He leído esta entrevista a un jugador del Atleti y me pareció curioso.
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Y este texto viene a comparar la sociología de la afición merengue con la afición colchonera.
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Saludos.
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Panenka escribió:¿No ha llegado a molestaros a los atléticos la construcción de una identidad en torno al fracaso? Se trata del tercer o cuarto equipo del país, con una historia repleta de éxitos… ¿Hasta qué punto no suponía una excusa regodearse tanto en la derrota?
No era una excusa y tampoco molestaba; simplemente, los resultados y la falta de estabilidad condujeron a esa situación, no podías decir mucho más. Ahora estamos cambiando la historia, con nuestro compromiso, dándole a la gente lo que quiere: sentirse orgullosa y poder decir, ganemos o perdamos, “joder, este es mi Atleti”. Nunca nadie creo que se haya excusado detrás de ese fatalismo del Pupas. Es una imagen que el club se había ido ganando y a la que poco a poco estamos dando la vuelta.
Entonces necesitamos una nueva definición del Atlético de Madrid.
Un equipo trabajador, grande pero a la vez humilde, y ganador; nos hemos convertido en un equipo ganador.
“El Cholo empezó por contagiar su gen ganador, nos resaltó nuestras virtudes y nos ayudó a tapar los defectos. Y nos hemos ido hacia arriba hasta casi sentirnos invencibles”
¿Es, por encima del Real Madrid, el equipo de la ciudad?
[Risas] Es el equipo del trabajador. Y, tal y como está el país actualmente, ver cómo los jugadores se dejan la vida en cada jugada es algo que aumenta la identificación con el equipo.
La revolución que operó el Cholo, ¿partió de lo psicológico y después atacó lo físico y táctico?
Empezó psicológicamente, sí, porque todo lo demás este equipo ya lo tenía. Salvo tres o cuatro jugadores somos los mismos que caímos ante un Segunda B en la Copa [el Albacete, en diciembre de 2011], pero mentalmente estábamos hundidos: no confiábamos en nosotros, desconocíamos dónde íbamos a llegar, no reaccionábamos. Creo que el míster, psicológicamente, es el número uno. Y también lo es por cómo transmite su visión del fútbol. Así que empezó por contagiar su gen ganador (lo saca hasta en las partidas de cartas), nos resaltó nuestras virtudes y nos ayudó a tapar los defectos. Y nos hemos ido hacia arriba hasta casi sentirnos invencibles.
¿Cómo es aquella primera charla del Cholo, nada más llegar?
Le presentan en el Calderón y vienen más de 3.000 espectadores. Claro, los jugadores eso lo vemos… Luego nos coge en el vestuario y nos dice: “esta gente ha venido a ver al Cholo jugador, que es al que conocen, pero si no respondo como se espera en tres meses estarán en mi contra como los tenéis ahora vosotros”. Desde el primer minuto nos convenció de que podíamos revertir la situación.
Cuando tú debutaste coincides con Simeone y el ‘Mono’ Burgos en la alineación… y dicen que al Cholo no le convencías.
¡Eso es verdad! Mi relación con él no es la misma porque yo sí que no soy el mismo. Ya no soy el chaval que subía del filial, con la responsabilidad y el protagonismo mínimos. De hecho, mi primera charla a su vuelta pasa por ahí, porque no se esperaba que pudiera ofrecerle tanto: “Tú no eres el Gabi que yo conocía”.
¿Y eso te ha pasado con mucha gente? De forma bastante callada has ido convirtiéndote en un líder…
Tengo lo que tengo porque me lo he ganado… y creo que incluso he tenido que hacer un poquito más para que la gente me reconozca, pero estoy orgulloso de que ahora se me contemple como alguien capaz de llevar las riendas de un gran equipo, y sobre todo capaz de triunfar en el club de su vida. Cuando de pequeño me preguntaban qué quería ser de mayor no decía “futbolista” sino “futbolista del Atleti”. Yo vivo el sueño de todo aficionado, que no es otro que jugar con el equipo de sus amores. Mis colegas siempre me recuerdan la suerte que tengo.
Hablemos de aspectos tácticos. ¿Os sentís contraculturales en el reino del tiki-taka?
A mí me apasiona nuestro fútbol. He visto diez veces la vuelta de la Supercopa en el Camp Nou. Algunos dicen que fue aburrida; a mí me emociona ver cómo trabaja, cómo se compromete, el equipo. La cultura del tiki-taka… bueno, hay estudiosos a los que les encanta y luego estamos otros, que hemos vivido el fútbol desde siempre, que valoramos la dificultad de las demás opciones. El tiki-taka es muy bonito si tienes los jugadores idóneos, pero nuestro fútbol es muy exigente: trabajo, sacrificio, unidad, ilusión, saber leer los partidos y ser conscientes de que si tenemos el día malo podemos perder porque, a diferencia de otros equipos, no tenemos a un Messi o a un Cristiano.
Usáis un discurso tan basado en el trabajo y el esfuezo, que vosotros mismos os quitáis un poco de mérito.
Bueno, somos realistas. Pero os pregunto, ¿para vosotros qué es el talento? ¿Hacer dos caños en un partido? Para mí es saber leer el partido, estar bien posicionado, ayudar al compañero, hacer coberturas… Es que el talento es tan relativo. A mí también me gusta ver dos bicicletas, ver a Messi, a Cristiano, Iniesta me encanta. Pero siempre tienen al lado a jugadores que trabajan para que ellos brillen. Nosotros tenemos que seguir con el mismo discurso… aunque también soñamos, claro. Ojo, sabiendo que la realidad es la que es y que sólo con mucho curro la podremos transformar en lo que queremos.
¿El Pupas ha muerto o volverá?
Pero ¿el Pupas, por qué? Cuando ves un equipo que se compromete nunca puede ser el Pupas. No somos un club derrotista, la dinámica ha variado. Y el entorno tiene que cambiar también.
Y este texto viene a comparar la sociología de la afición merengue con la afición colchonera.
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Bendito fútbol escribió:El duelo del 24 de mayo entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid por la final de la Liga de Campeones es un partido en el que se expondrán los numerosos contrastes que ofrecen uno y otro equipo. Dos maneras de entender el fútbol y, quizás, la vida.
Lisboa será la sede de la mayor fiesta del fútbol madrileño. Nunca antes hubo una final de la Liga de Campeones con dos equipos de la misma ciudad. "Ni Londres, ni Milán, ni Manchester, con clubes de heráldica, han tenido los honores que se ha ganado Madrid. Mostrará sus palios, sus colores, en peregrinación a Lisboa, el 24 de mayo, pero para sus aficionados será como pegrinar de Madrid al cielo", describió este 1 de mayo el diario El Mundo.
Y en el caso de Real y Atlético, pocas veces coincidirán en un campo tantas diferencias. No es sorpresa que el Real Madrid haya accedido a la final de la Liga de Campeones, pues siempre es uno de los favoritos. Lo que sí sorprende es que hayan pasado 12 años desde la última vez.
Pero más notorio es el caso del Atlético, que regresa a una final de la Copa de Europa 40 años después de la anterior y que fue la única hasta ahora. Nunca antes en la historia del torneo un equipo tardó tanto en regresar a una final.
Buena parte de la diferencia de oportunidades tiene que ver con el distinto presupuesto que maneja uno y otro club. Mientras el Real Madrid se mueve por los 500 millones de euros anuales (693 millones de dólares), el Atlético sobrevive con tres veces menos. Por eso, entre otras razones, el Real Madrid no tiene inconveniente en gastar cada año más de 100 millones de euros en fichajes y el Atlético se ve obligado a vender al final de cada temporada a alguna de sus estrellas.
Sin embargo, el fútbol no siempre atiende a las matemáticas y a las finanzas -por mucha influencia que éstas puedan tener- y el Atlético de Madrid aparece ahora como serio candidato a ganar la Liga española y la Liga de Campeones.
No son sólo diferencias económicas lo que separa a uno y otro conjunto. También está el perfil sociológico de sus aficionados y la forma de entender el fútbol. El Real Madrid tiene su sede en el Paseo de la Castellana, zona exclusiva de la capital española donde comprar un simple apartamento de un dormitorio suele costar más de 300.000 euros (416.000 dólares).
En cambio, el Atlético creció a orillas del río Manzanares, en el sur de Madrid, zona tradicionalmente obrera y foco de inmigrantes. El Santiago Bernabéu es a menudo comparado con una "ópera" por el silencio de su hinchada y su alta exigencia. El club tampoco se esfuerza mucho en desmentir tal apreciación y antes de cada encuentro pone a todo volumen "Vincere" (venceré), cantada por Luciano Pavarotti.
Muy diferente es el ambiente que se registra en el Vicente Calderón, uno de los campos más 'calientes' de España. Antes de empezar cada encuentro, la hinchada interpreta el himno sin la necesidad de megafonía ni otros acompañamientos de la voz. Y por lo general la afición no para de cantar en todo el encuentro, y más en estos tiempos de victorias.
Tampoco permite muchas comparaciones lo que ocurre con sus dirigentes. Mientras Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, es elusivo con la prensa, el mandatario rojiblanco, Enrique Cerezo, es completamente expansivo y uno de los dirigentes más bromistas del fútbol español.
Igual ocurre con el aspecto de los jugadores. Mientras los futbolistas del Real Madrid aprecen con peinados y vestuario según la moda, los atléticos prestan menos atención a esas cosas y en lo estético solo compiten con los blancos en número de tatuajes.
En cuestión de pendientes, ganan claramente los jugadores del Real Madrid. Así, poco tienen en común el blanco Cristiano Ronaldo con el rojiblanco Diego Costa, más allá de que ambos marquen muchos goles y sean estrellas de sus respectivos equipos.
Los entrenadores actuales también son un fiel reflejo de las dos personalidades diferentes que poseen ambos clubes. Tras el "terremoto" de José Mourinho, el Real Madrid regresó a sus orígentes con el italiano Carlo Ancelotti, quien apenas se salió del guión tras obtener la clasificación a la final. "Estamos muy contentos", fue una de sus frases más efusivas.
Diego Simeone es muy diferente en el banquillo atlético. El argentino se sitúa lo más cerca que puede estar un entrenador de ser un hincha, como demostró en el campo del Chelsea al recorrer toda la banda con los brazos en alto para festejar un gol.
Tras obtener el pase a la final, Simeone concluyó la rueda de prensa así: "Ah, y hay algo que quería decir: agradecerle a las mamás de estos jugadores porque los hicieron con unos huevos así de grandes". Una frase impensable en el caso de Ancelotti.
Ahora ambos clubes aparecen unidos por una misma ciudad, que es Lisboa, y un mismo sueño, que es la Liga de Campeones. Sería la décima para el Real Madrid y la primera para el Atlético. Hasta en eso hay contrastes.
Saludos.