La UNESCO, organización de Naciones Unidas especializada en el ámbito de la educación, la ciencia y la cultura, y que dice ponee un especial énfasis en promover el cumplimiento de los Derechos Humanos, el respeto mutuo y el alivio de la pobreza, ha instituido un premio con el dictador africano Obiang como copatrocinador, que de esta forma lava su mala imagen internacional.
Obiang posee importantes recursos petrolíferos y esa es la razón del premio y el acercamiento de la UNESCO al dictador, que no se ha destacado precisamente por defender los derechos humanos que dice defender la institución filial de la ONU ya que han sido “cegados” por los petrodólares de Obiang, y han obviado la realidad social, económica y política de Guinea Ecuatorial.
La autoritaria trayectoria del presidente guineano, que da nombre y financia el premio UNESCO-Obiang, no es ejemplo de patrocinio ni albergue alguno por la ONU, si realmente quiere mantener impoluto su marchamo de defensa de los derechos humanos y las libertades públicas.
La explotación petrolífera de Guinea, con su considerable incremento de la riqueza nacional, le ha llevado a ser el cuarto productor de petróleo de África subsahariana, con el PIB más alto del continente, lo cual no ha supuesto una mejora del nivel de vida de los guineanos, donde más del 75% de su población vive en extrema pobreza, siendo escasos los niveles de educación y sanidad del país, al carecer de un sistema público que garantice esos derechos a sus habitantes. Siendo la tasa de mortalidad infantil la más alta del mundo, y el gasto en educación es uno de los más bajos del planeta.
Otra de las contradicciones de la UNESCO al instaurar este premio, ha sido la falta de consideración de que Guinea carece de centros de investigación científica, de forma que ninguno de sus habitantes podría optar al premio. Todo lo cual, nos revela que es un país en el que la injusticia social está patente, en razón a que la riqueza del petróleo no está revirtiendo en la sociedad guineana para su progreso y mejora del nivel de vida.
Por otra parte, los derechos económicos, sociales y políticos son despreciados por el gobierno de Obiang, ante la falta de libertad de expresión, asociación, así como la práctica de la tortura y detenciones arbitrarias son practicadas con frecuencia con total impunidad.
Obiang posee importantes recursos petrolíferos y esa es la razón del premio y el acercamiento de la UNESCO al dictador, que no se ha destacado precisamente por defender los derechos humanos que dice defender la institución filial de la ONU ya que han sido “cegados” por los petrodólares de Obiang, y han obviado la realidad social, económica y política de Guinea Ecuatorial.
La autoritaria trayectoria del presidente guineano, que da nombre y financia el premio UNESCO-Obiang, no es ejemplo de patrocinio ni albergue alguno por la ONU, si realmente quiere mantener impoluto su marchamo de defensa de los derechos humanos y las libertades públicas.
La explotación petrolífera de Guinea, con su considerable incremento de la riqueza nacional, le ha llevado a ser el cuarto productor de petróleo de África subsahariana, con el PIB más alto del continente, lo cual no ha supuesto una mejora del nivel de vida de los guineanos, donde más del 75% de su población vive en extrema pobreza, siendo escasos los niveles de educación y sanidad del país, al carecer de un sistema público que garantice esos derechos a sus habitantes. Siendo la tasa de mortalidad infantil la más alta del mundo, y el gasto en educación es uno de los más bajos del planeta.
Otra de las contradicciones de la UNESCO al instaurar este premio, ha sido la falta de consideración de que Guinea carece de centros de investigación científica, de forma que ninguno de sus habitantes podría optar al premio. Todo lo cual, nos revela que es un país en el que la injusticia social está patente, en razón a que la riqueza del petróleo no está revirtiendo en la sociedad guineana para su progreso y mejora del nivel de vida.
Por otra parte, los derechos económicos, sociales y políticos son despreciados por el gobierno de Obiang, ante la falta de libertad de expresión, asociación, así como la práctica de la tortura y detenciones arbitrarias son practicadas con frecuencia con total impunidad.