LOS «TEXTOS» ANTISTALINISTAS DE MAO
El antistalinismo de Mao Zedong, no solo está escrito en su «discurso secreto» del 27 de Enero de 1957. También se encuentra, y con el mismo encono, en su «Tres Textos Inéditos», publicados con el título de «La Construcción del Socialismo», lo mismo que en sus «Diez Grandes Relaciones». De comienzo a fin estos escritos están dedicados a refutar a Stalin y darle lecciones sobre Economía Política y de construcción del socialismo, tomando como blanco de sus ataques la conocida y célebre obra de Stalin, «Problemas Económicos del Socialismo en la URSS», escrita en base a los materiales relacionados con el proyecto de Manual de Economía Política que preparaba una Comisión, el año de 1951. En el Texto I, Mao hace las siguientes críticas a Stalin:
«Muchas cosas descritas en estos capítulos son acertadas. Sin embargo es posible que el mismo Stalin, en algunas ocasiones, no haya conseguido analizar la situación. En el primer capítulo, por ejemplo, no dedica más que algunas frases a las leyes objetivas y a la economía planificada, sin desarrollar estos problemas».(26)
Esta es una crítica pueril y extremadamente simplona; además de constituir una mentira escandalosa. El capítulo al que se refiere Mao, titulada, «El carácter de las leyes económicas en el socialismo», y en él, Stalin explica con suma claridad y precisión el carácter de las leyes de la ciencia, como reflejos de procesos objetivos que se operan independientemente de la voluntad de los hombres. Los hombres pueden descubrir estas leyes, dice Stalin, llegar a conocerlas, estudiarlas, tomarlas en consideración al actuar y aprovecharlas en interés de la sociedad; pero no pueden modificarlas ni abolirlas. No son «algunas frases» las que dedica Stalin a este tema, sino nueve páginas.
Las críticas de Mao, a la obra científica de Stalin, Problemas Económicos del Socialismo en la URSS, no tienen ningún valor, son un verdadero enredo de ideas, que denotan un afán desmedido de oponerse a una obra irrefutable, por su riguroso carácter científico. Sin embargo, esas críticas, sirven también para poner al desnudo el revisionismo de Mao Zedong, como veremos a continuación En su carta de respuesta a Sanina y Venzer, publicada como anexo a «Los Problemas Económicos del socialismo en la URSS», Stalin toca el problema de la circulación mercantil en el socialismo:
«El error fundamental de los camaradas Sanina y Venzer consiste en que no comprenden el papel y el significado de la circulación mercantil en el socialismo, no comprenden que es incompatible con la perspectiva del paso del socialismo al comunismo. Piensan, por lo visto, que la circulación mercantil no es óbice para pasar del socialismo al comunismo, que la circulación mercantil no puede impedir esa transición. Es éste un profundo error nacido de la incomprensión del marxismo». (26)
Esta «incomprensión del marxismo» de Sánima y Vencer, se repite en Mao Zedong en su comentario siguiente:
«Stalin divide la producción en dos grandes categorías y afirma que los medios de producción no son mercancías. Esto merece ser estudiado. En China en el sector de la agricultura muchos medios de producción deben ser considerados como mercancías. En mi opinión la última de las tres cartas de Stalin, colocadas como anexo en su libro, expresa un punto de vista casi totalmente erróneo. En ella se aprecia una gran desconfianza con respecto a los campesinos, así como el designio de no disminuir el control sobre la maquinaria agrícola. Por un lado, Stalin dice que los medios de producción pertenecen al Estado, mientras que, por otro lado, afirma que estos son demasiado caros para los campesinos. En realidad se engaña a sí mismo. El Estado ejerce un control asfixiante sobre los campesinos y Stalin no ha encontrado ni el método adecuado ni el camino bueno que conduce del capitalismo al socialismo y del socialismo al comunismo. Para él este es un asunto muy embarazoso». (28)
Este pasaje de Mao sirve para poner al desnudo, no solo su incomprensión del marxismo, sino el carácter no marxista de su «pensamiento». Para el líder chino, la circulación mercantil no puede impedir el paso del socialismo al comunismo, porque sencillamente:
«del mismo modo que el hombre tiene que morir tarde o temprano, también el sistema socialista, como fenómeno histórico que es, ha de desaparecer un día, ha de ser negado por el sistema comunista». (29)
Es oportuno recordar el análisis que hace Engels de la Comuna de Dühring, al que se remite Stalin y que, con toda seguridad, no conocía Mao:
«La producción directamente social y la distribución directa excluyen todo intercambio de mercancías y excluyen por tanto (al menos dentro de la Comunidad) la transformación de los productos en mercancías, y, por consiguiente, en valores». «La forma de mercancía y el dinero penetran con esto en la economía interior de la comunidad directamente socializada para la producción, van rompiendo uno tras otro, los lazos de la misma y disuelven la comunidad en un montón de pedazos de productores privados». (30)
Esto es lo que ocurrió con la «comuna popular» de Mao Zedong y, en general, con la economía de los países que fueron socialistas, incluida China. Las reformas económicas que impulsaron el desarrollo de las relaciones mercantil dinerarias, disolvieron «en un montón de pedazos de productores privados» la economía socialista. No ha sido por casualidad que, el revisionismo soviético, sacara de la circulación Los Problemas Económicos del Socialismo en la URSS de Stalin, y prohibiera su estudio y conocimiento. Esta obra ha cobrado enorme actualidad y es necesario que la conozcan las nuevas generaciones de revolucionarios. Según Mao la circulación mercantil en el socialismo, abarca tanto los objetos de consumo como los medios de producción, y condena la instalación de las Estaciones de Máquinas y Tractores en la URSS. En su opinión estas Estaciones constituyen un control asfixiante del Estado y una desconfianza en el campesinado, al que se le deberían vender las máquinas y tractores, porque no hacerlo significa desconfiar en los campesinos.
Las razones expuestas por Stalin, para que el Estado asuma el equipamiento con máquinas y tractores a todos los koljoses, son irrefutables para cualquiera que conozca por lo menos cuestiones elementales de marxismo:
a) La venta de maquinaria agrícola aumenta la circulación mercantil en gran medida;
b) Los medios de producción no son ni pueden ser mercancías en una sociedad socialista;
c) Solo el Estado puede asumir el elevado costo de la maquinaria agrícola de los koljoses, cuyo envejecimiento exige una renovación permanente.
No es difícil comprende que este no es un problema de confianza o desconfianza en los campesinos, como afirma Mao Zedong, preconizando la venta de máquinas y tractores a ellos porque, según afirma:
«El campesinado es el núcleo del problema. Algunos hasta llegan a considerar a los campesinos como superiores a los obreros». (31)
En lo que se refiere al paso del socialismo al comunismo, el líder chino recomienda lo siguiente:
«Podemos recurrir al intercambio de mercancías y a la ley del valor para facilitar el desarrollo de la producción y el paso al comunismo». (32)
Así resuelve Mao lo que, según él, para Stalin resulta «muy embarazoso».
No puede haber valor sin mercancía, y pretender utilizar la ley del valor para pasar al comunismo es una aberración imperdonable. Es lo mismo que intentar el paso del socialismo al comunismo mediante la circulación mercantil. Ya hemos visto que Mao piensa que esto es posible, cuando rechaza todo el contenido de la carta de Stalin a los economistas Sanina y Venzher. En lo que se refiere al intercambio de productos, es imposible en un sistema donde la circulación mercantil se estimula y sigue vigente. Sin embargo, Mao, piensa que se puede «recurrir» simultáneamente a estas dos formas, que son incompatibles. Por esa incompatibilidad, Stalin propugna llevar a cabo:
«transiciones graduales» para «sustituir la circulación mercantil por un sistema de intercambio de productos, para que el Poder central o cualquier otro centro económico-social pueda disponer de todo el producto de la producción social en interés de la sociedad». (33)
Después de afirmar que para el paso del socialismo al comunismo debe recurrirse tanto al intercambio de mercancías como a la ley del valor. Mao pregunta «¿Socialismo o comunismo? ¿En que momento puede afirmarse que ha finalizado la construcción del socialismo? A este respecto hemos formulado dos criterios:
«1. La terminación de la construcción del socialismo se manifiesta a través de la aplicación general del sistema socialista de la propiedad de todo el pueblo.
2. Cuando el sistema de la propiedad de todo el pueblo haya reemplazado al sistema de la propiedad colectiva». (34)
Estos «dos criterios» de Mao, para pasar del socialismo al comunismo, no son otra cosa que una perogrullada: para pasar al comunismo hay que aplicar en forma general el sistema socialista de propiedad. Y esto se consigue, según el dirigente chino, aplicando la ley del valor y el intercambio de mercancías. Comparemos este enredo con la formulación que hace Stalin sobre las tres condiciones fundamentales para pasar del socialismo al comunismo:
«1.-Es indispensable, en primer término, asegurar de verdad, no una mítica organización racional de las fuerzas productivas, sino el incremento constante de toda la producción social, y preferentemente el de la producción de medios de producción. El que se de preferencia al incremento de la producción de medios de producción no solo es necesario porque esta producción debe asegurar las máquinas necesarias, tanto a sus propias empresas como a las empresas de todas las demás ramas de la economía nacional, sino porque sin ella no es posible, en absoluto, llevar a cabo la reproducción ampliada;
2.-Es indispensable, en segundo término, elevar la producción koljosiana al nivel de propiedad de todo el pueblo, mediante transiciones graduales realizadas con ventaja para los koljoses y, por consiguiente, para toda la sociedad, y también mediante transiciones graduales, sustituir la circulación mercantil por un sistema de intercambio de productos, para que el Poder central o cualquier otro centro económico pueda disponer de todo el producto de la producción social en interés de la sociedad»;
3.-Es necesario, en tercer término, alcanzar un ascenso cultural de la sociedad, que asegure a todos sus miembros el desarrollo universal de sus capacidades físicas e ntelectuales, para que puedan recibir una instrucción que les permita ser agentes activos del desarrollo de la sociedad, para que puedan elegir la profesión que más les guste y no tengan que verse atados de por vida, debido a la división del trabajo existente, a una sola profesión». (35)
Demostrando un pobre conocimiento de marxismo, Mao, llega a decir que Stalin:
«no ha encontrado el camino que permite el paso del sistema de la propiedad colectiva al sistema de la propiedad de todo el pueblo». Y agrega:
«Por lo que respecta a nosotros, hemos conservado la producción comercial y el intercambio de mercancías». (36)
El afán de Mao de criticar y oponerse a Stalin no tiene límites. Contradiciéndose a si mismo, primero dice que:
«Stalin no destaca más que la tecnología y dirigentes técnicos, no quiere nada que no sea la técnica y los dirigentes».
En otro lugar lo acusa de que:
«no habla más que de las relaciones de producción». Stalin, según Mao, «en el ámbito de la industria hace énfasis en la industria pesada y descuida la ligera. De nuevo es unilateral» (37)
Mao Zedong, supuesto superador del marxismo leninismo, ignora una verdad elemental, expuesta por Stalin, y a la que ya nos hemos referido. Es necesario dar preferencia al incremento de los medios de producción (industria pesada) porque en esta forma se asegura la producción, tanto para las propias empresas de esta industria como para las empresas de todas las demás ramas de la producción. Y, además porque sería imposible la reproducción ampliada sin dar preferencia a la producción de medios de producción. Pero el pragmático Mao dice que esto significa caminar con una sola pierna. La reproducción ampliada socialista, es el proceso planificado de la reanudación ininterrumpida, la ampliación y perfeccionamiento de la producción, basada en la propiedad social de los medios de producción. Este proceso no sería posible si no comienza con la industria pesada, la industria de máquinas que hacen máquinas. Mao se opone a esta reproducción ampliada socialista, propugnando el:
«desarrollo simultaneo de las industrias grandes, mediana y pequeñas».
Esto significa negar que la función predominante, en el proceso de reproducción del producto social, le corresponde a la producción de medios de producción y, entre estos, la de los instrumentos de trabajo, que son producidos por la industria pesada.
Según Mao, el simultanear el desarrollo de empresas pequeñas, medianas y grandes, es un «método chino» que permite llegar a una industrialización a ritmo rápido, caminando con las dos piernas. Con tales ideas, era imposible que Mao aceptara la ley económica fundamental del socialismo formulada por Stalin en el siguiente pasaje:
«¿Existe una ley económica fundamental del socialismo? Sí, existe. ¿En que consisten los rasgos esenciales y las exigencias de esta ley? Los rasgos esenciales y las exigencias de esta ley económica fundamental del socialismo podrían formularse, aproximadamente, como sigue: asegurar la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales, en constante ascenso, de toda la sociedad, mediante el desarrollo y el perfeccionamiento ininterrumpidos de la producción socialista sobre la base de la técnica más elevada». (38)
La «producción socialista sobre la base de la técnica más elevada» es imposible en talleres artesanales, en pequeños hornos de fundición de acero como los que proliferaron durante el «gran salto adelante» en la China de Mao. Y no es casual que el líder chino insiste en acusar a Stalin de hablar solo de leyes y de economía olvidando «que es imposible pasar al comunismo, si no hay movimiento comunista».
En el colmo del subjetivismo y el voluntarismo Mao dice:
«En este momento está muy extendida en China la idea de que cuanto más rápido pasemos al comunismo mejor. Algunos recomiendan incluso el paso al comunismo dentro de tres o cuatro años. En el distrito de Fan, provincia de Shantung por ejemplo, este plazo ha sido fijado en cuatro años. Es mejor ir más despacio».
Mao no quiere saber nada de leyes económicas ni reproducción ampliada socialista. Según él, para pasar al comunismo hay que movilizar a las masas, como en la «revolución cultural», cuyo final es conocido. Pasaron algunos años, y Mao cambió de opinión, calculando que pasarían mil años para llegar al comunismo.