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Cuba frente a la manipulación mediática
En la sociedad actual la información es uno de los vehículos principales de construcción del pensamiento colectivo e individual de la ciudadanía. Según el artículo 20 de la actual constitución monárquica: “1 Se reconocen y protegen los derechos: (…)d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión (…)”.
A priori esto parecería un ejercicio muy sano de democracia, pero la “información veraz” simplemente es aquella que versa sobre hechos reales. El estar basado en un hecho real no significa que todo lo que cuenten sea verdad, pues los medios son culpables de manipulación, por falsedad u omisión interesada. Aumentan u ocultan interesadamente aspectos de la realidad que les interesan haciéndolos pasar por anecdóticos o normales en función de sus intereses.
La información la recibimos a través de medios de comunicación, que no son más que empresas (Sociedades Anónimas con ánimo de lucro). Cuyo único interés es buscar en la noticia el negocio, el beneficio económico, sustentado por las ventas y la publicidad buscando crear un estado de opinión que no cuestione el sistema del que viven y al que sirven. De esto sabe mucho la pequeña isla de Cuba.
Cuba lleva 50 años sometida a un bloqueo económico, militar y diplomático, pero lo que es peor, a un bloqueo mediático. Cuba es un pequeño y pacífico país de apenas 11 millones de personas, pero es de destacar que a pesar de su pequeñez y la ausencia de hechos verdaderamente noticiables, ocupa un abultado papel en la agenda de los medios.
Es norma general que las noticias que nos llegan de la isla oculten intencionadamente el contexto geopolítico en el que se encuentra Cuba, obvian la realización de estudios comparativos con otros países del entorno, tomando hechos anecdóticos como generales y siempre excluyendo la participación de los que tienen una opinión diferente sobre la realidad cubana. Todas estas cuestiones (y otras más) que constituyen el “ABC” que todo periodista que se precie debiera realizar.
Se nos presenta la vida de la mayor de las Antillas como la antecámara del infierno basándose sobre todo en prejuicios y en la retórica y no en un trabajo profesional, cuyo objetivo es la creación de “un estado de opinión entre la ciudadanía que siente las bases adecuadas de odio y agresividad necesarias para iniciar la confrontación”, según relata Pascual Serrano.
Se pretende mostrar el sistema social, político y económico cubano como inviable. Desestabilizarlo, pues hay profundos intereses que se mueven alrededor de esto. No solo ya si consiguieran que Cuba retornase al capitalismo, sino actualmente esto también es un negocio que mueve millones de euros y dólares a nivel mundial.
Y para muestra un botón. Haz la prueba, entra el la página del El País y verás como debajo de cada noticia sobre Cuba encontrarás varios anuncios de Google. Entre ellos encontrarás uno que dice así: “Contactos con cubanas. Atractivas cubanas en busca de matrimonio y relaciones”. La mayoría eran mujeres de otras partes del mundo, de América Latina, Europa o Estados Unidos pero ninguna de Cuba.
Orlando Zapata, las Damas de blanco y los “Disidentes”.
En los últimos meses hemos asistido a otra campaña más contra Cuba. El motivo esta vez, ha sido la muerte del supuesto “disidente” Orlando Zapata Tamayo. Se nos ha presentado a Zapata como un humilde albañil y pacífico “preso de conciencia”, que murió por la negligencia del gobierno Cubano que le negó la ayuda médica. Además se dijo que “Zapata formaba parte del grupo de 75 disidentes condenados en la primavera de 2003 con penas de hasta 28 años de cárcel”, según el diario Público. Pero ¿Qué hay de cierto en ello?
Orlando Zapata poseía un largo historial delictivo en nada vinculado a la política. Fue procesado, entre 1993 y 2002, por delitos como Tenencia de Armas Blancas, Desacato, violación de domicilio, estafa y por las graves lesiones a un ciudadano tras un ataque con machete. Será en prisión donde en 2001, entre en contacto con Oswaldo Payá y Marta Beatriz Roque, cubanos a sueldo de EEUU; a partir de entonces él, y su familia comenzarán a recibir dinero de organizaciones vinculadas al gobierno estadounidense y responsables de la muerte de numerosos civiles por acciones terroristas en Cuba. Ingresará nuevamente en prisión en 2003 por probados vínculos con estas organizaciones (incluida la CIA) y recibir dinero de EEUU.
Cuando en diciembre de 2009 Orlando comienza su huelga de hambre, lo que reclama no eran derechos para los supuestos “disidentes”, sino mejoras carcelarias individuales, como, por ejemplo, disponer de teléfono y cocina en su celda. Lo cual a día de hoy no tiene ningún preso en ninguna cárcel, no de Cuba, sino del mundo entero.
La teoría de que no recibió asistencia médica se cae por su propio peso, pues a pesar de negarse a recibir cuidados médicos, pasó en primer lugar por el Puesto Médico del penal, posteriormente, al Hospital Provincial de Camagüey, y por último al Hospital Nacional de Reclusos de La Habana. Hasta la madre del prófugo tuvo que reconocer que “estamos viendo todo lo que se está haciendo por salvarlo”.
Tampoco formaba parte del grupo de 75 personas detenidas en La Habana en marzo de 2003 por sus vinculaciones con el gobierno de EEUU. De hecho, este gobierno no incluyó su nombre en la lista de supuestos “prisioneros políticos” presentada a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.¿A alguien le queda alguna duda sobre el carácter político de este personaje?
Bueno, pues tras estos sucesos hemos visto como las popularmente conocidas como “Damas de Blanco” han sido portada de noticieros y diarios durante muchos días. Resulta curioso para quien acostumbra a frecuentar concentraciones y manifestaciones silenciadas por los medios, la relevancia que se le da a este grupo de no más de 15 mujeres que pasean por La Habana. Y más si cabe, cuando han censurado como cientos (y no es según los convocantes como dirían los medios, se puede comprobar en material gráfico) de Habaneros y Habaneras, salían al paso de ellas a recriminarles el rechazo por su acciones anticubanas y defendiendo a la Revolución.
Por cierto ¿Sabía usted que hay cinco cubanos presos en las cárceles de Estados Unidos por luchar contra el terrorismo?
“Disidentes” y disidentes
Uno de los argumentos más exprimidos por políticos y medios de comunicación para acusar a Cuba de “violación de los Derechos Humanos” es el tema de los llamados “disidentes”. Se acusa al gobierno de la isla de mantener a 58 presos por motivos de opinión. Pero la realidad dista mucho de lo que nos pretenden vender como información. Como reconoce Amnistía Internacional «la mayoría fueron acusados de delitos como ‘actos contra la independencia del Estado’» y « haber recibido fondos o materiales del gobierno estadounidense para realizar actividades que las autoridades consideran subversivas y perjudiciales para Cuba».
EE.UU, destina ingentes cantidades de dinero a financiar a esta oposición anticubana tanto en Cuba como en el exterior, de manera directa e indirecta y no duda en hacerlo público en sus presupuestos y leyes. El derecho internacional considera ilegal la financiación de una oposición interna en otra nación soberana, por violar de manera flagrante los principios y normas que rigen las relaciones entre los Estados.
Por consiguiente, estos “disidentes” pasan del estatus de opositores al de agentes (mercenarios) subvencionados por una potencia extranjera, hostil y belicista, y tienen que rendir cuentas ante la justicia cubana. Dejando claro el carácter de delincuentes comunes y no políticos, como estamos acostumbrados a escuchar.
Por tanto, Amnistía Internacional debería reconsiderar su posición, y dejar de catalogar a estos delincuentes como «presos de conciencia». Pues si son individuos financiados por un gobierno extranjero, no puede emplear un doble rasero para el caso Cubano, de lo contario, estaría poniendo en cuestión la profesionalidad e imparcialidad que se ha ganado merecidamente. Hecho, que ya han denunciado numerosos expertos en derecho y afiliados a dicha organización.
Es necesario destacar que, todos los países del mundo disponen de un arsenal jurídico para defender la independencia nacional y la ley castiga severamente la asociación con una potencia extranjera, tipificando como delitos, las conductas que favorecen la aplicación de disposiciones que llevan a la subversión. Cabe destacar que estos “disidentes”, de haber cometido semejantes delitos en otros países se enfrentarían a penas mucho más severas. De entre 20 y 30 años en EEUU, de 30 años y 450.000 euros de multa en Francia, y entre 4 y 23 años en España, por citar algunos ejemplos.
No podemos pasar por alto que esta supuesta “disidencia” (como muy pocas en el mundo) cuenta con ilimitados recursos técnicos, financieros y humanos, siendo Cuba el único país del mundo, en el que los opositores al Gobierno acaban viviendo en mejores condiciones que los partidarios de la revolución. Además de tener el “mérito” de ser la única nación, “cuyos exiliados en el extranjero vuelven todos los veranos de vacaciones al país donde se supone están perseguidos”, como afirma el corresponsal de la BBC, Fernando Ravsberg.
Y por último, ya que estamos hablando de disidentes, merece la pena reseñar (y de paso solidarizarse) el trato recibido por Guillermo Toledo (conocido actor por su participación en “7 vidas” o “el otro lado de la cama”), quien por haber denunciado públicamente, esto que decimos aquí, ha sido objeto de la más violenta campaña mediática que se recuerda en los últimos tiempos.
Luego cabe preguntarse: ¿dictadura donde?, ¿Mentiroso quien?. Así que solo nos queda recomendar el portal de internet, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] para conocer la realidad Cubana, alejados de las mentiras de los grandes consorcios mediáticos y poder sacar nuestras propias opiniones de una manera contrastada y veraz.
Extraído de la revista El Insolente
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En la sociedad actual la información es uno de los vehículos principales de construcción del pensamiento colectivo e individual de la ciudadanía. Según el artículo 20 de la actual constitución monárquica: “1 Se reconocen y protegen los derechos: (…)d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión (…)”.
A priori esto parecería un ejercicio muy sano de democracia, pero la “información veraz” simplemente es aquella que versa sobre hechos reales. El estar basado en un hecho real no significa que todo lo que cuenten sea verdad, pues los medios son culpables de manipulación, por falsedad u omisión interesada. Aumentan u ocultan interesadamente aspectos de la realidad que les interesan haciéndolos pasar por anecdóticos o normales en función de sus intereses.
La información la recibimos a través de medios de comunicación, que no son más que empresas (Sociedades Anónimas con ánimo de lucro). Cuyo único interés es buscar en la noticia el negocio, el beneficio económico, sustentado por las ventas y la publicidad buscando crear un estado de opinión que no cuestione el sistema del que viven y al que sirven. De esto sabe mucho la pequeña isla de Cuba.
Cuba lleva 50 años sometida a un bloqueo económico, militar y diplomático, pero lo que es peor, a un bloqueo mediático. Cuba es un pequeño y pacífico país de apenas 11 millones de personas, pero es de destacar que a pesar de su pequeñez y la ausencia de hechos verdaderamente noticiables, ocupa un abultado papel en la agenda de los medios.
Es norma general que las noticias que nos llegan de la isla oculten intencionadamente el contexto geopolítico en el que se encuentra Cuba, obvian la realización de estudios comparativos con otros países del entorno, tomando hechos anecdóticos como generales y siempre excluyendo la participación de los que tienen una opinión diferente sobre la realidad cubana. Todas estas cuestiones (y otras más) que constituyen el “ABC” que todo periodista que se precie debiera realizar.
Se nos presenta la vida de la mayor de las Antillas como la antecámara del infierno basándose sobre todo en prejuicios y en la retórica y no en un trabajo profesional, cuyo objetivo es la creación de “un estado de opinión entre la ciudadanía que siente las bases adecuadas de odio y agresividad necesarias para iniciar la confrontación”, según relata Pascual Serrano.
Se pretende mostrar el sistema social, político y económico cubano como inviable. Desestabilizarlo, pues hay profundos intereses que se mueven alrededor de esto. No solo ya si consiguieran que Cuba retornase al capitalismo, sino actualmente esto también es un negocio que mueve millones de euros y dólares a nivel mundial.
Y para muestra un botón. Haz la prueba, entra el la página del El País y verás como debajo de cada noticia sobre Cuba encontrarás varios anuncios de Google. Entre ellos encontrarás uno que dice así: “Contactos con cubanas. Atractivas cubanas en busca de matrimonio y relaciones”. La mayoría eran mujeres de otras partes del mundo, de América Latina, Europa o Estados Unidos pero ninguna de Cuba.
Orlando Zapata, las Damas de blanco y los “Disidentes”.
En los últimos meses hemos asistido a otra campaña más contra Cuba. El motivo esta vez, ha sido la muerte del supuesto “disidente” Orlando Zapata Tamayo. Se nos ha presentado a Zapata como un humilde albañil y pacífico “preso de conciencia”, que murió por la negligencia del gobierno Cubano que le negó la ayuda médica. Además se dijo que “Zapata formaba parte del grupo de 75 disidentes condenados en la primavera de 2003 con penas de hasta 28 años de cárcel”, según el diario Público. Pero ¿Qué hay de cierto en ello?
Orlando Zapata poseía un largo historial delictivo en nada vinculado a la política. Fue procesado, entre 1993 y 2002, por delitos como Tenencia de Armas Blancas, Desacato, violación de domicilio, estafa y por las graves lesiones a un ciudadano tras un ataque con machete. Será en prisión donde en 2001, entre en contacto con Oswaldo Payá y Marta Beatriz Roque, cubanos a sueldo de EEUU; a partir de entonces él, y su familia comenzarán a recibir dinero de organizaciones vinculadas al gobierno estadounidense y responsables de la muerte de numerosos civiles por acciones terroristas en Cuba. Ingresará nuevamente en prisión en 2003 por probados vínculos con estas organizaciones (incluida la CIA) y recibir dinero de EEUU.
Cuando en diciembre de 2009 Orlando comienza su huelga de hambre, lo que reclama no eran derechos para los supuestos “disidentes”, sino mejoras carcelarias individuales, como, por ejemplo, disponer de teléfono y cocina en su celda. Lo cual a día de hoy no tiene ningún preso en ninguna cárcel, no de Cuba, sino del mundo entero.
La teoría de que no recibió asistencia médica se cae por su propio peso, pues a pesar de negarse a recibir cuidados médicos, pasó en primer lugar por el Puesto Médico del penal, posteriormente, al Hospital Provincial de Camagüey, y por último al Hospital Nacional de Reclusos de La Habana. Hasta la madre del prófugo tuvo que reconocer que “estamos viendo todo lo que se está haciendo por salvarlo”.
Tampoco formaba parte del grupo de 75 personas detenidas en La Habana en marzo de 2003 por sus vinculaciones con el gobierno de EEUU. De hecho, este gobierno no incluyó su nombre en la lista de supuestos “prisioneros políticos” presentada a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.¿A alguien le queda alguna duda sobre el carácter político de este personaje?
Bueno, pues tras estos sucesos hemos visto como las popularmente conocidas como “Damas de Blanco” han sido portada de noticieros y diarios durante muchos días. Resulta curioso para quien acostumbra a frecuentar concentraciones y manifestaciones silenciadas por los medios, la relevancia que se le da a este grupo de no más de 15 mujeres que pasean por La Habana. Y más si cabe, cuando han censurado como cientos (y no es según los convocantes como dirían los medios, se puede comprobar en material gráfico) de Habaneros y Habaneras, salían al paso de ellas a recriminarles el rechazo por su acciones anticubanas y defendiendo a la Revolución.
Por cierto ¿Sabía usted que hay cinco cubanos presos en las cárceles de Estados Unidos por luchar contra el terrorismo?
“Disidentes” y disidentes
Uno de los argumentos más exprimidos por políticos y medios de comunicación para acusar a Cuba de “violación de los Derechos Humanos” es el tema de los llamados “disidentes”. Se acusa al gobierno de la isla de mantener a 58 presos por motivos de opinión. Pero la realidad dista mucho de lo que nos pretenden vender como información. Como reconoce Amnistía Internacional «la mayoría fueron acusados de delitos como ‘actos contra la independencia del Estado’» y « haber recibido fondos o materiales del gobierno estadounidense para realizar actividades que las autoridades consideran subversivas y perjudiciales para Cuba».
EE.UU, destina ingentes cantidades de dinero a financiar a esta oposición anticubana tanto en Cuba como en el exterior, de manera directa e indirecta y no duda en hacerlo público en sus presupuestos y leyes. El derecho internacional considera ilegal la financiación de una oposición interna en otra nación soberana, por violar de manera flagrante los principios y normas que rigen las relaciones entre los Estados.
Por consiguiente, estos “disidentes” pasan del estatus de opositores al de agentes (mercenarios) subvencionados por una potencia extranjera, hostil y belicista, y tienen que rendir cuentas ante la justicia cubana. Dejando claro el carácter de delincuentes comunes y no políticos, como estamos acostumbrados a escuchar.
Por tanto, Amnistía Internacional debería reconsiderar su posición, y dejar de catalogar a estos delincuentes como «presos de conciencia». Pues si son individuos financiados por un gobierno extranjero, no puede emplear un doble rasero para el caso Cubano, de lo contario, estaría poniendo en cuestión la profesionalidad e imparcialidad que se ha ganado merecidamente. Hecho, que ya han denunciado numerosos expertos en derecho y afiliados a dicha organización.
Es necesario destacar que, todos los países del mundo disponen de un arsenal jurídico para defender la independencia nacional y la ley castiga severamente la asociación con una potencia extranjera, tipificando como delitos, las conductas que favorecen la aplicación de disposiciones que llevan a la subversión. Cabe destacar que estos “disidentes”, de haber cometido semejantes delitos en otros países se enfrentarían a penas mucho más severas. De entre 20 y 30 años en EEUU, de 30 años y 450.000 euros de multa en Francia, y entre 4 y 23 años en España, por citar algunos ejemplos.
No podemos pasar por alto que esta supuesta “disidencia” (como muy pocas en el mundo) cuenta con ilimitados recursos técnicos, financieros y humanos, siendo Cuba el único país del mundo, en el que los opositores al Gobierno acaban viviendo en mejores condiciones que los partidarios de la revolución. Además de tener el “mérito” de ser la única nación, “cuyos exiliados en el extranjero vuelven todos los veranos de vacaciones al país donde se supone están perseguidos”, como afirma el corresponsal de la BBC, Fernando Ravsberg.
Y por último, ya que estamos hablando de disidentes, merece la pena reseñar (y de paso solidarizarse) el trato recibido por Guillermo Toledo (conocido actor por su participación en “7 vidas” o “el otro lado de la cama”), quien por haber denunciado públicamente, esto que decimos aquí, ha sido objeto de la más violenta campaña mediática que se recuerda en los últimos tiempos.
Luego cabe preguntarse: ¿dictadura donde?, ¿Mentiroso quien?. Así que solo nos queda recomendar el portal de internet, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] para conocer la realidad Cubana, alejados de las mentiras de los grandes consorcios mediáticos y poder sacar nuestras propias opiniones de una manera contrastada y veraz.
Extraído de la revista El Insolente
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