Las partes integrantes del capital bancario
El Capital, de Carlos Marx - capítulo XXIX en adelante
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[...] Ahora es necesario examinar cómo se halla formado el capital bancario. Como hemos visto más arriba, Fullarton y otros autores convierten la distribución entre el dinero como medio de circulación y el dinero como medio de pago (y también como dinero mundial, en cuanto entra en consideración el reflujo del dinero) en una distinción entre circulación (currency) y capital. El curioso papel que aquí desempeña el capital hace que con el mismo cuidado con que la economía ilustrada procuraba inculcar la idea de que el dinero no es capital, procura esta economía de banqueros imbuir la noción de que en realidad el dinero es el capital por excelencia. En nuestras posteriores investigaciones se pondrá de manifiesto, sin embargo, que aquí el capital dinero se confunde con el moneyed capital concebido como capital a interés, mientras que en la primera acepción el capital dinero no es nunca más que una forma de transición del capital, en la que éste se distingue de las otras formas, o sea, del capital mercancías y del capital productivo. El capital bancario se halla formado: 1) por dinero contante, oro o billetes, 2) por títulos y valores. Éstos pueden dividirse, a su vez, en dos partes: valores comerciales, letras de cambio pendientes de vencimiento y cuyo descuento constituye el verdadero negocio del banquero, y valores públicos, como los títulos de la Deuda pública, los certificados del Tesoro, las acciones de todas clases, en una palabra, los valores que rinden un interés, pero que se distinguen esencialmente de las letras de cambio. Entre ellos pueden incluirse también las hipotecas. El capital formado por estos elementos materiales se divide, a su vez, en dos partes: el capital de inversión del banquero mismo y los depósitos, que forman su banking capital o capital prestado. Y en los bancos de emisión hay que añadir, además, los billetes de banco.
Dejaremos a un lado, por el momento, los depósitos y los billetes. Es evidente que la formación real del capital bancario integrado por el dinero, las letras de cambio y los títulos y valores no cambia en lo más mínimo por el hecho de que estos distintos elementos representen un capital propio o sean depósitos, es decir, capital de otras personas. La división subsistirá lo mismo si el banquero opera con su propio capital que si opera con capital recibido en depósito [...]
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[...] Ahora es necesario examinar cómo se halla formado el capital bancario. Como hemos visto más arriba, Fullarton y otros autores convierten la distribución entre el dinero como medio de circulación y el dinero como medio de pago (y también como dinero mundial, en cuanto entra en consideración el reflujo del dinero) en una distinción entre circulación (currency) y capital. El curioso papel que aquí desempeña el capital hace que con el mismo cuidado con que la economía ilustrada procuraba inculcar la idea de que el dinero no es capital, procura esta economía de banqueros imbuir la noción de que en realidad el dinero es el capital por excelencia. En nuestras posteriores investigaciones se pondrá de manifiesto, sin embargo, que aquí el capital dinero se confunde con el moneyed capital concebido como capital a interés, mientras que en la primera acepción el capital dinero no es nunca más que una forma de transición del capital, en la que éste se distingue de las otras formas, o sea, del capital mercancías y del capital productivo. El capital bancario se halla formado: 1) por dinero contante, oro o billetes, 2) por títulos y valores. Éstos pueden dividirse, a su vez, en dos partes: valores comerciales, letras de cambio pendientes de vencimiento y cuyo descuento constituye el verdadero negocio del banquero, y valores públicos, como los títulos de la Deuda pública, los certificados del Tesoro, las acciones de todas clases, en una palabra, los valores que rinden un interés, pero que se distinguen esencialmente de las letras de cambio. Entre ellos pueden incluirse también las hipotecas. El capital formado por estos elementos materiales se divide, a su vez, en dos partes: el capital de inversión del banquero mismo y los depósitos, que forman su banking capital o capital prestado. Y en los bancos de emisión hay que añadir, además, los billetes de banco.
Dejaremos a un lado, por el momento, los depósitos y los billetes. Es evidente que la formación real del capital bancario integrado por el dinero, las letras de cambio y los títulos y valores no cambia en lo más mínimo por el hecho de que estos distintos elementos representen un capital propio o sean depósitos, es decir, capital de otras personas. La división subsistirá lo mismo si el banquero opera con su propio capital que si opera con capital recibido en depósito [...]