En Vanguardia Bicentenaria Republicana (VBR), estamos profundamente preocupados
por la crítica y delicada situación política que amenaza la estabilidad institucional, la paz
social y con ello la gobernabilidad democrática del país. La presente crisis no es nueva,
es la misma continuada por años que de manera intermitente sube y baja de intensidad en
particulares coyunturas electorales y política cuando entra en juego el poder político. Es la
etapa más delicada del conflicto caracterizada por el protagonismo de factores de poder
con intereses antagónicos hoy equiparados en fuerzas, una institucionalidad debilitada y
un ambiente de polarización radical que niega las posibilidades de un racional dialogo con
fines de entendimiento.
Esta crisis tiene su origen en el derrumbe de la democracia representativa, hija del pacto
de punto fijo que no supo resolver los grandes problemas morales, sociales y económicos
del país. Ahora es profundizada por las desviaciones del proyecto bolivariano, producto
de incongruencias teóricas-practicas de un proceso, en nuestra opinión mal llevada,
que sin reunir las cualidades de una revolución, la retorica de sus actuales conductores
ha generado reacciones contrarrevolucionarias en una oposición en desobediencia
institucional permanente. La oposición actúa sin tregua para lograr el fracaso del proyecto
bolivariano desde el mismo momento que se hizo gobierno en 1998. A ello se suma la
persistencia en lo interno del proyecto bolivariano de un modelo de gestión pública
y de dirección política ineficaz, sectario y excluyente que cada vez decepciona a mas
compatriotas y deja sin ánimos de lucha a otros que no ven coherencia entre los postulados
programáticos del proyecto y la conducta diaria de muchos de los que gobiernan y dirigen
es su nombre, sin que nadie ponga los correctivos necesarios a tiempo. Es así como la
oposición va recuperando espacios importantes de poder, más por nuestros errores que
por mérito propio. Prueba de lo aquí señalado es el hecho innegable que bolivarianos que
votaron por Chávez el 7 de octubre, el 14 de Abril lo hicieron a favor de la opción opositora.
Son muchas las desviaciones y los errores que hemos advertido a lo largo de estos años
de gobierno bolivariano, sin que se haya observado la más mínima voluntad de rectificar
pese a los reveces electorales y políticos cada vez más acentuados. De lo que se desprende
la urgencia de una gran cruzada moral, ideológica y política capaz de crear las condiciones
necesarias para lograr el cambio de rumbo del proyecto bolivariano, tanto en la gestión de
gobierno como en la conducción política.
VBR convoca la formación de una gran fuerza ética por la salvación del proyecto de
cambios estructurales, en paz y en democracia, hoy seriamente amenazado de perder el
poder. Esta iniciativa promovida por las mejores voluntades del campo bolivariano crítico
y autocritico, afines en la interpretación de la crisis actual y en la voluntad comprometida
para superarla, contiene un plan serio de rectificación basado en la suscripción de unas
bases programáticas para la renovación del pensamiento político, la construcción del poder
popular y la adopción de una agenda temática, de acción y de movilización con proyección
para todo el país.
por la crítica y delicada situación política que amenaza la estabilidad institucional, la paz
social y con ello la gobernabilidad democrática del país. La presente crisis no es nueva,
es la misma continuada por años que de manera intermitente sube y baja de intensidad en
particulares coyunturas electorales y política cuando entra en juego el poder político. Es la
etapa más delicada del conflicto caracterizada por el protagonismo de factores de poder
con intereses antagónicos hoy equiparados en fuerzas, una institucionalidad debilitada y
un ambiente de polarización radical que niega las posibilidades de un racional dialogo con
fines de entendimiento.
Esta crisis tiene su origen en el derrumbe de la democracia representativa, hija del pacto
de punto fijo que no supo resolver los grandes problemas morales, sociales y económicos
del país. Ahora es profundizada por las desviaciones del proyecto bolivariano, producto
de incongruencias teóricas-practicas de un proceso, en nuestra opinión mal llevada,
que sin reunir las cualidades de una revolución, la retorica de sus actuales conductores
ha generado reacciones contrarrevolucionarias en una oposición en desobediencia
institucional permanente. La oposición actúa sin tregua para lograr el fracaso del proyecto
bolivariano desde el mismo momento que se hizo gobierno en 1998. A ello se suma la
persistencia en lo interno del proyecto bolivariano de un modelo de gestión pública
y de dirección política ineficaz, sectario y excluyente que cada vez decepciona a mas
compatriotas y deja sin ánimos de lucha a otros que no ven coherencia entre los postulados
programáticos del proyecto y la conducta diaria de muchos de los que gobiernan y dirigen
es su nombre, sin que nadie ponga los correctivos necesarios a tiempo. Es así como la
oposición va recuperando espacios importantes de poder, más por nuestros errores que
por mérito propio. Prueba de lo aquí señalado es el hecho innegable que bolivarianos que
votaron por Chávez el 7 de octubre, el 14 de Abril lo hicieron a favor de la opción opositora.
Son muchas las desviaciones y los errores que hemos advertido a lo largo de estos años
de gobierno bolivariano, sin que se haya observado la más mínima voluntad de rectificar
pese a los reveces electorales y políticos cada vez más acentuados. De lo que se desprende
la urgencia de una gran cruzada moral, ideológica y política capaz de crear las condiciones
necesarias para lograr el cambio de rumbo del proyecto bolivariano, tanto en la gestión de
gobierno como en la conducción política.
VBR convoca la formación de una gran fuerza ética por la salvación del proyecto de
cambios estructurales, en paz y en democracia, hoy seriamente amenazado de perder el
poder. Esta iniciativa promovida por las mejores voluntades del campo bolivariano crítico
y autocritico, afines en la interpretación de la crisis actual y en la voluntad comprometida
para superarla, contiene un plan serio de rectificación basado en la suscripción de unas
bases programáticas para la renovación del pensamiento político, la construcción del poder
popular y la adopción de una agenda temática, de acción y de movilización con proyección
para todo el país.