Nuestras certidumbres
texto escrito por José Sotomayor Pérez
publicado en la web del PCPr
Con el título de “Incertidumbres”, el director del diario “La Primera”, se ha ocupado de nuestro vocero, “Voz Proletaria”, afirmando que todos sus textos giran en torno a Stalin. Esta mentira la necesitó para denigrar a Stalin una vez más y pedir a la “Izquierda de raíces marxistas” que haga su autocrática abandonando “dogmas y sectarismos” como él, que superando incertidumbres” ha llegado a la certeza de que “los valores supremos son la solidaridad, la justicia y la igualdad que deben ir acompañados de la libertad”. Dice Lèvano que su defensa de estos valores es apoyada, defendida y aplaudida por los médicos que lo atendieron en un nosocomio, jóvenes dedicados hoy al estudio de la “epistemología”.
Estas “incertidumbres” del director de “La Primera”, nos obligan a responderle con nuestras certidumbres, que tienen como fundamento la ciencia del marxismo leninismo. Comenzamos por recordarle que la “epistemología” es la teoría del conocimiento, y que los valores que tanto encomia, son estudiados por la axiología. Sus amigos, “médicos jóvenes”, deberían saber esta cuestión que es elemental, para no engrosar esa “pandilla de estudiantes inexpertos y sabihondos doctores que pretenden dar al socialismo un contenido más elevado reemplazando su fundamento materialista por la mitología moderna con sus diosas la justicia, la igualdad y la fraternidad” a las que hoy agregan la solidaridad y la libertad. Fue Marx, el pensador del milenio, el que fustigó a tal pandilla y sus diosas de la “moderna mitología “.
Condición necesaria para restaurar el capitalismo en la Unión Soviética y destruirla, fue arrojar por la borda el marxismo leninismo y convertir al Partido de la clase obrera en un Partido de burócratas corruptos, que culminaron su carrera usurpando el Poder del Estado. Con el argumento de abandonar “dogmas y sectarismos”, de acuerdo a la nueva situación interior y exterior de la URSS, capitaneados por el intrigante y aventurero trotskista, Nikita Jruschov, arrojaron al canasto la ciencia de Marx y Lenin. Comenzaron desenterrando las tesis de Kautsky y Bernstein, capitostes de la II Internacional, y terminaron su labor criminal poniéndose de rodillas ante las diosas de la “moderna mitología”, el “nuevo pensamiento” y el “humanismo” de Gorbachov, enemigo jurado del denominado “totalitarismo marxista”. Por esta infamia el imperialismo ordenó que a este renegado se le otorgara el premio “Nobel” de la paz.
Comunistas mal formados ideológicamente, sufrieron un verdadero lavado cerebral desde los tiempos del renegado Jruschov, pero en forma sistemática con motivo de la Perestroika. Fue durante esos años, que la campaña antiestalinista se hizo más enconada y hasta rabiosa con la finalidad de preparar la opinión pública nacional e internacional para la desaparición de la Unión Soviética y los últimos vestigios de socialismo. Esto explica que no pocos “comunistas”, volvieran de esa URSS moribunda, saturados de antistalinismo y antimarxismo, nuevos creyentes de las divinidades de la “moderna mitología”, convencidos de la necesidad de “abandonar dogmas y sectarismos” y convertidos en adeptos del “nuevo pensamiento” gorbachiano que es una renuncia franca al marxismo leninismo.
Los valores que tanto defiende Lèvano siempre han tenido un contenido de clase, siguiendo los cambios de la ideología dominante. En la actual sociedad capitalista, la igualdad, justicia, solidaridad y libertad, son valores cuyo contenido social es inseparable de los intereses de la burguesía.Y la clase obrera tiene sus propios valores de igualdad, justicia, solidaridad y libertad; son valores de contenido auténticamente humanista, propio del comunismo, en el cual no hay ninguna forma de opresión y explotación. Los renegados de la calaña de Gorbachov y todos sus seguidores, jamás aceptaron que estos valores nunca han sido los mismos en la historia de la humanidad; han pensado que siempre fueron “universales”, desde su origen en la sociedad humana.
Los falsos marxistas pretenden explicar la desaparición de la Unión Soviética, como prueba de que el socialismo surgido después de la Gran Revolución de Octubre se “desplomó” , porque “algo falló en la historia”, o simplemente porque no fue un socialismo “democrático” , con “rostro humano”, “participativo”, etc. Ocultan una verdad irrefutable, comprobada por el mismo acontecer histórico: se trató de la destrucción de una gran potencia socialista por el imperialismo en complicidad con los rezagos de las clases explotadoras del interior de la URSS, bien dirigidos y pagados desde el exterior. Hoy se sabe que a mediados de los años 60 el Consejo de Seguridad Nacional de los EE.UU. aprobó un Programa de destrucción de la Unión Soviética, con los siguientes puntos:
“1.-Presentar a la URSS como el último imperio voraz, e intentar destruirlo por todos los medios;
2. Demostrar que la URSS no había sido la vencedora del fascismo, sino un tirano igual que el fascismo al que no hay que respetar.
3. Su economía debe ser desestabilizada con la carrera armamentista y deformada de tal manera que se pueda impedir la realización de las ventajas constitucionales, sobre todo en el ámbito social.
4. Encender la llama del nacionalismo y hacer explotar al país desde dentro, sobre la base de un extremismo nacional y religioso.
5. Propiciar la ocupación de los medios de información por “agentes de influencia” dirigidos por la CIA; destruir el medio de vida colectivista; separar el pasado del presente para así privar al país de porvenir.” - Kilev Pág. 11.
Este es el plan siniestro que el imperialismo yanqui puso en práctica desde los tiempos de Jruschov hasta Gorbachov, en complicidad con sus “agentes de influencia”, que llegaron a ocupar los más altos cargos de dirección del Estado y el Partido en la fenecida Unión Soviética. Esa basura, ocultó muy bien su traición, bajo el manto del “humanismo”, y los “valores universales”, que hoy repiten y defienden todos los que afirman que “algo falló en la historia” y maldicen a Stalin.
Para presentar a la Unión Soviética, como el último imperio voraz y destruirlo por todos los medios, era inevitable desatar una campaña furibunda contra Stalin, y presentar el pasado de la Unión Soviética monstruosamente deformado, plagado de errores y crímenes. Esta labor siniestra ya la inició el intrigante, aventurero y apóstata Nikita Jruschov con su mendaz “discurso secreto” saturado de insultos y mentiras, pronunciado en una reunión a puerta cerrada el 25 de febrero de 1956, al final del XX Congreso del PCUS. Es con este infame discurso, “falla de la historia”, que se inició la larga marcha de la destrucción de la Gran Unión Soviética de Lenin y Stalin, y culminó con el crimen imperdonable perpetrado por dos descarados “agentes de influencia” del imperialismo yanqui: Gorbachov y Yeltsin, declarados anticomunistas y rabiosos antistalinistas.
Hubiera sido imposible cumplir con los objetivos trazados por el “Programa de destrucción de la Unión Soviética”, si los “agentes de influencia” del imperialismo, infiltrados en el PCUS, no revisaban las cuestiones fundamentales del marxismo leninismo. Por eso, la corriente contrarrevolucionaria que se inició con Jruschov, comenzó negando la lucha de clases en el periodo de transición del capitalismo al comunismo. Segùn el jruschovismo, oportunista y contrarrevolucionario, en la URSS las clases derrocadas del poder y expropiadas de tierras y fábricas, ya se habían integrado pacíficamente en el socialismo y no había necesidad de reprimirlas. El aventurero Nikita y su grupo se opusieron a la tesis sostenida por Stalin, según la cual, con el avance al socialismo en la URSS, se agudizaba la lucha de clases, y la dictadura del proletariado debía tomar las medidas más adecuadas para defenderse y derrotar todo intento de restaurar el capitalismo y destruir el Poder soviético. Las represiones, que tanto lamentan los enemigos del socialismo, se dieron en este contexto, al que hay que agregar los preparativos de la Segunda Guerra Mundial por el fascismo, apoyado por sus Quintas columnas, desde los años 30.
La represión de las oscuras fuerzas reaccionarias en la URSS de los tiempos de Stalin, ha servido para crear toda una leyenda negra sobre 20, 30 y hasta 60 millones de reprimidos y exterminados por Stalin. Esta leyenda fue inventada por Hitler y divulgada por la Gestapo, utilizando a Hearsts, multimillonario yanqui, amigo personal del führer. Sin embargo, fue Robert Conquest, ex agente de la policía británica y posteriormente profesor de la Universidad de Stanford, el que se especializó en escribir sobre los “crímenes de Stalin”. En 1969 dio a luz “El gran terror” y en 1986 “Cosecha de amargura”, y a pedido de Reagan escribió y publicó: “¿Qué hacer cuando los rusos vengan? Manual de supervivencia”. Todas las fuentes de información de este agente, especializado en “intoxicación” periodística, eran los contrarrevolucionarios ucranianos que colaboraron con el Ejército alemán durante la ocupación de la URSS en la Segunda Guerra Mundial.
El conocido zarista fascista, Solsenitsin, premio Nobel de literatura en pago a sus mentiras, afirma que Stalin y los bolcheviques mataron 110 millones, 44 millones en la Segunda Guerra Mundial y 66 millones desde la colectivización de la agricultura hasta la muerte de Stalin en 1953. Todas estas mentiras fueron puestas al desnudo con la apertura de los archivos del KGB, ordenada por Gorbachov en 1993.Resulta que en tiempos de Stalin, todos los reprimidos fueron 600 mil, incluidos los delincuentes comunes; es decir, menos del 0.5% de la población soviética, Se sabe que en EE.UU., en esa etapa, hubo 5 millones y medio de presos, es decir, un 2.5 % de la población adulta, mucho más que los que existieron en la URSS durante la dirección Stalin.
Surge el interrogante ¿Por qué se insiste tanto en mentir sobre los denominados “crímenes de la Unión Soviética en tiempos de Stalin? Lo que persiguen el imperialismo y todos los reaccionarios es identificar socialismo con violencia y crimen; demostrar que la Unión Soviética fue un “imperio voraz" igual que la Alemania hitleriana, y Stalin un asesino peor que Hitler. De este modo se pretende dejar a los comunistas sin pasado y privarlos de futuro; vano intento de todo reaccionario que propone burlar las leyes de la historia y eternizar un sistema inicuo de explotación del hombre por el hombre, que está llegando a su fin en forma inexorable.
Sin criminalizar a Stalin, era imposible presentar a la Unión Soviética como el “último imperio voraz” y conseguir su destrucción.Por eso, para esa criminalización la CIA gastó y sigue gastando millones de dólares, contratando los servicios de todo un ejército de expertos en lo que James Petras llama “eyaculaciones retóricas antiestalinistas”. En el Perú no son pocos estos eyaculadores y no pierden oportunidad para autocomplacerse, repitiendo la leyenda negra inventada por Hitler, divulgada por el millonario yanqui Hearts y el agente británico Conquest.
Grover Furr, profesor de la Universidad de Montclair, New Jersey, EE.UU., en una entrevista que le hizo el periódico brasilero La Verdad, respondiendo a la pregunta que hizo sobre la “lucha contra Stalin y su obra”, respondió lo siguiente:
“Hace una década me enterré de la gran cantidad de documentos que se estaban revelando de archivos secretos de la antigua Unión Soviética, y empecé a estudiarlos. Leí en alguna parte que una o dos declaraciones de Jruschov, en su famoso “informe secreto” de 1956, fueron identificadas como falsas de principio a fin. Por lo tanto, pensé que podía hacer una investigación y escribir un artículo señalando algunos errores expuestos por él durante el “informe secreto”. Nunca me imaginé encontrar que todo lo que dijo Jruschov (60 de los 61 cargos presentados contra Stalin y contra Beria) iba a ser completamente falso. Del cargo Nº 61 no pude encontrar nada que lo confirmara o lo desmintiese. Me di cuenta de que este hecho iba a cambiar todo, ya que prácticamente toda la historia desde 1956 se basa en lo dicho por Jruschov o escritores afines a él. He encontrado que el periodo de la historia soviética con Stalin al frente ha sido completamente tergiversado. No solo “un error aquí y allá”, sino básicamente un ENORME FRAUDE, LA MENTIRA MAS GRANDE DEL SIGLO”.
Es realmente triste y lamentable que personas con trayectoria revolucionaria, se hayan convertido en divulgadores y propagandistas de este “enorme fraude, la mentira más grande del siglo”.
Los ideólogos de la burguesía, afirman que el marxismo leninismo es una teoría anticuada, “juràsica” y, por lo mismo inservible. Haciendo eco a estos defensores del sistema capitalista, hay otros, como Lèvano, que exigen a los revolucionarios “de raíces marxistas”, que hagan abandono de “dogmas y sectarismos”, siguiendo el ejemplo del decrépito Partido Comunista Peruano, de Jorge del Prado. Contrariamente a esas “exigencias” y “consejos”, la experiencia histórica de las últimas décadas enseña que es necesario intensificar el estudio y el trabajo teórico marxista leninista por los revolucionarios, a causa de la inevitable agudización de la lucha de clases en todas sus formas y el desastre sufrido con la desaparición de la URSS y el Campo socialista. Esta terrible derrota exige tener presente, como nunca, la sabía indicación de Lenin:
“SIN TEORÌA REVOLUCIONARIA NO HAY MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO”
En la actualidad el sistema capitalista pretende consolidar sus posiciones, ganadas después de la debacle de la URSS, exigiendo el desarme ideológico del proletariado y las fuerzas revolucionarias en general. De aquí surgen sus presiones para que los comunistas y revolucionarios se limiten a luchar por un “socialismo con rostro humano”, “democrático”, “de mercado”, porque “el discurso político socialista debe ser un discurso político y cultural que use significados simbólicos y mitos que puedan despertar la movilidad de los nuevos actores sociales …”
Haciendo abandono total del marxismo leninismo, un documento del Partido Comunista que tuvo como vocero el periòdico “Unidad”, dice las siguientes necedades:
“El socialismo no puede ser más una teoría de la dictadura del proletariado. El poder proletario con el socialismo burocrático perdió efectividad, perdió su efecto ideológico liberador, y su verdad ha devenido en mentira, se ha desmitificado como ideal emancipatorio de los explotados, no es creíble ya como ideología del proletariado y menos como forma en que se emancipa lo nuevo”.
“El comunismo como ideología política mantiene tres aspectos fundamentales como proyecto de sociedad: libertad, democracia, individuo”.
“En este sentido debemos recuperar la “promesa comunista” entendida como el reino de la libertad, la democracia mas plena y del desarrollo del individuo entendido como un “hombre nuevo”.
“En nuestro país, por los cambios ocurridos en la estructura económica y social, el sujeto revolucionario se encuentra en proceso de construcciòn.Sobre la base del asalariado urbano y rural, se está configurando con la participación de otros segmentos y estratos sociales, un nuevo sujeto revolucionario.Los intereses objetivos de este sujeto en construcción son la guía para construir nuestra política auténticamente revolucionaria”.(2) Reflexiones teóricas. El capitalismo del siglo XXI.
Este es un ejemplo típico de “renuncia a dogmas y sectarismos”, que tanto reclama Lèvano. Estos son los disparates con los que se pretende organizar y conducir las luchas contra el sistema capitalista y su cambio por el socialismo. Ante esta ofensiva, dirigida y financiada por el Imperialismo, es necesario atenerse con firmeza a la ideología del proletariado, y tener presente la advertencia de Lenin:
“TODA DOCTRINA SOBRE UN SOCIALISMO QUE NO ES DE CLASE Y SOBRE UNA POLITICA QUE NO ES DE CLASE SE ACREDITA COMO UN SIMPLE ABSURDO”.
La etapa actual de ofensiva ideológica y política del imperialismo, nos exige reforzar e impulsar el trabajo teórico y poner al desnudo la entraña reaccionaria de toda “renuncia a dogmas” de quienes alguna vez militaron en las filas de los partidos de la clase obrera y han olvidado que el “marxismo no es un dogma sino una guía para la acción” y que LA TEORIA MARXISTA LENINISTA “ES LA CIENCIA DEL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD, LA CIENCIA DEL MOVIMIENTO OBRERO, LA CIENCIA DE LA REVOLUCION PROLETARIA, LA CIENCIA DE LA EDIFICACION COMUNISTA. Y COMO CIENCIA NO ESTA NI PUEDE ESTAR ESTANCADA, SINO QUE SE DESARROLLA Y PERFECCIONA”.
Esta es una verdad comprobada por la historia, desde los tiempos de MARX, el PENSADOR DEL MILENIO.
Nadie ignora que el imperialismo, con todos sus seguidores y lacayos, ha hecho del antiestalinismo su mejor arma de lucha contra el comunismo y el marxismo leninismo. Sus plumíferos, bien pagados, no pierden oportunidad para denigrar, insultar y calumniar a Stalin, gran personalidad del movimiento revolucionario mundial, forjador de la Unión Soviética y vencedor en la Segunda Guerra Mundial. Se dice que todos nuestros “textos giran en torno a Stalin”·.Esta es una mentira que se usa como pretexto para proseguir en la campaña contra el gran sucesor de Lenin, obligándonos a responder en defensa de este gigante que ha dejado una imborrable huella en la historia.
Es bueno recordar que después del ataque infame de Jruschov a Stalin, en su “discurso secreto” pronunciado en el XX Congreso del PCUS, no todos los comunistas se quedaron callados. Si los primeros días hubo un silencio explicable, por lo sorpresivo de tan infame agresión, pronto se escucharon las voces de los comunistas capaces de proteger la honra, el prestigio y la continuidad del Partido en los periodos de gran depresión”, como dijera Lenin. Nadie que este informado de lo que viene ocurriendo a nivel mundial puede ignorar que, frente al prestigio creciente de Stalin en la misma ex Unión Soviética, su detractor, el felón Nikita Jruschov, ha caído en el olvido absoluto y solo se le recuerda para quemar sus retratos, como lo ocurrido hace poco en Crimea.
En el largo camino recorrido en la construcción del socialismo y derrotar después la agresión nazifascista, el pueblo soviético tuvo que hacer frente a terribles adversidades; pero la sabia dirección de un Partido encabezado por Stalin, lo condujo de victoria en victoria, realizando grandes hazañas y prodigios inolvidables de heroísmo. Por eso, las calumnias y las mentiras del jsruschovismo, no hacen mella al enorme prestigio de Stalin, como sucesor de Lenin y gran revolucionario. No es posible negar que durante los 30 años que dirigió la URSS y el movimiento comunista internacional, existiera una sólida unidad de pensamiento y acción revolucionarios. Esa unidad quedó escindida y desorientada por obra del revisionismo jruschovista y sus arteros ataques a Stalin, con el nombre de “lucha contra el culto a la personalidad y sus consecuencias”.
El tiempo ha demostrado que el antistalinismo no sólo es el abandono descarado del marxismo leninismo, sino traición al internacionalismo proletario y al movimiento comunista internacional; traición que culminó con la destrucción de la Unión Soviética y el Campo socialista. De aquì se desprende precisamente que la posición que se adopte frente a Stalin y su obra es una cuestión fundamental de principio. Esta es la razón por la cual, desde un comienzo, los auténticos comunistas marxistas leninistas se levantaron en defensa de la línea general y el histórico liderato de Stalin que duró 30 años, en condiciones históricas extraordinariamente adversas, de las que salió triunfante. Para los verdaderos comunistas la actitud ante este gigante revolucionario no es cuestión de simple “simpatía”. Es una cuestión de vital importancia para el futuro de las luchas revolucionarias del proletariado y de todos los pueblos oprimidos y explotados del mundo. Que esto es cierto, lo han comprendido muy bien el imperialismo y todos los reaccionarios; por eso tienen organizado todo un ejército de “eyaculadores retóricos de antiestalinismo”, bien armados con las mentiras de Hitler, Hearts, Conquest, Orwell, Jruschov, Gorbachov y todos sus epígonos.
Nada casual es que, durante la desventurada “Perestroika” del renegado Gorbachov, se haya desatado una campaña excepcionalmente rabiosa, contra Stalin. Es sabido que, bajo la batuta de ese “agente de influencia” yanqui, el antiestalinismo adquirió carácter enfermizo y desenfrenado. Toda la furia de los anticomunistas adquirió contornos escandalosos, y convirtió a los visitantes de la ex Unión Soviética en verdaderos agentes del antistalinismo reaccionario y anticomunista, y a los que fueron comunistas, con pocas excepciones, los “modernizó” y “humanizó”, los depuró de todo “dogmatismo” y “sectarismo”, después de un “perestroiko” lavado cerebral. A comunistas de este jaez el Amauta José Carlos Mariategui les llamó “domesticados” y hoy se les conoce como “caviares”.
Una reflexión final nos parece necesaria. El marxismo explica en forma meridianamente clara e irrefutable el papel de la personalidad en la historia. Es sabido que las grandes personalidades surgen allí donde existen condiciones favorables para su desarrollo; lo que significa que son fruto de de la sociedad y el momento histórico en que viven. Sin embargo, ellas no pueden hacer variar la orientación general de los acontecimientos; pero las particularidades de su carácter y talento las convierten en los individuos más capaces para servir e impulsar el desarrollo histórico social de su época. En esto residió toda la fuerza de Stalin y su enorme autoridad, que el revisionista Jruschov y sus secuaces llamaron “culto a la personalidad”. Las grandes e históricas realizaciones de Stalin son bien conocidas y nadie puede negarlas:
Organización del Partido Comunista Bolchevique antes de 1917.
Fundación y publicación de Pravda en la clandestinidad;
Victoria de la Revolución de Octubre de 1917;
Victoria de la guerra civil;
Colectivización de la agricultura;
Industrialización de la URSS;
Planificación de la economía;
Revolución cultural;
Victoria en la Segunda guerra mundial;
Surgimiento del Campo socialista incluyendo a la RPCh.
Estas son “las consecuencias del culto a la personalidad de Stalin”, que el renegado-aventurero Jruschov y sus seguidores ocultaron, en su loca carrera restauradora del capitalismo. Los que destruyeron a la Unión Soviética atribuyen a Stalin toda clase errores, y llegan al extremo demencial de afirmar que los grandes triunfos obtenidos en la construcción del socialismo y en la Segunda Guerra mundial, fueron obras del pueblo soviético y no de Stalin. Esta afirmación denota ignorancia y odio a la genial dirección del sucesor de Lenin. Solo mentalidades reaccionarias o afectadas de demencia, pueden creer que los grandes acontecimientos históricos, que impulsan el desarrollo de los pueblos, se pueden realizar espontáneamente o por milagro, sin dirección ni organización. Los pervertidos revisionistas y sus amigos no se cansan de repetir esta estupidez, en su loco afán de denigrar a Stalin.
Han llegado al extremo de falsificar groseramente la historia, para “probar” que la victoria en la Gran Guerra patria de la URSS se logró “pese a Stalin”, es decir pese al Jefe Supremo que condujo al glorioso Ejercito Rojo de victoria en victoria. Y dicen que igual cosa ocurrió con la construcción del socialismo, porque fue el pueblo soviético el que realizó esa grandiosa obra histórica, libre y voluntariamente, sin ninguna direcciòn.Todo fue espontáneo, no hubo Partido Comunista bolchevique ni Poder soviético y Stalin solo cometía crímenes. Así falsifican la historia; así miente la cleptocracia contrarrevolucionaria que hoy se encuentra en el Poder y se ha apropiado de todo lo creado por la clase obrera y el pueblo soviéticos durante decenios de sistema socialista.
La verdad, que el revisionismo contrarrevolucionario oculta, es que la vieja Rusia no se hubiera podido convertir en una gran potencia socialista sino se derrota política e ideológicamente a la oposición trotskista bujarinistas, y no se aplasta a la conspiración de la quinta columna, que se preparaba para abrir las fronteras soviéticas a las hordas de Hitler con ayuda de los trotskistas y toda la oposición.
El cuento de que las masacres de Stalin “están documentadas”, es otra vil patraña. Ahora se sabe que los documentos probatorios contra Stalin, se han falsificado a gran escala, incluyendo sellos con su firma y la de Beria. Tales documentos son miles y se sabe que fueron “fabricados”, especialmente en los tiempos de la Perestroika, por todas las fuerzas negras de la contrarrevolución que hoy se encuentran en el Poder, después de haber destruido a la Unión Soviética.
DESDE SU INICIO LA RESTAURACION DEL CAPITALISMO SE HA LLEVADO A CABO DENIGRANDO A STALIN. Y AHORA LOS REVOLUCIONARIOS PROLETARIOS PONEMOS ESPECIAL EMPEÑO EN LIMPIAR SU NOMBRE Y VALORAR DEBIDAMENTE SU OBRA INMORTAL, como lo vienen haciendo todos los auténticos comunistas del mundo entero, lo mismo que los comunistas, la clase obrera y el pueblo de la ex Unión Soviética, que no tardará mucho en ser restaurada.
Solo quienes “viven en otro planeta”, pueden ignorar que Stalin hoy es considerado el mayor héroe ruso de todos los tiempos, según repetidas votaciones mediáticas realizadas en la ex Unión Soviética, Hoy se sabe que su popularidad no hace mas que crecer entre la población de todas las edades. Es sabido que inicialmente, después de la desaparición de la URSS, eran únicamente los comunistas, en sus movilizaciones contra los usurpadores del Poder, los que se atrevían a exhibir los retratos de Stalin, pero ahora son grandes masas, incluida la juventud, las que desfilan levantando en alto su figura y expresando su decisión de volver al socialismo construido en los tiempos de la dirección staliniana. Esto, ha provocado el temor y preocupación, no solo de los usurpadores del Poder y restauradores del capitalismo, sino de toda la burguesía internacional, el imperialismo y sus “agentes de influencia”.
Los comunistas marxistas leninistas siempre tenemos presente las palabras que Jorge Dimitrov dijo en su discurso pronunciado el 19 de diciembre de 1948, en el V Congreso del Partido Comunista de Bulgaria:
“TODA LA EXPERIENCIA DEL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL CONFIRMA QUE UN VERDADERO MARXISTA DEBE SER UN VERDADERO LENINISTA Y UN VERDADERO LENINISTA NO PUEDE NO SER UN VERDADERO STALINISTA”.
Hacemos nuestra esta lúcida declaración, que ha sido confirmada rotundamente por la historia.
texto escrito por José Sotomayor Pérez
publicado en la web del PCPr
Con el título de “Incertidumbres”, el director del diario “La Primera”, se ha ocupado de nuestro vocero, “Voz Proletaria”, afirmando que todos sus textos giran en torno a Stalin. Esta mentira la necesitó para denigrar a Stalin una vez más y pedir a la “Izquierda de raíces marxistas” que haga su autocrática abandonando “dogmas y sectarismos” como él, que superando incertidumbres” ha llegado a la certeza de que “los valores supremos son la solidaridad, la justicia y la igualdad que deben ir acompañados de la libertad”. Dice Lèvano que su defensa de estos valores es apoyada, defendida y aplaudida por los médicos que lo atendieron en un nosocomio, jóvenes dedicados hoy al estudio de la “epistemología”.
Estas “incertidumbres” del director de “La Primera”, nos obligan a responderle con nuestras certidumbres, que tienen como fundamento la ciencia del marxismo leninismo. Comenzamos por recordarle que la “epistemología” es la teoría del conocimiento, y que los valores que tanto encomia, son estudiados por la axiología. Sus amigos, “médicos jóvenes”, deberían saber esta cuestión que es elemental, para no engrosar esa “pandilla de estudiantes inexpertos y sabihondos doctores que pretenden dar al socialismo un contenido más elevado reemplazando su fundamento materialista por la mitología moderna con sus diosas la justicia, la igualdad y la fraternidad” a las que hoy agregan la solidaridad y la libertad. Fue Marx, el pensador del milenio, el que fustigó a tal pandilla y sus diosas de la “moderna mitología “.
Condición necesaria para restaurar el capitalismo en la Unión Soviética y destruirla, fue arrojar por la borda el marxismo leninismo y convertir al Partido de la clase obrera en un Partido de burócratas corruptos, que culminaron su carrera usurpando el Poder del Estado. Con el argumento de abandonar “dogmas y sectarismos”, de acuerdo a la nueva situación interior y exterior de la URSS, capitaneados por el intrigante y aventurero trotskista, Nikita Jruschov, arrojaron al canasto la ciencia de Marx y Lenin. Comenzaron desenterrando las tesis de Kautsky y Bernstein, capitostes de la II Internacional, y terminaron su labor criminal poniéndose de rodillas ante las diosas de la “moderna mitología”, el “nuevo pensamiento” y el “humanismo” de Gorbachov, enemigo jurado del denominado “totalitarismo marxista”. Por esta infamia el imperialismo ordenó que a este renegado se le otorgara el premio “Nobel” de la paz.
Comunistas mal formados ideológicamente, sufrieron un verdadero lavado cerebral desde los tiempos del renegado Jruschov, pero en forma sistemática con motivo de la Perestroika. Fue durante esos años, que la campaña antiestalinista se hizo más enconada y hasta rabiosa con la finalidad de preparar la opinión pública nacional e internacional para la desaparición de la Unión Soviética y los últimos vestigios de socialismo. Esto explica que no pocos “comunistas”, volvieran de esa URSS moribunda, saturados de antistalinismo y antimarxismo, nuevos creyentes de las divinidades de la “moderna mitología”, convencidos de la necesidad de “abandonar dogmas y sectarismos” y convertidos en adeptos del “nuevo pensamiento” gorbachiano que es una renuncia franca al marxismo leninismo.
Los valores que tanto defiende Lèvano siempre han tenido un contenido de clase, siguiendo los cambios de la ideología dominante. En la actual sociedad capitalista, la igualdad, justicia, solidaridad y libertad, son valores cuyo contenido social es inseparable de los intereses de la burguesía.Y la clase obrera tiene sus propios valores de igualdad, justicia, solidaridad y libertad; son valores de contenido auténticamente humanista, propio del comunismo, en el cual no hay ninguna forma de opresión y explotación. Los renegados de la calaña de Gorbachov y todos sus seguidores, jamás aceptaron que estos valores nunca han sido los mismos en la historia de la humanidad; han pensado que siempre fueron “universales”, desde su origen en la sociedad humana.
Los falsos marxistas pretenden explicar la desaparición de la Unión Soviética, como prueba de que el socialismo surgido después de la Gran Revolución de Octubre se “desplomó” , porque “algo falló en la historia”, o simplemente porque no fue un socialismo “democrático” , con “rostro humano”, “participativo”, etc. Ocultan una verdad irrefutable, comprobada por el mismo acontecer histórico: se trató de la destrucción de una gran potencia socialista por el imperialismo en complicidad con los rezagos de las clases explotadoras del interior de la URSS, bien dirigidos y pagados desde el exterior. Hoy se sabe que a mediados de los años 60 el Consejo de Seguridad Nacional de los EE.UU. aprobó un Programa de destrucción de la Unión Soviética, con los siguientes puntos:
“1.-Presentar a la URSS como el último imperio voraz, e intentar destruirlo por todos los medios;
2. Demostrar que la URSS no había sido la vencedora del fascismo, sino un tirano igual que el fascismo al que no hay que respetar.
3. Su economía debe ser desestabilizada con la carrera armamentista y deformada de tal manera que se pueda impedir la realización de las ventajas constitucionales, sobre todo en el ámbito social.
4. Encender la llama del nacionalismo y hacer explotar al país desde dentro, sobre la base de un extremismo nacional y religioso.
5. Propiciar la ocupación de los medios de información por “agentes de influencia” dirigidos por la CIA; destruir el medio de vida colectivista; separar el pasado del presente para así privar al país de porvenir.” - Kilev Pág. 11.
Este es el plan siniestro que el imperialismo yanqui puso en práctica desde los tiempos de Jruschov hasta Gorbachov, en complicidad con sus “agentes de influencia”, que llegaron a ocupar los más altos cargos de dirección del Estado y el Partido en la fenecida Unión Soviética. Esa basura, ocultó muy bien su traición, bajo el manto del “humanismo”, y los “valores universales”, que hoy repiten y defienden todos los que afirman que “algo falló en la historia” y maldicen a Stalin.
Para presentar a la Unión Soviética, como el último imperio voraz y destruirlo por todos los medios, era inevitable desatar una campaña furibunda contra Stalin, y presentar el pasado de la Unión Soviética monstruosamente deformado, plagado de errores y crímenes. Esta labor siniestra ya la inició el intrigante, aventurero y apóstata Nikita Jruschov con su mendaz “discurso secreto” saturado de insultos y mentiras, pronunciado en una reunión a puerta cerrada el 25 de febrero de 1956, al final del XX Congreso del PCUS. Es con este infame discurso, “falla de la historia”, que se inició la larga marcha de la destrucción de la Gran Unión Soviética de Lenin y Stalin, y culminó con el crimen imperdonable perpetrado por dos descarados “agentes de influencia” del imperialismo yanqui: Gorbachov y Yeltsin, declarados anticomunistas y rabiosos antistalinistas.
Hubiera sido imposible cumplir con los objetivos trazados por el “Programa de destrucción de la Unión Soviética”, si los “agentes de influencia” del imperialismo, infiltrados en el PCUS, no revisaban las cuestiones fundamentales del marxismo leninismo. Por eso, la corriente contrarrevolucionaria que se inició con Jruschov, comenzó negando la lucha de clases en el periodo de transición del capitalismo al comunismo. Segùn el jruschovismo, oportunista y contrarrevolucionario, en la URSS las clases derrocadas del poder y expropiadas de tierras y fábricas, ya se habían integrado pacíficamente en el socialismo y no había necesidad de reprimirlas. El aventurero Nikita y su grupo se opusieron a la tesis sostenida por Stalin, según la cual, con el avance al socialismo en la URSS, se agudizaba la lucha de clases, y la dictadura del proletariado debía tomar las medidas más adecuadas para defenderse y derrotar todo intento de restaurar el capitalismo y destruir el Poder soviético. Las represiones, que tanto lamentan los enemigos del socialismo, se dieron en este contexto, al que hay que agregar los preparativos de la Segunda Guerra Mundial por el fascismo, apoyado por sus Quintas columnas, desde los años 30.
La represión de las oscuras fuerzas reaccionarias en la URSS de los tiempos de Stalin, ha servido para crear toda una leyenda negra sobre 20, 30 y hasta 60 millones de reprimidos y exterminados por Stalin. Esta leyenda fue inventada por Hitler y divulgada por la Gestapo, utilizando a Hearsts, multimillonario yanqui, amigo personal del führer. Sin embargo, fue Robert Conquest, ex agente de la policía británica y posteriormente profesor de la Universidad de Stanford, el que se especializó en escribir sobre los “crímenes de Stalin”. En 1969 dio a luz “El gran terror” y en 1986 “Cosecha de amargura”, y a pedido de Reagan escribió y publicó: “¿Qué hacer cuando los rusos vengan? Manual de supervivencia”. Todas las fuentes de información de este agente, especializado en “intoxicación” periodística, eran los contrarrevolucionarios ucranianos que colaboraron con el Ejército alemán durante la ocupación de la URSS en la Segunda Guerra Mundial.
El conocido zarista fascista, Solsenitsin, premio Nobel de literatura en pago a sus mentiras, afirma que Stalin y los bolcheviques mataron 110 millones, 44 millones en la Segunda Guerra Mundial y 66 millones desde la colectivización de la agricultura hasta la muerte de Stalin en 1953. Todas estas mentiras fueron puestas al desnudo con la apertura de los archivos del KGB, ordenada por Gorbachov en 1993.Resulta que en tiempos de Stalin, todos los reprimidos fueron 600 mil, incluidos los delincuentes comunes; es decir, menos del 0.5% de la población soviética, Se sabe que en EE.UU., en esa etapa, hubo 5 millones y medio de presos, es decir, un 2.5 % de la población adulta, mucho más que los que existieron en la URSS durante la dirección Stalin.
Surge el interrogante ¿Por qué se insiste tanto en mentir sobre los denominados “crímenes de la Unión Soviética en tiempos de Stalin? Lo que persiguen el imperialismo y todos los reaccionarios es identificar socialismo con violencia y crimen; demostrar que la Unión Soviética fue un “imperio voraz" igual que la Alemania hitleriana, y Stalin un asesino peor que Hitler. De este modo se pretende dejar a los comunistas sin pasado y privarlos de futuro; vano intento de todo reaccionario que propone burlar las leyes de la historia y eternizar un sistema inicuo de explotación del hombre por el hombre, que está llegando a su fin en forma inexorable.
Sin criminalizar a Stalin, era imposible presentar a la Unión Soviética como el “último imperio voraz” y conseguir su destrucción.Por eso, para esa criminalización la CIA gastó y sigue gastando millones de dólares, contratando los servicios de todo un ejército de expertos en lo que James Petras llama “eyaculaciones retóricas antiestalinistas”. En el Perú no son pocos estos eyaculadores y no pierden oportunidad para autocomplacerse, repitiendo la leyenda negra inventada por Hitler, divulgada por el millonario yanqui Hearts y el agente británico Conquest.
Grover Furr, profesor de la Universidad de Montclair, New Jersey, EE.UU., en una entrevista que le hizo el periódico brasilero La Verdad, respondiendo a la pregunta que hizo sobre la “lucha contra Stalin y su obra”, respondió lo siguiente:
“Hace una década me enterré de la gran cantidad de documentos que se estaban revelando de archivos secretos de la antigua Unión Soviética, y empecé a estudiarlos. Leí en alguna parte que una o dos declaraciones de Jruschov, en su famoso “informe secreto” de 1956, fueron identificadas como falsas de principio a fin. Por lo tanto, pensé que podía hacer una investigación y escribir un artículo señalando algunos errores expuestos por él durante el “informe secreto”. Nunca me imaginé encontrar que todo lo que dijo Jruschov (60 de los 61 cargos presentados contra Stalin y contra Beria) iba a ser completamente falso. Del cargo Nº 61 no pude encontrar nada que lo confirmara o lo desmintiese. Me di cuenta de que este hecho iba a cambiar todo, ya que prácticamente toda la historia desde 1956 se basa en lo dicho por Jruschov o escritores afines a él. He encontrado que el periodo de la historia soviética con Stalin al frente ha sido completamente tergiversado. No solo “un error aquí y allá”, sino básicamente un ENORME FRAUDE, LA MENTIRA MAS GRANDE DEL SIGLO”.
Es realmente triste y lamentable que personas con trayectoria revolucionaria, se hayan convertido en divulgadores y propagandistas de este “enorme fraude, la mentira más grande del siglo”.
Los ideólogos de la burguesía, afirman que el marxismo leninismo es una teoría anticuada, “juràsica” y, por lo mismo inservible. Haciendo eco a estos defensores del sistema capitalista, hay otros, como Lèvano, que exigen a los revolucionarios “de raíces marxistas”, que hagan abandono de “dogmas y sectarismos”, siguiendo el ejemplo del decrépito Partido Comunista Peruano, de Jorge del Prado. Contrariamente a esas “exigencias” y “consejos”, la experiencia histórica de las últimas décadas enseña que es necesario intensificar el estudio y el trabajo teórico marxista leninista por los revolucionarios, a causa de la inevitable agudización de la lucha de clases en todas sus formas y el desastre sufrido con la desaparición de la URSS y el Campo socialista. Esta terrible derrota exige tener presente, como nunca, la sabía indicación de Lenin:
“SIN TEORÌA REVOLUCIONARIA NO HAY MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO”
En la actualidad el sistema capitalista pretende consolidar sus posiciones, ganadas después de la debacle de la URSS, exigiendo el desarme ideológico del proletariado y las fuerzas revolucionarias en general. De aquí surgen sus presiones para que los comunistas y revolucionarios se limiten a luchar por un “socialismo con rostro humano”, “democrático”, “de mercado”, porque “el discurso político socialista debe ser un discurso político y cultural que use significados simbólicos y mitos que puedan despertar la movilidad de los nuevos actores sociales …”
Haciendo abandono total del marxismo leninismo, un documento del Partido Comunista que tuvo como vocero el periòdico “Unidad”, dice las siguientes necedades:
“El socialismo no puede ser más una teoría de la dictadura del proletariado. El poder proletario con el socialismo burocrático perdió efectividad, perdió su efecto ideológico liberador, y su verdad ha devenido en mentira, se ha desmitificado como ideal emancipatorio de los explotados, no es creíble ya como ideología del proletariado y menos como forma en que se emancipa lo nuevo”.
“El comunismo como ideología política mantiene tres aspectos fundamentales como proyecto de sociedad: libertad, democracia, individuo”.
“En este sentido debemos recuperar la “promesa comunista” entendida como el reino de la libertad, la democracia mas plena y del desarrollo del individuo entendido como un “hombre nuevo”.
“En nuestro país, por los cambios ocurridos en la estructura económica y social, el sujeto revolucionario se encuentra en proceso de construcciòn.Sobre la base del asalariado urbano y rural, se está configurando con la participación de otros segmentos y estratos sociales, un nuevo sujeto revolucionario.Los intereses objetivos de este sujeto en construcción son la guía para construir nuestra política auténticamente revolucionaria”.(2) Reflexiones teóricas. El capitalismo del siglo XXI.
Este es un ejemplo típico de “renuncia a dogmas y sectarismos”, que tanto reclama Lèvano. Estos son los disparates con los que se pretende organizar y conducir las luchas contra el sistema capitalista y su cambio por el socialismo. Ante esta ofensiva, dirigida y financiada por el Imperialismo, es necesario atenerse con firmeza a la ideología del proletariado, y tener presente la advertencia de Lenin:
“TODA DOCTRINA SOBRE UN SOCIALISMO QUE NO ES DE CLASE Y SOBRE UNA POLITICA QUE NO ES DE CLASE SE ACREDITA COMO UN SIMPLE ABSURDO”.
La etapa actual de ofensiva ideológica y política del imperialismo, nos exige reforzar e impulsar el trabajo teórico y poner al desnudo la entraña reaccionaria de toda “renuncia a dogmas” de quienes alguna vez militaron en las filas de los partidos de la clase obrera y han olvidado que el “marxismo no es un dogma sino una guía para la acción” y que LA TEORIA MARXISTA LENINISTA “ES LA CIENCIA DEL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD, LA CIENCIA DEL MOVIMIENTO OBRERO, LA CIENCIA DE LA REVOLUCION PROLETARIA, LA CIENCIA DE LA EDIFICACION COMUNISTA. Y COMO CIENCIA NO ESTA NI PUEDE ESTAR ESTANCADA, SINO QUE SE DESARROLLA Y PERFECCIONA”.
Esta es una verdad comprobada por la historia, desde los tiempos de MARX, el PENSADOR DEL MILENIO.
Nadie ignora que el imperialismo, con todos sus seguidores y lacayos, ha hecho del antiestalinismo su mejor arma de lucha contra el comunismo y el marxismo leninismo. Sus plumíferos, bien pagados, no pierden oportunidad para denigrar, insultar y calumniar a Stalin, gran personalidad del movimiento revolucionario mundial, forjador de la Unión Soviética y vencedor en la Segunda Guerra Mundial. Se dice que todos nuestros “textos giran en torno a Stalin”·.Esta es una mentira que se usa como pretexto para proseguir en la campaña contra el gran sucesor de Lenin, obligándonos a responder en defensa de este gigante que ha dejado una imborrable huella en la historia.
Es bueno recordar que después del ataque infame de Jruschov a Stalin, en su “discurso secreto” pronunciado en el XX Congreso del PCUS, no todos los comunistas se quedaron callados. Si los primeros días hubo un silencio explicable, por lo sorpresivo de tan infame agresión, pronto se escucharon las voces de los comunistas capaces de proteger la honra, el prestigio y la continuidad del Partido en los periodos de gran depresión”, como dijera Lenin. Nadie que este informado de lo que viene ocurriendo a nivel mundial puede ignorar que, frente al prestigio creciente de Stalin en la misma ex Unión Soviética, su detractor, el felón Nikita Jruschov, ha caído en el olvido absoluto y solo se le recuerda para quemar sus retratos, como lo ocurrido hace poco en Crimea.
En el largo camino recorrido en la construcción del socialismo y derrotar después la agresión nazifascista, el pueblo soviético tuvo que hacer frente a terribles adversidades; pero la sabia dirección de un Partido encabezado por Stalin, lo condujo de victoria en victoria, realizando grandes hazañas y prodigios inolvidables de heroísmo. Por eso, las calumnias y las mentiras del jsruschovismo, no hacen mella al enorme prestigio de Stalin, como sucesor de Lenin y gran revolucionario. No es posible negar que durante los 30 años que dirigió la URSS y el movimiento comunista internacional, existiera una sólida unidad de pensamiento y acción revolucionarios. Esa unidad quedó escindida y desorientada por obra del revisionismo jruschovista y sus arteros ataques a Stalin, con el nombre de “lucha contra el culto a la personalidad y sus consecuencias”.
El tiempo ha demostrado que el antistalinismo no sólo es el abandono descarado del marxismo leninismo, sino traición al internacionalismo proletario y al movimiento comunista internacional; traición que culminó con la destrucción de la Unión Soviética y el Campo socialista. De aquì se desprende precisamente que la posición que se adopte frente a Stalin y su obra es una cuestión fundamental de principio. Esta es la razón por la cual, desde un comienzo, los auténticos comunistas marxistas leninistas se levantaron en defensa de la línea general y el histórico liderato de Stalin que duró 30 años, en condiciones históricas extraordinariamente adversas, de las que salió triunfante. Para los verdaderos comunistas la actitud ante este gigante revolucionario no es cuestión de simple “simpatía”. Es una cuestión de vital importancia para el futuro de las luchas revolucionarias del proletariado y de todos los pueblos oprimidos y explotados del mundo. Que esto es cierto, lo han comprendido muy bien el imperialismo y todos los reaccionarios; por eso tienen organizado todo un ejército de “eyaculadores retóricos de antiestalinismo”, bien armados con las mentiras de Hitler, Hearts, Conquest, Orwell, Jruschov, Gorbachov y todos sus epígonos.
Nada casual es que, durante la desventurada “Perestroika” del renegado Gorbachov, se haya desatado una campaña excepcionalmente rabiosa, contra Stalin. Es sabido que, bajo la batuta de ese “agente de influencia” yanqui, el antiestalinismo adquirió carácter enfermizo y desenfrenado. Toda la furia de los anticomunistas adquirió contornos escandalosos, y convirtió a los visitantes de la ex Unión Soviética en verdaderos agentes del antistalinismo reaccionario y anticomunista, y a los que fueron comunistas, con pocas excepciones, los “modernizó” y “humanizó”, los depuró de todo “dogmatismo” y “sectarismo”, después de un “perestroiko” lavado cerebral. A comunistas de este jaez el Amauta José Carlos Mariategui les llamó “domesticados” y hoy se les conoce como “caviares”.
Una reflexión final nos parece necesaria. El marxismo explica en forma meridianamente clara e irrefutable el papel de la personalidad en la historia. Es sabido que las grandes personalidades surgen allí donde existen condiciones favorables para su desarrollo; lo que significa que son fruto de de la sociedad y el momento histórico en que viven. Sin embargo, ellas no pueden hacer variar la orientación general de los acontecimientos; pero las particularidades de su carácter y talento las convierten en los individuos más capaces para servir e impulsar el desarrollo histórico social de su época. En esto residió toda la fuerza de Stalin y su enorme autoridad, que el revisionista Jruschov y sus secuaces llamaron “culto a la personalidad”. Las grandes e históricas realizaciones de Stalin son bien conocidas y nadie puede negarlas:
Organización del Partido Comunista Bolchevique antes de 1917.
Fundación y publicación de Pravda en la clandestinidad;
Victoria de la Revolución de Octubre de 1917;
Victoria de la guerra civil;
Colectivización de la agricultura;
Industrialización de la URSS;
Planificación de la economía;
Revolución cultural;
Victoria en la Segunda guerra mundial;
Surgimiento del Campo socialista incluyendo a la RPCh.
Estas son “las consecuencias del culto a la personalidad de Stalin”, que el renegado-aventurero Jruschov y sus seguidores ocultaron, en su loca carrera restauradora del capitalismo. Los que destruyeron a la Unión Soviética atribuyen a Stalin toda clase errores, y llegan al extremo demencial de afirmar que los grandes triunfos obtenidos en la construcción del socialismo y en la Segunda Guerra mundial, fueron obras del pueblo soviético y no de Stalin. Esta afirmación denota ignorancia y odio a la genial dirección del sucesor de Lenin. Solo mentalidades reaccionarias o afectadas de demencia, pueden creer que los grandes acontecimientos históricos, que impulsan el desarrollo de los pueblos, se pueden realizar espontáneamente o por milagro, sin dirección ni organización. Los pervertidos revisionistas y sus amigos no se cansan de repetir esta estupidez, en su loco afán de denigrar a Stalin.
Han llegado al extremo de falsificar groseramente la historia, para “probar” que la victoria en la Gran Guerra patria de la URSS se logró “pese a Stalin”, es decir pese al Jefe Supremo que condujo al glorioso Ejercito Rojo de victoria en victoria. Y dicen que igual cosa ocurrió con la construcción del socialismo, porque fue el pueblo soviético el que realizó esa grandiosa obra histórica, libre y voluntariamente, sin ninguna direcciòn.Todo fue espontáneo, no hubo Partido Comunista bolchevique ni Poder soviético y Stalin solo cometía crímenes. Así falsifican la historia; así miente la cleptocracia contrarrevolucionaria que hoy se encuentra en el Poder y se ha apropiado de todo lo creado por la clase obrera y el pueblo soviéticos durante decenios de sistema socialista.
La verdad, que el revisionismo contrarrevolucionario oculta, es que la vieja Rusia no se hubiera podido convertir en una gran potencia socialista sino se derrota política e ideológicamente a la oposición trotskista bujarinistas, y no se aplasta a la conspiración de la quinta columna, que se preparaba para abrir las fronteras soviéticas a las hordas de Hitler con ayuda de los trotskistas y toda la oposición.
El cuento de que las masacres de Stalin “están documentadas”, es otra vil patraña. Ahora se sabe que los documentos probatorios contra Stalin, se han falsificado a gran escala, incluyendo sellos con su firma y la de Beria. Tales documentos son miles y se sabe que fueron “fabricados”, especialmente en los tiempos de la Perestroika, por todas las fuerzas negras de la contrarrevolución que hoy se encuentran en el Poder, después de haber destruido a la Unión Soviética.
DESDE SU INICIO LA RESTAURACION DEL CAPITALISMO SE HA LLEVADO A CABO DENIGRANDO A STALIN. Y AHORA LOS REVOLUCIONARIOS PROLETARIOS PONEMOS ESPECIAL EMPEÑO EN LIMPIAR SU NOMBRE Y VALORAR DEBIDAMENTE SU OBRA INMORTAL, como lo vienen haciendo todos los auténticos comunistas del mundo entero, lo mismo que los comunistas, la clase obrera y el pueblo de la ex Unión Soviética, que no tardará mucho en ser restaurada.
Solo quienes “viven en otro planeta”, pueden ignorar que Stalin hoy es considerado el mayor héroe ruso de todos los tiempos, según repetidas votaciones mediáticas realizadas en la ex Unión Soviética, Hoy se sabe que su popularidad no hace mas que crecer entre la población de todas las edades. Es sabido que inicialmente, después de la desaparición de la URSS, eran únicamente los comunistas, en sus movilizaciones contra los usurpadores del Poder, los que se atrevían a exhibir los retratos de Stalin, pero ahora son grandes masas, incluida la juventud, las que desfilan levantando en alto su figura y expresando su decisión de volver al socialismo construido en los tiempos de la dirección staliniana. Esto, ha provocado el temor y preocupación, no solo de los usurpadores del Poder y restauradores del capitalismo, sino de toda la burguesía internacional, el imperialismo y sus “agentes de influencia”.
Los comunistas marxistas leninistas siempre tenemos presente las palabras que Jorge Dimitrov dijo en su discurso pronunciado el 19 de diciembre de 1948, en el V Congreso del Partido Comunista de Bulgaria:
“TODA LA EXPERIENCIA DEL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL CONFIRMA QUE UN VERDADERO MARXISTA DEBE SER UN VERDADERO LENINISTA Y UN VERDADERO LENINISTA NO PUEDE NO SER UN VERDADERO STALINISTA”.
Hacemos nuestra esta lúcida declaración, que ha sido confirmada rotundamente por la historia.