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    [ex-Yugoslavia] Protestas en Bosnia

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    [ex-Yugoslavia] Protestas en Bosnia  Empty [ex-Yugoslavia] Protestas en Bosnia

    Mensaje por NSV Liit Jue Feb 27, 2014 3:22 am

    Aunque ya casi no se habla de ellas, en realidad la situación en Bosnia sigue siendo tensa.  Desde comienzos de febrero están teniendo lugar manifestaciones continuas de protesta por la situación que se vive en el país.

    Dejo un artículo de Público de las primeras manifestaciones:


    Una oleada de protestas sociales deja cientos de heridos en Bosnia



    Los manifestantes han incendiado la sede de la Presidencia en la capital, Sarajevo, en el tercer día de revueltas contra la miseria y el desempleo de este país balcánico

    PÚBLICO / AGENCIAS Madrid 07/02/2014 19:04 Actualizado: 07/02/2014 22:42


    Una oleada de protestas sociales contra el paro y la pobreza que sacude Bosnia ha dejado al menos 130 heridos desde el miércoles. Las revueltas se sucenden en varias ciudadaes del país con gran violencia, hasta el punto de que este viernes unos 6.000 manifestantes han atacado la sede de la Presidencia en la capital, Sarajevo, perimero con piedras y después le han prendido fuego.

    La Policía ha empleado este viernes cañones de agua para dispersar a los manifesantes que trataban de entrar en el edificio presidencial. Una espiral de disturbios que comenzó el miércoles en la ciudad de Tuzla, al norte del país contra el cierre de varias factorías tras ser privatizadas. Pero las protestas se han extendido hasta la capital en una oleada sin precendetes desde el final de la guerra de los Balcanes de 1991-95.

    En Bosnia, la tasa oficial de desempleo supera el 27,5 %, aunque algunos analistas consideran que es mucho mayor, y el salario medio no llega a los 500 euros.
    Tuzla, el epicentro

    El jueves, los disturbios en Tuzla dejaron un saldo de 50 heridos, entre ellos varios agentes, y una decena de detenidos. Según los medios bosnios, los congregados protestaron durante toda la tarde contra el Gobierno cantonal, al que acusan de no hacer nada para impedir la quiebra de varias empresas tras haber sido privatizadas, por lo que cientos de personas se han quedado sin trabajo y otros muchos no reciben sus sueldos desde hace meses.

    "Este es el inicio de la primavera bosnia", dice un sindicalista  Los manifestantes pedían la dimisión del Gobierno y la puesta en libertad de las personas detenidas el día anterior, durante la primera jornada de protestas.

    "Este es el inicio de la primavera bosnia", aseguró el presidente de los sindicatos de la fábrica "Polihem", Sakib Kopic.

    "Ningún partido político está detrás de la protesta, sólo está el pueblo", agregó.
    La revuelta se extiende

    Pero las protestas se han extendido a varias ciudades en solidaridad con Tuzla, cuyo cantón forma parte del ente bosnio común de musulmanes y croatas, que lleva años sumido en un clima de inestabilidad política y económica.

    Un periodista de Reuters en el lugar de los hechos ha indicado que dos vehículos y una cabina de los guardias han sido incendiados este viernes delante del edificio de la Presidencia.

    Horas antes, la Policía bosnia había empleado balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a los cientos de manifestantes antigubernamentales que se habían congregado en la capital.

    Para este viernes se habían convocado protestas en todas las localidades y ciudades del país, incluida la capital, en una señal del creciente malestar social por la falta de avances tanto políticos como económicos en el país desde la guerra.
    El presidente culpa a la clase política

    El jefe de turno de la terna presidencial de Bosnia-Herzegovina, el croata Zeljko Komsic, ha reconocido este viernes que las protestas se deben problemas que se acumulan desde hace años, y culpó de ello a la clase política.

    "Es todo nuestra culpa. No sé si el poder estatal podrá funcionar, pero deberá hacerlo" "Es todo nuestra culpa. No sé si el poder estatal podrá funcionar, pero deberá hacerlo. El poder siempre debe funcionar, este u otro. Porque de la anarquía no viene nada bueno", dijo el político croata-bosnio, que comparte la terna presidencial, jefatura colegiada del país, con un serbio y un musulmán.

    "El pueblo no ha llegado (a las protestas) porque odie a alguien o por la orientación política, o por el nombre de alguien, sino por la desgracia, miseria e injusticia que les oprime con persistencia", agregó en declaraciones a una televisión local.

    "Si el primer día de protestas se hubiese hablado con la gente no habría pasado esto" Komsic se opuso a cualquier uso de la fuerza contra los ciudadanos al recordar que "la fuerza ha llevado a esto, y si el primer día se hubiese hablado con la gente no habría imágenes que tenemos ahora por toda Bosnia-Herzegovina".

    Por otra parte, el presidente de turno anunció que han convocado una reunión de emergencia de la terna presidencial.

    Sarajevo, Tuzla, Zenica, Bihac y decenas de otras ciudades han albergado este viernes a centenares de miles de manifestantes  contra este cierre de varias fábricas y contra de la pobreza y corrupción política en este país, dividido y crispado desde la guerra que padeció hace 20 años.

    El ministro bosnio del Interior, Fahrudin Radoncic, fue tajante hoy al calificar las protestas como "un tsunami de los ciudadanos robados" contra la corrupción.

    http://www.publico.es/internacional/500735/una-oleada-de-protestas-sociales-deja-cientos-de-heridos-en-bosnia

    Un artículo de Slavoj Žižek para The Guardian:


    Los manifestantes llevaban tres banderas, bosnia, serbia y croata, unidas por una exigencia radical de justicia
    Ira en Bosnia, pero esta vez la gente ve a través de las mentiras étnicas de sus dirigentes

    Slavoj Žižek
    The Guardian

    Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


    La semana pasada ardían las ciudades en Bosnia-Herzegovina. Todo comenzó en Tuzla, una ciudad con mayoría musulmana. A continuación las protestas se extendieron a la capital, Sarajevo, y a Zenica, pero también a Mostar, donde vive una gran parte de la población croata, y a Banja Luka, capital de la parte serbia de Bosnia. Miles de manifestantes iracundos ocuparon e incendiaron edificios gubernamentales. Aunque la situación se calmó posteriormente, sigue prevaleciendo una atmósfera de alta tensión.

    Los eventos provocaron teorías conspirativas (por ejemplo, que el gobierno serbio había organizado las manifestaciones para derrocar a la dirigencia bosnia), pero se pueden ignorar sin temor a equivocarse ya que es obvio que, sea lo que sea lo que acecha, la desesperación de los manifestantes es auténtica. Uno está tentado de parafrasear la famosa frase de Mao Zedong: ¡hay caos en Bosnia, la situación es excelente!

    ¿Por qué? Porque las demandas de los manifestantes no podrían ser más simples (puestos de trabajo, la posibilidad de una vida decente, el fin de la corrupción) pero movilizaron a gente en Bosnia, un país que en las últimas décadas se ha convertido en sinónimo de una feroz limpieza étnica.

    Hasta ahora las únicas manifestaciones masivas en Bosnia y otros Estados post yugoslavos tuvieron que ver con pasiones étnicas o religiosas. A mediados de 2013 dos protestas públicas se organizaron en Croacia, un país en profunda crisis económica, con una alta tasa de desempleo y un profundo sentido de desesperación: los sindicatos trataron de organizar un mitin en apoyo a los derechos de los trabajadores, mientras nacionalistas de derecha iniciaban un movimiento de protesta contra el uso de letras cirílicas en edificios públicos en ciudades con minoría serbia. La primera iniciativa atrajo a un par de cientos de personas a una plaza en Zagreb; la segunda movilizó a cientos de miles, como lo había hecho un anterior movimiento fundamentalista contra matrimonios del mismo sexo.

    Croacia está lejos de ser una excepción: de los Balcanes a Escandinavia, de EE.UU. a Israel, de África central a India, amenaza una nueva Edad Oscura, con la explosión de pasiones étnicas y religiosas y el retroceso de los valores de la Ilustración. Esas pasiones acechaban en el trasfondo todo el tiempo, pero lo que es nuevo es la desvergüenza descarada de su exhibición.

    ¿Qué podemos hacer? Liberales de la tendencia dominante nos dicen que cuando fundamentalistas étnicos o religiosos amenazan los valores democráticos básicos, debemos unirnos todos tras la agenda liberal-democrática de tolerancia cultural, salvar lo que puede ser salvado y dejar a un lado los sueños de una transformación social más radical. Nuestra tarea, se nos dice, es obvia: tenemos que elegir entre la libertad liberal y la opresión fundamentalista.

    Sin embargo, cuando se nos hace triunfalmente una pregunta (puramente retórica) como “¿Quiere que las mujeres sean excluidas de la vida pública?” o “¿Quiere que todo crítico de la religión sea castigado con la pena de muerte?”, lo que debiera causar nuestra sorpresa es la misma auto-evidencia de la respuesta. El problema es que semejante universalismo liberal perdió hace tiempo su inocencia. El conflicto entre la permisividad liberal y el fundamentalismo es en última instancia un conflicto falso, un ciclo vicioso de dos polos que se generan y presuponen mutuamente.

    Lo que Max Horkheimer dijo sobre el fascismo y el capitalismo en los años treinta (que los que no quieren hablar críticamente sobre el capitalismo también debieran guardar silencio sobre el fascismo) debería ser aplicado al fundamentalismo actual: los que no quieren hablar críticamente sobre la democracia liberal deberían también guardar silencio sobre el fundamentalismo religioso.

    Como reacción a la caracterización del marxismo como “Islam del Siglo XX”, Jean-Pierre Taguieff escribió que el Islam se estaba convirtiendo en “el marxismo del Siglo XXI”, prolongando, después de la decadencia del comunismo, su violento anticapitalismo.

    Sin embargo, se puede decir que las recientes vicisitudes del fundamentalismo musulmán confirman la antigua idea de Walter Benjamin de que “cada ascenso del fascismo da testimonio de una revolución fallida”. En otras palabras, el ascenso del fascismo es al mismo tiempo el fracaso de la izquierda y la prueba de que existía un potencial revolucionario, un descontento, que la izquierda no logró movilizar. ¿Y no vale lo mismo para el actual así llamado “islamofascismo”? ¿No es el ascenso del islamismo radical exactamente correlativo a la desaparición de la izquierda laica en países musulmanes?

    Cuando Afganistán es presentado como el supremo país fundamentalista islámico, ¿quién recuerda que hace 40 años era un país con una fuerte tradición secular, incluyendo un poderoso Partido Comunista que tomó el poder independientemente de la Unión Soviética?

    En este contexto se deben comprender los últimos eventos en Bosnia. En una de las fotos de las protestas vemos a los manifestantes agitando tres banderas una al lado de la otra: bosnia, serbia, croata, expresando la voluntad de ignorar diferencias étnicas. En una palabra, estamos ante una rebelión contra elites nacionalistas: el pueblo de Bosnia ha terminado por comprender quién es su verdadero enemigo: no otros grupos étnicos, sino sus propios dirigentes que pretenden protegerlos de otros. Es como si la antigua y muy abusada consigna de Tito de la “hermandad y unidad” de las naciones yugoslavas adquiriera nueva actualidad.

    Uno de los objetivos de los manifestantes era la administración de la UE que supervisa el Estado bosnio, imponiendo la paz entre las tres naciones y suministrando una ayuda financiera significativa para permitir que funcione el Estado. Esto puede parecer sorprendente ya que los objetivos de los manifestantes son nominalmente los mismos que los de Bruselas: prosperidad y el fin de las tensiones étnicas y la corrupción. Sin embargo, la manera como la UE gobierna efectivamente Bosnia afianza las particiones: trata con las elites nacionalistas como sus socios privilegiados, mediando entre ellas.

    Lo que confirma el estallido bosnio es que no se puede superar genuinamente pasiones étnicas imponiendo una agenda liberal: lo que unió a los manifestantes es una demanda radical de justicia. El siguiente paso y más difícil hubiera sido organizar las protestas en un nuevo movimiento social que ignore las divisiones étnicas y organizar más protestas; ¿es posible imaginar una escena de bosnios y serbios exasperados manifestandose juntos en Sarajevo?

    Incluso si las manifestaciones pierden gradualmente su poder, seguirán siendo una breve chispa de esperanza, algo como soldados enemigos fraternizando a través de las trincheras en la Primera Guerra Mundial. Los eventos auténticamente emancipadores siempre involucran que se ignoren de esa manera las identidades particulares.

    Y lo mismo vale para la reciente visita de las dos miembros de Pussy Riot a Nueva York: en una gran función de gala, fueron presentadas por Madonna en presencia de Bob Geldof, Richard Gere, etc.: la usual banda de los derechos humanos. Lo que debieran haber hecho allí es expresar su solidaridad con Edward Snowden, afirmar que Pussy Riot y Snowden forman parte del mismo movimiento global. Sin gestos semejantes, que unan lo que parece incompatible en nuestra experiencia ideológica ordinaria (musulmanes, serbios y croatas en Bosnia; laicos turcos y musulmanes anticapitalistas en Turquía, etc.), los movimientos de protesta serán siempre manipulados por una superpotencia en su lucha contra otra.

    Fuente: http://www.theguardian.com/commentisfree/2014/feb/10/anger-bosnia-ethnic-lies-protesters-bosnian-serb-croat/print


    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=180773&titular=ira-en-bosnia-pero-esta-vez-la-gente-ve-a-trav%E9s-de-las-mentiras-%E9tnicas-

    En un portal húngaro de noticias he encontrado varios artículos muy interesantes. No tengo tiempo para traducirlos, pero os comento lo que dicen. En el artículo del 21 de febrero,  el articulista dice que sigue habiendo manifestaciones continuas todos los día aunque son más pacíficas que las primeras que hubo. La gente está harta de los sucesivos gobiernos, de la corrupción imperante, de los alquileres imposibles de pagar, del paro, de veinte años de esperanzas incumplidas. Uno de los problemas más graves es la extremada burocratización del país. El autor se queja de que las autoridades europeas y norteamericanas, responsable de la Bosnia actual, no han prestado mucha atención al problema. En otros artículos anteriores se resalta que las manifestaciones están uniendo a gentes de diversas etnias, y no solo eso, sino que se han extendido a Montenegro y Croacia. En Montenegro los manifestantes han exigido la dimisión del presidente Milo Đukanović y han acabado enfrentándose a la policía a pedradas hasta que han sido disueltos violentamente por los antidisturbios que han tenido que usar granadas de humo. En Croacia ha habido manifestaciones en Osijek, donde se pedía la dimisión del ministro de finanzas Slavko Linić; también en Rijeka. Las manifestaciones de Zagreb han sido poco numerosas, pero han acabado en enfrentamientos con los antidisturbios. 12 personas han sido detenidas. (estos últimos datos son de un artículo del 16 de febrero). En otro, del 10 de febrero, se dice que las protestas continúan y se resalta que en Serbia se han producido manifestaciones de apoyo. Muchos dirigentes locales han tenido que dimitir a consecuencia de las manifestaciones (por ejemplo el jefe de la policía de la ciudad de Mostar). El primer ministro del cantón Unsko-Sanski ha huído a Croacia. También se comenta una manifestación de solidaridad en Belgrado. (artículos de kitekinto.hu, escritos por Tibor Mátraházi).

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