basada, en parte, en las exigencias de la sociedad y en parte sobre la expiación exigida por el sentimiento de culpabilidad"(11).
En su aplicación del psicoanálisis a la "raza humana" Freud supone la existencia de "un alma colectiva en la que se desarrollan los mismos procedimientos que en el alma individual"(12). De esta manera el sentimiento de culpa es una carga que el hombre tiene desde muchos miles de años y existe en cada individuo de cada generación como un recuerdo reprimido hereditario, alojado en el inconciente.
Lo que vemos aquí es que para Freud, este mito creado por él, el Complejo de Edipo, es el origen de la sociedad, la moral y la religión. Sus orígenes y desarrollo nada tienen que ver con el proceso de trabajo, ni con las relaciones que establecieron los hombres entre sí, basadas en la forma en que obtenían su alimento, ropas, vivienda, etc. "...en el complejo de Edipo -insiste Freud - coinciden los comienzos de la religión, la moral, la sociedad."
También se observa cómo Freud confunde las leyes psicológicas con las leyes sociológicas, que si bien están relacionadas, no significa que sean lo mismo.
ONTOGÉNESIS (b) FREUDIANA (DE LA MENTE INFANTIL A LA ADULTA)
Freud resolvió el problema del desarrollo ontogenético de la mente humana como un derivado del análisis de sus pacientes, esto significa proceder por analogía de la enfermedad con la salud, no perturbó en lo más mínimo a Freud, porque, sostenía que no existe una verdadera línea de demarcación entre la salud y la enfermedad mental (para él, todos somos neuróticos). La diferencia, si es que hay alguna, es cuantitativa y no cualitativa.
A través de la interpretación, por medio de la traducción de símbolos y síntomas neuróticos, llegó a ciertas conclusiones de la fase del desarrollo de la mente individual. Estas fases, sostenía, de un modo general son paralelas a las fases de la evolución mental desde la horda primitiva a la mente civilizada.
La mente del niño recién nacido es similar a la del hombre prehistórico anterior al acto primitivo del parricidio. Sin embargo, existe una gran diferencia, mientras que la mente del hombre prehistórico, para alcanzar el nivel de una mente civilizada tiene que pasar por miles de años de experiencia que sólo gradualmente se hace hereditaria en forma de una herencia arcaica, la mente del niño al nacer, según Freud, está dotada de una constitución innata que es el inconciente. Abarca los instintos, sus represiones y el retorno de lo reprimido, la herencia mental arcaica innata, los tabúes y las formas pervertidas innatas de descarga de instintos a las que hubo que recurrir debido a la coacción de la represión. Esto incluye: 1º las fases de la sexualidad infantil, que según Freud, son aberraciones hereditarias que todos los niños deben pasar; 2º las formaciones de Edipo que son diferentes en los niños que en las niñas; 3º los fenómenos del complejo de castración y de envidia del pene; 4ª las inclinaciones al sadismo y al masoquismo. Estas son las fases por las cuales debe pasar todo niño. Sólo permanecen latentes hasta que el crecimiento y las condiciones de vida las ponen en acción.
LA SEXUALIDAD INFANTIL
Freud pone el acento en los primeros años de la infancia, porque es durante esa época, sostiene él, que el individuo reproduce el curso entero del desarrollo filogenético.
Primera fase, Oral: Esta fase también es conocida como canibalística, es una manifestación sexual pregenital que se centra en torno a la zona erótica bucal y que se manifiesta chupando y comiendo (cuyo objeto sexual es la asimilación del objeto sexual).Se caracteriza por el impulso arcaico instintivo de comer.
Segunda fase, Sádico-anal: Se caracteriza por el impulso del "instinto de aprehensión", particularmente con relación a los instintos. Esta fase es una forma infantil hereditaria de instintos de crueldad agresiva y violencia del hombre prehistórico, reprimido durante mucho tiempo.
Freud hace una conexión entre los "instintos prehistóricos" y las zonas erógenas particulares y señala que las perversiones sexuales son, según él, satisfacciones sustitutivas de los instintos agresivos prohibidos. En el niño, los instintos originales (canibalismo, agresión, sadismo) y sus formaciones sustitutivas (las perversiones sexuales) son considerados como parte de la herencia arcaica de la herencia de la mente del hombre moderno. Si el niño no logra reprimir o sublimar completamente estas fases, puede tener una fijación en una o en otra de ellas o, años más tarde, puede tener una regresión hacia ellas.
Vemos aquí la importancia para el sistema freudiano de la idea de la herencia mental arcaica, que es un pilar fundamental para la teoría psicoanalítica, pero que jamás nadie pudo comprobar en la práctica, es decir empíricamente. Entonces, por lo visto, quienes siguen sosteniendo esta teoría se basan sólo en el principio de autoridad, esto es, porque lo dijo Freud. Esta idea sola constituye un razonamiento de las supuestas combinaciones en la infancia, de instintos primitivos y el retorno de lo reprimido en forma de aberraciones y de perversiones sexuales innatas. Esto es decisivo para Freud, ya que hace depender en gran medida el carácter futuro, el estado normal y la salud mental del individuo de la forma en que fueron reprimidas o sublimadas las fases pregenitales infantiles.
La época crucial entonces, son los cuatro primeros años, según Freud, la vida sexual de los niños permanece en estado latente durante un período que llega hasta la pubertad. Desde la pubertad hasta la adolescencia, en el curso normal de los acontecimientos para a la fase genital.
Para Freud y sus seguidores, la vida de un sujeto, su personalidad, queda ya definida en sus aspectos esenciales en los primeros cinco años de vida,. Todo el desarrollo posterior y las relaciones con otras personas poco van a influir en el desarrollo de la personalidad, estas ideas no sólo contradicen al materialismo dialéctico, sino a la investigación científica y al sentido común.
EL COMPLEJO DE EDIPO (c)
En el punto anterior hemos visto la teoría de Freud del desarrollo por fases de la mente de los niños con relación a ciertas zonas erógenas y los instintos y herencias arcaicas relacionadas con ellas. El Complejo de Edipo, se refiere al descubrimiento de los objetos sexuales durante las distintas fases del desarrollo.
El complejo de Edipo es según Freud, "un fenómeno determinado y dictado al niño por herencia". Las vicisitudes de la vida individual determinan la forma particular que toma el complejo, pero las características generales son innatas y por tanto iguales en todos los casos.
Para Freud, el Complejo de Edipo es el más importante legado innato de la horda primitiva. Los elementos que lo componen son, una parte, el instinto de la horda primitiva que implica relaciones sexuales incestuosas y por la otra, el resultado es decisivo para el individuo y en último término para la sociedad.
La etapa rudimentaria del Complejo de Edipo tiene lugar, según Freud, durante la fase de desarrollo infantil caníbal-oral. Consiste en tomar el seno de la madre como objeto sexual. El hecho de que sirva para necesidades nutritivas lo mismo que libidinosas significa, sostiene Freud, que el comportamiento erótico depende al principio del instinto de alimentación. Pronto, el niño comienza a chupar por el placer de chupar, y puede reemplazar el pezón por el pulgar. De esta manera el niño se desprende de la forma inicial del complejo de Edipo y sustituye el seno de la madre por un elemento de su propio cuerpo como objeto sexual. Este paso marca el paso al autoerotismo infantil. El progreso del desarrollo implica la renuncia al autoerotismo y una vez más el descubrimiento de un objeto sexual exterior en forma de persona. Hasta este punto, probablemente alrededor de los dos años de edad, la norma del desarrollo es idéntica en niños y niñas. Pero desde el momento en que se descubre un objeto sexual en la forma de una persona, los dos toman caminos diferentes. "Comienza el niño a tomar a su madre como objeto de sus instintos libidinosos"(13), y la niña lo hace hacia el padre.
"Todo ser humano halla ante sí la labor de dominar el Complejo de Edipo"(14). El futuro hombre y la futura mujer dependen de cómo el niño cumple esta labor. Pero la forma en que él o ella lo hacen está dictada en primer lugar por la herencia, por las características innatas diferentes de ambos sexos y por las peculiaridades constitucionales innatas del individuo. Estas ideas de Freud están en la misma línea del pensamiento que, años más tarde, fue sostenido por los pseudocientíficos nazis, quienes sostenían la existencia de ideas raciales innatas, con las cuales, por medio de falsos experimentos, querían justificar la existencia de razas superiores e inferiores. El pseudo científico Freud en lugar de hablar de diferencias raciales innatas, habla de diferencias innatas en ambos sexos. Pero lo que hay que tener en claro en ambos casos es que las diferencias innatas no se limitan simplemente a lo anatómico o a cualquier tipo de características físicas, sino que se habla de diferencias mentales innatas heredadas biológicamente e inmodificables.
Comenzamos, como lo hace Freud, por cómo se resuelve el complejo de Edipo en los varones.
Cuando el niño descubre en su madre un objeto sexual, la operación mental de represión de sus instintos sexuales ya ha aparecido. El conocimiento de su objeto sexual se ha apartado de él y su atracción se le presenta como amor. Su madre es su objeto de amor. En la misma época también, la barrera innata incestuosa y arcaica, ayudada e instigada por las prohibiciones de la sociedad moderna comienza a funcionar. Esto actúa, además, para encubrir la naturaleza sexual de sus sentimientos hacia su madre. En esta época, según Freud, el niño desarrolla una actitud ambivalente hacia su padre. Por una parte el hijo se identifica con el padre, lo admira y quiere ser "igual a él" cuando sea grande. Su padre es su ideal. Por otra parte, el hijo observa que su padre es un obstáculo entre él y la madre y empieza a considerarlo un rival. Estos sentimientos se transforman en el deseo de librarse del padre y ocupar su lugar. La identificación con el padre tiene en ese momento el contenido ambivalente de admiración por un lado y el deseo de muerte por el otro. También esto es la evolución innata, decenas de miles de años después, de la actitud de los hijos de la horda primitiva hacia su padre, su deseo de ser como él y su deseo de matarlo.
El destino innato primitivamente predestinado del niño lo lleva a una situación muy dramática; el hijo ama a su madre al mismo tiempo que respeta, idealiza y odia a su padre y le desea la muerte. Hay aquí, suficiente emotividad turbadora como para hacer estallar la mente de un adulto y no hablemos de la mente de un niño de dos a cuatro años. El niño sin embargo, no tiene que resolver el terrible conflicto intelectualmente y sin ayuda. "El complejo de Edipo -dice Freud- tiene que desaparecer porque llega el momento de su disolución, como los dientes de leche se caen cuando comienzan a formarse los definitivos. Aunque el complejo de Edipo es vivido también individualmente por la mayoría de los seres humanos, es, sin embargo, un fenómeno determinado por la herencia y habrá de desaparecer, conforme a una trayectoria predeterminada, al iniciarse la fase siguiente del desarrollo"(15). El impulso principal hacia la terminación del complejo de Edipo proviene de una combinación de fuentes internas (el instinto de masturbación, componente de los instintos sexuales; la herencia arcaica innata del sentido de culpa proveniente del pecado original del parricidio y el miedo a la castración proveniente del recuerdo arcaico innato del castigo por el incesto infligido a los hijos por el padre de la horda primitiva).
Al mismo tiempo, bajo el estímulo del amor sexual a la madre, el niño comienza a interesarse, de una manera narcisista, en sus propios órganos genitales y a masturbarse. El sentido innato de culpa unido al incesto y al parricidio se transfiere al acto de masturbación infantil. El castigo por el incesto, según la herencia arcaica innata, es la castración. Por lo tanto, el sentimiento de culpa y el miedo al castigo de la castración se transfiere del incesto y el parricidio y se concentran en la masturbación.
Freud sostiene que una cadena de acontecimientos externos ayuda al desarrollo de la estructura innata. La madre o la niñera amenazan al niño con la castración por lo general diciéndole que su padre llevará a cabo ese acto. Al principio el niño, aunque teme el castigo, no cree mucho en él. Tiene entonces lugar un acontecimiento decisivo en la vida del niño. "Esta observación, que rompe por fin la incredulidad del niño -dice Freud- es su descubrimiento de los genitales femeninos. Siempre se le presenta alguna ocasión de contemplar la región genital de una niña y convencerse de la falta de aquel órgano, del que tan orgulloso está en un ser tan semejante a él. De este modo se le hace ya posible representarse la pérdida de su propio pene y la amenaza de castración comienza a sufrir efectos".
El niño (de cuatro años) convencido de la autenticidad de la amenaza de castración, se enfrenta con una importante decisión: o abandona su masturbación narcisista y su interés por la madre (amor sexual), ambos en estrecha relación, o perderá su pene. "En este conflicto vence normalmente el primer poder y el yo del niño se aparta del complejo de Edipo". Así, según Freud, "el complejo de Edipo sucumbe a la amenaza de castración".
El proceso de apartarse del complejo de Edipo trae consecuencias trascendentales. En el transcurso del mismo se forma el super - yo (instancia del inconciente freudiano que se explicará en el próximo capítulo de este trabajo) del niño y su mente se vuelve "civilizada". O sea, queda completa, con su Ello, (otra instancia del inconciente freudiano donde se encuentran los instintos, las pulsiones, etc. También se verá con más detalle en el próximo capítulo) un yo y un super-yo. El super-yo se forma del temor a la castración y de los remordimientos por el deseo del incesto y el deseo de muerte. En este proceso el padre constituye la médula del super-yo. Este último adopta la severidad del padre, perpetúa su prohibición contra el incesto. La energía libidinosa del complejo de Edipo en el niño, liberada por la destrucción del complejo, se transfiere a objetivos no sexuales en forma de sublimaciones, particularmente a fines socialmente aceptables, como ser tareas escolares y juegos y más tarde se transferirá al trabajo, a la actividad creadora, ciencias, artes, etc.
Según Freud, esta es la solución "normal" o "ideal" del complejo de Edipo en los varones. Fija el carácter masculino con su fuerza de voluntad, su disciplina, sus características racionales y lógicas, su interés por el mundo exterior y por la civilización y la cultura. Pero esta solución ideal mediante la cual el complejo de Edipo queda totalmente destruido por el temor de la castración, se logra rara vez, sino nunca. El resultado más común es la repulsión del complejo, más que su destrucción. En este caso más usual la represión de los deseos de incesto y muerte y de los sentimientos de temor y de culpa conduce a reversiones y regresiones, a perversiones y a aberraciones, a la delincuencia y al crimen y en general a las neurosis. La destrucción o represión del complejo de Edipo, sostiene Freud, reprime su actividad sexual y establece un período de latencia que dura hasta la pubertad (doce o trece años).
En esta época, se produce un resurgimiento del complejo, cuya intensidad, tipo y duración dependen en gran medida de cómo se ha resuelto la fase de Edipo infantil. La tarea del joven consiste entonces en romper con sus padres y poder así hallar una compañera y ocupar su lugar en la comunidad.
Mientras que en los varones el complejo de castración pone fin al complejo de Edipo, en las mujeres, por el contrario, el complejo de castración, según Freud, da comienzo al Complejo de Edipo. Freud habla de "un descubrimiento trascendental que las niñas (de dos a cuatro años) están destinadas a hacer" y continúa "descubren el pene de un hermano o compañero de juego, muy visible y de grandes proporciones y al punto lo aceptan como la equivalencia superior de su propio órgano pequeño y conspicuo, y desde ese momento se convierten en víctimas de la envidia del pene... La niña lo ha visto y descubierto que ella no lo posee y desea poseerlo." Este hecho da comienzo a lo que Freud llama "el complejo de masculinidad en las mujeres", que implica "la esperanza de lograr algún día tener un pene a pesar de todo y ser igual al hombre". Ahora cabría hacerse una pregunta ¿qué pasa cuando la niña no ve a un niño desnudo o como vamos a ver a continuación cuando el niño no ve a una niña desnuda?. ¿Acaso esto es algo universal?. ¿Siempre sucede?. Como esto no es así vemos que aquí la teoría psicoanalítica es sumamente débil y ya no se puede sostener el complejo de castración y por ende el complejo de Edipo.
Los niños cuando ven los cuerpos de las niñas, según Freud, adoptan dos actitudes: "horror de la criatura mutilada o desprecio triunfante ante ella". En ambos casos se desarrolló en ellos un fuerte sentido de superioridad masculina. En estas dos actitudes juntas "determinan permanentemente las relaciones del niño hacia la mujer". Así, sostiene Freud, la ideología sobre la superioridad masculina está predestinada por la herencia biológica arcaica. "Después la mujer ha descubierto esa herida a su narcisismo, desarrolla, como una cicatriz, el sentido de inferioridad. Cuando ha superado su primera tentativa de explicarse la ausencia del pene por un castigo personal y ha comprendido que esa característica anatómica es general, comienza a compartir el desprecio que siente el hombre hacia un sexo que es inferior en un aspecto que es tan importante".
El niño está destinado a sentirse superior y la niña inferior y estos sentimientos determinan actitudes permanentes en los hombres y mujeres cuando grandes.
Esto, sin embargo, es sólo el aspecto subjetivo del sentido de superioridad masculina e inferioridad femenina. Freud cree dar validez objetiva a este sentimiento objetivo que los hombres están predestinados por el innato complejo de Edipo a ser superiores; mientras que las mujeres están predestinadas a ser inferiores. Como lo hemos visto, Freud sostiene que en los niños un fuerte super-yo es el heredero del complejo de Edipo por obra del complejo de castración. En las niñas y mujeres el sostiene que, en el curso de la infancia de la niña, en forma de algún modo predestinada, se produce una transformación de la envidia del pene en una ecuación pene = niño. Abandona su deseo de poseer un pene y lo reemplaza por el deseo de un hijo y con este propósito en vista toma a su padre como objeto de amor. Su madre se convierte en objeto de sus "celos". Aquí comienza, entonces, el complejo de Edipo en las niñas. Se originará en el complejo de castración y el resultado es, según Freud, que " en las niñas falta el motivo de destrucción del complejo de Edipo". No se destruye sino que subsiste durante toda la vida y lentamente es abandonado o reprimido.
Por lo tanto en las niñas o mujeres, no existe, ninguna situación que exija la formación de un super-yo. Este se desarrolla sólo gradualmente y rara vez, sino nunca, alcanza un grado similar al del hombre.
Freud anunció al mundo su doctrina en tiempos en que las mujeres en muchas partes del mundo estaban luchando por la igualdad de derechos políticos. El movimiento feminista estaba tomando gran impulso. Después de desarrollar la tesis anterior sobre la inferioridad del super-yo de las mujeres, Freud dice: "No puedo eludir el hecho (aunque he vacilado en darle un nombre) de que para las mujeres la medida de lo que es éticamente normal difiere de los hombres. Rasgo de carácter que los críticos de todos los tiempos han sostenido contra las mujeres, - que tienen menos sentido de justicia que los hombres, que están menos dispuestas a someterse a las grandes necesidades de la vida, que más a menudo influyen en sus juicios sentimientos de afecto u hostilidad - todo esto puede explicarse ampliamente por la modificación en la formación de su super-yo que ya hemos deducido". Y agrega "No debemos permitir que se nos aparte de nuestras conclusiones por la negativa de las feministas que ansían obligarnos a mirar los dos sexos como enteramente iguales en posición y valor".(16)
Freud considera que el complejo de Edipo es el fenómeno central en la infancia de ambos sexos, un fenómeno que en su esencia determina no sólo el carácter y la capacidad del individuo, sino también los rasgos esenciales de la masculinidad y la femineidad. Llegó a esta conclusión de la naturaleza humana, como lo hemos visto, principalmente por medio de especulaciones antropológicas desacreditadas y por la traducción de símbolos estereotipados de un presunto lenguaje primitivo innato
CONFRONTACIÓN
Si como toda ciencia, el pensamiento racional y la filosofía científica sostienen que la mente tiene como sustrato físico, biológico al cerebro, esto es que no habría mente sin cerebro, entonces, la psicología, la ciencia del proceso psíquico, del estudio de la mente, debe estar firmemente fundada en el conocimiento del funcionamiento cerebral
Careciendo de esta ciencia, el psicólogo tiene una o dos alternativas generales:
1º Llevar adelante al máximo, por medio de experimentos objetivos, la investigación descriptiva y clasificadora del comportamiento animal y humano que conduce a la acumulación de un gran conjunto de hechos y conclusiones estadísticas.
2º Construir sistemas especulativos metafísicos sobre la base de la investigación de la mente por medios diversos.
Será posible establecer un contraste suficiente cuando uno de estos últimos sistemas especulativos sea confrontado con una gran correlación estadística de hechos deducidos de la experimentación. Tal confrontación es en sí misma suficiente para descartar cualquier tipo de psicología metafísica, incluyendo la de Freud. Pero no es suficiente para señalar la dirección en que debe orientarse la psicología si ha de efectuar una transición desde la etapa inicial, descriptiva y clasificadora de la ciencia, a la etapa acabada, explicativa, causal.
Esto no significa de ningún modo que la psicología sea sinónimo de neurofisiología. Esta última es un prerrequisisto de la primera.
La psicología para convertirse en una ciencia se apoya en otras ciencias, como ser en una ciencia de la sociedad y en una epistemología científica.
No existe ya ninguna excusa válida para la práctica dualista de los psicólogos de fingir apoyo al principio de la mente como fenómeno indisociable del cerebro y luego ignorar este principio en todos sus trabajos y exposiciones.
Sin embargo Freud hizo mucho más que ignorar este principio. Sacando ventaja de la carencia corriente de la neurofisiología, aunque ya por esos años Freud ignoró por completo los importantes y muy conocidos avances realizados por Pavlov, quien ya en 1903 había presentado en Madrid, en el Congreso de Fisiología sus trabajos sobre los reflejos condicionados, los estudios que Pavlov denominó de la actividad nerviosa superior. También presentó sus trabajos en una conferencia dada en Londres en 1906. Anteriormente en el año 1904, ya había obtenido el premio Nobel por sus trabajos en Fisiología. Y en el año 1923 publicó la primera edición de su estudio objetivo sobre la actividad nerviosa superior, que será ampliada a medida que se agregan los nuevos trabajos en las ediciones sucesivas, actualizadas hasta 1935.
Si bien eran los primeros pasos que se daban en el estudio de la actividad nerviosa superior, esto es, de los hemisferios cerebrales, Freud no se dio por enterado y lo reemplazó por un principio opuesto, es decir, por el principio de que la mente podía comprenderse simplemente en función de sí misma. Amparado por este principio idealista procedió a construir lo que él llamó "la ciencia de lo psíquico inconciente".(17)
Cualquier tentativa de construir una psicología que desconozca la fisiología nerviosa superior ya establecida, aunque aún en desarrollo, está, sin lugar a duda, condenada al fracaso. La psicología de Freud no es una excepción.
La ausencia de esta ciencia podría constituir una disculpa para Freud, aunque en el terreno de la ciencia misma, la ignorancia, aún la ignorancia objetiva, no puede constituir un fundamento para invalidar el método científico y recurrir a conjeturas.
Más aún, en la actualidad, después de los grandes avances logrados desde las neurociencias y otras corrientes psicológicas llama la atención que los seguidores de Freud no se den por enterados, o bien si tienen información al respecto tal vez no sea compatible con su doctrina y esto represente el principio del fin de la misma.
De todos modos nuestra conclusión es que la doctrina de Freud de lo psíquico inconciente se presenta como un sustituto mítico de la actividad nerviosa (psíquica) superior; a cuya ausencia temporal debe su existencia el psicoanálisis.
Por otro lado una psicología racional considera a la mente no en un vacío social, no determinada por esquemas instintivos hereditarios internos y arcaicos, sino socialmente determinada por las condiciones, el tiempo y el lugar. [...]
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Última edición por Cagoenmimáquina el Dom Mar 15, 2015 11:40 am, editado 1 vez