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Al día siguiente hay la misma charla, pero en Sevilla:Red Roja escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Como no podía ser de otra manera, la profunda y persistente crisis socioecónomica que padecemos ha hecho que muchísima gente cuestione la legitimidad de la “clase política” que “no nos representa”. Como nunca, se está poniendo en duda la Monarquía que tomara el testigo del franquismo y, en general, la propia “idoneidad” de la Transición que se dio tras la muerte del dictador. Precisamente uno de los síntomas de la profundidad y extensión de la crisis es que incluso actores de la Transición y defensores hasta ayer mismo de su ejemplaridad quieran desmarcarse de esta e incluso tapar sus responsabilidades en el “cocinado” de tamaña maniobra histórica que dio al traste con los anhelos de rupturismo de entonces.
Ciertamente, este tardío “querer tomar distancia” de algunos aspectos de aquella “maniobra reformista” se da mientras persiste el intento mayoritario de sus protagonistas, y de los medios de comunicación afines al sistema, de legitimación de la Transición, otorgándole el calificativo de ejemplar. De hecho, siguen siendo recurrentes los llamamientos a una segunda Transición, ya sea para renovar el “consenso perdido” perdido de la primera, ya sea, como apuntan los que van de más progres, como solución para sacarnos del estado de podredumbre en el que nos encontramos.
Ante todo esto, se impone contribuir a la desmitificación de un periodo de nuestra historia que ha sido falsificado y ocultado ante amplios sectores de nuestro pueblo. En La claves de la Transición 1973-1986, Alfredo Grimaldos nos desvela de forma clara, contundente y rotunda la falsedad mantenida a lo largo de todos estos años en relación a la supuesta ejemplaridad de la Transición. Veamos unos extractos:
“La imagen oficial de la Transición se ha construido sobre el silencio, la ocultación, el olvido y la falsificación del pasado”..... “parece que la lucha en la calle nunca ha existido”.... “Más de cien militantes de izquierda fueron asesinados entre los años 1976 y 1980, en manifestaciones y atentados. Por la policía, la Guardia Civil y la extrema derecha instrumentalizada desde el poder”.
¿Cuál era la consigna? “está clara: reformar el Régimen, pero impedir a toda costa que se produzca una ruptura”.... “en 1973, el ‘opositor’ monárquico Joaquín Satrústegui, establece: “no tendría razón de ser si no existiera una oposición reformista, con la ayuda de la cual debemos tratar de controlar y evitar la movilización mayoritaria y la situación que se podría dar después como consecuencia de ella”..... “Hay que domeñar, a costa de lo que sea, a los comunistas, sobre todo, y, más importante aún, hay que integrar a sus dirigentes en nuestro proyecto, para que sean ellos mismos los que los que controlen y eviten la violencia de las huelgas y las revueltas estudiantiles”...... “Hay que evitar a toda costa que se proclame la República de nuevo”. (pág. 13)
La historia reciente confirma que la consigna fue llevada a cabo en todos sus términos, “La liquidación de los movimientos populares está en el origen de la partitocracia corrupta que se acaba imponiendo y que ahora está llegando a su máximo nivel de podredumbre”.
García -Trevijano: “Basta constatar que la clase trabajadora se encuentra hoy más alejada del poder político y del poder social que cuando murió el dictador, y que el estatus de sus dirigentes ha subido (…) el Partido Socialista, el Partido Comunista y los sindicatos sacrificaron los intereses sociales a la ambición personal de sus aparatos de entrar en el reparto patrimonial de los cargos y presupuestos del Estado, de lo que ha hecho su modo de vivir. Y todas las ambiciones se basaron, además, en la miserable mentira de la reconciliación nacional entre franquistas y demócratas para evitar una guerra civil imaginaria”. La prueba: los Pactos de la Moncloa, “en la práctica un plan de estabilización que recae sobre los trabajadores y surgen numerosos brotes de contestación” [.....] “suponen la cesión de numerosas conquistas obreras conseguidas a lo largo de años de lucha” [.....] “Desde entonces, la debilidad del movimiento obrero es cada vez mayor”.
“Al final, no hay ruptura, ni corte histórico, ni depuración de los aparatos represivos” [.....] “Con la aquiescencia de los políticos opositores, se corre el telón sobre las innumerables víctimas del ilegítimo régimen surgido del golpe militar del 18 de julio de 1936”.
La justa lucha por la Memoria Histórica debe incluir la de las propias luchas que se dieron en los años de la Transición. Una memoria, que aún hoy sigue siendo muy presente en cuanto a sus consecuencias, incluidas las que todavía se sufre en términos de represión por parte de los que no entraron por el aro. En este sentido, la lectura de este libro se nos antoja de “obligado cumplimiento” para poner al día nuestra propia memoria más inmediata.
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