A propósito del trabajo de V.K. sobre la ortodoxia presentado en este blog escribo acerca de una idea muy recurrente de nuestros tiempos en la representación generalizada de la academia. Los contemporáneos son bastante repetitivos en el reclamo de que hay que apegarse a pensadores novísimos y originales, que siempre están a mano para salvar la reputación intelectual de una gran masa de científicos acríticos que guardan las fronteras del capitalismo, como describía el pensador G. Lukács cuando realizara su crítica a la filosofía burguesa en crisis, según aprendió a mirarla siguiendo el espíritu de sus fuentes teóricas: Hegel y Marx, particularmente.
El diagnóstico expuesto en su texto La crisis de la filosofía burguesa que puede leerse en la edición de elaleph.com, es de una vitalidad sorprendente. Allí explica muy claramente que esta crisis de la filosofía burguesa no es sólo cuestión que reconoce un marxista, sino que al interior de la propia producción filosófica burguesa desde el siglo XIX hasta nuestros días, (si se desarrolla la visión de este maestro del pensamiento), se ha convertido en moneda corriente y en una banalidad. Entre ellos mismos, los filósofos contemporáneos se arrebatan el predominio de sus concepciones, y trabajan en pos de que el mercado mantenga en buen estado el nivel de salida de sus mercancías. Es por eso que Lukács denuncia de manera vehemente que la filosofía dominante de su época es una filosofía de profesores, lo cual se puede probar como un proceso de ascendente entrada de esa figura intelectual en el panorama académico y político de nuestro principio de siglo. El milagro del curriculum vitae es la expresión más formal de cómo funciona la mercadería profesional en encuentros, congresos, revistas especializadas, editoriales, publicaciones, y lo que es más definitorio: el aula.
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El diagnóstico expuesto en su texto La crisis de la filosofía burguesa que puede leerse en la edición de elaleph.com, es de una vitalidad sorprendente. Allí explica muy claramente que esta crisis de la filosofía burguesa no es sólo cuestión que reconoce un marxista, sino que al interior de la propia producción filosófica burguesa desde el siglo XIX hasta nuestros días, (si se desarrolla la visión de este maestro del pensamiento), se ha convertido en moneda corriente y en una banalidad. Entre ellos mismos, los filósofos contemporáneos se arrebatan el predominio de sus concepciones, y trabajan en pos de que el mercado mantenga en buen estado el nivel de salida de sus mercancías. Es por eso que Lukács denuncia de manera vehemente que la filosofía dominante de su época es una filosofía de profesores, lo cual se puede probar como un proceso de ascendente entrada de esa figura intelectual en el panorama académico y político de nuestro principio de siglo. El milagro del curriculum vitae es la expresión más formal de cómo funciona la mercadería profesional en encuentros, congresos, revistas especializadas, editoriales, publicaciones, y lo que es más definitorio: el aula.
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