Como sucedió en episodios anteriores, el documental está intencionadamente plagado de medias verdades, manipulaciones y burdas mentiras para generar en el espectador la idea firme de que el gobierno venezolano es represor, autoritario y enemigo acérrimo de los Derechos Humanos. Estos son los ejemplos más clamorosos:
1) Desabastecimiento y colas de gente. Continuamente se acude a este problema que sufre el país para criminalizar al gobierno venezolano, como si este provocase el desabastecimiento a propósito. Sin embargo, el reportaje evitó explicar sus causas reales, que no son otras que la falta de producción de las empresas privadas y el acaparamiento de los productos por parte de los empresarios para generar tensión, caos y, en definitiva, desestabilizar el país [1] (como ya sucedió en la Chile de Allende antes del golpe de Estado de 1973 patrocinado por EEUU). Esto es lo que provoca las largas colas. Debemos tener en cuenta que las redes de distribución son privadas, es decir, controladas por grandes empresarios. No obstante, esto sucedía también cuando gobernaba la oposición [2] [3] pero nadie lo denunciaba porque el país estaba sometido a los intereses de Europa y EEUU. Sin embargo, no hace falta irse al Caribe para ver gente haciendo cola, las hay también en España, aunque peores. No son para comprar alimentos, sino para recibirlos gratuitamente debido a la creciente pobreza que asola nuestro país [4].
2) Violencia policial. En el programa, varios venezolanos advierten a los periodistas de que a la policía no le gusta que se graben las largas colas y que pueden llegar a requisarles las cámaras. Esto, de suceder, sería grave; pero cosas más graves pasan en España sin que se arme tal revuelo [5]. Por otro lado, siempre que hay violentas protestas opositoras los medios occidentales hablan únicamente de la represión policial. Un ejemplo claro fueron las protestas que estallaron hace poco menos de un año, en las que opositores incendiaron 15 universidades, destrozaron 11 centros de salud, oficinas de centros sociales del gobierno, viviendas y centenares de vehículos públicos, talaron 5.000 árboles, trataron de quemar vivos a médicos cooperantes cubanos y asesinaron a varios policías y civiles [6]. Me atrevo a decir que la policía española habría actuado con mucha más contundencia si los manifestantes hubiesen perpetrado dichos actos y los medios que hablan de represión en Venezuela habrían apoyado a la policía española.
3) Prohibición de grabar y miedo de la gente a hablar. Todos pudimos ver el paripé de los periodistas ocultando las cámaras en todo momento para evitar que la policía les viera grabar y les requisara el material. Sucedió al entrar en un supermercado y en la frontera que, tras ser vistos por las fuerzas del Estado, simplemente se les pedía amablemente que dejasen de grabar e incluso respondían a las preguntas de los periodistas sin atisbo alguno de nerviosismo. Otro dato a tener en cuenta es que en ninguna frontera del mundo se permite grabar sin permiso por motivos de seguridad. Eran comunes, por otro lado, los comentarios de Alejandra Andrade cuando los ciudadanos no querían ser grabados. “Tienen miedo de hablar”, decía, dejando entrever posibles castigos posteriores por parte del gobierno (como si Maduro fuese a revisar el programa de anoche para identificar, entre los millones de venezolanos, a los que dijeran que esperaban en una cola, como si no fuese evidente). ¿De verdad el simple hecho de no querer hablar ante una cámara significa miedo a una reprimenda? ¿Se puede sacar tal conclusión con esa facilidad? Recuerdo haber estado grabando entrevistas por las calles de mi pueblo con una cámara enana y que más de la mitad de las personas preguntadas no quisiera ser grabada por motivos tan dispares como la vergüenza o el no estar presentable. Imaginad ahora las enormes cámaras que porta el equipo de Antena 3 y pensemos en si realmente muchos venezolanos no hablaban por miedo o por otros motivos. Por otro lado, al encontrarse con un venezolano dispuesto a hablar y a defender al gobierno, el equipo de ‘En Tierra Hostil’ decidió marcharse con rapidez del lugar, algo que ilustra perfectamente sus intereses periodísticos.
4) No hay dinero para medicinas. Esto argumenta un español enfermo de cáncer residente en Venezuela desde hace décadas. De nuevo se pone el énfasis en el desabastecimiento, esta vez de medicamentos, sin explicar las causas [7]. Por otro lado, debemos tener en cuenta que Latinoamérica no es Europa en cuanto a avances sociales y médicos se refiere. Hasta que llegó Chávez, en Venezuela la pobreza era del 70% (21% en 2010) y la pobreza extrema, del 40% (7,3% en 2010), además de la falta de centros de salud [8], escuelas, etc. Pero los medios entonces callaban, porque el país obedecía a EEUU; no era un régimen, a pesar de que el gobierno recortaba derechos, mantenía en la indigencia a la mayoría de la población, subía precios y ametrallaba opositores [9], los pobres comían comida para perro [10] o se cerraban periódicos opositores [11].
Decía Eduardo Galeano que la división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder; y que América Latina fue precoz aprendiendo a perder. Venezuela y Latinoamérica entera sirvieron a Europa y EEUU de reservas de materias primas y mano de obra barata hasta que dichos pueblos, hartos de ser esclavos, optaron por ser dueños de su futuro (de ahí provienen tanto Chávez como Correa o Evo Morales). Arrastran, no obstante, siglos de salvaje dependencia todavía existente. Esto se traduce en carencias sociales de todo tipo. No obstante, a pesar de la ventaja que se supone llevamos con respecto a Venezuela, no existen en el país caribeño, por ejemplo, desahucios (sino que se han entregado centenares de miles de viviendas sociales al pueblo[12]), analfabetismo o algo muy grave que ocurre en nuestro país: la muerte de 12 personas diarias por culpa directa del gobierno, que se niega, alineándose con las farmacéuticas, a facilitar el Sovaldi a los enfermos de Hepatitis C [13]. ¿Cómo reaccionaría Antena 3 si esto sucediera en Venezuela? Nos llevaríamos asimismo una sorpresa si comparásemos Venezuela con el resto de países de su entorno, cosa que los medios tampoco hacen.
5) Toque de queda. Una persona explicaba a Alejandra Andrade, mientras viajaban en coche, que en Caracas había Toque de queda a partir de las 19 o las 19:30. Hecho sorprendente si no fuese una burda mentira con todas las letras. No existe tal toque de queda.
6) Otras. Al final del programa se pasaron a decir muchas barbaridades seguidas. Bertín Osborne, todo un experto en geopolítica, explicaba indignado que un policía mató a un joven de 14 años y que no pasó nada, algo totalmente falso [14]. Otra persona aseveró que Chávez ganó con el apoyo de todos los medios de comunicación y la burguesía, cuando los únicos que le respaldaron realmente fueron los más pobres y todos los medios apoyaban a su rival, una ex Mis Universo adinerada [15]. Esta misma persona aseguraba que la pobreza volvía a estar a niveles de 1998, sin especificar la brutal guerra económica que sufre el país [16], y que el chavismo ha destruido el aparato productivo venezolano y que ahora se importa todo, algo rotundamente falso [17]. Se habló también de los medios de comunicación y del “mensaje único” que pretendía instalar Chávez, pasando por alto que la mayoría de los medios venezolanos son privados y que denostan constantemente al presidente, algo inaceptable en España, donde se ha juzgado a gente y cerrado periódicos por mucho menos. La inflación es un tema también recurrente y cierto aunque ocurría también cuando la oposición gobernaba [18]. El desabastecimiento apareció de nuevo al final del reportaje, cuando otro de los expertos aseguró que éste se generaba porque el gobierno había subvencionado los precios de los alimentos para hacerlos accesibles a todo el mundo (garantizar la soberanía alimentaria del pueblo venezolano, como bien dijo) y que, al ser tan bajos, la gente acudía en masa para adquirirlos. Mentira. Se agotan los productos porque los empresarios acaparan y los medios opositores generan un clima de miedo, provocando que, cuando hay algo, la gente lo compre por miedo a que no vuelva a haber. A esto hemos de sumar lo explicado anteriormente.
Como hemos podido comprobar, las mentiras del reportaje no aguantan un análisis riguroso ni una mínima búsqueda de información alternativa (esa que todavía escapa a las élites que controlan el país en las sombras). El único que defendió el chavismo fue Jorge Verstrynge, y lo pusieron en un escenario peculiar, rodeado de pintadas comunistas, a diferencia de los demás participantes, a los que entrevistaron en lugares más corrientes y amables. Además, al terminar, por si quedaba algo de objetividad, mostraron el despacho de Verstrynge, el cual estaba lleno de reconocimientos de Venezuela por la ayuda prestada al país.
¿Pero, por qué mentir sobre Venezuela? ¿Qué ganan los periodistas de ‘En Tierra Hostil’? Ellos son sólo el último eslabón de la cadena, los que únicamente ganarán un buen sueldo y algo de fama. Debemos tener en cuenta que Antena 3 es una cadena privada y sus intereses como empresa son los de los dueños y accionistas (no precisamente de izquierdas). Venezuela es un país petrolero que desde la llegada de Chávez decidió dejar de ser la marioneta de EEUU. Decidieron ser dueños de sus propios recursos y destinarlos a mejorar la vida de los pobres, esos que hasta que el chavismo se instaló en el poder nunca habían ido a la escuela, votado o visto un médico (algo que estos medios ocultaban). ¿Qué sucede? Que EEUU quiere controlar el petróleo venezolano porque lo tiene mucho más cerca que el del Golfo Pérsico y es vital para su economía. Para ello, necesita que la derecha vuelva a gobernar y le venda el petróleo barato como sucedía antes de que Chávez fuera presidente. A EEUU, como a España, le importa muy poco la democracia o el bienestar del pueblo, sólo lo utiliza como excusa para intervenir en el país.
Antena 3 forma parte de los medios serviles a los intereses de EEUU y por ello reproduce incesantemente el mensaje que beneficia a dicho país y a la UE. Una prueba ha sido este mal llamado reportaje periodístico sobre Venezuela, un país que, lejos de ser perfecto, sólo lucha por desprenderse de las garras que tantas décadas lo tuvieron sometido.
*Nota: Aquellos que sientan la tentación, una vez leído el articulo, de replicar indignados algo como “Claro, es que Venezuela es el paraíso, ¿no?”, decirles que no, no es el paraíso. No existe el país perfecto. Venezuela tiene muchos problemas (corrupción, violencia, etc), como todos los países del mundo. Recordemos que Venezuela, como el resto de América Latina, arrastran siglo de dependencia de las grandes metrópolis e imperios que los sometieron a lo largo de la historia. Los que apoyamos el proceso revolucionario venezolano sabemos que hay mucho por mejorar. Únicamente nos vemos en la obligación de acallar los incesantes engaños y calumnias que llevan a cabo aquellos que quieren que el país vuelva a estar controlado por los líderes que hacen lo que EEUU quiere, aunque para ello lleven a la pobreza a la mayoría de la población.
http://www.larepublica.es/2015/03/desmontando-las-manipulaciones-de-en-tierra-hostil-venezuela/