La rebelión de los esclavos en Haití
Torcuato Salvador Di Tella
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La rebelión de los esclavos de Haití, que se inició en 1791, estimulada y precedida por dos años de intensas luchas entre colonos franceses, y que enseguida se propagó con destrucción de haciendas y de vidas, tuvo en su época una enorme repercusión. Alimentada por la guerra internacional que pronto se inició y avivada por las tácticas de las diversas facciones francesas —de la isla y de la metrópoli—, terminó recién en 1804, cuando se declaró la independencia del nuevo país, con la economía colonial del azúcar en ruinas, y habiendo superado un episodio de reconquista intentado por Napoleón entre 1802 y 1803. Junto con los levantamientos de Perú y Alto Perú de 1780-1781, y la posterior insurgencia de México entre 1810 y 1814, fue uno de los mayores conflictos sociales del continente en la época de su independencia. Para los sectores criollos de regiones con abundancia de esclavos constituyó una advertencia acerca de las tensiones latentes en ese tipo de sociedades, y del peligro de agitar excesivamente las luchas políticas, por temor a producir otro Haití. Bolívar lo tenía muy presente, y lo invocó como argumento para no extender la guerra revolucionaria a Cuba y Puerto Rico.
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La rebelión de los esclavos de Haití, que se inició en 1791, estimulada y precedida por dos años de intensas luchas entre colonos franceses, y que enseguida se propagó con destrucción de haciendas y de vidas, tuvo en su época una enorme repercusión. Alimentada por la guerra internacional que pronto se inició y avivada por las tácticas de las diversas facciones francesas —de la isla y de la metrópoli—, terminó recién en 1804, cuando se declaró la independencia del nuevo país, con la economía colonial del azúcar en ruinas, y habiendo superado un episodio de reconquista intentado por Napoleón entre 1802 y 1803. Junto con los levantamientos de Perú y Alto Perú de 1780-1781, y la posterior insurgencia de México entre 1810 y 1814, fue uno de los mayores conflictos sociales del continente en la época de su independencia. Para los sectores criollos de regiones con abundancia de esclavos constituyó una advertencia acerca de las tensiones latentes en ese tipo de sociedades, y del peligro de agitar excesivamente las luchas políticas, por temor a producir otro Haití. Bolívar lo tenía muy presente, y lo invocó como argumento para no extender la guerra revolucionaria a Cuba y Puerto Rico.