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![[PTD] Solidaridad y apoyo a los trabajadores de la minería leonesa Empty](https://2img.net/i/empty.gif)
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El Partido del Trabajo Democrático quiere presentar sus condolencias ante el fallecimiento de los 6 trabajadores en el accidente acontecido en el sector de la minería, en la séptima planta del Pozo Emilio del Valle situado en el municipio de Pola de Gordón. También quiere expresar su solidaridad con los compañeros y vecinos de los fallecidos ante este difícil momento.
Un accidente laboral siempre es trágico. Especialmente cuando hay víctimas mortales. Es necesario abrir una investigación a fondo para determinar cuáles fueron las causas que originaron el accidente con el objetivo de rendir cuentas ante el conjunto de los trabajadores y el pueblo de Pola de Gordón. Esta comisión debe garantizar la presencia de representantes de los trabajadores que supervisen la objetividad del informe emitido.
Mucha gente, consternada ante la tragedia humana, aduce que es irresponsable politizar este suceso. Desde el Partido del Trabajo Democrático señalamos que no somos los que pedimos rendición de cuentas los que hacemos de los accidentes laborales algo político. Es responsabilidad de aquellos que ven en el trabajo ajeno una fuente de lucro y no un medio para satisfacer las necesidades de la sociedad los que colocan en el centro de la rendición de cuentas políticas la cuestión de la seguridad laboral. Es responsabilidad de aquellos que sitúan como prioridad la rentabilidad y los beneficios de sus empresas frente al bienestar de las personas. Sin embargo sí es nuestra obligación como trabajadoras y trabajadores exigir que los responsables de estos sucesos rindan cuentas y paguen por lo ocurrido.
No llevar a la palestra este problema como un conflicto político, no poner al descubierto las relaciones de poder y las responsabilidades existentes tras este suceso y no exigir que se haga justicia por y para la mayoría trabajadora supone asimilar este accidente como algo “natural”. Despolitizar el conflicto equivale a naturalizar la explotación de los trabajadores y la triste realidad de que, mientras las empresas que practican la minería sigan estando en manos privadas, la seguridad de las y los trabajadores será sólo una variable más sujeta al criterio de que la actividad en las minas sea lo más rentable y beneficiosa posible.
Por eso mismo desde el Partido del Trabajo Democrático somos partidarios de que todas aquellas empresas que no garanticen la seguridad fundamental para el normal desarrollo de sus labores sean nacionalizadas sin indemnización y puestas bajo la gestión y control de los propios trabajadores del centro.
Si los propietarios no pueden garantizar la seguridad de las y los trabajadores, ellos mismos asegurarán que esta sea posible.
Un accidente laboral siempre es trágico. Especialmente cuando hay víctimas mortales. Es necesario abrir una investigación a fondo para determinar cuáles fueron las causas que originaron el accidente con el objetivo de rendir cuentas ante el conjunto de los trabajadores y el pueblo de Pola de Gordón. Esta comisión debe garantizar la presencia de representantes de los trabajadores que supervisen la objetividad del informe emitido.
Mucha gente, consternada ante la tragedia humana, aduce que es irresponsable politizar este suceso. Desde el Partido del Trabajo Democrático señalamos que no somos los que pedimos rendición de cuentas los que hacemos de los accidentes laborales algo político. Es responsabilidad de aquellos que ven en el trabajo ajeno una fuente de lucro y no un medio para satisfacer las necesidades de la sociedad los que colocan en el centro de la rendición de cuentas políticas la cuestión de la seguridad laboral. Es responsabilidad de aquellos que sitúan como prioridad la rentabilidad y los beneficios de sus empresas frente al bienestar de las personas. Sin embargo sí es nuestra obligación como trabajadoras y trabajadores exigir que los responsables de estos sucesos rindan cuentas y paguen por lo ocurrido.
No llevar a la palestra este problema como un conflicto político, no poner al descubierto las relaciones de poder y las responsabilidades existentes tras este suceso y no exigir que se haga justicia por y para la mayoría trabajadora supone asimilar este accidente como algo “natural”. Despolitizar el conflicto equivale a naturalizar la explotación de los trabajadores y la triste realidad de que, mientras las empresas que practican la minería sigan estando en manos privadas, la seguridad de las y los trabajadores será sólo una variable más sujeta al criterio de que la actividad en las minas sea lo más rentable y beneficiosa posible.
Por eso mismo desde el Partido del Trabajo Democrático somos partidarios de que todas aquellas empresas que no garanticen la seguridad fundamental para el normal desarrollo de sus labores sean nacionalizadas sin indemnización y puestas bajo la gestión y control de los propios trabajadores del centro.
Si los propietarios no pueden garantizar la seguridad de las y los trabajadores, ellos mismos asegurarán que esta sea posible.
