Portal
Poli bueno, poli malo
artículo breve de Fernando López Agudín
publicado en el blog del autor en junio de 2013
O tragas con el poli bueno, Rajoy, o te las verás con el poli malo, Aznar. Ese es el dilema que se ofrece a los ciudadanos. O por las buenas, o por las malas. Como solía preguntar en sus interrogatorios el inspector Vicente, un profesional de la siniestra Brigada Política Social de Franco : ¿ como quieres que te pegue, como médico o como policía ? Idéntica opción es la que se le plantea a los ciudadanos antes de que se les clave el navajazo de las pensiones. Más vale, pues, tragar los inminentes recortes con el bendito Rajoy que con el maldito Aznar.
González bendice, Rubalcaba enmudece, Zapatero calla y la orquesta de Prisa canta a diario las maldades de un Aznar maldecido. No puede quejarse Rajoy. Desde que Felipe elogiara a Fraga al afirmar que hasta le cabía el estado en la cabeza, nunca un político conservador había vuelto a ser tan bien considerado por los progres que nunca han sido la izquierda. Que viene el lobo de los bigotes, es el eslogan de esta oposición de cartón piedra que de repente redescubre un excelente presidente de Gobierno justo cuando acaba de destruir el tejido social hundiendo a las clases medias y sectores populares.
Ni borrachos, vaya equivocación la del Congreso de los Diputados el de volver a subvencionar las copas de los ocupantes de los escaños, se lo pueden creer. Sólo el profundo e intenso miedo de la casta política- que genera un cierre de filas con independencia de que se forren por la derecha o por la izquierda- explica que se arremolinen junto a esa nada santa trinidad formada por Rajoy, González y el Borbón. Algo así como lo que hicieron Cánovas, Sagasta y Maura con los Alfonsos Borbones justo antes de que la II República barriese toda esa basura política acumulada durante varias décadas.
La sociedad española se divide como todas en derecha e izquierda pese a que los partidos políticos insisten, ayer Zapatero y hoy Rajoy, en incumplir sus promesas electorales. España no es una ninguna excepción y, por lo tanto, no se bifurca en antiaznaristas o aznaristas. Los problemas políticos de la derecha corresponde únicamente a la derecha resolverlos, lo mismo que las contradicciones políticas de la izquierda corresponde sólo a la izquierda resolverlas. La política antisocial de Rajoy, que continúa la de Zapatero, sería continuada por un Aznar de vuelta en la Moncloa. Todos son meros peones de la Merkel pese a que algunos de ellos necesiten jugar al poli bueno y al poli malo para vender a los suyos la necesidad de tragar con resignación el aceite ricino que les preparan Botín, González y Fainé.
artículo breve de Fernando López Agudín
publicado en el blog del autor en junio de 2013
O tragas con el poli bueno, Rajoy, o te las verás con el poli malo, Aznar. Ese es el dilema que se ofrece a los ciudadanos. O por las buenas, o por las malas. Como solía preguntar en sus interrogatorios el inspector Vicente, un profesional de la siniestra Brigada Política Social de Franco : ¿ como quieres que te pegue, como médico o como policía ? Idéntica opción es la que se le plantea a los ciudadanos antes de que se les clave el navajazo de las pensiones. Más vale, pues, tragar los inminentes recortes con el bendito Rajoy que con el maldito Aznar.
González bendice, Rubalcaba enmudece, Zapatero calla y la orquesta de Prisa canta a diario las maldades de un Aznar maldecido. No puede quejarse Rajoy. Desde que Felipe elogiara a Fraga al afirmar que hasta le cabía el estado en la cabeza, nunca un político conservador había vuelto a ser tan bien considerado por los progres que nunca han sido la izquierda. Que viene el lobo de los bigotes, es el eslogan de esta oposición de cartón piedra que de repente redescubre un excelente presidente de Gobierno justo cuando acaba de destruir el tejido social hundiendo a las clases medias y sectores populares.
Ni borrachos, vaya equivocación la del Congreso de los Diputados el de volver a subvencionar las copas de los ocupantes de los escaños, se lo pueden creer. Sólo el profundo e intenso miedo de la casta política- que genera un cierre de filas con independencia de que se forren por la derecha o por la izquierda- explica que se arremolinen junto a esa nada santa trinidad formada por Rajoy, González y el Borbón. Algo así como lo que hicieron Cánovas, Sagasta y Maura con los Alfonsos Borbones justo antes de que la II República barriese toda esa basura política acumulada durante varias décadas.
La sociedad española se divide como todas en derecha e izquierda pese a que los partidos políticos insisten, ayer Zapatero y hoy Rajoy, en incumplir sus promesas electorales. España no es una ninguna excepción y, por lo tanto, no se bifurca en antiaznaristas o aznaristas. Los problemas políticos de la derecha corresponde únicamente a la derecha resolverlos, lo mismo que las contradicciones políticas de la izquierda corresponde sólo a la izquierda resolverlas. La política antisocial de Rajoy, que continúa la de Zapatero, sería continuada por un Aznar de vuelta en la Moncloa. Todos son meros peones de la Merkel pese a que algunos de ellos necesiten jugar al poli bueno y al poli malo para vender a los suyos la necesidad de tragar con resignación el aceite ricino que les preparan Botín, González y Fainé.
