CarlosMarx escribió:Desde ya mis saludos y buena suerte en los debates.
Uhh pero qué honor, ser recibido así por tamaña panza barbuda... muchas gracias camarrrrada Marx, aprovecho esta oportunidad por agradecerle ese extraordinario "Manifiesto..." que nos ha legado, faro de todos nuestros hartazgos
Blood escribió:Un saludo, dr.Skoll. Aguante el EPA!. Te puedo pasar texto muy piola de En Defensa del Marxismo, la publicación teórica del Partido Obrero, sobre la psicología y el psicoanálsis para que leás críticamente.
Aww gracias, chulo... ojalá se pudiera hacer un EPA! en mi facultad... por lo pronto lo veo imposible, estamos en fase pupa; por decir algo, hay tres vertientes trotskistas que se tiran mierda por cada detalle posible.
Pero sí, dale, pasame ese texto y si te/les interesa lo debatimos.
No he leído buenas articulaciones marxismo/psicoanálisis, después de los fracasos rotundos de los 70, el asunto está en un impase; salvo quizá por la corriente balcánica del gordo lindo de Zizek, que es más que interesante; pero no es clínico, sino más bien cruce de referencias para consideraciones entre sociológicas y estéticas. A parte, no tan marxista, más bien hegeliana v3.0.
Espero ese texto entonces.
Likos escribió:Bienvenido al foro. Espero que nos congratule con algunas de sus poesías, si a usted no le importa compartirlas con la comunidad. Creo que estaremos encantados de leerlas, o por lo menos por mi parte.
Ea Likos, muchas gracias. Uhh me agarraste a contrapierna; a ver si encuentro alguna en este ordenador... acá encontré algunas algo viejas pero que representan el placentero estado de gilipollez en el que andaba por entonces.
Te cuento, resulta que fui a una provincia de mi país... imaginate que vives en una metrópolis a nivel del mar, y sin más ni más te vas unos días a la montaña, digamos algo como lo que allí teneis en los alpes suizos... ves eso y te quedas que caminas sobre las nubes... completamente alucinado... así que le dedique una serie de patéticos poemas a Mendoza, que a veces era una mujer, otra las calles en las que los fascistas asesinaron a uno de mis poeta que aprecio mucho.
- A Mendoza:
A Mendoza
Por el Encuentro en cada único episodio
Por seguir pautados en el azar de infinitos causes
Por las gentiles sombras de la noche mendocina
Por seguir siendo desconocido para mis amigos más entrañables.
Envueltas en el fulgor de sus rayos tibios y centellantes, las rocas de siete estrellas anidan en los breves ensueños que están latiendo aquí, dentro de mí.
Pero también por las huellas que voy dejando en la tierra.
O por mis tímidos sueños sin surcos, arropados en acuarelas fugaces de trazos borrosos, de colores inquietos, infinitos, inenarrables.
He vuelto con la vista mareada luego de tanto beber.
Es tan dulce el licor de sus enormes mantos grises, tan infinitamente puro el sabor de sus vientos, tan firmes en su voluntad líquida y celestial de que cuanto uno más beba, más sed de ellos se sienta, que he vuelto lleno de una extraña alegría, lleno de brumas, de silencios,
He vuelto con la piel gastada, con los pies más pequeños y las manos extrañadas al retornar a los versos. He vuelto con ojos vengadores que a todo lo que ven le pintan un poco de nieve. Pero aquí nunca atraparé todo. No habrá entonces mejor premio que volver para olvidar estos recuerdos.
Las alas de mi alma, que parece nunca se cansan, planean una nueva excursión,
Aunque es difícil que aquí, sin agitarse pronto, se les haga al fin el vuelo; y allí van, prestas y orgullosas, decididas al reencuentro con los tilos más frondosos, con sus diálogos de burbujas amarillas y capullos verdes, con las rudas acacias y sus ramas valientes siempre decididas a defender la paz; al rencuentro con el saludo vivo de los sauces más tristes, de los que siempre escucho -“toma, esta lágrima es para ti ...”
Ellos te sabrán
Mendoza, guardiana celosa de la Belleza,
Y prometo llevarlos dentro de mis ojos
Para que los ames como yo te amo a ti.
Y tú, caminito hecho con hilos de cielo derretido, no eras tan tímido,
Tu cristalina voz de alegría, dulce arroyito que llevas la helada luz de miel de las montañas
Escuchamos tus canciones y a los coros de tus rocas amadas nos sumamos.
Para amarte y endulzarnos las manos y el alma con deleite eterno
El calor de aquí sólo será suficiente para hacer latir
El corazón que he dejado allí.
La espesa voz de la ciudad, comienza gritar mi nombre.
Tripero escribió:Que tal compañero compatriota, Bienvenido...
Hola coterráneo, chas gracias por la bienvenida... [ufff ganamos recagando ayer, eh...]