Kim Jong-un elaboró un plan que presupone la toma de Corea del Sur en el transcurso de una guerra asimétrica de tan solo una semana. El plan de intervención en el país vecino incluye el uso de los arsenales nucleares, informan periódicos surcoreanos.
Los datos secretos del plan fueron revelados por un desertor que ocupaba un alto cargo en el Ejército de Corea del Norte. Los altos representantes de Seúl han declarado que el plan se remonta al día 25 de agosto de 2012, cuando Kim Jong-un celebró una reunión de alto nivel en Wonsan, en la cual lo aprobó, informa el periódico surcoreano 'Korea Joongang Daily'.
El plan presupone la incursión en Corea del Sur y el control sobre su territorio en el transcurso de una semana antes de que EE.UU. consiguiera acudir en apoyo de su aliado con sus tropas. Según el periódico, en esa reunión de alto nivel, el líder norcoreano ordenó a los comandantes de las unidades del Ejército elaborar estrategias y planes de operaciones para sus armas, cuerpos y unidades y también demandó que se realizaran entrenamientos al respecto.
Algunos expertos califican estos planes como una respuesta a las sanciones económicas y políticas. También a las actividades de EE.UU. en la península coreana y los países vecinos, como los ejercicios militares conjuntos, el despliegue de drones o los planes de instalación de escudos antimisiles en Corea del Sur, aunque Seúl aún no ha dado el visto bueno a esto último.
Los datos secretos del plan fueron revelados por un desertor que ocupaba un alto cargo en el Ejército de Corea del Norte. Los altos representantes de Seúl han declarado que el plan se remonta al día 25 de agosto de 2012, cuando Kim Jong-un celebró una reunión de alto nivel en Wonsan, en la cual lo aprobó, informa el periódico surcoreano 'Korea Joongang Daily'.
El plan presupone la incursión en Corea del Sur y el control sobre su territorio en el transcurso de una semana antes de que EE.UU. consiguiera acudir en apoyo de su aliado con sus tropas. Según el periódico, en esa reunión de alto nivel, el líder norcoreano ordenó a los comandantes de las unidades del Ejército elaborar estrategias y planes de operaciones para sus armas, cuerpos y unidades y también demandó que se realizaran entrenamientos al respecto.
Algunos expertos califican estos planes como una respuesta a las sanciones económicas y políticas. También a las actividades de EE.UU. en la península coreana y los países vecinos, como los ejercicios militares conjuntos, el despliegue de drones o los planes de instalación de escudos antimisiles en Corea del Sur, aunque Seúl aún no ha dado el visto bueno a esto último.