Este es mi primer post y tengo dudas acerca de si es redundante, o si violo alguna de las normas de publicación estipuladas en el foro. He visto un post titulado “PROPUESTA UNITARIA”, creo que el mío no llega a ser redundante. No obstante, ahí va.
Me gustaría lanzar el debate acerca de los movimientos de conquista de mayorías sociales que han surgido “recientemente”. Me refiero a plataformas o iniciativas propuestas como: Frente Cívico, Podemos, Sectores de IU (véase “Radicalidad democrática” de Alberto Garzón), el SAT y el 22M… ¿Se trata de pura demagogia social-demócrata? ¿Los acusamos de movimientos “reformistas” y por ello los desacreditamos y criticamos fervientemente? ¿O por el contrario consideramos que se trata de iniciativas productivas para la causa de la revolución proletaria y por tanto, convergentes con los intereses comunistas? Imagino que haréis distinción entre las distintas iniciativas mencionadas, adelante.
Mi humilde opinión:
Hacen falta muchas mentes que concienciar, en caso contrario no se explicaría el tremendo apoyo electoral al “PPSOE”. No obstante, nuestro trabajo debe ser ese, concienciar, trabajar por el consenso entorno a cuestiones críticas y por ende, de relativamente fácil comprensión (pan, paro, vivienda, educación, sanidad, no a la deuda, banca pública, renta básica…), y que dicha unidad se produzca previo razonamiento y posicionamiento intelectual. Desacreditar por completo la política o el sistema democrático como concepto es equivocarse, y resulta por el contrario una actitud cómplice, se quiera o no, del poder. Hay que ganar mentes de manera paulatina, informar y hacer reflexionar para ganarse a los votantes irracionales de tradiciones electorales fijas. Un votante concienciado, constituye el auténtico poder democrático en sí mismo. En este contexto, imaginemos el triunfo de un partido con un programa electoral de acuerdo a esta mayoría reflexiva. Poniéndonos ahora trágicos, es fácil imaginar un ulterior ataque económico desde la troika y los capitales financieros…o incluso para los más recelosos, imaginar la traición del partido a sus electores; pero es evidente que esta mayoría reflexiva sería plenamente consciente del atentado democrático de esos golpistas. La lucha de clases quedaría expuesta claramente ante muchísima más gente, y la rebeldía y la protesta social adquirirían proporciones épicas, manifestándose la implícita “cracia” del “demo” (poder, del pueblo respectivamente) a través de esa mayoría unida. El conflicto irreconciliable de los intereses de clase hará que, a medida que los objetivos de esta mayoría popular vayan incurriendo en evidentes incompatibilidades con el sistema capitalista neoliberal imperante, acabe saltando a la vista la necesidad del cambio de sistema sociopolítico hacia el Socialismo. Creo sinceramente que el devenir de los acontecimientos puede ser claramente provechoso colocando a una mayoría social ante la defensa de lo evidente, y creo apoyarme también en la “Teoría Marxista del Conocimiento”. Por otro lado PP y PSOE nos han puesto en una situación tan crítica que han cometido el error de dejarnos sin nada que perder, muy al contrario si continúan en el gobierno. Peor imposible, aprovechémoslo. Mantenerse al margen de la creación de mayorías como las que se están planteando (Frente Cívico, Podemos, sectores de IU, SAT, 22-M…) es anti-revolucionario.
En este punto me gustaría recordarle también a aquellos que acuden a los “clásicos” para argumentar su desacuerdo con el movimiento, que F. Engels, hacia el final de su trabajo de “Principios del comunismo” indicaba que los comunistas en aras de avanzar en el proceso de la revolución proletaria, debían aliarse con aquellas fuerzas políticas (y movimientos sociales) con los que se mantuvieran objetivos comunes, aunque fueran a "corto/medio plazo". Estas alianzas variaban dependiendo del país, debido a los diferentes contextos o estadios de desarrollo sociopolítico de estos. En aquel momento histórico, las alianzas que se planteaban iban desde unirse con los “demócratas” en Inglaterra o Francia, hasta incluso, por muy paradójico que pueda resultar, aliarse con la burguesía en el caso de Alemania, donde todavía no había habido una revolución burguesa que derrotara a la monarquía absoluta. Lo que nos enseña es que hay que estar a la altura de las circunstancias, que hay etapas previas que se deben superar, y en definitiva, que hay métodos revolucionarios, objetivos, ambiciones nobles e ideales, que hay que saber postergar estratégicamente precisamente para garantizar su consecución final, y no condenar la posibilidad de alcanzarlos por ensimismarnos en nuestra pureza ideológica, cayendo en ese aislamiento ascético, en el orgulloso segregacionismo del que lleva nutriéndose el enemigo burgués durante más de un siglo. También podríamos recordar que Lenin estableció como consignas “Paz, tierra y pan”, en una clara rebaja del nivel expositivo hacia cuestiones básicas que todo el mundo comprendiera, algo que algunos sectores declarados comunistas han criticado a numerosos movimientos claramente revolucionarios actuales. Sintiéndolo mucho, no estamos en condiciones de plantear determinados métodos y objetivos revolucionarios (no todavía). Aceptemos las limitaciones del contexto sociopolítico actual. La paulatina evolución de la conciencia colectiva, irá permitiendo ir elevando progresivamente el discurso y los objetivos. Canalizemos la revolución. En este sentido, creo que muchos sectores comunistas incurren en una grave contradicción cuando por un lado destacan la ignorancia de los votantes, y al mismo tiempo obvian esta realidad al renegar de las iniciativas de construcción de una unidad popular desde la reflexión y partiendo de cuestiones elementales, de claro interés proletario de clase.
Se está gestando el cambio de conciencia. Se trata de colocar a la gente en una posición de defensa de lo evidente, las dificultades que se encuentren en el camino no harán otra cosa que dar la razón a la necesidad de la revolución democrática, económica, SOCIAL. No se puede cometer el error de considerarse unos eruditos por encima de la simplicidad de los planteamientos actuales. Hay evolución en el comportamiento de las masas, en la conciencia colectiva, y se puede canalizar la indignación progresivamente. 15-M, 25-S, 22-M…la masa va superando los lastres del “apoliticismo”. No ver lo que la coyuntura social de hace unos años hasta ahora nos ofrece es de ser ciegos.
¡Salud!
¡Proletarios de todos los países, uníos! Manifiesto Comunista - Karl Marx y Friedrich Engels
Me gustaría lanzar el debate acerca de los movimientos de conquista de mayorías sociales que han surgido “recientemente”. Me refiero a plataformas o iniciativas propuestas como: Frente Cívico, Podemos, Sectores de IU (véase “Radicalidad democrática” de Alberto Garzón), el SAT y el 22M… ¿Se trata de pura demagogia social-demócrata? ¿Los acusamos de movimientos “reformistas” y por ello los desacreditamos y criticamos fervientemente? ¿O por el contrario consideramos que se trata de iniciativas productivas para la causa de la revolución proletaria y por tanto, convergentes con los intereses comunistas? Imagino que haréis distinción entre las distintas iniciativas mencionadas, adelante.
Mi humilde opinión:
Hacen falta muchas mentes que concienciar, en caso contrario no se explicaría el tremendo apoyo electoral al “PPSOE”. No obstante, nuestro trabajo debe ser ese, concienciar, trabajar por el consenso entorno a cuestiones críticas y por ende, de relativamente fácil comprensión (pan, paro, vivienda, educación, sanidad, no a la deuda, banca pública, renta básica…), y que dicha unidad se produzca previo razonamiento y posicionamiento intelectual. Desacreditar por completo la política o el sistema democrático como concepto es equivocarse, y resulta por el contrario una actitud cómplice, se quiera o no, del poder. Hay que ganar mentes de manera paulatina, informar y hacer reflexionar para ganarse a los votantes irracionales de tradiciones electorales fijas. Un votante concienciado, constituye el auténtico poder democrático en sí mismo. En este contexto, imaginemos el triunfo de un partido con un programa electoral de acuerdo a esta mayoría reflexiva. Poniéndonos ahora trágicos, es fácil imaginar un ulterior ataque económico desde la troika y los capitales financieros…o incluso para los más recelosos, imaginar la traición del partido a sus electores; pero es evidente que esta mayoría reflexiva sería plenamente consciente del atentado democrático de esos golpistas. La lucha de clases quedaría expuesta claramente ante muchísima más gente, y la rebeldía y la protesta social adquirirían proporciones épicas, manifestándose la implícita “cracia” del “demo” (poder, del pueblo respectivamente) a través de esa mayoría unida. El conflicto irreconciliable de los intereses de clase hará que, a medida que los objetivos de esta mayoría popular vayan incurriendo en evidentes incompatibilidades con el sistema capitalista neoliberal imperante, acabe saltando a la vista la necesidad del cambio de sistema sociopolítico hacia el Socialismo. Creo sinceramente que el devenir de los acontecimientos puede ser claramente provechoso colocando a una mayoría social ante la defensa de lo evidente, y creo apoyarme también en la “Teoría Marxista del Conocimiento”. Por otro lado PP y PSOE nos han puesto en una situación tan crítica que han cometido el error de dejarnos sin nada que perder, muy al contrario si continúan en el gobierno. Peor imposible, aprovechémoslo. Mantenerse al margen de la creación de mayorías como las que se están planteando (Frente Cívico, Podemos, sectores de IU, SAT, 22-M…) es anti-revolucionario.
En este punto me gustaría recordarle también a aquellos que acuden a los “clásicos” para argumentar su desacuerdo con el movimiento, que F. Engels, hacia el final de su trabajo de “Principios del comunismo” indicaba que los comunistas en aras de avanzar en el proceso de la revolución proletaria, debían aliarse con aquellas fuerzas políticas (y movimientos sociales) con los que se mantuvieran objetivos comunes, aunque fueran a "corto/medio plazo". Estas alianzas variaban dependiendo del país, debido a los diferentes contextos o estadios de desarrollo sociopolítico de estos. En aquel momento histórico, las alianzas que se planteaban iban desde unirse con los “demócratas” en Inglaterra o Francia, hasta incluso, por muy paradójico que pueda resultar, aliarse con la burguesía en el caso de Alemania, donde todavía no había habido una revolución burguesa que derrotara a la monarquía absoluta. Lo que nos enseña es que hay que estar a la altura de las circunstancias, que hay etapas previas que se deben superar, y en definitiva, que hay métodos revolucionarios, objetivos, ambiciones nobles e ideales, que hay que saber postergar estratégicamente precisamente para garantizar su consecución final, y no condenar la posibilidad de alcanzarlos por ensimismarnos en nuestra pureza ideológica, cayendo en ese aislamiento ascético, en el orgulloso segregacionismo del que lleva nutriéndose el enemigo burgués durante más de un siglo. También podríamos recordar que Lenin estableció como consignas “Paz, tierra y pan”, en una clara rebaja del nivel expositivo hacia cuestiones básicas que todo el mundo comprendiera, algo que algunos sectores declarados comunistas han criticado a numerosos movimientos claramente revolucionarios actuales. Sintiéndolo mucho, no estamos en condiciones de plantear determinados métodos y objetivos revolucionarios (no todavía). Aceptemos las limitaciones del contexto sociopolítico actual. La paulatina evolución de la conciencia colectiva, irá permitiendo ir elevando progresivamente el discurso y los objetivos. Canalizemos la revolución. En este sentido, creo que muchos sectores comunistas incurren en una grave contradicción cuando por un lado destacan la ignorancia de los votantes, y al mismo tiempo obvian esta realidad al renegar de las iniciativas de construcción de una unidad popular desde la reflexión y partiendo de cuestiones elementales, de claro interés proletario de clase.
Se está gestando el cambio de conciencia. Se trata de colocar a la gente en una posición de defensa de lo evidente, las dificultades que se encuentren en el camino no harán otra cosa que dar la razón a la necesidad de la revolución democrática, económica, SOCIAL. No se puede cometer el error de considerarse unos eruditos por encima de la simplicidad de los planteamientos actuales. Hay evolución en el comportamiento de las masas, en la conciencia colectiva, y se puede canalizar la indignación progresivamente. 15-M, 25-S, 22-M…la masa va superando los lastres del “apoliticismo”. No ver lo que la coyuntura social de hace unos años hasta ahora nos ofrece es de ser ciegos.
¡Salud!
¡Proletarios de todos los países, uníos! Manifiesto Comunista - Karl Marx y Friedrich Engels