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    "La entrevista censurada de Jim Garrison (¿Por qué asesinaron a John F. Kennedy en Dallas?)" - entrevista de Thomas G. Buchanan - publicado en La coctelera en 2009

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    pedrocasca
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    "La entrevista censurada de Jim Garrison (¿Por qué asesinaron a John F. Kennedy en Dallas?)" - entrevista de Thomas G. Buchanan - publicado en La coctelera en 2009  Empty "La entrevista censurada de Jim Garrison (¿Por qué asesinaron a John F. Kennedy en Dallas?)" - entrevista de Thomas G. Buchanan - publicado en La coctelera en 2009

    Mensaje por pedrocasca Dom Jul 14, 2013 9:45 pm

    "La entrevista censurada de Jim Garrison*** (¿Por qué asesinaron a John F. Kennedy en Dallas?)"

    entrevista del periodista Thomas G. Buchanan

    publicado en La coctelera en mayo de 2009

    ***Jim Garrison, fiscal general de Nueva Orleans durante el juicio celebrado en 1968


    "El asesinato de John Kennedy en Dallas fue el primer golpe militar de la historia de los Estados Unidos. Entre los responsables figuraron jefes del Estado Mayor Conjunto."

    Esta grave acusación fue formulada por el fiscal general de Nueva Orleans, Jim Garrison, durante la entrevista que éste concedió en exclusiva a este periodista.

    Fue un verdadero problema el conseguir la entrevista. La policía federal vigila el despacho del fiscal y las casas de sus subalternos. La correspondencia frecuentemente interceptada. Cuando terminó el juicio de Clay Shaw, escribí a Garrison desde Francia solicitando una entrevista.

    Me contestó: "Responderé con sumo gusto a sus preguntas por haber sido usted el primero en ver la falsedad de la versión que el gobierno dio sobre el asesinato del presidente Kennedy". La carta de Garrison había tardado cuatro días en llegarme.

    El día 22 de abril le escribí de nuevo por correo aéreo certificado y la carta me fue devuelta dos meses después con la indicación "extraviada". De nuevo escribí a Garrison el 24 de mayo y de nuevo me fue devuelta la carta. Entonces recibí una comunicación oficial con la firma del fiscal en la que se me decía textualmente: "Una serie de asuntos urgentes me impiden concederle, por el momento, la entrevista que usted ha solicitado".

    Se había cerrado el "dossier" cuando recibí otra comunicación de Garrison en la que se decía: "Si llegan a sus manos cartas con mi membrete particular comunicándole que no tengo tiempo para conceder entrevistas, no haga ningún caso".

    Conseguí, al fin, la entrevista por vía indirecta.

    El lector podrá sacar las conclusiones que quiera de la investigación del fiscal Garrison; sin embargo, una cosa es cierta: alguien ha intentado impedir por todos los medios que apareciese en la prensa americana lo que sigue.

    BUCHANAN:  Señor Garrison, usted ha tenido la amabilidad de concederme la primera entrevista a un reportero desde el fallo del tribunal que juzgó el caso de Clay Shaw. ¿Puede explicarme por qué se ha decidido ahora a hacer una declaración pública?

    GARRISON: No me ha sido posible durante mucho tiempo hacer declaración publica alguna a la prensa nacional norteamericana sin el temor de verla tergiversada o mal interpretada. La suya fue la primera petición que se me hizo desde Europa después del juicio de Clay Shaw; por eso acepté. Quería ver si era posible publicar, en algún lugar del mundo, toda la verdad sobre el asesinato. Los europeos han tenido experiencia del fenómeno que representa un estado basado en la industria armamentística, con toda una serie de represiones ocultas y manifiestas.

    B: ¿Quién mató al presidente Kennedy?

    G: El presidente Kennedy fue víctima de un golpe de estado. La Agencia Central de Inteligencia fue la encargada de los preparativos del asesinato y de su camuflaje, culpándose a un joven demente, de quien se dijo que había actuado aisladamente, de aquella acción. Es evidente que la CIA había dejado desde hacía tiempo de ser una mera agencia coordinadora de los servicios de seguridad, y que se había convertido, a la vez, en un arma clandestina de los intereses armamentísticos en el gobierno estadounidense.

    B: ¿Cuál era el objetivo político de los que conspiraron, en 1963, para asesinar al presidente de los Estados Unidos?

    G: El objetivo era el de derrocar a un hombre que estaba tratando por todos los medios de terminar con la Guerra Fría, y que habría reducido con ello el poder económico y político de la industria armamentística en Estados Unidos. La Guerra Fría había representado un negocio sin precedentes para los Estado Unidos.

    El complejo militar-industrial se había convertido en la fuerza más poderosa de América. Por otra parte, a partir del desastre de la Bahía de Cochinos, en Cuba, Kennedy se mostró cada vez más desilusionado con los militares. Las diferencias crecieron aun más con motivo de la crisis de Cuba, la crisis provocada por los misiles soviéticos. Kennedy se negó a hacer caso de los jefes del Estado Mayor Conjunto (con la notable excepción del general Shoup, del cuerpo de marines) que le aconsejaban bombardear Cuba inmediatamente.

    En el verano de 1963, el presidente Kennedy se había distanciado tanto de los militares que, al mirar ahora hacía atrás, nos damos cuanta de que o uno u otros tenían que ser necesariamente eliminados. El 1 de septiembre de 1963, haciendo caso omiso del consejo de la mayoría de los jefes del Estado Mayor Conjunto, hizo que se firmara, en Moscú, el Tratado de Proliferación Nuclear. Entonces entabló conversaciones de paz con Cuba. Y como remate, y esto es lo que peor sentó a los partidarios de mantener la paz mediante la violencia, el presidente inició la retirada de tropas del Vietnam. Entre el 1 de agosto de 1963 y el 1 de octubre del mismo año, redujo el contingente de militares americanos de quince mil a catorce mil. Entonces ordenó al Secretario de Defensa, MacNamara, que dispusiese la retirada de los últimos hombres destacados en el Vietnam para 1965. Con esta medida, los Estados Unidos se quedarían sin posiciones en Asia y consecuentemente, sin uno de los mejores mercados de la industria armamentística norteamericana, así como una de las mayores razones del poder de la monstruosa combinación Pentágono-CIA en Washington.

    En realidad, John Kennedy estaba invirtiendo el desarrollo de la política exterior americana de los años precedentes, que había tenido como resultado el establecimiento de una Paz Americana en las vastas regiones del globo. Kennedy había iniciado un programa de reducción del poder militar norteamericano, inconcebible e inaceptable para los que se habían convertido en centro de gravedad del poder en Estados Unidos. Sus proyectos, que hubiesen ayudado extraordinariamente a terminar con la Guerra Fría, estaban en oposición directa a los intereses de la fuerza más poderosa que actualmente en América (los intereses de la industria armamentística, que incita al gobierno a dedicar un presupuesto cada vez mayor a la defensa de la "seguridad nacional").

    Fue por esto por lo que le eliminaron en una emboscada en Dealy Plaza, de Dallas. La CIA convirtió a Lee Harvey Oswald en chivo expiatorio, animándole a que participara en diversas manifestaciones pro-castristas en Nueva Orleans. El asesinato fue la cosa más sencilla del mundo y la posterior investigación federal, totalmente fraudulenta, fue seguida de una investigación, no menos falsa, a cargo de unos cuantos dignatarios progubernamentales. El objetivo real de la investigación del FBI y de la encuesta de la Comisión Warren era ocultar la participación de los agentes de la inteligencia americana en el asesinato de John Kennedy, aunque, en honor a la justicia, hay que decir que es muy posible que ninguno de los miembros de la Comisión Warren fuese consciente de tal objetivo.

    No puede decirse lo mismo de Allen Dulles, ex jefe de la CIA, quien se opuso a la publicación de los resultados de la investigación de la Comisión Warren. La prensa americana divulgó una serie de pronunciamientos oficiales fraudulentos y se infiltraron una serie de noticias, de modo que la muerte del presidente apareció como un desgraciado accidente ocurrido en el curso de un desfile. En realidad, Oswald no mató a nadie aquel día y, en realidad, no existía ninguna prueba contra él cuando fue asesinado a su vez. Pero aquello poco importaba, porque por entonces la falsa información del gobierno, transmitido a todo el mundo por medios electrónicos, había pasado a la historia. Fue en aquel instante, cuando la voz del chivo expiatorio fue acallada para siempre, que el ser acusado de asesinar al presidente y el haberlo asesinado se convirtieron en una misma cosa. En cualquier caso, la ceremonia funeral fue exactamente la misma.

    B: ¿Tiene usted alguna razón para suponer una relación entre los asesinatos de John Kennedy, Robert Kennedy y Martin Luther King?

    G: En términos de probabilidad, todos están relacionados entre sí y todos han sido consentidos por la misma fuerza: la coalición militares-industria que domina Estados Unidos. Todas y cada una de esas misiones particulares fueron llevadas a cabo, o por lo menos instigadas, por la Agencia Central de Inteligencia, el oculto alter ego de nuestra democracia nominal, que, en virtud de su carácter clandestino, su filosofía totalitaria y su secreto contubernio con el alto mando militar, es libre de hacer muchas cosas que nuestras tradiciones jamás tolerarían.

    Cada una de las victimas fue un enemigo altamente eficaz de la guerra del Vietnam y, consecuentemente, contaba con muchos seguidores dentro de los Estado Unidos. La industria armamentística ha llevado a cabo la sistemática eliminación de los enemigos de la guerra del Vietnam, ya que consideraba a éstos como mucho más peligrosos que la conspiración comunista mundial gracias a la cual justifica su costosa existencia. La mayor parte de los americanos no han comprendido todo esto porque los medios de comunicación de masas se han negado a dar publicidad a declaraciones en tal sentido.

    El asesinato del senador Kennedy fue cuidadosamente calculado: Robert Kennedy tenía que ser eliminado porque era seguro que se convertiría en un nuevo John Kennedy, es decir, porque compartía el punto de vista del presidente Kennedy, según el cuál el Pentágono no debía decidir la política exterior de los Estados Unidos. Minutos después de ganar las primarias de California fue muerto por un "asesinato solitario": así se eliminaba de la carrera hacia la presidencia a uno de los más destacados enemigos de la guerra del Vietnam. Aunque es el asesinato de Robert Kennedy se utilizó una técnica diferente de la empleada en el asesinato de John Kennedy, lo cierto es que el instigador y principal responsable fue el mismo.

    También en el asesinato de Robert Kennedy encontramos un factor internacional que no concuerda demasiado con el resto de la historia. Otra vez tenemos a un hombre que (por desgraciada que haya sido su adolescencia) ha viajado por diversos países, algo que sólo pueden permitirse algunos americanos. Del mismo modo que Lee Oswald había estado en Rusia y México, James Earl Ray en Canadá, Portugal e Inglaterra, Shiran Shiran había viajado desde las orillas del Mediterráneo hasta Los Angeles. En el caso de Martin Luther King, la técnica empleada ofrece muchas similitudes con la utilizada en el asesinato de John Kennedy. Las semejanzas entre los asesinatos de Kenndy y King (la puntería de los tiradores, las rápidas declaraciones del gobierno, sin investigación previa, de que no se trataba de ninguna conspiración, el evidente empleo de cabezas de turco y la inmediata divulgación de datos falsos) resultan demasiado familiares. Para mí no cabe duda de que el asesinato de Martin Luther King, como el de John Kennedy, fueron obra de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos. También creo muy probable que el senador Robert Kennedy y fuese eliminado por la misma organización, aunque con una técnica ligeramente diferente.

    Actualmente, la Guerra Fría, incluido el conflicto del Vietnam, es un negocio de unos ochenta mil millones de dólares anuales para los Estados Unidos. Los hombres que se benefician de este negocio y lo que han obtenido un poder increíble como resultado de las constantes tensiones bélicas, no toleran a aquellos individuos que representan, a sus ojos, una amenaza para la continuación de los beneficios que les aporta la Guerra Fría. Como quiera que esta fuerza, aunque poderosa, no está equipada para presentarse a una tribuna pública, tiene que eliminar físicamente a todos lo que la estorben para sobrevivir.

    Además, esta fuerza que actualmente controla a los Estados Unidos, cree en la violencia como solución de cualquier problema. De ahí el peligro que representa no solo para América, sino para el mundo entero.

    B: ¿Cómo hubiese enfocado usted la investigación sobre el asesinato de Martin Luther King, de haberse producido éste dentro del campo de su jurisdicción?

    G:  Es casi imposible llevar a cabo una investigación eficaz de una operación sofisticada de Inteligencia con maquinaria ejecutiva ordinaria. Todo lo que se llega a ver son los resultados: una cabeza rota o una vértebras separadas del cuerpo, seguidos del arresto de un cabeza de turco y la distribución de gran cantidad de información completamente irrelevante para provocar la confusión en las mentes de todos aquellos que pudieran intentar llevar a cabo una investigación seria.

    Por ejemplo, la única razón por la que nuestra investigación tuvo éxito (y tuvo éxito a pesar de que los medios de difusión nacionales hayan dicho lo contrario) es que fuimos tremendamente afortunados al principio. Tropezamos, literalmente, con empleados de la CIA en Nueva Orleans ocupados en falsificar datos para convencer al pueblo norteamericano de que Oswald era comunista. Con respecto a Martin Luther King, lo primero que habría que hacer sería rechazar todas las declaraciones del gobierno norteamericano sobre el asunto, ya que todas ellas tienen como único fin el ocultar los hechos del asesinato. Las declaraciones del Departamento de Justicia afirmando que no hubo conspiración alguna deberían reconocerse como una indicación de la existencia segura de una conspiración.

    Como resultado de la experiencia que significó para nosotros el asesinato de Kennedy me inclino a considerar la mayor parte de la "información" difundida en relación con el de King como una serie de falsas informaciones fabricadas por el aparato de Inteligencia del gobierno. Se trata de una técnica altamente eficaz destinada a distraer la atención de los individuos reacios a aceptar la explicación oficial. El resultado es que incluso aquellos que tratan de descubrir la verdad bajo la engañosa superficie terminan encontrándose con un montón de hechos que sólo provocan confusión y que les obligan, antes o después, a abandonar. Habría que investigar sobre la base aérea que hay cerca de Memphis, ya que es muy probable que el equipo encargado del asesinato (y no me refiero al cabeza de turco ni a esos individuos que atraviesan el país en Ford Mustang) fuese trasladado en avión desde esa base aérea. Pero toda investigación sería extraordinariamente ardua, que no creo que consten esas salidas. Claro está que se entrevistaría a todos los testigos oculares. Podría añadir que el gobierno federal ya se encargaría de obstaculizar la investigación. El FBI interceptaría las líneas telefónicas, y si persistiesen en sus pesquisas, se les enviarían agentes del Fisco que les informarían de que se estaba llevando a cabo una investigación sobre una presunta violación de las leyes de impuestos en la que parecían haber concurrido.

    B: ¿Qué ocurrió en el caso de Clay Shaw, al que usted acusaba de haber conspirado para asesinar al presidente Kennedy?

    G:  En el caso de Clay Shaw aprendí la lección de que no es posible presentar una operación sofisticada y clandestinamente de Inteligencia en un tribunal anglosajón, en el que, justamente, las reglas de procedimiento están destinadas a salvaguardar una serie de derechos del acusado.

    Yo no cambiaría nuestro sistema legal, porque creo que debería concederse la máxima importancia a la salvaguarda de los derechos del acusado. Sin embargo, el complicado camuflaje y la naturaleza clandestina de una operación de inteligencia imposibilitan virtualmente la comunicación, en un tribunal, de la causa y el efecto necesariamente relacionados con la acusación que se formula.

    Si, por ejemplo, a uno se le ocurre trasladar mentalmente a un tribunal a una novela de espionaje de Len Delighton o de John Le Carré, se encontrará con que es algo imposible. Un jurado espera ver más de lo que le deja ver una operación de Inteligencia cuidadosamente preparada; un jurado espera que, más tarde o más temprano, uno de los acusados no pueda más y confiese todas sus culpas (pero una cosa así no puede ocurrir, porque los acusados tienen miedo de que les maten si hablan).

    La respuesta más eficaz a un asesinato llevado a cabo por la Inteligencia sería una investigación a cargo de otra "Contra Inteligencia" para llevar a cabo la investigación. De todas formas, un tribunal local no puede pretender tener éxito al juzgar a hombres que han participado en un golpe de estado nacional.

    B: Según sus propias investigaciones, ¿cuál era la afiliación política de Shaw?

    G: La afiliación política de los individuos que trabajan para una poderosa agencia de Inteligencia no siempre importa demasiado cuando se trata de una misión aislada. En mi opinión, el principal factor motivador de cada uno de los individuos que participaron, de una manera u otra, en el asesinato, fue sencillamente el hecho de sentirse partícipe de una misión. Esto nos ha resultado especialmente claro en relación con los agentes del gobierno federal, que se infiltraron en nuestras oficinas y trataron de obstaculizar nuestros esfuerzos encaminados a descubrir la verdad. Parece que a ninguno en absoluto le importó, el que John Kennedy hubiese sido asesinado. Cada uno de ellos realizaba una misión. Para un técnico que trabaja para un superestado, una misión no es ni moral ni inmoral. La lleva a cabo porque ha recibido órdenes y porque le gusta la posición que ocupa como parte de una poderosa organización.

    Eichmann, por ejemplo, no odiaba a los judíos alemanes, aunque ordenó el transporte de millones de judíos a los campos de concentración. Era un técnico; le encantaba jugar aquel papel. América se ha convertido en una nación de Eichmann. Se ha convertido en una nación de técnicos que ejecutan continuamente órdenes del cuartel general de los intereses armamentísticos, y a los técnicos poco les importa que las órdenes se refieran a la intercepción de determinadas líneas telefónicas, a la fabricación de napalm o a la reacción de artículos que confirmen que los asesinatos fueron llevados a cabo por individuos que habían tenido una niñez desgraciada.

    B: ¿Ha influido el cambio en la administración de Washington en sus relaciones con las agencias federales que le negaron cooperación?

    G: No se ha producido cambio alguno en la base del poder de Washington. Ha habido cambios aparentes, pero la máquina armamentística y sus largos tentáculos locales y exteriores, siguen en intactos. El Congreso puede discutir cómo ahorrar electricidad, y el presidente puede decidir que se pinten todas las habitaciones de la Casa Blanca del primer color que se le ocurra, pero es muy poco probable que los beneficiarios de la industria armamentística y sus aliados en el gobierno pierdan parte de su poder.

    El presidente de los Estados Unidos es un funcionario transitorio con relación al conglomerado armamentístico. Sus funciones consisten en actuar como maestro de ceremonias en la concesión de medallas póstumas, servir de representante a los fabricantes de armamento y hablar, cuantas más veces mejor, de los deseos de paz de la nación. No es libre de traspasar el coto de los intereses bélicos ni siquiera de reconocer la existencia de tal organismo. No tiene, debido al poder colectivo, la libertad de destituir al jefe del Estado Mayor Conjunto o a los directores de la CIA o del FBI. Tiene que confirmarlos en sus puestos debido a la reconocida eficacia de todos ellos. Tal es su misión en el juego. Antes, el jefe del Estado Mayor Conjunto era sustituido cada dos años. No se ha producido ninguna sustitución en ese puesto desde el 22 de noviembre de 1963. Y en la prensa no se ha dicho nada sobre esta anomalía. Aparentemente, como muchas de las cosas que han ocurrido en el país desde 1963, no merece la pena.

    Hay que comprender que en la era de la Paz Americana, en una época en que el presupuesto militar anual es de ochenta billones de dólares, el control de la política exterior equivale al control de la nación. La política exterior sigue siendo un feudo de los intereses bélicos. Este fue el significado esencial del asesinato del presidente Kennedy: que este poder que tienen América en un puño, no tolerará interferencia alguna con su control de la política exterior estadounidense, con sus programas militares exteriores y su reacción extrema a una serie de supuestas amenazas externas. El gran daño ocasionado por la Comisión Warren a este país fue que convirtió al gobierno auténtico del país - los representantes del pueblo - en un gobierno invisible.

    B: ¿Qué papel jugo David Ferrie en las actividades desarrolladas en Nueva Orleans?

    G: David Ferrie, piloto de talento, capaz de realizar cualquier misión con un avión, fue empleado por la Agencia Central de Inteligencia a mediados de los años cincuenta. Realizó misiones para la CIA en Nicaragua y en la Isla del Cisne, en el Caribe. Con anterioridad a los sucesos de la Bahía de los Cochinos, entrenó a pilotos cubanos en Guatemala. Hizo vuelos nocturnos a Cuba para la CIA, transportando armas y pasajeros. Una vez casi es hecho prisionero en cuba, Las relaciones entre Ferrie y Lee Oswald datan de los años cincuenta, cuando Ferrie era capitán de la Patrulla Civil del Aire, y Oswald, cadete. En 1963, cuando Oswald regresó a Nueva Orleans, procedente de Dallas, para cumplir el encargo de dedicarse a "actividades" izquierdistas, fue visto con frecuencia en compañía de Ferrie por una serie de testigos.

    Oswald se ocupaba de sus actividades de "Juego Limpio para Cuba" desde el número 544 de Camp Street, sede de la oficina de Guy Banister, ex jefe de la sección de Chicago del FBI. Banister realizaba también actividades clandestinas por encargo de la CIA, sobre todo en el sector del Caribe. Oswald mandó imprimir la dirección "544 Camp Street" en los folletos de propaganda que distribuía y con ello contribuyó a complicar al gobierno en todo el asunto.

    Antes que Oswald, Ferrie utilizaba la misma oficina de 544 Camp Street para sus operaciones del "Frente Revolucionario cubano". Se trataba de una operación de la CIA que no gozaba apenas de apoyo de los exiliados cubanos en Nueva Orleans. La misma tarde del asesinato, Ferrie hizo un viaje de nueve horas a Texas, en medio de una gran tormenta. Más tarde explicaría que había ido a patinar. A primera hora de la tarde del sábado 23 de noviembre de 1963, Ferrie se metió en la cabina telefónica de una pista de patinaje, donde se dedicó a hacer y recibir llamadas telefónicas. Aquella noche se trasladó a Galveston. Ferrie estaba en Galveston al sábado por la noche, cuando Jack Ruby llamó poco antes de medianoche.

    Durante la investigación realizada por el fiscal de Nueva Orleans, cuando estaba a punto de ser detenido, Ferrie falleció de repente. El forense de Nueva Orleans atribuyó la muerte del piloto y agente de la CIA a causas naturales. Antes de morir, sin embargo, Ferrie dejó dos largas notas en las que hablaba de su suicicio, una de las cuales le dejó en su piano, la otra en su mesa. En ambos casos, la firma estaba mecanografiada.

    B: ¿Estaba relacionado Clay Shaw con la Inteligencia del gobierno americano?

    G: Preferiría no hacer ningún comentario directo sobre el señor Shaw, porque sigue acusado de perjurio por haber negado que estuvo en Nueva Orleans con Lee Harvey Oswald en 1963. Legalmente, nada me prohibe contestar a esa pregunta; sin embargo, prefiero que en el futuro juicio por perjurio aclare todos estos puntos.

    B: ¿Tenía el Mercado Internacional, que Clay Shaw dirigió durante dieciocho años, interés especial para las fuerzas de Inteligencia gubernamental?

    G: Si. El Mercado Internacional, en 1963, no era un edificio de oficinas normal y corriente, aunque muchos de nosotros no lo sabíamos. El Mercado Internacional, con excepción de unas pocas oficinas, era un edificio virtualmente lleno de cónsules extranjeros, representantes de gobiernos extranjeros, agencias de importación y agentes de la CIA. Consecuentemente, las fuerzas que el presidente Eisenhower describió como " el complejo de la industria armamentística" se fijaron en este edificio.

    Cuando descubrimos que el director de tan extraño edificio había celebrado entrevistas con Lee Harvey Oswald antes del asesinato del presidente, nos encontramos con una complicada operación de inteligencia gubernamental de la que hasta entonces habíamos sido ignorantes. Ni que decir tienen que las presiones a que nos viene sometiendo el gobierno desde entonces son increíbles.

    El gobierno se ha esforzado porque la prensa nacional nos desacreditara continuamente, pero no es eso todo. El gobierno sigue tratando de averiguar qué progresos hemos hecho en lo referente a la organización de Inteligencia y el complejo de la industria armamentística en el asesinato.

    En cuanto al Mercado Internacional, podemos decir que ha cambiado de dirección. Actualmente, sus ocupantes son mucho más numerosos y no todas sus oficinas están relacionadas con el exterior. Pero en 1963 era un edificio que albergaba en su interior a una serie de elementos dignos de las novelas de Delghton o Le Carré. Casualmente, este edificio aparece como fondo en casi todas las fotografías de Lee Oswald mientras distribuye propaganda procastrista. Es también el edificio en el que Oswald se agenció su billete de barco para Europa: estuvo en Rusia en 1959.

    B: ¿Cuál de las agencias del gobierno americano fue la primera en establecer la inexistencia de una conspiración en el asesinato de Kennedy?

    G: La primera comunicación en el sentido de que el autor del magnicidio había sido un "asesino solitario" fue transmitida a la Air Force One mientras transportaba al nuevo presidente hasta el Capitolio, poco antes de las seis de la tarde misma del asesinato. Sin embargo, en Dallas no hacía más que hablarse de que eran varios los hombres que habían participado en la emboscada al presidente. La noticia histórica de que un hombre solo había hecho todo - y que, consecuentemente, el asesinato no tenia ningún significado político - no se originó en Dallas, sino en Washington, D.C. La confusión de que hicieron prueba las autoridades de Dallas a la hora de establecer las circunstancias del asesinato no resistió ante la clara visión de Washington sobre cuál había de ser la solución oficial. La comunicación del gobierno a la Air Force One no sólo hablaba de la captura del asesino solitario, sino que añadía que nadie más estaba complicado en el asesinato, que no se trataba de conspiración alguna. Anunciar que el autor había sido un asesino solitario y que no había habido conspiración - la misma tarde del asesinato, antes de que se llevara a cabo ninguna investigación - era como anunciar el resultado de un partido de fútbol nada más producirse el saque inicial. El profético comunicado procedía del Centro de Comunicaciones del Estado Mayor Conjunto, en Washington. El gobierno se ha preocupado de destruir la cinta original del comunicado, como ha destruido todo lo que contradecía el mayor cuento chino de la historia de los Estados Unidos. Sin embargo, la existencia de transmisión está recogida en "The Making of The President, 1964", de Theodore White: "Hay una cinta en los archivos del gobierno que capta fielmente lo ocurrido mientras la nación esperaba un nuevo jefe. Es una grabación con todas las conversaciones en el aire, registradas por el Centro Liberty, del Midwestern Signal Corps, entre la Air Force One, en Dallas, en el avión, mientras sobrevolaba el Pacífico y el Centro de Comunicaciones del estado Mayor Conjunto, en Washington. Las voces parecían muy tranquilas, controladas... La llegada a Washington se produjo a las seis de la tarde, segun se comunica. Toda la cinta es como un enmascaramiento de voces que no traicionan emoción alguna, de una perfección casi mecánica".

    Poco tiempo después el autor nos habla de la sustancia del mensaje profético del Centro de Comunicaciones del Pentágono: "Durante el vuelo, el equipo se enteró de la identidad de Oswald y de su detención; y para el nuevo presidente empezaron las preocupaciones de consolar a los afligidos y guiar a los impulsivos". Mientras las voces tranquilas y perfectamente controladas de nuestros militares anunciaban que todo estaba bien, el fiscal del distrito de Dallas seguía bajo la impresión de que eran varias las personas complicadas en el asesinato. Henry Wade se dice que declaró el 23 de noviembre que "según informes preliminares, eran varias las personas complicadas en el complot". El fiscal del distrito de Dallas no conocía aún el nombre del juego. Sin embargo, el servicio de "inteligencia" del gobierno federal podría habérselo dicho. Desde este brazo invisible del poderoso Pentágono podía haberle revelado no sólo el nombre del juego, sino también el resultado.

    B: ¿A cuántas personas detendría usted como sospechosas de haber operado en el asesinato de Kennedy si se encontrasen todavía dentro de su jurisdicción?

    G: Llevo mucho tiempo tratando de convencer a la gente de que el asesinato del presidente Kennedy fue una gran operación, más parecida a la invasión de Inchón en la Guerra de Corea que a un acto aislado a cargo de un individuo armado de un oscuro odio. Nueva Orleans jugó sólo un pequeñísimo papel en el tinglado del gobierno. No obstante, logramos detener a unos pocos sospechosos y pensamos que, sino soltábamos presa, quizá la prensa nacional comprendería por fin la verdad oculta de todo este asunto y la divulgaría. Pero, como puede comprobar amargamente poco después, habíamos sobreestimado el interés de la prensa americana por la verdad. Entre lo mucho que hizo la prensa para complicar el asunto está el haber tratado de presentar nuestra investigación como una "conspiración basada en Nueva Orleans".

    Claro que, al tratar de desacreditar nuestra empresa, la prensa no hacía sino servir a los intereses del gobierno de los Estados Unidos al ocultar la realidad del golpe de estado a los ojos de la historia. He de contestar, pues, a su pregunta diciendo que debió haber tanta gente complicada en el asesinato que es estúpido pretender definir el alcance de la operación desde una oficina tan pequeña como la mía. En cuanto a jurisdicciones, la primera jurisdicción del país es Washington D.C., y en Washington sigue prácticamente en poder de los que autorizaron el asesinato de John Kennedy. Y en Washington siguen empeñados en que la verdad no salga nunca a relucir.

    B: ¿Cuál ha sido el principal obstáculo para la investigación criminal que usted lleva a cabo?

    G: Ha habido dos obstáculos considerables. Primero el propio gobierno. Luego, la prensa. En el primer caso se trata de un obstáculo completamente intencionado. El segundo obstáculo se debe a que la prensa americana, en general, es inconsciente de la gran transformación que han sufrido la naturaleza y el carácter del gobierno norteamericano; la inhabilidad de dicha prensa para reconocer la cada vez mayor influencia que la industria armamentística juega en la política americana. Y lo trágico de este estado de cosas es que hay pocas esperanzas de sobrevivir a su oculta inhumanidad y su tiranía mientras la prensa siga creyendo que nada ocurre.

    B: Se ha dicho que la publicación de los documentos de la autopsia practicada a Kennedy, que figuran en los Archivos Nacionales, ofenderían a la señora Onassis. ¿Cuál es, en su opinión, la verdadera razón de este silencio oficial?

    G: La posición legal del gobierno sobre este asunto nunca me ha resultado demasiado clara; pero esto no tieme importancia, de todas formas. La publicación de las fotografías de la autopsia pondría en peligro la seguridad nacional (desde dentro) porque todo el mundo se daría cuenta de que se ha mentido. No obstante, es muy probable que se produzca tal contingencia. Del mismo modo que el asesinato fue una operación profesional de Inteligencia y que la publicación de informaciones engañosas constituyó igualmente una operación de Inteligencia, se falsearían los documentos antes de publicarlos.

    Es muy probable que en un futuro no muy lejano se publiquen una serie de documentos falsos relacionados con la autopsia de Kennedy. Con estos documentos el gobierno tratará de demostrar que tenía razón al atribuir el asesinato a un solo hombre. Si el gobierno federal se decide a sacar a la luz pública tales documentos, será sólo porque se tratará de falsificaciones realizadas por la CIA, con lo que se dará por terminado una parte importante de la misión.

    B: ¿Quién fue el oficial encargado de la autopsia de Kennedy?

    G: Es improbable que llegue a saberse alguna vez el nombre verdadero del general de las Fuerzas Aéreas que se responsabilizó de la autopsia. La autopsia debía resultar tremendamente reveladora. Por eso el gobierno tenía que supervisarla y no sólo a través de un doctor, sino también de un individuo que supiese lo que había que ocultar y cuál debía ser la versión del gobierno; un individuo de alta graduación con el poder suficiente para prohibir que la autopsia se llevase hasta el final.

    El general en cuestión prohibió a los patólogos que realizaban la autopsia que examinaran la herida del cuello. Según la descripción que hicieron de la herida los doctores civiles del Pakland Hospital, de Dallas, la herida del cuello fue recibida desde el frente. Sin embargo, en la parte posterior del cuello no había ninguna herida por la que pudiese haber salido la bala. El significado inmediato de todo esto es que la investigación federal y el solemne informe de la Comisión Warren son completamente falsos.

    Existe, al mismo tiempo, la posibilidad de que en la estructura ósea del cuello del presidente esté alojada todavía una bala. Como semejante bala estará dirigida hacia la parte posterior del cuello, el gobierno ha preferido ocultar este hecho que desacreditaría todas sus tesis sobre Oswald como único asesino. Es comprensible, pues, que el gobierno decidiese resolver sus problemas por medio de la presencia de un general de su confianza durante la autopsia.

    El general no permitió, como hemos dicho, que los patólogos examinasen la comprometedora herida del cuello, pero no puso pegas a que mirasen la herida abierta de la cabeza. Consecuentemente, no puede decirse que la autopsia fuese demasiado completa. Del mismo modo que el principal objetivo de la Comisión Warren era ocultar la responsabilidad de Inteligencia en el asesinato, el fin principal de la autopsia era ocultar el hecho de que el presidente había recibido el impacto de una bala desde el frente.

    Una autopsia debe ser la búsqueda de la verdad a cargo de científicos objetivos. Es significativo el que las primeras pruebas de que el gobierno no trataba de averiguar la verdad, sino de ocultarla, fuesen aceptadas con la mayor pasividad. La quema de los documentos originales de la autopsia fue aceptada con la mayor pasividad. El descubrimiento del hecho de que un general había impedido una autopsia completa del cadáver fue aceptado también pasivamente. Aquí tenemos repetidos ejemplos de la destrucción de la verdad gracias al ejercicio de un poder totalitario. La aceptación pasiva de tales sucesos por parte de la prensa y el pueblo es indicativa del superestado, en el que la voluntad del pueblo queda completamente aniquilada por la voluntad del gobierno.

    B: ¿Por qué han tolerado otros funcionarios del gobierno la ocultación de la verdad en el asesinato de Kennedy?

    G: Históricamente, cuando un golpe de estado se ve coronado por el éxito, la fuerza responsable del derrocamiento del dirigente en cuestión se convierte en gobierno. El que uno de los departamentos del gobierno que aún queda se llame "De Justicia" no significa, en absoluto, que de la noche a la mañana vaya a convertirse en un batallón suicida. Como es el caso de las otras agencias del gobierno, sus directivos no responden a un difunto metido en un ataúd, sino a las nuevas fuerzas de poder dentro del país. Consecuentemente, se produce el fenómeno de que el Departamento de Justicia, al igual que otras agencias legislativas del gobierno, dedican sus esfuerzos no sacar a la luz la verdad sobre el asesinato, sino a ocultarla en lo posible y oponerse a los esfuerzos de los que tratan de averiguarla.

    Cuando los asesinatos de Robert Kennedy y Martin Luther King, el Departamento de Justicia anunció la inexistencia de una conspiración antes de que hubieran recibido sepultura. Las viejas agencias del gobierno siempre se unirán en defensa de las nuevas fuerzas que han subido al poder, porque los hombres encargados de los diferentes departamentos y oficinas deben orientarse hacia el nuevo centro del poder, a menos que quieran verse reemplazados. De este modo, las más respetables entre las agencias del gobierno aportan no sólo su fidelidad, sino la respetabilidad acumulada en el curso de los años.

    Estas agencias, respetadas por la prensa y el publico por razones históricas, deben ponerse al servicio de todos aquellos que se preocupen de llevar a cabo una investigación independiente y seria en torno a las circunstancias del asesinato. Por ejemplo, si en Louisiana se lleva a efecto una investigación independiente, este estado debe convertirse necesariamente en centro de las atenciones del gobierno federal (todo ello en interés de la justicia, claro está ).

    El Departamento de Justicia comenzará a instituir una serie de acciones especiales con respecto a una supuesta proliferación del crimen organizado en Louisiana. Desde Washington se anunciará de forma periódica que Louisiana es uno de los mayores sectores de crimen organizado dentro del país. Se anunciará, igualmente, que para enfrentarse a este problema el gobierno federal tendrá que enviar fuerzas especiales. Esa medida sería tan realista como la de enviar expertos en irrigación para cooperar en el riego de las vastas áreas desérticas de Louisiana.

    Si uno considera las conquistas de poder que siguen a un asesinato político que ha tenido pleno éxito, los años misteriosos que siguieron al asesinato de Kennedy pierden algo de su misterio. Lo inadecuado de la investigación federal, la majestad de esa serie de altos funcionarios gubernamentales unidos en la defensa común de unas cuantas mentiras y el desinterés de los medios de comunicación de masas por toda investigación objetiva de la verdad, todo se vuelve transparente cuando uno se da cuenta de lo ocurrido en realidad: un golpe de estado producido el 22 de noviembre de 1963. Las consecuencias de un golpe de estado triunfante están elocuentemente descritas en unos versos ingleses escritos hace cuatro siglos: " La traición nunca puede prosperar, porque si prospera nadie se atreve a llamarla así."
     
    "La entrevista censurada de Jim Garrison (¿Por qué asesinaron a John F. Kennedy en Dallas?)" - entrevista de Thomas G. Buchanan - publicado en La coctelera en 2009  Kenned73
    asesinato de John F. Kennedy en Dallas
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    pedrocasca
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    Mensaje por pedrocasca Dom Jul 14, 2013 9:49 pm

    No he sido capaz de encontrar este tema publicado en el Foro, tal y como yo creía. Si me he equivocado, actúen los Administradores como crean conveniente. Gracias.
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    "La entrevista censurada de Jim Garrison (¿Por qué asesinaron a John F. Kennedy en Dallas?)" - entrevista de Thomas G. Buchanan - publicado en La coctelera en 2009  Empty Re: "La entrevista censurada de Jim Garrison (¿Por qué asesinaron a John F. Kennedy en Dallas?)" - entrevista de Thomas G. Buchanan - publicado en La coctelera en 2009

    Mensaje por Tzz Jue Jul 18, 2013 5:23 am

    Interesante entrevista; pero saber quien quería muerto a Kennedy es muy amplio, no solo los empresarios de las armas, las multinacionales, la cartera de contratación a terceros, etc. cualquiera es posible.

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