Terremoto político en Chequia por un escándalo de corrupción y de escuchas ilegales
Hace unos meses fue Eslovaquia el país afectado por un escándalo de corrupción que implicaba a toda la clase política eslovaca, pero muy especialmente al gobierno, el llamado escándalo Gorila, que supuso elecciones anticipadas y la caída, con más pena que gloria, del ejecutivo de derechas que dirigía Iveta Radičová (puede leerse más en las entradas de Crónicas Húngara sobre el asunto, el escándalo Gorila, Eslovaquia ante las elecciones, Protestas en Eslovaquia contra la corrupción, Batalla campal en vísperas de las elecciones, Mayoría absoluta para Smer). Pues ahora les ha tocado a sus vecinos, la República Checa, donde el gobierno conservador-liberal se ha visto afectado por un escándalo múltiple de corrupción y de escuchas ilegales, que puede llevárselo por delante, a pesar de que el primer ministro Petr Nečas insistiera en un primer momento en que confiaba en la "limpieza" de su gobierno.
El miércoles 12 de junio del 2013, varias unidades del cuerpo de lucha contra la corrupción de la policía checa (el ÚOOZ), irrumpieron en las residencias de dos importantes empresarios. Eso fue solo el comienzo, el jueves se supo que destacados políticos checos, vinculados al Partido Civil Demócrata - ODS, en el gobierno en la actualidad (es el principal partido de derechas de Chequia), habían sido detenidos, entre ellos Jana Nagyová, directora de la Oficina del Primer Ministro y persona de confianza de Petr Nečas (y puede que algo más incluso que eso); Petr Tuchloř, líder de la fracción parlamentaria del partido; Ivan Fuksa, exministro de agricultura; Ondrej Páleník, ex-jefe de los servicios de información del ejército; Milan Kuvanda, jefe actual de los servicios de información del ejército; y otros. Poco después quedaba claro que se estaba produciendo el mayor escándalo en la política checa desde la caída del comunismo. Las unidades de la policía se presentaron en varias instituciones oficiales para investigar o para detener a ciertas personalidades políticas: en el Ayuntamiento de Praga, en el Ministerio de Defensa y en la Oficina del Primer Ministro. La clase política checa fue incapaz de reaccionar en un primer momento ante la magnitud del escándalo. En el parlamento los primeros en pedir explicaciones fueron los diputados comunistas, en una sesión en la que faltaba el Primer Ministro, que prefirió escurrir el bulto y desaparecer sin dejar la menor huella sobre su paradero. Se estuvo especulando dónde podría estar y los medios checos afirmaban que nadie lo sabía, ni siquiera la policía. A lo largo del día fueron conociéndose las noticias de la detención de otros altos. Finalmente el Primer Ministro apareció para ofrecer una brevisima rueda de prensa en la que rechazó la posibilidad de dimitir y defendió la limpieza de su gobierno, y especialmente expresó su total confianza en Nagyová. Después de la rueda de prensa se reunió el Consejo de Seguridad Nacional, aunque no pudo estar al completo, ya que dos de sus miembros habían sido detenidos precisamente por este escándalo.
Más tarde, el sábado 15 de junio, se detuvo a Marek Šnajdr, también miembro del partido en el poder, que había estado durante la semana en el extranjero. En definitiva han sido detenidas ocho personas, todas altos cargos políticos, siete de ellas han sido acusadas de diversos crímenes de corrupción y abuso de poder (por el empleo de los servicios de información militar por cuestiones personales). Durante las detenciones, la policía se ha encautado de 150 millones de coronas checas y varios kilos de oro.
El escándalo tiene dos hilos diferenciados. Por un lado el caso de corrupción: a finales del año pasado, después de muchas discusiones, el parlamento aprobó un programa de reformas, restricciones y ahorro público. En un principio tres diputados del principal partido de la coalición en el poder se negaron a apoyarlo, y por eso las discusiones duraron bastante tiempo. Sin embargo, estos tres diputados de pronto abandonaron sus escaños de diputados, que fueron ocupados por otros miembros del partido leales a la reforma. Curiosamente, nada más abandonar los escaños, los tres políticos se convirtieron en directivos de importantes empresas estatales. La policía sospecha que se trata de un asunto claro de corrupción en el que estos políticos recibieron prebendas a cambio de ceder su puesto. Los diputados están ahora en prisión, se trata de Šnajdr, Tuchloř y Fuksa. El otro hilo del escándalo está relacionado con las escuchas ilegales a tres personas, empezando por la esposa del primer ministro Radka Nečasová, que habrían sido encargadas por Nagyová. La jefa de la Oficina del Primer Ministro habría usado la información conseguida para acelerar los conflictos de la pareja, contribuyendo a su separación (que fue anunciada el lunes de esta semana, aunque era un secreto a voces).
La prensa local checa habla de tragicomedia, de un culebrón como los que les suelen llegar de Latinoamérica, pero detrás de ese apariencia hay cosas más importantes, por ejemplo que cómo es posible que un alto cargo pueda usar a su antojo los servicios de información sin que los oficiales rechacen el encargo. Y por otro lado está el escándalo de corrupción, muchos de los implicados, especialmente las personalidades con poder económico, no han sido detenidos. Se da la circunstancia de que el antiguo presidente, el conocido cleptómano Vaclav Klaus, antes de dejar su puesto (tras las elecciones presidenciales del 2013), decretó una aministía que afectó a grandes empresarios acusados de corrupción (que quedaron en libertad o sobre los que se interrumpió la investigación en curso).
Por lo demás el Primer Ministro ha seguido defendiendo a capa y a espada a su "protegida", que no es la primera vez que se ve envuelta en un escándalo (dicen las malas lenguas que atropelló a una mujer que posteriormente murió; también el año pasado recibió un premio en metálico del gobierno por su trabajo, algo que sorprendió y escandalizó a muchos). Después de que el sábado la judicatura anunciara el inicio del proceso, el Primer Ministro no puede escudarse en la fórmula de "confiar ciegamente en la limpieza de su gobierno". El mismo presidente del país, Miloš Zeman, anunció en la prensa que Nečas debía dimitir. Finalmente, el mismo Nečas ha anunciado que el lunes presentará la dimisión, tanto al frente del gobierno como del partido. Lo que no está claro es si se llevará al gobierno por delante o el gobierno continuará; de todas formas si ya antes del escándalo las encuestas reflejaban un continuo descenso en la popularidad del ODS (ya está detras del Partido Comunista, por ejemplo, véase el último artículo sobre encuestas de opinión política de Crónicas Húngaras), está claro que este escándalo no va a traer nada bueno para su partido, algunos politólogos vaticinan que el ODS puede dejar de ser una fuerza política importante en Chequia.
Fuentes: HVG, Index.hu (1, 2), Pravda.sk, Radio Praga,Új Szó (1, 2, 3, 4, 5)
http://www.cronicashungaras.blogspot.hu/2013/06/terremoto-politico-en-chequia-por-un.html